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La versión Biblia de Jerusalén 

Al final de cada capítulo encontrará el mismo pasaje
en la versión de la Biblia de Jerusalén

Capítulo 1

1:1

LOS proverbios de Salomón, hijo de David, rey de Israel:

1:2

Para entender sabiduría y doctrina; Para conocer las razones prudentes;

1:3

Para recibir el consejo de prudencia, Justicia, y juicio y equidad;

1:4

Para dar sagacidad á los simples, Y á los jóvenes inteligencia y cordura.

1:5

Oirá el sabio, y aumentará el saber; Y el entendido adquirirá consejo;

1:6

Para entender parábola y declaración; Palabras de sabios, y sus dichos oscuros.

1:7

El principio de la sabiduría es el temor de el Altísimo: Los insensatos desprecian la sabiduría y la enseñanza.

1:8

Oye, hijo mío, la doctrina de tu padre, Y no desprecies la dirección de tu madre:

1:9

Porque adorno de gracia serán á tu cabeza, Y collares á tu cuello.

1:10

Hijo mío, si los pecadores te quisieren engañar, No consientas.

1:11

Si dijeren: Ven con nosotros, Pongamos asechanzas á la sangre, Acechemos sin motivo al inocente;

1:12

Los tragaremos vivos como el sepulcro, Y enteros, como los que caen en sima;

1:13

Hallaremos riquezas de todas suertes, Henchiremos nuestras casas de despojos;

1:14

Echa tu suerte entre nosotros; Tengamos todos una bolsa:

1:15

Hijo mío, no andes en camino con ellos; Aparta tu pie de sus veredas:

1:16

Porque sus pies correrán al mal, E irán presurosos á derramar sangre.

1:17

Porque en vano se tenderá la red Ante los ojos de toda ave;

1:18

Mas ellos á su propia sangre ponen asechanzas, Y á sus almas tienden lazo.

1:19

Tales son las sendas de todo el que es dado á la codicia, La cual prenderá el alma de sus poseedores.

1:20

La sabiduría clama de fuera, Da su voz en las plazas:

1:21

Clama en los principales lugares de concurso; En las entradas de las puertas de la ciudad dice sus razones:

1:22

¿Hasta cuándo, oh simples, amaréis la simpleza, Y los burladores desearán el burlar, Y los insensatos aborrecerán la ciencia?

1:23

Volveos á mi reprensión: He aquí yo os derramaré mi espíritu, Y os haré saber mis palabras.

1:24

Por cuanto llamé, y no quisisteis: Extendí mi mano, y no hubo quien escuchase;

1:25

Antes desechasteis todo consejo mío, Y mi reprensión no quisisteis:

1:26

También yo me reiré en vuestra calamidad, Y me burlaré cuando os viniere lo que teméis;

1:27

Cuando viniere como una destrucción lo que teméis, Y vuestra calamidad llegare como un torbellino; Cuando sobre vosotros viniere tribulación y angustia.

1:28

Entonces me llamarán, y no responderé; Buscarme han de mañana, y no me hallarán:

1:29

Por cuanto aborrecieron la sabiduría, Y no escogieron el temor de el Altísimo,

1:30

Ni quisieron mi consejo, Y menospreciaron toda reprensión mía:

1:31

Comerán pues del fruto de su camino, Y se hartarán de sus consejos.

1:32

Porque el reposo de los ignorantes los matará, Y la prosperidad de los necios los echará á perder.

1:33

Mas el que me oyere, habitará confiadamente, Y vivirá reposado, sin temor de mal.

Pro 1:1 Proverbios de Salomón, hijo de David, rey de Israel:
Pro 1:2 para aprender sabiduría e instrucción, para entender los discursos profundos,
Pro 1:3 para alcanzar instrucción y perspicacia, - justicia, equidad y rectitud -,
Pro 1:4 para enseñar a los simples la prudencia, a los jóvenes ciencia y reflexión,
Pro 1:5 Que atienda el sabio y crecerá en doctrina, y el inteligente aprenderá a hacer proyectos.
Pro 1:6 para descifrar proverbios y enigmas, los dichos de los sabios y sus adivinanzas.
Pro 1:7 El temor de Yahveh es el principio de la ciencia; los necios desprecian la sabiduría y la instrucción.
Pro 1:8 Escucha, hijo mío, la instrucción de tu padre y no desprecies la lección de tu madre:
Pro 1:9 corona graciosa son para tu cabeza y un collar para tu cuello.
Pro 1:10 Hijo mío, si los pecadores te quieren seducir, no vayas.
Pro 1:11 Si te dicen: «¡Vente con nosotros, estemos al acecho para derramar sangre, apostémonos contra el inocente sin motivo alguno,
Pro 1:12 devorémoslos vivos como el seol, enteros como los que bajan a la fosa!;
Pro 1:13 ¡hallaremos toda clase de riquezas, llenaremos nuestras casas de botín,
Pro 1:14 te tocará tu parte igual que a nosotros, para todos habrá bolsa común!»:
Pro 1:15 no te pongas, hijo mío, en camino con ellos, tu pie detén ante su senda,
Pro 1:16 porque sus pies corren hacia el mal y a derramar sangre se apresuran;
Pro 1:17 pues es inútil tender la red a los ojos mismos de los pajarillos.
Pro 1:18 Contra su propia sangre están acechando, apostados están contra sus propias vidas.
Pro 1:19 Esa es la senda de todo el que se entrega a la rapiña: ella quita la vida a su propio dueño.
Pro 1:20 La Sabiduría clama por las calles, por las plazas alza su voz,
Pro 1:21 llama en la esquina de las calles concurridas, a la entrada de las puertas de la ciudad pronuncia sus discursos:
Pro 1:22 «¿Hasta cuándo, simples, amaréis vuestra simpleza y arrogantes os gozaréis en la arrogancia y necios tendréis odio a la ciencia?
Pro 1:23 Convertíos por mis reprensiones: voy a derramar mi espíritu para vosotros, os voy a comunicar mis palabras.
Pro 1:24 Ya que os he llamado y no habéis querido, he tendido mi mano y nadie ha prestado atención,
Pro 1:25 habéis despreciado todos mis consejos, no habéis hecho caso de mis reprensiones;
Pro 1:26 también yo me reiré de vuestra desgracia, me burlaré cuando llegue vuestro espanto,
Pro 1:27 cuando llegue, como huracán, vuestro espanto, vuestra desgracia sobrevenga como torbellino, cuando os alcancen la angustia y la tribulación.
Pro 1:28 Entonces me llamarán y no responderé, me buscarán y no me hallarán.
Pro 1:29 Porque tuvieron odio a la ciencia y no eligieron el temor de Yahveh,
Pro 1:30 no hicieron caso de mi consejo, ni admitieron de mí ninguna reprensión;
Pro 1:31 comerán del fruto de su conducta, de sus propios consejos se hartarán.
Pro 1:32 Su propio descarrío matará a los simples, la despreocupación perderá a los insensatos.
Pro 1:33 Pero el que me escucha vivirá seguro, tranquilo, sin temor a la desgracia.»

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Capítulo 2

2:1

HIJO mío, si tomares mis palabras, Y mis mandamientos guardares dentro de ti,

2:2

Haciendo estar atento tu oído á la sabiduría; Si inclinares tu corazón á la prudencia;

2:3

Si clamares á la inteligencia, Y á la prudencia dieres tu voz;

2:4

Si como á la plata la buscares, Y la escudriñares como á tesoros;

2:5

Entonces entenderás el temor de el Altísimo, Y hallarás el conocimiento de Dios.

2:6

Porque el Altísimo da la sabiduría, Y de su boca viene el conocimiento y la inteligencia.

2:7

El provee de sólida sabiduría á los rectos: Es escudo á los que caminan rectamente.

2:8

Es el que guarda las veredas del juicio, Y preserva el camino de sus santos.

2:9

Entonces entenderás justicia, juicio, Y equidad, y todo buen camino.

2:10

Cuando la sabiduría entrare en tu corazón, Y la ciencia fuere dulce á tu alma,

2:11

El consejo te guardará, Te preservará la inteligencia:

2:12

Para librarte del mal camino, De los hombres que hablan perversidades;

2:13

Que dejan las veredas derechas, Por andar en caminos tenebrosos;

2:14

Que se alegran haciendo mal, Que se huelgan en las perversidades del vicio;

2:15

Cuyas veredas son torcidas, Y torcidos sus caminos.

2:16

Para librarte de la mujer extraña, De la ajena que halaga con sus palabras;

2:17

Que desampara el príncipe de su mocedad, Y se olvida del pacto de su Dios.

2:18

Por lo cual su casa está inclinada á la muerte, Y sus veredas hacia los muertos:

2:19

Todos los que á ella entraren, no volverán, Ni tomarán las veredas de la vida.

2:20

Para que andes por el camino de los buenos, Y guardes las veredas de los justos.

2:21

Porque los rectos habitarán la tierra, Y los perfectos permanecerán en ella;

2:22

Mas los impíos serán cortados de la tierra, Y los prevaricadores serán de ella desarraigados.

Pro 2:1 Hijo mío, si das acogida a mis palabras, y guardas en tu memoria mis mandatos,
Pro 2:2 prestando tu oído a la sabiduría, inclinando tu corazón a la prudencia;
Pro 2:3 si invocas a la inteligencia y llamas a voces a la prudencia;
Pro 2:4 si la buscas como la plata y como un tesoro la rebuscas,
Pro 2:5 entonces entenderás el temor de Yahveh y la ciencia de Dios encontrarás.
Pro 2:6 Porque Yahveh es el que da la sabiduría, de su boca nacen la ciencia y la prudencia.
Pro 2:7 Reserva el éxito para los rectos, es escudo para quienes proceden con entereza,
Pro 2:8 vigila las sendas de la equidad y guarda el camino de sus amigos.
Pro 2:9 Entonces entenderás la justicia, la equidad y la rectitud: todos los senderos del bien.
Pro 2:10 Cuando entre la sabiduría en tu corazón y la ciencia sea dulce para tu alma,
Pro 2:11 velará sobre ti la reflexión y la prudencia te guardará,
Pro 2:12 apartándote del mal camino, del hombre que propone planes perversos,
Pro 2:13 de los que abandonan el recto sendero para ir por caminos tenebrosos,
Pro 2:14 de los que se gozan en hacer el mal, se regocijan en la perversidad,
Pro 2:15 cuyos senderos son tortuosos y sus sendas llenas de revueltas.
Pro 2:16 Ella te apartará de la mujer ajena, de la extraña de melosas palabras,
Pro 2:17 que ha dejado al amigo de su juventud y ha olvidado la alianza de su Dios;
Pro 2:18 su casa está inclinada hacia la muerte, hacia las sombras sus tortuosos senderos.
Pro 2:19 Nadie que entre por ella volverá, no alcanzará las sendas de la vida.
Pro 2:20 Por eso has de ir por el camino de los buenos, seguirás las sendas de los justos.
Pro 2:21 Porque los rectos habitarán la tierra y los íntegros se mantendrán en ella;
Pro 2:22 pero los malos serán cercenados de la tierra, se arrancará de ella a los desleales.

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Capítulo 3

3:1

HIJO mío, no te olvides de mi ley; Y tu corazón guarde mis mandamientos:

3:2

Porque largura de días, y años de vida Y paz te aumentarán.

3:3

Misericordia y verdad no te desamparen; Atalas á tu cuello, Escríbelas en la tabla de tu corazón:

3:4

Y hallarás gracia y buena opinión En los ojos de Dios y de los hombres.

3:5

Fíate de el Altísimo de todo tu corazón, Y no estribes en tu prudencia.

3:6

Reconócelo en todos tus caminos, Y él enderezará tus veredas.

3:7

No seas sabio en tu opinión: Teme á el Altísimo, y apártate del mal;

3:8

Porque será medicina á tu ombligo, Y tuétano á tus huesos.

3:9

Honra á el Altísimo de tu sustancia, Y de las primicias de todos tus frutos;

3:10

Y serán llenas tus trojes con abundancia, Y tus lagares rebosarán de mosto.

3:11

No deseches, hijo mío, el castigo de el Altísimo; Ni te fatigues de su corrección:

3:12

Porque al que ama castiga, Como el padre al hijo á quien quiere.

3:13

Bienaventurado el hombre que halla la sabiduría, Y que obtiene la inteligencia:

3:14

Porque su mercadería es mejor que la mercadería de la plata, Y sus frutos más que el oro fino.

3:15

Más preciosa es que las piedras preciosas; Y todo lo que puedes desear, no se puede comparar á ella.

3:16

Largura de días está en su mano derecha; En su izquierda riquezas y honra.

3:17

Sus caminos son caminos deleitosos, Y todas sus veredas paz.

3:18

Ella es árbol de vida á los que de ella asen: Y bienaventurados son los que la mantienen.

3:19

el Altísimo con sabiduría fundó la tierra; Afirmó los cielos con inteligencia.

3:20

Con su ciencia se partieron los abismos, Y destilan el rocío los cielos.

3:21

Hijo mío, no se aparten estas cosas de tus ojos; Guarda la ley y el consejo;

3:22

Y serán vida á tu alma, Y gracia á tu cuello.

3:23

Entonces andarás por tu camino confiadamente, Y tu pie no tropezará.

3:24

Cuando te acostares, no tendrás temor; Antes te acostarás, y tu sueño será suave.

3:25

No tendrás temor de pavor repentino, Ni de la ruina de los impíos cuando viniere:

3:26

Porque el Altísimo será tu confianza, Y él preservará tu pie de ser preso.

3:27

No detengas el bien de sus dueños, Cuando tuvieres poder para hacerlo.

3:28

No digas á tu prójimo: Ve, y vuelve, Y mañana te daré; Cuando tienes contigo qué darle.

3:29

No intentes mal contra tu prójimo, Estando él confiado de ti.

3:30

No pleitees con alguno sin razón, Si él no te ha hecho agravio.

3:31

No envidies al hombre injusto, Ni escojas alguno de sus caminos.

3:32

Porque el perverso es abominado de el Altísimo: Mas su secreto es con los rectos.

3:33

La maldición de el Altísimo está en la casa del impío; Mas él bendecirá la morada de los justos.

3:34

Ciertamente él escarnecerá á los escarnecedores, Y á los humildes dará gracia.

3:35

Los sabios heredarán honra: Mas los necios sostendrán ignominia.

Pro 3:1 Hijo mío, no olvides mi lección, en tu corazón guarda mis mandatos,
Pro 3:2 pues largos días y años de vida y bienestar te añadirán.
Pro 3:3 La piedad y la lealtad no te abandonen; átalas a tu cuello, escríbelas en la tablilla de tu corazón.
Pro 3:4 Así hallarás favor y buena acogida a los ojos de Dios y de los hombres.
Pro 3:5 Confía en Yahveh de todo corazón y no te apoyes en tu propia inteligencia;
Pro 3:6 reconócele en todos tus caminos y él enderezará tus sendas.
Pro 3:7 No seas sabio a tus propios ojos, teme a Yahveh y apártate del mal:
Pro 3:8 medicina será para tu carne y refrigerio para tus huesos.
Pro 3:9 Honra a Yahveh con tus riquezas, con las primicias de todas tus ganancias:
Pro 3:10 tus trojes se llenarán de grano y rebosará de mosto tu lagar.
Pro 3:11 No desdeñes, hijo mío, la instrucción de Yahveh, no te dé fastidio su reprensión,
Pro 3:12 porque Yahveh reprende a aquel que ama, como un padre al hijo querido.
Pro 3:13 Dichoso el hombre que ha encontrado la sabiduría y el hombre que alcanza la prudencia;
Pro 3:14 más vale su ganancia que la ganancia de plata, su renta es mayor que la del oro.
Pro 3:15 Más preciosa es que las perlas, nada de lo que amas se le iguala.
Pro 3:16 Largos días a su derecha, y a su izquierda riqueza y gloria.
Pro 3:17 Sus caminos son caminos de dulzura y todas sus sendas de bienestar.
Pro 3:18 Es árbol de vida para los que a ella están asidos, felices son los que la abrazan.
Pro 3:19 Con la Sabiduría fundó Yahveh la tierra, consolidó los cielos con inteligencia;
Pro 3:20 con su ciencia se abrieron los océanos y las nubes destilan el rocío.
Pro 3:21 Hijo mío, guarda la prudencia y la reflexión, no se aparten nunca de tus ojos:
Pro 3:22 serán vida para tu alma y adorno para tu cuello.
Pro 3:23 Así irás tranquilo por tu camino y no tropezará tu pie.
Pro 3:24 No tendrás miedo al acostarte, una vez acostado, será dulce tu sueño.
Pro 3:25 No temerás el espanto repentino, ni cuando llegue la tormenta de los malos,
Pro 3:26 porque Yahveh será tu tranquilidad y guardará tu pie de caer en el cepo.
Pro 3:27 No niegues un favor a quien es debido, si en tu mano está el hacérselo.
Pro 3:28 No digas a tu prójimo: «Vete y vuelve, mañana te daré», si tienes algo en tu poder.
Pro 3:29 No trames mal contra tu prójimo cuando se sienta confiado junto a ti.
Pro 3:30 No te querelles contra nadie sin motivo, si no te ha hecho ningún mal.
Pro 3:31 No envidies al hombre violento, ni elijas ninguno de sus caminos;
Pro 3:32 porque Yahveh abomina a los perversos, pero su intimidad la tiene con los rectos.
Pro 3:33 La maldición de Yahveh en la casa del malvado, en cambio bendice la mansión del justo.
Pro 3:34 Con los arrogantes es también arrogante, otorga su favor a los pobres.
Pro 3:35 La gloria es patrimonio de los sabios y los necios heredarán la ignominia.

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Capítulo 4

4:1

OID, hijos, la doctrina de un padre, Y estad atentos para que conozcáis cordura.

4:2

Porque os doy buena enseñanza; No desamparéis mi ley.

4:3

Porque yo fuí hijo de mi padre, Delicado y único delante de mi madre.

4:4

Y él me enseñaba, y me decía: Mantenga tu corazón mis razones, Guarda mis mandamientos, y vivirás:

4:5

Adquiere sabiduría, adquiere inteligencia; No te olvides ni te apartes de las razones de mi boca;

4:6

No la dejes, y ella te guardará; Amala, y te conservará.

4:7

Sabiduría ante todo: adquiere sabiduría: Y ante toda tu posesión adquiere inteligencia.

4:8

Engrandécela, y ella te engrandecerá: Ella te honrará, cuando tú la hubieres abrazado.

4:9

Adorno de gracia dará á tu cabeza: Corona de hermosura te entregará.

4:10

Oye, hijo mío, y recibe mis razones; Y se te multiplicarán años de vida.

4:11

Por el camino de la sabiduría te he encaminado, Y por veredas derechas te he hecho andar.

4:12

Cuando anduvieres no se estrecharán tus pasos; Y si corrieres, no tropezarás.

4:13

Ten el consejo, no lo dejes; Guárdalo, porque eso es tu vida.

4:14

No entres por la vereda de los impíos, Ni vayas por el camino de los malos.

4:15

Desampárala, no pases por ella; Apártate de ella, pasa.

4:16

Porque no duermen ellos, si no hicieren mal; Y pierden su sueño, si no han hecho caer.

4:17

Porque comen pan de maldad, y beben vino de robos.

4:18

Mas la senda de los justos es como la luz de la aurora, Que va en aumento hasta que el día es perfecto.

4:19

El camino de los impíos es como la oscuridad: No saben en qué tropiezan.

4:20

Hijo mío, está atento á mis palabras; Inclina tu oído á mis razones.

4:21

No se aparten de tus ojos; Guárdalas en medio de tu corazón.

4:22

Porque son vida á los que las hallan, Y medicina á toda su carne.

4:23

Sobre toda cosa guardada guarda tu corazón; Porque de él mana la vida.

4:24

Aparta de ti la perversidad de la boca, Y aleja de ti la iniquidad de labios.

4:25

Tus ojos miren lo recto, Y tus párpados en derechura delante de ti.

4:26

Examina la senda de tus pies, Y todos tus caminos sean ordenados.

4:27

No te apartes á diestra, ni á siniestra: Aparta tu pie del mal.

Pro 4:1 Escuchad, hijos, la instrucción del padre, estad atentos para aprender inteligencia,
Pro 4:2 porque es buena la doctrina que os enseño; no abandonéis mi lección.
Pro 4:3 También yo fui hijo para mi padre, tierno y querido a los ojos de mi madre,
Pro 4:4 El me enseñaba y me decía: «Retén mis palabras en tu corazón, guarda mis mandatos y vivirás.
Pro 4:5 Adquiere la sabiduría, adquiere la inteligencia, no la olvides, no te apartes de los dichos de mi boca.
Pro 4:6 No la abandones y ella te guardará, ámala y ella será tu defensa.
Pro 4:7 El comienzo de la sabiduría es: adquiere la sabiduría, a costa de todos tus bienes adquiere la inteligencia.
Pro 4:8 Haz acopio de ella, y ella te ensalzará; ella te honrará, si tú la abrazas;
Pro 4:9 pondrá en tu cabeza una diadema de gracia, una espléndida corona será tu regalo».
Pro 4:10 Escucha, hijo mío, recibe mis palabras, y los años de tu vida se te multiplicarán.
Pro 4:11 En el camino de la sabiduría te he instruido, te he encaminado por los senderos de la rectitud.
Pro 4:12 Al andar no se enredarán tus pasos, y si corres, no tropezarás.
Pro 4:13 Aférrate a la instrucción, no la sueltes; guárdala, que es tu vida.
Pro 4:14 No te metas por la senda de los perversos, ni vayas por el camino de los malvados.
Pro 4:15 Evítalo, no pases por él, apártate de él, pasa adelante.
Pro 4:16 Porque ésos no duermen si no obran el mal, se les quita el sueño si no han hecho caer a alguno.
Pro 4:17 Es que su pan es pan de maldad, y vino de violencia es su bebida.
Pro 4:18 La senda de los justos es como la luz del alba, que va en aumento hasta llegar a pleno día.
Pro 4:19 Pero el camino de los malos es como tinieblas, no saben dónde han tropezado.
Pro 4:20 Atiende, hijo mío, a mis palabras, inclina tu oído a mis razones.
Pro 4:21 No las apartes de tus ojos, guárdalas dentro de tu corazón.
Pro 4:22 Porque son vida para los que las encuentran, y curación para toda carne.
Pro 4:23 Por encima de todo cuidado, guarda tu corazón, porque de él brotan las fuentes de la vida.
Pro 4:24 Aparta de ti la falsía de la boca y el enredo de los labios arrójalo de ti.
Pro 4:25 Miren de frente tus ojos, tus párpados derechos a lo que está ante tí.
Pro 4:26 Tantea bien el sendero de tus pies y sean firmes todos tus caminos.
Pro 4:27 No te tuerzas ni a derecha ni a izquierda, aparta tu pie de la maldad.

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Capítulo 5

5:1

HIJO mío, está atento á mi sabiduría, Y á mi inteligencia inclina tu oído;

5:2

Para que guardes consejo, Y tus labios conserven la ciencia.

5:3

Porque los labios de la extraña destilan miel, Y su paladar es más blando que el aceite;

5:4

Mas su fin es amargo como el ajenjo, Agudo como cuchillo de dos filos.

5:5

Sus pies descienden á la muerte; Sus pasos sustentan el sepulcro:

5:6

Sus caminos son instables; no los conocerás, Si no considerares el camino de vida.

5:7

Ahora pues, hijos, oidme, Y no os apartéis de las razones de mi boca.

5:8

Aleja de ella tu camino, Y no te acerques á la puerta de su casa;

5:9

Porque no des á los extraños tu honor, Y tus años á cruel;

5:10

Porque no se harten los extraños de tu fuerza, Y tus trabajos estén en casa del extraño;

5:11

Y gimas en tus postrimerías, Cuando se consumiere tu carne y tu cuerpo,

5:12

Y digas: ¡Cómo aborrecí el consejo, Y mi corazón menospreció la reprensión;

5:13

Y no oí la voz de los que me adoctrinaban, Y á los que me enseñaban no incliné mi oído!

5:14

Casi en todo mal he estado, En medio de la sociedad y de la congregación.

5:15

Bebe el agua de tu cisterna, Y los raudales de tu pozo.

5:16

Derrámense por de fuera tus fuentes, En las plazas los ríos de aguas.

5:17

Sean para ti solo, Y no para los extraños contigo.

5:18

Sea bendito tu manantial; Y alégrate con la mujer de tu mocedad.

5:19

Como cierva amada y graciosa corza, Sus pechos te satisfagan en todo tiempo; Y en su amor recréate siempre.

5:20

¿Y por qué, hijo mío, andarás ciego con la ajena, Y abrazarás el seno de la extraña?

5:21

Pues que los caminos del hombre están ante los ojos de el Altísimo, Y él considera todas sus veredas.

5:22

Prenderán al impío sus propias iniquidades, Y detenido será con las cuerdas de su pecado.

5:23

El morirá por falta de corrección; Y errará por la grandeza de su locura.

Pro 5:1 Presta, hijo mío, atención a mi sabiduría, aplica tu oído a mi prudencia,
Pro 5:2 para que guardes tú la reflexión y tus labios conserven la ciencia. No hagas caso de la mujer perversa,
Pro 5:3 pues miel destilan los labios de la extraña, su paladar es más suave que el aceite;
Pro 5:4 pero al fin es amarga como el ajenjo, mordaz como espada de dos filos.
Pro 5:5 Sus pies descienden a la muerte, sus pasos se dirigen al seol.
Pro 5:6 Por no seguir la senda de la vida, se desvía por sus vericuetos sin saberlo.
Pro 5:7 Así pues, hijo mío, escúchame, no te apartes de los dichos de mi boca:
Pro 5:8 aleja de ella tu camino, no te acerques a la puerta de su casa;
Pro 5:9 no sea que ella dé tu honor a otro y tus años a un hombre cruel;
Pro 5:10 no se harten de tus bienes los extraños, ni paren tus fatigas en casa del extranjero;
Pro 5:11 no sea que gimas a la postre cuando tu cuerpo y tu carne se consuman,
Pro 5:12 y digas: «Ay de mí, que he odiado la instrucción, mi corazón ha despreciado los reproches,
Pro 5:13 no he escuchado la voz de mis maestros ni he prestado oídos a los que me instruían.
Pro 5:14 A punto he estado de cualquier desgracia, en medio de la asamblea y la comunidad.»
Pro 5:15 Bebe el agua de tu cisterna, la que brota de tu pozo.
Pro 5:16 ¿Se van a desbordar por fuera tus arroyos, las corrientes de agua por las plazas?
Pro 5:17 Que sean para ti solo, no para que las beban contigo los extraños.
Pro 5:18 - Sea tu fuente bendita. Gózate en la mujer de tu mocedad,
Pro 5:19 cierva amable, graciosa gacela: embriáguente en todo tiempo sus amores, su amor te apasione para siempre.
Pro 5:20 ¿Por qué apasionarte, hijo mío, de una ajena, abrazar el seno de una extraña?
Pro 5:21 Pues los caminos del hombre están en la presencia de Yahveh, él vigila todos sus senderos.
Pro 5:22 El malvado será presa de sus propias maldades, con los lazos de su pecado se le capturará.
Pro 5:23 Morirá por su falta de instrucción, por su gran necedad se perderá.

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Capítulo 6

6:1

HIJO mío, si salieres fiador por tu amigo, Si tocaste tu mano por el extraño,

6:2

Enlazado eres con las palabras de tu boca, Y preso con las razones de tu boca.

6:3

Haz esto ahora, hijo mío, y líbrate, Ya que has caído en la mano de tu prójimo: Ve, humíllate, y asegúrate de tu amigo.

6:4

No des sueño á tus ojos, Ni á tus párpados adormecimiento.

6:5

Escápate como el corzo de la mano del cazador, Y como el ave de la mano del parancero.

6:6

Ve á la hormiga, oh perezoso Mira sus caminos, y sé sabio;

6:7

La cual no teniendo capitán, Ni gobernador, ni señor,

6:8

Prepara en el verano su comida Y allega en el tiempo de la siega su mantenimiento.

6:9

Perezoso, ¿hasta cuándo has de dormir? ¿Cuándo te levantarás de tu sueño?

6:10

Un poco de sueño, un poco de dormitar, Y cruzar por un poco las manos para reposo:

6:11

Así vendrá tu necesidad como caminante, Y tu pobreza como hombre de escudo.

6:12

El hombre malo, el hombre depravado, Anda en perversidad de boca;

6:13

Guiña de sus ojos, habla con sus pies, Indica con sus dedos;

6:14

Perversidades hay en su corazón, anda pensando mal en todo tiempo; Enciende rencillas.

6:15

Por tanto su calamidad vendrá de repente; Súbitamente será quebrantado, y no habrá remedio.

6:16

Seis cosas aborrece el Altísimo, Y aun siete abomina su alma:

6:17

Los ojos altivos, la lengua mentirosa, Las manos derramadoras de sangre inocente,

6:18

El corazón que maquina pensamientos inicuos, Los pies presurosos para correr al mal,

6:19

El testigo falso que habla mentiras, Y el que enciende rencillas entre los hermanos.

6:20

Guarda, hijo mío, el mandamiento de tu padre, Y no dejes la enseñanza de tu madre:

6:21

Atalos siempre en tu corazón, Enlázalos á tu cuello.

6:22

Te guiarán cuando anduvieres; cuando durmieres te guardarán; Hablarán contigo cuando despertares.

6:23

Porque el mandamiento es antorcha, y la enseñanza luz; Y camino de vida las reprensiones de la enseñanza:

6:24

Para que te guarden de la mala mujer, De la blandura de la lengua de la extraña.

6:25

No codicies su hermosura en tu corazón, Ni ella te prenda con sus ojos:

6:26

Porque á causa de la mujer ramera es reducido el hombre á un bocado de pan; Y la mujer caza la preciosa alma del varón.

6:27

¿Tomará el hombre fuego en su seno, Sin que sus vestidos se quemen?

6:28

¿Andará el hombre sobre las brasas, Sin que sus pies se abrasen?

6:29

Así el que entrare á la mujer de su prójimo; No será sin culpa cualquiera que la tocare.

6:30

No tienen en poco al ladrón, cuando hurtare Para saciar su alma teniendo hambre:

6:31

Empero tomado, paga las setenas, Da toda la sustancia de su casa.

6:32

Mas el que comete adulterio con la mujer, es falto de entendimiento: Corrompe su alma el que tal hace.

6:33

Plaga y vergüenza hallará; Y su afrenta nunca será raída.

6:34

Porque los celos son el furor del hombre, Y no perdonará en el día de la venganza.

6:35

No tendrá respeto á ninguna redención; Ni querrá perdonar, aunque multipliques los dones.

Pro 6:1 Si has salido, hijo mío, fiador de tu prójimo, si has chocado tu mano con un extraño,
Pro 6:2 si te has obligado con las palabras de tu boca, si de la palabra de tu boca te has dejado prender,
Pro 6:3 haz esto, hijo mío, para quedar libre, pues has caído en manos de tu prójimo: Vete, póstrate, importuna a tu prójimo;
Pro 6:4 no concedas a tus ojos sueño ni a tus párpados reposo;
Pro 6:5 líbrate, como la gacela del lazo, como el pájaro de la mano del pajarero.
Pro 6:6 Vete donde la hormiga, perezoso, mira sus andanzas y te harás sabio.
Pro 6:7 Ella no tiene jefe, ni capataz, ni amo;
Pro 6:8 asegura en el verano su sustento, recoge su comida al tiempo de la mies.
Pro 6:9 ¿Hasta cuándo, perezoso, estarás acostado? ¿cuándo te levantarás de tu sueño?
Pro 6:10 Un poco dormir, otro poco dormitar, otro poco tumbarse con los brazos cruzados;
Pro 6:11 y llegará como vagabundo tu miseria y como un mendigo tu pobreza.
Pro 6:12 Un malvado, un hombre inicuo, anda con la boca torcida,
Pro 6:13 guiña el ojo, arrastra los pies, hace señas con los dedos.
Pro 6:14 Torcido está su corazón, medita el mal, pleitos siembra en todo tiempo.
Pro 6:15 Por eso vendrá su ruina de repente, de improviso quebrará, y no habrá remedio.
Pro 6:16 Seis cosas hay que aborrece Yahveh, y siete son abominación para su alma:
Pro 6:17 ojos altaneros, lengua mentirosa, manos que derraman sangre inocente,
Pro 6:18 corazón que fragua planes perversos, pies que ligeros corren hacia el mal,
Pro 6:19 testigo falso que profiere calumnias, y el que siembra pleitos entre los hermanos.
Pro 6:20 Guarda, hijo mío, el mandato de tu padre y no desprecies la lección de tu madre.
Pro 6:21 Tenlos atados siempre a tu corazón, enlázalos a tu cuello;
Pro 6:22 en tus pasos ellos serán tu guía; cuando te acuestes, velarán por ti; conversarán contigo al despertar.
Pro 6:23 Porque el mandato es una lámpara y la lección una luz; camino de vida los reproches y la instrucción,
Pro 6:24 para librarte de la mujer perversa, de la lengua suave de la extraña.
Pro 6:25 No codicies su hermosura en tu corazón, no te cautive con sus párpados,
Pro 6:26 porque un mendrugo de pan basta a la prostituta, pero la casada va a la caza de una vida preciosa.
Pro 6:27 ¿Puede uno meter fuego en su regazo sin que le ardan los vestidos?
Pro 6:28 ¿Puede uno andar sobre las brasas sin que se le quemen los pies?
Pro 6:29 Así le pasa al que se llega a la mujer del prójimo: no saldrá ileso ninguno que la toque.
Pro 6:30 No se desprecia al ladrón cuando roba para llenar su estómago, porque tiene hambre.
Pro 6:31 Mas, si le sorprenden, paga el séptuplo, tiene que dar todos los bienes de su casa.
Pro 6:32 Pero el que hace adulterar a una mujer es un mentecato; un suicida es el que lo hace;
Pro 6:33 encontrará golpes y deshonra y su vergüenza no se borrará.
Pro 6:34 Porque los celos enfurecen al marido. y no tendrá piedad el día de la venganza.
Pro 6:35 No hará caso de compensación alguna; aunque prodigues regalos, no aceptará.

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Capítulo 7

7:1

HIJO mío, guarda mis razones, Y encierra contigo mis mandamientos.

7:2

Guarda mis mandamientos, y vivirás; Y mi ley como las niñas de tus ojos.

7:3

Lígalos á tus dedos; Escríbelos en la tabla de tu corazón.

7:4

Di á la sabiduría: Tú eres mi hermana; Y á la inteligencia llama parienta:

7:5

Para que te guarden de la mujer ajena, Y de la extraña que ablanda sus palabras.

7:6

Porque mirando yo por la ventana de mi casa, Por mi celosía,

7:7

Vi entre los simples, Consideré entre los jóvenes, Un mancebo falto de entendimiento,

7:8

El cual pasaba por la calle, junto á la esquina de aquella, E iba camino de su casa,

7:9

A la tarde del día, ya que oscurecía, En la oscuridad y tiniebla de la noche.

7:10

Y he aquí, una mujer que le sale al encuentro Con atavío de ramera, astuta de corazón,

7:11

Alborotadora y rencillosa, Sus pies no pueden estar en casa;

7:12

Unas veces de fuera, ó bien por las plazas, Acechando por todas las esquinas.

7:13

Y traba de él, y bésalo; Desvergonzó su rostro, y díjole:

7:14

Sacrificios de paz había prometido, Hoy he pagado mis votos;

7:15

Por tanto he salido á encontrarte, Buscando diligentemente tu rostro, y te he hallado.

7:16

Con paramentos he ataviado mi cama, Recamados con cordoncillo de Egipto.

7:17

He sahumado mi cámara Con mirra, áloes, y cinamomo.

7:18

Ven, embriaguémonos de amores hasta la mañana; Alegrémonos en amores.

7:19

Porque el marido no está en casa, Hase ido á un largo viaje:

7:20

El saco de dinero llevó en su mano; El día señalado volverá á su casa.

7:21

Rindiólo con la mucha suavidad de sus palabras, Obligóle con la blandura de sus labios.

7:22

Vase en pos de ella luego, Como va el buey al degolladero, Y como el loco á las prisiones para ser castigado;

7:23

Como el ave que se apresura al lazo, Y no sabe que es contra su vida, Hasta que la saeta traspasó su hígado.

7:24

Ahora pues, hijos, oidme, Y estad atentos á las razones de mi boca.

7:25

No se aparte á sus caminos tu corazón; No yerres en sus veredas.

7:26

Porque á muchos ha hecho caer heridos; Y aun los más fuertes han sido muertos por ella.

7:27

Caminos del sepulcro son su casa, Que descienden á las cámaras de la muerte.

Pro 7:1 Guarda, hijo mío, mis palabras, conserva como un tesoro mis mandatos.
Pro 7:2 Guarda mis mandamientos y vivirás; sea mi lección como la niña de tus ojos.
Pro 7:3 Átalos a tus dedos, escríbelos en la tablilla de tu corazón.
Pro 7:4 Dile a la sabiduría: «Tú eres mi hermana», llama pariente a la inteligencia,
Pro 7:5 para que te guarde de la mujer ajena, de la extraña de palabras melosas.
Pro 7:6 Estaba yo a la ventana de mi casa y miraba a través de las celosías,
Pro 7:7 cuando ví, en el grupo de los simples, distinguí entre los muchachos a un joven falto de juicio:
Pro 7:8 pasaba por la calle, junto a la esquina donde ella vivía, iba camino de su casa,
Pro 7:9 al atardecer, ya oscurecido, en lo negro de la noche y de las sombras.
Pro 7:10 De repente, le sale al paso una mujer, con atavío de ramera y astucia en el corazón.
Pro 7:11 Es alborotada y revoltosa, sus pies nunca paran en su casa.
Pro 7:12 Tan pronto en las calles como en las plazas, acecha por todas las esquinas.
Pro 7:13 Ella lo agarró y lo abrazó, y desvergonzada le dijo:
Pro 7:14 «Tenía que ofrecer un sacrificio de comunión y hoy he cumplido mi voto;
Pro 7:15 por eso he salido a tu encuentro para buscarte en seguida; y va te he encontrado.
Pro 7:16 He puesto en mi lecho cobertores policromos, lencería de Egipto,
Pro 7:17 con mirra mi cama he rociado, con áloes y cinamomo.
Pro 7:18 Ven, embriaguémonos de amores hasta la mañana, solacémonos los dos, entre caricias.
Pro 7:19 Porque no está el marido en casa, está de viaje muy lejos;
Pro 7:20 ha llevado en su mano la bolsa del dinero, volverá a casa para la luna llena.»
Pro 7:21 Con sus muchas artes lo seduce, lo rinde con el halago de sus labios.
Pro 7:22 Se va tras ella en seguida, como buey al matadero, como el ciervo atrapado en el cepo,
Pro 7:23 hasta que una flecha le atraviese el hígado; como pájaro que se precipita en la red, sin saber que le va en ello la vida.
Pro 7:24 Ahora pues, hijo mío, escúchame, pon atención a las palabras de mi boca:
Pro 7:25 no se desvíe tu corazón hacia sus caminos, no te descarríes por sus senderos,
Pro 7:26 porque a muchos ha hecho caer muertos, robustos eran todos los que ella mató.
Pro 7:27 Su morada es camino del seol, que baja hacia las cámaras de la muerte.

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Capítulo 8

8:1

¿NO clama la sabiduría, Y da su voz la inteligencia?

8:2

En los altos cabezos, junto al camino, A las encrucijadas de las veredas se para;

8:3

En el lugar de las puertas, á la entrada de la ciudad, A la entrada de las puertas da voces:

8:4

Oh hombres, á vosotros clamo; Y mi voz es á los hijos de los hombres.

8:5

Entended, simples, discreción; Y vosotros, locos, entrad en cordura.

8:6

Oid, porque hablaré cosas excelentes; Y abriré mis labios para cosas rectas.

8:7

Porque mi boca hablará verdad, Y la impiedad abominan mis labios.

8:8

En justicia son todas las razones de mi boca; No hay en ellas cosa perversa ni torcida.

8:9

Todas ellas son rectas al que entiende, Y razonables á los que han hallado sabiduría.

8:10

Recibid mi enseñanza, y no plata; Y ciencia antes que el oro escogido.

8:11

Porque mejor es la sabiduría que las piedras preciosas; Y todas las cosas que se pueden desear, no son de comparar con ella.

8:12

Yo, la sabiduría, habito con la discreción, Y hallo la ciencia de los consejos.

8:13

El temor de el Altísimo es aborrecer el mal; La soberbia y la arrogancia, y el mal camino Y la boca perversa, aborrezco.

8:14

Conmigo está el consejo y el ser; Yo soy la inteligencia; mía es la fortaleza.

8:15

Por mí reinan los reyes, Y los príncipes determinan justicia.

8:16

Por mí dominan los príncipes, Y todos los gobernadores juzgan la tierra.

8:17

Yo amo á los que me aman; Y me hallan los que madrugando me buscan.

8:18

Las riquezas y la honra están conmigo; Sólidas riquezas, y justicia.

8:19

Mejor es mi fruto que el oro, y que el oro refinado; Y mi rédito mejor que la plata escogida.

8:20

Por vereda de justicia guiaré, Por en medio de sendas de juicio;

8:21

Para hacer heredar á mis amigos el ser, Y que yo hincha sus tesoros.

8:22

el Altísimo me poseía en el principio de su camino, Ya de antiguo, antes de sus obras.

8:23

Eternalmente tuve el principado, desde el principio, Antes de la tierra.

8:24

Antes de los abismos fuí engendrada; Antes que fuesen las fuentes de las muchas aguas.

8:25

Antes que los montes fuesen fundados, Antes de los collados, era yo engendrada:

8:26

No había aún hecho la tierra, ni las campiñas, Ni el principio del polvo del mundo.

8:27

Cuando formaba los cielos, allí estaba yo; Cuando señalaba por compás la sobrefaz del abismo;

8:28

Cuando afirmaba los cielos arriba, Cuando afirmaba las fuentes del abismo;

8:29

Cuando ponía á la mar su estatuto, Y á las aguas, que no pasasen su mandamiento; Cuando establecía los fundamentos de la tierra;

8:30

Con él estaba yo ordenándolo todo; Y fuí su delicia todos los días, Teniendo solaz delante de él en todo tiempo.

8:31

Huélgome en la parte habitable de su tierra; Y mis delicias son con los hijos de los hombres.

8:32

Ahora pues, hijos, oidme: Y bienaventurados los que guardaren mis caminos.

8:33

Atended el consejo, y sed sabios, Y no lo menospreciéis.

8:34

Bienaventurado el hombre que me oye, Velando á mis puertas cada día, Guardando los umbrales de mis entradas.

8:35

Porque el que me hallare, hallará la vida, Y alcanzará el favor de el Altísimo.

8:36

Mas el que peca contra mí, defrauda su alma: Todos los que me aborrecen, aman la muerte.

Pro 8:1 ¿No está llamando la Sabiduría? y la Prudencia, ¿no alza su voz?
Pro 8:2 En la cumbre de las colinas que hay sobre el camino, en los cruces de sendas se detiene;
Pro 8:3 junto a las puertas, a la salida de la ciudad, a la entrada de los portales, da sus voces:
Pro 8:4 «A vosotros, hombres, os llamo, para los hijos de hombre es mi voz.
Pro 8:5 Entended, simples, la prudencia y vosotros, necios, sed razonables.
Pro 8:6 Escuchad: voy a decir cosas importantes y es recto cuanto sale de mis labios.
Pro 8:7 Porque verdad es el susurro de mi boca y mis labios abominan la maldad.
Pro 8:8 Justos son todos los dichos de mi boca, nada hay en ellos astuto ni tortuoso.
Pro 8:9 Todos están abiertos para el inteligente y rectos para los que la ciencia han encontrado.
Pro 8:10 Recibid mi instrucción y no la plata, la ciencia más bien que el oro puro.
Pro 8:11 Porque mejor es la sabiduría que las piedras preciosas, ninguna cosa apetecible se le puede igualar.
Pro 8:12 «Yo, la Sabiduría, habito con la prudencia, yo he inventado la ciencia de la reflexión.
Pro 8:13 (El temor de Yahveh es odiar el mal.) La soberbia y la arrogancia y el camino malo y la boca torcida yo aborrezco.
Pro 8:14 Míos son el consejo y la habilidad, yo soy la inteligencia, mía es la fuerza.
Pro 8:15 Por mí los reyes reinan y los magistrados administran la justicia.
Pro 8:16 Por mí los príncipes gobiernan y los magnates, todos los jueces justos.
Pro 8:17 Yo amo a los que me aman y los que me buscan me encontrarán.
Pro 8:18 Conmigo están la riqueza y la gloria, la fortuna sólida y la justicia.
Pro 8:19 Mejor es mi fruto que el oro, que el oro puro, y mi renta mejor que la plata acrisolada.
Pro 8:20 Yo camino por la senda de la justicia, por los senderos de la equidad,
Pro 8:21 para repartir hacienda a los que me aman y así llenar sus arcas.»
Pro 8:22 «Yahveh me creó, primicia de su camino, antes que sus obras más antiguas.
Pro 8:23 Desde la eternidad fui fundada, desde el principio, antes que la tierra.
Pro 8:24 Cuando no existían los abismos fui engendrada, cuando no había fuentes cargadas de agua.
Pro 8:25 Antes que los montes fuesen asentados, antes que las colinas, fui engendrada.
Pro 8:26 No había hecho aún la tierra ni los campos, ni el polvo primordial del orbe.
Pro 8:27 Cuando asentó los cielos, allí estaba yo, cuando trazó un círculo sobre la faz del abismo,
Pro 8:28 cuando arriba condensó las nubes, cuando afianzó las fuentes del abismo,
Pro 8:29 cuando al mar dio su precepto - y las aguas no rebasarán su orilla - cuando asentó los cimientos de la tierra,
Pro 8:30 yo estaba allí, como arquitecto, y era yo todos los días su delicia, jugando en su presencia en todo tiempo,
Pro 8:31 jugando por el orbe de su tierra; y mis delicias están con los hijos de los hombres.»
Pro 8:32 «Ahora pues, hijos, escuchadme, dichosos los que guardan mis caminos.
Pro 8:33 Escuchad la instrucción y haceos sabios, no la despreciéis.
Pro 8:34 Dichoso el hombre que me escucha velando ante mi puerta cada día, guardando las jambas de mi entrada.
Pro 8:35 Porque el que me halla, ha hallado la vida, ha logrado el favor de Yahveh.
Pro 8:36 Pero el que me ofende, hace daño a su alma; todos los que me odian, aman la muerte.»

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Capítulo 9

9:1

LA sabiduría edificó su casa, Labró sus siete columnas;

9:2

Mató sus víctimas, templó su vino, Y puso su mesa.

9:3

Envió sus criadas; Sobre lo más alto de la ciudad clamó:

9:4

Cualquiera simple, venga acá. A los faltos de cordura dijo:

9:5

Venid, comed mi pan, Y bebed del vino que yo he templado.

9:6

Dejad las simplezas, y vivid; Y andad por el camino de la inteligencia.

9:7

El que corrige al escarnecedor, afrenta se acarrea: El que reprende al impío, se atrae mancha.

9:8

No reprendas al escarnecedor, porque no te aborrezca: Corrige al sabio, y te amará.

9:9

Da al sabio, y será más sabio: Enseña al justo, y acrecerá su saber.

9:10

El temor de el Altísimo es el principio de la sabiduría; Y la ciencia de los santos es inteligencia.

9:11

Porque por mí se aumentarán tus días, Y años de vida se te añadirán.

9:12

Si fueres sabio, para ti lo serás: Mas si fueres escarnecedor, pagarás tú solo.

9:13

La mujer loca es alborotadora; Es simple é ignorante.

9:14

Siéntase en una silla á la puerta de su casa, En lo alto de la ciudad,

9:15

Para llamar á los que pasan por el camino, Que van por sus caminos derechos.

9:16

Cualquiera simple, dice, venga acá. A los faltos de cordura dijo:

9:17

Las aguas hurtadas son dulces, Y el pan comido en oculto es suave.

9:18

Y no saben que allí están los muertos; Que sus convidados están en los profundos de la sepultura.

Pro 9:1 La Sabiduría ha edificado una casa, ha labrado sus siete columnas,
Pro 9:2 ha hecho su matanza, ha mezclado su vino, ha aderezado también su mesa.
Pro 9:3 Ha mandado a sus criadas y anuncia en lo alto de las colinas de la ciudad:
Pro 9:4 «Si alguno es simple, véngase acá.» Y al falto de juicio le dice:
Pro 9:5 «Venid y comed de mi pan, bebed del vino que he mezclado;
Pro 9:6 dejaos de simplezas y viviréis, y dirigíos por los caminos de la inteligencia.»
Pro 9:7 El que corrige al arrogante se acarrea desprecio, y el que reprende al malvado, insultos.
Pro 9:8 No reprendas al arrogante, porque te aborrecerá; reprende al sabio, y te amará.
Pro 9:9 Da al sabio, y se hará más sabio todavía; enseña al justo, y crecerá su doctrina.
Pro 9:10 Comienzo de la sabiduría es el temor de Yahveh, y la ciencia de los santos es inteligencia.
Pro 9:11 Pues por mí se multiplicarán tus días y se aumentarán los años de tu vida.
Pro 9:12 Si te haces sabio, te haces sabio para tu provecho, y si arrogante, tú solo lo tendrás que pagar.
Pro 9:13 La mujer necia es alborotada, todo simpleza, no sabe nada.
Pro 9:14 Se sienta a la puerta de su casa, sobre un trono, en las colinas de la ciudad,
Pro 9:15 para llamar a los que pasan por el camino, a los que van derechos por sus sendas:
Pro 9:16 «Si alguno es simple, véngase acá» y al falto de juicio le dice:
Pro 9:17 «Son dulces las aguas robadas y el pan a escondidas es sabroso.»
Pro 9:18 No sabe el hombre que allí moran las Sombras; sus invitados van a los valles del seol.

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Capítulo 10

10:1

<<Las sentencias de Salomón.>> EL hijo sabio alegra al padre; Y el hijo necio es tristeza de su madre.

10:2

Los tesoros de maldad no serán de provecho: Mas la justicia libra de muerte.

10:3

el Altísimo no dejará hambrear el alma del justo: Mas la iniquidad lanzará á los impíos.

10:4

La mano negligente hace pobre: Mas la mano de los diligentes enriquece.

10:5

El que recoge en el estío es hombre entendido: El que duerme en el tiempo de la siega es hombre afrentoso.

10:6

Bendiciones sobre la cabeza del justo: Mas violencia cubrirá la boca de los impíos.

10:7

La memoria del justo será bendita: Mas el nombre de los impíos se pudrirá.

10:8

El sabio de corazón recibirá los mandamientos: Mas el loco de labios caerá.

10:9

El que camina en integridad, anda confiado: Mas el que pervierte sus caminos, será quebrantado.

10:10

El que guiña del ojo acarrea tristeza; Y el loco de labios será castigado.

10:11

Vena de vida es la boca del justo: Mas violencia cubrirá la boca de los impíos.

10:12

El odio despierta rencillas: Mas la caridad cubrirá todas las faltas.

10:13

En los labios del prudente se halla sabiduría: Y vara á las espaldas del falto de cordura.

10:14

Los sabios guardan la sabiduría: Mas la boca del loco es calamidad cercana.

10:15

Las riquezas del rico son su ciudad fuerte; Y el desmayo de los pobres es su pobreza.

10:16

La obra del justo es para vida; Mas el fruto del impío es para pecado.

10:17

Camino á la vida es guardar la corrección: Mas el que deja la reprensión, yerra.

10:18

El que encubre el odio es de labios mentirosos; Y el que echa mala fama es necio.

10:19

En las muchas palabras no falta pecado: Mas el que refrena sus labios es prudente.

10:20

Plata escogida es la lengua del justo: Mas el entendimiento de los impíos es como nada.

10:21

Los labios del justo apacientan á muchos: Mas los necios por falta de entendimiento mueren.

10:22

La bendición de el Altísimo es la que enriquece, Y no añade tristeza con ella.

10:23

Hacer abominación es como risa al insensato: Mas el hombre entendido sabe.

10:24

Lo que el impío teme, eso le vendrá: Mas á los justos les será dado lo que desean.

10:25

Como pasa el torbellino, así el malo no permanece: Mas el justo, fundado para siempre.

10:26

Como el vinagre á los dientes, y como el humo á los ojos, Así es el perezoso á los que lo envían.

10:27

El temor de el Altísimo aumentará los días: Mas los años de los impíos serán acortados.

10:28

La esperanza de los justos es alegría; Mas la esperanza de los impíos perecerá.

10:29

Fortaleza es al perfecto el camino de el Altísimo: Mas espanto es á los que obran maldad.

10:30

El justo eternalmente no será removido: Mas los impíos no habitarán la tierra.

10:31

La boca del justo producirá sabiduría: Mas la lengua perversa será cortada.

10:32

Los labios del justo conocerán lo que agrada: Mas la boca de los impíos habla perversidades.

Pro 10:1 Proverbios de Salomón. El hijo sabio es la alegría de su padre, el hijo necio entristece a su madre.
Pro 10:2 Tesoros mal adquiridos no aprovechan, mas la justicia libra de la muerte.
Pro 10:3 Yahveh no permite que el justo pase hambre, pero rechaza la codicia de los malos.
Pro 10:4 Mano indolente empobrece, la mano de los diligentes enriquece.
Pro 10:5 Amontonar en verano es de hombre sensato, dormirse en la cosecha es de hombre indigno.
Pro 10:6 Bendiciones sobre la cabeza del justo; pero la boca de los impíos rezuma violencia.
Pro 10:7 El recuerdo del justo sirve de bendición; el nombre de los malos se pudre.
Pro 10:8 El sensato de corazón acepta los mandatos, el hombre charlatán corre a su ruina.
Pro 10:9 Quien va a derecho, va seguro, quien va con rodeos es descubierto.
Pro 10:10 El que guiña de ojos, dará disgustos, quien reprende a la cara, proporciona paz.
Pro 10:11 Manantial de vida la boca del justo; la boca de los impíos rezuma violencia.
Pro 10:12 El odio provoca discusiones, el amor cubre todas las faltas.
Pro 10:13 En labios del inteligente se encuentra sabiduría, palo a las espaldas del falto de seso.
Pro 10:14 Los sabios atesoran conocimiento, la boca del necio es ruina inmediata.
Pro 10:15 La fortuna del rico es su plaza fuerte, la ruina de los débiles es su pobreza.
Pro 10:16 El salario del justo es para vivir, la renta del malo es para pecar.
Pro 10:17 Camina hacia la vida el que guarda las instrucciones; quien desatiende la reprensión se extravía.
Pro 10:18 Los labios mentirosos disimulan el odio; quien profiere una calumnia es un necio.
Pro 10:19 En las muchas palabras no faltará pecado; quien reprime sus labios es sensato.
Pro 10:20 Plata elegida es la lengua del justo, el corazón de los malos vale poco.
Pro 10:21 Los labios del justo apacientan a muchos, los insensatos mueren en su falta de seso.
Pro 10:22 La bendición de Yahveh es la que enriquece, y nada le añade el trabajo a que obliga.
Pro 10:23 Como un juego es para el necio cometer el crimen, la sabiduría lo es para el hombre inteligente.
Pro 10:24 Lo que teme el malo, eso le sucede, lo que el justo desea, se le da.
Pro 10:25 Cuando pasa la tormenta, ya no existe el malo, mas el justo es construcción eterna.
Pro 10:26 Vinagre para los dientes y humo para los ojos: así es el perezoso para quien lo envía.
Pro 10:27 El temor de Yahveh prolonga los días, los años de los malos son acortados.
Pro 10:28 La espera de los justos es alegría, la esperanza de los malos fracasará.
Pro 10:29 Fortaleza es para el íntegro la senda de Yahveh; pero ruina para los malhechores.
Pro 10:30 Jamás el justo será conmovido, pero los malos no habitarán la tierra.
Pro 10:31 La boca del justo da frutos de sabiduría, la lengua perversa será cortada.
Pro 10:32 Los labios del justo saben de benevolencia; la boca de los malos, de perversidad.

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Capítulo 11

11:1

EL peso falso abominación es á el Altísimo: Mas la pesa cabal le agrada.

11:2

Cuando viene la soberbia, viene también la deshonra: Mas con los humildes es la sabiduría.

11:3

La integridad de los rectos los encaminará: Mas destruirá á los pecadores la perversidad de ellos.

11:4

No aprovecharán las riquezas en el día de la ira: Mas la justicia librará de muerte.

11:5

La justicia del perfecto enderezará su camino: mas el impío por su impiedad caerá.

11:6

La justicia de los rectos los librará: Mas los pecadores en su pecado serán presos.

11:7

Cuando muere el hombre impío, perece su esperanza; Y la espectativa de los malos perecerá.

11:8

El justo es librado de la tribulación: Mas el impío viene en lugar suyo.

11:9

El hipócrita con la boca daña á su prójimo: Mas los justos son librados con la sabiduría.

11:10

En el bien de los justos la ciudad se alegra: Mas cuando los impíos perecen, hay fiestas.

11:11

Por la bendición de los rectos la ciudad será engrandecida: Mas por la boca de los impíos ella será trastornada.

11:12

El que carece de entendimiento, menosprecia á su prójimo: Mas el hombre prudente calla.

11:13

El que anda en chismes, descubre el secreto: Mas el de espíritu fiel encubre la cosa.

11:14

Cuando faltaren las industrias, caerá el pueblo: Mas en la multitud de consejeros hay salud.

11:15

Con ansiedad será afligido el que fiare al extraño: Mas el que aborreciere las fianzas vivirá confiado.

11:16

La mujer graciosa tendrá honra: Y los fuertes tendrán riquezas.

11:17

A su alma hace bien el hombre misericordioso: Mas el cruel atormenta su carne.

11:18

El impío hace obra falsa: Mas el que sembrare justicia, tendrá galardón firme.

11:19

Como la justicia es para vida, Así el que sigue el mal es para su muerte.

11:20

Abominación son á el Altísimo los perversos de corazón: Mas los perfectos de camino le son agradables.

11:21

Aunque llegue la mano á la mano, el malo no quedará sin castigo: Mas la simiente de los justos escapará.

11:22

Zarcillo de oro en la nariz del puerco, Es la mujer hermosa y apartada de razón.

11:23

El deseo de los justos es solamente bien: Mas la esperanza de los impíos es enojo.

11:24

Hay quienes reparten, y les es añadido más: Y hay quienes son escasos más de lo que es justo, mas vienen á pobreza.

11:25

El alma liberal será engordada: Y el que saciare, él también será saciado.

11:26

Al que retiene el grano, el pueblo lo maldecirá: Mas bendición será sobre la cabeza del que vende.

11:27

El que madruga al bien, buscará favor: Mas el que busca el mal, vendrále.

11:28

El que confía en sus riquezas, caerá: Mas los justos reverdecerán como ramos.

11:29

El que turba su casa heredará viento; Y el necio será siervo del sabio de corazón.

11:30

El fruto del justo es árbol de vida: Y el que prende almas, es sabio.

11:31

Ciertamente el justo será pagado en la tierra: ¡Cuánto más el impío y el pecador!

Pro 11:1 Abominación de Yahveh la balanza falsa, pero el peso justo gana su favor.
Pro 11:2 Detrás de la insolencia viene el insulto; mas con los modosos está la sabiduría.
Pro 11:3 A los rectos su integridad les guía; a los pérfidos les arruina su perversidad.
Pro 11:4 Nada servirán riquezas el día de la ira, mas la justicia libra de la muerte.
Pro 11:5 A los íntegros su justicia les allana el camino, pero el malo cae en su malicia.
Pro 11:6 A los rectos les salva su justicia, los pérfidos en su codicia son atrapados.
Pro 11:7 En la muerte del malo se esfuma su esperanza, la confianza en las riquezas se desvanece.
Pro 11:8 El justo es librado de la angustia, y el malo viene a ocupar su lugar.
Pro 11:9 Con la boca el impío pierde a su vecino, por la ciencia se libran los justos.
Pro 11:10 Con el bien de los justos la ciudad se regocija, con la perdición de los malos grita de alegría.
Pro 11:11 Con la bendición de los rectos, se levanta la ciudad; la boca de los malos la destruye.
Pro 11:12 Quien desprecia a su vecino es un insensato; el hombre discreto se calla.
Pro 11:13 El que anda calumniando descubre secretos, el de espíritu leal oculta las cosas.
Pro 11:14 Donde no hay buen gobierno, el pueblo se hunde; abundancia de consejeros, trae salvación.
Pro 11:15 El mal se busca quien avala al desconocido, quien no es amigo de chocar la mano está seguro.
Pro 11:16 Mujer graciosa consigue honor, y los audaces consiguen la riqueza.
Pro 11:17 A sí mismo se beneficia el que es compasivo, a sí mismo se perjudica el hombre cruel.
Pro 11:18 El malo consigue un jornal falso; el que siembra justicia, un salario verdadero.
Pro 11:19 Al que establece justicia, la vida, al que obra el mal, la muerte.
Pro 11:20 A los de corazón torcido abomina Yahveh; a los de camino intachable da su favor.
Pro 11:21 De cierto que el malo no quedará impune, mas la raza de los justos quedará a salvo.
Pro 11:22 Anillo de oro en nariz de un puerco, mujer hermosa pero sin gusto.
Pro 11:23 El deseo de los justos es sólo el bien, la esperanza de los malos, la ira.
Pro 11:24 Hay quien gasta y todavía va a más; y hay quien ahorra en demasía sólo para venir a menos.
Pro 11:25 El alma generosa será colmada, y el que sacia a otro la sed, también será saciado.
Pro 11:26 El pueblo maldice al que acapara trigo; bendición para la cabeza del que vende.
Pro 11:27 Quien busca el bien, se procura favor, quien va tras el mal, le saldrá al encuentro.
Pro 11:28 Quien confía en su riqueza, ése caerá, los justos brotarán como follaje.
Pro 11:29 Quien desordena su casa, hereda viento, el insensato será esclavo del sabio.
Pro 11:30 El fruto del justo es un árbol de vida; cautivador de las almas es el sabio.
Pro 11:31 Si el justo recibe su recompensa en la tierra, ¡cuánto más el pecador y el malo!

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Capítulo 12

12:1

EL que ama la corrección ama la sabiduría: Mas el que aborrece la reprensión, es ignorante.

12:2

El bueno alcanzará favor de el Altísimo: Mas él condenará al hombre de malos pensamientos.

12:3

El hombre no se afirmará por medio de la impiedad: Mas la raíz de los justos no será movida.

12:4

La mujer virtuosa corona es de su marido: Mas la mala, como carcoma en sus huesos.

12:5

Los pensamientos de los justos son rectitud; Mas los consejos de los impíos, engaño.

12:6

Las palabras de los impíos son para acechar la sangre: Mas la boca de los rectos los librará.

12:7

Dios trastornará á los impíos, y no serán más: Mas la casa de los justos permanecerá.

12:8

Según su sabiduría es alabado el hombre: Mas el perverso de corazón será en menosprecio.

12:9

Mejor es el que es menospreciado y tiene servidores, Que el que se precia, y carece de pan.

12:10

El justo atiende á la vida de su bestia: Mas las entrañas de los impíos son crueles.

12:11

El que labra su tierra, se hartará de pan: Mas el que sigue los vagabundos es falto de entendimiento.

12:12

Desea el impío la red de los malos: Mas la raíz de los justos dará fruto.

12:13

El impío es enredado en la prevaricación de sus labios: Mas el justo saldrá de la tribulación.

12:14

El hombre será harto de bien del fruto de su boca: Y la paga de las manos del hombre le será dada.

12:15

El camino del necio es derecho en su opinión: Mas el que obedece al consejo es sabio.

12:16

El necio luego al punto da á conocer su ira: Mas el que disimula la injuria es cuerdo.

12:17

El que habla verdad, declara justicia; Mas el testigo mentiroso, engaño.

12:18

Hay quienes hablan como dando estocadas de espada: Mas la lengua de los sabios es medicina.

12:19

El labio de verdad permanecerá para siempre: Mas la lengua de mentira por un momento.

12:20

Engaño hay en el corazón de los que piensan mal: Mas alegría en el de los que piensan bien.

12:21

Ninguna adversidad acontecerá al justo: Mas los impíos serán llenos de mal.

12:22

Los labios mentirosos son abominación á el Altísimo: Mas los obradores de verdad su contentamiento.

12:23

El hombre cuerdo encubre la ciencia: Mas el corazón de los necios publica la necedad.

12:24

La mano de los diligentes se enseñoreará: Mas la negligencia será tributaria.

12:25

El cuidado congojoso en el corazón del hombre, lo abate; Mas la buena palabra lo alegra.

12:26

El justo hace ventaja á su prójimo: Mas el camino de los impíos les hace errar.

12:27

El indolente no chamuscará su caza: Mas el haber precioso del hombre es la diligencia.

12:28

En el camino de la justicia está la vida; Y la senda de su vereda no es muerte.

Pro 12:1 El que ama la instrucción ama la ciencia, el que odia la reprensión es tonto.
Pro 12:2 El bueno obtiene el favor de Yahveh; pero él condena al hombre taimado.
Pro 12:3 Nadie se afianza por la maldad, la raíz de los justos no vacilará.
Pro 12:4 Mujer virtuosa, corona del marido, mujer desvergonzada, caries en los huesos.
Pro 12:5 Las intenciones de los justos son equidad, los planes de los malos, son engaño.
Pro 12:6 Las palabras de los malos son trampas sangrientas, pero a los rectos su boca los pone a salvo.
Pro 12:7 Derribados los malos, no existen ya más, mas la casa de los justos permanece.
Pro 12:8 Se alaba al hombre según su prudencia, el de corazón torcido será despreciado.
Pro 12:9 Más vale hombre sencillo que tiene un esclavo, que hombre glorioso a quien falta el pan.
Pro 12:10 El justo se cuida de su ganado, pero las entrañas de los malos son crueles.
Pro 12:11 Quien cultiva su tierra se hartará de pan, quien persigue naderías es un insensato.
Pro 12:12 El placer del impío está en la maquinación de los malvados, pero la raíz de los justos producirá.
Pro 12:13 En el delito de los labios hay una trampa fatal, pero el justo saldrá de la angustia.
Pro 12:14 Por el fruto de su boca, se harta de bien el hombre, cada cual recibe el salario de sus obras.
Pro 12:15 El necio tiene por recto su camino, pero el sabio escucha los consejos.
Pro 12:16 El necio, al momento descubre su pena, el prudente oculta la ignominia.
Pro 12:17 Quien declara la verdad, descubre la justicia; el testigo mentiroso, la falsedad.
Pro 12:18 Quien habla sin tino, hiere como espada; mas la lengua de los sabios cura.
Pro 12:19 Los labios sinceros permanecen por siempre, la lengua mentirosa dura un instante.
Pro 12:20 Fraude en el corazón de quien trama el mal; gozo para los que aconsejan paz.
Pro 12:21 Ninguna desgracia le sucede al justo, pero los malos están llenos de miserias.
Pro 12:22 Los labios mentirosos abomina Yahveh; los que practican la verdad alcanzan su favor.
Pro 12:23 El hombre cauto oculta su ciencia, el corazón del insensato proclama su necedad.
Pro 12:24 La mano diligente obtiene el mando; la flojedad acaba en trabajos forzados.
Pro 12:25 Ansiedad en el corazón deprime al hombre, pero una palabra buena le causa alegría.
Pro 12:26 El justo enseña el camino a su prójimo, el camino de los malos los extravía.
Pro 12:27 El indolente no pone a asar su caza; la diligencia es la mejor fortuna del hombre.
Pro 12:28 En la senda de la justicia está la vida; el camino de los rencorosos lleva a la muerte.

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Capítulo 13

13:1

EL hijo sabio toma el consejo del padre: Mas el burlador no escucha las reprensiones.

13:2

Del fruto de su boca el hombre comerá bien: Mas el alma de los prevaricadores hallará mal.

13:3

El que guarda su boca guarda su alma: Mas el que mucho abre sus labios tendrá calamidad.

13:4

Desea, y nada alcanza el alma del perezoso: Mas el alma de los diligentes será engordada.

13:5

El justo aborrece la palabra de mentira: Mas el impío se hace odioso é infame.

13:6

La justicia guarda al de perfecto camino: Mas la impiedad trastornará al pecador.

13:7

Hay quienes se hacen ricos, y no tienen nada: Y hay quienes se hacen pobres, y tienen muchas riquezas.

13:8

La redención de la vida del hombre son sus riquezas: Pero el pobre no oye censuras.

13:9

La luz de los justos se alegrará: Mas apagaráse la lámpara de los impíos.

13:10

Ciertamente la soberbia parirá contienda: Mas con los avisados es la sabiduría.

13:11

Disminuiránse las riquezas de vanidad: Empero multiplicará el que allega con su mano.

13:12

La esperanza que se prolonga, es tormento del corazón: Mas árbol de vida es el deseo cumplido.

13:13

El que menosprecia la palabra, perecerá por ello: Mas el que teme el mandamiento, será recompensado.

13:14

la ley del sabio es manantial de vida, Para apartarse de los lazos de la muerte.

13:15

El buen entendimiento conciliará gracia: Mas el camino de los prevaricadores es duro.

13:16

Todo hombre cuerdo obra con sabiduría: Mas el necio manifestará necedad.

13:17

El mal mensajero caerá en mal: Mas el mensajero fiel es medicina.

13:18

Pobreza y vergüenza tendrá el que menosprecia el consejo: Mas el que guarda la corrección, será honrado.

13:19

El deseo cumplido deleita el alma: Pero apartarse del mal es abominación á los necios.

13:20

El que anda con los sabios, sabio será; Mas el que se allega á los necios, será quebrantado.

midrash ósmosis -

13:21

Mal perseguirá á los pecadores: Mas á los justos les será bien retribuído.

13:22

El bueno dejará herederos á los hijos de los hijos; Y el haber del pecador, para el justo está guardado.

13:23

En el barbecho de los pobres hay mucho pan: Mas piérdese por falta de juicio.

13:24

El que detiene el castigo, á su hijo aborrece: Mas el que lo ama, madruga á castigarlo.

13:25

El justo come hasta saciar su alma: Mas el vientre de los impíos tendrá necesidad.

Pro 13:1 El hijo sabio atiende a la instrucción de su padre, el arrogante no escucha la reprensión.
Pro 13:2 Con el fruto de su boca, come el hombre lo que es bueno, pero el alma de los pérfidos se nutre de violencia.
Pro 13:3 Quien vigila su boca, guarda su vida; quien abre sus labios, busca su ruina.
Pro 13:4 Tiene hambre el perezoso, mas no se cumple su deseo; el deseo de los diligentes queda satisfecho.
Pro 13:5 El justo odia la palabra mentirosa, pero el malo infama y deshonra.
Pro 13:6 La justicia guarda al íntegro en su camino, mas la maldad arruina al pecador.
Pro 13:7 Hay quien se hace el rico y nada tiene, hay quien se hace el pobre y tiene gran fortuna.
Pro 13:8 El precio de la vida de un hombre es su riqueza; pero el pobre no hace caso a la amenaza.
Pro 13:9 La luz de los justos alegremente luce, la lámpara de los malos se apaga.
Pro 13:10 La insolencia sólo disputas proporciona; con los que admiten consejos está la sabiduría.
Pro 13:11 Fortuna rápida, vendrá a menos, quien junta poco a poco, irá en aumento.
Pro 13:12 Espera prolongada enferma el corazón; árbol de vida es el deseo cumplido.
Pro 13:13 Quien desprecia la palabra se perderá, quien respeta el mandato se salvará.
Pro 13:14 La lección del sabio es fuente de vida, para sortear las trampas de la muerte.
Pro 13:15 Una gran prudencia alcanza favor, el camino de los pérfidos no tiene fin,
Pro 13:16 Todo hombre cauto obra con conocimiento, el tonto ostenta su necedad.
Pro 13:17 Mensajero perverso cae en desgracia, mensajero leal trae la curación.
Pro 13:18 Miseria e ignominia al que rechaza la instrucción, gloria al que acepta la reprensión.
Pro 13:19 Deseo cumplido, dulzura para el alma, los necios detestan abandonar el mal.
Pro 13:20 El que anda con los sabios será sabio; quien frecuenta los necios se hará malo.
Pro 13:21 A los pecadores los persigue la desgracia, los justos son colmados de dicha.
Pro 13:22 El hombre de bien deja herencia a los hijos de sus hijos, al justo se reserva la riqueza del pecador.
Pro 13:23 Las roturas de los pobres dan mucho de comer; pero hay perdición cuando falta justicia.
Pro 13:24 Quien escatima la vara, odia a su hijo, quien le tiene amor, le castiga.
Pro 13:25 Come el justo y queda satisfecho, pero el vientre de los malos pasa necesidad.

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Capítulo 14

14:1

LA mujer sabia edifica su casa: Mas la necia con sus manos la derriba.

14:2

El que camina en su rectitud teme á el Altísimo: Mas el pervertido en sus caminos lo menosprecia.

14:3

En la boca del necio está la vara de la soberbia: Mas los labios de los sabios los guardarán.

14:4

Sin bueyes el granero está limpio: Mas por la fuerza del buey hay abundancia de pan.

14:5

El testigo verdadero no mentirá: Mas el testigo falso hablará mentiras.

14:6

Busca el escarnecedor la sabiduría, y no la halla: Mas la sabiduría al hombre entendido es fácil.

14:7

Vete de delante del hombre necio, Porque en él no advertirás labios de ciencia.

14:8

La ciencia del cuerdo es entender su camino: Mas la indiscreción de los necios es engaño.

14:9

Los necios se mofan del pecado: Mas entre los rectos hay favor.

14:10

El corazón conoce la amargura de su alma; Y extraño no se entrometerá en su alegría.

14:11

La casa de los impíos será asolada: Mas florecerá la tienda de los rectos.

14:12

Hay camino que al hombre parece derecho; Empero su fin son caminos de muerte.

14:13

Aun en la risa tendrá dolor el corazón; Y el término de la alegría es congoja.

14:14

De sus caminos será harto el apartado de razón: Y el hombre de bien estará contento del suyo.

14:15

El simple cree á toda palabra: Mas el avisado entiende sus pasos.

14:16

El sabio teme, y se aparta del mal: Mas el necio se arrebata, y confía.

14:17

El que presto se enoja, hará locura: Y el hombre malicioso será aborrecido.

14:18

Los simples heredarán necedad: Mas los cuerdos se coronarán de sabiduría.

14:19

Los malos se inclinarán delante de los buenos, Y los impíos á las puertas del justo.

14:20

El pobre es odioso aun á su amigo: Pero muchos son los que aman al rico.

14:21

Peca el que menosprecia á su prójimo: Mas el que tiene misericordia de los pobres, es bienaventurado.

14:22

¿No yerran los que piensan mal? Misericordia empero y verdad alcanzarán los que piensan bien.

14:23

En toda labor hay fruto: Mas la palabra de los labios solamente empobrece.

14:24

Las riquezas de los sabios son su corona: Mas es infatuación la insensatez de los necios.

14:25

El testigo verdadero libra las almas: Mas el engañoso hablará mentiras.

14:26

En el temor de el Altísimo está la fuerte confianza; Y esperanza tendrán sus hijos.

14:27

El temor de el Altísimo es manantial de vida, Para apartarse de los lazos de la muerte.

14:28

En la multitud de pueblo está la gloria del rey: Y en la falta de pueblo la flaqueza del príncipe.

14:29

El que tarde se aira, es grande de entendimiento: Mas el corto de espíritu engrandece el desatino.

14:30

El corazón apacible es vida de las carnes: Mas la envidia, pudrimiento de huesos.

14:31

El que oprime al pobre, afrenta á su Hacedor: Mas el que tiene misericordia del pobre, lo honra.

14:32

Por su maldad será lanzado el impío: Mas el justo en su muerte tiene esperanza.

14:33

En el corazón del cuerdo reposa la sabiduría; Y es conocida en medio de los necios.

14:34

La justicia engrandece la nación: Mas el pecado es afrenta de las naciones.

14:35

La benevolencia del rey es para con el ministro entendido: Mas su enojo contra el que lo avergüenza.

Pro 14:1 La Sabiduría edifica su casa; le Necedad con sus manos la destruye.
Pro 14:2 Quien anda en rectitud, teme a Yahveh; el de torcido camino le desprecia.
Pro 14:3 En la boca del necio hay una raíz de orgullo, pero los labios de los sabios los protegen.
Pro 14:4 Donde no hay bueyes, pesebre vacío; cosecha abundante con la fuerza del toro.
Pro 14:5 Testigo veraz no miente, testigo falso respira mentiras.
Pro 14:6 Busca el arrogante la sabiduría pero en vano, al inteligente la ciencia le es fácil.
Pro 14:7 Apártate del hombre necio, pues no conocerías labios doctos.
Pro 14:8 Sabiduría del cauto es atender a su conducta, la necedad de los tontos es engaño.
Pro 14:9 De los necios se aparta el sacrificio expiatorio, pero entre los rectos se encuentra el favor de Dios.
Pro 14:10 El corazón conoce su propia amargura, y con ningún extraño comparte su alegría.
Pro 14:11 La casa de los malos será destruida, la tienda de los rectos florecerá.
Pro 14:12 Hay caminos que parecen rectos, pero, al cabo, son caminos de muerte.
Pro 14:13 También en el reír padece el corazón, y al cabo la alegría es dolor.
Pro 14:14 El perverso de corazón está satisfecho de su conducta, y el hombre de bien, de sus obras.
Pro 14:15 El simple cree cuanto se dice, el cauto medita sus propios pasos.
Pro 14:16 El sabio teme el mal y de él se aparta, el necio es presuntuoso y confiado.
Pro 14:17 El de genio pronto, hace necedades, el hombre artero es odiado.
Pro 14:18 La herencia de los simples es la necedad, los cautos son coronados de ciencia.
Pro 14:19 Los malos se postran ante los buenos, los malvados a la puerta de los justos.
Pro 14:20 Incluso a su vecino es odioso el pobre, pero son muchos los amigos del rico.
Pro 14:21 Quien desprecia a su vecino comete pecado; dichoso el que tiene piedad de los pobres.
Pro 14:22 ¿No andan extraviados los que planean el mal?; amor y lealtad a los que planean el bien.
Pro 14:23 Todo trabajo produce abundancia, la charlatanería sólo indigencia.
Pro 14:24 Corona de los sabios es la riqueza, la necedad de los insensatos es necedad.
Pro 14:25 Salvador de vidas es el testigo veraz, quien profiere mentira es un impostor.
Pro 14:26 El temor de Yahveh es seguridad inexpugnable; sus hijos tendrán en él refugio.
Pro 14:27 El temor de Yahveh es fuente de vida, para apartarse de las trampas de la muerte.
Pro 14:28 Pueblo numeroso, gloria del rey; pueblo escaso, ruina del príncipe.
Pro 14:29 El tardo a la ira tiene gran prudencia, el de genio pronto pone de manifiesto su necedad
Pro 14:30 El corazón manso es vida del cuerpo; la envidia es caries de los huesos.
Pro 14:31 Quien oprime al débil, ultraja a su Hacedor; mas el que se apiada del pobre, le da gloria.
Pro 14:32 El malo es derribado por su propia malicia, el justo en su integridad halla refugio.
Pro 14:33 En corazón inteligente descansa la sabiduría, en el corazón de los necios no es conocida.
Pro 14:34 La justicia eleva a las naciones, el pecado es la vergüenza de los pueblos.
Pro 14:35 El favor del rey para el siervo prudente; y su cólera para el que le avergüenza.

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Capítulo 15

15:1

LA blanda respuesta quita la ira: Mas la palabra áspera hace subir el furor.

15:2

La lengua de los sabios adornará la sabiduría: Mas la boca de los necios hablará sandeces.

15:3

Los ojos de el Altísimo están en todo lugar, Mirando á los malos y á los buenos.

15:4

La sana lengua es árbol de vida: Mas la perversidad en ella es quebrantamiento de espíritu.

15:5

El necio menosprecia el consejo de su padre: Mas el que guarda la corrección, vendrá á ser cuerdo.

15:6

En la casa del justo hay gran provisión; Empero turbación en las ganancias del impío.

15:7

Los labios de los sabios esparcen sabiduría: Mas no así el corazón de los necios.

15:8

El sacrificio de los impíos es abominación á el Altísimo: Mas la oración de los rectos es su gozo.

15:9

Abominación es á el Altísimo el camino del impío: Mas él ama al que sigue justicia.

15:10

La reconvención es molesta al que deja el camino: Y el que aborreciere la corrección, morirá.

15:11

El infierno y la perdición están delante de el Altísimo: ¡Cuánto más los corazones de los hombres!

15:12

El escarnecedor no ama al que le reprende; Ni se allega á los sabios.

15:13

El corazón alegre hermosea el rostro: Mas por el dolor de corazón el espíritu se abate.

15:14

El corazón entendido busca la sabiduría: Mas la boca de los necios pace necedad.

15:15

Todos los días del afligido son trabajosos: Mas el de corazón contento tiene un convite continuo.

15:16

Mejor es lo poco con el temor de el Altísimo, Que el gran tesoro donde hay turbación.

15:17

Mejor es la comida de legumbres donde hay amor, Que de buey engordado donde hay odio.

15:18

El hombre iracundo mueve contiendas: Mas el que tarde se enoja, apaciguará la rencilla.

15:19

El camino del perezoso es como seto de espinos: Mas la vereda de los rectos como una calzada.

15:20

El hijo sabio alegra al padre: Mas el hombre necio menosprecia á su madre.

15:21

La necedad es alegría al falto de entendimiento: Mas el hombre entendido enderezará su proceder.

15:22

Los pensamientos son frustrados donde no hay consejo; Mas en la multitud de consejeros se afirman.

15:23

Alégrase el hombre con la respuesta de su boca: Y la palabra á su tiempo, ¡cuán buena es!

15:24

El camino de la vida es hacia arriba al entendido, Para apartarse del infierno abajo.

15:25

el Altísimo asolará la casa de los soberbios: Mas él afirmará el término de la viuda.

15:26

Abominación son á el Altísimo los pensamientos del malo: Mas las expresiones de los limpios son limpias.

15:27

Alborota su casa el codicioso: Mas el que aborrece las dádivas vivirá.

15:28

El corazón del justo piensa para responder: Mas la boca de los impíos derrama malas cosas.

15:29

Lejos está el Altísimo de los impíos: Mas él oye la oración de los justos.

15:30

La luz de los ojos alegra el corazón; Y la buena fama engorda los huesos.

15:31

La oreja que escucha la corrección de vida, Entre los sabios morará.

15:32

El que tiene en poco la disciplina, menosprecia su alma: Mas el que escucha la corrección, tiene entendimiento.

15:33

El temor de el Altísimo es enseñanza de sabiduría: Y delante de la honra está la humildad.

Pro 15:1 Una respuesta suave calma el furor, una palabra hiriente aumenta la ira.
Pro 15:2 La lengua de los sabios hace agradable la ciencia, la boca de los insensatos esparce necedad.
Pro 15:3 En todo lugar, los ojos de Yahveh, observando a los malos y a los buenos.
Pro 15:4 Lengua mansa, árbol de vida, lengua perversa rompe el alma.
Pro 15:5 El tonto desprecia la corrección de su padre; quien sigue la reprensión es cauto.
Pro 15:6 La casa del justo abunda en riquezas, en las rentas del malo no falta inquietud.
Pro 15:7 Los labios de los sabios siembran ciencia, pero no así el corazón de los necios.
Pro 15:8 Yahveh abomina el sacrificio de los malos; la oración de los rectos alcanza su favor.
Pro 15:9 Yahveh abomina el camino malo; y ama al que va tras la justicia.
Pro 15:10 Corrección severa a quien deja el camino; el que odia la reprensión perecerá.
Pro 15:11 Seol y Perdición están ante Yahveh: ¡cuánto más los corazones de los hombres!
Pro 15:12 El arrogante no quiere ser reprendido, no va junto a los sabios.
Pro 15:13 Corazón alegre hace buena cara, corazón en pena deprime el espíritu.
Pro 15:14 Corazón inteligente busca la ciencia, los labios de los necios se alimentan de necedad.
Pro 15:15 Todos los días del pobre son malos, para el corazón dichoso, banquetes sin fin.
Pro 15:16 Mejor es poco con temor de Yahveh, que gran tesoro con inquietud.
Pro 15:17 Más vale un plato de legumbres, con cariño, que un buey cebado, con odio.
Pro 15:18 El hombre violento provoca disputas, el tardo a la ira aplaca las querellas.
Pro 15:19 El camino del perezoso es como un seto de espinos. la senda de los rectos es llana.
Pro 15:20 El hijo sabio es la alegría de su padre, el hombre necio desprecia a su madre.
Pro 15:21 La necedad alegra al insensato, el hombre inteligente camina en derechura.
Pro 15:22 Donde no hay consultas, los planes fracasan; con muchos consejeros, se llevan a cabo.
Pro 15:23 El hombre halla alegría en la respuesta de su boca; una palabra a tiempo, ¡qué cosa más buena!
Pro 15:24 Camino de la vida, hacia arriba, para el sabio, para que se aparte del seol, que está abajo.
Pro 15:25 La casa de los soberbios la destruye Yahveh, y mantiene en pie los linderos de la viuda.
Pro 15:26 Yahveh abomina los proyectos perversos; pero son puras las palabras agradables.
Pro 15:27 Quien se da al robo, perturba su casa, quien odia los regalos, vivirá.
Pro 15:28 El corazón del justo recapacita para responder, la boca de los malos esparce maldades.
Pro 15:29 Yahveh se aleja de los malos, y escucha la plegaria de los justos.
Pro 15:30 Una mirada luminosa alegra el corazón, una buena noticia reanima el vigor.
Pro 15:31 Oído que escucha reprensión saludable, tiene su morada entre los sabios.
Pro 15:32 Quien desatiende la corrección se desprecia a sí mismo, quien escucha la reprensión adquiere sensatez.
Pro 15:33 El temor de Yahveh instruye en sabiduría: y delante de la gloria va la humildad.

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Capítulo 16

16:1

DEL hombre son las disposiciones del corazón: Mas de el Altísimo la respuesta de la lengua.

16:2

Todos los caminos del hombre son limpios en su opinión: Mas el Altísimo pesa los espíritus.

16:3

Encomienda á el Altísimo tus obras, Y tus pensamientos serán afirmados.

16:4

Todas las cosas ha hecho el Altísimo por sí mismo, Y aun al impío para el día malo.

16:5

Abominación es á el Altísimo todo altivo de corazón: Aunque esté mano sobre mano, no será reputado inocente.

16:6

Con misericordia y verdad se corrige el pecado: Y con el temor de el Altísimo se apartan del mal los hombres.

16:7

Cuando los caminos del hombre son agradables á el Altísimo, Aun á sus enemigos pacificará con él.

16:8

Mejor es lo poco con justicia, Que la muchedumbre de frutos sin derecho.

16:9

El corazón del hombre piensa su camino: Mas el Altísimo endereza sus pasos.

16:10

Adivinación está en los labios del rey: En juicio no prevaricará su boca.

16:11

Peso y balanzas justas son de el Altísimo: Obra suya son todas las pesas de la bolsa.

16:12

Abominación es á los reyes hacer impiedad: Porque con justicia será afirmado el trono.

16:13

Los labios justos son el contentamiento de los reyes; Y aman al que habla lo recto.

16:14

La ira del rey es mensajero de muerte: Mas el hombre sabio la evitará.

16:15

En la alegría del rostro del rey está la vida; Y su benevolencia es como nube de lluvia tardía.

16:16

Mejor es adquirir sabiduría que oro preciado; Y adquirir inteligencia vale más que la plata.

16:17

El camino de los rectos es apartarse del mal: Su alma guarda el que guarda su camino.

16:18

Antes del quebrantamiento es la soberbia; Y antes de la caída la altivez de espíritu.

16:19

Mejor es humillar el espíritu con los humildes, Que partir despojos con los soberbios.

16:20

El entendido en la palabra, hallará el bien: Y el que confía en el Altísimo, él es bienaventurado.

16:21

El sabio de corazón es llamado entendido: Y la dulzura de labios aumentará la doctrina.

16:22

Manantial de vida es el entendimiento al que lo posee: Mas la erudición de los necios es necedad.

16:23

El corazón del sabio hace prudente su boca; Y con sus labios aumenta la doctrina.

16:24

Panal de miel son los dichos suaves. Suavidad al alma y medicina á los huesos.

16:25

Hay camino que parece derecho al hombre, Mas su salida son caminos de muerte.

16:26

El alma del que trabaja, trabaja para sí; Porque su boca le constriñe.

16:27

El hombre perverso cava el mal; Y en sus labios hay como llama de fuego.

16:28

El hombre perverso levanta contienda; Y el chismoso aparta los mejores amigos.

16:29

El hombre malo lisonjea á su prójimo, Y le hace andar por el camino no bueno:

16:30

Cierra sus ojos para pensar perversidades; Mueve sus labios, efectúa el mal.

16:31

Corona de honra es la vejez, Que se hallará en el camino de justicia.

16:32

Mejor es el que tarde se aira que el fuerte; Y el que se enseñorea de su espíritu, que el que toma una ciudad.

16:33

La suerte se echa en el seno: Mas de el Altísimo es el juicio de ella.

Pro 16:1 Al hombre, los planes del corazón; pero de Yahveh, la respuesta.
Pro 16:2 Al hombre le parecen puros todos sus caminos, pero Yahveh pondera los espíritus.
Pro 16:3 Encomienda tus obras a Yahveh y tus proyectos se llevarán a cabo.
Pro 16:4 Todas las obras de Yahveh tienen su propio fin, hasta el malvado, para el día del mal
Pro 16:5 Yahveh abomina al de corazón altivo, de cierto no quedará impune.
Pro 16:6 Con amor y lealtad se expía la falta; con el temor de Yahveh se evita el mal.
Pro 16:7 Cuando Yahveh se complace en la conducta de un hombre. hasta a sus enemigos los reconcilia con él.
Pro 16:8 Más vale poco, con justicia, que mucha renta sin equidad.
Pro 16:9 El corazón del hombre medita su camino, pero es Yahveh quien asegura sus pasos
Pro 16:10 Oráculo en los labios del rey: en el juicio no comete falta su boca.
Pro 16:11 De Yahveh son la balanza y los platillos justos, todas las pesas del saco son obra suya.
Pro 16:12 Los reyes aborrecen las malas acciones, pues su trono en la justicia se afianza.
Pro 16:13 El favor del rey para los labios justos; y ama al que habla rectamente.
Pro 16:14 El furor del rey es mensajero de muerte; pero el hombre sabio lo apacigua.
Pro 16:15 Si el rostro del rey se ilumina, hay vida; su favor es como nube de lluvia tardía.
Pro 16:16 Adquirir sabiduría, cuánto mejor que el oro; adquirir inteligencia es preferible a la plata.
Pro 16:17 La calzada de los rectos es apartarse del mal; el que atiende a su camino, guarda su alma.
Pro 16:18 La arrogancia precede a la ruina; el espíritu altivo a la caída.
Pro 16:19 Mejor es ser humilde con los pobres que participar en el botín con los soberbios.
Pro 16:20 El que está atento a la palabra encontrará la dicha, el que confía en Yahveh será feliz.
Pro 16:21 Al de corazón sabio, se le llama inteligente, la dulzura de labios aumenta el saber.
Pro 16:22 La prudencia es fuente de vida para el que la tiene, el castigo de los necios es la necedad.
Pro 16:23 El corazón del sabio hace circunspecta su boca, y aumenta el saber de sus labios.
Pro 16:24 Palabras suaves, panal de miel: dulces al alma, saludables al cuerpo.
Pro 16:25 Hay caminos que parecen rectos, pero al cabo son caminos de muerte.
Pro 16:26 El ansia del trabajador para él trabaja, pues le empuja el hambre de su boca.
Pro 16:27 El hombre malvado trama el mal, tiene en los labios como un fuego ardiente.
Pro 16:28 El hombre perverso provoca querellas, el delator divide a los amigos.
Pro 16:29 El hombre violento seduce al vecino, y le hace ir por camino no bueno.
Pro 16:30 Quien cierra los ojos es para meditar maldades, el que se muerde los labios, ha consumado el mal.
Pro 16:31 Cabellos blancos son corona de honor; y en el camino de la justicia se la encuentra.
Pro 16:32 Más vale el hombre paciente que el héroe, el dueño de sí que el conquistador de ciudades.
Pro 16:33 Se echan las suertes en el seno, pero la decisión viene de Yahveh.

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Capítulo 17

17:1

MEJOR es un bocado seco, y en paz, Que la casa de contienda llena de víctimas.

17:2

El siervo prudente se enseñoreará del hijo que deshonra, Y entre los hermanos partirá la herencia.

17:3

El crisol para la plata, y la hornaza para el oro: Mas el Altísimo prueba los corazones.

17:4

El malo está atento al labio inicuo; Y el mentiroso escucha á la lengua detractora.

17:5

El que escarnece al pobre, afrenta á su Hacedor: Y el que se alegra en la calamidad, no quedará sin castigo.

17:6

Corona de los viejos son los hijos de los hijos; Y la honra de los hijos, sus padres.

17:7

No conviene al necio la altilocuencia: ¡Cuánto menos al príncipe el labio mentiroso!

17:8

Piedra preciosa es el cohecho en ojos de sus dueños: A donde quiera que se vuelve, da prosperidad.

17:9

El que cubre la prevaricación, busca amistad: Mas el que reitera la palabra, aparta al amigo.

17:10

Aprovecha la reprensión en el entendido, Más que si cien veces hiriese en el necio.

17:11

El rebelde no busca sino mal; Y mensajero cruel será contra él enviado.

17:12

Mejor es se encuentre un hombre con una osa á la cual han robado sus cachorros, Que con un fatuo en su necedad.

17:13

El que da mal por bien, No se apartará el mal de su casa.

17:14

El que comienza la pendencia es como quien suelta las aguas: Deja pues la porfía, antes que se enmarañe.

17:15

El que justifica al impío, y el que condena al justo, Ambos á dos son abominación á el Altísimo.

17:16

¿De qué sirve el precio en la mano del necio para comprar sabiduría, No teniendo entendimiento?

17:17

En todo tiempo ama el amigo; Y el hermano para la angustia es nacido.

17:18

El hombre falto de entendimiento toca la mano, Fiando á otro delante de su amigo.

17:19

La prevaricación ama el que ama pleito; Y el que alza su portada, quebrantamiento busca.

17:20

El perverso de corazón nunca hallará bien: Y el que revuelve con su lengua, caerá en mal.

17:21

El que engendra al necio, para su tristeza lo engendra: Y el padre del fatuo no se alegrará.

17:22

El corazón alegre produce buena disposición: Mas el espíritu triste seca los huesos.

17:23

El impío toma dádiva del seno Para pervertir las sendas del derecho.

17:24

En el rostro del entendido aparece la sabiduría: Mas los ojos del necio vagan hasta el cabo de la tierra.

17:25

El hijo necio es enojo á su padre, Y amargura á la que lo engendró.

17:26

Ciertamente no es bueno condenar al justo, Ni herir á los príncipes que hacen lo recto.

17:27

Detiene sus dichos el que tiene sabiduría: De prudente espíritu es el hombre entendido.

17:28

Aun el necio cuando calla, es contado por sabio: El que cierra sus labios es entendido.

Pro 17:1 Mejor es un mendrugo de pan a secas, pero con tranquilidad, que casa llena de sacrificios de discordia.
Pro 17:2 El siervo prudente prevalece sobre el hijo sin honra; tendrá, con los hermanos, parte en la herencia.
Pro 17:3 Crisol para la plata, horno para el oro; los corazones, Yahveh mismo los prueba.
Pro 17:4 El malo está atento a los labios inicuos, el mentiroso presta oído a la lengua perversa.
Pro 17:5 Quien se burla de un pobre, ultraja a su Hacedor, quien se ríe de la desgracia no quedará impune.
Pro 17:6 Corona de los ancianos son los hijos de los hijos; los padres son el honor de los hijos.
Pro 17:7 Al necio no le sienta un lenguaje pulido, y aún menos al noble un hablar engañoso.
Pro 17:8 El obsequio es un talismán, para el que puede hacerlo; dondequiera que vaya, tiene éxito.
Pro 17:9 El que cubre un delito, se gana una amistad el que propala cosas, divide a los amigos.
Pro 17:10 Más afecta un reproche a un hombre inteligente que cien golpes a un necio.
Pro 17:11 El malvado sólo busca rebeliones, pero le será enviado un cruel mensajero.
Pro 17:12 Mejor topar con osa privada de sus cachorros que con tonto en su necedad.
Pro 17:13 Si uno devuelve mal por bien no se alejará la desdicha de su casa.
Pro 17:14 Entablar proceso es dar curso libre a las aguas; interrúmpelo antes de que se extienda.
Pro 17:15 Justificar al malo y condenar al justo; ambas cosas abomina Yahveh.
Pro 17:16 ¿De qué sirve la riqueza en manos del necio? ¿Para adquirir sabiduría, siendo un insensato?
Pro 17:17 El amigo ama en toda ocasión, el hermano nace para tiempo de angustia.
Pro 17:18 Es hombre insensato el que choca la mano y sale fiador de su vecino.
Pro 17:19 El que ama el pecado, ama los golpes, el que es altanero, busca la ruina.
Pro 17:20 El de corazón pervertido, no hallará la dicha; el de lengua doble caerá en desgracia.
Pro 17:21 El que engendra un necio, es para su mal; no tendrá alegría el padre del insensato.
Pro 17:22 El corazón alegre mejora la salud; el espíritu abatido seca los huesos.
Pro 17:23 El malo acepta regalos en su seno, para torcer las sendas del derecho.
Pro 17:24 Ante el hombre inteligente está la sabiduría, los ojos del necio en los confines de la tierra.
Pro 17:25 Hijo necio, tristeza de su padre, y amargura de la que lo engendró.
Pro 17:26 No es bueno poner multa al justo, golpear a los nobles es contra derecho.
Pro 17:27 El que retiene sus palabras es conocedor de la ciencia, el de sangre fría es hombre inteligente.
Pro 17:28 Hasta al necio, si calla, se le tiene por sabio, por inteligente, si cierra los labios.

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Capítulo 18

18:1

SEGÚN su antojo busca el que se desvía, Y se entremete en todo negocio.

18:2

No toma placer el necio en la inteligencia, Sino en lo que su corazón se descubre.

18:3

Cuando viene el impío, viene también el menosprecio, Y con el deshonrador la afrenta.

18:4

Aguas profundas son las palabras de la boca del hombre; Y arroyo revertiente, la fuente de la sabiduría.

18:5

Tener respeto á la persona del impío, Para hacer caer al justo de su derecho, no es bueno.

18:6

Los labios del necio vienen con pleito; Y su boca á cuestiones llama.

18:7

La boca del necio es quebrantamiento para sí, Y sus labios son lazos para su alma.

18:8

Las palabras del chismoso parecen blandas, Y descienden hasta lo íntimo del vientre.

18:9

También el que es negligente en su obra Es hermano del hombre disipador.

18:10

Torre fuerte es el nombre de el Altísimo: A él correrá el justo, y será levantado.

18:11

Las riquezas del rico son la ciudad de su fortaleza, Y como un muro alto en su imaginación.

18:12

Antes del quebrantamiento se eleva el corazón del hombre, Y antes de la honra es el abatimiento.

18:13

El que responde palabra antes de oir, Le es fatuidad y oprobio.

18:14

El ánimo del hombre soportará su enfermedad: Mas ¿quién soportará al ánimo angustiado?

18:15

El corazón del entendido adquiere sabiduría; Y el oído de los sabios busca la ciencia.

18:16

El presente del hombre le ensancha el camino, Y le lleva delante de los grandes.

18:17

El primero en su propia causa parece justo; Y su adversario viene, y le sondea.

18:18

La suerte pone fin á los pleitos, Y desparte los fuertes.

18:19

El hermano ofendido es más tenaz que una ciudad fuerte: Y las contiendas de los hermanos son como cerrojos de alcázar.

18:20

Del fruto de la boca del hombre se hartará su vientre; Hartaráse del producto de sus labios.

18:21

La muerte y la vida están en poder de la lengua; Y el que la ama comerá de sus frutos.

18:22

El que halló esposa halló el bien, Y alcanzó la benevolencia de el Altísimo.

18:23

El pobre habla con ruegos; Mas el rico responde durezas.

18:24

El hombre que tiene amigos, ha de mostrarse amigo: Y amigo hay más conjunto que el hermano.

Pro 18:1 El que vive apartado, busca su capricho, se enfada por cualquier consejo.
Pro 18:2 El necio no halla gusto en la prudencia, sino en manifestar su corazón.
Pro 18:3 Cuando llega la maldad, también llega el desprecio; y con la afrenta viene la ignominia.
Pro 18:4 Las palabras en la boca del hombre son aguas profundas: torrente desbordado, fuente de sabiduría.
Pro 18:5 No es bueno tener miramientos con el malo, para quitar, en el juicio, la razón al justo.
Pro 18:6 Los labios del necio se meten en el proceso, y su boca llama a los golpes.
Pro 18:7 La boca del necio es su ruina, y sus labios una trampa para su vida.
Pro 18:8 Las palabras del delator son golosinas, que bajan hasta el fondo de las entrañas.
Pro 18:9 El que es perezoso en el trabajo, es hermano del que destruye.
Pro 18:10 El nombre de Yahveh es torre fuerte, a ella corre el justo y no es alcanzado.
Pro 18:11 La fortuna del rico es su plaza fuerte; como muralla inexpugnable, en su opinión.
Pro 18:12 El corazón humano se engríe antes de la ruina, y delante de la gloria va la humildad.
Pro 18:13 Si uno responde antes de escuchar eso es para él necedad y confusión.
Pro 18:14 El ánimo del hombre lo sostiene en su enfermedad; pero perdido el ánimo, ¿quién lo levantará?
Pro 18:15 Corazón inteligente adquiere ciencia, el oído de los sabios busca la ciencia.
Pro 18:16 El regalo de un hombre todo se lo allana, y le lleva hasta la presencia de los grandes.
Pro 18:17 Parece justo el primero que pleitea; mas llega su contendiente y lo pone al descubierto.
Pro 18:18 Las suertes ponen fin a los litigios y deciden entre los poderosos.
Pro 18:19 Un hermano ofendido es peor que una plaza fuerte, y las querellas son como cerrojos de ciudadela.
Pro 18:20 Con el fruto de la boca sacia el hombre su vientre, con los frutos de sus labios se sacia.
Pro 18:21 Muerte y vida están en poder de la lengua, el que la ama comerá su fruto.
Pro 18:22 Quien halló mujer, halló cosa buena, y alcanzó favor de Yahveh.
Pro 18:23 El pobre habla suplicando, pero el rico responde con dureza.
Pro 18:24 Hay amigos que causan la ruina, y hay quien ama con más apego que un hermano.

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Capítulo 19

19:1

MEJOR es el pobre que camina en su sencillez, Que el de perversos labios y fatuo.

19:2

El alma sin ciencia no es buena; Y el presuroso de pies peca.

19:3

La insensatez del hombre tuerce su camino; Y contra el Altísimo se aira su corazón.

19:4

Las riquezas allegan muchos amigos: Mas el pobre, de su amigo es apartado.

19:5

El testigo falso no quedará sin castigo; Y el que habla mentiras no escapará.

19:6

Muchos rogarán al príncipe: Mas cada uno es amigo del hombre que da.

19:7

Todos los hermanos del pobre le aborrecen: ¡Cuánto más sus amigos se alejarán de él! Buscará la palabra y no la hallará.

19:8

El que posee entendimiento, ama su alma: El que guarda la inteligencia, hallará el bien.

19:9

El testigo falso no quedará sin castigo; Y el que habla mentiras, perecerá.

19:10

No conviene al necio el deleite: ¡Cuánto menos al siervo ser señor de los príncipes!

19:11

La cordura del hombre detiene su furor; Y su honra es disimular la ofensa.

19:12

Como el bramido del cachorro de león es la ira del rey; Y su favor como el rocío sobre la hierba.

19:13

Dolor es para su padre el hijo necio; Y gotera continua las contiendas de la mujer.

19:14

La casa y las riquezas herencia son de los padres: Mas de el Altísimo la mujer prudente.

19:15

La pereza hace caer en sueño; Y el alma negligente hambreará.

19:16

El que guarda el mandamiento, guarda su alma: Mas el que menospreciare sus caminos, morirá.

19:17

A el Altísimo empresta el que da al pobre, Y él le dará su paga.

19:18

Castiga á tu hijo en tanto que hay esperanza; Mas no se excite tu alma para destruirlo.

19:19

El de grande ira llevará la pena: Y si usa de violencias, añadirá nuevos males.

19:20

Escucha el consejo, y recibe la corrección, Para que seas sabio en tu vejez.

19:21

Muchos pensamientos hay en el corazón del hombre; Mas el consejo de el Altísimo permanecerá.

19:22

Contentamiento es á los hombres hacer misericordia: Pero mejor es el pobre que el mentiroso.

19:23

El temor de el Altísimo es para vida; Y con él vivirá el hombre, lleno de reposo; No será visitado de mal.

19:24

El perezoso esconde su mano en el seno: Aun á su boca no la llevará.

19:25

Hiere al escarnecedor, y el simple se hará avisado; Y corrigiendo al entendido, entenderá ciencia.

19:26

El que roba á su padre y ahuyenta á su madre, Hijo es avergonzador y deshonrador.

19:27

Cesa, hijo mío, de oir la enseñanza Que induce á divagar de las razones de sabiduría.

19:28

El testigo perverso se burlará del juicio; Y la boca de los impíos encubrirá la iniquidad.

19:29

Aparejados están juicios para los escarnecedores, Y azotes para los cuerpos de los insensatos.

Pro 19:1 Mejor es el pobre que camina en su integridad que el de labios perversos y además necio.
Pro 19:2 Tampoco es bueno el afán cuando falta la ciencia, el de pies precipitados se extravía.
Pro 19:3 La necedad del hombre pervierte su camino, y luego en su corazón se irrita contra Yahveh.
Pro 19:4 La riqueza multiplica los amigos, pero el pobre de su amigo es separado.
Pro 19:5 El testigo falso no quedará impune, el que profiere mentiras no escapará.
Pro 19:6 Son numerosos los que halagan al noble, todos son amigos del hombre que da.
Pro 19:7 Los hermanos del pobre le odian todos, ¡cuánto más se alejarán de él los amigos! Persigue palabras, pero no hay.
Pro 19:8 El que adquiere cordura se ama a sí mismo, el que sigue la prudencia, hallará la dicha.
Pro 19:9 El testigo falso no quedará impune, el que profiere mentiras perecerá.
Pro 19:10 No sienta bien al necio vivir en delicias, y menos al siervo dominar a los príncipes.
Pro 19:11 La prudencia del hombre domina su ira, y su gloria es dejar pasar una ofensa.
Pro 19:12 Como rugido de león la indignación del rey, su favor, como rocío sobre la hierba.
Pro 19:13 El hijo necio, calamidad para su padre, goteo sin fin las querellas de mujer.
Pro 19:14 Casa y fortuna se heredan de los padres, mujer prudente viene de Yahveh.
Pro 19:15 La pereza hunde en el sopor, el alma indolente pasará hambre.
Pro 19:16 Quien guarda los mandatos se guarda a sí mismo, quien desprecia sus caminos morirá.
Pro 19:17 Quien se apiada del débil, presta a Yahveh, el cual le dará su recompensa.
Pro 19:18 Mientras hay esperanza corrige a tu hijo, pero no te excites hasta hacerle morir.
Pro 19:19 El iracundo carga con la multa; pues si le perdonas, se la tendrás que aumentar.
Pro 19:20 Escucha el consejo, acoge la corrección, para llegar, por fin, a ser sabio.
Pro 19:21 Muchos proyectos en el corazón del hombre, pero sólo el plan de Yahveh se realiza.
Pro 19:22 Lo que se desea en un hombre es la bondad, más vale un pobre que un mentiroso.
Pro 19:23 El temor de Yahveh es para vida, vive satisfecho sin ser visitado por el mal.
Pro 19:24 El perezoso hunde la mano en el plato, y no es capaz ni de llevarla a la boca.
Pro 19:25 Golpea al arrogante y el simple se volverá sensato; reprende al inteligente y alcanzará el saber.
Pro 19:26 El que despoja a su padre y expulsa a su madre, es hijo infamante y desvergonzado.
Pro 19:27 Deja ya, hijo, de escuchar la instrucción, y de apartarte de las palabras de la ciencia.
Pro 19:28 El testigo malvado se burla del derecho; la boca de los malos devora iniquidad.
Pro 19:29 Los castigos están hechos para los arrogantes; y los golpes para la espalda de los necios.

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Capítulo 20

20:1

EL vino es escarnecedor, la cerveza alborotadora; Y cualquiera que por ello errare, no será sabio.

20:2

Como bramido de cachorro de león es el terror del rey: El que lo hace enfurecerse, peca contra su alma.

20:3

Honra es del hombre dejarse de contienda: Mas todo insensato se envolverá en ella.

20:4

El perezoso no ara á causa del invierno; Pedirá pues en la siega, y no hallará.

20:5

Como aguas profundas es el consejo en el corazón del hombre: Mas el hombre entendido lo alcanzará.

20:6

Muchos hombres publican cada uno su liberalidad: Mas hombre de verdad, ¿quién lo hallará?

20:7

El justo que camina en su integridad, Bienaventurados serán sus hijos después de él.

20:8

El rey que se sienta en el trono de juicio, Con su mirar disipa todo mal.

20:9

¿Quién podrá decir: Yo he limpiado mi corazón, Limpio estoy de mi pecado?

20:10

Doble pesa y doble medida, Abominación son á el Altísimo ambas cosas.

20:11

Aun el muchacho es conocido por sus hechos, Si su obra fuere limpia y recta.

20:12

El oído que oye, y el ojo que ve, Ambas cosas ha igualmente hecho el Altísimo.

20:13

No ames el sueño, porque no te empobrezcas; Abre tus ojos, y te hartarás de pan.

20:14

El que compra dice: Malo es, malo es: Mas en apartándose, se alaba.

20:15

Hay oro y multitud de piedras preciosas: Mas los labios sabios son vaso precioso.

20:16

Quítale su ropa al que salió por fiador del extraño; Y tómale prenda al que fía la extraña.

20:17

Sabroso es al hombre el pan de mentira; Mas después su boca será llena de cascajo.

20:18

Los pensamientos con el consejo se ordenan: Y con industria se hace la guerra.

20:19

El que descubre el secreto, en chismes anda: No te entrometas, pues, con el que lisonjea con sus labios.

20:20

El que maldice á su padre ó á su madre, Su lámpara será apagada en oscuridad tenebrosa.

20:21

La herencia adquirida de priesa al principio, Aun su postrimería no será bendita.

20:22

No digas, yo me vengaré; Espera á el Altísimo, y él te salvará.

20:23

Abominación son á el Altísimo las pesas dobles; Y el peso falso no es bueno.

20:24

De el Altísimo son los pasos del hombre: ¿Cómo pues entenderá el hombre su camino?

20:25

Lazo es al hombre el devorar lo santo, Y andar pesquisando después de los votos.

20:26

El rey sabio esparce los impíos. Y sobre ellos hace tornar la rueda.

20:27

Candela de el Altísimo es el alma del hombre, Que escudriña lo secreto del vientre.

20:28

Misericordia y verdad guardan al rey; Y con clemencia sustenta su trono.

20:29

La gloria de los jóvenes es su fortaleza, Y la hermosura de los viejos la vejez.

20:30

Las señales de las heridas son medicina para lo malo: Y las llagas llegan á lo más secreto del vientre.

Pro 20:1 Arrogante es el vino, tumultuosa la bebida; quien en ellas se pierde, no llegará a sabio.
Pro 20:2 Como rugido de león la indignación del rey, el que la excita, se daña a sí mismo.
Pro 20:3 Es gloria para el hombre apartarse de litigios, pero todo necio se sale de sí.
Pro 20:4 A partir del otoño, el perezoso no trabaja, en la cosecha busca, pero no hay nada.
Pro 20:5 El consejo en el corazón del hombre es agua profunda, el hombre inteligente sabrá sacarla.
Pro 20:6 Muchos hombres se dicen piadosos; pero un hombre fiel, ¿quién lo encontrará?
Pro 20:7 El justo camina en la integridad; ¡dichosos sus hijos después de él!
Pro 20:8 Un rey sentado en el tribunal disipa con sus ojos todo mal.
Pro 20:9 ¿Quién puede decir: «Purifiqué mi corazón, estoy limpio de mi pecado?»
Pro 20:10 Dos pesos y dos medidas, ambas cosas aborrece Yahveh.
Pro 20:11 Incluso en sus acciones da el muchacho a conocer si sus obras serán puras y rectas.
Pro 20:12 El oído que oye y el ojo que ve; ambas cosas las hizo Yahveh.
Pro 20:13 No ames el sueño, para no hacerte pobre; ten abiertos los ojos y te hartarás de pan.
Pro 20:14 «¡Malo, malo!» dice el comprador, pero al marchar se felicita.
Pro 20:15 Hay oro y numerosas perlas, pero los labios instruidos son la cosa más preciosa.
Pro 20:16 Tómale su vestido, pues salió fiador de otro; tómale prenda por los extraños.
Pro 20:17 El pan de fraude le es dulce al hombre, pero luego la boca se llena de grava.
Pro 20:18 Los proyectos con el consejo se afianzan: haz con táctica la guerra.
Pro 20:19 El que anda murmurando descubre secretos; no andes con quien tiene la lengua suelta.
Pro 20:20 Al que maldice a su padre y a su madre, se le extinguirá su lámpara en medio de tinieblas.
Pro 20:21 Herencia adquirida al principio con presteza, no será a la postre bendecida.
Pro 20:22 No digas: «Voy a devolver el mal»; confía en Yahveh, que te salvará.
Pro 20:23 Tener dos pesas lo abomina Yahveh; tener balanzas falsas no está bien.
Pro 20:24 De Yahveh dependen los pasos del hombre: ¿cómo puede el hombre comprender su camino?
Pro 20:25 Lazo es para el hombre pronunciar a la ligera: «¡Sagrado!» y después de haber hecho el voto reflexionar.
Pro 20:26 Un rey sabio aventa a los malos y hace pasar su rueda sobre ellos.
Pro 20:27 Lámpara de Yahveh es el hálito del hombre que explora hasta el fondo de su ser.
Pro 20:28 Bondad y lealtad custodian al rey, fundamenta su trono en la bondad.
Pro 20:29 El vigor es la belleza de los jóvenes, las canas el ornato de los viejos.
Pro 20:30 Las cicatrices de las heridas son remedio contra el mal, los golpes curan hasta el fondo de las entrañas.

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Capítulo 21

21:1

COMO los repartimientos de las aguas, así está el corazón del rey en la mano de el Altísimo: A todo lo que quiere lo inclina.

21:2

Todo camino del hombre es recto en su opinión: Mas el Altísimo pesa los corazones.

21:3

Hacer justicia y juicio es á el Altísimo Más agradable que sacrificio.

21:4

Altivez de ojos, y orgullo de corazón, Y el brillo de los impíos, son pecado.

21:5

Los pensamientos del solícito ciertamente van á abundancia; Mas todo presuroso, indefectiblemente á pobreza.

21:6

Allegar tesoros con lengua de mentira, Es vanidad desatentada de aquellos que buscan la muerte.

21:7

La rapiña de los impíos los destruirá; Por cuanto no quisieron hacer juicio.

21:8

El camino del hombre perverso es torcido y extraño: Mas la obra del limpio es recta.

21:9

Mejor es vivir en un rincón de zaquizamí. Que con la mujer rencillosa en espaciosa casa.

21:10

El alma del impío desea mal: Su prójimo no le parece bien.

21:11

Cuando el escarnecedor es castigado, el simple se hace sabio; Y cuando se amonestare al sabio, aprenderá ciencia.

21:12

Considera el justo la casa del impío: Cómo los impíos son trastornados por el mal.

21:13

El que cierra su oído al clamor del pobre, También él clamará, y no será oído.

21:14

El presente en secreto amansa el furor, Y el don en el seno, la fuerte ira.

21:15

Alegría es al justo hacer juicio; Mas quebrantamiento á los que hacen iniquidad.

21:16

El hombre que se extravía del camino de la sabiduría, Vendrá á parar en la compañía de los muertos.

21:17

Hombre necesitado será el que ama el deleite: Y el que ama el vino y ungüentos no enriquecerá.

21:18

El rescate del justo es el impío, Y por los rectos el prevaricador.

21:19

Mejor es morar en tierra del desierto, Que con la mujer rencillosa é iracunda.

21:20

Tesoro codiciable y pingüe hay en la casa del sabio; Mas el hombre insensato lo disipará.

21:21

El que sigue la justicia y la misericordia, Hallará la vida, la justicia, y la honra.

21:22

La ciudad de los fuertes tomó el sabio, Y derribó la fuerza en que ella confiaba.

21:23

El que guarda su boca y su lengua, Su alma guarda de angustias.

21:24

Soberbio y presuntuoso escarnecedor es el nombre Del que obra con orgullosa saña.

21:25

El deseo del perezoso le mata, Porque sus manos no quieren trabajar.

21:26

Hay quien todo el día codicia: Mas el justo da, y no desperdicia.

21:27

El sacrificio de los impíos es abominación: ¡Cuánto más ofreciéndolo con maldad!

21:28

El testigo mentiroso perecerá: Mas el hombre que oye, permanecerá en su dicho.

21:29

El hombre impío afirma rostro: Mas el recto ordena sus caminos.

21:30

No hay sabiduría, ni inteligencia, Ni consejo, contra el Altísimo.

21:31

El caballo se apareja para el día de la batalla: Mas de el Altísimo es el salvar.

Pro 21:1 Corriente de agua es el corazón del rey en la mano de Yahveh, que él dirige donde quiere.
Pro 21:2 Al hombre le parecen rectos todos sus caminos, pero es Yahveh quien pesa los corazones.
Pro 21:3 Practicar la justicia y la equidad, es mejor ante Yahveh que el sacrificio.
Pro 21:4 Ojos altivos, corazón arrogante, antorcha de malvados, es pecado.
Pro 21:5 Los proyectos del diligente, todo son ganancia; para el que se precipita, todo es indigencia.
Pro 21:6 Hacer tesoros con lengua engañosa, es vanidad fugitiva de quienes buscan la muerte.
Pro 21:7 La violencia de los malos los domina, porque se niegan a practicar la equidad.
Pro 21:8 Tortuoso es el camino del hombre criminal, pero el puro es recto en sus obras.
Pro 21:9 Mejor es vivir en la esquina del terrado, que casa en común con mujer litigiosa.
Pro 21:10 El alma del malvado desea el mal, su vecino no halla gracia a sus ojos.
Pro 21:11 Cuando se castiga al arrogante, el simple se hace sabio; cuando se instruye al sabio, adquiere ciencia.
Pro 21:12 El Justo observa la casa del malvado, y arroja a los malvados a la desgracia.
Pro 21:13 Quien cierra los oídos a las súplicas del débil clamará también él y no hallará respuesta.
Pro 21:14 Regalo a escondidas, aplaca la cólera, y obsequio oculto, la ira violenta.
Pro 21:15 Alegría para el justo es el cumplimiento de la justicia, pero horror para los que hacen el mal.
Pro 21:16 El hombre que se aparta del camino de la prudencia reposará en la asamblea de las sombras.
Pro 21:17 Se arruina el hombre que ama el placer, no será rico el aficionado a banquetes.
Pro 21:18 Rescate del justo es el malo, y en lugar de los rectos, el traidor.
Pro 21:19 Mejor es habitar en el desierto que con mujer litigiosa y triste.
Pro 21:20 Tesoro precioso y aceite en la casa del sabio, pero el hombre necio los devora.
Pro 21:21 Quien va tras la justicia y el amor hallará vida, justicia y honor.
Pro 21:22 El sabio escala la ciudad de los fuertes, y derriba la fortaleza en que confiaban.
Pro 21:23 El que guarda su boca y su lengua, guarda su alma de la angustia.
Pro 21:24 Al insolente y altivo se le llama: «arrogante»; actúa en el exceso de su insolencia.
Pro 21:25 El deseo del perezoso le lleva a la muerte, porque sus manos rehúsan el trabajo.
Pro 21:26 Todo el día está el malo codicioso; pero el justo da sin rehusar jamás.
Pro 21:27 El sacrificio de los malos es abominable, sobre todo si se ofrece con mala intención.
Pro 21:28 El testigo falso perecerá, el hombre que escucha, por siempre podrá hablar.
Pro 21:29 El hombre malo se muestra atrevido, el recto afianza su camino.
Pro 21:30 No hay sabiduría, ni hay prudencia ni hay consejo, delante de Yahveh.
Pro 21:31 Se prepara el caballo para el día del combate, pero la victoria es de Yahveh.

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Capítulo 22

22:1

DE más estima es la buena fama que las muchas riquezas; Y la buena gracia más que la plata y el oro.

22:2

El rico y el pobre se encontraron: A todos ellos hizo el Altísimo.

22:3

El avisado ve el mal, y escóndese: Mas los simples pasan, y reciben el daño.

22:4

Riquezas, y honra, y vida, Son la remuneración de la humildad y del temor de el Altísimo.

22:5

Espinas y lazos hay en el camino del perverso: El que guarda su alma se alejará de ellos.

22:6

Instruye al niño en su carrera: Aun cuando fuere viejo no se apartará de ella.

22:7

El rico se enseñoreará de los pobres; Y el que toma prestado, siervo es del que empresta.

22:8

El que sembrare iniquidad, iniquidad segará: Y consumiráse la vara de su ira.

22:9

El ojo misericordioso será bendito, Porque dió de su pan al indigente.

22:10

Echa fuera al escarnecedor, y saldrá la contienda, Y cesará el pleito y la afrenta.

22:11

El que ama la limpieza de corazón, Por la gracia de sus labios su amigo será el rey.

22:12

Los ojos de el Altísimo miran por la ciencia; Mas él trastorna las cosas de los prevaricadores.

22:13

Dice el perezoso: El león está fuera; En mitad de las calles seré muerto.

22:14

Sima profunda es la boca de las extrañas: Aquel contra el cual estuviere el Altísimo airado, caerá en ella.

22:15

La necedad está ligada en el corazón del muchacho; Mas la vara de la corrección la hará alejar de él.

22:16

El que oprime al pobre para aumentarse él, Y que da al rico, ciertamente será pobre.

22:17

Inclina tu oído, y oye las palabras de los sabios, Y pon tu corazón á mi sabiduría:

22:18

Porque es cosa deleitable, si las guardares en tus entrañas; Y que juntamente sean ordenadas en tus labios.

22:19

Para que tu confianza sea en el Altísimo, Te las he hecho saber hoy á ti también.

22:20

¿No te he escrito tres veces En consejos y ciencia,

22:21

Para hacerte saber la certidumbre de las razones verdaderas, Para que puedas responder razones de verdad á los que á ti enviaren?

22:22

No robes al pobre, porque es pobre, Ni quebrantes en la puerta al afligido:

22:23

Porque el Altísimo juzgará la causa de ellos, Y despojará el alma de aquellos que los despojaren.

22:24

No te entrometas con el iracundo, Ni te acompañes con el hombre de enojos;

22:25

Porque no aprendas sus maneras, Y tomes lazo para tu alma.

22:26

No estés entre los que tocan la mano, Entre los que fían por deudas.

22:27

Si no tuvieres para pagar, ¿Por qué han de quitar tu cama de debajo de ti?

22:28

No traspases el término antiguo Que pusieron tus padres.

22:29

¿Has visto hombre solícito en su obra? delante de los reyes estará; No estará delante de los de baja suerte.

Pro 22:1 Más vale buen nombre que muchas riquezas, y mejor es favor que plata y oro.
Pro 22:2 El rico y el pobre se encuentran, a los dos los hizo Yahveh.
Pro 22:3 El hombre precavido ve el mal y se esconde, los simples pasan y reciben castigo.
Pro 22:4 Premio de la humildad, el temor de Yahveh, la riqueza, el honor y la vida.
Pro 22:5 Espinas y lazos en la senda del malo, el que cuida de su vida, se aleja de ellos.
Pro 22:6 Instruye al joven según sus disposiciones, que luego, de viejo, no se apartará de ellas.
Pro 22:7 El rico domina a los pobres, el deudor es esclavo de su acreedor.
Pro 22:8 Quien siembra injusticia cosecha miserias y la vara de su cólera desaparecerá.
Pro 22:9 El de buena intención será bendito, porque da de su pan al débil.
Pro 22:10 Expulsa al arrogante y se irá el litigio, y pleitos e injurias cesarán.
Pro 22:11 El que ama los corazones puros, el de gracia en los labios, es amigo del rey.
Pro 22:12 Los ojos de Yahveh custodian la ciencia, pero confunden las palabras del pérfido.
Pro 22:13 El perezoso dice: «Hay fuera un león; voy a ser muerto en medio de la calle.»
Pro 22:14 Fosa profunda la boca de las mujeres ajenas: aquel contra el que Yahveh se aíra, caerá en ella.
Pro 22:15 La necedad está enraizada en el corazón del joven, la vara de la instrucción lo alejará de ella.
Pro 22:16 El que oprime a un débil, lo engrandece; el que da a un rico, llega a empobrecerlo.
Pro 22:17 Presta oído y escucha las palabras de los sabios, y aplica tu corazón a mi ciencia,
Pro 22:18 porque te será dulce guardarlas en tu seno, y tener todas a punto en tus labios.
Pro 22:19 Para que esté en Yahveh tu confianza también a ti hoy te enseñaré.
Pro 22:20 ¿No he escrito para ti treinta capítulos de consejos y ciencia,
Pro 22:21 para hacerte conocer la certeza de las palabras verdaderas, y puedas responder palabras verdaderas a quien te envíe?
Pro 22:22 No despojes al débil, porque es débil, y no aplastes al desdichado en la puerta,
Pro 22:23 porque Yahveh defenderá su causa y despojará de la vida a los despojadores.
Pro 22:24 No tomes por compañero a un hombre airado, ni vayas con un hombre violento,
Pro 22:25 no sea que aprendas sus senderos, y te encuentres con un lazo para tu vida.
Pro 22:26 No seas de los que chocan la mano, y salen fiadores de préstamos:
Pro 22:27 porque si no tienes con qué pagar, te tomarán el lecho en que te acuestas.
Pro 22:28 No desplaces el lindero antiguo que tus padres pusieron.
Pro 22:29 ¿Has visto un hombre hábil en su oficio? Se colocará al servicio de los reyes. No quedará al servicio de gentes oscuras.

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Capítulo 23

23:1

CUANDO te sentares á comer con algún señor, Considera bien lo que estuviere delante de ti;

23:2

Y pon cuchillo á tu garganta, Si tienes gran apetito.

23:3

No codicies sus manjares delicados, Porque es pan engañoso

23:4

No trabajes por ser rico; Pon coto á tu prudencia.

23:5

¿Has de poner tus ojos en las riquezas, siendo ningunas? Porque hacerse han alas, Como alas de águila, y volarán al cielo.

23:6

No comas pan de hombre de mal ojo, Ni codicies sus manjares:

23:7

Porque cual es su pensamiento en su alma, tal es él. Come y bebe, te dirá; Mas su corazón no está contigo.

23:8

Vomitarás la parte que tú comiste, Y perderás tus suaves palabras.

23:9

No hables á oídos del necio; Porque menospreciará la prudencia de tus razones.

23:10

No traspases el término antiguo, Ni entres en la heredad de los huérfanos:

23:11

Porque el defensor de ellos es el Fuerte, El cual juzgará la causa de ellos contra ti.

23:12

Aplica tu corazón á la enseñanza, Y tus oídos á las palabras de sabiduría.

23:13

No rehuses la corrección del muchacho: Porque si lo hirieres con vara, no morirá.

23:14

Tú lo herirás con vara, Y librarás su alma del infierno.

23:15

Hijo mío, si tu corazón fuere sabio, También á mí se me alegrará el corazón;

23:16

Mis entrañas también se alegrarán, Cuando tus labios hablaren cosas rectas.

23:17

No tenga tu corazón envidia de los pecadores, Antes persevera en el temor de el Altísimo todo tiempo:

23:18

Porque ciertamente hay fin, Y tu esperanza no será cortada.

23:19

Oye tú, hijo mío, y sé sabio, Y endereza tu corazón al camino.

23:20

No estés con los bebedores de vino, Ni con los comedores de carne:

23:21

Porque el bebedor y el comilón empobrecerán: Y el sueño hará vestir vestidos rotos.

23:22

Oye á tu padre, á aquel que te engendró; Y cuando tu madre envejeciere, no la menosprecies.

23:23

Compra la verdad, y no la vendas; La sabiduría, la enseñanza, y la inteligencia.

23:24

Mucho se alegrará el padre del justo: Y el que engendró sabio se gozará con él.

23:25

Alégrense tu padre y tu madre, Y gócese la que te engendró.

23:26

Dame, hijo mío, tu corazón, Y miren tus ojos por mis caminos.

23:27

Porque sima profunda es la ramera, Y pozo angosto la extraña.

23:28

También ella, como robador, acecha, Y multiplica entre los hombres los prevaricadores.

23:29

¿Para quién será el ay? ¿para quién el ay? ¿para quién las rencillas? ¿Para quién las quejas? ¿para quién las heridas en balde? ¿Para quién lo amoratado de los ojos?

23:30

Para los que se detienen mucho en el vino, Para los que van buscando la mistura.

23:31

No mires al vino cuando rojea, Cuando resplandece su color en el vaso: Entrase suavemente;

23:32

Mas al fin como serpiente morderá, Y como basilisco dará dolor:

23:33

Tus ojos mirarán las extrañas, Y tu corazón hablará perversidades.

23:34

Y serás como el que yace en medio de la mar, O como el que está en la punta de un mastelero.

23:35

Y dirás: Hiriéronme, mas no me dolió; Azotáronme, mas no lo sentí; Cuando despertare, aun lo tornaré á buscar.

Pro 23:1 Si te sientas a comer con poderoso, mira bien al que está frente a ti;
Pro 23:2 pon un cuchillo a tu garganta si eres hombre de apetito;
Pro 23:3 no desees sus manjares, porque es alimento engañoso.
Pro 23:4 No te fatigues por enriquecerte, deja de pensar en ello.
Pro 23:5 Pones tus ojos en ello y no hay nada. Porque se hace alas como águila, y se vuela hasta el cielo.
Pro 23:6 No comas pan con hombre de malas intenciones, ni desees sus manjares.
Pro 23:7 Porque, según lo que calcula en su interior, te dice: «¡Come y bebe!», pero su corazón no está contigo.
Pro 23:8 Nada más comer lo vomitarías y tus palabras amables serían tu ruina.
Pro 23:9 A oídos de necio no hables, porque se burlará de la prudencia de tus dichos.
Pro 23:10 No desplaces el lindero antiguo, no entres en el campo de los huérfanos,
Pro 23:11 porque su vengador es poderoso, y defendería su pleito contra ti.
Pro 23:12 Aplica tu corazón a la instrucción, y tus oídos a las palabras de la ciencia.
Pro 23:13 No ahorres corrección al niño, que no se va a morir porque le castigues con la vara.
Pro 23:14 Con la vara le castigarás y librarás su alma del seol.
Pro 23:15 Hijo mío, si tu corazón es sabio, se alegrará también mi corazón,
Pro 23:16 y exultarán mis riñones al decir tus labios cosas rectas.
Pro 23:17 No envidie tu corazón a los pecadores, más bien en el temor de Yahveh permanezca todo el día,
Pro 23:18 porque hay un mañana, y tu esperanza no será aniquilada.
Pro 23:19 Escucha, hijo, y serás sabio, y endereza tu corazón por el camino...
Pro 23:20 No seas de los que se emborrachan de vino, ni de los que se ahítan de carne,
Pro 23:21 porque borracho y glotón se empobrecen y el sopor se viste de harapos.
Pro 23:22 Escucha a tu padre, que él te engendró, y no desprecies a tu madre por ser vieja.
Pro 23:23 Adquiere la verdad y no la vendas: la sabiduría, la instrucción, la inteligencia.
Pro 23:24 El padre del justo rebosa de gozo, quien engendra un sabio por él se regocija.
Pro 23:25 Se alegrarán tu padre y tu madre, y gozará la que te ha engendrado.
Pro 23:26 Dame, hijo mío, tu corazón, y que tus ojos hallen deleite en mis caminos.
Pro 23:27 Fosa profunda es la prostituta, pozo angosto la mujer extraña.
Pro 23:28 También ella como ladrón pone emboscadas, y multiplica entre los hombres los traidores.
Pro 23:29 ¿Para quién las «Desgracias»? ¿para quién los «Ayes»? ¿para quién los litigios? ¿para quién los lloros? ¿para quién los golpes sin motivo? ¿para quién los ojos turbios?
Pro 23:30 Para los que se eternizan con el vino, los que van en busca de vinos mezclados.
Pro 23:31 No mires el vino: ¡Qué buen color tiene! ¡cómo brinca en la copa! ¡qué bien entra!
Pro 23:32 Pero, a la postre, como serpiente muerde, como víbora pica.
Pro 23:33 Tus ojos verán cosas extrañas, y tu corazón hablará sin ton ni son.
Pro 23:34 Estarás como acostado en el corazón del mar, o acostado en la punta de un mástil.
Pro 23:35 «Me han golpeado, pero no estoy enfermo; me han tundido a palos, pero no lo he sentido, ¿Cuándo me despertaré...?, me lo seguiré preguntando.»

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Capítulo 24

24:1

NO tengas envidia de los hombres malos, Ni desees estar con ellos:

24:2

Porque su corazón piensa en robar, E iniquidad hablan sus labios.

24:3

Con sabiduría se edificará la casa, Y con prudencia se afirmará;

24:4

Y con ciencia se henchirán las cámaras De todo bien preciado y agradable.

24:5

El hombre sabio es fuerte; Y de pujante vigor el hombre docto.

24:6

Porque con ingenio harás la guerra: Y la salud está en la multitud de consejeros.

24:7

Alta está para el insensato la sabiduría: En la puerta no abrirá él su boca.

24:8

Al que piensa mal hacer Le llamarán hombre de malos pensamientos.

24:9

El pensamiento del necio es pecado: Y abominación á los hombres el escarnecedor.

24:10

Si fueres flojo en el día de trabajo, Tu fuerza será reducida.

24:11

Si dejares de librar los que son tomados para la muerte, Y los que son llevados al degolladero;

24:12

Si dijeres: Ciertamente no lo supimos; ¿No lo entenderá el que pesa los corazones? El que mira por tu alma, él lo conocerá, Y dará al hombre según sus obras.

24:13

Come, hijo mío, de la miel, porque es buena, Y del panal dulce á tu paladar:

24:14

Tal será el conocimiento de la sabiduría á tu alma: Si la hallares tendrá recompensa, Y al fin tu esperanza no será cortada.

24:15

Oh impío, no aceches la tienda del justo, No saquees su cámara;

24:16

Porque siete veces cae el justo, y se torna á levantar; Mas los impíos caerán en el mal.

24:17

Cuando cayere tu enemigo, no te huelgues; Y cuando tropezare, no se alegre tu corazón:

24:18

Porque el Altísimo no lo mire, y le desagrade, Y aparte de sobre él su enojo.

24:19

No te entrometas con los malignos, Ni tengas envidia de los impíos;

24:20

Porque para el malo no habrá buen fin, Y la candela de los impíos será apagada.

24:21

Teme á el Altísimo, hijo mío, y al rey; No te entrometas con los veleidosos:

24:22

Porque su quebrantamiento se levantará de repente; Y el quebrantamiento de ambos, ¿quién lo comprende?

24:23

También estas cosas pertenecen á los sabios. Tener respeto á personas en el juicio no es bueno.

24:24

El que dijere al malo, Justo eres, Los pueblos lo maldecirán, y le detestarán las naciones:

24:25

Mas los que lo reprenden, serán agradables, Y sobre ellos vendrá bendición de bien.

24:26

Besados serán los labios Del que responde palabras rectas.

24:27

Apresta tu obra de afuera, Y disponla en tu heredad; Y después edificarás tu casa.

24:28

No seas sin causa testigo contra tu prójimo; Y no lisonjees con tus labios.

24:29

No digas: Como me hizo, así le haré; Daré el pago al hombre según su obra.

24:30

Pasé junto á la heredad del hombre perezoso, Y junto á la viña del hombre falto de entendimiento;

24:31

Y he aquí que por toda ella habían ya crecido espinas, Ortigas habían ya cubierto su haz, Y su cerca de piedra estaba ya destruída.

24:32

Y yo miré, y púse lo en mi corazón: Vi lo, y tomé consejo.

24:33

Un poco de sueño, cabeceando otro poco, Poniendo mano sobre mano otro poco para dormir;

24:34

Así vendrá como caminante tu necesidad, Y tu pobreza como hombre de escudo.

Pro 24:1 No tengas envidia de los malos, no desees estar con ellos,
Pro 24:2 porque su corazón trama violencias, y sus labios hablan de desgracias.
Pro 24:3 Con la sabiduría se construye una casa, y con la prudencia se afianza;
Pro 24:4 con la ciencia se llenan los cilleros de todo bien precioso y deseable.
Pro 24:5 El varón sabio está fuerte, el hombre de ciencia fortalece su vigor;
Pro 24:6 porque con sabios consejos harás la guerra, y en la abundancia de consejeros está el éxito.
Pro 24:7 Muy alta está la sabiduría para el necio: no abre su boca en la puerta.
Pro 24:8 Al que piensa en hacer mal, se le llama maestro en intrigas.
Pro 24:9 La necedad sólo maquina pecados, el arrogante es abominable a los hombres.
Pro 24:10 Si te dejas abatir el día de la angustia, angosta es tu fuerza.
Pro 24:11 Libra a los que son llevados a la muerte, y a los conducidos al suplicio ¡si los pudieras retener!
Pro 24:12 Si dices: «Mira que no lo sabíamos», ¿acaso el que pesa los corazones no comprende? ¿el que vigila tu alma, no lo sabe? El da a cada hombre según sus obras.
Pro 24:13 Come miel, hijo mío, porque es buena. Panal de miel es dulce a tu paladar.
Pro 24:14 Pues sábete que así será la sabiduría para tu alma, y si la hallas, hay un mañana, y tu esperanza no será aniquilada.
Pro 24:15 No pongas, malvado, asechanzas en la mansión del justo, no hagas violencia a su morada.
Pro 24:16 Que siete veces cae el justo, pero se levanta, mientras los malos se hunden en la desgracia.
Pro 24:17 No te alegres por la caída de tu enemigo, no se goce tu corazón cuando se hunde;
Pro 24:18 no sea que lo vea Yahveh y le desagrade, y aparte de él su ira.
Pro 24:19 No te enfurezcas por causa de los malvados, ni tengas envidia de los malos.
Pro 24:20 Porque para el malvado no hay un mañana: la lámpara de los malos se extinguirá.
Pro 24:21 Teme, hijo mío, a Yahveh y al rey, no te relaciones con los innovadores,
Pro 24:22 porque al instante surgirá su calamidad, y ¿quién sabe el castigo que pueden ambos dar?
Pro 24:23 También esto pertenece a los sabios: Hacer acepción de personas en el juicio no está bien.
Pro 24:24 Al que dice al malo: «Eres justo», le maldicen los pueblos y le detestan las naciones;
Pro 24:25 los que los castigan, viven felices, y viene sobre ellos la bendición del bien.
Pro 24:26 Besa en los labios, el que responde con franqueza.
Pro 24:27 Ordena tus trabajos de fuera y prepara tus faenas en el campo; y después puedes construirte tu casa.
Pro 24:28 No des testimonio, en vano, contra tu prójimo, ni engañes con tus labios.
Pro 24:29 No digas: «Como él me ha hecho a mí, le haré yo a él, daré a cada uno según sus obras.»
Pro 24:30 He pasado junto al campo de un perezoso, y junto a la viña de un hombre insensato,
Pro 24:31 y estaba todo invadido de ortigas, los cardos cubrían el suelo, la cerca de piedras estaba derruída.
Pro 24:32 Al verlo, medité en mi corazón, al contemplarlo aprendí la lección:
Pro 24:33 «Un poco dormir, otro poco dormitar, otro poco tumbarse con los brazos cruzados
Pro 24:34 y llegará, como vagabundo, tu miseria y como un mendigo tu pobreza.»

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Capítulo 25

25:1

TAMBIÉN estos son proverbios de Salomón, los cuales copiaron los varones de Ezechîas, rey de Judá.

25:2

Gloria de Dios es encubrir la palabra; Mas honra del rey es escudriñar la palabra.

25:3

Para la altura de los cielos, y para la profundidad de la tierra, Y para el corazón de los reyes, no hay investigación.

25:4

Quita las escorias de la plata, Y saldrá vaso al fundidor.

25:5

Aparta al impío de la presencia del rey, Y su trono se afirmará en justicia.

25:6

No te alabes delante del rey, Ni estés en el lugar de los grandes:

25:7

Porque mejor es que se te diga, Sube acá, Que no que seas humillado delante del príncipe Que miraron tus ojos.

25:8

No salgas á pleito presto, No sea que no sepas qué hacer al fin, Después que tu prójimo te haya dejado confuso.

25:9

Trata tu causa con tu compañero Y no descubras el secreto á otro.

25:10

No sea que te deshonre el que lo oyere, Y tu infamia no pueda repararse.

25:11

Manzana de oro con figuras de plata Es la palabra dicha como conviene.

25:12

Como zarcillo de oro y joyel de oro fino, Es el que reprende al sabio que tiene oído dócil.

25:13

Como frío de nieve en tiempo de la siega, Así es el mensajero fiel á los que lo envían: Pues al alma de su señor da refrigerio.

25:14

Como nubes y vientos sin lluvia, Así es el hombre que se jacta de vana liberalidad.

25:15

Con larga paciencia se aplaca el príncipe; Y la lengua blanda quebranta los huesos.

25:16

¿Hallaste la miel? come lo que te basta; No sea que te hartes de ella, y la vomites.

25:17

Detén tu pie de la casa de tu vecino, Porque harto de ti no te aborrezca.

25:18

Martillo y cuchillo y saeta aguda, Es el hombre que habla contra su prójimo falso testimonio.

25:19

Diente quebrado y pie resbalador, Es la confianza en el prevaricador en tiempo de angustia.

25:20

El que canta canciones al corazón afligido, Es como el que quita la ropa en tiempo de frío, ó el que sobre el jabón echa vinagre.

25:21

Si el que te aborrece tuviere hambre, dale de comer pan; Y si tuviere sed, dale de beber agua:

25:22

Porque ascuas allegas sobre su cabeza, Y el Altísimo te lo pagará.

25:23

El viento del norte ahuyenta la lluvia, Y el rostro airado la lengua detractora.

25:24

Mejor es estar en un rincón de casa, Que con la mujer rencillosa en espaciosa casa.

25:25

Como el agua fría al alma sedienta, Así son las buenas nuevas de lejanas tierras.

25:26

Como fuente turbia y manantial corrompido, Es el justo que cae delante del impío.

25:27

Comer mucha miel no es bueno: Ni el buscar la propia gloria es gloria.

25:28

Como ciudad derribada y sin muro, Es el hombre cuyo espíritu no tiene rienda.

Pro 25:1 También estos son proverbios de Salomón, transcritos por los hombres de Ezequías, rey de Judá.
Pro 25:2 Es gloria de Dios ocultar una cosa, y gloria de los reyes escrutarla.
Pro 25:3 Los cielos por su altura, la tierra por su profundidad, y el corazón de los reyes: son inescrutables.
Pro 25:4 Quita las escorias de la plata, y quedará enteramente pura;
Pro 25:5 quita al malo de delante del rey, y su trono se afianzará en la justicia.
Pro 25:6 No te des importancia ante el rey, no te coloques en el sitio de los grandes;
Pro 25:7 porque es mejor que te digan: «Sube acá», que ser humillado delante del príncipe. Lo que han visto tus ojos,
Pro 25:8 no te apresures a llevarlo a juicio; pues ¿qué harás a la postre cuando tu prójimo te confunda?
Pro 25:9 Defiende tu causa contra tu prójimo, pero no descubras los secretos de otro,
Pro 25:10 no sea que el que lo oye te avergüence, y que tu difamación no tenga vuelta.
Pro 25:11 Manzanas de oro con adornos de plata, es la palabra dicha a tiempo.
Pro 25:12 Anillo de oro, o collar de oro fino, la reprensión sabia en oído atento.
Pro 25:13 Como frescor de nieve el día de la siega el mensajero leal, para el que lo envía: conforta el ánimo de su señor.
Pro 25:14 Nubes y viento, pero no lluvia, el hombre que se jacta de que va a hacer un regalo, pero miente.
Pro 25:15 Con paciencia se persuade al juez, una lengua dulce quebranta los huesos.
Pro 25:16 ¿Has hallado miel?, come lo que necesites; no llegues a hartarte y la vomites.
Pro 25:17 Pon tu pie pocas veces en casa del vecino, no sea que se hastíe y te aborrezca.
Pro 25:18 Martillo, espada, flecha aguda: es el hombre que da testimonio falso contra su prójimo.
Pro 25:19 Diente roto, pie titubeante: la confianza en el pérfido, el día de la angustia,
Pro 25:20 como quitar el vestido en día helado. Poner vinagre sobre salitre, es cantar canciones a un corazón triste.
Pro 25:21 Si tu enemigo tiene hambre, dale de comer, si tiene sed, dale de beber;
Pro 25:22 así amontonas sobre su cabeza brasas y Yahveh te dará la recompensa.
Pro 25:23 El viento norte trae la lluvia, la lengua que disimula, rostros airados.
Pro 25:24 Mejor es vivir en la esquina del terrado, que casa en común con mujer litigiosa.
Pro 25:25 Agua fresca en fauces sedientas: la noticia buena de un país lejano.
Pro 25:26 Fuente hollada, manantial ensuciado, el justo que titubea ante el malo.
Pro 25:27 No es bueno comer mucha miel, ni buscar gloria y más gloria.
Pro 25:28 Ciudad abierta y sin muralla es el hombre que no domina su ánimo.

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Capítulo 26

26:1

COMO la nieve en el verano, y la lluvia en la siega, Así conviene al necio la honra.

26:2

Como el gorrión en su vagar, y como la golondrina en su vuelo, Así la maldición sin causa nunca vendrá.

26:3

El látigo para el caballo, y el cabestro para el asno, Y la vara para la espalda del necio.

26:4

Nunca respondas al necio en conformidad á su necedad, Para que no seas tú también como él.

26:5

Responde al necio según su necedad, Porque no se estime sabio en su opinión.

26:6

Como el que se corta los pies y bebe su daño, Así es el que envía algo por mano de un necio.

26:7

Alzar las piernas del cojo. Así es el proverbio en la boca del necio.

26:8

Como quien liga la piedra en la honda, Así hace el que al necio da honra.

26:9

Espinas hincadas en mano del embriagado, Tal es el proverbio en la boca de los necios.

26:10

El grande cría todas las cosas; y da la paga al insensato, Y la da á los transgresores.

26:11

Como perro que vuelve á su vómito, Así el necio que repite su necedad.

26:12

¿Has visto hombre sabio en su opinión? Más esperanza hay del necio que de él.

26:13

Dice el perezoso: El león está en el camino; El león está en las calles.

26:14

Las puertas se revuelven en sus quicios: Así el perezoso en su cama.

26:15

Esconde el perezoso su mano en el seno; Cánsase de tornarla á su boca.

26:16

A su ver es el perezoso más sabio Que siete que le den consejo.

26:17

El que pasando se deja llevar de la ira en pleito ajeno, Es como el que toma al perro por las orejas.

26:18

Como el que enloquece, y echa llamas Y saetas y muerte,

26:19

Tal es el hombre que daña á su amigo, Y dice: Ciertamente me chanceaba.

26:20

Sin leña se apaga el fuego: Y donde no hay chismoso, cesa la contienda.

26:21

El carbón para brasas, y la leña para el fuego: Y el hombre rencilloso para encender contienda.

26:22

Las palabras del chismoso parecen blandas; Mas ellas entran hasta lo secreto del vientre.

26:23

Como escoria de plata echada sobre el tiesto, Son los labios enardecidos y el corazón malo.

26:24

Otro parece en los labios al que aborrece; Mas en su interior pone engaño.

26:25

Cuando hablare amigablemente, no le creas; Porque siete abominaciones hay en su corazón.

26:26

Encúbrese el odio con disimulo; Mas su malicia será descubierta en la congregación.

26:27

El que cavare sima, caerá en ella: Y el que revuelva la piedra, á él volverá.

26:28

La falsa lengua atormenta al que aborrece: Y la boca lisonjera hace resbaladero.

Pro 26:1 Como nieve en verano y lluvia en la siega, así de mal le sienta la gloria al insensato.
Pro 26:2 Como se escapa el pájaro y vuela la golondrina, así no se realiza la maldición sin motivo.
Pro 26:3 Látigo para el caballo, brida para el asno y vara para la espalda de los necios.
Pro 26:4 No respondas al necio según su necedad, no sea que tú también te vuelvas como él.
Pro 26:5 Responde al necio según su necedad, no vaya a creerse que es un sabio.
Pro 26:6 Se corta los pies, se empapa de amargura, el que envía un recado en mano de necio.
Pro 26:7 Como las piernas vacilantes del cojo, es el proverbio en boca de los necios.
Pro 26:8 Como sujetar una piedra en la honda, es conceder honores a un necio.
Pro 26:9 Como espino que va a parar a mano de borracho, es el proverbio en boca de los necios.
Pro 26:10 Como arquero que a todos hiere, es el que toma a sueldo al necio y al borracho que pasan.
Pro 26:11 Como el perro vuelve a su vómito, vuelve el necio a su insensatez.
Pro 26:12 ¿Has visto a un hombre que se cree sabio? Más se puede esperar de un necio que de él.
Pro 26:13 Dice el perezoso: «¡Un león en el camino! ¡Un león en la plaza!»
Pro 26:14 La puerta gira en los goznes, y el perezoso en la cama.
Pro 26:15 El perezoso hunde la mano en el plato; pero le fatiga llevarla a la boca.
Pro 26:16 El perezoso se tiene por más sabio que siete personas que responden con tacto.
Pro 26:17 Agarra por las orejas a un perro que pasa el que se mete en litigio que no le incumbe.
Pro 26:18 Como un loco que arroja saetas escondidas, flechas y muerte,
Pro 26:19 tal es el hombre que engaña a su prójimo, y dice: «¿No ves que estaba bromeando?»
Pro 26:20 Cuando se acaba la leña, se apaga el fuego, cuando no hay chismoso, se apacigua la disputa.
Pro 26:21 Carbón sobre brasas y leña sobre fuego, es el pleiteador para atizar querellas.
Pro 26:22 Las palabras del delator son golosinas que bajan hasta el fondo de las entrañas.
Pro 26:23 Plata con escorias esmaltada sobre arcilla, son los labios dulces con corazón perverso.
Pro 26:24 El que odia, disimula con sus labios, pero en su interior comete perfidia;
Pro 26:25 si da a su voz un tono amable, no te fíes, porque hay siete abominaciones en su corazón.
Pro 26:26 Encubrirá su odio con engaño, pero en la asamblea se descubrirá su malicia.
Pro 26:27 El que excava una fosa caerá en ella, el que hace rodar una piedra se le vendrá encima.
Pro 26:28 La lengua mentirosa odia a sus víctimas, la boca melosa labra la ruina.

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Capítulo 27

27:1

NO te jactes del día de mañana; Porque no sabes qué dará de sí el día.

27:2

Alábete el extraño, y no tu boca; El ajeno, y no tus labios.

27:3

Pesada es la piedra, y la arena pesa; Mas la ira del necio es más pesada que ambas cosas.

27:4

Cruel es la ira, é impetuoso el furor; Mas ¿quién parará delante de la envidia?

27:5

Mejor es reprensión manifiesta Que amor oculto.

27:6

Fieles son las heridas del que ama; Pero importunos los besos del que aborrece.

27:7

El alma harta huella el panal de miel; Mas al alma hambrienta todo lo amargo es dulce.

27:8

Cual ave que se va de su nido, Tal es el hombre que se va de su lugar.

27:9

El ungüento y el perfume alegran el corazón: Y el amigo al hombre con el cordial consejo.

27:10

No dejes á tu amigo, ni al amigo de tu padre; Ni entres en casa de tu hermano el día de tu aflicción. Mejor es el vecino cerca que el hermano lejano.

27:11

Sé sabio, hijo mío, y alegra mi corazón, Y tendré qué responder al que me deshonrare.

27:12

El avisado ve el mal, y escóndese, Mas los simples pasan, y llevan el daño.

27:13

Quítale su ropa al que fió al extraño; Y al que fió á la extraña, tómale prenda.

27:14

El que bendice á su amigo en alta voz, madrugando de mañana, Por maldición se le contará.

27:15

Gotera continua en tiempo de lluvia, Y la mujer rencillosa, son semejantes:

27:16

El que pretende contenerla, arresta el viento: O el aceite en su mano derecha.

27:17

Hierro con hierro se aguza; Y el hombre aguza el rostro de su amigo.

27:18

El que guarda la higuera, comerá su fruto; Y el que guarda á su señor, será honrado.

27:19

Como un agua se parece á otra, Así el corazón del hombre al otro.

27:20

El sepulcro y la perdición nunca se hartan: Así los ojos del hombre nunca están satisfechos.

27:21

El crisol prueba la plata, y la hornaza el oro: Y al hombre la boca del que lo alaba.

27:22

Aunque majes al necio en un mortero entre granos de trigo á pisón majados, No se quitará de él su necedad.

27:23

Considera atentamente el aspecto de tus ovejas; Pon tu corazón á tus rebaños:

27:24

Porque las riquezas no son para siempre; ¿Y será la corona para perpetuas generaciones?

27:25

Saldrá la grama, aparecerá la hierba, Y segaránse las hierbas de los montes.

27:26

Los corderos para tus vestidos, Y los cabritos para el precio del campo:

27:27

Y abundancia de leche de las cabras para tu mantenimiento, y para mantenimiento de tu casa, Y para sustento de tus criadas.

Pro 27:1 No te regocijes por el día de mañana, porque no sabes lo que deparará el día de hoy.
Pro 27:2 Que otro te alabe y no tu propia boca; un extraño, que no tus labios.
Pro 27:3 Pesada es la piedra y pesada la arena, la ira del necio es más pesada que ellas.
Pro 27:4 El furor es cruel, agua desbordada la cólera; mas ¿quién resistirá ante la envidia?
Pro 27:5 Mejor es reprensión manifiesta que amor oculto.
Pro 27:6 Leales son las heridas del amigo, falsos los besos del enemigo.
Pro 27:7 Alma saciada pisotea la miel, al alma hambrienta, hasta lo amargo es dulce.
Pro 27:8 Como yerra el pájaro lejos de su nido, así yerra el hombre lejos de su lugar.
Pro 27:9 El aceite y el perfume alegran el corazón, la dulzura del amigo consuela el alma.
Pro 27:10 No abandones a tu amigo ni al amigo de tu padre; no entres en la casa de tu hermano el día de tu infortunio. Mejor es vecino próximo que hermano alejado.
Pro 27:11 Sé sabio, hijo mío, y alegra mi corazón; y podré responder al que me ultraja.
Pro 27:12 El hombre precavido ve el mal y se esconde, los simples pasan y reciben castigo.
Pro 27:13 Tómale su vestido, pues salió fiador de otro; tómale prenda por los extraños.
Pro 27:14 Al que ya de mañana a su prójimo bendice en alta voz, le será contado como una maldición.
Pro 27:15 Goteo incesante en día de lluvia y mujer chismosa, son iguales;
Pro 27:16 el que la retiene, retiene viento y aceite encuentra su derecha.
Pro 27:17 El hierro con hierro se aguza, y el hombre con su prójimo se afina.
Pro 27:18 El que vigila una higuera come de su fruto, el que guarda a su señor será honrado.
Pro 27:19 Como en el agua un rostro refleja otro rostro, así el corazón de un hombre refleja el de otro hombre.
Pro 27:20 Seol y Perdición son insaciables; tampoco se sacian los ojos del hombre.
Pro 27:21 Crisol para la plata, horno para el oro, el hombre vale según su reputación.
Pro 27:22 Aunque machaques al necio en el mortero, (entre el grano, con el pilón) no se apartará de él su necedad.
Pro 27:23 Conoce a fondo el estado de tu ganado, aplica tu corazón a tu rebaño;
Pro 27:24 porque no es eterna la riqueza, no se transmite una corona de edad en edad.
Pro 27:25 Cortada la hierba, aparecido el retoño, y apilado el heno de los montes,
Pro 27:26 ten corderos para poderte vestir, machos cabríos con que pagar un campo,
Pro 27:27 leche de cabras abundante para tu sustento, para alimentar a tu familia y mantener a tus criados.

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Capítulo 28

28:1

HUYE el impío sin que nadie lo persiga: Mas el justo está confiado como un leoncillo.

28:2

Por la rebelión de la tierra sus príncipes son muchos: Mas por el hombre entendido y sabio permanecerá sin mutación.

28:3

El hombre pobre y robador de los pobres, Es lluvia de avenida y sin pan.

28:4

Los que dejan la ley, alaban á los impíos: Mas los que la guardan, contenderán con ellos.

28:5

Los hombres malos no entienden el juicio: Mas los que buscan á el Altísimo, entienden todas las cosas.

28:6

Mejor es el pobre que camina en su integridad, Que el de perversos caminos, y rico.

28:7

El que guarda la ley es hijo prudente: Mas el que es compañero de glotones, avergüenza á su padre.

28:8

El que aumenta sus riquezas con usura y crecido interés, Para que se dé á los pobres lo allega.

28:9

El que aparta su oído para no oir la ley, Su oración también es abominable.

28:10

El que hace errar á los rectos por el mal camino, él caerá en su misma sima: Mas los perfectos heredarán el bien.

28:11

El hombre rico es sabio en su opinión: Mas el pobre entendido lo examinará.

28:12

Cuando los justos se alegran, grande es la gloria; Mas cuando los impíos son levantados, es buscado el hombre.

28:13

El que encubre sus pecados, no prosperará: Mas el que los confiesa y se aparta, alcanzará misericordia.

28:14

Bienaventurado el hombre que siempre está temeroso: Mas el que endurece su corazón, caerá en mal.

28:15

León rugiente y oso hambriento, Es el príncipe impío sobre el pueblo pobre.

28:16

El príncipe falto de entendimiento multiplicará los agravios: Mas el que aborrece la avaricia, prolongará sus días.

28:17

El hombre que hace violencia con sangre de persona, Huirá hasta el sepulcro, y nadie le detendrá.

28:18

El que en integridad camina, será salvo; Mas el de perversos caminos caerá en alguno.

28:19

El que labra su tierra, se hartará de pan: Mas el que sigue los ociosos, se hartará de pobreza.

28:20

El hombre de verdad tendrá muchas bendiciones: Mas el que se apresura á enriquecer, no será sin culpa.

28:21

Tener acepción de personas, no es bueno: Hasta por un bocado de pan prevaricará el hombre.

28:22

Apresúrase á ser rico el hombre de mal ojo; Y no conoce que le ha de venir pobreza.

28:23

El que reprende al hombre, hallará después mayor gracia Que el que lisonjea con la lengua.

28:24

El que roba á su padre ó á su madre, y dice que no es maldad, Compañero es del hombre destruidor.

28:25

El altivo de ánimo suscita contiendas: Mas el que en el Altísimo confía, medrará.

28:26

El que confía en su corazón es necio; Mas el que camina en sabiduría, será salvo.

28:27

El que da al pobre, no tendrá pobreza: Mas el que aparta sus ojos, tendrá muchas maldiciones.

28:28

Cuando los impíos son levantados, esconderáse el hombre: Mas cuando perecen, los justos se multiplican.

Pro 28:1 El malo huye sin que nadie le persiga, pero el justo como un león está seguro.
Pro 28:2 Cuando un país es rebelde, son muchos sus príncipes; con un hombre inteligente y sabio hay estabilidad.
Pro 28:3 Hombre malo que oprime a los débiles es como lluvia devastadora que deja sin pan.
Pro 28:4 Los que abandonan la ley alaban al malo, los que guardan la ley se irritan contra ellos.
Pro 28:5 Los hombres malos no entienden de equidad, los que buscan a Yahveh lo comprenden todo.
Pro 28:6 Mejor es el pobre que camina en su integridad que el de caminos tortuosos, por más que sea rico.
Pro 28:7 El que guarda la ley es un hijo inteligente, el que frecuenta orgías es la deshonra de su padre.
Pro 28:8 El que aumenta su riqueza por usura e interés, la amontona para el que se compadece de los pobres.
Pro 28:9 El que aparta su oído para no oír la ley, hasta su oración es abominable.
Pro 28:10 El que extravía a los rectos por el mal camino, en su propia fosa caerá. Los hombres sin tacha heredarán la dicha.
Pro 28:11 El hombre rico se cree sabio, pero el pobre inteligente, lo desenmascara.
Pro 28:12 Cuando se alegran los justos, es grande el regocijo, cuando se alzan los malos, todos se esconden.
Pro 28:13 Al que encubre sus faltas, no le saldrá bien; el que las confiesa y abandona, obtendrá piedad.
Pro 28:14 Dichoso el hombre que siempre está en temor; el que endurece su corazón caerá en el mal.
Pro 28:15 León rugiente, oso hambriento, es el malo que domina al pueblo débil.
Pro 28:16 Príncipe sin inteligencia multiplica la opresión, el que odia el lucro prolongará sus días.
Pro 28:17 El hombre culpable de una muerte huirá hasta la tumba; ¡que nadie le detenga!
Pro 28:18 El que anda sin tacha será salvo, el que va oscilante entre dos caminos, caerá en uno de ellos.
Pro 28:19 Quien cultiva su tierra se hartará de pan, quien va tras naderías, se hartará de pobreza.
Pro 28:20 El hombre leal será muy bendecido, quien se hace rico aprisa, no quedará impune.
Pro 28:21 No es bueno hacer acepción de personas, que por un bocado de pan el hombre prevarica.
Pro 28:22 El hombre de malas intenciones corre tras la riqueza, sin saber que lo que le viene es la indigencia.
Pro 28:23 El hombre que reprende halla al cabo más gracia que el de lengua aduladora.
Pro 28:24 El que roba a su padre y a su madre y dice: «No hay en ello falta», es compañero del hombre destructor.
Pro 28:25 El hombre ambicioso azuza querellas, el que confía en Yahveh prosperará.
Pro 28:26 El que confía en su corazón es un necio, el que anda con sabiduría se salvará.
Pro 28:27 El que da a los pobres no conocerá la indigencia, para el que se tapa los ojos abundante maldición.
Pro 28:28 Cuando se alzan los malos, todos se esconden, cuando perecen, los justos se multiplican.

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Capítulo 29

29:1

EL hombre que reprendido endurece la cerviz, De repente será quebrantado; ni habrá para él medicina.

29:2

Cuando los justos dominan, el pueblo se alegra: Mas cuando domina el impío, el pueblo gime.

29:3

El hombre que ama la sabiduría, alegra á su padre: Mas el que mantiene rameras, perderá la hacienda.

29:4

El rey con el juicio afirma la tierra: Mas el hombre de presentes la destruirá.

29:5

El hombre que lisonjea á su prójimo, Red tiende delante de sus pasos.

29:6

En la prevaricación del hombre malo hay lazo: Mas el justo cantará y se alegrará.

29:7

Conoce el justo la causa de los pobres: Mas el impío no entiende sabiduría.

29:8

Los hombres escarnecedores enlazan la ciudad: Mas los sabios apartan la ira.

29:9

Si el hombre sabio contendiere con el necio, Que se enoje ó que se ría, no tendrá reposo.

29:10

Los hombres sanguinarios aborrecen al perfecto: Mas los rectos buscan su contentamiento.

29:11

El necio da suelta á todo su espíritu; Mas el sabio al fin le sosiega.

29:12

Del señor que escucha la palabra mentirosa, Todos sus ministros son impíos.

29:13

El pobre y el usurero se encontraron: el Altísimo alumbra los ojos de ambos.

29:14

El rey que juzga con verdad á los pobres, Su trono será firme para siempre.

29:15

La vara y la corrección dan sabiduría: Mas el muchacho consentido avergonzará á su madre.

29:16

Cuando los impíos son muchos, mucha es la prevaricación; Mas los justos verán la ruina de ellos.

29:17

Corrige á tu hijo, y te dará descanso, Y dará deleite á tu alma.

29:18

Sin profecía el pueblo será disipado: Mas el que guarda la ley, bienaventurado él.

29:19

El siervo no se corregirá con palabras: Porque entiende, mas no corresponde.

29:20

¿Has visto hombre ligero en sus palabras? Más esperanza hay del necio que de él.

29:21

El que regala á su siervo desde su niñez, A la postre será su hijo:

29:22

El hombre iracundo levanta contiendas; Y el furioso muchas veces peca.

29:23

La soberbia del hombre le abate; Pero al humilde de espíritu sustenta la honra.

29:24

El aparcero del ladrón aborrece su vida; Oirá maldiciones, y no lo denunciará.

29:25

El temor del hombre pondrá lazo: Mas el que confía en el Altísimo será levantado.

29:26

Muchos buscan el favor del príncipe: Mas de el Altísimo viene el juicio de cada uno.

29:27

Abominación es á los justos el hombre inicuo; Y abominación es al impío el de rectos caminos.

Pro 29:1 El hombre que, reprendido, endurece la cerviz, será pronto deshecho y sin remedio.
Pro 29:2 Cuando los justos se multiplican, el pueblo se alegra, cuando dominan los malos, el pueblo gime.
Pro 29:3 El que ama la sabiduría, da alegría a su padre, el que anda con prostitutas, disipa su fortuna.
Pro 29:4 El rey, con la equidad, mantiene el país, el hombre exactor lo arruina.
Pro 29:5 El hombre que adula a su prójimo pone una red bajo sus pasos.
Pro 29:6 En el pecado del malo hay una trampa, pero el justo se regocija y alegra.
Pro 29:7 El justo conoce la causa de los débiles, el malo no tiene inteligencia para conocerla.
Pro 29:8 Los arrogantes turban la ciudad, los sabios alejan la cólera.
Pro 29:9 Cuando el sabio tiene un pleito con el necio, ya se exaspere o se ría, no logrará sosiego.
Pro 29:10 Los hombres sanguinarios odian al intachable, los rectos van en busca de su persona.
Pro 29:11 El necio da salida a toda su pasión; el sabio la reprime y apacigua.
Pro 29:12 Si un jefe hace caso de las palabras mentirosas, todos sus servidores serán malos.
Pro 29:13 El pobre y el opresor se encuentran, Yahveh da la luz a los ojos de ambos.
Pro 29:14 El rey que juzga con verdad a los débiles, asegura su trono para siempre.
Pro 29:15 Vara y reprensión dan sabiduría, muchacho dejado a sí mismo, avergüenza a su madre.
Pro 29:16 Cuando se multiplican los malos, se multiplican los delitos, pero los justos contemplarán su caída.
Pro 29:17 Corrige a tu hijo y te dejará tranquilo; y hará las delicias de tu alma.
Pro 29:18 Cuando no hay visiones, el pueblo se relaja, pero el que guarda la ley es dichoso.
Pro 29:19 No se corrige a un siervo con palabras, porque aunque las entienda, no las cumple.
Pro 29:20 ¿Has visto un hombre dispuesto siempre a hablar? más se puede esperar de un necio que de él.
Pro 29:21 Si se mima a un esclavo desde niño, al final será un ingrato.
Pro 29:22 El hombre violento provoca querellas, el hombre airado multiplica los delitos.
Pro 29:23 El orgullo del pobre lo humillará; el humilde de espíritu obtendrá honores.
Pro 29:24 El que reparte con ladrón se odia a sí mismo, oye la imprecación, pero no revela nada.
Pro 29:25 Temblar ante los hombres es un lazo; el que confía en Yahveh está seguro.
Pro 29:26 Son muchos los que buscan el favor del jefe, pero es Yahveh el que juzga a cada uno.
Pro 29:27 Abominación para los justos es el hombre inicuo abominación para el malo el de recto camino.

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Capítulo 30

30:1

PALABRAS de Agur, hijo de Jachê: La profecía que dijo el varón á Ithiel, á Ithiel y á Ucal.

30:2

Ciertamente más rudo soy yo que ninguno, Ni tengo entendimiento de hombre.

30:3

Yo ni aprendí sabiduría, Ni conozco la ciencia del Santo.

30:4

¿Quién subió al cielo, y descendió? ¿Quién encerró los vientos en sus puños? ¿Quién ató las aguas en un paño? ¿Quién afirmó todos los términos de la tierra? ¿Cuál es su nombre, y el nombre de su hijo, si sabes?

30:5

Toda palabra de Dios es limpia: Es escudo á los que en él esperan.

30:6

No añadas á sus palabras, porque no te reprenda, Y seas hallado mentiroso.

30:7

Dos cosas te he demandado; No me las niegues antes que muera.

30:8

Vanidad y palabra mentirosa aparta de mí. No me des pobreza ni riquezas; Manténme del pan que he menester;

30:9

No sea que me harte, y te niegue, y diga, ¿Quién es el Altísimo? O no sea que siendo pobre, hurte, Y blasfeme el nombre de mi Dios.

30:10

No acuses al siervo ante su señor, Porque no te maldiga, y peques.

30:11

Hay generación que maldice á su padre, Y á su madre no bendice.

30:12

Hay generación limpia en su opinión, Si bien no se ha limpiado su inmundicia.

30:13

Hay generación cuyos ojos son altivos, Y cuyos párpados son alzados.

30:14

Hay generación cuyos dientes son espadas, y sus muelas cuchillos, Para devorar á los pobres de la tierra, y de entre los hombres á los menesterosos.

30:15

La sanguijuela tiene dos hijas que se llaman, Trae, trae. Tres cosas hay que nunca se hartan; Aun la cuarta nunca dice, Basta:

30:16

El sepulcro, y la matriz estéril, La tierra no harta de aguas, Y el fuego que jamás dice, Basta.

30:17

El ojo que escarnece á su padre, Y menosprecia la enseñanza de la madre, Los cuervos lo saquen de la arroyada, Y tráguenlo los hijos del águila.

30:18

Tres cosas me son ocultas; Aun tampoco sé la cuarta:

30:19

El rastro del águila en el aire; El rastro de la culebra sobre la peña; El rastro de la nave en medio de la mar; Y el rastro del hombre en la moza.

30:20

Tal es el rastro de la mujer adúltera: Come, y limpia su boca, Y dice: No he hecho maldad.

30:21

Por tres cosas se alborota la tierra, Y la cuarta no puede sufrir:

30:22

Por el siervo cuando reinare; Y por el necio cuando se hartare de pan;

30:23

Por la aborrecida cuando se casare; Y por la sierva cuando heredare á su señora.

30:24

Cuatro cosas son de las más pequeñas de la tierra, Y las mismas son más sabias que los sabios:

30:25

Las hormigas, pueblo no fuerte, Y en el verano preparan su comida;

30:26

Los conejos, pueblo nada esforzado, Y ponen su casa en la piedra;

30:27

Las langostas, no tienen rey, Y salen todas acuadrilladas;

30:28

La araña, ase con las manos, Y está en palacios de rey.

30:29

Tres cosas hay de hermoso andar, Y la cuarta pasea muy bien:

30:30

El león, fuerte entre todos los animales, Que no torna atrás por nadie;

30:31

El lebrel ceñido de lomos; asimismo el macho cabrío; Y un rey contra el cual ninguno se levanta.

30:32

Si caiste, fué porque te enalteciste; Y si mal pensaste, Pon el dedo sobre la boca.

30:33

Ciertamente el que exprime la leche, sacará manteca; Y el que recio se suena las narices, sacará sangre: Y el que provoca la ira, causará contienda.

Pro 30:1 Palabras de Agur, hijo de Yaqué, de Massá. Oráculo de este hombre para Itiel, para Itiel y para Ukal.
Pro 30:2 ¡Soy el más estúpido de los hombres! No tengo inteligencia humana.
Pro 30:3 No he aprendido la sabiduría, ¿y voy a conocer la ciencia de los santos?
Pro 30:4 ¿Quién subió a los cielos y volvió a bajar? ¿quién ha recogido viento en sus palmas? ¿quién retuvo las aguas en su manto? ¿quién estableció los linderos de la tierra? ¿Cuál es su nombre y el nombre de su hijo, si es que lo sabes?
Pro 30:5 Probadas son todas las palabras de Dios; él es un escudo para cuantos a él se acogen.
Pro 30:6 No añadas nada a sus palabras, no sea que te reprenda y pases por mentiroso.
Pro 30:7 Dos cosas te pido. no me las rehúses antes de mi muerte:
Pro 30:8 Aleja de mí la mentira y la palabra engañosa; no me des pobreza ni riqueza, déjame gustar mi bocado de pan,
Pro 30:9 no sea que llegue a hartarme y reniegue, y diga: «¿Quién es Yahveh?». o no sea que, siendo pobre, me dé al robo, e injurie el nombre de mi Dios.
Pro 30:10 No calumnies a un siervo ante su amo no sea que te maldiga y tengas que pagar la pena.
Pro 30:11 Hay gente que maldice a su padre, y a su madre no bendice,
Pro 30:12 gente que se cree pura y no está limpia de su mancha,
Pro 30:13 ¡gente de qué altivos ojos, cuyos párpados se alzan!;
Pro 30:14 gente cuyos dientes son espadas, y sus mandíbulas cuchillos, para devorar a los desvalidos echándolos del país y a los pobres de entre los hombres.
Pro 30:15 La sanguijuela tiene dos hijas: «¡Daca, daca!» Hay tres cosas insaciables y cuatro que no dicen: «¡Basta!»
Pro 30:16 El seol, el seno estéril, la tierra que no se sacia de agua, y el fuego que no dice: «¡Basta!»
Pro 30:17 Al ojo que se ríe del padre y desprecia la obediencia de una madre, lo picotearán los cuervos del torrente, los aguiluchos lo devorarán.
Pro 30:18 Tres cosas hay que me desbordan y cuatro que no conozco:
Pro 30:19 el camino del águila en el cielo, el camino de la serpiente por la roca, el camino del navío en alta mar, el camino del hombre en la doncella.
Pro 30:20 Este es el camino de la mujer adúltera: come, se limpia la boca y dice: «¡No he hecho nada de malo ¡»
Pro 30:21 Por tres cosas tiembla la tierra y cuatro no puede soportar:
Pro 30:22 Por esclavo que llega a rey, por idiota que se ahíta de comer,
Pro 30:23 por mujer odiada que se casa, por esclava que hereda a su señora.
Pro 30:24 Hay cuatro seres los más pequeños de la tierra, pero que son más sabios que los sabios:
Pro 30:25 las hormigas - multitud sin fuerza - que preparan en verano su alimento;
Pro 30:26 los damanes - multitud sin poder -, que ponen sus casas en la roca;
Pro 30:27 las langostas, que sin tener rey, salen todas en orden;
Pro 30:28 el lagarto, al que se agarra con la mano y está en los palacios de los reyes.
Pro 30:29 Hay tres cosas de paso gallardo y cuatro de elegante marcha:
Pro 30:30 el león - fuerte entre los animales -, que ante nada retrocede,
Pro 30:31 el esbelto gallo o el macho cabrío, y el rey que arenga a su pueblo.
Pro 30:32 Si hiciste el necio, envalentonándote, y has reflexionado, pon mano en boca,
Pro 30:33 pues apretando la leche se saca mantequilla apretando la nariz se saca sangre y apretando la ira, se saca querella.

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Capítulo 31

31:1

PALABRAS del rey Lemuel; la profecía con que le enseñó su madre.

31:2

¿Qué, hijo mío? ¿y qué, hijo de mi vientre? ¿Y qué, hijo de mis deseos?

31:3

No des á las mujeres tu fuerza, Ni tus caminos á lo que es para destruir los reyes.

31:4

No es de los reyes, oh Lemuel, no es de los reyes beber vino, Ni de los príncipes la cerveza.

31:5

No sea que bebiendo olviden la ley, Y perviertan el derecho de todos los hijos afligidos.

31:6

Dad la cerveza al desfallecido, Y el vino á los de amargo ánimo:

31:7

Beban, y olvídense de su necesidad, Y de su miseria no más se acuerden.

31:8

Abre tu boca por el mudo, En el juicio de todos los hijos de muerte.

31:9

Abre tu boca, juzga justicia, Y el derecho del pobre y del menesteroso.

31:10

Mujer fuerte, ¿quién la hallará? Porque su estima sobrepuja largamente á la de piedras preciosas.

31:11

El corazón de su marido está en ella confiado, Y no tendrá necesidad de despojo.

31:12

Darále ella bien y no mal, Todos los días de su vida.

31:13

Buscó lana y lino, Y con voluntad labró de sus manos.

31:14

Fué como navío de mercader: Trae su pan de lejos.

31:15

Levantóse aun de noche, Y dió comida á su familia, Y ración á sus criadas.

31:16

Consideró la heredad, y compróla; Y plantó viña del fruto de sus manos.

31:17

Ciñó sus lomos de fortaleza, Y esforzó sus brazos.

31:18

Gustó que era buena su granjería: Su candela no se apagó de noche.

31:19

Aplicó sus manos al huso, Y sus manos tomaron la rueca.

31:20

Alargó su mano al pobre, Y extendió sus manos al menesteroso.

31:21

No tendrá temor de la nieve por su familia, Porque toda su familia está vestida de ropas dobles.

31:22

Ella se hizo tapices; De lino fino y púrpura es su vestido.

31:23

Conocido es su marido en las puertas, Cuando se sienta con los ancianos de la tierra.

31:24

Hizo telas, y vendió; Y dió cintas al mercader.

31:25

Fortaleza y honor son su vestidura; Y en el día postrero reirá.

31:26

Abrió su boca con sabiduría: Y la ley de clemencia está en su lengua.

31:27

Considera los caminos de su casa, Y no come el pan de balde.

31:28

Levantáronse sus hijos, y llamáronla bienaventurada; Y su marido también la alabó.

31:29

Muchas mujeres hicieron el bien; Mas tú las sobrepujaste á todas.

31:30

Engañosa es la gracia, y vana la hermosura: La mujer que teme á el Altísimo, ésa será alabada.

31:31

Dadle el fruto de sus manos, Y alábenla en las puertas sus hechos.

Pro 31:1 Palabras de Lemuel, rey de Massá, que le enseño su madre:
Pro 31:2 ¡No, hijo mío, no, hijo de mis entrañas! ¡No, hijo de mis votos!
Pro 31:3 No entregues tu vigor a las mujeres, ni tus caminos a las que pierden a los reyes.
Pro 31:4 No es para los reyes, Lemuel, no es para los reyes beber vino, ni para los príncipes ser aficionado a la bebida.
Pro 31:5 No sea que, bebiendo, olviden sus decretos y perviertan las causas de todos los desvalidos.
Pro 31:6 Dad bebidas fuertes al que va a perecer y vino al de alma amargada;
Pro 31:7 que beba y olvide su miseria, y no se acuerde ya de su desgracia.
Pro 31:8 Abre tu boca en favor del mudo, por la causa de todos los abandonados,
Pro 31:9 abre tu boca, juzga con justicia y defiende la causa del mísero y del pobre.
Pro 31:10 Alef. Una mujer completa, ¿quién la encontrará? Es mucho más valiosa que las perlas.
Pro 31:11 Bet. En ella confía el corazón de su marido, y no será sin provecho.
Pro 31:12 Guímel. Le produce el bien, no el mal, todos los días de su vida.
Pro 31:13 Dálet. Se busca lana y lino y lo trabaja con manos diligentes.
Pro 31:14 He. Es como nave de mercader que de lejos trae su provisión.
Pro 31:15 Vau. Se levanta cuando aún es de noche da de comer a sus domésticos y órdenes a su servidumbre.
Pro 31:16 Zain. Hace cálculos sobre un campo y lo compra; con el fruto de sus manos planta una viña.
Pro 31:17 Jet. Se ciñe con fuerza sus lomos y vigoriza sus brazos.
Pro 31:18 Tet. Siente que va bien su trabajo, no se apaga por la noche su lámpara.
Pro 31:19 Tod. Echa mano a la rueca, sus palmas toman el huso.
Pro 31:20 Kaf. Alarga su palma al desvalido, y tiende sus manos al pobre.
Pro 31:21 Lámed. No teme por su casa a la nieve, pues todos los suyos tienen vestido doble.
Pro 31:22 Mem. Para sí se hace mantos, y su vestido es de lino y púrpura.
Pro 31:23 Nun. Su marido es considerado en las puertas, cuando se sienta con los ancianos del país.
Pro 31:24 Sámek. Hace túnicas de lino y las vende, entrega al comerciante ceñidores.
Pro 31:25 Ain. Se viste de fuerza y dignidad, y se ríe del día de mañana.
Pro 31:26 Pe. Abre su boca con sabiduría, lección de amor hay en su lengua.
Pro 31:27 Sade. Está atenta a la marcha de su casa, y no come pan de ociosidad.
Pro 31:28 Qof. Se levantan sus hijos y la llaman dichosa; su marido, y hace su elogio:
Pro 31:29 Res. «¡Muchas mujeres hicieron proezas, pero tú las superas a todas!»
Pro 31:30 Sin. Engañosa es la gracia, vana la hermosura, la mujer que teme a Yahveh, ésa será alabada.
Pro 31:31 Tau. Dadle del fruto de sus manos y que en las puertas la alaben sus obras.

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