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La versión Biblia de Jerusalén 

Al final de cada capítulo encontrará el mismo pasaje
en la versión de la Biblia de Jerusalén

 

Capítulo 1
1:1
PALABRA de el Altísimo que fué á Joel hijo de Pethuel.
1:2
Oid esto, viejos, y escuchad, todos los moradores de la tierra. ¿Ha acontecido esto en vuestros días, ó en los días de vuestros padres?
1:3
De esto contaréis á vuestros hijos, y vuestros hijos á sus hijos, y su hijos á la otra generación.
1:4
Lo que quedó de la oruga comió la langosta, y lo que quedó de la langosta comió el pulgón; y el revoltón comió lo que del pulgón había quedado.
1:5
Despertad, borrachos, y llorad; aullad todos los que bebéis vino, á causa del mosto, porque os es quitado de vuestra boca.
1:6
Porque gente subió á mi tierra, fuerte y sin número; sus dientes, dientes de león, y sus muelas, de león.
1:7
Asoló mi vid, y descortezó mi higuera: del todo la desnudó y derribó: sus ramas quedaron blancas.
1:8
Llora tú como moza vestida de saco por el marido de su juventud.
1:9
Pereció el presente y la libación de la casa de el Altísimo: los sacerdotes ministros de el Altísimo hicieron luto.
1:10
El campo fué destruído, enlutóse la tierra; porque el trigo fué destuído, se secó el mosto, perdióse el aceite.
1:11
Confundíos, labradores, aullad, viñeros, por el trigo y la cebada; porque se perdió la mies del campo.
1:12
Secóse la vid, y pereció la higuera, el granado también, la palma, y el manzano; secáronse todos los árboles del campo; por lo cual se secó el gozo de los hijos de los hombres.
1:13
Ceñíos y lamentad, sacerdotes; aullad, ministros del altar; venid, dormid en sacos, ministros de mi Dios: porque quitado es de la casa de vuestro Dios el presente y la libación.
1:14
Pregonad ayuno, llamad á congregación; congregad los ancianos y todos los moradores de la tierra en la casa de el Altísimo vuestro Dios, y clamad á el Altísimo.
1:15
¡Ay del día! porque cercano está el día de el Altísimo, y vendrá como destrucción por el Todopoderoso.
1:16
¿No es quitado el mantenimiento de delante de nuestros ojos, la alegría y el placer de la casa de nuestro Dios?
1:17
El grano se pudrió debajo de sus terrones, los bastimentos fueron asolados, los alfolíes destruídos; porque se secó el trigo.
1:18
¡Cuánto gimieron las bestias! ¡cuán turbados anduvieron los hatos de los bueyes, porque no tuvieron pastos! también fueron asolados los rebaños de las ovejas.
1:19
A ti, oh el Altísimo, clamaré: porque fuego consumió los pastos del desierto, y llama abrasó todos los árboles del campo.
1:20
Las bestias del campo bramarán también á ti; porque se secaron los arroyos de las aguas, y fuego consumió las praderías del desierto.

Joe 1:1 Palabra de Yahveh que fue dirigida a Joel, hijo de Petuel.
Joe 1:2 ¡Oíd esto, ancianos, prestad oído, habitantes todos de la tierra! ¿Sucedió algo semejante en vuestros días, o en los días de vuestros padres?
Joe 1:3 Contádselo a vuestros hijos, y vuestros hijos a sus hijos, y sus hijos a la otra generación.
Joe 1:4 Lo que dejó la oruga lo devoró la langosta, lo que dejó la langosta lo devoró el pulgón, lo que dejó el pulgón lo devoró el saltón.
Joe 1:5 ¡Despertad, borrachos, y llorad, gemid todos los bebedores de vino, por el licor que se os ha quitado de la boca!
Joe 1:6 Porque una nación ha subido contra mi tierra, fuerte e innumerable: sus dientes son dientes de león, y tienen muelas de leona.
Joe 1:7 En desolación ha dejado mi viña, destrozada mi higuera: la ha pelado del todo y derribado, y sus ramas han quedado blancas.
Joe 1:8 ¡Suspira tú como virgen ceñida de sayal por el esposo de su juventud!
Joe 1:9 Oblación y libación han sido arrancadas de la Casa de Yahveh. En duelo están los sacerdotes, los ministros de Yahveh.
Joe 1:10 El campo ha sido arrasado, en duelo está el suelo, porque el grano ha sido arrasado, ha faltado el mosto, y el aceite virgen se ha agotado.
Joe 1:11 ¡Consternaos, labradores, gemid, viñadores, por el trigo y la cebada, porque se ha perdido la cosecha del campo!
Joe 1:12 Se ha secado la viña, se ha amustiado la higuera, granado, palmera, manzano, todos los árboles del campo están secos. ¡Sí, se ha secado la alegría de entre los hijos de hombre!
Joe 1:13 ¡Ceñíos y plañid, sacerdotes, gemid, ministros del altar; venid, pasad la noche en sayal, ministros de mi Dios, porque a la Casa de vuestro Dios se le ha negado oblación y libación!
Joe 1:14 Promulgad un ayuno, llamad a concejo, reuníos, ancianos, y vosotros todos, habitantes de la tierra, en la Casa de Yahveh, vuestro Dios, y clamad a Yahveh:
Joe 1:15 «¡Ay, el Día, que está cerca el Día de Yahveh, ya llega como devastación de Sadday!»
Joe 1:16 ¿No ha sido arrancada la comida de delante de nuestros ojos, y de la Casa de nuestro Dios la alegría y el júbilo?
Joe 1:17 Se han podrido los granos bajo los terrones; los graneros han sido devastados, derruidos los silos, porque falta el grano.
Joe 1:18 ¡Cómo muge el ganado, cómo vagan sin rumbo los rebaños de vacas, porque no hay pastor para ellos! ¡Hasta los rebaños de ovejas tienen que expiar!
Joe 1:19 A ti clamo, Yahveh, porque el fuego ha devorado los pastizales del desierto, la llama ha abrasado todos los árboles del campo.
Joe 1:20 Hasta las bestias del campo jadean tras de ti, porque están secas las corrientes de agua, y el fuego ha devorado los pastizales del desierto.

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Capítulo 2

2:1
TOCAD trompeta en Sión, y pregondad en mi santo monte: tiemblen todos los moradores de la tierra; porque viene el día de el Altísimo, porque está cercano.
2:2
Día de tinieblas y de oscuridad, día de nube y de sombra, que sobre los montes se derrama como el alba: un pueblo grande y fuerte: nunca desde el siglo fué semejante, ni después de él será jamás en años de generación en generación.
2:3
Delante de él consumirá fuego, tras de él abrasará llama; como el huerto de Edén será la tierra delante de él, y detrás de él como desierto asolado; ni tampoco habrá quien de él escape.
2:4
Su parecer, como parecer de caballos; y como gente de á caballo correrán.
2:5
Como estruendo de carros saltarán sobre las cumbres de los montes; como sonido de llama de fuego que consume hojarascas, como fuerte pueblo aparejado para la batalla.
2:6
Delante de él temerán los pueblos, pondránse mustios todos los semblantes.
2:7
Como valientes correrán, como hombres de guerra subirán la muralla; y cada cual irá en sus caminos, y no torcerán sus sendas.
2:8
Ninguno apretará á su compañero, cada uno irá por su carrera; y aun cayendo sobre la espada no se herirán.
2:9
Irán por la ciudad, correrán por el muro, subirán por las casas, entrarán por las ventanas á manera de ladrones.
2:10
Delante de él temblará la tierra, se estremecerán los cielos: el sol y la luna se oscurecerán, y las estrellas retraerán su resplandor.
2:11
Y el Altísimo dará su voz delante de su ejército: porque muchos son sus reales y fuertes, que ponen en efecto su palabra: porque grande es el día de el Altísimo, y muy terrible; ¿y quién lo podrá sufrir?
2:12
Por eso pues ahora, dice el Altísimo, convertíos á mí con todo vuestro corazón, con ayuno y lloro y llanto.
2:13
Y lacerad vuestro corazón, y no vuestros vestidos; y convertíos á el Altísimo vuestro Dios; porque misericordioso es y clemente, tardo para la ira, y grande en misericordia, y que se arrepiente del castigo.
2:14
¿Quién sabe si volverá, y se apiadará, y dejará bendición tras de él, presente y libación para el Altísimo Dios vuestro?
2:15
Tocad trompeta en Sión, pregonad ayuno, llamad á congregación.
2:16
Reunid el pueblo, santificad la reunión, juntad los viejos, congregad los niños y los que maman: salga de su cámara el novio, y de su tálamo la novia.
2:17
Entre la entrada y el altar, lloren los sacerdotes, ministros de el Altísimo, y digan: Perdona, oh el Altísimo, á tu pueblo, y no pongas en oprobio tu heredad, para que las gentes se enseñoreen de ella. ¿Por qué han de decir entre los pueblos: Dónde está su Dios?
2:18
Y el Altísimo celará su tierra, y perdonará su pueblo.
2:19
Y responderá el Altísimo, y dirá á su pueblo: He aquí yo os envío pan, y mosto, y aceite, y seréis saciados de ellos: y nunca más os pondré en oprobio entre las gentes.
2:20
Y haré alejar de vosotros al del aquilón, y echarélo en la tierra seca y desierta: su faz será hacia el mar oriental, y su fin al mar occidental, y exhalará su hedor; y subirá su pudrición, porque hizo grandes cosas.
2:21
Tierra, no temas; alégrate y gózate: porque el Altísimo ha de hacer grandes cosas.
2:22
Animales del campo, no temáis; porque los pastos del desierto reverdecerán, porque los árboles llevarán su fruto, la higuera y la vid darán sus frutos.
2:23
Vosotros también, hijos de Sión, alegraos y gozaos en el Altísimo vuestro Dios; porque os ha dado la primera lluvia arregladamente, y hará descender sobre vosotros lluvia temprana y tardía como al principio.
2:24
Y las eras se henchirán de trigo, y los lagares rebosarán de vino y aceite.
2:25
Y os restituiré los años que comió la oruga, la langosta, el pulgón, y el revoltón; mi grande ejército que envié contra vosotros.
2:26
Y comeréis hasta saciaros, y alabaréis el nombre de el Altísimo vuestro Dios, el cual hizo maravillas con vosotros: y nunca jamás será mi pueblo avergonzado.
2:27
Y conoceréis que en medio de Israel estoy yo, y que yo soy el Altísimo vuestro Dios, y no hay otro: y mi pueblo nunca jamás será avergonzado.
2:28
Y será que después de esto, derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros viejos soñarán sueños, y vuestros mancebos verán visiones.
2:29
Y aun también sobre los siervos y sobre las siervas derramaré mi Espíritu en aquellos días.
2:30
Y daré prodigios en el cielo y en la tierra, sangre, y fuego, y columnas de humo.
2:31
El sol se tornará en tinieblas, y la luna en sangre, antes que venga el día grande y espantoso de el Altísimo.
2:32
Y será que cualquiera que invocare el nombre de el Altísimo, será salvo: porque en el monte de Sión y en Jerusalem habrá salvación, como el Altísimo ha dicho, y en los que quedaren, á los cuales el Altísimo habrá llamado.

Joe 2:1 ¡Tocad el cuerno en Sión, clamad en mi monte santo! ¡Tiemblen todos los habitantes del país, porque llega el Día de Yahveh, porque está cerca!
Joe 2:2 ¡Día de tinieblas y de oscuridad, día de nublado y densa niebla! Como la aurora sobre los montes se despliega un pueblo numeroso y fuerte, como jamás hubo otro, ni lo habrá después de él en años de generación en generación.
Joe 2:3 Delante de él devora el fuego, detrás de él la llama abrasa. Como un jardín de Edén era delante de él la tierra, detrás de él, un desierto desolado. ¡No hay escape ante él!
Joe 2:4 Aspecto de corceles es su aspecto, como jinetes, así corren.
Joe 2:5 Como estrépito de carros, por las cimas de los montes saltan, como el crepitar de la llama de fuego que devora hojarasca; ¡como un pueblo poderoso en orden de batalla!
Joe 2:6 Ante él se estremecen los pueblos, todos los rostros mudan de color.
Joe 2:7 Corren como bravos, como guerreros escalan las murallas; cada uno va por su camino, y no intercambian su ruta.
Joe 2:8 Nadie tropieza con su vecino, van cada cual por su calzada; a través de los dardos arremeten sin romper la formación.
Joe 2:9 Sobre la ciudad se precipitan, corren por la muralla, hasta las casas suben, a través de las ventanas entran como ladrones.
Joe 2:10 ¡Ante él tiembla la tierra, se estremecen los cielos, el sol y la luna se oscurecen, y las estrellas retraen su fulgor!
Joe 2:11 Ya da Yahveh la voz delante de su ejército, porque sus batallones son inmensos, porque es fuerte el ejecutor de su palabra, porque es grande el Día de Yahveh, y muy terrible: ¿quién lo soportará?
Joe 2:12 «Mas ahora todavía - oráculo de Yahveh - volved a mí de todo corazón, con ayuno, con llantos, con lamentos.»
Joe 2:13 Desgarrad vuestro corazón y no vuestros vestidos, volved a Yahveh vuestro Dios, porque él es clemente y compasivo, tardo a la cólera, rico en amor, y se ablanda ante la desgracia.
Joe 2:14 ¡Quién sabe si volverá y se ablandará, y dejará tras sí una bendición, oblación y libación a Yahveh vuestro Dios!
Joe 2:15 ¡Tocad el cuerno en Sión, promulgad un ayuno, llamad a concejo,
Joe 2:16 congregad al pueblo, convocad la asamblea, reunid a los ancianos, congregad a los pequeños y a los niños de pecho! Deje el recién casado su alcoba y la recién casada su tálamo.
Joe 2:17 Entre el vestíbulo y el altar lloren los sacerdotes, ministros de Yahveh, y digan: «¡Perdona, Yahveh, a tu pueblo, y no entregues tu heredad al oprobio a la irrisión de las naciones! ¿Por qué se ha de decir entre los pueblos: ¿Dónde está su Dios?»
Joe 2:18 Y Yahveh se llenó de celo por su tierra, y tuvo piedad de su pueblo.
Joe 2:19 Respondió Yahveh y dijo a su pueblo: «He aquí que yo os envío grano, mosto y aceite virgen: os hartaréis de ello, y no os entregaré más al oprobio de las naciones.
Joe 2:20 Al que viene del Norte le alejaré de vosotros, y le echaré hacia una tierra de aridez y desolación: su vanguardia hacia el mar oriental, hacia el mar occidental su retaguardia. Y subirá su hedor, y subirá su fetidez». (¡Porque él hace grandezas!)
Joe 2:21 No temas, suelo, jubila y regocíjate, porque Yahveh hace grandezas.
Joe 2:22 No temáis, bestias del campo, porque ya reverdecen los pastizales del desierto, los árboles producen su fruto, la higuera y la vid dan su riqueza.
Joe 2:23 ¡Hijos de Sión, jubilad, alegraos en Yahveh vuestro Dios! Porque él os da la lluvia de otoño, con justa medida, y hace caer para vosotros aguacero de otoño y primavera como antaño.
Joe 2:24 Las eras se llenarán de trigo puro, de mosto y aceite virgen los lagares rebosarán.
Joe 2:25 «Yo os compensaré de los años en que os devoraron la langosta y el pulgón, el saltón y la oruga, mi gran ejército, que contra vosotros envié.»
Joe 2:26 Comeréis en abundancia hasta hartaros, y alabaréis el nombre de Yahveh vuestro Dios, que hizo con vosotros maravillas. (¡Mi pueblo no será confundido jamás!)
Joe 2:27 «Y sabréis que en medio de Israel estoy yo, ¡yo, Yahveh, vuestro Dios, y no hay otro! ¡Y mi pueblo no será confundido jamás!»

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Capítulo 3

3:1
PORQUE he aquí que en aquellos días, y en aquel tiempo en que haré tornar la cautividad de Judá y de Jerusalem,
3:2
Juntaré todas las gentes, y harélas descender al valle de Josaphat, y allí entraré en juicio con ellos á causa de mi pueblo, y de Israel mi heredad, á los cuales esparcieron entre las naciones, y partieron mi tierra:
3:3
Y echaron suertes sobre mi pueblo, y á los niños dieron por una ramera, y vendieron las niñas por vino para beber.
3:4
Y también, ¿qué tengo yo con vosotras, Tiro y Sidón, y todos los términos de Palestina? ¿Queréis vengaros de mí? Y si de mí os vengáis, bien pronto haré yo recaer la paga sobre vuestra cabeza.
3:5
Porque habéis llevado mi plata y mi oro, y mis cosas preciosas y hermosas metisteis en vuestros templos:
3:6
Y vendisteis los hijos de Judá y los hijos de Jerusalem á los hijos de los Griegos, por alejarlos de sus términos.
3:7
He aquí los levantaré yo del lugar donde los vendisteis, y volveré vuestra paga sobre vuestra cabeza.
3:8
Y venderé vuestros hijos y vuestras hijas en la mano de los hijos de Judá, y ellos los venderán á los Sabeos, nación apartada; porque el Altísimo ha hablado.
3:9
Pregonad esto entre las gentes, proclamad guerra, despertad á los valientes, lléguense, vengan todos los hombres de guerra.
3:10
Haced espadas de vuestros azadones, lanzas de vuestras hoces; diga el flaco: Fuerte soy.
3:11
Juntaos y venid, gentes todas de alrededor, y congregaos: haz venir allí, oh el Altísimo, tus fuertes.
3:12
Las gentes se despierten, y suban al valle de Josaphat: porque allí me sentaré para juzgar todas las gentes de alrededor.
3:13
Echad la hoz, porque la mies está ya madura. Venid, descended; porque el lagar está lleno, rebosan las lagaretas: porque mucha es la maldad de ellos.
3:14
Muchos pueblos en el valle de la decisión: porque cercano está el día de el Altísimo en el valle de la decisión.
3:15
El sol y la luna se oscurecerán, y las estrellas retraerán su resplandor.
3:16
Y el Altísimo bramará desde Sión, y dará su voz desde Jerusalem, y temblarán los cielos y la tierra: mas el Altísimo será la esperanza de su pueblo, y la fortaleza de los hijos de Israel.
3:17
Y conoceréis que yo soy el Altísimo vuestro Dios, que habito en Sión, monte de mi santidad: y será Jerusalem santa, y extraños no pasarán más por ella.
3:18
Y será en aquel tiempo, que los montes destilarán mosto, y los collados fluirán leche, y por todos los arroyos de Judá correrán aguas: y saldrá una fuente de la casa de el Altísimo, y regará el valle de Sittim.
3:19
Egipto será destruído, y Edom será vuelto en asolado desierto, por la injuria hecha á los hijos de Judá: porque derramaron en su tierra la sangre inocente.
3:20
Mas Judá para siempre será habitada, y Jerusalem en generación y generación.
3:21
Y limpiaré la sangre de los que no limpié; y el Altísimo morará en Sión.

Joe 3:1 «Sucederá después de esto que yo derramaré mi Espíritu en toda carne. Vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán, vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán visiones.
Joe 3:2 Hasta en los siervos y las siervas derramaré mi Espíritu en aquellos días.
Joe 3:3 Y realizaré prodigios en el cielo y en la tierra, sangre, fuego, columnas de humo».
Joe 3:4 El sol se cambiará en tinieblas y la luna en sangre, ante la venida del Día de Yahveh, grande y terrible.
Joe 3:5 Y sucederá que todo el que invoque el nombre de Yahveh será salvo, porque en el monte Sión y en Jerusalén habrá supervivencia, como ha dicho Yahveh, y entre los supervivientes estarán los que llame Yahveh.

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