Domingo 24 del Tiempo Ordinario B - Iglesia del Hogar: Nos preparamos en Familia para que todos puedan acoger con Fruto la Palabra de Dios
proclamada en la Misa Dominical
Recursos adicionales para la preparación
Falta un dedo: Celebrarla
Las Lecturas del Domingo
PASAJES DOMINICALES
Primera Lectura: Is 50.5 -9
En cuatro lugares de la segunda parte del profeta Isaías se habla del "Siervo de Yahvé". Ha abierto su oído y su vida ante Dios y se ha puesto a su servicio totalmente. Esto le merecerá persecución y finalmente la muerte (Cfr. domingo 29). Jesús ha aplicado la figura del Siervo de Yahvé a su propia persona. Él es el verdadero "Siervo de Dios". ¿Habremos merecido alguna vez rechazo por nuestro testimonio cristiano? Quizás nos acomodamos demasiado…
Segunda Lectura: Stgo 2, 14 -18
La fe necesariamente debe expresarse en hechos, en vida porque, en caso contrario, la fe está muerta. Y este tipo de fe sin obras no puede salvar. El ejemplo que utiliza Santiago es muy actual. ¿Qué vale nuestra fe cuando el hermano pasa hambre? También en nuestra liturgia la despedida: "Podemos ir en paz", puede convertirse en una mentira. Es que hay tantos pobres ¿y cuándo hemos ayudado última vez?
Evangelio Mc 8, 27 -35
Desde Mc 8, 27 el Señor manifiesta los apóstoles su misterio más íntimo. Pero no lo entienden. A lo mejor nosotros tampoco entendemos el sentido que tiene la cruz para nosotros. Escuchemos a Jesús.
REFLEXIONEMOS
Los Padres
"No cambiemos nunca el mundo exigente contra el mundo de exigencias. No es el mundo de Jesús. Tenemos que sabernos comprometidos con el último lugar al que escogió el que murió en la Cruz. Lo celebramos en cada Santa Misa. Perdonémonos mutuamente y pidamos a Dios y a los demás perdón cuando tenemos que reprocharnos algo, mejor en la hora que nos damos cuenta que necesitamos el perdón, a lo más tardar, al caer la noche" (H. Spaemann)
Con los Hijos
Todo el mundo lleva hoy en día una cruz y en la mayoría de los casos es un adorno y nada más. Hace algunos años en la Alemania nazi obligaron a los judíos que llevasen cocida en su chaqueta una estrella de David y así, al salir a la calle, se expusieran a toda clase de vejámenes. Ellos sufrían por el signo que llevaron. Cuando nosotros llevamos la cruz debería ser un signo que deseamos seguir al Señor en las buenas y en las malas. Así que cada vez que nos santiguamos, cuando nos ponemos una cruz de adorno debe ser como si prometemos al Señor que queremos seguirlo.
CONEXIÓN EUCARÍSTICA
Jesús nos llama a la comunión en su cuerpo y en su camino. Porque sólo aquel que le sigue, llegará a conocerlo de verdad porque caminará con Él y con la cruz a la resurrección. La eucaristía se nos regala como prenda del amor y de la presencia de este sacrificio del Señor.
NOS HABLA LA IGLESIA
"No es ajeno a este propósito recordar aquí a todos, tanto a los poderosos como a los humildes, que es absolutamente inseparable del sentido que la sabiduría cristiana tiene de la vida, la voluntad de vivir sobriamente y de soportar, con la gracia de Dios, el sacrificio.
Mas, por desgracia, hoy se ha apoderado de muchos un afán inmoderado de placeres. No son pocos, en efecto, los hombres para quienes el supremo objeto de la vida en anhelar los deleites y saciar la sed de sus pasiones, con grave daño indudablemente del espíritu y también del cuerpo. Ahora bien, quien considere esta cuestión, aun en el plano meramente natural del hombre, ha de confesar que es medida sabia y prudente usar de reflexión y templanza en todas las cosas y refrenar las pasiones.
Quien, por su parte, considera dicha cuestión desde el punto de vista sobrenatural, sabe que el Evangelio, la Iglesia católica y toda la tradición ascética exigen de los cristianos intensa mortificación de las pasiones y paciencia singular frente a las adversidades de la vida, virtudes ambas que, además de garantizar el dominio firme y equilibrado del espíritu sobre la carne, ofrecen medio eficaz de expiar la pena del pecado, del que ninguno está inmune, salvo Jesucristo y su Madre inmaculada" (Juan XXIII, Mater et Magistra 234-345).
VIVENCIA FAMILIAR
Sería bueno controlar las cruces que hay en la casa y mirarlas de cerca (despolvarlas ¿?). Durante la semana, para renovar nuestro respeto ante el misterio de la cruz, colocar flores frescas ante la cruz más importante de la casa y quizás durante la oración de la noche encender una velita.
ORACIONES
Al Señor en la cruz
Yo creo en ti, quien es crucificado aún hoy día, porque vives;
creo en el fracasado que ha cambiado el mundo
creo en el indefenso a quien Dios no abandonó
creo en el que ama tanto
porque es el amor de Dios.
Creo en Cristo, Señor, hazme caminar contigo. Amén