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Domingo 1 del Tiempo de Adviento A: 'El Hijo del Hombre vendrá a la hora menos pensada' - Preparemos en Familia, como Iglesia doméstica, la Acogida de la Palabra de Dios proclamada durante la celebración de la Misa dominical

Recursos adicionales para la preparación

 

1. INTRODUCCION A LA PALABRA DEL DOMINGO

1.1 A la primera Lectura:Is 2,1-5

1.2 Segunda Lectura: Romanos 1,11-14

1.3 Evangelio: San Mateo 24,7-44

2. REFLEXIONEMOS

2.1 Los Padres

2.2 Con los Hijos

3. CONOCER LA MISA ES VIVIRLA

4. VIVENCIA FAMILIAR

4.1 Vivir el Adviento en Familia

4.2 Adornos de Adviento

4.3. Celebración de Adviento

5. NOS HABLA LA IGLESIA

6. Leamos la Biblia  con la Iglesia

7. OREMOS

7.1 Oración de Adviento

7.2 ORACIONES PARA BENDECIR LA MESA EN TIEMPO DE ADVIENTO

8. LOS SANTOS, EJEMPLOS Y AMIGOS

9. LA SABIDURIA DE LOS SIGLOS
Los Tres Advientos (San Bernardo de Claravalle)

9.2b LA LEYENDA (para su consideración)

 

 

 

La Palabra de Dios y yo - cómo acogerla
Falta un dedo: Celebrarla

 

1. INTRODUCCIÓN A LA PALABRA DEL DOMINGO

1.1 A la primera Lectura: Is 2,1-5

Seguramente usted ha probado alguna vez una de estas tortas de doble sabor. Uno comienza a experimentar el primer sabor y luego se presenta el segundo, también muy delicioso. Sigues masticando y los dos sabores se mezclan. Se produce un tercer sabor. Recuerdo que, de niño, comí demasiado por querer repetir esta experiencia de los dos sabores que producen uno nuevo.

Cuando celebramos Adviento (=venida, llegada), sucede algo muy similar. Piensas en  la Fiesta de Navidad y te sientes envuelto(a) en el ambiente navideño, sensación producida por tantas Navidades celebradas en el pasado. Sin embargo, la Iglesia nos ofrece en la liturgia y en los textos del primer domingo de Adviento un segundo sabor, un sabor a eternidad. Ella dirige nuestra mirada hacia la venida del Señor al final de los tiempos. Ella quiere que nuestra vivencia de Adviento - que es la preparación a la fiesta de Navidad, - incluya una espera del fin del mundo.

Se produce un nuevo sabor: nuestro Adviento es a la vez preparación a la fiesta del nacimiento de Jesús y un alegrarnos porque al final de los tiempos el Señor vendrá para eliminar todo sufrimiento, odio, hambre, guerra y muerte. Navidad es así un recordar que Jesús ha venido y un anticipar que Jesús vendrá por nosotros. ¿No les parece que así la Navidad es algo nuevo?

La profecía de Isaías, que va a leer, lo expresa claramente. Todos los pueblos están en tensión hacia el futuro. Debemos estar en camino con la firme esperanza que Dios se deja encontrar. Él nos "instruirá en sus caminos y habrá paz". Mira, cómo se produce un nuevo sabor de Navidad: No es solamente el dulce recuerdo del Niño que nació en Belén. Es también un caminar de los que tienen esperanza que incluye, por cierto, la sequedad y la amargura del esfuerzo sostenido. El tercer sabor: justo lo que necesitamos los cristianos para que el recuerdo no sea demasiado dulzón ni la esperanza demasiado amarga de sudores.

Dejemos de lado la comparación. La promesa de Dios se ha cumplido en la historia. Se cumplirá en el futuro. Se cumplirá en tu vida de todos los días porque estás caminado con todo el pueblo de Dios hacia la culminación de tu historia. Celebra esta realidad con la Iglesia y experimentarás que, como en un anticipo, el Señor viene otra y otra vez en los acontecimientos de tu vida.

Lee la profecía de Isaías y entérate que el Adviento te introducirá cada vez más profundamente en la realidad del amor de Dios.

 

1.2 Segunda Lectura: Romanos 1,11-14

Generalmente la primera lectura tomada del Antiguo Testamento (AT) corresponde al mensaje del Evangelio como la promesa a su cumplimiento o como el anuncio al hecho que se hace realidad. La segunda lectura, tomada generalmente de los escritos del Nuevo Testamento (NT), persiguen una línea distinta. Así la Iglesia prepara una mesa abundante como lo ha exigido el Concilio Ecuménico Vaticano II.

Con todo, la lectura de la carta del apóstol a los Romanos encaja muy bien en  el mensaje de este primer Domingo de Adviento. Hay que estar preparados para la venida del Señor. Por eso la Iglesia nos presenta las palabras urgentes del apóstol de las gentes. Ella sabe lo que nos conviene.

Los pilotos, antes de emprender vuelo en sus gigantescos aviones, repasan minuciosamente una lista larga para controlar todos los instrumentos y aparatos. Ellos saben que les conviene. ¿Quién querrá despegar para luego darse cuenta que sólo funcionan dos de los cuatro reactores?

Al comenzar el nuevo año litúrgico, conviene revisar con cuidado lo lista que nos ofrece San Pablo. Para no llevarnos "un chasco" cuando llega el Señor.

 

LISTA DE CONTROL

Actividades de las Tinieblas

Comilonas                                        |sí        |no

Borracheras                                      |sí        ¡no

Lujuria                                                |sí        |no

Desenfreno                                       |sí        |no

Riñas                                                 |sí        |no

Pendencias                                      |sí        |no

Excesivo Cuidado del Cuerpo       |sí        |no

Malos Deseos                                  |sí        |no

 

Ahora bien, si ustedes son unos santos de nicho, no necesitan de esta lista. Pero tampoco necesitarán a la Iglesia ni el tiempo de Adviento. Esta lista es para los cristianos pecadores como yo. Es cierto, no es nada agradable revisar con sinceridad la lista. ¿A quién le gusta acordarse de su pecado y de sus defectos? Peor es, taparse los ojos ante nuestra miseria. Las heridas que no se tratan sólo pueden empeorar.

Así que ¡a chequear cada uno su vida - y no la de los padres, del(a) esposo(a), de los hijos o de los hermanos y parientes sino la propia - antes de emprender el vuelo de Adviento que nos lleva hacia el Señor! La lectura de este pasaje les conviene ¡y mucho! Tengan fe. El Señor sabe  sanar.

 

 

1.3 Evangelio: San Mateo 24,7-44

Conocí a una persona que se quejaba amargamente de su enfermedad. El hígado estaba comprometido y por ello tenía que observar una dieta estrictísima. No podía comer de los platos exquisitos que saboreaban los demás. Sólo podía mirara y sentir envidia. En fin, una tortura. Confieso que disminuyó notablemente mi compasión cuando me enteré que esa persona se había pasado su vida ingiriendo licor. Le habían advertido mil veces que no tomara tanto alcohol. Su médico le había prevenido de las funestas consecuencias. Le había aconsejado de hacerse abstemio, es decir, de dejar el alcohol del todo para no ceder continuamente a su debilidad. De nada había servido.

 

 

2. REFLEXIONEMOS

 

2.1 Los Padres

¡Viva la Fiesta!

No sé si le ha sucedido olvidarse de una fecha importante, como, por ejemplo, del cumpleaños de un miembro de la familia. A lo mejor le ha pasado lo del señor que ordenó en una florería una docena de rosas para su mujer por el aniversario de bodas. Cuando el empleado le preguntó:  "Señor, ¿para cuando es la fecha?", contestó hoscamente: "Ayer".

Así hay cristianos - dicen que los varones somos campeones en esto - que quisieran vivir su vida sin estas  "interrupciones y detallitos", como ellos los llaman. Piensan que basta trabajar y cumplir su deber con la familia y que por lo demás se les deje en paz. No ven mucha utilidad en celebrar fiestas, a no ser que traiga un día de descanso o una oportunidad para tomar unos tragos con los amigos.

Un señor, haciendo reminiscencias de su vida y recordando las fechas olvidadas durante 30 años de matrimonio, afirmó: "A veces estaba molesto por los aniversarios y por el lío que me armaba mi señora cuando los olvidaba. Sin embargo, poco a poco me he dado cuenta que estas "pequeñeces", como yo solía llamarlas, son muy importantes. He comprendido que más importancia tiene la persona que el más pingüe negocio. Las fiestas son para la vida como el aceite para el motor o el aire para la llanta: todo camina más suavemente. Hay felicidad".

El Adviento quiere enseñarle que más importantes son las personas - y su persona - que su trabajo, señor, más importante que sus preocupaciones de quedar bien, señora. Para que haya unión y comprensión en su hogar, es menester medir con una vara distinta de la que utiliza la sociedad de consumo. La verdadera armonía necesita de la vara de Dios.

¿Cómo aprender a medir con la vara de Dios? Leyendo la Biblia, orando con su familia, reflexionar y dialogando con él(la) cónyuge y con los hijos. Esto abrirá su corazón y descubrirá que puede ser mucho más generoso de lo que es, que tiene una capacidad de amar que ahora ni sospecha. Hasta descubrirá que los sufrimientos de la vida, asumidas con fe, se convierten en fuente de bendiciones. ¿Cómo así? Muy sencillo: midiendo con la vara de Dios.

Adviento es, por ende, esta bendita y santa costumbre de recordar y celebrar, siempre de nuevo, lo que Dios ha hecho por usted  y sigue haciendo cada día. Adviento significa aplicar con valentía la  medida de Dios y cortar radicalmente lo que no está hecho a esta medida. ¡Animo! El tiempo de Adviento culminará en Navidad.

¿Puede uno quejarse impunemente de las malas consecuencias de sus actos? Hay muchas personas que acusan el destino o a Dios por lo que  han cargado ellos mismos sobre sus espaldas. La sinceridad debería dejar muy en claro:

Cuando yo me decido por una cosa, también me decido por las consecuencias. ¿De acuerdo?

Así cuando quieres vivir según tus ideas y caprichos, entonces automáticamente excluyes el plan de Dios sobre tu vida. Pues tú mismo te has decidido por esta consecuencia. No puedes comer la torta y guardarla. ¿Quieres caminar lejos de Dios? Pues así será también toda la eternidad, si así lo quieres. Dios nos ama demasiado para no respetar escrupulosamente nuestra libertad. Por eso se ha hecho hombre y ha muerto.

El Evangelio nos trae las palabras de Cristo que confirman que Dios acepta nuestro plan de vida, sea con Él, sea contra o lejos de Él. Esto no es una amenaza como quien avisa que habrá palos en caso de desobediencia. ¿Acaso es una amenaza o castigo cuando te dicen que si vas a una casa de citas, contraerás sífilis?. La amenaza está en las entrañas de tu misma decisión.

Gracias a Dios, podemos arrepentirnos. Podemos cambiar de vida y de corazón. A Dios le encanta perdonar porque quiere que sus hijos estén con Él.

Por eso el Señor te dice que, con su gracia y ayuda, elimines tus caprichos y vicios y entres así de nuevo en el plan trazado para tu felicidad. Esto es vivir Adviento. Lee este maravilloso Evangelio y convéncete que sólo con Dios serás feliz.

 

2.2 Con los Hijos

Como quien no persigue nada en especial, hable a sus hijos cuando están reunidos para cenar:

"Había una vez un padre de familia (una madre de familia) que estaba dando vueltas y vueltas a un asunto. Pensaba: "Qué lindo seria poder sentarme con mis hijos, leer con ellos la Biblia y conversar con ellos sobre lo que nos quiere enseñar Dios por medio de su Palabra. Pero tengo miedo que, a lo mejor, se ponen a jugar, o se ríen, o no prestan atención, o se ponen a discutir. Así me sentiré como un(a) tonto(a). ¿Qué se le podría aconsejar para que no se fracase?"

Y bellamente la familia está reflexionando cómo organizar bien las reuniones semanales. A los hijos mayores hay que hablarles antes y por separado,  para preparar el terreno.

 

 

3. Conocer la Misa es vivirla

Cuando termina la consagración, el pueblo de Dios contesta a la exclamación jubilosa del sacerdote: "Este es el sacramento de nuestra fe", con un fe firme y gozosa: "Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección, ¡Ven, Señor Jesús! "

La liturgia se reviste de morado. Se enciende la primera vela de Adviento (corona de Adviento o tronco o algo similar), los cantos reclaman la venida del Hijo de Dios.

La presencia del Señor en la comunidad, en la Palabra proclamada, en los signos sacramentales y en el sacerdote que actúa en la persona de Cristo, es suficiente garantía que no necesitas esperar hasta tu muerte o el fin del mundo. El Señor está en camino. Sin embargo, sigue clamando: ¡Ven, Señor Jesús!", porque su venida será cada vez más fuerte. Y no te atrevas a pronunciar este grito de esperanza con el tono del que declama la tabla de multiplicación o lee una declaración de impuestos.

 

 

4. Vivencia Familiar

 

4.1 Vivir el Adviento en Familia

 

4.1.1     Cada semana realizamos una pequeña celebración de Adviento. Algunas familias la viven antes de cenar, reunidos todos alrededor de la mesa familiar. Otros la hacen en conjunto con la reflexión antes de que los hermanos menores se acuesten. Otros la hacen antes de ir a Misa el domingo.

Se preparan cuatro velas  por cada semana de Adviento una vela más para que ilumine la fe del hogar.

Se puede leer el Evangelio del domingo. Se da una breve explicación. Se puede entablar un diálogo y se termina con una oración. Ayudan mucho los cantos. (Vea 7.3)

 

4.1.2     Donde hay niños hasta los 12 años, se arma el nacimiento ya al comenzar el tiempo de Adviento. Cerca se coloca una cajita con algodones y pajitas. Los niños, cuando juzgan haber hecho algo más de lo acostumbrado por amor a Dios o al prójimo, tienen el derecho de colocar una pajita o un algodón en el pesebre. Así preparan el lecho del Niño Dios del nacimiento y en su corazón. Esto lo hacen sin que lo vean los demás pera no hacerlo para ser halagados.

 

4.1.3 Se estimula a los miembros de la familia a que asuman un propósito especial de Adviento que sirve para prepararse a la venida del Hijo de Dios. Tienen preferencia los propósitos que tienden a hacer crecer a la persona en el amor:

gestos de aceptación, de compartir, de superar el egoísmo. A veces toma la forma de una renuncia (cine, dulce, diversión) para poder compartir con los pobres. Cuando se reza con los niños la oración de la noche, hay que recordarles el propósito de Adviento. Algunas familias se reúnen al comienzo del Adviento para decidir un propósito común.

 

4.1.4  Ofrecen en el mercado almanaques de Adviento que traen para cada día un pensamiento, una lectura o una figurita para recortar. Se puede también fabricar algo similar. Por ejemplo, se reúnen tantas cajitas de fósforo cuántos días hay hasta Navidad. Dentro de cada cajita se coloca un pensamiento, un caramelo, un saludo u otra sorpresa. Las cajitas de cuelgan artísticamente.

Nota: Queremos prevenir a los padres a que no implanten estas hermosas costumbres sólo porque les parecen agradables para los hijos. También los padres deben entrar al Adviento con el deseo de convertirse.

 

4.2 Adornos de Adviento

4.2.1 Corona de Adviento

Un círculo hecho de alambre fuerte es envuelto primero en papel luego con ramas de pino o de otra planta que mantiene su verdor. Se fijan cuatro velas en ella y se adorna con cintas rojas. Para fijar las velas, se cortan 4 pedazos de alambre que no se dobla fácilmente. Se calienta un lado y se introduce en el fondo de la vela. Se deja enfriar y  luego se clava con el otro lado en la corona de Adviento. La corona es colocada sobre un plato grande.

 

4.2.2 Soporte para la corona de Adviento

Se corta cartulina gruesa en semicírculo de 30 cms dejando sobresalir además una parte para  pegar los dos extremos. Se divide el semicírculo en  8 partes iguales, doblando por la raya, por turno, hacia adentro y hacia afuera. Las rayas dobladas 2,4,6,8 hacia adentro, los demás hacia afuera. Se cubre con papel oro. En la punta se puede colocar una estrella. Sobre esta pirámide se coloca la corona de adviento (relativamente pequeña) para que descanse sobre su base.

 

4.2.3 Arco de Adviento

Sobre una tabla se fija un alambre fuerte en semicírculo para que forme un arco. Se cubre con ramas verdades. Se clavan cuatro velas. Y se cuelga del punto más alto del arco una estrellita de papel oro.

 

4.2.4 Adorno

Se cortan tres maderos, uno más largo que el otro. Se les une con soguilla o alambre delgado de manera que estén colgados del techo el más corto y de este los otros dos, de menor a mayor, uno debajo del otro. Los maderos de cubren de ramas verdes. De cada madera se pueden colgar estrellas y otros adornos.

 

4.3. Celebración de Adviento

4.3.1 Ceremonia de la Luz

El tiempo de Adviento se presta admirablemente para realizar una celebración de  la luz en familia. Se escoge un momento adecuado: antes que se acuesten los más pequeños, o antes (después) de la cena familiar). Se apagan las luces y se asegura que todo esté en completa oscuridad. Cada uno tiene una velita. No debe gotear para que los niños no se distraigan.

Se puede encender la primera vela en un cuarto contiguo y traerla desde allí en el momento dado.

El padre cuenta la historia de la salvación de manera muy sucinta. Por ejemplo:

"Dios había creado el mundo y a los hombres para que sean felices y vivan con Él en el paraíso. Sin embargo no amaban  suficientemente a Dios como para obedecerle. Así se alejaron de la luz de Dios y entraron en la oscuridad del pecado.

Sin embargo Dios no se ha olvidado del pecador. Por eso nos ha enviado a los profetas para que, en su nombre, prometiesen a la humanidad que iba a venir el Salvador con la luz de su amor.

Los hombres estaban muy tristes en la oscuridad del pecado. Esperaban la luz del Mesías que iba a  iluminar al mundo y el corazón de los hombres. No podían verse los unos a los otros, no podían ver el camino por donde caminar. La oscuridad de la vida les daba miedo.

Llegó el día cuando el Hijo de Dios se hizo hombre (se enciende la vela y se trae del cuarto contiguo). Y así apareció la luz entre los hombres. Ilumina­dos por la luz podían verso los unos a los otros, podían ver el camino y ya no tenían miedo. Se sentían felices porque nuevamente estaban junto a Dios.

Jesús quiere que todos los hombres puedan ser felices. Por eso quería darles la luz a todos. Los que deseaban ser hijos de Dios se acercaban a Jesús y Jesús les daba su luz. Yo quiero ser hijo de Dios, por eso me acerco para encender mi vela con la luz que Él me quiere dar. Si tu quieres ser hijo de Dios acércate y Jesús te dará su luz. (Los demás miembros de la familia encienden su vela).

 

 

5. NOS HABLA LA IGLESIA

Nuestra Esperanza

"La Iglesia, a la que todos estamos llamados en Cristo Jesús y en la cual conseguimos santidad por la gracia de Dios, no alcanzará su consumada plenitud sino en la gloria celeste, cuando llegue el tiempo de la restauración de todas las cosas (vea Hechos 3,21) y cuando, junto con el género humano, también la creación entera, que está íntimamente unida con el hombre y por él alcanza su fin, será perfectamente renovada en Cristo (vea: Efesios 1,10; Colosenses 1,20; 2.Pedro 3,10-13)

Porque Cristo, levantado sobre la tierra, atrajo hacia sí a todos (Juan 12,32); habiendo resucitado de entre los muertos (Romanos 6,9), envió sobre los discípulos a su Espíritu vivificador, y por Él hizo a su Cuerpo que es la Iglesia, sacramento universal de salvación; estando sentado a la derecha del Padre, actúa sin cesar en el mundo para conducir a los hombres a la Iglesia y, por medio de ella, unirlos a Sí más estrechamente y para hacerlos partícipes de Su vida gloriosa alimentándolos con su cuerpo y sangre.

Así que la restauración prometida que esperamos, ya comenzada en Cristo, es impulsada con la misión del Espíritu Santo y por Él continúa en la. Iglesia, en la  cual por la fe somos instruidos también acerca del sentido de nuestra vida temporal, mientras que con la esperanza de los bienes futuros llevamos a cabo la obra que el Padre nos encomendó en el mundo y labramos nuestra salvación (vea: Filipenses 2,12)".

(Concilio Vaticano II "Luz de las Gentes n° 48)

 

 

6. Leamos la Biblia  con la Iglesia

Primera Semana de Adviento

Lunes                         Is 4,2-6           Sl 121             Mt  8,5-11

Martes                       Is 11,1-10      Sl  71             Lc 10,21-24

Miércoles                   Is 25,6-10a    Sl 22               Mt 15,29-37

Jueves                       Is 26,1-6         Sl 117            Mt  7,21. 24-27

Viernes                      Is 29,17-24    Sl  26              Mt  9,27-31

Sábado                     Is 30,18-21.23-26 Sl 146    Mt  9,35- 10,6-8

 

 

7. OREMOS

7.1 ORACIÓN DE ADVIENTO

Dios misericordioso y Salvador nuestro; Tú has venido para buscar y salvar lo que estaba perdido. Como la luz verdadera ahuyentas las tinieblas del pecado y de la muerte. Te suplicamos: ilumina nuestros corazones y con tu gracia conduce a la verdad a los que están lejos de Ti. Porque con el Padre y el Espíritu Santo vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

 

 

7.2 ORACIONES PARA BENDECIR LA MESA EN TIEMPO DE ADVIENTO

 

7.2.1 Domingo de Adviento

Antes de comer

"Cielos destilen el rocío; nubes derramen la victoria; ábrase la tierra y brote la salvación (Is 45,8)."

Oremos: 0h Dios, a diario calmas nuestra necesidad por medio de los alimentos. Calma también nuestra hambre y sed de justicia por Tu presencia, aquí entre nosotros. Reúne cada vez más hombres alrededor de la mesa de la paz que queremos preparar nosotros con la paz de Cristo en nuestra familia. Que el Dios de la paz nos bendiga a nosotros y a los que han preparado estos alimentos, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

 

Después de comer

Te damos gracias Dios de bondad por todos los beneficios. Da de comer también a los que no tienen y haz que manifestemos nuestra gratitud por medio de una vida en paz y justicia.

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.  Todos: Como era en el principio, ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.

 

 

7.2.2     Lunes de Adviento

Antes de comer

"En aquellos días se presentó Juan Bautista en el desierto de Judea proclamando: Enmiéndense, que ya llega el Reino de Dios".

Oremos: (*)....Con estos alimentos, Señor, fortalece nuestro cuerpo. Que el llamado de San Juan Bautista despierte nuestros corazones para que preparemos el camino del Señor en nuestra vida. Purifica nuestros corazones y amaremos a nuestro prójimo con más verdad. Por Cristo nuestro Señor. Amén

Que el Dios de la Bondad bendiga estos alimentos y a los que los han preparado, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén

 

Después de comer

Te damos gracias por la Buena Nueva que nos enseña que el Reino de Dios está cerca. Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios que son signo de tu venida. Por eso repetimos con el corazón agradecido: Tu reino, Señor, está cerca.

-Tu reino, Señor, está cerca.

Nos has alimentado con tu mano generosa y nos has dado nueva vida.

-Tu reino, Señor, está cerca.

Tu nos enseñas el camino de la vida y de la verdad

-Tu reino, Señor, está cerca.

Tu te has hecho pobre para que nosotros fuéramos ricos.

-Tu reino, Señor, está cerca.

Gloria al Padre....

 

 

7.2.3     Martes de Adviento

Antes de Comer

"Digan a los cobardes: -Sean fuertes y no teman; miren a su Dios que viene en persona, los rescatará y los salvará. Se despegarán los ojos del ciego, los oídos del sordo se abrirán, saltará como ciervo el cojo, la lengua del mudo cantará. Porque ha brotado agua en el desierto, torrente en la estepa, el páramo será un estanque, él resecó un manantial". (Is 35,4ss)

Oremos: (*)...Dios de Misericordia, Tú bendices los campos para que produzcan el alimento para nosotros; bendice también el campo de nuestra vida para que produzca frutos de vida eterna. Haz que crezcamos y maduremos en el amor de tu Espíritu Santo. Que Dios bendiga estos alimentos y a los que los han preparado, en el nombre del Padre...

 

Después de Comer

Repitamos juntos: Demos gracias al Señor; Él vendrá a salvarnos.

-Demos gracias al Señor; Él vendrá a salvarnos. Reconozcamos la misericordia de nuestro Dios.

-Demos gracias al Señor; Él vendrá a salvarnos. Bendigamos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.

-Demos gracias al Señor; Él vendrá y nos salvará. Podemos ir en la paz del Señor.

-Demos gracias al Señor; Él vendrá al salvarnos. . Gloria al Padre....

 

 

7.2.4     Miércoles de Adviento

Antes de Comer

Nuestro Dios es eterno y creó los confines del obre. Él da fuerza al cansado, acrecienta el vigor del inválido; los que esperan en el Señor, renuevan sus fuerzas, echan alas como águilas, corren sin cansarse, marchan sin fatigarse. Oremos(*). . .Dios fuerte, Tú renuevas por el alimento nuestras fuerzas corporales y por la Palabra nos das la vida eterna; haz que seamos oidores de tu Palabra, dispuestos a gastar nuestras fuerzas en la extensión de tu reino. Que vives y reinas por los siglos de los siglos.  Todos: Amén. Que bendiga estos alimentos y a los que los han preparado, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Todos: Amen.

 

Después de Comer

Nuestro Dios es un Dios misericordioso. Da ánimo a los cansados y fuerza a los débiles. Los que esperan en el Señor tendrán vida eterna porque Él vendrá a nosotros, no lo dudemos!.

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.

Todos: Como era en el principio, ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.

 

 

7.2.5     Jueves de Adviento

Antes de comer

"Dejemos las actividades propias de las tinieblas y pertrechémonos para actuar en la luz. Revistámonos del Señor Jesucristo." (Rm 13,12s)

Oremos(*). . .Te consagramos, Señor, estos dones que Tú nos has dado. Que nos procuren fuerza para realizar las obras de la luz.

Nos bendiga a nosotros,  a los alimentos y a los que los han preparado, el Dios omnipotente, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Todos: Amén

 

Después de comer

Te damos gracias, oh Dios, por todos tus beneficios. Haz que, fortalecidos por el alimento que hemos tomado, luchemos con las armas de la luz. Por Jesucristo, nuestro Señor. Todos: Amén.

Gloria al Padre. . . .

 

7.2.6     Viernes de Adviento

Antes de Comer

Te damos gracias, Padre Santo, por el alimento y la vida, y Te pedimos que nos bendigas por Jesucristo, nuestro Señor. Digamos todos: A Ti la gloria y el honor .

-           A Ti la gloria y el honor.

Te damos gracias, Señor, por la vida en el Espíritu Santo y por la Buena Nueva que nos has dado.

-           A Ti la gloria y el honor.

Te damos gracias, porque Tú vendrás por nosotros en el Día de Tu amor.

-           A Ti la gloria y el honor.

El pan que comemos, se constituye de muchos granos para formar un solo pan. De la misma manera, Señor, Tú reúnes a los hombres en tu reino.

-           A Ti la gloria y el honor.

Nos bendiga Dios todopoderoso, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Todos:

Amén.

 

Después de comer

Padre Santo, Tú das a los hombres la comida y la bebida para sostener la vida terrena .

-           Te damos gracias, Señor.

También nos concedes el alimento espiritual para la vida eterna.

-           Te damos gracias, Señor.

Que abunde entre nosotros tu bondad. Libra a tu Iglesia de todo mal. Haz que sea perfecta en tu amor. Reúne en torno a Ti, Padre misericordioso, a todos tus hijos dispersos por el mundo. Te lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor. Todos:

Amen .

Gloria al Padre. . .

 

7.2.7     Sábado de Adviento

Antes de Comer

Oremos(*). . .Inclínate, Señor, hacia nosotros y escucha nuestras plegarias. Te pedimos que, así cómo alimentas a nuestro cuerpo por el alimento que nos da la naturaleza, podamos, en este tiempo de preparación a la venida de Tu Hijo, recibir la plenitud del Espíritu Santo. Por Jesucristo, nuestro Señor. Todos: A­men .

Nos bendiga a nosotros y estos dones el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.

Todos: Amén

 

Después de comer

Te damos gracias, Señor, porque eres bueno con nosotros. Te suplicamos que este alimento vuelto fuerza nos capacite a servirte mejor a Ti y a nuestro prójimo, preparando así Tu venida. Que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén. Gloria al Padre. . .

(*) Acostumbrémonos a hacer una silencio sensible antes de proseguir con la oración.

 

 

8. LOS SANTOS, EJEMPLOS Y AMIGOS

 

4 DE DICIEMBRE: SANTA BÁRBARA, VIRGEN Y MÁRTIR.

"Queridos, yo les ruego que, como extranjeros y forasteros (salmo 39,13), se abstengan de las apetencias carnales que combaten contra el alma" (1 Pe 2, 11)

"En la época del reinado de Maximiniano, había un hombre muy rico llamado Dióscoro, que adoraba y veneraba a los ídolos. Dióscoro tenía una hija llamada Bárbara (=la forastera). Para que ningún hombre pudiese ver la gran belleza de su hija, Dióscoro construyó una torre alta y bien defendida y encerró en ella la joven. Muchos príncipes fueron a ver a Dióscoro para solicitar la mano de su hija. Dióscoro fue a ver a Bárbara y le dijo: 'Hija mía, ciertos príncipes han venido a verme para pedirme tu mano. Por ello, te ruego que me comuniques tus intenciones y me digas qué quieres hacer'. Entonces Santa Bárbara se volvió, muy irritada, hacia su padre y le dijo: 'Padre mío, te ruego que no me obligues a casarme, pues ni lo deseo, ni he pensado siquiera en ello'     Poco después, Dióscoro salió de la torre y se fue a un país lejano, donde permaneció largo tiempo.

Entonces Santa Bárbara, la doncella de nuestro Señor Jesucristo, bajó de la torre a ver unas termas que su padre estaba construyendo. Al punto, se dio cuenta de que sólo había dos ventanas, una hacia el norte y otra hacia el sur, lo que la sorprendió y maravilló sobremanera. Preguntó a los obreros por qué no habían puesto más ventanas. Ellos respondieron que su padre lo había dis­puesto y ordenado así. Entonces Santa Bárbara les dijo: 'Háganme ahí otra venta­na. . .'

En esas termas la santa doncella  fue bautizada por un hombre de Dios, y ahí vivió algún tiempo. Siguiendo el ejemplo del santo precursor del Señor, San Juan Bautista, sólo comía miel y langostas. En las termas, cómo en la pisci­na de Siloé, los ciegos de nacimiento recobraron la vista. . .

Un día, la bendita doncella subió a la torre y vio los ídolos que su padre solía adorar y venerar. Súbitamente, la joven recibió la luz del Espíritu Santo y adquirió una sutileza y claridad maravillosas en el amor de Jesucristo, ya que el Dios Todopoderoso la revistió de gloria soberana y acrisolada castidad. La santa virgen Bárbara, fortalecida con la fe, venció al demonio. En efecto, en cuanto vio los ídolos, escupió despectivamente sobre ellos diciendo: 'Todos aquellos a los que ustedes han inducido en error  y creen en ustedes serán cómo ustedes'. Enseguida, se retiró y alabó al Señor en la torra.

Y cuándo la obra estaba ya terminada, su padre regresó de su viaje. Cuándo vio que había tres ventanas, les preguntó a los obreros: '¿Por qué han hecho tres ventanas?' Y ellos respondieron: 'Porque tu hija nos lo ordenó'. Entonces Dióscoro mandó llamar a su hija y le preguntó por qué había mandado hacer tres ve­ntanas, a lo que ella respondió: 'Mandé que hiciesen tres ventanas, porque tres ventanas dan luz a todo el mundo y todas las criaturas, en  tanto que dos ensombrecen el universo'. Entonces el padre se dirigió con ella a las termas, y él preguntó en el camino cómo era que tres ventanas daban más luz que dos. Y Santa Bárbara respondió: 'Esas tres ventanas representan claramente al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, los cuáles son tres Personas y un solo Dios, en el que debemos creer y al que debemos adorar' . Entonces Dióscoro, lleno de cólera, sacó ahí mismo su espada para matarla. Pero la santa virgen se puso en oración y, al punto, fue milagrosamente trasladada a una lejana roca de la montaña. . . .

Pero su padre subió a buscarla y, tomándola de los cabellos, la arrastro monte abajo y la encerró a toda prisa en la prisión. . . Entonces, el juez se sentó a juzgarla. Viendo la gran belleza de Bárbara, le dijo: 'Así, pues, elige entre sacrificar a los dioses y salvar tu vida, o morir cruelmente torturada'. Santa Bárbara respondió: 'Me ofrezco en sacrificio a mi Dios, Jesucristo, Creador del cielo y de la tierra y de todas las cosas . . . ' ".

Después de ser apaleada, la santa tuvo una visión del Señor en su mazmorra. Más tarde, fue nuevamente azotada y torturada. Y "el juez mandó que fuese decapitada por la espada. Y entonces, su padre, muy enojado, la arrebató de manos del juez y la condujo a la cumbre de una montaña. Y Santa Bárbara se alegró al ver que se aproximaba el momento en que iría a recibir el premio de su victoria. Y mientras su padre la arrastraba a la montaña, ella hizo su oración,  diciendo:

'Señor Jesucristo, Creador del cielo y de la tierra, Te ruego que me concedas tu gracia y escuches mi oración por todos aquellos que recuerden tu nombre y mi martirio. Te suplico que olvides sus pecados, pues Tú conoces nuestra fragilidad'. Entonces oyó una voz del cielo que le decía: 'Ven, Bárbara, esposa mía, ven a descansar en la morada de Dios mi Padre, que está en los cielos. Yo te concedo lo que acabas de pedirme'. Y después de oír estas palabras, se acercó a su padre y recibió la corona del martirio junto con santa Juliana. Y, cuando su padre bajaba de la montaña, un fuego del cielo descendió sobre él y le consumió, de suerte que sólo quedaron las cenizas de su cuerpo. Esta bienaventurada virgen, Santa Bárbara recibió la corona del martirio con Santa Juliana, el segundo día de las nonas de diciembre. Un noble, llamado Valentino sepultó  los cadáveres de las dos mártires en un pueblecito, donde obraron muchos milagros para gloria y alabanza de Dios Todopoderoso."

Este es un ejemplo encantador como cuenta la "Leyenda Dorada" la historia de una de las santas más populares de la Edad Media. Su leyenda no es anterior al siglo VII, y su culto no se popularizó hasta el siglo IX. Santa Bárbara es una de los Catorce Santos Protectores. Se le invocó contra el rayo y el fuego. Es patrona de los artilleros, ingenieros militares y mineros. Se le representa con una torre. Esto ha hecho de ella la patrona de los arquitectos, constructores y albañiles. La oración que la santa hizo en el momento de su muerte dio origen a la idea de que ella protege especialmente a quienes se hallan en peligro de morir sin sacramentos.

Existe la costumbre de sembrar trigo en latas con tierra  para que crezca y sirva de adorno del nacimiento el día 25 de diciembre. En las tierras del hemisferio norte se corta ciertas ramas desfoliadas por el invierno. Se colocan en agua cerca del calor de la estufa. Florecen exactamente para Navidad.

 

 

9. LA SABIDURÍA DE LOS SIGLOS

Los Tres Advientos (San Bernardo de Claravalle)

Tres  Advientos  suyos  (de  Cristo),  pues,  conocemos: a los hombres,  en los hombres y contra los hombres. A todos los hombres a la verdad sin diferencia alguna, pero no así en todos o contra todos. Más por cuanto el primero y el tercero,  como manifiestos, son bastantes conocidos (se trata del nacimiento según la carne y la venida la final de los tiempos), acerca del segundo, que es oculto y espiritual,  escucha al mismo Señor lo que dice:"El que me ama guardará mis palabras y mi Padre lo   amará y vendremos a él y en él haremos nuestra mansión"  (Jn  14,23).  Bienaventurado  aquel  en  quien haces mansión, Señor  Jesús.  Bienaventurado  aquel  en  quien  la  sabiduría  edifica  su  casa, labrada  de  siete  columnas.  Bienaventurada  el  alma  que  es  asiento  de  la sabiduría. ¿Quién es esta? El alma del justo. Con razón, ciertamente, porque la justicia y el juicio son preparación de su trono. ¿Quién de ustedes, hermanos míos, desea disponer en su alma asiento para Cristo?

Pues  mira, . qué  sedas,  qué  alfombras,  qué  almohadas  debes  preparar.  "La justicia,  dice,  y  el  juicio  son  la preparación de  tu  trono"  (5 88,15).  La justicia es aquella virtud que da a cada uno lo que es suyo: da tú, pues, a cada uno lo que es suyo. Da al superior, da la inferior, da al igual lo que a cada uno le debes y así celebrarás dignamente el Adviento de Cristo, pre­parando de este modo en la justicia su asiento.

Da, digo, al prelado la reverencia y obediencia de las cuales la una pertenece al cuerpo y la otra al corazón. Pues no basta obedecer a los mayores en lo exterior, sino que debemos también sentir altamente de ellos en lo íntimo del corazón. Y aunque tan manifiestamente se conozca la vida de un prelado que de ningún  modo  permita disimulación o excusa,  sin embargo por aquel Señor de quien viene toda potestad, al mismo que entonteces no conocemos como tal,  le debemos reputar superior a nosotros y acreedor de nuestro respeto, no difiriendo a los méritos presente de su persona, sino a la ordenación divina y dignidad del oficio.

Así también a nuestros hermanos, entre quienes vivimos, por el mismo derecho de fraternidad y sociedad humana,  somos deudores de consejos y de auxilio, pues esto es lo que queremos también nosotros que ellos nos den: consejo para que nuestra ignorancia aprenda y auxilio que  ayude a nuestra debilidad.

Pero de mucho más grave y peligrosa deuda están cargados aquellos que tienen que  dar cuenta por las almas de otros.  ¿Qué haré yo  ,infeliz? ¿Adónde me volveré, si sucede que guardo con descuido tan grande tesoro, aquel rico depósito que para sí lo reputó Cristo más precioso llevar muchas veces a diversos lugares? ¿Qué ánimo tendría yo en tan grande peligro?

Así la digna preparación del trono para el Señor de la Majestad, en cuanto toca al hombre, consiste en que, por una parte, procure observar los mandamientos de la justicia, y, por otra, se repute siempre indigno e inútil a sí mismo.

 

 

9.2b LA LEYENDA (para su consideración)

La leyenda (latín=lo que ha de leerse) originalmente designaba piezas escogidas de la vida o del martirio de los santos. Más tarde se llamó leyenda a los libros que contenían biografías de los santos. Finalmente se llamaba así los relatos de la vida de los santos. La más famosa colección de leyendas es la "Legenda Aurea", es decir, "Leyenda de Oro" de Jacobo de Vorágine de la Edad Media.

La leyenda quiere contar la vida terrena y el actuar de los santos para edificar, para animar a la imitación o para fortalecer en la fe. A veces la leyenda surgió del deseo de explicar un nombre, la imagen de un santo, el origen de una templo o de una devoción o peregrinación o para fundamentar la autenticidad de reliquias veneradas .

Como es de imaginarse, los hechos históricos sufrían algo porque la imaginación piadosa los enriquecía, los transformaba, les añadía rasgos y milagros de santos anteriores.

En el centro de la leyenda se encuentra lo extraordinario sea de la vida sea del milagro, que manifiesta la elección divina del santo. Se ha desarrollado un tipo fijo que se aplicaba a santos diversos. La predicación y las costumbres contribuían a que las leyendas entrarán en la vida y la fe del pueblo creyente.

La Iglesia siempre ha enseñado que los santos son encarnación humana del amor y de la santidad de Dios. El prefacio I  de los santos dice: "Tú (oh Dios) nos ofreces  el ejemplo de su vida, la ayuda de su intercesión y la participación en su destino para que, animados por su presencia alentadora, luchemos sin desfallecer en la carrera, y alcancemos, como ellos, la corona  de gloria que no se marchita: Por Cristo nuestro Señor. El prefacio II  dice: "Porque mediante el testimonio admirable de tus Santos fecundas sin cesar a tu Iglesia con vita­lidad siempre nueva, dándonos así pruebas evidentes de tu amor. Ellos nos esti­mulan con su ejemplo en el camino de la salvación y nos ayudan con su intercesión".

Por ello, no nos dejemos irritar por lo que nuestra era racionalista tilda de "inexactitud histórica". Aunque este o aquel Santo o Santa no hayan existido, su leyenda es un reflejo de la ferviente fe de nuestro pueblo y ciertamente puede ser estímulo a reconocer el amor de Dios y la necesidad de conversión nuestra. Las leyendas son como la imagen de lo que Dios puede hacer en medio de la debi­lidad humana y lo que nosotros podríamos ser si dejásemos que Dios nos embargará con su santidad.

Los historiadores dicen que tal o cual santo no ha existido. Lo cierto es que no hay documento que lo comprueba la existencia histórica. La no-existencia es una hipótesis, es decir, una suposición. No hay documento, no hay prueba del santo, por ende, no existe. Esto no es prueba de su no-existencia. Y si alguien lleva el nombre de un santo cuya existencia no se puede comprobar históricamente, nada le impide llegar a ser  un santo histórico y prestar su vida santificada por Dios al nombre de ese santo.

 

 



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