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El Libro de Josué

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La versión Biblia de Jerusalén 

Al final de cada capítulo encontrará el mismo pasaje
en la versión de la Biblia de Jerusalén

 

 

 

Capítulo 1
1:1
Y ACONTECIÓ después de la muerte de Moisés siervo de el Altísimo, que el Altísimo habló á Josué hijo de Nun, ministro de Moisés, diciendo:
1:2
Mi siervo Moisés es muerto: levántate pues ahora, y pasa este Jordán, tú y todo este pueblo, á la tierra que yo les doy á los hijos de Israel.
1:3
Yo os he entregado, como lo había dicho á Moisés, todo lugar que pisare la planta de vuestro pie.
1:4
Desde el desierto y este Líbano hasta el gran río Eufrates, toda la tierra de los Hetheos hasta la gran mar del poniente del sol, será vuestro término.
1:5
Nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu vida: como yo fuí con Moisés, seré contigo; no te dejaré, ni te desampararé.
1:6
Esfuérzate y sé valiente: porque tú repartirás á este pueblo por heredad la tierra, de la cual juré á sus padres que la daría á ellos.
1:7
Solamente te esfuerces, y seas muy valiente, para cuidar de hacer conforme á toda la ley que mi siervo Moisés te mandó: no te apartes de ella ni á diestra ni á siniestra, para que seas prosperado en todas las cosas que emprendieres.
1:8
El libro de aquesta ley nunca se apartará de tu boca: antes de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme á todo lo que en él está escrito: porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien.
1:9
Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente: no temas ni desmayes, porque el Altísimo tu Dios será contigo en donde quiera que fueres.
1:10
Y Josué mandó á los oficiales del pueblo, diciendo:
1:11
Pasad por medio del campo, y mandad al pueblo, diciendo: Preveníos de comida; porque dentro de tres días pasaréis el Jordán, para que entréis á poseer la tierra que el Altísimo vuestro Dios os da para que la poseáis.
1:12
También habló Josué á los Rubenitas y Gaditas, y á la media tribu de Manasés, diciendo:
1:13
Acordaos de la palabra que Moisés, siervo de el Altísimo, os mandó diciendo: el Altísimo vuestro Dios os ha dado reposo, y os ha dado esta tierra.
1:14
Vuestras mujeres y vuestros niños y vuestras bestias, quedarán en la tierra que Moisés os ha dado de esta parte del Jordán; mas vosotros, todos los valientes y fuertes, pasaréis armados delante de vuestros hermanos, y les ayudaréis;
1:15
Hasta tanto que el Altísimo haya dado reposo á vuestros hermanos como á vosotros, y que ellos también posean la tierra que el Altísimo vuestro Dios les da: y después volveréis vosotros á la tierra de vuestra herencia, la cual Moisés siervo de el Altísimo os ha dado, de esta parte del Jordán hacia donde nace el sol; y la poseeréis.
1:16
Entonces respondieron á Josué, diciendo: Nosotros haremos todas las cosas que nos has mandado, é iremos adonde quiera que nos mandares.
1:17
De la manera que obedecimos á Moisés en todas las cosas, así te obedeceremos á ti: solamente el Altísimo tu Dios sea contigo, como fué con Moisés.
1:18
Cualquiera que fuere rebelde á tu mandamiento, y no obedeciere á tus palabras en todas las cosas que le mandares, que muera; solamente que te esfuerces, y seas valiente.
Jos 1:1 Sucedió después de la muerte de Moisés, siervo de Yahveh, que habló Yahveh a Josué, hijo de Nun, y ayudante de Moisés, y le dijo:
Jos 1:2 «Moisés, mi siervo, ha muerto; arriba, pues; pasa ese Jordán, tú con todo este pueblo, hacia la tierra que yo les doy (a los israelitas).
Jos 1:3 Os doy todo lugar que sea hollado por la planta de vuestros pies, según declaré a Moisés.
Jos 1:4 Desde el desierto y el Líbano hasta el Río grande, el Eufrates, (toda la tierra de los hititas) y hasta el mar Grande de poniente, será vuestro territorio.
Jos 1:5 Nadie podrá mantenerse delante de ti en todos los días de tu vida: lo mismo que estuve con Moisés estaré contigo; no te dejaré ni te abandonaré.
Jos 1:6 «Sé valiente y firme, porque tú vas a dar a este pueblo la posesión del país que juré dar a sus padres.
Jos 1:7 Sé, pues, valiente y muy firme, teniendo cuidado de cumplir toda la Ley que te dio mi siervo Moisés. No te apartes de ella ni a la derecha ni a la izquierda, para que tengas éxito dondequiera que vayas.
Jos 1:8 No se aparte el libro de esta Ley de tus labios: medítalo día y noche; así procurarás obrar en todo conforme a lo que en él está escrito, y tendrás suerte y éxito en tus empresas.
Jos 1:9 ¿No te he mandado que seas valiente y firme? No tengas miedo ni te acobardes, porque Yahveh tu Dios estará contigo dondequiera que vayas.»
Jos 1:10 Josué, pues, dio a los escribas del pueblo la orden siguiente:
Jos 1:11 «Pasad por medio del campamento y dad esta orden al pueblo: Haced provisiones, porque dentro de tres días pasaréis ese Jordán, para entrar a poseer la tierra que Yahveh vuestro Dios os da en posesión.»
Jos 1:12 A los rubenitas, a los gaditas y a la medio tribu de Manasés les habló así:
Jos 1:13 «Recordad la orden que os dio Moisés, siervo de Yahveh: Yahveh vuestro Dios os ha concedido descanso, dándoos esta tierra.
Jos 1:14 Vuestras mujeres, vuestros pequeños y vuestros rebaños se quedarán en la tierra que os ha dado Moisés al otro lado del Jordán. Pero vosotros, todos los guerreros esforzados, pasaréis en orden de batalla al frente de vuestros hermanos y les ayudaréis
Jos 1:15 hasta que Yahveh conceda descanso a vuestros hermanos igual que a vosotros, y también ellos tomen posesión de la tierra que Yahveh vuestro Dios les da. Entonces volveréis al país que os pertenece, el que os dio Moisés, siervo de Yahveh, al lado oriental del Jordán.»
Jos 1:16 Ellos respondieron a Josué: «Todo lo que nos has mandado, lo haremos; dondequiera que nos envíes, iremos.
Jos 1:17 Lo mismo que obedecimos en todo a Moisés, te obedeceremos a ti. Basta con que Yahveh tu Dios esté contigo como estuvo con Moisés.
Jos 1:18 A todo el que sea rebelde a tu voz y no obedezca tus órdenes, en cualquier cosa que le mandes, se le hará morir. Tú, sé valiente y firme.»


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Capítulo 2

2:1
Y JOSUÉ, hijo de Nun, envió desde Sittim dos espías secretamente, diciéndoles: Andad, reconoced la tierra, y á Jericó. Los cuales fueron, y entráronse en casa de una mujer ramera que se llamaba Rahab, y posaron allí.
2:2
Y fué dado aviso al rey de Jericó, diciendo: He aquí que hombres de los hijos de Israel han venido aquí esta noche á espiar la tierra.
2:3
Entonces el rey de Jericó, envió á decir á Rahab: Saca fuera los hombres que han venido á ti, y han entrado en tu casa; porque han venido á espiar toda la tierra.
2:4
Mas la mujer había tomado los dos hombres, y los había escondido; y dijo: Verdad que hombres vinieron á mí, mas no supe de dónde eran:
2:5
Y al cerrarse la puerta, siendo ya oscuro, esos hombres se salieron, y no sé á dónde se han ido: seguidlos apriesa, que los alcanzaréis.
2:6
Mas ella los había hecho subir al terrado, y habíalos escondido entre tascos de lino que en aquel terrado tenía puestos.
2:7
Y los hombres fueron tras ellos por el camino del Jordán, hasta los vados: y la puerta fué cerrada después que salieron los que tras ellos iban.
2:8
Mas antes que ellos durmiesen, ella subió á ellos al terrado, y díjoles:
2:9
Sé que el Altísimo os ha dado esta tierra; porque el temor de vosotros ha caído sobre nosotros, y todos los moradores del país están desmayados por causa de vosotros;
2:10
Porque hemos oído que el Altísimo hizo secar las aguas del mar Bermejo delante de vosotros, cuando salisteis de Egipto, y lo que habéis hecho á los dos reyes de los Amorrheos que estaban de la parte allá del Jordán, á Sehón y á Og, á los cuales habéis destruído.
2:11
Oyendo esto, ha desmayado nuestro corazón; ni ha quedado más espíritu en alguno por causa de vosotros: porque el Altísimo vuestro Dios es Dios arriba en los cielos y abajo en la tierra.
2:12
Ruégoos pues ahora, me juréis por el Altísimo, que como he hecho misericordia con vosotros, así la haréis vosotros con la casa de mi padre, de lo cual me daréis una señal cierta;
2:13
Y que salvaréis la vida á mi padre y á mi madre, y á mis hermanos y hermanas, y á todo lo que es suyo; y que libraréis nuestras vidas de la muerte.
2:14
Y ellos le respondieron: Nuestra alma por vosotros hasta la muerte, si no denunciareis este nuestro negocio: y cuando el Altísimo nos hubiere dado la tierra, nosotros haremos contigo misericordia y verdad.
2:15
Entonces ella los hizo descender con una cuerda por la ventana; porque su casa estaba á la pared del muro, y ella vivía en el muro.
2:16
Y díjoles: Marchaos al monte, porque los que fueron tras vosotros no os encuentren; y estad escondidos allí tres días, hasta que los que os siguen hayan vuelto; y después os iréis vuestro camino.
2:17
Y ellos le dijeron: Nosotros seremos desobligados de este juramento con que nos has conjurado.
2:18
He aquí, cuando nosotros entráremos en la tierra, tú atarás este cordón de grana á la ventana por la cual nos descolgaste: y tú juntarás en tu casa tu padre y tu madre, tus hermanos y toda la familia de tu padre.
2:19
Cualquiera que saliere fuera de las puertas de tu casa, su sangre será sobre su cabeza, y nosotros sin culpa. Mas cualquiera que se estuviere en casa contigo, su sangre será sobre nuestra cabeza, si mano le tocare.
2:20
Y si tú denunciares este nuestro negocio, nosotros seremos desobligados de este tu juramento con que nos has juramentado.
2:21
Y ella respondió: Sea así como habéis dicho. Luego los despidió, y se fueron: y ella ató el cordón de grana á la ventana.
2:22
Y caminando ellos, llegaron al monte, y estuvieron allí tres días, hasta que los que los seguían se hubiesen vuelto: y los que los siguieron, buscaron por todo el camino, mas no los hallaron.
2:23
Y tornándose los dos varones, descendieron del monte, y pasaron, y vinieron á Josué hijo de Nun, y contáronle todas las cosas que les habían acontecido.
2:24
Y dijeron á Josué: el Altísimo ha entregado toda la tierra en nuestras manos; y también todos los moradores del país están desmayados delante de nosotros.

Jos 2:1 Josué, hijo de Nun, envió secretamente desde Sittim dos espías con esta orden: «Id y explorad el país y Jericó.» Fueron y entraron en casa de una prostituta, llamada Rajab, y durmieron allí.
Jos 2:2 Se le dijo al rey de Jericó: «Mira que unos hombres israelitas han entrado aquí por la noche para explorar el país.»
Jos 2:3 Entonces el rey de Jericó mandó decir a Rajab: «Haz salir a los hombres que han entrado donde ti - que han entrado a tu casa - porque han venido para explorar todo el país.»
Jos 2:4 Pero la mujer tomó a los dos hombres y los escondió. Luego respondió: «Es verdad que esos hombres han venido a mi casa, pero yo no sabía de dónde eran.
Jos 2:5 Cuando se iba a cerrar la puerta por la noche, esos hombres salieron y no sé adónde han ido. Perseguidles aprisa, que los alcanzaréis.»
Jos 2:6 Pero ella los había hecho subir al terrado y los había escondido entre unos haces de lino que tenía amontonados en el terrado.
Jos 2:7 Salieron algunos hombres en su persecución camino del Jordán, hacia los vados, y se cerró la puerta en cuanto los perseguidores salieron tras ellos.
Jos 2:8 Todavía ellos no se habían acostado cuando Rajab subió al terrado, donde ellos
Jos 2:9 y les dijo: «Ya sé que Yahveh os ha dado la tierra, que nos habéis aterrorizado y que todos los habitantes de esta región han temblado ante vosotros:
Jos 2:10 porque nos hemos enterado de cómo Yahveh secó las aguas del mar de Suf delante de vosotros a vuestra salida de Egipto, y lo que habéis hecho con los dos reyes amorreos del otro lado del Jordán, Sijón y Og, a quienes consagrasteis al anatema.
Jos 2:11 Al oírlo, ha desfallecido nuestro corazón y no se encuentra ya nadie con aliento en vuestra presencia, porque Yahveh vuestro Dios, es Dios arriba en los cielos y abajo en la tierra.
Jos 2:12 Juradme, pues, ahora por Yahveh, ya que os he tratado con bondad, que vosotros también trataréis con bondad a la casa de mi padre, y dadme una señal segura;
Jos 2:13 que respetaréis la vida de mi padre y de mi madre, de mis hermanos y hermanas, y de todos los suyos, y que libraréis nuestras vidas de la muerte.»
Jos 2:14 Los hombres le respondieron: «Muramos nosotros en vez de vosotros, con tal de que no divulguéis nuestro asunto. Cuando Yahveh no haya entregado la tierra, te trataremos a ti con bondad y lealtad.»
Jos 2:15 Ella los descolgó con una cuerda por la ventana, pues su casa estaba en la pared de la muralla y vivía en la misma muralla.
Jos 2:16 Les dijo: «Id hacia la montaña, para que no os encuentren los que os persiguen. Estad escondidos allí tres días hasta que vuelvan los perseguidores: después podéis seguir vuestro camino.»
Jos 2:17 Los hombres le respondieron: «Nosotros quedaremos libres de ese juramento que nos has exigido.
Jos 2:18 Cuando estemos entrando en el país, atarás este cordón de hilo escarlata a la ventana por la que nos has descolgado, y reunirás junto a ti en casa a tu padre, a tu madre, a tus hermanos y a toda la familia de tu padre.
Jos 2:19 Si alguno sale fuera de las puertas de tu casa, caiga su sangre sobre su cabeza. Nosotros seremos inocentes. Pero la sangre de todos los que estén contigo en casa, caiga sobre nuestras cabezas, si alguien pone su mano sobre ellos.
Jos 2:20 Mas si divulgas nuestro asunto, quedaremos libres del juramento que nos has exigido.»
Jos 2:21 Ella respondió: «Sea según vuestras palabras.» Y los hizo marchar; ellos se fueron, y ella ató el cordón escarlata a la ventana.
Jos 2:22 Marcharon ellos y se metieron en el monte. Se quedaron allí tres días, hasta que regresaron los perseguidores. Estos los habían buscado por todo el camino, pero no los encontraron.
Jos 2:23 Entonces los dos hombres volvieron a bajar del monte, pasaron el río y fueron donde Josué, hijo de Nun, a quien contaron todo lo que les había ocurrido.
Jos 2:24 Dijeron a Josué: «Cierto que Yahveh ha puesto en nuestras manos todo el país; todos los habitantes del país tiemblan ya ante nosotros.»

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Capítulo 3

3:1
Y LEVANTÓSE Josué de mañana, y partieron de Sittim, y vinieron hasta el Jordán, él y todos los hijos de Israel, y reposaron allí antes que pasasen.
3:2
Y pasados tres días, los oficiales atravesaron por medio del campo,
3:3
Y mandaron al pueblo, diciendo: Cuando viereis el arca del pacto de el Altísimo vuestro Dios, y los sacerdotes y Levitas que la llevan, vosotros partiréis de vuestro lugar, y marcharéis en pos de ella.
3:4
Empero entre vosotros y ella haya distancia como de la medida de dos mil codos: y no os acercaréis á ella, á fin de que sepáis el camino por donde habéis de ir: por cuanto vosotros no habéis pasado antes de ahora por este camino.
3:5
Y Josué dijo al pueblo: Santificaos, porque el Altísimo hará mañana entre vosotros maravillas.
3:6
Y habló Josué á los sacerdotes, diciendo: Tomad el arca del pacto, y pasad delante del pueblo. Y ellos tomaron el arca del pacto, y fueron delante del pueblo.
3:7
Entonces el Altísimo dijo á Josué: Desde aqueste día comenzaré á hacerte grande delante de los ojos de todo Israel, para que entiendan que como fuí con Moisés, así seré contigo.
3:8
Tú, pues, mandarás á los sacerdotes que llevan el arca del pacto, diciendo: Cuando hubiereis entrado hasta el borde del agua del Jordán, pararéis en el Jordán.
3:9
Y Josué dijo á los hijos de Israel: Llegaos acá, y escuchad las palabras de el Altísimo vuestro Dios.
3:10
Y añadió Josué: En esto conoceréis que el Dios viviente está en medio de vosotros, y que él echará de delante de vosotros al Cananeo, y al Heteo, y al Heveo, y al Pherezeo, y al Gergeseo, y al Amorrheo, y al Jebuseo.
3:11
He aquí, el arca del pacto del Señoreador de toda la tierra pasa el Jordán delante de vosotros.
3:12
Tomad, pues, ahora doce hombres de las tribus de Israel, de cada tribu uno.
3:13
Y cuando las plantas de los pies de los sacerdotes que llevan el arca de el Altísimo Señoreador de toda la tierra, fueren asentadas sobre las aguas del Jordán, las aguas del Jordán se partirán: porque las aguas que vienen de arriba se detendrán en un montón.
3:14
Y aconteció, que partiendo el pueblo de sus tiendas para pasar el Jordán, y los sacerdotes delante del pueblo llevando el arca del pacto,
3:15
Cuando los que llevaban el arca entraron en el Jordán, así como los pies de los sacerdotes que llevaban el arca fueron mojados á la orilla del agua, (porque el Jordán suele reverter sobre todos sus bordes todo el tiempo de la siega,)
3:16
Las aguas que venían de arriba, se pararon como en un montón bien lejos de la ciudad de Adam, que está al lado de Sarethán; y las que descendían á la mar de los llanos, al mar Salado, se acabaron y fueron partidas; y el pueblo pasó en derecho de Jericó.
3:17
Mas los sacerdotes que llevaban el arca del pacto de el Altísimo, estuvieron en seco, firmes en medio del Jordán, hasta que todo el pueblo hubo acabado de pasar el Jordán; y todo Israel pasó en seco.
Jos 3:1 Josué se levantó de mañana, partieron de Sittim y llegaron hasta el Jordán, él y todos los israelitas. Allí pernoctaron antes de pasar.
Jos 3:2 Al cabo de tres días, los escribas pasaron por medio del campamento
Jos 3:3 y dieron al pueblo esta orden: «Cuando veáis el arca de la alianza de Yahveh vuestro Dios y a los sacerdotes levitas que la llevan, partiréis del sitio donde estáis e iréis tras ella,
Jos 3:4 para que sepáis qué camino habéis de seguir, pues no habéis pasado nunca hasta ahora por este camino. Pero que haya entre vosotros y el arca una distancia de unos 2.000 codos: no os acerquéis.»
Jos 3:5 Josué dijo al pueblo: «Purificaos, porque mañana Yahveh va a obrar maravillas en medio de vosotros.»
Jos 3:6 Y dijo Josué a los sacerdotes: «Tomad el arca de la alianza y pasad al frente del pueblo.» Ellos tomaron el arca de la alianza y partieron al frente del pueblo.
Jos 3:7 Yahveh dijo a Josué: «Hoy mismo voy a empezar a engrandecerte a los ojos de todo Israel, para que sepan que, lo mismo que estuve con Moisés, estoy contigo.
Jos 3:8 Tú darás esta orden a los sacerdotes que llevan el arca de la alianza: "En cuanto lleguéis a la orilla del agua del Jordán, os pararéis en el Jordán."»
Jos 3:9 Josué dijo a los Israelitas: «Acercaos y escuchad las palabras de Yahveh vuestro Dios.»
Jos 3:10 Y dijo Josué: «En esto conoceréis que el Dios vivo está en medio de vosotros y que arrojará ciertamente de delante de vosotros al cananeo, al hitita, al jivita, al perizita, al guirgasita, al amorreo y al jebuseo.
Jos 3:11 He aquí que el arca de Yahveh, Señor de toda la tierra, va a pasar el Jordán delante de vosotros.
Jos 3:12 Escoged, pues, doce hombres de las tribus de Israel, un hombre por cada tribu.
Jos 3:13 En cuanto las plantas de los pies de los sacerdotes que llevan el arca de Yahveh, Señor de toda la tierra, pisen las aguas del Jordán, las aguas del Jordán las que vienen de arriba, quedarán cortadas y se pararán formando un solo bloque.»
Jos 3:14 Cuando el pueblo partió de sus tiendas para pasar el Jordán, los sacerdotes llevaban el arca de la alianza a la cabeza del pueblo.
Jos 3:15 Y en cuanto los que llevaban el arca llegaron al Jordán, y los pies de los sacerdotes que llevaban el arca tocaron la orilla de las aguas, y el Jordán baja crecido hasta los bordes todo el tiempo de la siega,
Jos 3:16 las aguas que bajaban de arriba se detuvieron y formaron un solo bloque a gran distancia, en Adam, la ciudad que está al lado de Sartán, mientras que las que bajaban hacia el mar de la Arabá, o mar de la Sal, se separaron por completo, y el pueblo pasó frente a Jericó.
Jos 3:17 Los sacerdotes que llevaban el arca de la alianza de Yahveh se estuvieron a pie firme, en seco, en medio del Jordán, mientras que todo Israel pasaba en seco, hasta que toda la gente acabó de pasar el Jordán.


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Capítulo 4

4:1
Y CUANDO toda la gente hubo acabado de pasar el Jordán, el Altísimo habló á Josué, diciendo:
4:2
Tomad del pueblo doce hombres, de cada tribu uno,
4:3
Y mandadles, diciendo: Tomaos de aquí del medio del Jordán, del lugar donde están firmes los pies de los sacerdotes, doce piedras, las cuales pasaréis con vosotros, y las asentaréis en el alojamiento donde habéis de tener la noche.
4:4
Entonces Josué llamó á los doce hombres, los cuales había él ordenado de entre los hijos de Israel, de cada tribu uno;
4:5
Y díjoles Josué: Pasad delante del arca de el Altísimo vuestro Dios al medio del Jordán; y cada uno de vosotros tome una piedra sobre su hombro, conforme al número de las tribus de los hijos de Israel;
4:6
Para que esto sea señal entre vosotros; y cuando vuestros hijos preguntaren á sus padres mañana, diciendo: ¿Qué os significan estas piedras?
4:7
Les responderéis: Que las aguas del Jordán fueron partidas delante del arca del pacto de el Altísimo; cuando ella pasó el Jordán, las aguas del Jordán se partieron: y estas piedras serán por memoria á los hijos de Israel para siempre.
4:8
Y los hijos de Israel lo hicieron así como Josué les mandó: que levantaron doce piedras del medio del Jordán, como el Altísimo lo había dicho á Josué, conforme al número de las tribus de los hijos de Israel, y pasáronlas consigo al alojamiento, y las asentaron allí.
4:9
Josué también levantó doce piedras en medio del Jordán, en el lugar donde estuvieron los pies de los sacerdotes que llevaban el arca del pacto; y han estado allí hasta hoy.
4:10
Y los sacerdotes que llevaban el arca se pararon en medio del Jordán, hasta tanto que se acabó todo lo que el Altísimo había mandado á Josué que hablase al pueblo, conforme á todas las cosas que Moisés había á Josué mandado: y el pueblo se dió priesa y pasó.
4:11
Y cuando todo el pueblo acabó de pasar, pasó también el arca de el Altísimo, y los sacerdotes, en presencia del pueblo.
4:12
También los hijos de Rubén y los hijos de Gad, y la media tribu de Manasés, pasaron armados delante de los hijos de Israel, según Moisés les había dicho:
4:13
Como cuarenta mil hombres armados á punto pasaron hacia la campiña de Jericó delante de el Altísimo á la guerra.
4:14
En aquel día el Altísimo engrandeció á Josué en ojos de todo Israel: y temiéronle, como habían temido á Moisés, todos los días de su vida.
4:15
Y el Altísimo habló á Josué, diciendo:
4:16
Manda á los sacerdotes que llevan el arca del testimonio, que suban del Jordán.
4:17
Y Josué mandó á los sacerdotes, diciendo: Subid del Jordán.
4:18
Y aconteció que como los sacerdotes que llevaban el arca del pacto de el Altísimo, subieron del medio del Jordán, y las plantas de los pies de los sacerdotes estuvieron en seco, las aguas del Jordán se volvieron á su lugar, á su lugar, fkbcorriendo como antes sobre todos sus bordes.
4:19
Y el pueblo subió del Jordán el diez del mes primero, y asentaron el campo en Gilgal, al lado oriental de Jericó.
4:20
Y Josué erigió en Gilgal las doce piedras que habían traído del Jordán.
4:21
Y habló á los hijos de Israel, diciendo: Cuando mañana preguntaren vuestros hijos á sus padres, y dijeren: ¿Qué os significan estas piedras?
4:22
Declararéis á vuestros hijos, diciendo: Israel pasó en seco por este Jordán.
4:23
Porque el Altísimo vuestro Dios secó las aguas del Jordán delante de vosotros, hasta que habíais pasado, á la manera que el Altísimo vuestro Dios lo había hecho en el mar Bermejo, al cual secó delante de nosotros hasta que pasamos:
4:24
Para que todos los pueblos de la tierra conozcan la mano de el Altísimo, que es fuerte; para que temáis á el Altísimo vuestro Dios todos los días.
Jos 4:1 Cuando todo el pueblo acabó de pasar el Jordán, Yahveh habló a Josué y le dijo:
Jos 4:2 «Escoged doce hombres del pueblo, un hombre por cada tribu,
Jos 4:3 y dadles esta orden: "Sacad de aquí, del medio del Jordán, doce piedras, que pasaréis con vosotros y depositaréis en el lugar donde paséis la noche."»
Jos 4:4 Llamó Josué a los doce hombres que había elegido entre los israelitas, uno por cada tribu,
Jos 4:5 y les dijo: «Pasad delante del arca de Yahveh vuestro Dios, hasta el medio del Jordán, y cada uno de vosotros cargue sobre sus hombros una piedra, según el número de las tribus israelitas,
Jos 4:6 para que sea esto una señal en medio de vosotros; cuando el día de mañana vuestros hijos os pregunten: "¿Qué significan para vosotros estas piedras?",
Jos 4:7 les diréis: "Es que las aguas del Jordán se separaron delante del arca de la alianza de Yahveh; cuando atravesó el Jordán, las aguas del Jordán se separaron. Estas piedras serán para los israelitas memorial para siempre."
Jos 4:8 Así lo hicieron los israelitas, según las órdenes de Josué: sacaron doce piedras del medio del Jordán, según el número de las tribus israelitas, como había mandado Yahveh a Josué, las llevaron al lugar donde iban a pasar la noche y las depositaron allí.
Jos 4:9 Y Josué levantó doce piedras en medio del Jordán, donde habían pisado los pies de los sacerdotes portadores del arca de la alianza, y allí están todavía hoy.
Jos 4:10 Los sacerdotes portadores del arca estaban parados en medio del Jordán hasta que se cumpliera todo lo que Yahveh había mandado a Josué que dijera al pueblo (según todo lo que Moisés había ordenado a Josué); y el pueblo se apresuró a pasar.
Jos 4:11 En cuanto terminó de pasar todo el pueblo, pasó el arca de Yahveh, yendo los sacerdotes a la cabeza del pueblo.
Jos 4:12 Los rubenitas, los gaditas y la media tribu de Manasés pasaron en orden de batalla al frente de los israelitas, como les había dicho Moisés.
Jos 4:13 Pasaron unos 40.000 guerreros armados, dispuestos al combate, delante de Yahveh, hacia la llanura de Jericó.
Jos 4:14 Aquel día Yahveh engrandeció a Josué delante de todo Israel; y le respetaron a él como habían respetado a Moisés durante toda su vida.
Jos 4:15 Yahveh dijo a Josué:
Jos 4:16 «Manda a los sacerdotes que llevan el arca del Testimonio que salgan del Jordán.»
Jos 4:17 Josué mandó a los sacerdotes: «Salid del Jordán.»
Jos 4:18 Cuando los sacerdotes portadores del arca de la alianza de Yahveh salieron del Jordán, apenas las plantas de sus pies tocaron la orilla, las aguas del Jordán volvieron a su cauce y empezaron a correr como antes, por todas sus riberas.
Jos 4:19 El pueblo salió del Jordán el día diez del mes primero y acamparon en Guilgal al oriente de Jericó.
Jos 4:20 Las doce piedras que habían sacado del Jordán las erigió Josué en Guilgal.
Jos 4:21 Y dijo a los israelitas: «Cuando el día de mañana vuestros hijos pregunten a sus padres: "¿Qué significan estas piedras?"
Jos 4:22 se lo explicaréis a vuestros hijos diciendo: "A pie enjuto pasó Israel ese Jordán,
Jos 4:23 porque Yahveh vuestro Dios secó delante de vosotros las aguas del Jordán hasta que pasarais, lo mismo que había hecho Yahveh vuestro Dios con el mar de Suf, que secó delante de nosotros hasta que pasamos,
Jos 4:24 para que todos los pueblos de la tierra reconozcan lo fuerte que es la mano de Yahveh, y para que teman siempre a Yahveh vuestro Dios."»


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Capítulo 5

5:1
Y CUANDO todos los reyes de los Amorrheos, que estaban de la otra parte del Jordán al occidente, y todos los reyes de los Cananeos, que estaban cerca de la mar, oyeron como el Altísimo había secado las aguas del Jordán delante de los hijos de Israel hasta que hubieron pasado, desfalleció su corazón, y no hubo más espíritu en ellos delante de los hijos de Israel.
5:2
En aquel tiempo el Altísimo dijo á Josué: Hazte cuchillos afilados, y vuelve á circuncidar la segunda vez á los hijos de Israel.
5:3
Y Josué se hizo cuchillos afilados, y circuncidó á los hijos de Israel en el monte de los prepucios.
5:4
Esta es la causa por la cual Josué los circuncidó: todo el pueblo que había salido de Egipto, los varones, todos los hombres de guerra, habían muerto en el desierto por el camino, después que salieron de Egipto.
5:5
Porque todos los del pueblo que habían salido, estaban circuncidados: mas todo el pueblo que había nacido en el desierto por el camino, después que salieron de Egipto, no estaban circuncidados.
5:6
Porque los hijos de Israel anduvieron por el desierto cuarenta años, hasta que toda la gente de los hombres de guerra que habían salido de Egipto, fué consumida, por cuanto no obedecieron á la voz de el Altísimo; por lo cual el Altísimo les juró que no les dejaría ver la tierra, de la cual el Altísimo había jurado á sus padres que nos la daría, tierra que fluye leche y miel.
5:7
Y los hijos de ellos, que él había hecho suceder en su lugar, Josué los circuncidó; pues eran incircuncisos, porque no habían sido circuncidados por el camino.
5:8
Y cuando hubieron acabado de circuncidar toda la gente, quedáronse en el mismo lugar en el campo, hasta que sanaron.
5:9
Y el Altísimo dijo á Josué: Hoy he quitado de vosotros el oprobio de Egipto: por lo cual el nombre de aquel lugar fué llamado Gilgal, hasta hoy.
5:10
Y los hijos de Israel asentaron el campo en Gilgal, y celebraron la pascua á los catorce días del mes, por la tarde, en los llanos de Jericó.
5:11
Y al otro día de la pascua comieron del fruto de la tierra los panes sin levadura, y en el mismo día espigas nuevas tostadas.
5:12
Y el maná cesó el día siguiente, desde que comenzaron á comer del fruto de la tierra: y los hijos de Israel nunca más tuvieron maná, sino que comieron de los frutos de la tierra de Canaán aquel año.
5:13
Y estando Josué cerca de Jericó, alzó sus ojos, y vió un varón que estaba delante de él, el cual tenía una espada desnuda en su mano. Y Josué yéndose hacia él, le dijo: ¿Eres de los nuestros, ó de nuestros enemigos?
5:14
Y él respondió: No; mas Príncipe del ejército de el Altísimo, ahora he venido. Entonces Josué postrándose sobre su rostro en tierra le adoró; y díjole: ¿Qué dice mi Señor á su siervo?
5:15
Y el Príncipe del ejército de el Altísimo repondió á Josué: Quita tus zapatos de tus pies; porque el lugar donde estás es santo. Y Josué lo hizo así.
Jos 5:1 Cuando oyeron todos los reyes de los amorreos que habitaban al otro lado del Jordán, al poniente, y todos los reyes de los cananeos que vivían hacia el mar, que Yahveh había secado las aguas del Jordán ante los israelitas hasta que pasaron, desfalleció su corazón y les faltó el aliento ante la presencia de los israelitas.
Jos 5:2 En aquel tiempo dijo Yahveh a Josué: «Hazte cuchillos de pedernal y vuelve a circuncidar (por segunda vez) a los israelitas.»
Jos 5:3 Josué se hizo cuchillos de pedernal y circuncidó a los israelitas en el Collado de los Prepucios.
Jos 5:4 Por este motivo hizo Josué esta circuncisión: toda la población masculina salida de Egipto, los útiles para la guerra, había muerto en el desierto, por el camino, después de la salida de Egipto.
Jos 5:5 Estaba circuncidada toda la población que había salido, pero el pueblo nacido en el desierto, de camino, después de la salida de Egipto, no había sido circuncidado.
Jos 5:6 Porque durante cuarenta años anduvieron los israelitas por el desierto, hasta que pereció toda la nación, los hombres salidos de Egipto útiles para la guerra. No obedecieron a la voz de Yahveh y Yahveh les juró que no les dejaría ver la tierra que había prometido a sus padres que nos daría, tierra que mana leche y miel.
Jos 5:7 En su lugar puso a sus hijos y éstos son los que Josué circuncidó, porque eran incircuncisos, ya que no los habían circuncidado por el camino.
Jos 5:8 Cuando acabó de circuncidarse toda la gente, se quedaron donde estaban en el campamento hasta que se curaron.
Jos 5:9 Y dijo Yahveh a Josué: «Hoy os he quitado de encima el oprobio de Egipto.» Por eso se llamó aquel lugar Guilgal, hasta el día de hoy.
Jos 5:10 Los israelitas acamparon en Guilgal y celebraron allí la Pascua el día catorce del mes, a la tarde, en los llanos de Jericó.
Jos 5:11 Al día siguiente de la Pascua comieron ya de los productos del país: panes ázimos y espigas tostadas, ese mismo día.
Jos 5:12 Y el maná cesó desde el día siguiente, en que empezaron a comer los productos del país. Los israelitas no tuvieron en adelante maná, y se alimentaron ya aquel año de los productos de la tierra de Canaán.
Jos 5:13 Sucedió que estando Josué cerca de Jericó, levantó los ojos y vio a un hombre plantado frente a él con una espada desnuda en la mano. Josué se adelantó hacia él y le dijo: «¿Eres de los nuestros o de nuestros enemigos?»
Jos 5:14 Respondió: «No, sino que soy el jefe del ejército de Yahveh. He venido ahora.» Cayó Josué rostro en tierra, le adoró y dijo: «¿Qué dice mi Señor a su siervo?»
Jos 5:15 El jefe del ejército de Yahveh respondió a Josué: «Quítate las sandalias de tus pies, porque el lugar en que estás es sagrado.» Así lo hizo Josué.


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Capítulo 6

6:1
EMPERO Jericó estaba cerrada, bien cerrada, á causa de los hijos de Israel: nadie entraba, ni salía.
6:2
Mas el Altísimo dijo á Josué: Mira, yo he entregado en tu mano á Jericó y á su rey, con sus varones de guerra.
6:3
Cercaréis pues la ciudad todos los hombres de guerra, yendo alrededor de la ciudad una vez: y esto haréis seis días.
6:4
Y siete sacerdotes llevarán siete bocinas de cuernos de carneros delante del arca; y al séptimo día daréis siete vueltas á la ciudad, y los sacerdotes tocarán las bocinas.
6:5
Y cuando tocaren prolongadamente el cuerno de carnero, así que oyereis el sonido de la bocina, todo el pueblo gritará á gran voz, y el muro de la ciudad caerá debajo de sí: entonces el pueblo subirá cada uno en derecho de sí.
6:6
Y llamando Josué hijo de Nun á los sacerdotes, les dijo: Llevad el arca del pacto, y siete sacerdotes lleven bocinas de cuernos de carneros delante del arca de el Altísimo.
6:7
Y dijo al pueblo: Pasad, y rodead la ciudad; y los que están armados pasarán delante del arca de el Altísimo.
6:8
Y así que Josué hubo hablado al pueblo, los siete sacerdotes, llevando las siete bocinas de cuernos de carneros, pasaron delante del arca de el Altísimo, y tocaron las bocinas: y el arca del pacto de el Altísimo los seguía.
6:9
Y los armados iban delante de los sacerdotes que tocaban las bocinas, y la gente reunida iba detrás del arca, andando y tocando bocinas.
6:10
Y Josué mandó al pueblo, diciendo: Vosotros no daréis grita, ni se oirá vuestra voz, ni saldrá palabra de vuestra boca, hasta el día que yo os diga: Gritad: entonces daréis grita.
6:11
El arca pues de el Altísimo dió una vuelta alrededor de la ciudad, y viniéronse al real, en el cual tuvieron la noche.
6:12
Y Josué se levantó de mañana, y los sacerdotes tomaron el arca de el Altísimo.
6:13
Y los siete sacerdotes, llevando las siete bocinas de cuernos de carneros, fueron delante del arca de el Altísimo, andando siempre y tocando las bocinas; y los armados iban delante de ellos, y la gente reunida iba detrás del arca de el Altísimo, andando y tocando las bocinas.
6:14
Así dieron otra vuelta á la ciudad el segundo día, y volviéronse al real: de esta manera hicieron por seis días.
6:15
Y al séptimo día levantáronse cuando subía el alba, y dieron vuelta á la ciudad de la misma manera siete veces: solamente este día dieron vuelta alrededor de ella siete veces.
6:16
Y como los sacerdotes hubieron tocado las bocinas la séptima vez, Josué dijo al pueblo: Dad grita, porque el Altísimo os ha entregado la ciudad.
6:17
Mas la ciudad será anatema á el Altísimo, ella con todas las cosas que están en ella: solamente Rahab la ramera vivirá, con todos los que estuvieren en casa con ella, por cuanto escondió los mensajeros que enviamos.
6:18
Empero guardaos vosotros del anatema, que ni toquéis, ni toméis alguna cosa del anatema, porque no hagáis anatema el campo de Israel, y lo turbéis.
6:19
Mas toda la plata, y el oro, y vasos de metal y de hierro, sea consagrado á el Altísimo, y venga al tesoro de el Altísimo.
6:20
Entonces el pueblo dió grita, y los sacerdotes tocaron las bocinas: y aconteció que como el pueblo hubo oído el sonido de la bocina, dió el pueblo grita con gran vocerío, y el muro cayó á plomo. El pueblo subió luego á la ciudad, cada uno en derecho de sí, y tomáronla.
6:21
Y destruyeron todo lo que en la ciudad había; hombres y mujeres, mozos y viejos, hasta los bueyes, y ovejas, y asnos, á filo de espada.
6:22
Mas Josué dijo á los dos hombres que habían reconocido la tierra: Entrad en casa de la mujer ramera, y haced salir de allá á la mujer, y á todo lo que fuere suyo, como lo jurasteis.
6:23
Y los mancebos espías entraron, y sacaron á Rahab, y á su padre, y á su madre, y á sus hermanos, y todo lo que era suyo; y también sacaron á toda su parentela, y pusiéronlos fuera del campo de Israel.
6:24
Y consumieron con fuego la ciudad, y todo lo que en ella había: solamente pusieron en el tesoro de la casa de el Altísimo la plata, y el oro, y los vasos de metal y de hierro.
6:25
Mas Josué salvó la vida á Rahab la ramera, y á la casa de su padre, y á todo lo que ella tenía: y habitó ella entre los Israelitas hasta hoy; por cuanto escondió los mensajeros que Josué envió á reconocer á Jericó.
6:26
Y en aquel tiempo Josué les juramentó diciendo: Maldito delante de el Altísimo el hombre que se levantare y reedificare esta ciudad de Jericó. En su primogénito eche sus cimientos, y en su menor asiente sus puertas.
6:27
Fué pues el Altísimo con Josué, y su nombre se divulgó por toda la tierra.
Jos 6:1 Jericó estaba cerrada a cal y canto por mielo a los israelitas: nadie salía ni entraba.
Jos 6:2 Yahveh dijo a Josué: «Mira, yo pongo en tus manos a Jericó y a sus rey. Vosotros, valientes guerreros,
Jos 6:3 todos los hombres de guerra, rodearéis la ciudad, (dando una vuelta alrededor. Así harás durante seis días.
Jos 6:4 Siete sacerdotes llevarán las siete trompetas de cuerno de carnero delante del arca. El séptimo día daréis la vuelta a la ciudad siete veces y los sacerdotes tocarán las trompetas).
Jos 6:5 Cuando el cuerno de carnero suene (cuando oigáis la voz de la trompeta), todo el pueblo prorrumpirá en un gran clamoreo y el muro de la ciudad se vendrá abajo. Y el pueblo se lanzará al asalto cada uno por frente a sí.»
Jos 6:6 Josué, hijo de Nun, llamó a los sacerdotes y les dijo: «Tomad el arca de la alianza y que siete sacerdotes lleven las trompetas de cuerno de carnero delante del arca de Yahveh.»
Jos 6:7 Al pueblo le dijo: «Pasad y dad la vuelta a la ciudad y que la vanguardia pase delante del arca de Yahveh.»
Jos 6:8 (Se hizo según la orden dada por Josué al pueblo). Siete sacerdotes llevando las siete trompetas de cuerno de carnero delante de Yahveh pasaron y tocaron las trompetas; el arca de la alianza de Yahveh iba tras ellos;
Jos 6:9 la vanguardia iba delante de los sacerdotes que tocaban las trompetas y la retaguardia marchaba detrás del arca. Según iban caminando, tocaban las trompetas.
Jos 6:10 Josué había dado esta orden al pueblo: «No gritéis, ni dejéis oír vuestras voces (que no salga ni una palabra de vuestra boca) hasta el día en que yo os diga: "Gritad." Entonces gritaréis.»
Jos 6:11 Hizo que el arca de Yahveh diera la vuelta a la ciudad (rodeándola una vez); luego volvieron al campamento, donde pasaron la noche.
Jos 6:12 Josué se levantó de mañana y los sacerdotes tomaron el arca de Yahveh.
Jos 6:13 Siete sacerdotes, llevando las siete trompetas de cuerno de carnero delante del arca de Yahveh, iban caminando y tocando las trompetas según caminaban. La vanguardia iba delante de ellos y la retaguardia detrás del arca de Yahveh, desfilando al son de las trompetas.
Jos 6:14 Dieron (el segundo día) una vuelta a la ciudad y volvieron al campamento. Se hizo lo mismo los seis días.
Jos 6:15 El séptimo día, se levantaron con el alba y dieron la vuelta a la ciudad (según el mismo rito) siete veces. (Sólo aquel día dieron la vuelta a la ciudad siete veces.)
Jos 6:16 La séptima vez, los sacerdotes tocaron la trompeta y Josué dijo al pueblo: «¡Lanzad el grito de guerra, porque Yahveh os ha entregado la ciudad!»
Jos 6:17 «La ciudad será consagrada como anatema a Yahveh con todo lo que haya en ella; únicamente, Rajab, la prostituta, quedará con vida, así como todos los que están con ella en su casa, por haber ocultado a los emisarios que enviamos.
Jos 6:18 Pero vosotros guardaos del anatema, no vayáis a quedaros, llevados de la codicia, con algo de lo que es anatema, porque convertiríais en anatema todo el campamento de Israel y le acarrearíais la desgracia.
Jos 6:19 Toda la plata y todo el oro, todos los objetos de bronce y de hierro, están consagrados a Yahveh: ingresarán en su tesoro.»
Jos 6:20 El pueblo clamó y se tocaron las trompetas. Al escuchar el pueblo la voz de la trompeta, prorrumpió en gran clamor, y el muro se vino abajo. La gente escaló la ciudad, cada uno frente a sí, y se apoderaron de ella.
Jos 6:21 Consagraron al anatema todo lo que había en la ciudad, hombres y mujeres, jóvenes y viejos, bueyes, ovejas y asnos, a filo de espada.
Jos 6:22 Josué dijo a los dos hombres que habían explorado el país: «Entrad en la casa de la prostituta y haced salir de ella a esa mujer con todos los suyos, como se lo habéis jurado.»
Jos 6:23 Los jóvenes espías fueron e hicieron salir a Rajab, a su padre, a su madre, a sus hermanos y a todos los suyos. También hicieron salir a todos los de su familia y los pusieron a salvo, fuera del campamento de Israel.
Jos 6:24 Prendieron fuego a la ciudad con todo lo que contenía. Sólo la plata, el oro y los objetos de bronce y de hierro los depositaron el tesoro de la casa de Yahveh.
Jos 6:25 Pero a Rajab, la prostituta, así como a la casa de su padre y a todos los suyos, Josué los conservó con vida. Ella se quedó en Israel hasta el día de hoy, por haber escondido a los emisarios que Josué había enviado a explorar Jericó.
Jos 6:26 En aquel tiempo Josué pronunció este juramento: ¡Maldito sea delante de Yahveh el hombre que se levante y reconstruya esta ciudad (de Jericó)! ¡Sobre su primogénito echará su cimiento y sobre su pequeño colocará las puertas!
Jos 6:27 Y Yahveh estuvo con Josué, cuya fama se extendió por toda la tierra


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Capítulo 7

7:1
EMPERO los hijos de Israel cometieron prevaricación en el anatema: porque Achân, hijo de Carmi, hijo de Zabdi, hijo de Zera, de la tribu de Judá, tomó del anatema; y la ira de el Altísimo se encendió contra los hijos de Israel.
7:2
Y Josué envió hombres desde Jericó á Hai, que estaba junto á Beth-aven hacia el oriente de Beth-el; y hablóles diciendo: Subid, y reconoced la tierra. Y ellos subieron, y reconocieron á Hai.
7:3
Y volviendo á Josué, dijéronle: No suba todo el pueblo, mas suban como dos mil ó como tres mil hombre, y tomarán á Hai: no fatigues á todo el pueblo allí, porque son pocos.
7:4
Y subieron allá del pueblo como tres mil hombres, los cuales huyeron delante de los de Hai.
7:5
Y los de Hai hirieron de ellos como treinta y seis hombre, y siguiéronlos desde la puerta hasta Sebarim, y los rompieron en la bajada: por lo que se disolvió el corazón del pueblo, y vino á ser como agua.
7:6
Entonces Josué rompió sus vestidos, y postróse en tierra sobre su rostro delante del arca de el Altísimo hasta la tarde, él y los ancianos de Israel; y echaron polvo sobre sus cabezas.
7:7
Y Josué dijo: ¡Ah, Señor el Altísimo! ¿Por qué hiciste pasar á este pueblo el Jordán, para entregarnos en las manos de los Amorrheos, que nos destruyan? ¡Ojalá nos hubiéramos quedado de la otra parte del Jordán!
7:8
¡Ay Señor! ¿qué diré, ya que Israel ha vuelto las espaldas delante de sus enemigos?
7:9
Porque los Cananeos y todos los moradores de la tierra oirán, y nos cercarán, y raerán nuestro nombre de sobre la tierra: entonces ¿qué harás tú á tu grande nombre?
7:10
Y el Altísimo dijo á Josué: Levántate; ¿por qué te postras así sobre tu rostro?
7:11
Israel ha pecado, y aun han quebrantado mi pacto que yo les había mandado; pues aun han tomado del anatema, y hasta han hurtado, y también han mentido, y aun lo han guardado entre sus enseres.
7:12
Por esto los hijos de Israel no podrán estar delante de sus enemigos, sino que delante de sus enemigos volverán las espaldas; por cuanto han venido á ser anatema: ni seré más con vosotros, si no destruyereis el anatema de en medio de vosotros.
7:13
Levántate, santifica al pueblo, y di: Santificaos para mañana, porque el Altísimo el Dios de Israel dice así: Anatema hay en medio de ti, Israel; no podrás estar delante de tus enemigos, hasta tanto que hayáis quitado el anatema de en medio de vosotros.
7:14
Os allegaréis, pues, mañana por vuestras tribus; y la tribu que el Altísimo tomare, se allegará por sus familias; y la familia que el Altísimo tomare, se allegará por sus casas; y la casa que el Altísimo tomare, allegaráse por los varones;
7:15
Y el que fuere cogido en el anatema, será quemado á fuego, él y todo lo que tiene, por cuanto ha quebrantado el pacto de el Altísimo, y ha cometido maldad en Israel.
7:16
Josué, pues, levantándose de mañana, hizo allegar á Israel por sus tribus; y fué tomada la tribu de Judá;
7:17
Y haciendo allegar la tribu de Judá, fué tomada la familia de los de Zera; haciendo luego allegar la familia de los de Zera por los varones, fué tomado Zabdi;
7:18
E hizo allegar su casa por los varones, y fué tomado Achân, hijo de Carmi, hijo de Zabdi, hijo de Zera, de la tribu de Judá.
7:19
Entonces Josué dijo á Achân: Hijo mío, da gloria ahora á el Altísimo el Dios de Israel, y dale alabanza, y declárame ahora lo que has hecho; no me lo encubras.
7:20
Y Achân respondió á Josué, diciendo: Verdaderamente yo he pecado contra el Altísimo el Dios de Israel, y he hecho así y así:
7:21
Que vi entre los despojos un manto babilónico muy bueno, y doscientos siclos de plata, y un changote de oro de peso de cincuenta siclos; lo cual codicié, y tomé: y he aquí que está escondido debajo de tierra en el medio de mi tienda, y el dinero debajo de ello.
7:22
Josué entonces envió mensajeros, los cuales fueron corriendo á la tienda; y he aquí estaba escondido en su tienda, y el dinero debajo de ello:
7:23
Y tomándolo de en medio de la tienda, trajéronlo á Josué y á todos los hijos de Israel, y pusiéronlo delante de el Altísimo.
7:24
Entonces Josué, y todo Israel con él, tomó á Achân hijo de Zera, y el dinero, y el manto, y el changote de oro, y sus hijos, y sus hijas, y sus bueyes, y sus asnos, y sus ovejas, y su tienda, y todo cuanto tenía, y lleváronlo todo al valle de Achôr;
7:25
Y dijo Josué: ¿Por qué nos has turbado? Túrbete el Altísimo en este día. Y todos los Israelitas los apedrearon, y los quemaron á fuego, después de apedrearlos con piedras;
7:26
Y levantaron sobre él un gran montón de piedras, hasta hoy. Y el Altísimo se tornó de la ira de su furor. Y por esto fué llamado aquel lugar el Valle de Achôr, hasta hoy.
Jos 7:1 Pero los israelitas cometieron un delito en lo del anatema. Akán, hijo de Karmí, hijo de Zabdí, hijo de Zéraj, de la tribu de Judá, se quedó con algo del anatema, y la ira de Yahveh se encendió contra los israelitas.
Jos 7:2 Josué envió de Jericó a Ay, que está (junto a Bet Avén) al oriente de Betel, unos hombres, diciéndoles: «Subid a explorar el país.» Los hombres subieron y exploraron Ay.
Jos 7:3 Volvieron donde Josué y le dijeron: «Que no suba toda la gente; para atacar a Ay basta con que suban dos o 3.000 hombres. No molestes a toda la gente haciéndoles subir hasta allí, porque ellos son pocos.»
Jos 7:4 Subieron a Ay unos 3.000 hombres del pueblo, pero tuvieron que huir ante los hombres de Ay.
Jos 7:5 Los hombres de Ay les mataron como unos 36 hombres y los persiguieron más allá de la puerta hasta Sebarim, batiéndolos en la bajada. Entonces desfalleció el corazón del pueblo y se derritió como agua.
Jos 7:6 Josué desgarró sus vestidos, se postró rostro en tierra delante del arca de Yahveh hasta la tarde, junto con los ancianos de Israel, y todos esparcieron polvo sobre sus cabezas.
Jos 7:7 Dijo Josué: «¡Ah, Señor Yahveh! ¿Por qué has hecho pasar el Jordán a este pueblo, para entregarnos en manos de los amorreos y destruirnos? ¡Ojalá nos hubiésemos empeñado en establecernos al otro lado del Jordán!
Jos 7:8 ¡Perdón, Señor! ¿Qué puedo decir ahora que Israel ha vuelto la espalda a sus enemigos?
Jos 7:9 Se enterarán los cananeos y todos los habitantes del país: se aliarán contra nosotros y borrarán nuestro nombre de la tierra. ¿Que harás tú entonces por tu gran nombre?»
Jos 7:10 Yahveh respondió a Josué: «¡Arriba! ¡Vamos! ¿Por qué te estás así rostro en tierra?
Jos 7:11 Israel ha pecado, también ha violado la alianza que yo le había impuesto. Y hasta se han quedado con algo del anatema, y lo han robado, y lo han escondido y lo han puesto entre sus utensilios.
Jos 7:12 Los israelitas no podrán sostenerse ante sus enemigos; volverán la espalda ante sus enemigos, porque se han convertido en anatema. Yo no estaré ya con vosotros, si no hacéis desaparecer el anatema de en medio de vosotros.
Jos 7:13 Levántate, purifica al pueblo y diles: Purificaos para mañana, porque así dice Yahveh, el Dios de Israel: El anatema está dentro de ti, Israel; no podrás mantenerte delante de tus enemigos hasta que extirpéis el anatema de entre vosotros.
Jos 7:14 Os presentaréis, pues, mañana por la mañana, por tribus: la tribu que Yahveh designe por la suerte se presentará por clanes, el clan que Yahveh designe se presentará por familias, y la familia que Yahveh designe se presentará hombre por hombre.
Jos 7:15 El designado por la suerte en lo del anatema será entregado al fuego con todo lo que le pertenece, por haber violado la alianza de Yahveh y cometido una infamia en Israel.»
Jos 7:16 Josué se levantó de mañana; mandó que se acercara Israel por tribus, y fue designada por la suerte la tribu de Judá.
Jos 7:17 Mandó que se acercaran los clanes de Judá, y fue designado por la suerte el clan de Zéraj. Mandó que se acercara el clan de Zéraj por familias, y fue designado por la suerte Zabdí.
Jos 7:18 Mandó que se acercara la familia de Zabdí, hombre por hombre, y fue designado por la suerte Akán, hijo de Karmí, hijo de Zabdí, hijo de Zéraj, de la tribu de Judá.
Jos 7:19 Dijo entonces Josué a Akán: «Hijo mío, da gloria a Yahveh, Dios de Israel y tribútale alabanza; declárame lo que has hecho, no me lo ocultes».
Jos 7:20 Akán respondió a Josué: «En verdad, yo soy el que ha pecado contra Yahveh, Dios de Israel; esto y esto es lo que he hecho:
Jos 7:21 Vi entre el botín un hermoso manto de Senaar, doscientos siclos de plata y un lingote de oro de cincuenta siclos de peso, me gustaron y me los guardé. Están escondidos en la tierra en medio de mi tienda, y la plata debajo.»
Jos 7:22 Josué envió emisarios, que fueron corriendo a la tienda, y en efecto el manto estaba escondido en la tienda y la plata debajo.
Jos 7:23 Lo sacaron de la tienda y se lo llevaron a Josué y a todos los israelitas delante de Yahveh.
Jos 7:24 Entonces Josué tomó a Akán, hijo de Zéraj, con la plata, el manto y el lingote de oro, a sus hijos, sus hijas, su toro, su asno y su oveja, su tienda y todo lo suyo y los hizo subir al valle de Akor. Todo Israel le acompañaba.
Jos 7:25 Josué dijo: «¿Por qué nos has traído la desgracia? Que Yahveh te haga desgraciado en este día.» Y todo Israel lo apedreó (y los quemaron en la hoguera y los apedrearon).
Jos 7:26 Levantaron sobre él un gran montón de piedras, que existe todavía hoy. Así Yahveh se calmó del furor de su cólera. Por eso se llama aquel lugar Valle de Akor hasta el día de hoy.


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Capítulo 8

8:1
Y el Altísimo dijo á Josué: No temas, ni desmayes; toma contigo toda la gente de guerra, y levántate y sube á Hai. Mira, yo he entregado en tu mano al rey de Hai, y á su pueblo, á su ciudad, y á su tierra.
8:2
Y harás á Hai y á su rey como hiciste á Jericó y á su rey: sólo que sus despojos y sus bestias tomaréis para vosotros. Pondrás, pues, emboscadas á la ciudad detrás de ella.
8:3
Y levantóse Josué, y toda la gente de guerra, para subir contra Hai: y escogió Josué treinta mil hombres fuertes, los cuales envió de noche.
8:4
Y mandóles, diciendo: Mirad, pondréis emboscada á la ciudad detrás de ella: no os alejaréis mucho de la ciudad, y estaréis todos apercibidos.
8:5
Y yo, y todo el pueblo que está conmigo, nos acercaremos á la ciudad; y cuando saldrán ellos contra nosotros, como hicieron antes, huiremos delante de ellos.
8:6
Y ellos saldrán tras nosotros, hasta que los arranquemos de la ciudad; porque ellos dirán: Huyen de nosotros como la primera vez. Huiremos, pues, delante de ellos.
8:7
Entonces vosotros os levantaréis de la emboscada, y os echaréis sobre la ciudad; pues el Altísimo vuestro Dios la entregará en vuestras manos.
8:8
Y cuando la hubiereis tomado, le prenderéis fuego. Haréis conforme á la palabra de el Altísimo. Mirad que os lo he mandado.
8:9
Entonces Josué los envió; y ellos se fueron á la emboscada, y pusiéronse entre Beth-el y Hai, al occidente de Hai: y Josué se quedó aquella noche en medio del pueblo.
8:10
Y levantándose Josué muy de mañana, revistó al pueblo, y subió él, con los ancianos de Israel, delante del pueblo contra Hai.
8:11
Y toda la gente de guerra que con él estaba, subió, y acercóse, y llegaron delante de la ciudad, y asentaron el campo á la parte del norte de Hai: y el valle estaba entre él y Hai.
8:12
Y tomó como cinco mil hombres, y púsolos en emboscada entre Beth-el y Hai, á la parte occidental de la ciudad.
8:13
Y el pueblo, todo el campo que estaba á la parte del norte de la ciudad, colocado ya cerca, y su emboscada al occidente de la ciudad, vínose Josué aquella noche al medio del valle.
8:14
Lo cual como viese el rey de Hai, levantóse prestamente de mañana, y salió con la gente de la ciudad contra Israel, él y todo su pueblo, para combatir por el llano al tiempo señalado, no sabiendo que le estaba puesta emboscada á las espaldas de la ciudad.
8:15
Entonces Josué y todo Israel, haciéndose vencidos, huyeron delante de ellos por el camino del desierto.
8:16
Y todo el pueblo que estaba en Hai se juntó para seguirlos: y siguieron á Josué, siendo así arrancados de la ciudad.
8:17
Y no quedó hombre en Hai y Beth-el, que no saliera tras de Israel; y por seguir á Israel dejaron la ciudad abierta.
8:18
Entonces el Altísimo dijo á Josué: Levanta la lanza que tienes en tu mano hacia Hai, porque yo la entregaré en tu mano. Y Josué levantó hacia la ciudad la lanza que en su mano tenía.
8:19
Y levantándose prestamente de su lugar los que estaban en la emboscada, corrieron luego que él alzó su mano, y vinieron á la ciudad, y la tomaron, y apresuráronse á prenderle fuego.
8:20
Y como los de la ciudad miraron atrás, observaron, y he aquí el humo de la ciudad que subía al cielo, y no tuvieron arbitrio para huir ni á una parte ni á otra: y el pueblo que iba huyendo hacia el desierto, se volvió contra los que le seguían.
8:21
Josué y todo Israel, viendo que los de la emboscada habían tomado la ciudad, y que el humo de la ciudad subía, tornaron, é hirieron á los de Hai.
8:22
Y los otros salieron de la ciudad á su encuentro: y así fueron encerrados en medio de Israel, los unos de la una parte, y los otros de la otra. Y los hirieron hasta que no quedó ninguno de ellos que escapase.
8:23
Y tomaron vivo al rey de Hai, y trajéronle á Josué.
8:24
Y cuando los Israelitas acabaron de matar á todos los moradores de Hai en el campo, en el desierto, donde ellos los habían perseguido, y que todos habían caído á filo de espada hasta ser consumidos, todos los Israelitas se tornaron á Hai, y también la pusieron á cuchillo.
8:25
Y el número de los que cayeron aquel día, hombres y mujeres, fué doce mil, todos los de Hai.
8:26
Y Josué no retrajo su mano que había extendido con la lanza, hasta que hubo destruído á todos los moradores de Hai.
8:27
Empero los Israelitas tomaron para sí las bestias y los despojos de la ciudad, conforme á la palabra de el Altísimo que él había mandado á Josué.
8:28
Y Josué quemó á Hai y redújola á un montón perpetuo, asolado hasta hoy.
8:29
Mas al rey de Hai colgó de un madero hasta la tarde: y como el sol se puso, mandó Josué que quitasen del madero su cuerpo, y lo echasen á la puerta de la ciudad: y levantaron sobre él un gran montón de piedras, hasta hoy.
8:30
Entonces Josué edificó un altar á el Altísimo Dios de Israel en el monte de Ebal,
8:31
Como Moisés, siervo de el Altísimo, lo había mandado á los hijos de Israel, como está escrito en el libro de la ley de Moisés, un altar de piedras enteras sobre las cuales nadie alzó hierro: y ofrecieron sobre él holocaustos á el Altísimo, y sacrificaron víctimas pacíficas.
8:32
También escribió allí en piedras la repetición de la ley de Moisés, la cual él había escrito delante de los hijos de Israel.
8:33
Y todo Israel, y sus ancianos, oficiales, y jueces, estaban de la una y de la otra parte junto al arca, delante de los sacerdotes Levitas que llevan el arca del pacto de el Altísimo; así extranjeros como naturales, la mitad de ellos estaba hacia el monte de Gerizim, y la otra mitad hacia el monte de Ebal; de la manera que Moisés, siervo de el Altísimo, lo había mandado antes, para que bendijesen primeramente al pueblo de Israel.
8:34
Después de esto, leyó todas las palabras de la ley, las bendiciones y las maldiciones, conforme á todo lo que está escrito en el libro de la ley.
8:35
No hubo palabra alguna de todas las cosas que mandó Moisés, que Josué no hiciese leer delante de toda la congregación de Israel, mujeres y niños, y extranjeros que andaban entre ellos.

Jos 8:1 Yahveh dijo entonces a Josué: «¡No tengas miedo ni te asustes! Toma contigo a toda la gente de guerra; levántate y sube contra Ay. Mira que entrego en tus manos al rey de Ay, a su pueblo, su ciudad y su territorio.
Jos 8:2 Harás con Ay y con su rey lo que has hecho con Jericó y con su rey. Pero como botín sólo tomaréis los despojos y el ganado. Pon una emboscada a espaldas de la ciudad.»
Jos 8:3 Josué se levantó con toda la gente de guerra para marchar sobre Ay. Escogió Josué 30.000 guerreros valientes y les hizo salir de noche,
Jos 8:4 dándoles esta orden: «Mirad, vosotros vais a estar emboscados a espaldas de la ciudad, pero no os alejéis mucho de ella, y estad todos alerta.
Jos 8:5 Yo y toda la gente que me acompaña nos acercaremos a la ciudad y, cuando la gente de Ay salga a nuestro encuentro como la primera vez, huiremos ante ellos.
Jos 8:6 Saldrán tras de nosotros hasta que los alejemos de la ciudad, porque se dirán: "Huyen delante de nosotros como la primera vez.
Jos 8:7 Entonces vosotros saldréis de la emboscada y os apoderaréis de la ciudad; Yahveh, vuestro Dios, la pondrá en vuestras manos.
Jos 8:8 En cuanto toméis la ciudad la incendiaréis. Lo haréis según la orden de Yahveh. Mirad que os lo mando yo.»
Jos 8:9 Los envió Josué y fueron al lugar de la emboscada, y se apostaron entre Betel y Ay, al occidente de Ay; Josué pasó aquella noche en medio de la gente.
Jos 8:10 Se levantó de mañana Josué, revistó la tropa y subió contra Ay, con los ancianos de Israel al frente de la tropa.
Jos 8:11 Toda la gente de guerra que estaba con él subió y se acercó hasta llegar ante la ciudad. Acamparon al norte de Ay. El valle quedaba entre ellos y la ciudad.
Jos 8:12 Tomó unos 5.000 hombres y tendió con ellos una emboscada entre Betel y Ay, al oeste de la ciudad.
Jos 8:13 Pero la tropa formó el grueso del campamento que estaba al norte de la ciudad, quedando emboscada al oeste de la ciudad. Josué pasó aquella noche en medio del valle.
Jos 8:14 En cuanto vio esto el rey de Ay, se dieron prisa, se levantaron temprano y salieron él y toda su gente a presentar batalla a Israel en la bajada, frente a la Arabá, sin saber que tenía una emboscada a espaldas de la ciudad.
Jos 8:15 Josué y todo Israel se hicieron los derrotados por ellos y huyeron camino del desierto.
Jos 8:16 Toda la gente que estaba en la ciudad se puso a dar grandes alaridos saliendo tras ellos y al perseguir a Josué, se alejaron de la ciudad.
Jos 8:17 No quedó un solo hombre en Ay (ni en Betel) que no saliera en persecución de Israel. Y dejaron la ciudad abierta por perseguir a Israel.
Jos 8:18 Yahveh dijo entonces a Josué: «Tiende hacia Ay el dardo que tienes en tu mano porque en tu mano te la entrego.» Josué tendió el dardo que tenía en la mano hacia la ciudad.
Jos 8:19 Tan pronto como extendió la mano, los emboscados surgieron rápidamente de su puesto, corrieron y entraron en la ciudad, se apoderaron de ella y a toda prisa la incendiaron.
Jos 8:20 Cuando los hombres de Ay volvieron la vista atrás y vieron la humareda que subía de la ciudad hacia el cielo, no tuvieron fuerza para huir por un lado o por otro. El pueblo que iba huyendo hacia el desierto se volvió contra los perseguidores.
Jos 8:21 Viendo Josué y todo Israel que los emboscados habían tomado la ciudad y que subía de ella una humareda, se volvieron y batieron a los hombres de Ay.
Jos 8:22 Los otros salieron de la ciudad a su encuentro, de modo que los hombres de Ay se encontraron en medio de los israelitas, unos por un lado y otros por otro. Estos los derrotaron hasta que no quedó superviviente ni fugitivo.
Jos 8:23 Pero al rey de Ay lo prendieron vivo y lo condujeron ante Josué.
Jos 8:24 Cuando Israel acabó de matar a todos los habitantes de Ay en el campo y en el desierto, hasta donde habían salido en su persecución, y todos ellos cayeron a filo de espada hasta no quedar uno, todo Israel volvió a Ay y pasó a su población a filo de espada.
Jos 8:25 El total de los que cayeron aquel día, hombres y mujeres, fue 12.000, todos los habitantes de Ay.
Jos 8:26 Josué no retiró la mano que tenía extendida con el dardo hasta que consagró al anatema a todos los habitantes de Ay.
Jos 8:27 Israel se repartió solamente el ganado y los despojos de dicha ciudad, según la orden que Yahveh había dado a Josué.
Jos 8:28 Josué incendió Ay y la convirtió para siempre en una ruina, en desolación hasta el día de hoy.
Jos 8:29 Al rey de Ay lo colgó de un árbol hasta la tarde; y a la puesta del sol ordenó Josué que bajaran el cadáver del árbol. Lo echaron luego a la entrada de la puerta de la ciudad y amontonaron sobre él un gran montón de piedras, que existe todavía hoy.
Jos 8:30 Entonces Josué construyó un altar a Yahveh, Dios de Israel, en el monte Ebal,
Jos 8:31 como había mandado Moisés, siervo de Yahveh, a los israelitas, según está escrito en el libro de la Ley de Moisés: un altar de piedras sin labrar, a las que no haya tocado el hierro. Ofrecieron sobre él holocaustos a Yahveh e inmolaron sacrificios de comunión.
Jos 8:32 Josué escribió allí mismo, sobre las piedras, una copia de la Ley que Moisés había escrito delante de los israelitas.
Jos 8:33 Y todo Israel, sus ancianos, sus escribas y sus jueces, de pie a los lados del arca, delante de los sacerdotes levitas que llevaban el arca de la alianza de Yahveh, todos, tanto forasteros como ciudadanos, se colocaron la mitad en la falda del monte Garizim y la otra mitad en la falda del monte Ebal, según la orden de Moisés, siervo de Yahveh, para bendecir por primera vez al pueblo de Israel.
Jos 8:34 Luego, Josué leyó todas las palabras de la Ley - la bendición y la maldición - a tenor de cuanto está escrito en el libro de la Ley.
Jos 8:35 No hubo ni una palabra de cuanto Moisés había mandado que no la leyera Josué en presencia de toda la asamblea de Israel, incluidas las mujeres, los niños y los forasteros que vivían en medio de ellos.

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Capítulo 9

9:1
Y ACONTECIÓ que como oyeron estas cosas todos los reyes que estaban de esta parte del Jordán, así en las montañas como en los llanos, y en toda la costa de la gran mar delante del Líbano, los Hetheos, Amorrheos, Cananeos, Pherezeos, Heveos, y Jebuseos;
9:2
Juntáronse á una, de un acuerdo, para pelear contra Josué é Israel.
9:3
Mas los moradores de Gabaón, como oyeron lo que Josué había hecho á Jericó y á Hai,
9:4
Ellos usaron también de astucia; pues fueron y fingiéronse embajadores, y tomaron sacos viejos sobre sus asnos, y cueros viejos de vino, rotos y remendados,
9:5
Y zapatos viejos y recosidos en sus pies, con vestidos viejos sobre sí; y todo el pan que traían para el camino, seco y mohoso.
9:6
Así vinieron á Josué al campo en Gilgal, y dijéronle á él y á los de Israel: Nosotros venimos de tierra muy lejana: haced pues ahora con nosotros alianza.
9:7
Y los de Israel respondieron á los Heveos: Quizás vosotros habitáis en medio de nosotros: ¿cómo pues podremos nosotros hacer alianza con vosotros?
9:8
Y ellos respondieron á Josué: Nosotros somos tus siervos. Y Josué les dijo: ¿Quién sois vosotros y de dónde venís?
9:9
Y ellos respondieron: Tus siervos han venido de muy lejanas tierras, por la fama de el Altísimo tu Dios; porque hemos oído su fama, y todas las cosas que hizo en Egipto,
9:10
Y todo lo que hizo á los dos reyes de los Amorrheos que estaban de la otra parte del Jordán; á Sehón rey de Hesbón, y á Og rey de Basán, que estaba en Astaroth.
9:11
Por lo cual nuestros ancianos y todos los moradores de nuestra tierra nos dijeron: Tomad en vuestras manos provisión para el camino, é id al encuentro de ellos, y decidles: Nosotros somos vuestros siervos, y haced ahora con nosotros alianza.
9:12
Este nuestro pan tomamos caliente de nuestras casas para el camino el día que salimos para venir á vosotros; y helo aquí ahora que está seco y mohoso:
9:13
Estos cueros de vino también los henchimos nuevos; helos aquí ya rotos: también estos nuestros vestidos y nuestros zapatos están ya viejos á causa de lo muy largo del camino.
9:14
Y los hombres de Israel tomaron de su provisión del camino, y no preguntaron á la boca de el Altísimo.
9:15
Y Josué hizo paz con ellos, y concertó con ellos que les dejaría la vida: también los príncipes de la congregación les juraron.
9:16
Pasados tres días después que hicieron con ellos el concierto, oyeron como eran sus vecinos, y que habitaban en medio de ellos.
9:17
Y partiéronse los hijos de Israel, y al tercer día llegaron á sus ciudades: y sus ciudades eran Gabaón, Caphira, Beeroth, y Chiriath-jearim.
9:18
Y no los hirieron los hijos de Israel, por cuanto los príncipes de la congregación les habían jurado por el Altísimo el Dios de Israel. Y toda la congregación murmuraba contra los príncipes.
9:19
Mas todos los príncipes respondieron á toda la congregación: Nosotros les hemos jurado por el Altísimo Dios de Israel; por tanto, ahora no les podemos tocar.
9:20
Esto haremos con ellos: les dejaremos vivir, porque no venga ira sobre nosotros á causa del juramento que les hemos hecho.
9:21
Y los príncipes les dijeron: Vivan; mas sean leñadores y aguadores para toda la congregación, como los príncipes les han dicho.
9:22
Y llamándolos Josué, les habló diciendo: ¿Por qué nos habéis engañado, diciendo, Habitamos muy lejos de vosotros; una vez que moráis en medio de nosotros?
9:23
Vosotros pues ahora sois malditos, y no faltará de vosotros siervo, y quien corte la leña y saque el agua para la casa de mi Dios.
9:24
Y ellos respondieron á Josué, y dijeron: Como fué dado á entender á tus siervos, que el Altísimo tu Dios había mandado á Moisés su siervo que os había de dar toda la tierra, y que había de destruir todos los moradores de la tierra delante de vosotros, por esto temimos en gran manera de vosotros por nuestras vidas, é hicimos esto.
9:25
Ahora pues, henos aquí en tu mano: lo que te pareciere bueno y recto hacer de nosotros, hazlo.
9:26
Y él lo hizo así; que los libró de la mano de los hijos de Israel, para que no los matasen.
9:27
Y constituyólos Josué aquel día por leñadores y aguadores para la congregación y para el altar de el Altísimo, en el lugar que él escogiese: lo que son hasta hoy.
Jos 9:1 En cuanto se enteraron todos los reyes que estaban de este lado del Jordán, en la Montaña, en la Tierra Baja, a lo largo de la costa del mar Grande hasta la región del Líbano, hititas, amorreos, cananeos, perizitas, jivitas y jebuseos,
Jos 9:2 se aliaron para combatir como un solo hombre contra Josué e Israel.
Jos 9:3 Pero los habitantes de Gabaón se enteraron de lo que había hecho Josué con Jericó y Ay,
Jos 9:4 y recurrieron también ellos a la astucia. Fueron y se proveyeron de víveres, tomaron alforjas viejas para sus asnos y odres de vino viejos, rotos y recosidos;
Jos 9:5 sandalias viejas y remendadas en sus pies y vestidos viejos. Todo el pan que llevaban para su alimento era seco y desmigado.
Jos 9:6 Fueron donde Josué, al campamento de Guilgal, y le dijeron a él y a los hombres de Israel: «Venimos de un país lejano: haced, pues, alianza con nosotros.
Jos 9:7 Los hombres de Israel respondieron a aquellos jivitas: «Acaso habitáis en medio de nosotros y entonces no podemos hacer alianza con vosotros.»
Jos 9:8 Respondieron a Josué: «Somos tus siervos.» Josué les dijo: «¿Quiénes sois vosotros y de dónde venís?»
Jos 9:9 Le respondieron: «De muy lejana tierra vienen tus siervos, por la fama de Yahveh tu Dios, pues hemos oído hablar de él, de todo lo que ha hecho en Egipto
Jos 9:10 y de todo lo que ha hecho con los dos reyes amorreos del otro lado del Jordán, Sijón, rey de Jesbón y Og, rey de Basán, que vivía en Astarot.
Jos 9:11 Y nos han dicho nuestros ancianos y todos los habitantes de nuestra tierra: «Tomad en vuestras manos provisiones para el viaje, id a su encuentro y decidles: "Siervos vuestros somos: haced, pues, alianza con nosotros."
Jos 9:12 Este nuestro pan estaba caliente cuando hicimos provisión de él en nuestras casas para el viaje, el día en que partimos para venir a vuestro encuentro: miradlo ahora duro y desmigado.
Jos 9:13 Estos odres de vino, que eran nuevos cuando los llenamos, se han roto; nuestras sandalias y nuestros vestidos están gastados por lo largo del camino.»
Jos 9:14 Los hombres hicieron aprecio de sus provisiones sin consultar el oráculo de Yahveh.
Jos 9:15 Josué hizo las paces con ellos, hizo con ellos pacto de conservarles la vida, y los principales de la comunidad se lo juraron.
Jos 9:16 Sucedió que, al cabo de tres días de cerrado este pacto, supieron que vivían cerca y habitaban en medio de Israel.
Jos 9:17 Los israelitas partieron del campamento y llegaron al tercer día a sus ciudades, que eran Gabaón, Kefirá, Beerot y Quiryat Yearim.
Jos 9:18 Los israelitas no los mataron porque los principales de la comunidad se lo habían jurado por Yahveh Dios de Israel. Pero toda la comunidad murmuró de los principales.
Jos 9:19 Todos los principales declararon a la comunidad reunida: «Nosotros lo hemos jurado por Yahveh Dios de Israel; no podemos, pues, tocarlos.
Jos 9:20 Lo que hemos de hacer con ellos es: Déjalos con vida para que no venga sobre nosotros la Cólera por el juramento que hemos hecho.»
Jos 9:21 Les dijeron también los principales: «Que vivan, pero que sean leñadores y aguadores de toda la comunidad.» Así les dijeron los principales.
Jos 9:22 Josué los llamó y les dijo: «¿Por qué nos habéis engañado diciendo: «Vivimos muy lejos de vosotros», siendo así que habitáis en medio de nosotros?
Jos 9:23 Sois, pues, unos malditos y nunca dejaréis de servir como leñadores y aguadores de la casa de mi Dios.»
Jos 9:24 Le respondieron a Josué: «Es que tus siervos estaban bien enterados de la orden que había dado Yahveh tu Dios a Moisés su siervo, de entregaros todo este país y exterminar delante de vosotros a todos sus habitantes. Temimos mucho por nuestras vidas a vuestra llegada y por eso hemos hecho esto.
Jos 9:25 Ahora, aquí estamos en tus manos: haz con nosotros lo que te parezca bueno y justo.»
Jos 9:26 Así hizo con ellos, los salvó de la mano de los israelitas, que no los mataron.
Jos 9:27 Aquel día los puso Josué como leñadores y aguadores de la comunidad y del altar de Yahveh hasta el día de hoy, en lugar que Yahveh había de elegir.


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Capítulo 10

10:1
Y COMO Adonisedec rey de Jerusalem oyó que Josué había tomado á Hai, y que la habían asolado, (como había hecho á Jericó y á su rey, así hizo á Hai y á su rey;) y que los moradores de Gabaón habían hecho paz con los Israelitas, y que estaban entre ellos;
10:2
Tuvieron muy gran temor; porque Gabaón era una gran ciudad, como una de las ciudades reales, y mayor que Hai, y todos sus hombres fuertes.
10:3
Envió pues á decir Adonisedec rey de Jerusalem, á Oham rey de Hebrón, y á Phiream rey de Jerimoth, y á Japhia rey de Lachîs, y á Debir rey de Eglón:
10:4
Subid á mí, y ayudadme, y combatamos á Gabaón: porque ha hecho paz con Josué y con los hijos de Israel.
10:5
Y cinco reyes de los Amorrheos, el rey de Jerusalem, el rey de Hebrón, el rey de Jerimoth, el rey de Lachîs, el rey de Eglón, se juntaron y subieron, ellos con todos sus ejércitos, y asentaron campo sobre Gabaón, y pelearon contra ella.
10:6
Y los moradores de Gabaón enviaron á decir á Josué al campo en Gilgal: No encojas tus manos de tus siervos; sube prestamente á nosotros para guardarnos y ayudarnos: porque todos los reyes de los Amorrheos que habitan en las montañas, se han juntado contra nosotros.
10:7
Y subió Josué de Gilgal, él y todo el pueblo de guerra con él, y todos los hombres valientes.
10:8
Y el Altísimo dijo á Josué: No tengas temor de ellos: porque yo los he entregado en tu mano, y ninguno de ellos parará delante de ti.
10:9
Y Josué vino á ellos de repente, toda la noche subió desde Gilgal.
10:10
Y el Altísimo los turbó delante de Israel, é hiriólos con gran mortandad en Gabaón: y siguiólos por el camino que sube á Beth-oron, é hiriólos hasta Azeca y Maceda.
10:11
Y como iban huyendo de los Israelitas, á la bajada de Beth-oron, el Altísimo echó sobre ellos del cielo grandes piedras hasta Azeca, y murieron: muchos más murieron de las piedras del granizo, que los que los hijos de Israel habían muerto á cuchillo.
10:12
Entonces Josué habló á el Altísimo el día que el Altísimo entregó al Amorrheo delante de los hijos de Israel, y dijo en presencia de los Israelitas: Sol, detente en Gabaón; Y tú, Luna, en el valle de Ajalón.
10:13
Y el sol se detuvo y la luna se paró, Hasta tanto que la gente se hubo vengado de sus enemigos. ¿No está aquesto escrito en el libro de Jasher? Y el sol se paró en medio del cielo, y no se apresuró á ponerse casi un día entero.
10:14
Y nunca fué tal día antes ni después de aquél, habiendo atendido el Altísimo á la voz de un hombre: porque el Altísimo peleaba por Israel.
10:15
Y Josué, y todo Israel con él, volvíase al campo en Gilgal.
10:16
Pero los cinco reyes huyeron, y se escondieron en una cueva en Maceda.
10:17
Y fué dicho á Josué que los cinco reyes habían sido hallados en una cueva en Maceda.
10:18
Entonces Josué dijo: Rodad grandes piedras á la boca de la cueva, y poned hombres junto á ella que los guarden;
10:19
Y vosotros no os paréis, sino seguid á vuestros enemigos, y heridles la retaguardia, sin dejarles entrar en sus ciudades; porque el Altísimo vuestro Dios los ha entregado en vuestra mano.
10:20
Y aconteció que como Josué y los hijos de Israel hubieron acabado de herirlos con mortandad muy grande, hasta destruirlos, los que quedaron de ellos se metieron en las ciudades fuertes.
10:21
Y todo el pueblo se volvió salvo al campo á Josué en Maceda; que no hubo quien moviese su lengua contra los hijos de Israel.
10:22
Entonces dijo Josué: Abrid la boca de la cueva, y sacadme de ella á estos cinco reyes.
10:23
E hiciéronlo así, y sacáronle de la cueva aquellos cinco reyes: al rey de Jerusalem, al rey de Hebrón, al rey de Jerimoth, al rey de Lachîs, al rey de Eglón.
10:24
Y cuando hubieron sacado estos reyes á Josué, llamó Josué á todos los varones de Israel, y dijo á los principales de la gente de guerra que habían venido con él: Llegad y poned vuestros pies sobre los pescuezos de aquestos reyes. Y ellos se llegaron, y pusieron sus pies sobre los pescuezos de ellos.
10:25
Y Josué les dijo: No temáis, ni os atemoricéis; sed fuertes y valientes: porque así hará el Altísimo á todos vuestros enemigos contra los cuales peleáis.
10:26
Y después de esto Josué los hirió y los mató, é hízolos colgar en cinco maderos: y quedaron colgados en los maderos hasta la tarde.
10:27
Y cuando el sol se iba á poner, mandó Josué que los quitasen de los maderos, y los echasen en la cueva donde se habían escondido: y pusieron grandes piedras á la boca de la cueva, hasta hoy.
10:28
En aquel mismo día tomó Josué á Maceda, y la puso á cuchillo, y mató á su rey; á ellos y á todo lo que en ella tenía vida, sin quedar nada: mas al rey de Maceda hizo como había hecho al rey de Jericó.
10:29
Y de Maceda pasó Josué, y todo Israel con él, á Libna; y peleó contra Libna:
10:30
Y el Altísimo la entregó también á ella, y á su rey, en manos de Israel; y metióla á filo de espada, con todo lo que en ella había vivo, sin quedar nada: mas á su rey hizo de la manera que había hecho al rey de Jericó.
10:31
Y Josué, y todo Israel con él, pasó de Libna á Lachîs, y puso campo contra ella, y combatióla:
10:32
Y el Altísimo entregó á Lachîs en mano de Israel, y tomóla al día siguiente, y metióla á cuchillo, con todo lo que en ella había vivo, como había hecho en Libna.
10:33
Entonces Horam, rey de Gezer, subió en ayuda de Lachîs; mas á él y á su pueblo hirió Josué, hasta no quedar ninguno de ellos.
10:34
De Lachîs pasó Josué, y todo Israel con él, á Eglón: y pusieron campo contra ella, y combatiéronla:
10:35
Y la tomaron el mismo día, y metiéronla á cuchillo; y aquel día mató á todo lo que en ella había vivo, como había hecho en Lachîs.
10:36
Subió luego Josué, y todo Israel con él, de Eglón á Hebrón, y combatiéronla;
10:37
Y tomándola, la metieron á cuchillo, á su rey y á todas su ciudades, con todo lo que en ella había vivo, sin quedar nada: como habían hecho á Eglón, así la destruyeron con todo lo que en ella había vivo.
10:38
Y volviéndose Josué, y todo Israel con él, sobre Debir, combatióla;
10:39
Y tomóla, y á su rey, y á todas sus villas; y metiéronlos á cuchillo, y destruyeron todo lo que allí dentro había vivo, sin quedar nada; como había hecho á Hebrón, así hizo á Debir y á su rey; y como había hecho á Libna y á su rey.
10:40
Hirió pues Josué toda la región de las montañas, y del mediodía, y de los llanos, y de las cuestas, y á todos sus reyes, sin quedar nada; todo lo que tenía vida mató, al modo que el Altísimo Dios de Israel lo había mandado.
10:41
E hiriólos Josué desde Cades-barnea hasta Gaza, y toda la tierra de Gosén hasta Gabaón.
10:42
Todos estos reyes y sus tierras tomó Josué de una vez; porque el Altísimo el Dios de Israel peleaba por Israel.
10:43
Y tornóse Josué, y todo Israel con él, al campo en Gilgal.
Jos 10:1 Sucedió, pues, que Adoni Sédeq, rey de Jerusalén, se enteró de que Josué se había apoderado de Ay y la había consagrado al anatema, haciendo con Ay y su rey como había hecho con Jericó y su rey, y de que los habitantes de Gabaón habían hecho las paces con Israel y que estaban en medio de Israel.
Jos 10:2 Se atemorizó mucho con ello, porque Gabaón era una ciudad grande, como una ciudad real, mayor que Ay, y todos sus hombres eran valientes.
Jos 10:3 Entonces Adoni Sédeq, rey de Jerusalén, mandó a decir a Hohán, rey de Hebrón, a Piram, rey de Yarmut, a Yafia, rey de Lakís, y a Debir, rey de Eglón:
Jos 10:4 «Venid en mi auxilio para que derrotemos a Gabaón, pues ha hecho las paces con Josué y con los israelitas.»
Jos 10:5 Se juntaron y subieron los cinco reyes amorreos: el rey de Jerusalén, el rey de Hebrón, el rey de Yarmut, el rey de Lakís y el rey de Eglón, con todas sus tropas; asediaron Gabaón y la atacaron.
Jos 10:6 Los gabaonitas mandaron a decir a Josué al campamento de Guilgal: No dejes solos a tus siervos; sube aprisa donde nosotros, sálvanos y socórrenos, porque se han aliado contra nosotros todos los reyes amorreos que habitan en la montaña.»
Jos 10:7 Josué subió de Guilgal con toda la gente de guerra y todos los guerreros valientes.
Jos 10:8 Y Yahveh dijo a Josué: «No les temas, porque los he puesto en tus manos; ninguno de ellos te podrá resistir.»
Jos 10:9 Josué cayó sobre ellos de improviso, tras haber caminado toda la noche desde Guilgal.
Jos 10:10 Yahveh los puso en fuga delante de Israel y les causó una gran derrota en Gabaón: los persiguió por el camino de la subida de Bet Jorón, y los batió hasta Azecá (y hasta Maquedá).
Jos 10:11 Mientras huían ante Israel por la bajada de Bet Jorón, Yahveh lanzó del cielo sobre ellos hasta Azecá grandes piedras, y murieron. Y fueron más los que murieron por las piedras que los que mataron los israelitas a filo de espada.
Jos 10:12 Entonces habló Josué a Yahveh, el día que Yahveh entregó al amorreo en manos de los israelitas, a los ojos de Israel y dijo: «Deténte, sol, en Gabaón, y tú, luna, en el valle de Ayyalón.»
Jos 10:13 Y el sol se detuvo y la luna se paró hasta que el pueblo se vengó de sus enemigos. ¿ No está esto escrito en el libre del Justo? El sol se paró en medio del cielo y no tuvo prisa en ponerse como un día entero.
Jos 10:14 No hubo día semejante ni antes ni después, en que obedeciera Yahveh a la voz de un hombre. Es que Yahveh combatía por Israel.
Jos 10:15 Josué volvió con todo Israel al campamento de Guilgal.
Jos 10:16 Aquellos cinco reyes habían huido y se habían escondido en la cueva de Maquedá.
Jos 10:17 Se dio aviso a Josué: «Han sido descubiertos los cinco reyes, escondidos en la cueva de Maquedá.»
Jos 10:18 Josué respondió: «Rodad unas piedras grandes a la boca de la cueva y poned junto a ella hombres que la guarden.
Jos 10:19 Y vosotros no os quedéis quietos: perseguid a vuestros enemigos, cortadles la retirada, no les dejéis entrar en sus ciudades, porque Yahveh vuestro Dios los ha puesto en vuestras manos.»
Jos 10:20 Cuando Josué y los israelitas acabaron de causarles una grandísima derrota, hasta acabar con ellos, los supervivientes se les escaparon y se metieron en las plazas fuertes.
Jos 10:21 Todo el pueblo volvió sano y salvo al campamento, junto a Josué, a Maquedá, y no hubo nadie que ladrara contra los israelitas.
Jos 10:22 Dijo entonces Josué: «Abrid la boca de la cueva y sacadme de ella a esos cinco reyes.»
Jos 10:23 Así lo hicieron: le sacaron de la cueva a los cinco reyes: el rey de Jerusalén, el rey de Hebrón, el rey de Yarmut, el rey de Lakís y el rey de Eglón.
Jos 10:24 En cuanto sacaron a los reyes, Josué llamó a todos los hombres de Israel y dijo a los capitanes de tropa que le habían acompañado: «Acercaos y poned vuestros pies sobre la nuca de esos reyes.» Ellos se acercaron y pusieron los pies sobre las nucas.
Jos 10:25 «No tengáis miedo - les dijo Josué - ni os desaniméis; sed valientes y decididos, porque así hará Yahveh con todos los enemigos con quienes tenéis que combatir.»
Jos 10:26 Acto seguido, Josué los hirió, les dio muerte y los hizo colgar de cinco árboles, de los que quedaron colgados hasta la tarde.
Jos 10:27 A la hora de la puesta del sol, a una orden de Josué, los descolgaron de los árboles y los arrojaron a la cueva en que se habían escondido, y echaron unas piedras grandes a la boca de la cueva: allí están todavía hoy.
Jos 10:28 El mismo día Josué tomó Maquedá y la pasó a filo de espada, a ella y a su rey: los consagró al anatema con todos los seres vivientes que había en ella. No dejó escapar a nadie, e hizo con el rey de Maquedá como había hecho con el rey de Jericó.
Jos 10:29 Josué, con todo Israel, pasó de Maquedá a Libná y la atacó.
Jos 10:30 Y Yahveh la entregó también, con su rey, en manos de Israel, que la pasó a filo de espada con todos los seres vivientes que había en ella: no dejó en ella ni uno solo con vida. Hizo con su rey como había hecho con el rey de Jericó.
Jos 10:31 Josué, con todo Israel, pasó de Libná a Lakís, la asedió y atacó.
Jos 10:32 Yahveh entregó Lakís en manos de Israel, que la tomó al segundo día, y la pasó a cuchillo con todos los seres vivientes que había en ella, lo mismo que había hecho con Libná.
Jos 10:33 Entonces Horam, el rey de Guézer, subió en ayuda de Lakís, pero Josué le derrotó a él y a su pueblo, hasta no dejar ni un superviviente.
Jos 10:34 Josué, con todo Israel, pasó de Lakís a Eglón. La sitiaron y atacaron.
Jos 10:35 La tomaron aquel mismo día y la pasaron a cuchillo. Consagró al anatema aquel día a todos los seres vivientes que había en ella, lo mismo que había hecho con Lakís.
Jos 10:36 Josué, con todo Israel, subió de Eglón a Hebrón y a la atacaron.
Jos 10:37 La tomaron y la pasaron a cuchillo, con su rey, todas sus ciudades y todos los seres vivientes que había en ella. No dejó ni un superviviente, igual que había hecho con Eglón. La consagró al anatema, a ella y a todos los seres vivientes que había en ella.
Jos 10:38 Entonces Josué, con todo Israel, se volvió contra Debir y la atacó.
Jos 10:39 Se apoderó de ella, de su rey y de todas sus ciudades, las pasaron a filo de espada y consagraron al anatema a todos los seres vivientes que había en ella, sin dejar uno solo con vida. Como había hecho con Hebrón, así hizo con Debir y su rey, igual que había hecho con Libná y con su rey.
Jos 10:40 Batió, pues, Josué todo el país: la Montaña, el Négueb, la Tierra Baja y las laderas, con todos sus reyes, sin dejar ni un superviviente. Consagró a todos los seres vivientes al anatema, como Yahveh, el Dios de Israel, le había ordenado.
Jos 10:41 Josué los batió desde Cadés Barnea hasta Gaza, y toda la región de Gosen hasta Gabaón.
Jos 10:42 Se apoderó Josué de todos aquellos reyes y de sus territorios de una sola vez, porque Yahveh, el Dios de Israel, peleaba en favor de Israel.
Jos 10:43 Josué, con todo Israel, se volvió al campamento de Guilgal.


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Capítulo 11

11:1
OYENDO esto Jabín rey de Hasor, envió mensaje á Jobab rey de Madón, y al rey de Simrom, y al rey de Achsaph,
11:2
Y á los reyes que estaban á la parte del norte en las montañas, y en el llano al mediodía de Cinneroth, y en los llanos, y en las regiones de Dor al occidente;
11:3
Y al Cananeo que estaba al oriente y al occidente, y al Amorrheo, y al Hetheo, y al Pherezeo, y al Jebuseo en las montañas, y al Heveo debajo de Hermón en tierra de Mizpa.
11:4
Estos salieron, y con ellos todos sus ejércitos, pueblo mucho en gran manera, como la arena que está á la orilla del mar, con gran muchedumbre de caballos y carros.
11:5
Todos estos reyes se juntaron, y viniendo reunieron los campos junto á las aguas de Merom, para pelear contra Israel.
11:6
Mas el Altísimo dijo á Josué: No tengas temor de ellos, que mañana á esta hora yo entregaré á todos éstos, muertos delante de Israel: á sus caballos desjarretarás, y sus carros quemarás al fuego.
11:7
Y vino Josué, y con él todo el pueblo de guerra, contra ellos, y dió de repente sobre ellos junto á las aguas de Merom.
11:8
Y entrególos el Altísimo en manos de Israel, los cuales los hirieron y siguieron hasta Sidón la grande, y hasta las aguas calientes, y hasta el llano de Mizpa al oriente, hiriéndolos hasta que no les dejaron ninguno.
11:9
Y Josué hizo con ellos como el Altísimo le había mandado: desjarretó sus caballos, y sus carros quemó al fuego.
11:10
Y tornándose Josué, tomó en el mismo tiempo á Hasor, é hirió á cuchillo á su rey: la cual Hasor había sido antes cabeza de todos estos reinos.
11:11
E hirieron á cuchillo todo cuanto en ella había vivo, destruyendo y no dejando cosa con vida; y á Asor pusieron á fuego.
11:12
Asimismo tomó Josué todas las ciudades de aquestos reyes, y á todos los reyes de ellas, y los metió á cuchillo, y los destruyó, como Moisés siervo de el Altísimo lo había mandado.
11:13
Empero todas las ciudades que estaban en sus cabezos, no las quemó Israel, sacando á sola Asor, la cual quemó Josué.
11:14
Y los hijos de Israel tomaron para sí todos los despojos y bestias de aquestas ciudades: pero á todos los hombres metieron á cuchillo hasta destruirlos, sin dejar alguno con vida.
11:15
De la manera que el Altísimo lo había mandado á Moisés su siervo, así Moisés lo mandó á Josué: y así Josué lo hizo, sin quitar palabra de todo lo que el Altísimo había mandado á Moisés.
11:16
Tomó pues Josué toda aquella tierra, las montañas, y toda la región del mediodía, y toda la tierra de Gosén, y los bajos y los llanos, y la montaña de Israel y sus valles.
11:17
Desde el monte de Halac, que sube hasta Seir, hasta Baal-gad en la llanura del Líbano, á las raíces del monte Hermón: tomó asimismo todos sus reyes, los cuales hirió y mató.
11:18
Por muchos días tuvo guerra Josué con estos reyes.
11:19
No hubo ciudad que hiciese paz con los hijos de Israel, sacados los Heveos, que moraban en Gabaón: todo lo tomaron por guerra.
11:20
Porque esto vino de el Altísimo, que endurecía el corazón de ellos para que resistiesen con guerra á Israel, para destruirlos, y que no les fuese hecha misericordia, antes fuesen desarraigados, como el Altísimo lo había mandado á Moisés.
11:21
También en el mismo tiempo vino Josué y destruyó los Anaceos de los montes, de Hebrón, de Debir, y de Anab, y de todos los montes de Judá, y de todos los montes de Israel: Josué los destruyó á ellos y á sus ciudades.
11:22
Ninguno de los Anaceos quedó en la tierra de los hijos de Israel; solamente quedaron en Gaza, en Gath, y en Asdod.
11:23
Tomó, pues, Josué toda la tierra, conforme á todo lo que el Altísimo había dicho á Moisés; y entrególa Josué á los Israelitas por herencia, conforme á sus repartimientos de sus tribus: y la tierra reposó de guerra.
Jos 11:1 Cuando Yabín, rey de Jasor, se enteró, mandó aviso a Yobab, rey de Merom, al rey de Simrón, al rey de Aksaf,
Jos 11:2 y a los reyes de la parte norte de la montaña, del valle al sur de Kinerot, de la Tierra Baja y de las alturas del oeste de Dor.
Jos 11:3 El cananeo estaba al oriente y al occidente; el amorreo, el jivita, el perizita y el jebuseo en la montaña; el hitita en las faldas del Hermón, en el país de Mispá.
Jos 11:4 Partieron, pues, con todas sus tropas: una muchedumbre innumerable como la arena de la orilla del mar y con gran número de caballos y carros.
Jos 11:5 Se juntaron todos estos reyes, llegaron y acamparon juntos hacia las aguas de Merom para luchar contra Israel.
Jos 11:6 Yahveh dijo entonces a Josué: «No les tengas miedo, porque mañana a esta misma hora los dejará a todos ellos atravesados ante Israel; tú desjarretarás sus caballos y quemarás sus carros.»
Jos 11:7 Josué, con toda su gente de guerra, los alcanzó de improviso junto a las aguas de Merom y cayó sobre ellos.
Jos 11:8 Yahveh los entregó en manos de Israel, que los batió y persiguió por occidente hasta Sidón la Grande y hasta Misrefot y, por oriente, hasta el valle de Mispá. Los batió hasta que no quedó ni uno vivo.
Jos 11:9 Josué los trató como le había dicho Yahveh: desjarretó sus caballos y quemó sus carros.
Jos 11:10 Por entonces, Josué se volvió y tomó Jasor, y mató a su rey a espada. Jasor era antiguamente la capital de todos aquellos reinos.
Jos 11:11 Pasaron a cuchillo a todo ser viviente que había en ella, dando cumplimiento al anatema. No quedó alma viva y Jasor fue entregada a las llamas.
Jos 11:12 Josué se apoderó de todas las ciudades de aquellos reyes, y de todos sus reyes y los pasó a cuchillo para cumplir en ellos el anatema, según le había mandado Moisés, siervo de Yahveh.
Jos 11:13 Pero Israel no quemó ninguna de las ciudades emplazadas sobre sus montículos de ruinas; con la única excepción de Jasor, que fue incendiada por Josué.
Jos 11:14 El botín de estas ciudades, incluso el ganado, se lo repartieron los israelitas. Pero pasaron a cuchillo a todo ser humano hasta acabar con todos. No dejaron ninguno con vida.
Jos 11:15 Tal como Yahveh había ordenado a su siervo Moisés, Moisés se lo había ordenado a Josué, Josué lo ejecutó: no dejó de pasar una sola palabra de lo que Yahveh había ordenado a Moisés.
Jos 11:16 Josué se apoderó de todo el país: de la montaña, de todo el Négueb y de todo el país de Gosen, de la Tierra Baja, de la Arabá, de la montaña de Israel y de sus estribaciones.
Jos 11:17 Desde el monte Pelado, que sube hacia Seír, hasta Baal Gad en el valle del Líbano, al pie del monte Hermon, apreso a todos sus reyes y los hirió de muerte.
Jos 11:18 Largo tiempo estuvo Josué haciendo la guerra a todos estos reyes;
Jos 11:19 no hubo ciudad que hiciera paz con los israelitas, excepto los jivitas que vivían en Gabaón: de todas se apoderaron por la fuerza.
Jos 11:20 Porque de Yahveh provenía el endurecer su corazón para combatir a Israel, para ser así consagradas al anatema sin remisión y para ser exterminadas, como había mandado Yahveh a Moisés.
Jos 11:21 Por entonces fue Josué y exterminó a los anaquitas de la Montaña, de Hebrón, de Debir, de Anab, de toda la montaña de Judá y de toda la montaña de Israel: los consagró al anatema con sus ciudades.
Jos 11:22 No quedó un anaquita en el país de los israelitas; sólo quedaron en Gaza, Gad y Asdod.
Jos 11:23 Josué se apoderó de toda la tierra tal como Yahveh le había dicho a Moisés, y se la dio en herencia a Israel según las suertes de las tribus. Y el país vivió en paz tras la guerra.


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Capítulo 12

12:1
ESTOS son los reyes de la tierra que los hijos de Israel hirieron, y cuya tierra poseyeron de la otra parte del Jordán al nacimiento del sol, desde el arroyo de Arnón hasta el monte Hermón, y toda la llanura oriental:
12:2
Sehón rey de los Amorrheos, que habitaba en Hesbón, y señoreaba desde Aroer, que está á la ribera del arroyo de Arnón, y desde en medio del arroyo, y la mitad de Galaad, hasta el arroyo Jaboc, el término de los hijos de Ammón;
12:3
Y desde la campiña hasta la mar de Cinneroth, al oriente; y hasta la mar de la llanura, el mar Salado, al oriente, por el camino de Beth-jesimoth; y desde el mediodía debajo de las vertientes del Pisga.
12:4
Y los términos de Og rey de Basán, que había quedado de los Rapheos, el cual habitaba en Astaroth y en Edrei,
12:5
Y señoreaba en el monte de Hermón, y en Salca, y en todo Basán hasta los términos de Gessuri y de Maachâti, y la mitad de Galaad, término de Sehón rey de Hesbón.
12:6
A estos hirieron Moisés siervo de el Altísimo y los hijos de Israel; y Moisés siervo de el Altísimo dió aquella tierra en posesión á los Rubenitas, Gaditas, y á la media tribu de Manasés.
12:7
Y estos son los reyes de la tierra que hirió Josué con los hijos de Israel, de esta parte del Jordán al occidente, desde Baal-gad en el llano del Líbano hasta el monte de Halac que sube á Seir; la cual tierra dió Josué en posesión á las tribus de Israel, conforme á sus repartimientos;
12:8
En montes y en valles, en llanos y en vertientes, al desierto y al mediodía; el Hetheo, y el Amorrheo, y el Cananeo, y el Pherezeo, y el Heveo, y el Jebuseo.
12:9
El rey de Jericó, uno: el rey de Hai, que está al lado de Beth-el, otro:
12:10
El rey de Jerusalem, otro: el rey de Hebrón, otro:
12:11
El rey de Jarmuth, otro: el rey de Lachîs, otro:
12:12
El rey de Eglón, otro: el rey de Gezer, otro:
12:13
El rey de Debir, otro: el rey de Geder, otro:
12:14
El rey de Horma, otro: el rey de Arad, otro:
12:15
El rey de Libna, otro: el rey de Adullam, otro:
12:16
El rey de Maceda, otro: el rey de Beth-el, otro:
12:17
El rey de Tappua, otro: el rey de Hepher, otro:
12:18
El rey de Aphec, otro: el rey de Lasarón, otro:
12:19
El rey de Madón, otro: el rey de Hasor, otro:
12:20
El rey de Simrom-meron, otro: el rey de Achsaph, otro:
12:21
El rey de Taanach, otro: el rey de Megiddo, otro:
12:22
El rey de Chêdes, otro: el rey de Jocneam de Carmel, otro:
12:23
El rey de Dor, de la provincia de Dor, otro; el rey de Gentes en Gilgal, otro:
12:24
El rey de Tirsa, otro: treinta y un reyes en todo.
Jos 12:1 Estos son los reyes del país vencidos por los israelitas y despojados de su territorio en Transjordania, al oriente, desde el torrente Arnón hasta el monte Hermón, con toda la Arabá oriental:
Jos 12:2 Sijón, rey de los amorreos, que residía en Jesbón, y dominaba desde Aroer, situada a la orilla del torrente Arnón, la cuenca del torrente y la mitad de Galaad hasta el torrente Yabboq, que sirve de frontera con los ammonitas,
Jos 12:3 y, al oriente, la Arabá hasta el mar de Kinerot por una parte y hasta el mar de la Arabá, o mar de la Sal, por otra, camino de Bet Hayesimot, hasta llegar por el sur al pie de las laderas del Pisgá.
Jos 12:4 Y Og, rey de Basán, un residuo de los Refaím, que residía en Astarot y en Edreí,
Jos 12:5 y dominaba en la montaña de Hermón y Salká, y todo el Basán hasta la frontera de los guesuritas y los maakatitas, y la mitad de Galaad hasta la frontera de Sijón, rey de Jesbón.
Jos 12:6 Moisés, siervo de Yahveh, y los israelitas los habían vencido, y Moisés, siervo de Yahveh, había dado el territorio en propiedad a los rubenitas, a los gaditas y a la medio tribu de Manasés.
Jos 12:7 Estos son los reyes del país, vencidos por Josué y los israelitas, del lado occidental del Jordán, desde Baal Gad, en el valle del Líbano, hasta el monte Pelado, que se alza hacia Seír, y cuya tierra repartió Josué en herencia a las tribus de Israel según sus suertes:
Jos 12:8 en la montaña, en la Tierra Baja, en la Arabá, en las laderas, en le desierto, en el Négueb: hititas, amorreos, cananeos, perizitas, jivitas y jebuseos:
Jos 12:9 el rey de Jericó, uno; el rey de Ay, que está junto a Betel
Jos 12:10 el rey de Jerusalén, uno; el rey de Hebrón, uno;
Jos 12:11 el rey de Yarmut, uno; el rey de Lakís, uno;
Jos 12:12 el rey de Eglón, uno; el rey de Guézer, uno;
Jos 12:13 el rey de Debir, uno ; el rey de Guéder, uno;
Jos 12:14 el rey de Jormá, uno; el rey de Arad, uno;
Jos 12:15 el rey de Libná, uno; el rey de Adullam, uno;
Jos 12:16 el rey de Maquedá, uno; el rey de Betel, uno;
Jos 12:17 el rey de Tappuaj, uno; el rey de Jéfer, uno;
Jos 12:18 el rey de Afeq, uno; el rey de Sarón, uno;
Jos 12:19 el rey de Merom, uno; el rey de Jasor, uno;
Jos 12:20 el rey de Simron Merón, uno; el rey de Aksaf, uno;
Jos 12:21 el rey de Tanak, uno; el rey de Meguiddó, uno;
Jos 12:22 el rey de Quedés, uno; el rey de Yoqneam, en el Carmelo, uno;
Jos 12:23 el rey de Dor, en la región de Dor, uno; el rey de las naciones, en Galilea, uno;
Jos 12:24 el rey de Tirsá, uno; Total de reyes: 31


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Capítulo 13

13:1
Y SIENDO Josué ya viejo, entrado en días, el Altísimo le dijo: Tú eres ya viejo, de edad avanzada, y queda aún muy mucha tierra por poseer.
13:2
Esta es la tierra que queda; todos los términos de los Philisteos, y toda Gessuri;
13:3
Desde Sihor, que está delante de Egipto, hasta el término de Accarón al norte, repútase de los Cananeos: cinco provincias de los Philisteos; los Gazeos, Asdodios, Ascalonitas, Getheos, y Accaronitas; y los Heveos;
13:4
Al mediodía toda la tierra de los Cananeos, y Mehara que es de los Sidonios, hasta Aphec, hasta el término del Amorrheo;
13:5
Y la tierra de los Gibleos, y todo el Líbano hacia donde sale el sol, desde Baal-gad á las raíces del monte Hermón, hasta entrar en Hamath;
13:6
Todos los que habitan en las montañas desde el Líbano hasta las aguas calientes, todos los Sidonios; yo los desarraigaré delante de lo hijos de Israel: solamente repartirás tú por suerte el país á los Israelitas por heredad, como te he mandado.
13:7
Parte, pues, tú ahora esta tierra en heredad á las nueve tribus, y á la media tribu de Manasés.
13:8
Porque la otra media recibió su heredad con los Rubenitas y Gaditas, la cual les dió Moisés de la otra parte del Jordán al oriente, según que se la dió Moisés siervo de el Altísimo:
13:9
Desde Aroer, que está á la orilla del arroyo de Arnón, y la ciudad que está en medio del arroyo, y toda la campiña de Medeba, hasta Dibón;
13:10
Y todas las ciudades de Sehón rey de los Amorrheos, el cual reinó en Hesbón, hasta los términos de los hijos de Ammón;
13:11
Y Galaad, y los términos de Gessuri, y de Maachâti, y todo el monte de Hermón, y toda la tierra de Basán hasta Salchâ:
13:12
Todo el reino de Og en Basán, el cual reinó en Astaroth y Edrei, el cual había quedado del residuo de los Rapheos; pues Moisés los hirió, y echó.
13:13
Mas á los de Gessuri y Maachâti no echaron los hijos de Israel; antes Gessur y Maachât habitaron entre los Israelitas hasta hoy.
13:14
Empero á la tribu de Leví no dió heredad: los sacrificios de el Altísimo Dios de Israel son su heredad, como él les había dicho.
13:15
Dió, pues, Moisés á la tribu de los hijos de Rubén conforme á sus familias:
13:16
Y fué el término de ellos desde Aroer, que está á la orilla del arroyo de Arnón, y la ciudad que está en medio del arroyo, y toda la campiña, hasta Medeba;
13:17
Hesbón, con todas sus villas que están en la llanura; Dibón, y Bamoth-baal, y Beth-baal-meón;
13:18
Y Jaas, y Keddemoth, y Mephaath,
13:19
Y Chîriataim, y Sibma, y Zerethshahar en el monte del valle;
13:20
Y Beth-peor, y Asdoth-pisga, y Beth-jesimoth;
13:21
Y todas las ciudades de la campiña, y todo el reino de Sehón rey de los Amorrheos, que reinó en Hesbón, al cual hirió Moisés, y á los príncipes de Madián, Hevi, Recem, y Sur, y Hur, y Reba, príncipes de Sehón que habitaban en aquella tierra.
13:22
También mataron á cuchillo los hijos de Israel á Balaam adivino, hijo de Beor, con los demás que mataron.
13:23
Y fueron los términos de los hijos de Rubén el Jordán con su término. Esta fué la herencia de los hijos de Rubén conforme á sus familias, estas ciudades con sus villas.
13:24
Dió asimismo Moisés á la tribu de Gad, á los hijos de Gad, conforme á sus familias.
13:25
Y el término de ellos fué Jacer, y todas las ciudades de Galaad, y la mitad de la tierra de los hijos de Ammón hasta Aroer, que está delante de Rabba.
13:26
Y desde Hesbón hasta Ramath-mispe, y Betonim; y desde Mahanaim hasta el término de Debir:
13:27
Y la campiña de Beth-aram, y Beth-nimra, y Sucoth, y Saphón, resto del reino de Sehón, rey en Hesbón: el Jordán y su término hasta el cabo de la mar de Cinnereth de la otra parte del Jordán al oriente.
13:28
Esta es la herencia de los hijos de Gad, por sus familias, estas ciudades con sus villas.
13:29
También dió Moisés herencia á la media tribu de Manasés: y fué de la media tribu de los hijos de Manasés, conforme á sus familias.
13:30
El término de ellos fué desde Mahanaim, todo Basán, todo el reino de Og rey de Basán, y todas las aldeas de Jair que están en Basán, sesenta poblaciones.
13:31
Dióse además la mitad de Galaad, y Astaroth, y Edrei, ciudades del reino de Og en Basán, á los hijos de Machîr, hijo de Manasés, á la mitad de los hijos de Machîr conforme á sus familias.
13:32
Esto es lo que Moisés repartió en heredad en los llanos de Moab, de la otra parte del Jordán de Jericó, al oriente.
13:33
Mas á la tribu de Leví no dió Moisés heredad: el Altísimo Dios de Israel es la heredad de ellos como él les había dicho.
Jos 13:1 Josué era ya viejo y entrado en años. Yahveh le dijo: «Eres viejo y entrado en años, y queda todavía muchísima tierra por conquistar.
Jos 13:2 Esta es la tierra que queda: «Todos los distritos de los filisteos y todo lo de los guesuritas;
Jos 13:3 desde Sijor, que esta al lado de Egipto, hasta el límite de Ecron por el norte, es considerado como de los cananeos. Los cinco tiranos de los filisteos son el de Gaza, el de Asdod, el de Ascalón, el de Gat y el de Ecrón. Los avitas
Jos 13:4 están al sur. Todo el país de los cananeos, y Mearah, que es de los sidonios, hasta Afeqá y hasta la frontera de los amorreos;
Jos 13:5 luego el país de los guiblitas con todo el Líbano hacia la salida del sol, desde Baal Gad, al pie del monte Hermón, hasta la Entrada de Jamat.
Jos 13:6 «Yo arrojaré de la presencia de los israelitas a todos los habitantes de la montaña, desde el Líbano hasta Misrefot al occidente: a todos los sidonios. Tú solamente reparte por suertes la tierra como heredad entre los israelitas, según te he ordenado.
Jos 13:7 Reparte ya esta tierra como heredad entre las nueve tribus y la media tribu de Manasés: se la darás desde el Jordán hasta el mar Grande de occidente; el mar Grande será su límite.»
Jos 13:8 La otra media tribu de Manasés, junto con los rubenitas y los gaditas, había recibido ya la parte de la heredad que Moisés les había dado al lado oriental del Jordán, como Moisés, siervo de Yahveh, les había dado:
Jos 13:9 la tierra desde Aroer, que está a orillas del torrente Arnón, y la ciudad que está en medio de la vaguada: y toda la llanura desde Medbá hasta Dibón;
Jos 13:10 todas las ciudades de Sijón, rey de los amorreos, que había reinado en Jesbón, hasta la frontera de los ammonitas.
Jos 13:11 Además, Galaad y el territorio de los guesuritas y los maakatitas con toda la montaña del Hermón y todo Basán hasta Salká;
Jos 13:12 y dentro de Basán todo el reino de Og, que había reinado en Astarot y en Edreí, y era último residuo de los Refaím. Moisés los había batido y desposeído.
Jos 13:13 Pero los israelitas no desposeyeron ni a los guesuritas ni a los maakatitas, de manera que Guesur y Maaká siguen todavía hoy habitando en medio de Israel.
Jos 13:14 La tribu de Leví fue la única a la que no se dio heredad: Yahveh, Dios de Israel, fue su heredad, como se lo había dicho.
Jos 13:15 Moisés había dado a la tribu de los hijos de Rubén una parte por clanes.
Jos 13:16 Su territorio fue desde Aroer, que está a orillas del torrente Arnón, incluida la ciudad que está en medio de la vaguada, y todo el llano hasta Medbá;
Jos 13:17 Jesbón con todas las ciudades situadas en el llano: Dibón, Bamot, Baal, Bet Baal Meón,
Jos 13:18 Yahás, Quedemot, Mefaat,
Jos 13:19 Quiryatáyim, Sibmá, y Seret Hassajar, en el monte del valle;
Jos 13:20 Bet Peor, las laderas del Pisgá, Bet Hayesimot,
Jos 13:21 todas las ciudades del llano y todo el reino de Sijón, rey de los amorreos, que reinó en Jesbón y a quien venció Moisés, igual que a los príncipes de Madián: Eví, Réquem, Sur, Jur, Rebá, vasallos de Sijón, que habitaban en el país.
Jos 13:22 Al adivino Balaam, hijo de Beor, los israelitas lo habían pasado a cuchillo con otras víctimas.
Jos 13:23 Así el territorio de los rubenitas llegaba hasta el Jordán. Esta fue la heredad de los hijos de Rubén por clanes: las ciudades y sus aldeas.
Jos 13:24 A la tribu de Gad, a los hijos de Gad, había dado Moisés una parte conforme a sus clanes.
Jos 13:25 Su territorio fue Yazer, todas las ciudades de Galaad, la mitad del país de los ammonitas hasta Aroer, que está enfrente de Rabbá,
Jos 13:26 y desde Jesbón hasta Ramat Hammispá y Betonim, y desde Majanáyim hasta el territorio de Lo Debar;
Jos 13:27 y en el valle: Bet Jaram, Bet Nimrá, Sukkot, Safón - el resto del reino de Sijón, rey de Jesbón -, el Jordán y el territorio hasta la punta del mar de Kinnéret, al lado oriental del Jordán.
Jos 13:28 Esta fue la heredad de los hijos de Gad por clanes: las ciudades y sus aldeas.
Jos 13:29 A la media tribu de Manasés le había dado Moisés una parte conforme a sus clanes.
Jos 13:30 Su territorio comprendía, desde Majanáyim, todo el Basán, todos los Aduares de Yaír en Basán: sesenta ciudades;
Jos 13:31 la mitad de Galaad, Astarot y Edreí, ciudades del reino de Og en Basán. Pasaron a ser de los hijos de Makir, hijo de Manasés, de la mitad de los hijos de Makir por clanes.
Jos 13:32 Esto fue lo que repartió en heredad Moisés en las Estepas de Moab, al otro lado del Jordán, al oriente de Jericó.
Jos 13:33 Pero Moisés no dio heredad a la tribu de Leví: Yahveh, el Dios de Israel, es su heredad, como se lo había dicho.


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Capítulo 14

14:1
ESTO pues es lo que los hijos de Israel tomaron por heredad en la tierra de Canaán, lo cual les repartieron Eleazar sacerdote, y Josué hijo de Nun, y los principales de los padres de las tribus de los hijos de Israel.
14:2
Por suerte dióseles su heredad, como el Altísimo lo había mandado por Moisés, que diese á las nueve tribus y á la media tribu.
14:3
Porque á las dos tribus, y á la media tribu, les había Moisés dado heredad de la otra parte del Jordán: mas á los Levitas no dió heredad entre ellos.
14:4
Porque los hijos de José fueron dos tribus, Manasés y Ephraim: y no dieron parte á los Levitas en la tierra, sino ciudades en que morasen, con sus ejidos para sus ganados y rebaños.
14:5
De la manera que el Altísimo lo había mandado á Moisés, así lo hicieron los hijos de Israel en el repartimiento de la tierra.
14:6
Y los hijos de Judá vinieron á Josué en Gilgal; y Caleb, hijo de Jephone Cenezeo, le dijo: Tú sabes lo que el Altísimo dijo á Moisés, varón de Dios, en Cades-barnea, tocante á mí y á ti.
14:7
Yo era de edad de cuarenta años, cuando Moisés siervo de el Altísimo me envió de Cades-barnea á reconocer la tierra; y yo le referí el negocio como lo tenía en mi corazón:
14:8
Mas mis hermanos, los que habían subido conmigo, menguaron el corazón del pueblo; empero yo cumplí siguiendo á el Altísimo mi Dios.
14:9
Entonces Moisés juró, diciendo: Si la tierra que holló tu pie no fuere para ti, y para tus hijos en herencia perpetua: por cuanto cumpliste siguiendo á el Altísimo mi Dios.
14:10
Ahora bien, el Altísimo me ha hecho vivir, como él dijo, estos cuarenta y cinco años, desde el tiempo que el Altísimo habló estas palabras á Moisés, cuando Israel andaba por el desierto: y ahora, he aquí soy hoy día de ochenta y cinco años:
14:11
Pero aun hoy estoy tan fuerte como el día que Moisés me envió: cual era entonces mi fuerza, tal es ahora, para la guerra, y para salir y para entrar.
14:12
Dame, pues, ahora este monte, del cual habló el Altísimo aquel día; porque tú oíste en aquel día que los Anaceos están allí, y grandes y fuertes ciudades. Quizá el Altísimo será conmigo, y los echaré como el Altísimo ha dicho.
14:13
Josué entonces le bendijo, y dió á Caleb hijo de Jephone á Hebrón por heredad.
14:14
Por tanto Hebrón fué de Caleb, hijo de Jephone Cenezeo, en heredad hasta hoy; porque cumplió siguiendo á el Altísimo Dios de Israel.
14:15
Mas Hebrón fué antes llamada Chîriath-arba; fué Arba un hombre grande entre los Anaceos. Y la tierra tuvo reposo de las guerras.
Jos 14:1 Esto es lo que recibieron como heredad los israelitas en el país de Canaán, lo que les repartieron como heredad el sacerdote Eleazar y Josué, hijo de Nun, y los cabezas de familia de las tribus de Israel.
Jos 14:2 El reparto para las nueve tribus de Israel y la media tribu se hizo a suertes, como Yahveh había ordenado por medio de Moisés.
Jos 14:3 Porque Moisés había dado su heredad a las dos tribus y media de Transjordania sin dar a los levitas heredad entre ellas.
Jos 14:4 Pues los hijos de José vinieron a formar dos tribus: Manasés y Efraím, pero a los levitas no se les dio ninguna parte en el territorio sino sólo ciudades para residir, con los pastos correspondientes para sus ganados y su hacienda.
Jos 14:5 Como Yahveh había mandado a Moisés, así hicieron los israelitas en el reparto de la tierra.
Jos 14:6 Se acercaron los hijos de Judá a Josué en Guilgal, y Caleb, hijo de Yefunné el quenizita, le dijo: «Ya sabes lo que le dijo Yahveh a Moisés, el hombre de Dios, de ti y de mí en Cadés Barnea.
Jos 14:7 Cuarenta años tenía yo cuando Moisés, siervo de Yahveh, me envió de Cadés Barnea a explorar esta tierra y yo le di un informe con toda sinceridad.
Jos 14:8 Los hermanos que habían subido conmigo desanimaron al pueblo, pero yo me mantuve fiel a Yahveh mi Dios.
Jos 14:9 Aquel día Moisés hizo este juramento: "Te juro que la tierra que ha hollado tu pie será heredad tuya y de tus hijos para siempre. Porque has sido fiel a Yahveh mi Dios."
Jos 14:10 Pues ahora mira cómo Yahveh me ha conservado con vida según lo prometió. Hace 45 años que Yahveh le dijo esto a Moisés, cuando Israel iba por el desierto, y ahora tengo 85 años.
Jos 14:11 Todavía estoy tan fuerte como el día en que Moisés me envió. Conservo todo mi vigor de entonces para combatir y para ir y venir.
Jos 14:12 Dame ya esta montaña que me prometió Yahveh aquel día. Ya entonces supiste que hay en ella anaquitas y ciudades grandes y fuertes. Si Yahveh está conmigo, los expulsaré, como me prometió Yahveh.»
Jos 14:13 Josué bendijo a Caleb, hijo de Yefunné, y le dio Hebrón por heredad.
Jos 14:14 Por eso Hebrón sigue siendo hasta el día de hoy heredad de Caleb, hijo de Yefunné el quenizita, por haber sido fiel a Yahveh, Dios de Israel.
Jos 14:15 El nombre primitivo de Hebrón era Quiryat Arbá. Arbá era el hombre más alto entre los anaquitas. Y el país vivió en paz tras la guerra.


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Capítulo 15

15:1
Y FUÉ la suerte de la tribu de los hijos de Judá, por sus familias, junto al término de Edom, del desierto de Zin al mediodía, al lado del sur.
15:2
Y su término de la parte del mediodía fué desde la costa del mar Salado, desde la lengua que mira hacia el mediodía;
15:3
Y salía hacia el mediodía á la subida de Acrabim, pasando hasta Zin; y subiendo por el mediodía hasta Cades-barnea, pasaba á Hebrón, y subiendo por Addar daba vuelta á Carca;
15:4
De allí pasaba á Azmón, y salía al arroyo de Egipto; y sale este término al occidente. Este pues os será el término del mediodía.
15:5
El término del oriente es el mar Salado hasta el fin del Jordán. Y el término de la parte del norte, desde la lengua del mar, desde el fin del Jordán:
15:6
Y sube este término por Beth-hogla, y pasa del norte á Beth-araba, y de aquí sube este término á la piedra de Bohán, hijo de Rubén.
15:7
Y torna á subir este término á Debir desde el valle de Achôr: y al norte mira sobre Gilgal, que está delante de la subida de Adumin, la cual está al mediodía del arroyo: y pasa este término á las aguas de En-semes, y sale á la fuente de Rogel:
15:8
Y sube este término por el valle del hijo de Hinnom al lado del Jebuseo al mediodía: esta es Jerusalem. Luego sube este término por la cumbre del monte que está delante del valle de Hinnom hacia el occidente, el cual está al cabo del valle de los gigantes al norte:
15:9
Y rodea este término desde la cumbre del monte hasta la fuente de las aguas de Nephtoa, y sale á la ciudades del monte de Ephrón, rodeando luego el mismo término á Baala, la cual es Chîriath-jearim.
15:10
Después torna este término desde Baala hacia el occidente al monte de Seir: y pasa al lado del monte de Jearim hacia el norte, esta es Chesalón, y desciende á Beth-semes, y pasa á Timna.
15:11
Sale luego este término al lado de Ecrón hacia el norte; y rodea el mismo término á Sichêron, y pasa por el monte de Baala, y sale á Jabneel: y sale este término á la mar.
15:12
El término del occidente es la mar grande. Este pues, es el término de los hijos de Judá en derredor, por sus familias.
15:13
Mas á Caleb, hijo de Jephone, dió parte entre los hijos de Judá, conforme al mandamiento de el Altísimo á Josué: esto es, á Chîriath-arba, del padre de Anac, que es Hebrón.
15:14
Y Caleb echó de allí tres hijos de Anac, á Sesai, Aiman, y Talmai, hijos de Anac.
15:15
De aquí subió á los que moraban en Debir: y el nombre de Debir era antes Chîriath-sepher.
15:16
Y dijo Caleb: Al que hiriere á Chîriath-sepher, y la tomare, yo le daré á mi hija Axa por mujer.
15:17
Y tomóla Othoniel, hijo de Cenez, hermano de Caleb; y él le dió por mujer á su hija Axa.
15:18
Y aconteció que cuando la llevaba, él la persuadió que pidiese á su padre tierras para labrar. Ella entonces se apeó del asno. Y Caleb le dijo: ¿Qué tienes?
15:19
Y ella respondió: Dame bendición: pues que me has dado tierra de secadal, dame también fuentes de aguas. El entonces le dió las fuentes de arriba, y las de abajo.
15:20
Esta pues es la herencia de las tribu de los hijos de Judá por sus familias.
15:21
Y fueron las ciudades del término de la tribu de los hijos de Judá hacia el término de Edom al mediodía: Cabseel, y Eder, y Jagur,
15:22
Y Cina, y Dimona, y Adada,
15:23
Y Cedes, y Asor, é Itnán,
15:24
Ziph, y Telem, Bealoth,
15:25
Y Asor-hadatta, y Chêrioth-hesron, que es Asor,
15:26
Amam, y Sema, y Molada,
15:27
Y Asar-gadda, y Hesmón, y Beth-pelet,
15:28
Y Hasar-sual, Beersebah, y Bizotia,
15:29
Baala, é Iim, y Esem,
15:30
Y Eltolad, y Cesil, y Horma,
15:31
Y Siclag, y Madmanna, Sansana,
15:32
Y Lebaoth, Silim, y Aín, y Rimmón; en todas veintinueve ciudades con sus aldeas.
15:33
En las llanuras, Estaol, y Sorea, y Asena,
15:34
Y Zanoa, y Engannim, Tappua, y Enam,
15:35
Jerimoth, y Adullam, Sochô, y Aceca,
15:36
Y Saraim, y Adithaim, y Gedera, y Gederothaim; catorce ciudades con sus aldeas.
15:37
Senán, y Hadasa, y Migdalgad,
15:38
Y Dilán, y Mizpa, y Jocteel,
15:39
Lachîs, y Boscath, y Eglón,
15:40
Y Cabón, y Lamas, y Chîtlis,
15:41
Y Gederoh, Beth-dagón, y Naama, y Maceda; dieciséis ciudades con sus aldeas.
15:42
Libna, y Ether, y Asán,
15:43
Y Jiphta, y Asna, y Nesib,
15:44
Y Ceila, y Achzib, y Maresa; nueve ciudades con sus aldeas.
15:45
Ecrón con sus villas y sus aldeas:
15:46
Desde Ecrón hasta la mar, todas las que están á la costa de Asdod con sus aldeas.
15:47
Asdod con sus villas y sus aldeas: Gaza con sus villas y sus aldeas hasta el río de Egipto, y la gran mar con sus términos.
15:48
Y en las montañas, Samir, y Jattir, y Succoth,
15:49
Y Danna, y Chîriath-sanna, que es Debir,
15:50
Y Anab, y Estemo, y Anim,
15:51
Y Gosén, y Olón, y Gilo; once ciudades con sus aldeas.
15:52
Arab, y Dumah, y Esán,
15:53
Y Janum, y Beth-tappua, y Apheca,
15:54
Y Humta, y Chîriath-arba, que es Hebrón, y Sior; nueve ciudades con sus aldeas.
15:55
Maón, Carmel, y Ziph, y Juta,
15:56
E Izreel, Jocdeam, y Zanoa,
15:57
Caín, Gibea, y Timna; diez ciudades con sus aldeas.
15:58
Halhul, y Bethfur, y Gedor,
15:59
Y Maarath, y Beth-anoth, y Eltecón; seis ciudades con sus aldeas.
15:60
Chîriath-baal, que es Chîriath-jearim, y Rabba; dos ciudades con sus aldeas.
15:61
En el desierto, Beth-araba, Middín, y Sechâchâ,
15:62
Y Nibsan, y la ciudad de la sal, y Engedi; seis ciudades con sus aldeas.
15:63
Mas á los Jebuseos que habitaban en Jerusalem, los hijos de Judá no los pudieron desarraigar; antes quedó el Jebuseo en Jerusalem con los hijos de Judá, hasta hoy.
Jos 15:1 La suerte que tocó a la tribu de los hijos de Judá conforme a sus clanes cayó hacia la frontera de Edom, desde el desierto de Sin hacia el mediodía hasta Cadés en el extremo sur.
Jos 15:2 Su límite meridional partía del extremo del mar de la Sal, desde la lengua que da hacia el sur;
Jos 15:3 luego se dirigía por el sur de la subida de los Escorpiones, pasaba hacia Sin y subía por el sur de Cadés Barnea; pasando por Jesrón, subía hacia Adar y volvía a Carcá;
Jos 15:4 pasaba por Asmón, iba hacia el torrente de Egipto y venía a salir al mar. Esa será vuestra frontera por el sur.
Jos 15:5 Al oriente el límite era el mar de la Sal hasta la desembocadura del Jordán. La frontera por el lado norte partía de la lengua de mar que hay en la desembocadura del Jordán.
Jos 15:6 El límite subía a Bet Joglá, pasaba al norte de Bet Haarabá y subía hasta la Peña de Boján, hijo de Rubén.
Jos 15:7 El límite subía desde el valle de Akor hasta Debir y volvía al norte hacia el círculo de piedras que hay enfrente de la subida de Adummim, que está al sur del Torrente. El límite pasaba hacia las aguas de En Semes y venía a salir a En Roguel.
Jos 15:8 Subía después por el valle de Ben Hinnom, por el sur, al Hombro del Jebuseo, es decir, Jerusalén; subía el límite por el oeste a la cima del monte que hay frente al valle de Hinnom, al extremo norte del valle de los Refaím.
Jos 15:9 El límite torcía de la cumbre del monte hacia la fuente de agua de Neftoaj y seguía hacia las ciudades del monte Efrón para torcer en dirección a Baalá, o sea, Quiryat Yearim.
Jos 15:10 De Baalá, el límite doblaba por el oeste hacia el monte Seír y, pasando por la vertiente norte del monte Yearim, o sea Kesalón, bajaba a Bet Semes, pasaba a Timná,
Jos 15:11 iba hacia el lado norte de Ecrón, doblaba hacia Sikkarón, pasaba por el monte de Baalá, salía por Yabneel. La frontera terminaba en el mar.
Jos 15:12 El límite occidental era el mar Grande. Este era el límite que rodeaba el territorio de los hijos de Judá por clanes.
Jos 15:13 A Caleb, hijo de Yefunné, se le dio una parte entre los hijos de Judá, según la orden de Yahveh a Josué: Quiryat Arbá, la ciudad del padre de Anaq, que es Hebrón.
Jos 15:14 Caleb echó de allí a los tres hijos de Anaq: Sesay, Ajimán y Talmay, descendientes de Anaq.
Jos 15:15 De allí se dirigió hacia los habitantes de Debir, que antiguamente se llamaba Quiryat Séfer.
Jos 15:16 Entonces dijo Caleb: «Al que derrote a Quiryat Séfer y la tome, le daré mi hija Aksá por mujer.»
Jos 15:17 El que la tomó fue Otniel, hijo de Quenaz, hermano de Caleb, y éste le dio su hija Aksá por mujer.
Jos 15:18 Cuando iba a casa de su marido, éste le incitó a que pidiera a su padre un campo; ella se apeó del asno y Caleb le preguntó: «¿Qué quieres?»
Jos 15:19 Ella respondió: «Hazme un regalo; ya que me has dado el desierto de Négueb, dame fuentes de agua.» Y él le dio las fuentes de arriba y las fuentes de abajo.
Jos 15:20 Esta fue la heredad de la tribu de los hijos de Judá por clanes.
Jos 15:21 Ciudades fronterizas de la tribu de los hijos de Judá, hacia la frontera de Edom en el Négueb: Cabseel, Eder, Yagur,
Jos 15:22 Quiná, Dimón, Adadá,
Jos 15:23 Quedes, Jasor Yitnam,
Jos 15:24 Zif, Télem, Bealot,
Jos 15:25 Jasor Jadattá, Queriyyot Jesrón (que es Jasor),
Jos 15:26 Amam, Semá, Moladá,
Jos 15:27 Jasar Gaddá, Jesmón, Bet Pélet,
Jos 15:28 Jasar Sual, Berseba y sus filiales,
Jos 15:29 Baalá, Iyyim, Esem,
Jos 15:30 Eltolad, Kesil, Jormá,
Jos 15:31 Siquelag, Madmanná, Sansanná,
Jos 15:32 Lebaot, Siljim, Ayin y Rimmón. En total veintinueve ciudades con sus aldeas.
Jos 15:33 En la Tierra Baja: Estaol, Sorá, Asná,
Jos 15:34 Zanoaj, En Gannim, Tappuaj, Enam,
Jos 15:35 Yarmut, Adullam, Sokó, Azecá,
Jos 15:36 Saaráyim, Aditáyim, Hag Guederá, Guederotáyim: catorce ciudades con sus aldeas.
Jos 15:37 Senán, Jadasá, Migdal Gad,
Jos 15:38 Dilán, Ham Mispé, Yoqteel,
Jos 15:39 Lakís, Boscat, Eglón,
Jos 15:40 Kabbón, Lajmás, Kitlís,
Jos 15:41 Guederot, Bet Dagón, Naamá, Maquedá: dieciséis ciudades con sus aldeas.
Jos 15:42 Libná, Eter, Asán,
Jos 15:43 Iftaj, Asná, Nesib,
Jos 15:44 Queilá, Akzib, Maresá: nueve ciudades con sus aldeas.
Jos 15:45 Ecrón con sus filiales y aldeas.
Jos 15:46 De Ecrón hasta el mar, todo lo que está al lado de Asdod con sus aldeas.
Jos 15:47 Asdod con sus filiales y aldeas, Gaza con sus filiales y aldeas hasta el Torrente de Egipto, limitando con el mar Grande.
Jos 15:48 En la montaña: Samir, Yattir, Sokó,
Jos 15:49 Danná, Quiryat, Sanná, que es Debir,
Jos 15:50 Anab, Estemoa, Anim,
Jos 15:51 Gosen, Jolón, Guiló: once ciudades y sus aldeas.
Jos 15:52 Arab, Dumá, Esan,
Jos 15:53 Yanum, Bet Tappuaj, Afeqá,
Jos 15:54 Jumtá, Quiryat Arbá, que es Hebrón, Sior: nueve ciudades y sus aldeas.
Jos 15:55 Maón, Carmelo, Zif, Yuttá,
Jos 15:56 Yizreel, Yoqdeam, Zanoaj,
Jos 15:57 Haqcayim, Guibeá y Timná: diez ciudades con sus aldeas.
Jos 15:58 Jaljul, Bet Sur, Guedor,
Jos 15:59 Maarat, Bet Anot, Eltecón: seis ciudades con sus aldeas. Técoa, Efratá, que es Belén, Peor, Etam, Culón, Tatam, Sores, Karem, Gallim, Béter, Manaj: once ciudades con sus aldeas.
Jos 15:60 Quiryat Baal, que es Quiryat Yearim, y Harabbá: dos ciudades con sus aldeas.
Jos 15:61 En el desierto: Bet Haarabá, Middin, Sekaká,
Jos 15:62 Nibsán, la ciudad de la Sal y Engadí: seis ciudades con sus aldeas.
Jos 15:63 Pero los hijos de Judá no pudieron echar a los jebuseos que ocupaban Jerusalén. Por eso los jebuseos siguen habitando en Jerusalén junto a los hijos de Judá hasta el día de hoy.


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Capítulo 16

16:1
Y LA suerte del los hijos de José salió desde el Jordán de Jericó hasta las aguas de Jericó hacia el oriente, al desierto que sube de Jericó al monte de Beth-el:
16:2
Y de Beth-el sale á Luz, y pasa al término de Archi en Ataroth;
16:3
Y torna á descender hacia la mar al término de Japhlet, hasta el término de Beth-oron la de abajo, y hasta Gezer; y sale á la mar.
16:4
Recibieron pues heredad los hijos de José, Manasés y Ephraim.
16:5
Y fué el término de los hijos de Ephraim por sus familias, fué el término de su herencia á la parte oriental, desde Ataroth-addar hasta Beth-oron la de arriba:
16:6
Y sale este término á la mar, y á Michmetat al norte, y da vuelta este término hacia el oriente á Tanath-silo, y de aquí pasa al oriente á Janoa:
16:7
Y de Janoa desciende á Ataroth, y á Naaratha, y toca en Jericó, y sale al Jordán.
16:8
Y de Tappua torna este término hacia la mar al arroyo de Cana, y sale á la mar. Esta es la heredad de la tribu de los hijos de Ephraim por sus familias.
16:9
Hubo también ciudades que se apartaron para los hijos de Ephraim en medio de la herencia de los hijos de Manasés, todas ciudades con sus aldeas.
16:10
Y no echaron al Cananeo que habitaba en Gezer; antes quedó el Cananeo en medio de Ephraim, hasta hoy, y fué tributario.
Jos 16:1 La suerte que tocó a los hijos de José comenzaba, por el lado oriental, en el Jordán, a la altura de Jericó (las aguas de Jericó), en el desierto que sube de Jericó a la montaña de Betel;
Jos 16:2 siguiendo de Betel a Luz, pasaba hacia la frontera de los arquitas por Atarot;
Jos 16:3 bajaba después al oeste hacia la frontera de los yafletitas, hasta Guézer, y venía a salir al mar.
Jos 16:4 Esta fue la heredad de los hijos de José, Manasés y Efraím.
Jos 16:5 Límite de los hijos de Efraím por clanes: el límite de su heredad era por el este Atrot Arak hasta Bet Jorón de Arriba
Jos 16:6 e iba e salir el límite al mar... el Mikmetat al norte, y el límite doblaba al oriente hacia Taanat Silo, y la cruzaba al este hacia Yanojá;
Jos 16:7 bajaba de Yanojá a Atarot y a Naará y tocaba en Jericó para terminar en el Jordán.
Jos 16:8 De Tappuaj iba el límite hacia occidente por el torrente de Caná y venía a parar en el mar. Esta fue la heredad de la tribu de los hijos de Efraím según sus clanes,
Jos 16:9 además de las ciudades reservadas para los hijos de Efraím de la herencia de los hijos de Manasés; todas estas ciudades y sus aldeas.
Jos 16:10 El cananeo que ocupaba Guézer no fue expulsado y así continúa en medio de Efraím hasta el día de hoy, pero sujeto a servidumbre.


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Capítulo 17

17:1
Y TUVO también suerte la tribu de Manasés, porque fué primogénito de José. Machîr, primogénito de Manasés, y padre de Galaad, el cual fué hombre de guerra, tuvo á Galaad y á Basán.
17:2
Tuvieron también suerte los otros hijos de Manasés conforme á sus familias: los hijos de Abiezer, y los hijos de Helec, y los hijos de Esriel, y los hijos de Sichêm, y los hijos de Hepher, y los hijos de Semida; estos fueron los hijos varones de Manasés hijo de José, por sus familias.
17:3
Pero Salphaad, hijo de Hepher, hijo de Galaad, hijo de Machîr, hijo de Manasés, no tuvo hijos, sino hijas, los nombres de las cuales son estos: Maala, Noa, Hogla, Milchâ, y Tirsa.
17:4
Estas vinieron delante de Eleazar sacerdote, y de Josué hijo de Nun, y de los príncipes, y dijeron: el Altísimo mandó á Moisés que nos diese herencia entre nuestros hermanos. Y él les dió herencia entre los hermanos del padre de ellas, conforme al dicho de el Altísimo.
17:5
Y cayeron á Manasés diez suertes á más de la tierra de Galaad y de Basán, que está de la otra parte del Jordán:
17:6
Porque las hijas de Manasés poseyeron herencia entre sus hijos: y la tierra de Galaad fué de los otros hijos de Manasés.
17:7
Y fué el término de Manasés desde Aser hasta Michmetat, la cual está delante de Sichêm; y va este término á la mano derecha, á los que habitan en Tappua.
17:8
Y la tierra de Tappua fué de Manasés; pero Tappua, que está junto al término de Manasés, es de los hijos de Ephraim.
17:9
Y desciende este término al arroyo de Cana, hacia el mediodía del arroyo. Estas ciudades de Ephraim están entre las ciudades de Manasés: y el término de Manasés es desde el norte del mismo arroyo, y sus salidas son á la mar.
17:10
Ephraim al mediodía, y Manasés al norte, y la mar es su término: y encuéntranse con Aser á la parte del norte, y con Issachâr al oriente.
17:11
Tuvo también Manasés en Issachâr y en Aser á Beth-san y sus aldeas, é Ibleam y sus aldeas, y los moradores de Dor y sus aldeas, y los moradores de Endor y sus aldeas, y los moradores de Taanach y sus aldeas, y los moradores de Megiddo y sus aldeas: tres provincias.
17:12
Mas los hijos de Manasés no pudieron echar á los de aquellas ciudades; antes el Cananeo quiso habitar en la tierra.
17:13
Empero cuando los hijos de Israel tomaron fuerzas, hicieron tributario al Cananeo, mas no lo echaron.
17:14
Y los hijos de José hablaron á Josué, diciendo: ¿Por qué me has dado por heredad una sola suerte y una sola parte, siendo yo un pueblo tan grande y que el Altísimo me ha así bendecido hasta ahora?
17:15
Y Josué les respondió: Si eres pueblo tan grande, sube tú al monte, y corta para ti allí en la tierra del Pherezeo y de los gigantes, pues que el monte de Ephraim es angosto para ti.
17:16
Y los hijos de José dijeron: No nos bastará á nosotros este monte: y todos los Cananeos que habitan la tierra de la campiña, tienen carros herrados; los que están en Beth-san y en sus aldeas, y los que están en el valle de Jezreel.
17:17
Entonces Josué respondió á la casa de José, á Ephraim y Manasés, diciendo: Tú eres gran pueblo, y tienes gran fuerza; no tendrás una sola suerte;
17:18
Mas aquel monte será tuyo; que bosque es, y tú lo cortarás, y serán tuyos sus términos: porque tú echarás al Cananeo, aunque tenga carros herrados, y aunque sea fuerte.
Jos 17:1 A la tribu de Manasés le correspondió suerte, porque era el primogénito de José: a Makir, primogénito de Manasés y padre de Galaad, como era hombre de guerra, le tocó Galaad y Basán;
Jos 17:2 y a los otros hijos de Manasés, según sus clanes: a los hijos de Abiezer, a los hijos de Jeleq, a los hijos de Asriel, a los hijos de Sekem, a los hijos de Jéfer, a los hijos de Semidá, estos eran los hijos varones de Manasés, hijo de José, por clanes.
Jos 17:3 Pero Selofjad, hijo de Jéfer, hijo de Galaad, hijo de Makir, hijo de Manasés, no tenía hijos; sólo tenía hijas. Sus hijas se llamaban: Majlá, Noá, Joglá, Milká y Tirsá.
Jos 17:4 Estas se presentaron ante el sacerdote Eleazar, ante Josué, hijo de Nun, y ante los principales, y dijeron: «Yahveh ordenó a Moisés que nos diera una heredad entre nuestros hermanos.» Les dio, pues, según la orden de Yahveh, una heredad entre los hermanos de su padre.
Jos 17:5 Tocaron a Manasés diez porciones además del país de Galaad y de Basán, situado en Transjordania,
Jos 17:6 pues las hijas de Manasés obtuvieron una heredad entre sus hijos. El país de Galaad pertenecía a los otros hijos de Manasés.
Jos 17:7 El límite de Manasés era por el lado de Aser, Mikmetat, que está en frente de Siquem; de allí iba hacia la derecha, hacia Yasib, en la fuente de Tappuaj.
Jos 17:8 El país de Tappuaj era de Manasés, pero Tappuaj, en la frontera de Manasés, era de los hijos de Efraím.
Jos 17:9 El límite bajaba por el torrente de Caná; al sur del torrente estaban las ciudades de Efraím, además de las que tenía Efraím entre las ciudades de Manasés, y el territorio de Manasés estaba al norte del torrente, e iba a salir al mar.
Jos 17:10 Lo del sur era de Efraím y lo del norte de Manasés, y el mar era su frontera; lindaban con Aser al norte y con Isacar al este.
Jos 17:11 Manasés tenía, en Isacar y en Aser, Bet Seán y sus filiales, Yibleam y sus filiales, los habitantes de Dor y sus filiales, los habitantes de Tanak y Meguiddó y sus filiales, y un tercio de Néfet.
Jos 17:12 Los hijos de Manasés no pudieron apoderarse de estas ciudades y los cananeos lograron mantenerse en aquel país.
Jos 17:13 Pero, cuando los israelitas se hicieron más fuertes, sometieron a los cananeos a servidumbre, aunque no llegaron a expulsarlos.
Jos 17:14 Los hijos de José se dirigieron a Josué y le dijeron: «¿Por qué no me has asignado en heredad más que una suerte, una sola porción, siendo tan numeroso como soy porque Yahveh me ha bendecido?»
Jos 17:15 Josué respondió: «Si eres un pueblo tan numeroso sube a los bosques y corta para ti el de la región de los perizitas y de los refaítas, pues la montaña de Efraím es demasiado estrecha para ti.»
Jos 17:16 Los hijos de José respondieron: «La montaña no nos basta, y todos los cananeos que habitan en el llano tienen carros de hierro, lo mismo los de Bet Seán y sus filiales que los de la llanura de Yizreel.»
Jos 17:17 Josué dijo a la casa de José, a Efraím y a Manasés: «Eres un pueblo grande y tienes mucha fuerza; no tendrás sólo una parte,
Jos 17:18 sino que tendrás también la montaña; está cubierta de bosques pero tú la talarás y serás tuya la región resultante; y expulsarás al cananeo, aunque tiene carros de hierro y es muy fuerte.»


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Capítulo 18

18:1
Y TODA la congregación de los hijos de Israel se juntó en Silo, y asentaron allí el tabernáculo del testimonio, después que la tierra les fué sujeta.
18:2
Mas habían quedado en los hijos de Israel siete tribus, á las cuales aun no habían repartido su posesión.
18:3
Y Josué dijo á los hijos de Israel: ¿Hasta cuando seréis negligentes para venir á poseer la tierra que os ha dado el Altísimo el Dios de vuestros padres?
18:4
Señalad tres varones de cada tribu, para que yo los envíe, y que ellos se levanten, y recorran la tierra, y la describan conforme á sus heredades, y se tornen á mí.
18:5
Y la dividirán en siete partes: y Judá estará en su término al mediodía, y los de la casa de José estarán en el suyo al norte.
18:6
Vosotros, pues, delinearéis la tierra en siete partes, y me traeréis la descripción aquí, y yo os echaré las suertes aquí delante de el Altísimo nuestro Dios.
18:7
Empero los Levitas ninguna parte tienen entre vosotros; porque el sacerdocio de el Altísimo es la heredad de ellos: Gad también y Rubén, y la media tribu de Manasés, ya han recibido su heredad de la otra parte del Jordán al oriente, la cual les dió Moisés siervo de el Altísimo.
18:8
Levantándose pues aquellos varones, fueron: y mandó Josué á los que iban para delinear la tierra, diciéndoles: Id, recorred la tierra, y delineadla, y tornad á mí, para que yo os eche las suertes aquí delante de el Altísimo en Silo.
18:9
Fueron pues aquellos varones y pasearon la tierra, delineándola por ciudades en siete partes en un libro, y tornaron á Josué al campo en Silo.
18:10
Y Josué les echó las suertes delante de el Altísimo en Silo; y allí repartió Josué la tierra á los hijos de Israel por sus porciones.
18:11
Y sacóse la suerte de la tribu de los hijos de Benjamín por sus familias: y salió el término de su suerte entre los hijos de Judá y los hijos de José.
18:12
Y fué el término de ellos al lado del norte desde el Jordán: y sube aquel término al lado de Jericó al norte; sube después al monte hacia el occidente, y viene á salir al desierto de Beth-aven:
18:13
Y de allí pasa aquel término á Luz, por el lado de Luz (esta es Beth-el) hacia el mediodía. Y desciende este término de Ataroth-addar al monte que está al mediodía de Beth-oron la de abajo.
18:14
Y torna este término, y da vuelta al lado de la mar, al mediodía hasta el monte que está delante de Beth-oron al mediodía; y viene á salir á Chîriath-baal, que es Chîriath-jearim, ciudad de los hijos de Judá. Este es el lado del occidente.
18:15
Y el lado del mediodía es desde el cabo de Chîriath-jearim, y sale el término al occidente, y sale á la fuente de las aguas de Nephtoa:
18:16
Y desciende aqueste término al cabo del monte que está delante del valle del hijo de Hinnom, que está en la campiña de los gigantes hacia el norte: desciende luego al valle de Hinnom, al lado del Jebuseo al mediodía, y de allí desciende á la fuente de Rogel:
18:17
Y del norte torna y sale á Ensemes, y de allí sale á Geliloth, que está delante de la subida de Adummim, y descendía á la piedra de Bohan, hijo de Rubén:
18:18
Y pasa al lado que está delante de la campiña del norte, y desciende á los llanos:
18:19
Y torna á pasar este término por el lado de Beth-hogla hacia el norte, y viene á salir el término á la lengua del mar Salado al norte, al cabo del Jordán al mediodía. Este es el término de hacia el mediodía.
18:20
Y el Jordán acaba aqueste término al lado del oriente. Esta es la heredad de los hijos de Benjamín por sus términos alrededor, conforme á sus familias.
18:21
Las ciudades de la tribu de los hijos de Benjamín, por sus familias, fueron Jericó, Beth-hogla, y el valle de Casis,
18:22
Beth-araba, Samaraim, y Beth-el;
18:23
Y Avim, y Para, y Ophra,
18:24
Y Cephar-hammonai, Ophni, y Gaba; doce ciudades con sus aldeas:
18:25
Gabaón, Rama, Beeroth,
18:26
Y Mizpa, Chephira, y Moza,
18:27
Recom, Irpeel y Tarala,
18:28
Y Sela, Eleph, Jebus, que es Jerusalem, Gibeath, y Chîriath; catorce ciudades con sus aldeas. Esta es la heredad de los hijos de Benjamín, conforme á sus familias.
Jos 18:1 Todo la comunidad de los israelitas se reunió en Silo, donde alzaron la Tienda del Encuentro; todo el país les estaba sometido.
Jos 18:2 Pero quedaban todavía entre los israelitas siete tribus que no se habían repartido su heredad.
Jos 18:3 Josué, pues, dijo a los israelitas: «¿Hasta cuándo vais a retardar el ir a tomar posesión de la tierra que os ha dado Yahveh, el Dios de vuestros padres?
Jos 18:4 Escoged tres hombres por cada tribu, y los enviaré para que vayan a recorrer el país y hagan una descripción de él en orden al reparto; luego volverán donde mí.
Jos 18:5 Dividirán la tierra en siete partes. Judá se quedará en su territorio al sur y la casa de José se quedará en su territorio al norte.
Jos 18:6 Vosotros haréis una descripción del país en siete partes, y me la traeréis para que os la sortee aquí, en presencia de Yahveh nuestro Dios.
Jos 18:7 Porque los levitas no tienen su parte entre vosotros, pues el sacerdocio de Yahveh es su heredad; y Gad, Rubén y la media tribu de Manasés, han recibido ya al lado oriental del Jordán, la heredad que les dio Moisés, siervo de Yahveh.»
Jos 18:8 Los hombres se pusieron en camino. Josué dio esta orden a los que iban a hacer la descripción del país: «Id, recorred el país y describidlo, y después volved donde mí; yo os haré el sorteo de la tierra aquí delante de Yahveh, en Silo.»
Jos 18:9 Fueron los hombres, recorrieron la comarca, y la describieron ciudad por ciudad, en siete partes, en un escrito que llevaron a Josué, al campamento de Silo.
Jos 18:10 Josué les echó suertes en Silo, delante de Yahveh, y repartió allí la tierra entre los israelitas, conforme a sus particiones.
Jos 18:11 Tocó una suerte a la tribu de los hijos de Benjamin por clanes: los límites de su suerte resultaron comprendidos entre los de los hijos de Judá y los de los hijos de José.
Jos 18:12 Su límite, por el lado norte, partía del Jordán, subía por el flanco norte de Jericó, hasta alcanzar la montaña hacia el oeste, y venía a salir al desierto de Bet Avén.
Jos 18:13 De allí pasaba el límite hacia Luz, por el flanco sur de Luz, que es Betel, y bajaba a Atrot Addar sobre el monte que está al sur de Bet Jorón de Abajo.
Jos 18:14 Torcía el límite y volvía por el oeste hacia el sur, desde el monte que está al lado meridional de Bet Jorón, para ir a salir hacia Quiryat Baal, que es Quiryat Yearim, ciudad de los hijos de Judá. Ese era el lado oeste.
Jos 18:15 Y el lado sur: desde el extremo de Quiryat Yearim, el límite seguía hacia Gasín y salía cerca de la fuente de las aguas de Neftóaj,
Jos 18:16 luego bajaba hacia el extremo del monte que está frente al valle de Ben Hinnom, al norte del valle de Refaím, bajaba al valle de Hinnom por el flanco sur del jebuseo y seguía bajando hasta En Roguel.
Jos 18:17 Doblaba luego por el norte, salía en En Semes y salía hacia el círculo de piedras que hay frente a la subida de Adummim; bajaba a la Peña de Boján, hijo de Rubén;
Jos 18:18 pasaba luego hacia la vertiente de Bet Haarabá por el norte y bajaba hacia la Arabá;
Jos 18:19 pasaba el límite hacia la pendiente de Bet Joglá al norte, e iba a dar el límite a la lengua septentrional del mar de la Sal, en el extremo sur del Jordán. Ese era el límite meridional.
Jos 18:20 El Jordán era el límite del lado oriental. Esa fue la heredad de los hijos de Benjamín, conforme a sus clanes, con los límites que la rodean.
Jos 18:21 Las ciudades de la tribu de los hijos de Benjamín, por clanes, fueron: Jericó, Bet Joglá, Emeq Quesís;
Jos 18:22 Bet Haarabá, Semaráyim, Betel;
Jos 18:23 Avvim, Pará, Ofrá;
Jos 18:24 Kefar Haamoní, Ofní, Gabá: doce ciudades con sus aldeas.
Jos 18:25 Gabaón, Ramá, Beerot,
Jos 18:26 Mispé, Kefirá, Mosá;
Jos 18:27 Réquem, Yirpeel, Taralá;
Jos 18:28 Sela Haalef, el Jebuseo, es decir Jerusalén, Guibeá y Quiryat: catorce ciudades con sus aldeas. Esa fue la heredad de los hijos de Benjamín, por clanes.


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Capítulo 19

19:1
LA SEGUNDA suerte salió por Simeón, por la tribu de los hijos de Simeón conforme á sus familias; y su heredad fué entre la heredad de los hijos de Judá.
19:2
Y tuvieron en su heredad á Beer-seba, Seba, y Molada,
19:3
Hasar-sual, Bala, y Esem,
19:4
Heltolad, Betul, y Horma,
19:5
Siclag, Beth-marchâboth, y Hasar-susa,
19:6
Beth-lebaoth, y Saruhén; trece ciudades con sus aldeas:
19:7
Aín, Rimmón, Eter, y Asán; cuatro ciudades con sus aldeas:
19:8
Y todas las aldeas que estaban alrededor de estas ciudades hasta Baalath-beer, que es Ramat del mediodía. Esta es la heredad de la tribu de los hijos de Simeón, según sus familias.
19:9
De la suerte de los hijos de Judá fué sacada la heredad de los hijos de Simeón; por cuanto la parte de los hijos de Judá era excesiva para ellos: así que los hijos de Simeón tuvieron su heredad en medio de la de ellos.
19:10
La tercera suerte salió por los hijos de Zabulón conforme á sus familias: y el término de su heredad fué hasta Sarid.
19:11
Y su término sube hasta la mar y hasta Merala, y llega hasta Dabbe-seth, y de allí llega al arroyo que está delante de Jocneam.
19:12
Y tornando de Sarid hacia oriente, donde nace el sol al término de Chisiloth-tabor, sale á Dabrath, y sube á Japhia;
19:13
Y pasando de allí hacia el lado oriental á Gith-hepher y á Itta-kazin, sale á Rimmón rodeando á Nea;
19:14
Y de aquí torna este término al norte á Hanatón, viniendo á salir al valle de Iphtael;
19:15
Y abraza Catah, y Naalal, y Simrón, é Ideala, y Beth-lehem; doce ciudades con sus aldeas.
19:16
Esta es la heredad de los hijos de Zabulón por sus familias; estas ciudades con sus aldeas.
19:17
La cuarta suerte salió por Issachâr, por los hijos de Issachâr conforme á sus familias.
19:18
Y fué su término Izreel, y Chesullot, y Sunem,
19:19
Y Hapharaim, y Sión, y Anaarath,
19:20
Y Rabbit, y Chisión, y Ebes,
19:21
Y Rameth, y En-gannim, y En-hadda y Beth-passes;
19:22
Y llega este término hasta Tabor, y Sahasim, y Beth-semes; y sale su término al Jordán: diez y seis ciudades con sus aldeas.
19:23
Esta es la heredad de la tribu de los hijos de Issachâr conforme á sus familias; estas ciudades con sus aldeas.
19:24
Y salió la quinta suerte por la tribu de los hijos de Aser por sus familias.
19:25
Y su término fué Helchât, y Halí, y Betén, y Axaph,
19:26
Y Alammelec, y Amead, y Miseal; y llega hasta Carmel al occidente, y á Sihor-libnath;
19:27
Y tornando de donde nace el sol á Beth-dagón, llega á Zabulón, y al valle de Iphtael al norte, á Beth-emec, y á Nehiel, y sale á Cabul á la izquierda;
19:28
Y abraza á Hebrón, y Rehob, y Hammón, y Cana, hasta la gran Sidón;
19:29
Y torna de allí este término á Horma, y hasta la fuerte ciudad de Tiro, y torna este término á Hosa, y sale á la mar desde el territorio de Achzib:
19:30
Abraza también Umma, y Aphec, y Rehob: veinte y dos ciudades con sus aldeas.
19:31
Esta es la heredad de la tribu de los hijos de Aser por sus familias; estas ciudades con sus aldeas.
19:32
La sexta suerte salió por los hijos de Nephtalí, por los hijos de Nephtalí conforme á sus familias.
19:33
Y fué su término desde Heleph, y Allón-saananim, y Adami-neceb, y Jabneel, hasta Lacum; y sale al Jordán;
19:34
Y tornando de allí este término hacia el occidente á Aznot-tabor, pasa de allí á Hucuca, y llega hasta Zabulón al mediodía, y al occidente confina con Aser, y con Judá al Jordán hacia donde nace el sol.
19:35
Y las ciudades fuertes son Siddim, Ser, y Hamath, Raccath, y Cinneroth,
19:36
Y Adama, y Rama, y Asor,
19:37
Y Cedes, y Edrei, y En-hasor,
19:38
E Irón, y Migdalel, y Horem, y Beth-anath, y Beth-semes: diez y nueve ciudades con sus aldeas.
19:39
Esta es la heredad de la tribu de los hijos de Nephtalí por sus familias; estas ciudades con sus aldeas.
19:40
La séptima suerte salió por la tribu de los hijos de Dan por sus familias.
19:41
Y fué el término de su heredad, Sora, y Estaol, é Ir-semes,
19:42
Y Saalabín, y Ailón, y Jeth-la,
19:43
Y Elón, y Timnatha, y Ecrón,
19:44
Y Eltechê, Gibbethón, y Baalath,
19:45
Y Jehud, y Bene-berác, y Gath-rimmón,
19:46
Y Mejarcón, y Raccón, con el término que está delante de Joppa.
19:47
Y faltóles término á los hijos de Dan; y subieron los hijos de Dan y combatieron á Lesem, y tomándola metiéronla á filo de espada, y la poseyeron, y habitaron en ella; y llamaron á Lesem, Dan, del nombre de Dan su padre.
19:48
Esta es la heredad de la tribu de los hijos de Dan conforme á sus familias; estas ciudades con sus aldeas.
19:49
Y después que acabaron de repartir la tierra en heredad por sus términos, dieron los hijos de Israel heredad á Josué hijo de Nun en medio de ellos:
19:50
Según la palabra de el Altísimo, le dieron la ciudad que él pidió, Timnath-sera, en el monte de Ephraim; y él reedificó la ciudad, y habitó en ella.
19:51
Estas son las heredades que Eleazar sacerdote, y Josué hijo de Nun, y los principales de los padres, entregaron por suerte en posesión á las tribus de los hijos de Israel en Silo delante de el Altísimo, á la entrada del tabernáculo del testimonio; y acabaron de repartir la tierra.

Jos 19:1 La segunda suerte cayó a Simeón, a la tribu de los hijos de Simeón, por clanes: su heredad estaba en medio de la heredad de los hijos de Judá.
Jos 19:2 Les correspondió como heredad: Berseba, Semá, Moladá;
Jos 19:3 Jasar Sual, Balá, Esem;
Jos 19:4 Eltolad, Betul, Jormá;
Jos 19:5 Siquelag, Bet Hammarkabot; Jasar Susá;
Jos 19:6 Bet Lebaot y Sarujem: trece ciudades y sus aldeas;
Jos 19:7 Ayín, Rimmón, Eter y Asán; cuatro ciudades y sus aldeas.
Jos 19:8 Adémas todas las aldeas de los alrededores de estas ciudades hasta Baalat Beer, Ramá del Négueb. Esa fue la heredad de la tribu de los hijos de Simeón, por clanes.
Jos 19:9 La heredad de los hijos de Simeón se tomó de la porción de los hijos de Judá, porque la parte de los hijos de Judá era demasiado grande para ellos. Los hijos de Simeón recibieron, pues, su heredad en medio de la heredad de los hijos de Judá.
Jos 19:10 La tercera suerte tocó a los hijos de Zabulón, por clanes: el límite de su heredad se extendía hasta Sadud;
Jos 19:11 su límite subía al occidente hacia Maraalá y tocaba en Dabbéset y luego en el torrente que hay frente a Yoqneam.
Jos 19:12 De Sadud volvía el límite hacia el este, hacia la salida del sol, hasta el límite de Kislot Tabor, seguía hacia Daberat y subía a Yafía.
Jos 19:13 De allí pasaba hacia el este, al oriente, por Gat Jéfer y por Itta Casín, iba hacia Rimmón y volvía hacia Neá.
Jos 19:14 El límite volvía por el norte hacia Jannatón e iba a salir al valle de Yiftaj El.
Jos 19:15 Además, Cattat, Nahalal, Simrón, Yiralá y Belén: doce ciudades con sus aldeas.
Jos 19:16 Esa fue la heredad de los hijos de Zabulón, por clanes: esas ciudades y sus aldeas.
Jos 19:17 La cuarta suerte tocó a Isacar, a los hijos de Isacar, por clanes.
Jos 19:18 Su territorio se extendía hasta Yizreel y comprendía Kesulot y Sunem;
Jos 19:19 Jafaráyim, Sión, Anajarat,
Jos 19:20 Daberat, Quisyón, Ebes;
Jos 19:21 Rémet y En Gannim, En Jaddá y Bet Passés.
Jos 19:22 Su límite tocaba en el Tabor, en Sajasima y en Bet Semes, y el límite terminaba en el Jordán; dieciséis ciudades con su aldeas.
Jos 19:23 Esa fue la heredad de la tribu de los hijos de Isacar, por clanes: las ciudades y sus aldeas.
Jos 19:24 La quinta suerte tocó a la tribu de los hijos de Aser, por clanes.
Jos 19:25 Su territorio comprendía: Jelcat, Jalí, Beten, Aksaf,
Jos 19:26 Alammélek, Amad, Misal; tocaba en el Carmelo por el oeste y en el curso del Libnat;
Jos 19:27 volvía luego hacia la salida del sol hasta Bet Dagón y tocaba por el norte en Zabulón y en el valle de Yiftaj El, y Bet Haemeq y Neiel, yendo a parar hacia Kabul por la izquierda con
Jos 19:28 Abdón, Rejob, Jammón y Caná hasta Sidón la Grande.
Jos 19:29 El límite volvía a Ramá y hasta la plaza fuerte de Tiro y hasta Josá, e iba a terminar en el mar. Majaleb, Akzib,
Jos 19:30 Akko, Afeq, Rejob: veintidós ciudades con sus aldeas.
Jos 19:31 Esa fue la heredad de la tribu de los hijos de Aser, por clanes: esas ciudades y sus aldeas.
Jos 19:32 A los hijos de Neftalí les tocó la sexta suerte; a los hijos de Neftalí, por clanes:
Jos 19:33 su límite iba de Jélef y de la Encina de Saanannim y Adamí Hannéqueb y Yabneel hasta Laqcum e iba a salir al Jordán.
Jos 19:34 Volvía el límite hacia el oeste por Aznot Tabor y de allí a salir a Juqcoq, lindaba con Zabulón al sur, con Aser al oeste y con el Jordán al oriente.
Jos 19:35 Y las ciudades fuertes eran: Siddim, Ser, Jammat, Raqcat, Kinneret,
Jos 19:36 Adamá, Ramá, Jasor;
Jos 19:37 Quedes, Edreí, En Jasor,
Jos 19:38 Yirón, Migdal El, Jórem, Bet Anat, Bet Semes: diecinueve ciudades con sus aldeas.
Jos 19:39 Esa fue la heredad de los hijas de Neftalí, por clanes: las ciudades y sus aldeas.
Jos 19:40 A la tribu de los hijos de Dan, por clanes, tocó la séptima suerte.
Jos 19:41 El territorio de su heredad comprendía: Sorá, Estaol, Ir Simes.
Jos 19:42 Saalbim, Ayyalón, Silatá;
Jos 19:43 Elón, Timná, Ecrón,
Jos 19:44 Eltequé, Guibbetón, Baalat;
Jos 19:45 Azor, Bené Beraq, Gat Rimmón;
Jos 19:46 y hacia el mar Yeraqón con el territorio de enfrente de Joppe.
Jos 19:47 Pero el territorio de los hijos de Dan quedaba fuera de su poder. Por eso, los hijos de Dan subieron a atacar a Lésem; la tomaron y la pasaron a cuchillo. Tomada la ciudad, se establecieron en ella y a Lésem la llamaron Dan, del nombre de Dan su padre.
Jos 19:48 Esa fue la heredad de la tribu de los hijos de Dan, por clanes: esas ciudades y sus aldeas.
Jos 19:49 Acabaron, pues, de sortear el país con sus límites. Y los israelitas dieron a Josué, hijo de Nun, una heredad en medio de ellos;
Jos 19:50 según orden de Yahveh, le dieron la ciudad que había pedido, Timnat Sérak, en la montaña de Efraím. Reconstruyó la ciudad y se estableció en ella.
Jos 19:51 Esas son las heredades que el sacerdote Eleazar, Josué, hijo de Nun, y los jefes de familia sortearon entre las tribus de Israel en Silo, en presencia de Yahveh, a la entrada de la Tienda del Encuentro; y así se terminó el reparto de la tierra.

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Capítulo 20

20:1
Y HABLÓ el Altísimo á Josué, diciendo:
20:2
Habla á los hijos de Israel, diciendo: Señalaos las ciudades de refugio, de las cuales yo os hablé por Moisés;
20:3
Para que se acoja allí el homicida que matare á alguno por yerro y no á sabiendas; que os sean por acogimiento del cercano del muerto.
20:4
Y el que se acogiere á alguna de aquellas ciudades, presentaráse á la puerta de la ciudad, y dirá sus causas, oyéndolo los ancianos de aquella ciudad: y ellos le recibirán consigo dentro de la ciudad, y le darán lugar que habite con ellos.
20:5
Y cuando el cercano del muerto le siguiere, no entregarán en su mano al homicida, por cuanto hirió á su prójimo por yerro, ni tuvo con él antes enemistad.
20:6
Y quedará en aquella ciudad hasta que parezca en juicio delante del ayuntamiento, hasta la muerte del gran sacerdote que fuere en aquel tiempo: entonces el homicida tornará y vendrá á su ciudad y á su casa y á la ciudad de donde huyó.
20:7
Entonces señalaron á Cedes en Galilea, en el monte de Nephtalí, y á Sichêm en el monte de Ephraim, y á Chîriath-arba, que es Hebrón, en el monte de Judá.
20:8
Y de la otra parte del Jordán de Jericó, al oriente, señalaron á Beser en el desierto, en la llanura de la tribu de Rubén, y á Ramoth en Galaad de la tribu de Gad, y á Gaulón en Basán de la tribu de Manasés.
20:9
Estas fueron las ciudades señaladas para todos los hijos de Israel, y para el extranjero que morase entre ellos, para que se acogiese á ellas cualquiera que hiriese hombre por yerro, y no muriese por mano del cercano del muerto, hasta que compareciese delante del ayuntamiento.
Jos 20:1 Yahveh dijo a Josué:
Jos 20:2 «Habla a los israelitas y diles: Señalaos las ciudades de asilo de las que os hablé por medio de Moisés,
Jos 20:3 a las que pueda huir el homicida que haya matado a alguien por inadvertencia (sin querer), y que le sirvan de asilo contra el vengador de la sangre.
Jos 20:4 (El homicida huirá a una de estas ciudades: se detendrá a la entrada de la puerta de la ciudad y expondrá su caso a los ancianos de la ciudad. Estos le admitirán en su ciudad y le señalarán una casa para que habite con ellos.
Jos 20:5 Si el vengador de la sangre le persigue, no le entregarán al homicida en su manos, pues ha herido a su prójimo sin querer, y no le tenía odio anteriormente.
Jos 20:6 El homicida habrá de permanecer en la ciudad, hasta que comparezca en juicio ante la comunidad, hasta la muerte del Sumo Sacerdote que esté en funciones por aquel tiempo. Entonces el homicida podrá volver a sus ciudad y a su casa, a la ciudad de la que huyó.»
Jos 20:7 Consagraron: Quedes en Galilea, en la montaña de Neftalí, Siquem en la montaña de Efraím, Quiryat Arbá, o sea Hebrón, en la montaña de Judá.
Jos 20:8 En Transjordania, al oriente de Jericó, se designó Béser, de la tribu de Rubén, en el desierto, en el llano; Ramot en Galaad, de la tribu de Gad, y Golán en Basán, de la tribu de Manasés.
Jos 20:9 Estas son las ciudades designadas para todos los israelitas, así como para el forastero residente entre ellos, para que pueda refugiarse en ellas cualquiera que haya matado a alguien por inadvertencia, y no muera a manos del vengador de la sangre, hasta que comparezca ante la comunidad.


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Capítulo 21

21:1
Y LOS principales de los padres de los Levitas vinieron á Eleazar sacerdote, y á Josué hijo de Nun, y á los principales de los padres de las tribus de los hijos de Israel;
21:2
Y habláronles en Silo en la tierra de Canaán, diciendo: el Altísimo mandó por Moisés que nos fuesen dadas villas para habitar, con sus ejidos para nuestras bestias.
21:3
Entonces los hijos de Israel dieron á los Levitas de sus posesiones, conforme á la palabra de el Altísimo, estas villas con sus ejidos.
21:4
Y salió la suerte por las familias de los Coathitas; y fueron dadas por suerte á los hijos de Aarón sacerdote, que eran de los Levitas, por la tribu de Judá, por la de Simeón y por la de Benjamín, trece villas.
21:5
Y á los otros hijos de Coath se dieron por suerte diez villas de las familias de la tribu de Ephraim, y de la tribu de Dan, y de la media tribu de Manasés;
21:6
Y á los hijos de Gersón, por las familias de la tribu de Issachâr, y de la tribu de Aser, y de la tribu de Nephtalí, y de la media tribu de Manasés en Basán, fueron dadas por suerte trece villas.
21:7
A los hijos de Merari por sus familias se dieron doce villas por la tribu de Rubén, y por la tribu de Gad, y por la tribu de Zabulón.
21:8
Y así dieron por suerte los hijos de Israel á los Levitas estas villas con sus ejidos, como el Altísimo lo había mandado por Moisés.
21:9
Y de la tribu de los hijos de Judá, y de la tribu de los hijos de Simeón dieron estas villas que fueron nombradas:
21:10
Y la primera suerte fué de los hijos de Aarón, de la familia de Coath, de los hijos de Leví;
21:11
A los cuales dieron Chîriath-arba, del padre de Anac, la cual es Hebrón, en el monte de Judá, con sus ejidos en sus contornos.
21:12
Mas el campo de aquesta ciudad y sus aldeas dieron á Caleb hijo de Jephone, por su posesión.
21:13
Y á los hijos de Aarón sacerdote dieron la ciudad de refugio para los homicidas, á Hebrón con sus ejidos; y á Libna con sus ejidos,
21:14
Y á Jattir con sus ejidos, y á Estemoa con sus ejidos,
21:15
A Helón con sus ejidos, y á Debir con sus ejidos,
21:16
A Ain con sus ejidos, á Jutta con sus ejidos, y á Beth-semes con sus ejidos; nueve villas de estas dos tribus:
21:17
Y de la tribu de Benjamín, á Gibeón con sus ejidos, á Geba con sus ejidos,
21:18
A Anathoth con sus ejidos, á Almón con sus ejidos: cuatro villas.
21:19
Todas las villas de los sacerdotes, hijos de Aarón, son trece con sus ejidos.
21:20
Mas las familias de los hijos de Coath, Levitas, los que quedaban de los hijos de Coath, recibieron por suerte villas de la tribu de Ephraim.
21:21
Y diéronles á Sichêm, villa de refugio para los homicidas, con sus ejidos, en el monte de Ephraim; y á Geser con sus ejidos.
21:22
Y á Kibsaim con sus ejidos, y á Beth-oron con sus ejidos: cuatro villas:
21:23
Y de la tribu de Dan á Eltheco con sus ejidos, á Gibethón con sus ejidos,
21:24
A Ayalón con sus ejidos, á Gath-rimmón con sus ejidos: cuatro villas:
21:25
Y de la media tribu de Manasés, á Taanach con sus ejidos, y á Gath-rimmón con sus ejidos: dos villas.
21:26
Todas las villas para el resto de las familias de los hijos de Coath fueron diez con sus ejidos.
21:27
A los hijos de Gersón de las familias de los Levitas, dieron la villa de refugio para los homicidas, de la media tribu de Manasés: á Gaulón en Basán con sus ejidos, y á Bosra con sus ejidos: dos villas.
21:28
Y de la tribu de Issachâr, á Cesión con sus ejidos, á Dabereth con sus ejidos,
21:29
A Jarmuth con sus ejidos, y á En-gannim con sus ejidos: cuatro villas:
21:30
Y de la tribu de Aser, á Miseal con sus ejidos, á Abdón con sus ejidos,
21:31
A Helchâth con sus ejidos, y á Rehob con sus ejidos: cuatro villas:
21:32
Y de la tribu de Nephtalí, la villa de refugio para los homicidas, á Cedes en Galilea con sus ejidos, á Hammoth-dor con sus ejidos, y á Cartán con sus ejidos: tres villas:
21:33
Todas las villas de los Gersonitas por sus familias fueron trece villas con sus ejidos.
21:34
Y á las familias de los hijos de Merari, Levitas que quedaban, dióseles de la tribu de Zabulón, á Jocneam con sus ejidos, Cartha con sus ejidos,
21:35
Dimna con sus ejidos, Naalal con sus ejidos: cuatro villas:
21:36
Y de la tribu de Rubén, á Beser con sus ejidos, á Jasa con sus ejidos,
21:37
A Cedemoth con sus ejidos, y Mephaat con sus ejidos: cuatro villas:
21:38
De la tribu de Gad, la villa de refugio para los homicidas, Ramoth en Galaad con sus ejidos, y Mahanaim con sus ejidos,
21:39
Hesbón con sus ejidos, y Jacer con sus ejidos: cuatro villas.
21:40
Todas las villas de los hijos de Merari por sus familias, que restaban de las familias de los Levitas, fueron por sus suertes doce villas.
21:41
Y todas la villas de los Levitas en medio de la posesión de los hijos de Israel, fueron cuarenta y ocho villas con sus ejidos.
21:42
Y estas ciudades estaban apartadas la una de la otra cada cual con sus ejidos alrededor de ellas: lo cual fué en todas estas ciudades.
21:43
Así dió el Altísimo á Israel toda la tierra que había jurado dar á sus padres; y poseyéronla, y habitaron en ella.
21:44
Y el Altísimo les dió reposo alrededor, conforme á todo lo que había jurado á sus padres: y ninguno de todos los enemigos les paró delante, sino que el Altísimo entregó en sus manos á todos sus enemigos.
21:45
No faltó palabra de todas la buenas que habló el Altísimo á la casa de Israel; todo se cumplió.

Jos 21:1 Se acercaron los cabezas de familia de los levitas al sacerdote Eleazar, a Josué, hijo de Nun, y a los cabezas de familia de las tribus de Israel,
Jos 21:2 cuando estaban en Silo, en tierra de Canaán, y les dijeron: «Yahveh ordenó por medio de Moisés que se nos dieran ciudades donde residir, con sus pastos para nuestro ganado.»
Jos 21:3 Los israelitas, conforme a la orden de Yahveh, dieron a los levitas, de su heredad, las siguientes ciudades con sus pastos.
Jos 21:4 Se hizo el sorteo para los clanes quehatitas: y a los levitas hijos del sacerdote Aarón les tocaron trece ciudades de las tribus de Judá, Simeón, y Benjamín;
Jos 21:5 a los otros hijos de Quehat, por clanes, diez ciudades de las tribus de Efraím, de Dan y de la media tribu de Manasés.
Jos 21:6 A los hijos de Guerson, por clanes, les tocaron trece ciudades de las tribus de Isacar, Aser, Neftalí y de la media tribu de Manasés, en Basán.
Jos 21:7 A los hijos de Merarí, por clanes, les tocaron doce ciudades de las tribus de Rubén, Gad y Zabulón.
Jos 21:8 Los israelitas dieron a los levitas por suertes esas ciudades y sus pastos, como Yahveh había ordenado por boca de Moisés.
Jos 21:9 De la tribu de Judá y de la tribu de Simeón les dieron las ciudades que se nombran a continuación;
Jos 21:10 esta fue la parte de los hijos de Aarón, pertenecientes al clan quehatita, de los hijos de Leví; porque la primera suerte fue para ellos.
Jos 21:11 Les dieron Quiryat Arbá (ciudad del padre de Anaq), o sea Hebrón, en la montaña de Judá, con los pastos circundantes.
Jos 21:12 Pero la campiña de esta ciudad con sus aldeas se la dieron en propiedad a Caleb, hijo de Yefunné.
Jos 21:13 A los hijos del sacerdote Aarón les dieron, como ciudad de asilo para los homicidas, Hebrón con sus pastos, y además Libná y sus pastos,
Jos 21:14 Yattir con sus pastos, Estemoa con sus pastos
Jos 21:15 Jolón con sus pastos, Debir con sus pastos,
Jos 21:16 Asan con sus pastos, Yutta con sus pastos, Bet Semes con sus pastos: nueve ciudades de esas dos tribus.
Jos 21:17 De la tribu de Benjamín, Gabaón y sus pastos, Gueba y sus pastos,
Jos 21:18 Anatot y sus pastos, Almón y sus pastos: cuatro ciudades.
Jos 21:19 Total de las ciudades de los sacerdotes hijos de Aarón: trece ciudades con sus pastos.
Jos 21:20 A los clanes de los hijos de Quehat, a los levitas restantes entre los hijos de Quehat, les tocaron en suerte ciudades de la tribu de Efraím.
Jos 21:21 Se les dio, como ciudad de asilo para los homicidas, Siquem con sus pastos, en la montaña de Efraím, y además Guézer con sus pastos.
Jos 21:22 Quibsáyim con sus pastos, Bet Jorón con sus pastos: cuatro ciudades.
Jos 21:23 De la tribu de Dan, Eltequé con sus pastos, Guibbetón con sus pastos,
Jos 21:24 Ayyalón con sus pastos, Gat Rimmón con sus pastos: cuatro ciudades.
Jos 21:25 De la media tribu de Manasés, Tanak con sus pastos y Yibleam con sus pastos: dos ciudades.
Jos 21:26 Total: diez ciudades con sus pastos para lo restantes clanes de los hijos de Quehat.
Jos 21:27 A los hijos de Guersón, de los clanes levíticos, les dieron: de la media tribu de Manasés, como ciudad de asilo para los homicidas, Golán en Basán con sus pastos, y Astarot con sus pastos: dos ciudades.
Jos 21:28 De la tribu de Isacar, Quisyón con sus pastos, Daberat con sus pastos
Jos 21:29 Yarmut con sus pastos, En Gannim con sus pastos: cuatro ciudades.
Jos 21:30 De la tribu de Aser, Misal con sus pastos, Abdón con sus pastos,
Jos 21:31 Jelcat con sus pastos, Rejob con sus pastos: cuatro ciudades.
Jos 21:32 De la tribu de Neftalí, como ciudad de asilo para los homicidas, Quedes en Galilea con sus pastos, Jammot Dor con sus pastos, Raqcat con sus pastos: tres ciudades.
Jos 21:33 Total de ciudades de los guersonitas, por clanes: trece ciudades con sus pastos.
Jos 21:34 A los clanes de los hijos de Merarí, al resto de los levitas: de la tribu de Zabulón: Yoqneam con sus pastos, Cartá con sus pastos,
Jos 21:35 Rimmón con sus pastos, Nahalal con sus pastos: cuatro ciudades;
Jos 21:36 al otro lado del Jordán, de la tribu de Rubén, como ciudad de asilo para los homicidas, Béser en el desierto, en el llano, con sus pastos, y además Yahás con sus pastos,
Jos 21:37 Quedemot con sus pastos, Mefaat con sus pastos: cuatro ciudades.
Jos 21:38 De la tribu de Gad, como ciudad de asilo para los homicidas, Ramot en Galaad, y Majanáyim
Jos 21:39 Jesbón con sus pastos, Yazer con sus pastos: cuatro ciudades.
Jos 21:40 Total de ciudades asignadas por suerte a los hijos de Merarí, por clanes, es decir, al resto de los clanes levíticos: doce ciudades.
Jos 21:41 Total de las ciudades de los levitas en medio de la propiedad de los israelitas: 48 ciudades con sus pastos.
Jos 21:42 Cada una de las ciudades comprendía la ciudad y los pastos circundantes. Así todas las ciudades mencionadas.
Jos 21:43 Yahveh dio a los israelitas toda la tierra que había jurado dar a sus padres. La ocuparon y se establecieron en ella.
Jos 21:44 Yahveh les concedió paz en todos sus confines, tal como había jurado a sus padres, y ninguno de sus enemigos pudo hacerles frente. Yahveh entregó a todos sus enemigos en sus manos.
Jos 21:45 No falló una sola de todas las espléndidas promesas que Yahveh había hecho a la casa de Israel. Todo se cumplió.

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Capítulo 22

22:1
ENTONCES Josué llamó á los Rubenitas y á los Gaditas, y á la media tribu de Manasés,
22:2
Y díjoles: Vosotros habéis guardado todo lo que Moisés siervo de el Altísimo os mandó, y habéis obedecido á mi voz en todo lo que os he mandado.
22:3
No habéis dejado á vuestros hermanos en estos muchos días hasta hoy, antes habéis guardado la observancia de los mandamientos de el Altísimo vuestro Dios.
22:4
Ahora pues que el Altísimo vuestro Dios ha dado reposo á vuestros hermanos, como se lo había prometido, volved, y tornad á vuestras tiendas, á la tierra de vuestras posesiones, que Moisés siervo de el Altísimo os dió de la otra parte del Jordán.
22:5
Solamente que con diligencia cuidéis de poner por obra el mandamiento y la ley, que Moisés siervo de el Altísimo os intimó: que améis á el Altísimo vuestro Dios, y andéis en todos sus caminos; que guardéis sus mandamientos, y os alleguéis á él, y le sirváis de todo vuestro corazón y de toda vuestra alma.
22:6
Y bendiciéndolos Josué, los envió: y fuéronse á sus tiendas.
22:7
También á la media tribu de Manasés había dado Moisés posesión en Basán; mas á la otra media dió Josué heredad entre sus hermanos de estotra parte del Jordán al occidente: y también á éstos envió Josué á sus tiendas, después de haberlos bendecido.
22:8
Y hablóles, diciendo: Volveos á vuestras tiendas con grandes riquezas, y con grande copia de ganado, con plata, y con oro, y metal, y muchos vestidos: partid con vuestros hermanos el despojo de vuestros enemigos.
22:9
Y los hijos de Rubén y los hijos de Gad, y la media tribu de Manasés, se tornaron, y partiéronse de los hijos de Israel, de Silo, que está en la tierra de Canaán, para ir á la tierra de Galaad, á la tierra de sus posesiones, de la cual eran poseedores, según palabra de el Altísimo por mano de Moisés.
22:10
Y llegando á los términos del Jordán, que está en la tierra de Canaán, los hijos de Rubén y los hijos de Gad, y la media tribu de Manasés, edificaron allí un altar junto al Jordán, un altar de grande apariencia.
22:11
Y los hijos de Israel oyeron decir como los hijos de Rubén y los hijos de Gad, y la media tribu de Manasés, habían edificado un altar delante de la tierra de Canaán, en los términos del Jordán, al paso de los hijos de Israel:
22:12
Lo cual como los hijos de Israel oyeron, juntóse toda la congregación de los hijos de Israel en Silo, para subir á pelear contra ellos.
22:13
Y enviaron los hijos de Israel á los hijos de Rubén y á los hijos de Gad y á la media tribu de Manasés en la tierra de Galaad, á Phinees hijo de Eleazar sacerdote,
22:14
Y á diez príncipes con él; un príncipe de cada casa paterna de todas las tribus de Israel, cada uno de los cuales era cabeza de familia de sus padres en la multitud de Israel.
22:15
Los cuales vinieron á los hijos de Rubén y á los hijos de Gad, y á la media tribu de Manasés, en la tierra de Galaad; y habláronles, diciendo:
22:16
Toda la congregación de el Altísimo dice así: ¿Qué transgresión es ésta con que prevaricáis contra el Dios de Israel, volviéndoos hoy de seguir á el Altísimo, edificándoos altar para ser hoy rebeldes contra el Altísimo?
22:17
¿Nos ha sido poco la maldad de Peor, de la que no estamos aún limpios hasta este día, por la cual fué la mortandad en la congregación de el Altísimo?
22:18
Y vosotros os volvéis hoy de seguir á el Altísimo; mas será que vosotros os rebelaréis hoy contra el Altísimo, y mañana se airará él contra toda la congregación de Israel.
22:19
Que si os parece que la tierra de vuestra posesión es inmunda, pasaos á la tierra de la posesión de el Altísimo, en la cual está el tabernáculo de el Altísimo, y tomad posesión entre nosotros; pero no os rebeléis contra el Altísimo, ni os rebeléis contra nosotros, edificándoos altar á más del altar de el Altísimo nuestro Dios.
22:20
¿No cometió Achân, hijo de Zera, prevaricación en el anatema, y vino ira sobre toda la congregación de Israel? y aquel hombre no pereció solo en su iniquidad.
22:21
Entonces los hijos de Rubén y los hijos de Gad, y la media tribu de Manasés, respondieron y dijeron á los principales de la multitud de Israel:
22:22
El Dios de los dioses, el Altísimo, el Dios de los dioses, el Altísimo, él sabe, y sabrá Israel: si por rebelión ó por prevaricación contra el Altísimo (no nos salves hoy,)
22:23
Nos hemos edificado altar para tornarnos de en pos de el Altísimo, ó para sacrificar holocausto ó presente, ó para hacer sobre él sacrificios pacíficos, el mismo el Altísimo nos lo demande.
22:24
Asimismo, si no lo hicimos por temor de esto, diciendo: Mañana vuestros hijos dirán á nuestros hijos: ¿Qué tenéis vosotros con el Altísimo el Dios de Israel?;
22:25
el Altísimo ha puesto por término el Jordán entre nosotros y vosotros, oh hijos de Rubén é hijos de Gad; no tenéis vosotros parte en el Altísimo: y así vuestros hijos harán que nuestros hijos no teman á el Altísimo.
22:26
Por esto dijimos: Hagamos ahora por edificarnos un altar, no para holocausto ni para sacrificio,
22:27
Sino para que sea un testimonio entre nosotros y vosotros, y entre los que vendrán después de nosotros, de que podemos hacer el servicio de el Altísimo delante de él con nuestros holocaustos, con nuestros sacrificios, y con nuestros pacíficos; y no digan mañana vuestros hijos á los nuestros: Vosotros no tenéis parte en el Altísimo.
22:28
Nosotros, pues, dijimos: Si aconteciere que tal digan á nosotros, ó á nuestras generaciones en lo por venir, entonces responderemos: Mirad el símil del altar de el Altísimo, el cual hicieron nuestros padres, no para holocaustos ó sacrificios, sino para que fuese testimonio entre nosotros y vosotros.
22:29
Nunca tal acontezca que nos rebelemos contra el Altísimo, ó que nos apartemos hoy de seguir á el Altísimo, edificando altar para holocaustos, para presente, ó para sacrificio, á más del altar de el Altísimo nuestro Dios que está delante de su tabernáculo.
22:30
Y oyendo Phinees el sacerdote y los príncipes de la congregación, y las cabezas de la multitud de Israel que con él estaban, las palabras que hablaron los hijos de Rubén y los hijos de Gad y los hijos de Manasés, fueron contentos de ello.
22:31
Y dijo Phinees hijo del sacerdote Eleazar, á los hijos de Rubén, á los hijos de Gad, y á los hijos de Manasés: Hoy hemos entendido que el Altísimo está entre nosotros, pues que no habéis intentado esta traición contra el Altísimo. Ahora habéis librado á los hijos de Israel de la mano de el Altísimo.
22:32
Y Phinees hijo del sacerdote Eleazar, y los príncipes, volviéronse de con los hijos de Rubén, y de con los hijos de Gad, de la tierra de Galaad á la tierra de Canaán, á los hijos de Israel: á los cuales dieron la respuesta.
22:33
Y el negocio plugo á los hijos de Israel, y bendijeron á Dios los hijos de Israel; y no hablaron más de subir contra ellos en guerra, para destruir la tierra en que habitaban los hijos de Rubén y los hijos de Gad.
22:34
Y los hijos de Rubén y los hijos de Gad pusieron por nombre al altar Ed; porque es testimonio entre nosotros que el Altísimo es Dios.

Jos 22:1 Josué convocó a los rubenitas, a los gaditas y a la media tribu de Manasés,
Jos 22:2 y les dijo: «Habéis cumplido todo lo que os mandó Moisés, siervo de Yahveh, y habéis atendido a mis órdenes siempre que os he mandado algo.
Jos 22:3 No habéis abandonado a vuestros hermanos durante tan largo tiempo hasta el día de hoy; habéis cumplido la orden que os encomendó Yahveh vuestro Dios.
Jos 22:4 Ahora Yahveh vuestro Dios ha dado a vuestros hermanos el descanso que les había prometido. Volveos, pues, e id a vuestras tiendas, a la tierra de vuestra propiedad, la que os dio Moisés, siervo de Yahveh, al otro lado del Jordán.
Jos 22:5 Únicamente preocupaos de guardar el mandato y la Ley que os dio Moisés, siervo de Yahveh: que améis a Yahveh vuestro Dios, que sigáis siempre sus caminos, que guardéis sus mandamientos y os mantengáis unidos a él y le sirváis con todo vuestro corazón y con toda vuestra alma.»
Jos 22:6 Josué los bendijo y los despidió, y ellos se fueron a sus tiendas.
Jos 22:7 Moisés había dado a la media tribu de Manasés su parte en Basán; a la otra media se la dio Josué entre sus hermanos, al lado occidental del Jordán. Cuando los mandó Josué a sus tiendas, les dio la bendición
Jos 22:8 y les dijo: «Volvéis a vuestras tiendas con grandes riquezas, rebaños numerosos, plata, oro, bronce, hierro y gran cantidad de vestidos; repartid con vuestros hermanos el botín de vuestros enemigos.»
Jos 22:9 Los rubenitas y los gaditas, con la media tribu de Manasés, se volvieron y dejaron a los israelitas en Silo, en la tierra de Canaán, para volver a la tierra de Galaad, tierra de su propiedad donde se habían establecido según la orden de Yahveh dada por medio de Moisés.
Jos 22:10 Cuando llegaron a los círculos de piedras del Jordán, en tierra de Canaán, los rubenitas y los gaditas y la media tribu de Manasés levantaron allí un altar a orillas del Jordán, un altar de grandioso aspecto.
Jos 22:11 Se enteraron los israelitas y dijeron: «Mirad, los rubenitas, los gaditas y la media tribu de Manasés han levantado ese altar, frente al país de Canaán, junto a los círculos de piedras del Jordán, del lado de los israelitas.»
Jos 22:12 Al oír esto los israelitas, se reunió en Silo toda la comunidad de los israelitas para hacerles guerra.
Jos 22:13 Los israelitas enviaron donde los rubenitas, los gaditas y la media tribu de Manasés, al país de Galaad, al sacerdote Pinjás, hijo de Eleazar
Jos 22:14 y a diez principales con él, un principal por cada familia, por cada tribu de Israel: cada uno de ellos era cabeza de su familia en los clanes de Israel.
Jos 22:15 Cuando llegaron donde los rubenitas, los rubenitas, los gaditas y la media tribu de Manasés, al país de Galaad, les hablaron así:
Jos 22:16 «Esto ha dicho toda la comunidad de Yahveh: ¿Qué significa esa prevaricación que habéis cometido contra el Dios de Israel, apartándoos hoy de Yahveh, al construiros un altar, rebelándoos hoy contra Yahveh?
Jos 22:17 «¿No teníamos bastante con el crimen de Peor, del que hoy todavía no hemos acabado de purificarnos, a pesar de que vino la plaga sobre la comunidad de Yahveh?
Jos 22:18 Si vosotros hoy os apartáis de Yahveh, hoy os rebeláis vosotros contra Yahveh, y mañana se encenderá él contra toda la comunidad de Israel.
Jos 22:19 «Ahora bien, si nos parece impura vuestra propiedad, pasad a la tierra de propiedad de Yahveh, donde ha fijado su morada, y estableceos entre nosotros. Pero no os rebeléis contra Yahveh, ni nos arrastréis en vuestra rebeldía al construiros un altar aparte del altar de Yahveh nuestro Dios.
Jos 22:20 ¿No prevaricó Akán, hijo de Zéraj, en el anatema, y la Cólera alcanzó a toda la comunidad de Israel, aunque él no era más que un solo individuo? ¿No murió por su crimen?»
Jos 22:21 Respondieron los rubenitas, los gaditas y la media tribu de Manasés y dijeron a los jefes de los clanes de Israel:
Jos 22:22 «El Dios de los dioses, Yahveh, el Dios de los dioses, Yahveh, lo sabe bien, y que lo sepa también Israel: si ha habido por nuestra parte rebelión o prevaricación contra Yahveh, que no nos salve hoy;
Jos 22:23 y si hemos levantado un altar para apartarnos de Yahveh y para ofrecer en él holocausto y oblación o para hacer sobre él sacrificios de comunión, que Yahveh nos lo demande.
Jos 22:24 En verdad, lo hemos hecho así por preocupación y razonadamente, diciéndonos: El día de mañana podrían decir vuestros hijos a los nuestros: "¿Qué tenéis que ver vosotros con Yahveh el Dios de Israel?
Jos 22:25 Yahveh ha puesto entre nosotros y vosotros, rubenitas y gaditas, la frontera del Jordán. No tenéis parte con Yahveh." Así vuestros hijos harían que nuestros hijos dejaran de temer a Yahveh.
Jos 22:26 «Y nos hemos dicho: Vamos a construir este altar, pero no para holocaustos, ni sacrificios,
Jos 22:27 sino para que sea testigo entre nosotros y vosotros y entre nuestros descendientes después de nosotros, de que rendimos culto a Yahveh en su presencia con nuestros holocaustos, nuestras víctimas y nuestros sacrificios de comunión. Así no podrán decir mañana vuestros hijos a los nuestros: "No tenéis parte con Yahveh."
Jos 22:28 No hemos dicho: Si llega a suceder que nos hablen así a nosotros o el día de mañana a nuestros descendientes, les podremos responder: "Mirad la edificación del altar de Yahveh que hicieron nuestros padres, no para ofrecer holocaustos ni sacrificios, sino como testigo entre nosotros y vosotros."
Jos 22:29 Lejos de nosotros rebelarnos contra Yahveh y desertar hoy de su servicio, levantando, para ofrecer en él holocaustos, oblaciones o sacrificios, un altar aparte del altar de Yahveh nuestro Dios erigido delante de su morada.»
Jos 22:30 Cuando el sacerdote Pinjás, los principales de la comunidad y los jefes de los clanes de Israel que le acompañaban, oyeron las palabras pronunciadas por los gaditas, los rubenitas y los manasitas, les pareció bien.
Jos 22:31 Y el sacerdote Pinjás, hijo de Eleazar, dijo a los rubenitas, los gaditas y los manasitas: «Ahora reconocemos que Yahveh está en medio de nosotros, pues no habéis cometido tan grande prevaricación contra él. Así habéis salvado a los israelitas de la mano de Yahveh.»
Jos 22:32 El sacerdote Pinjás, hijo de Eleazar, y los principales, dejando a los rubenitas y a los gaditas, volvieron del país de Galaad al de Canaán, a donde los israelitas, y les dieron la respuesta.
Jos 22:33 La cosa pareció bien a los israelitas: los israelitas dieron gracias a Dios y no hablaron más de hacerles la guerra y devastar el territorio habitado por los rubenitas y los gaditas.
Jos 22:34 Los rubenitas y gaditas llamaron al altar..., porque decían: «Será testigo entre nosotros de que Yahveh es Dios.»

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Capítulo 23

23:1
Y ACONTECIÓ, pasados muchos días después que el Altísimo dió reposo á Israel de todos sus enemigos al contorno, que Josué, siendo viejo, y entrado en días,
23:2
Llamó á todo Israel, á sus ancianos, á sus príncipes, á sus jueces y á sus oficiales, y díjoles: Yo soy ya viejo y entrado en días:
23:3
Y vosotros habéis visto todo lo que el Altísimo vuestro Dios ha hecho con todas estas gentes en vuestra presencia; porque el Altísimo vuestro Dios ha peleado por vosotros.
23:4
He aquí os he repartido por suerte, en herencia para vuestras tribus, estas gentes, así las destruídas como las que quedan, desde el Jordán hasta la gran mar hacia donde el sol se pone.
23:5
Y el Altísimo vuestro Dios las echará de delante de vosotros, y las lanzará de vuestra presencia: y vosotros poseeréis sus tierras, como el Altísimo vuestro Dios os ha dicho.
23:6
Esforzaos pues mucho á guardar y hacer todo lo que está escrito en el libro de la ley de Moisés, sin apartaros de ello ni á la diestra ni á la siniestra;
23:7
Que cuando entrareis á estas gentes que han quedado con vosotros, no hagáis mención ni juréis por el nombre de sus dioses, ni los sirváis, ni os inclinéis á ellos:
23:8
Mas á el Altísimo vuestro Dios os allegaréis, como habéis hecho hasta hoy;
23:9
Pues ha echado el Altísimo delante de vosotros grandes y fuertes naciones, y hasta hoy nadie ha podido parar delante de vuestro rostro.
23:10
Un varón de vosotros perseguirá á mil: porque el Altísimo vuestro Dios pelea por vosotros, como él os dijo.
23:11
Por tanto, cuidad mucho por vuestras almas, que améis á el Altísimo vuestro Dios.
23:12
Porque si os apartareis, y os allegareis á lo que resta de aquestas gentes que han quedado con vosotros, y si concertareis con ellas matrimonios, y entrareis á ellas, y ellas á vosotros;
23:13
Sabed que el Altísimo vuestro Dios no echará más estas gentes delante de vosotros; antes os serán por lazo, y por tropiezo, y por azote para vuestros costados, y por espinas para vuestros ojos, hasta tanto que perezcáis de aquesta buena tierra que el Altísimo vuestro Dios os ha dado.
23:14
Y he aquí que yo estoy para entrar hoy por el camino de toda la tierra: reconoced, pues, con todo vuestro corazón y con toda vuestra alma, que no se ha perdido una palabra de todas la buenas palabras que el Altísimo vuestro Dios había dicho de vosotros: todas os han venido, no se ha perdido de ellas ni una.
23:15
Mas será, que como ha venido sobre vosotros toda palabra buena que el Altísimo vuestro Dios os había dicho, así también traerá el Altísimo sobre vosotros toda palabra mala, hasta destruiros de sobre la buena tierra que el Altísimo vuestro Dios os ha dado;
23:16
Cuando traspasareis el pacto de el Altísimo vuestro Dios que él os ha mandado, yendo y honrando dioses ajenos, é inclinándoos á ellos. Y el furor de el Altísimo se inflamará contra vosotros, y luego pereceréis de aquesta buena tierra que él os ha dado.

Jos 23:1 Sucedió, mucho tiempo después de que Yahveh concediera a Israel la paz de todos los enemigos de alrededor, - Josué era ya viejo y avanzado en días -
Jos 23:2 que Josué convocó a todo Israel, a sus ancianos, sus jefes, sus jueces, sus escribas y les dijo: «Yo ya soy viejo, avanzado en días;
Jos 23:3 y vosotros habéis visto todo lo que Yahveh, vuestro Dios, ha hecho en atención a vosotros con todos estos pueblos; pues Yahveh vuestro Dios era el que combatía por vosotros.
Jos 23:4 Mirad, yo os he dado por suertes, como heredad para vuestras tribus, esos pueblos que quedan por conquistar, así como todos los pueblos que yo exterminé desde el Jordán hasta el mar Grande de occidente.
Jos 23:5 Yahveh mismo, vuestro Dios, los arrojará delante de vosotros, los expulsará de delante de vosotros, y vosotros tomaréis posesión de su tierra, como os lo ha prometido Yahveh vuestro Dios.
Jos 23:6 «Esforzaos mucho en guardar y cumplir todo lo que está escrito en el libro de la Ley de Moisés, no apartándoos de ella ni a la derecha ni a la izquierda,
Jos 23:7 no mezclándoos con esos pueblos que quedan todavía entre vosotros. No recordaréis el nombre de sus dioses ni juraréis por ellos, no les serviréis ni os postraréis ante ellos,
Jos 23:8 sino manteneos unidos a Yahveh vuestro Dios, como habéis hecho hasta el día de hoy.
Jos 23:9 Yahveh ha arrojado de vuestra presencia a pueblos numerosos y fuertes, y nadie os ha podido resistir hasta el presente.
Jos 23:10 Uno solo de vosotros perseguía a mil, porque Yahveh mismo, vuestro Dios, peleaba por vosotros, como os lo había prometido.
Jos 23:11 Tendréis buen cuidado, por vuestra vida, de amar a Yahveh vuestro Dios.
Jos 23:12 «Pero si os desviáis y os unís a ese resto de naciones que quedan todavía entre vosotros, emparentáis con ellas y entráis en tratos con ellas,
Jos 23:13 tened por sabido que Yahveh vuestro Dios no seguirá arrojando de delante de vosotros a esos pueblos; serán para vosotros red, lazo, espinas en vuestros costados y aguijones en vuestros ojos, hasta que desaparezcáis de esta espléndida tierra que os ha dado Yahveh vuestro Dios.
Jos 23:14 «Mirad que yo me voy ya por el camino de todo el mundo. Reconoced con todo vuestro corazón y con toda vuestra alma que, de todas las promesas que Yahveh vuestro Dios había hecho en vuestro favor, no ha fallado ni una sola: todas se os han cumplido. Ni una sola ha fallado.
Jos 23:15 «Pues de la misma manera que se os han cumplido todas las espléndidas promesas hechas por Yahveh vuestro Dios en vuestro favor, igualmente acarreará Yahveh contra vosotros todas sus amenazas, hasta borraros de la espléndida tierra que Yahveh vuestro Dios os ha dado.
Jos 23:16 «Si quebrantáis la alianza que Yahveh vuestro Dios os ha impuesto, si vos vais a servir a otros dioses, y os postráis ante ellos, la ira de Yahveh se encenderá contra vosotros y desapareceréis rápidamente de la espléndida tierra que os ha dado.»

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Capítulo 24

24:1
Y JUNTANDO Josué todas las tribus de Israel en Sichêm, llamó á los ancianos de Israel, y á sus príncipes, á sus jueces, y á sus oficiales; y presentáronse delante de Dios.
24:2
Y dijo Josué á todo el pueblo: Así dice el Altísimo, Dios de Israel: Vuestros padres habitaron antiguamente de esotra parte del río, es á saber, Tharé, padre de Abraham y de Nachôr; y servían á dioses extraños.
24:3
Y yo tomé á vuestro padre Abraham de la otra parte del río, y trájelo por toda la tierra de Canaán, y aumenté su generación, y díle á Isaac.
24:4
Y á Isaac dí á Jacob y á Esaú: y á Esaú dí el monte de Seir, que lo poseyese: mas Jacob y sus hijos descendieron á Egipto.
24:5
Y yo envié á Moisés y á Aarón, y herí á Egipto, al modo que lo hice en medio de él, y después os saqué.
24:6
Y saqué á vuestros padres de Egipto: y como llegaron á la mar, los Egipcios siguieron á vuestros padres hasta el mar Bermejo con carros y caballería.
24:7
Y como ellos clamasen á el Altísimo, él puso oscuridad entre vosotros y los Egipcios, é hizo venir sobre ellos la mar, la cual los cubrió: y vuestros ojos vieron lo que hice en Egipto. Después estuvisteis muchos días en el desierto.
24:8
Y os introduje en la tierra de los Amorrheos, que habitaban de la otra parte del Jordán, los cuales pelearon contra vosotros; mas yo los entregué en vuestras manos, y poseísteis su tierra, y los destruí de delante de vosotros.
24:9
Y levantóse después Balac hijo de Sephor, rey de los Moabitas, y peleó contra Israel; y envió á llamar á Balaam hijo de Beor, para que os maldijese.
24:10
Mas yo no quise escuchar á Balaam, antes os bendijo repetidamente, y os libré de sus manos.
24:11
Y pasado el Jordán, vinisteis á Jericó; y los moradores de Jericó pelearon contra vosotros: los Amorrheos, Pherezeos, Cananeos, Hetheos, Gergeseos, Heveos, y Jebuseos: y yo los entregué en vuestras manos.
24:12
Y envié tábanos delante de vosotros, los cuales los echaron de delante de vosotros, á saber, á los dos reyes de los Amorrheos; no con tu espada, ni con tu arco.
24:13
Y os dí la tierra por la cual nada trabajasteis, y las ciudades que no edificasteis, en las cuales moráis; y de las viñas y olivares que no plantasteis, coméis.
24:14
Ahora pues, temed á el Altísimo, y servidle con integridad y en verdad; y quitad de en medio los dioses á los cuales sirvieron vuestros padres de esotra parte del río, y en Egipto; y servid á el Altísimo.
24:15
Y si mal os parece servir á el Altísimo, escogeos hoy á quién sirváis; si á los dioses á quienes siervieron vuestros padres, cuando estuvieron de esotra parte del río, ó á los dioses de los Amorrheos en cuya tierra habitáis: que yo y mi casa serviremos á el Altísimo.
24:16
Entonces el pueblo repondió, y dijo: Nunca tal acontezca, que dejemos á el Altísimo por servir á otros dioses:
24:17
Porque el Altísimo nuestro Dios es el que nos sacó á nosotros y á nuestros padres de la tierra de Egipto, de la casa de sevidumbre; el cual delante de nuestros ojos ha hecho estas grandes señales, y nos ha guardado por todo el camino por donde hemos andado, y en todos los pueblos por entre los cuales pasamos.
24:18
Y el Altísimo echó de delante de nosotros á todos los pueblos, y al Amorrheo que habitaba en la tierra: nosotros, pues, también serviremos á el Altísimo, porque él es nuestro Dios.
24:19
Entonces Josué dijo al pueblo: No podréis servir á el Altísimo, porque él es Dios santo, y Dios celoso; no sufrirá vuestras rebeliones y vuestros pecados.
24:20
Si dejareis á el Altísimo y sirviereis á dioses ajenos, se volverá, y os maltratará, y os consumirá, después que os ha hecho bien.
24:21
El pueblo entonces dijo á Josué: No, antes á el Altísimo serviremos.
24:22
Y Josué respondió al pueblo: Vosotros sois testigos contra vosotros mismos, de que os habéis elegido á el Altísimo para servirle. Y ellos respondieron: Testigos somos.
24:23
Quitad, pues, ahora los dioses ajenos que están entre vosotros, é inclinad vuestro corazón á el Altísimo Dios de Israel.
24:24
Y el pueblo respondió á Josué: A el Altísimo nuestro Dios serviremos, y á su voz obedeceremos.
24:25
Entonces Josué hizo alianza con el pueblo el mismo día, y púsole ordenanzas y leyes en Sichêm.
24:26
Y escribió Josué estas palabras en el libro de la ley de Dios; y tomando una grande piedra, levantóla allí debajo de un alcornoque que estaba junto al santuario de el Altísimo.
24:27
Y dijo Josué á todo el pueblo: He aquí esta piedra será entre nosotros por testigo, la cual ha oído todas las palabras de el Altísimo que él ha hablado con nosotros: será, pues, testigo contra vosotros, porque no mintáis contra vuestro Dios.
24:28
Y envió Josué al pueblo, cada uno á su heredad.
24:29
Y después de estas cosas murió Josué, hijo de Nun, siervo de el Altísimo siendo de ciento y diez años.
24:30
Y enterráronlo en el término de su posesión en Timnath-sera, que está en el monte de Ephraim, al norte del monte de Gaas.
24:31
Y sirvió Israel á el Altísimo todo el tiempo de Josué, y todo el tiempo de los ancianos que vivieron después de Josué, y que sabían todas las obras de el Altísimo, que había hecho por Israel.
24:32
Y enterraron en Sichêm los huesos de José que los hijos de Israel habían traído de Egipto, en la parte del campo que Jacob compró de los hijos de Hemor padre de Sichêm, por cien corderas; y fué en posesión á los hijos de José.
24:33
También murió Eleazar, hijo de Aarón; al cual enterraron en el collado de Phinees su hijo, que le fué dado en el monte de Ephraim.

Jos 24:1 Josué reunió a todas las tribus de Israel en Siquem, llamó a los ancianos de Israel, a sus jefes, jueces y escribas que se situaron en presencia de Dios.
Jos 24:2 Josué dijo a todo el pueblo: «Esto dice Yahveh el Dios de Israel: Al otro lado del Río habitaban antaño vuestros padres, Téraj, padre de Abraham y de Najor, y servían a otros dioses.
Jos 24:3 Yo tomé a vuestro padre Abraham del otro lado del Río y le hice recorrer toda la tierra de Canaán, multipliqué su descendencia y le di por hijo a Isaac.
Jos 24:4 A Isaac le di por hijos a Jacob y Esaú. A Esaú le di en propiedad la montaña de Seír. Jacob y sus hijos bajaron a Egipto.
Jos 24:5 Envié después a Moisés y Aarón y herí a Egipto con los prodigios que obré en medio de él. Luego os saqué de allí.
Jos 24:6 Saqué a vuestros padres de Egipto y llegasteis al mar; los egipcios persiguieron a vuestros padres con los carros y sus guerreros hasta el mar de Suf.
Jos 24:7 Clamaron entonces a Yahveh, el cual tendió unas densas nieblas entre vosotros y los egipcios, e hizo volver sobre ellos el mar, que los cubrió. Visteis con vuestros propios ojos lo que hice con Egipto; luego habitasteis largo tiempo en el desierto.
Jos 24:8 Os introduje después en la tierra de los amorreos, que habitaban al otro lado del Jordán; ellos os declararon la guerra y yo los entregué en vuestras manos; y así pudisteis poseer su tierra, porque yo los exterminé delante de vosotros.
Jos 24:9 Después se levantó Balaq, hijo de Sippor, rey de Moab, para pelear contra Israel, y mandó llamar a Balaam, hijo de Beor, para que os maldijera.
Jos 24:10 Pero no quise escuchar a Balaam, y hasta tuvo que bendeciros; así os salvé yo de su mano.
Jos 24:11 «Pasasteis el Jordán y llegasteis a Jericó; pero las gentes de Jericó os hicieron la guerra, igual que los amorreos, los perizitas, los cananeos, los hititas, los guirgasitas, los jivitas y los jebuseos, pero yo los entregué en vuestras manos.
Jos 24:12 Mandé delante de vosotros avispas que expulsaron, antes que llegarais, a los dos reyes de los amorreos; no fue con tu espada ni con tu arco.
Jos 24:13 Os he dado una tierra que no os ha costado fatiga, unas ciudades que no habéis construido y en las que sin embargo habitáis, viñas y olivares que no habéis plantado y de las que os alimentáis.
Jos 24:14 «Ahora, pues, temed a Yahveh y servidle perfectamente, con fidelidad; apartaos de los dioses a los que sirvieron vuestros padres más allá del Río y en Egipto y servid a Yahveh.
Jos 24:15 Pero, si no os parece bien servir a Yahveh, elegid hoy a quién habéis de servir, o a los dioses a quienes servían vuestros padres más allá del Río, o a los dioses de los amorreos en cuyo país habitáis ahora. Yo y mi familia serviremos a Yahveh.»
Jos 24:16 El pueblo respondió: «Lejos de nosotros abandonar a Yahveh para servir a otros dioses.
Jos 24:17 Porque Yahveh nuestro Dios es el que nos hizo subir, a nosotros y a nuestros padres, de la tierra de Egipto, de la casa de servidumbre, y el que delante de nuestros ojos obró tan grandes señales y nos guardó por todo el camino que recorrimos y en todos los pueblos por los que pasamos.
Jos 24:18 Además Yahveh expulsó delante de nosotros a todos esos pueblos y a los amorreos que habitaban en el país. También nosotros serviremos a Yahveh, porque él es nuestro Dios.»
Jos 24:19 Entonces Josué dijo al pueblo: «No podréis servir a Yahveh, porque es un Dios santo, es un Dios celoso, que no perdonará ni vuestras rebeldías ni vuestros pecados.
Jos 24:20 Si abandonáis a Yahveh para servir a los dioses del extranjero, él a su vez traerá el mal sobre vosotros y acabará con vosotros, después de haberos hecho tanto bien.»
Jos 24:21 El pueblo respondió a Josué: «No; nosotros serviremos a Yahveh.»
Jos 24:22 Josué dijo al pueblo: «Vosotros sois testigos contra vosotros mismos de que habéis elegido a Yahveh para servirle.» Respondieron ellos: «¡Testigos somos!» -
Jos 24:23 «Entonces, apartad los dioses del extranjero que hay en medio de vosotros e inclinad vuestro corazón hacia Yahveh, Dios de Israel.»
Jos 24:24 El pueblo respondió a Josué: «A Yahveh nuestro Dios serviremos y a sus voz atenderemos.»
Jos 24:25 Aquél día, Josué pactó una alianza para el pueblo; le impuso decretos y normas en Siquem.
Jos 24:26 Josué escribió estas palabras en el libro de la Ley de Dios. Tomó luego una gran piedra y la plantó allí, al pie de la encina que hay en el santuario de Yahveh.
Jos 24:27 Josué dijo al todo el pueblo: «Mirad, esta piedra será testigo contra nosotros, pues ha oído todas las palabras que Yahveh ha hablado con nosotros; ella será testigo contra vosotros para que no reneguéis de vuestro Dios.»
Jos 24:28 Y Josué despidió al pueblo cada uno a su heredad.
Jos 24:29 Después de estos acontecimientos, murió Josué, hijo de Nun, siervo de Yahveh, a la edad de 110 años.
Jos 24:30 Fue enterrado en el término de su heredad, en Timnat Séraj, que está en la montaña de Efraím, al norte del monte Gaás.
Jos 24:31 Israel sirvió a Yahveh todos los días de Josué y todos los días de los ancianos que siguieron viviendo después de Josué y que sabían todas las hazañas que Yahveh había hecho en favor de Israel.
Jos 24:32 Los huesos de José, que los hijos de Israel habían subido de Egipto, fueron sepultados en Siquem, en la parcela de campo que había comprado Jacob a los hijos de Jamor, padre de Siquem, por cien pesos, y que pasó a ser heredad de los hijos de José.
Jos 24:33 También Eleazar, hijo de Aarón, murió y lo enterraron en Guibeá, ciudad de su hijo Pinjás, que le había sido dada en la montaña de Efraím.

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