Disfruten de  la Palabra Divina de los Domingos

tomados de la mano de los Padres de la Iglesia, de los Santos y Sabios de todos los tiempos y del Catecismo de la Iglesia Católica

(Nota Bene: Los números consignados entre paréntesis ( ) hacen referencia a los números del Catecismo).También puede saltar a:

 


 

EPIFANÍA DEL SEÑOR A

 

Amanece el Señor, y los pueblos caminan a su luz”

 

 

 

 

CONTENIDO

I. LA PALABRA DE DIOS

A. Comentario de Sabios y Santos

Suplementos

II. APUNTE BÍBLICO-LITÚRGICO

III. SITUACIÓN HUMANA

IV. LA FE DE LA IGLESIA

* La fe

* La respuesta

* El testimonio cristiano

 

 

 

 

I. LA PALABRA DE DIOS

 

* Is 60,1-6: “La gloria del Señor amanece sobre ti”

 

* Sal 71,2.7-8.10-13: “Se postrarán ante ti, Señor, todos los reyes de la tierra”

 

* Ef 3,2-3a; 5-6: “Ahora ha sido revelado que también los gentiles son coherederos”

 

* Mt 2,1-12: “Venimos de Oriente para adorar al Rey”

 

 

A. Comentario de Sabios y Santos

 

 

Suplementos

 

 

II. APUNTE BÍBLICO-LITÚRGICO

 

* La intención de S. Mateo era dejar bien sentada la universalidad de la salvación de Cristo, y más teniendo en cuenta que los destinatarios principales de su evangelio eran judíos, marcados aún por el particularismo. En el momento de redactar su mensaje, la ruptura de fronteras y razas era ya una realidad. El encuentro de Jesús con culturas y personas supera aquel nacionalismo a ultranza.

 

* Isaías ha previsto un universalismo centrado en torno a la ciudad de Jerusalén. Pero desde ahora, la referencia para el creyente no será una ciudad; será una Persona: Jesucristo. Noticia de que también los gentiles son coherederos, miembros del mismo cuerpo y partícipes de la Promesa en Jesucristo por el Evangelio, es la motivación principal de la misión de S. Pablo.

 

III. SITUACIÓN HUMANA

 

* La búsqueda de la verdad parece un “leitmotiv” permanente en la vida humana. Pero en su lucha por encontrarla, se topa a veces con los manipuladores de la verdad.De otra parte, hay otro tipo de personas: aquellas para quienes la verdad ha de venir sin buscarla, o los que saben dónde está y no se molestan en hallarla. Al igual que aquellos notables del Templo ¿llamaríamos buscadores de la verdad a quienes no se molestan en recorrer el camino hacia el sitio que tan bien se creen conocer?

 

IV. LA FE DE LA IGLESIA

* La fe

 

_ Dios ha enviado a su Hijo para salvarnos:

“``Pero, al llegar la plenitud de los tiempos, envió Dios a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la ley, para rescatar a los que se hallaban bajo la ley, y para que recibiéramos la filiación adoptiva'' (Ga 4, 4-5). He aquí ``la Buena Nueva de Jesucristo, Hijo de Dios'' (Mc 1,1): Dios ha visitado a su pueblo, ha cumplido las promesas hechas a Abraham y a su descendencia; lo ha hecho más allá de toda expectativa: Él ha enviado a su ``Hijo amado'' (Mc 1,11)” (422).

_ La Epifanía, manifestación de Jesús al mundo: 528; cf. 535. 555.

 

_ La salvación viene de Cristo-Cabeza por la Iglesia: 846. 848.

 

* La respuesta

 

_ “La Iglesia, enviada por Dios a las gentes para ser ``sacramento universal de salvación'', por exigencia íntima de su misma catolicidad, obedeciendo al mandato de su Fundador, se esfuerza por anunciar el Evangelio a todos los hombres' (AG 1)” (849; cf. 850).

_ La fidelidad de los bautizados, condición primordial para la misión:

“El mensaje de la salvación debe ser autentificado por el testimonio de vida de los cristianos. ``El mismo testimonio de la vida cristiana y las obras buenas realizadas con espíritu sobrenatural son eficaces para atraer a los hombres a la fe y a Dios''” (2044).

 

* El testimonio cristiano

 

_ “Para la evangelización del mundo hacen falta, sobre todo, evangelizadores. Por eso, todos, comenzando desde las familias cristianas, debemos sentir la responsabilidad de favorecer el surgir y madurar de vocaciones específicamente misioneras, ya sacerdotales y religiosas, ya laicales, recurriendo a todo medio oportuno, sin abandonar jamás el medio privilegiado de la oración, según las mismas palabras del Señor Jesús: ``La mies es mucha y los obreros pocos. Pues, !rogad al dueño de la mies que envíe obreros a su mies!'' (Mt 9,37-38)” (Juan Pablo II, ChL 35).

 

Los notables del Templo sabían dónde nacería Jesús. Pero no buscaron el sitio. Los Reyes no sabían el sitio, pero lo buscaron. Los caminos de Dios no se abren a los entendidos de este mundo, sino a los que se dejan iluminar por su estrella.

 

 

 

 

vea: clerus.org

 

 

 

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