Catequesis Dominical para Niños

 

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Queremos ayudar  a que los niños por medio de  la catequesis dominical puedan compenetrarse de la Palabra de Dios proclamada durante la Misa Dominical. Sin embargo, de ningún modo queremos dar pie al terrible malentendido como si pretendiéremos colaborar en sustituir la Misa Dominical de la Comunidad Parroquial con una Misa para Niños. Tenemos  una seria acusación al respecto

 

 

DOMINGO 23

DEL TIEMPO ORDINARIO “A”

 

 

 Contenido

1. Pasajes dominicales

1.1 Primera Lectura: Ezequiel 33, 7-9

1.2 Segunda lectura: Romanos 33,7-9

1.3 Evangelio: Mateo 18,15-20

2. Catequesis 2.1. Catequesis I: Paciencia, perdón, oración.

2.1.1 Meta

2:1.2 La Catequesis

Variación

2. Catequesis III: Poder de atar y desatar

2,3,1 Meta

2.3.2 La Catequesis

3. Vivencia

 

 

 

1. Pasajes dominicales

1.1 Primera Lectura: Ezequiel 33, 7-9

1.2 Segunda lectura: Romanos 33,7-9

1.3 Evangelio: Mateo 18,15-20

 

2. Catequesis 2.1. Catequesis I: Paciencia, perdón, oración.

 

2.1.1 Meta

Dios tiene una infinita paciencia con nosotros mientras que el hecho de darle otra oportunidad al que ha faltado contra  nosotros, nos parece ya el colmo de paciencia. El evangelio nos anima todos a dar otra y otra oportunidad, y no solamente eso, sino hacer algo al respecto

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2:1.2 La Catequesis

¿Qué harían ustedes?.

Un grupo se fue de campamento. Como Uds. Saben, cada uno debe colaborar para que el campamento sea un éxito. Hay que levantar las carpas, hay que arreglar la cocina, hay que guardar las cosas. Y durante el día hay que preparar la comida, hay que lavar los trastes, hay que poner las cosas en orden antes de poder explorar, jugar o descansar.  De lo contrario, al volver no se come, no se puede dormir, etc.

Ahora bien, había un muchacho que no quiso asumir su parte del trabajo. Solía escaparse. Cuando lo  tocaba cocinar, los compañeros se quedaban sin comer. Cuando lo tocaba lavar sus compañeros tenían que comer en platos sucios. Cuando le tocaba levantar la carpa, sus compañeros al regresar de excursión muy tarde tenían que dormir al aire libre y se resfriaron. ¿Qué harían  ustedes con ese  muchacho? ¿Mandarlo a casa? ¿No darle de comer? ¿O simplemente excluirlo del rol de responsabilidades? ¿Qué harías?

Vamos a escuchar el evangelio.

¿Qué nos dice Jesús? ¿Cómo quiere él que procedamos? ¿Las palabras de Jesús nos sugieren botarlo del campamento para que ya no sea un problema? ¿Qué es lo que habría que hacer primero? … (Hablar con él). A ver si entra en razón. A lo mejor se le dice a su mejor amigo que hable con él. Pero si no escucha, ¿qué es lo que aconseja Jesús?... (Que vayan dos o tres). A ver si lo escuchan. Y, ¿si no les hace casa?... (Hay que hablarle delante de todo el grupo). ¿El ha causado problemas a todo el grupo?... (Sí, no comieron se resfriaron, etc.).  De manera que tienen que hablarle delante de todo el grupo. Y si no quiere cambiar de conducta recién entonces lo separarán y lo mandarán a casa. Al fina, ¿quién tiene la culpa de la separación?... (El muchacho porque no quiere asumir su respuesta). ¿Se le ha dado chance para cambiar? … (Sí). Es decir, le han tenido bastante consideración y  paciencia.

Lo mismo debe pasar con el que comete pecado grave y causa escándalo, es decir, que trata de arrastrar al pecado a otros más.

 

Perdón.

Supongamos que el chico al separarlo de grupo y al mandarlo a casa porque no quería mejorar, les pide que le den otra oportunidad. ¿Qué nos aconseja Jesús?... (Que le demos otra oportunidad). Es decir, que le perdonemos lo anteriormente hecho. Es una gran cosas el perdón. Es como si lo hubiéremos atado, es decir, decidido mandarlo a casa y lo desatamos, es decir, lo dejamos seguir en el campamento.

Supongamos que alguien ha sido un gran pecador y pide a la Iglesia que le perdone y le dé otra oportunidad. Y supongamos que luego de haber sido perdonado muere y llega a la puerta del cielo, ¿lo dejarán entrar?... (Sí). Porque en el evangelio Jesús dice: “Lo que desatan en la tierra quedará desatado en el … (Cielo).  Es que el pecado es como una atadura. Si te amarran las manos y los pies, ¿puedes ayudar y salvar a alguien que está ahogándose?... (No). El pecado es algo así. Cada vez más te ata y al final, si no te desatan, sólo eres capaz de hacer cosas malas. El vicio es así. Por ejemplo: comienzas con mentiras pequeños, luego son más y más grandes y al final eres incapaz de decir la verdad porque estás atado. Imagínate que le va pasar algo malo a una persona que quieres mucho y sólo tú lo puedes evitar. E imagínate que justo antes que surja esta necesidad alguien te desata, ¿no sería maravilloso? Pues el perdón nos desata y nos libera para hacer más fácilmente cosas buenas.

 

Oración.

Supongamos que el chico se pone terco y prefiere que lo manden a su casa, ¿ya no hay nada que hacer? Si lo quieren pueden llamarlo por teléfono, pueden escribirle cartas y mandarle fotos y decirle que lo extrañan, ¿verdad? Al final del evangelio Jesús nos dice lo que podemos hacer por los tercos que no quien cambiar. Jesús nos promete que el Padre del cielo nos dará todo lo que le… (Pidamos).  ¿Qué hacer entonces por los que no quieren cambiar, por los que se han alejado, por los que hacen mal?... (Rezar). Aunque no quieran escuchar razones nosotros seguiremos… (Rezando por ellos).

 

Resumen y aplicación

Jesús nos aconseja que con los remisos, los que no hacen el bien que tengamos… (paciencia). ¿Cómo se muestra la paciencia?... (Hablándole uno, varios y todos). Es como darle una nueva oportunidad. ¿Cuándo escuchan y cambian Jesús nos dice que les ofrezcamos?... (Desatarlos). ¿Si siguen tercos?... (Rezar por ellos).  Así que Jesús nos sugiere tres actitudes con los que hacen mal. ¿Con el que obra mal?... (Paciencia). ¿Con el que se arrepiente?... (Perdón). ¿Con aquel que no se arrepiente?... (Oración). Todo esto lo hacemos porque Jesús está siempre con nosotros y queremos hacer las cosas como las haría Jesús. Además, desde al bautismo tenemos dentro el Espíritu Santo. Él también nos aconseja  y nos ayuda a proceder como enseña el evangelio.

Durante esta semana, cuando nos traten mal, ¿con ellos tendremos?... (Paciencia).

Durante esta semana, cuando se arrepiente, ¿qué les ofrecemos?... (Perdón).

Durante esta semana, cuando alguien sigue sin cambiar de conducta?... (Oración).

A ver si recuerdan bien. Repetimos…

 

Variación

Antes de la catequesis se procede de la siguiente manera:

El(a) catequista ha hablado previamente con varios) de los niños para que comiencen a correr, a hacer ruido, a dar palmadas. Se les envía otro niño para que les hable. Uno de ellos deja de hacer ruido y se sienta en su lugar. Luego se envían varios a los demás “revoltosos”. Se sienta uno más. Al final a los restantes se les coloca delante el grupo y se les aconseja. Hay uno que no da su brazo a torcer. Lo mandan fuera (Puede escuchar la catequesis detrás de la puerta).

 

 

 

 

 

2. Catequesis III: Poder de atar y desatar

2,3,1 Meta

El poder de atar y desatar es algo muy real. Es el poder del perdón investidos en humanos que por voluntad de Dios perdonan. El perdón humano es a la vez perdón divino,  tiene repercusiones en el cielo. Dios se ata a las decisiones humanas. Queremos transmitir a los niños aunque sea una pizca de la profunda alegría que Dios ha puesto en las manos de la Iglesia.

 

2.3.2 La Catequesis

El catequista relata los diversos casos y los niños hacen la mímica o representación muda de lo que se cuenta. Mayor impacto, por supuesto, lograremos cuando hemos podido prepararlos a manera de  sketch.

 

1.- Primer caso”Atar”

Un señor estaba muy preocupado del buen comportamiento de sus conciudadanos. Les dijo:”Hay que portarse bien porque así nos irá bien a todos, si no, encontraré cómo intervenir”. Un día paseando por la calle, observó como un caballero insultó a otro de manera muy fea. Furibundo lo tomó del brazo y lo llevó a la comisaría más cercana. El sargento de policía saludó atentamente a los dos caballeros cuando entraron a su oficina y les dijo:”En qué puedo servirles?”. El señor, preocupado del buen comportamiento de  sus conciudadanos, dijo:” Este caballero ha insultado de manera muy fea a otro caballero. Quiero que lo meta preso”. El sargento preguntó “¿Qué autoridad tiene  usted para meterlo a la cárcel? ¿Es juez o policía?” “No, le contestó el otro, soy un simple ciudadanos y quiero que lo metan en la cárcel”. El sargento, muy cortésmente pero también de manera muy firme, le contestó:”Señor usted no tiene poder de mandar a alguien a la cárcel. Por eso váyanse los dos y dejen de molestar”.

 

2. Segundo caso” Desatar”

Un detective había sorprendido a una mujer que estaba robando a unos niños la plata. La arrestó y la llevó a la cárcel de mujeres. El señor, muy preocupado por el comportamiento de sus conciudadanos, sintió compasión. Le dio pena. Por ello se fue a la cárcel y dijo al detective: “Por favor, suelte a esa mujer”. El detective, después de saludar muy atentamente al señor, le preguntó:” ¿Qué poder tiene usted para  ordenar que suelten a la ladrona?” El otro le contestó:” Soy un ciudadano preocupado por el comportamiento de mis conciudadanos”. El detective, muy cortésmente pero también muy firmemente le dijo: “Señor, usted no tiene poder de sacar a alguien de la cárcel. Por eso váyase y deje de molestar”.

 

3. Tercer caso ”Desatar”

Como ustedes ven, cuando uno no tiene poder no puede atar o desatar aunque trate de hacerlo no se lo aceptarán.. Había una vez un obispo que caminaba por un parque y vio allí a una mujer que estaba muy triste y llorando. Le preguntó:”Buena mujer,  ¿qué le sucede?” Ella contestó: “No me llame buena. Soy muy mala. Miento, robo, insulto y hago daño. Si me muero ahora, iré al infiero. Estoy atado a mis pecadlos”.  El obispo le dijo: “¿Acaso no ha escuchado lo que dice Jesús en el evangelio?... Lo que desaten en la tierra quedará desatado en el cielo”.

La mujer cobró confianza y pidió que la escuchara en confesión para recibir el perdón los pecados. Al final el obispo le dijo: “Yo te perdono todos los pecados en el nombre del padre, del hijo y del Espíritu Santo. I A los pocos días la mujer se murió y llega a la puerta del cielo. Allí estaba San Pedro que le pregunta: ”Señora ¿que desea usted?” “Quisiera entrar al cielo”, le dijo la mujer. San Pedro frunció el ceño y dijo:” No se va poder hacerlo. Usted es muy mala; roba, hace daño. Está usted atada al pecado y tendrá que ir al infierno”. ”Perdóneme, San Pedro, -le dijo la mujer, - pero el obispo me ha  perdonado los pecados y me ha desatado”. San Pedro replicó: ”Eso cambia todo. Señora, pase usted, pase adelante, su casa”.

Dios le hadado a su Iglesia el poder de atar y desatar. El señor muy  preocupado por el buen comportamiento de sus conciudadanos, ¿tenía  poder de atar o desatar, meter a la cárcel o sacar de ella?...  (no). El obispo y los sacerdotes tienen poder de desatar en nombre de Dios?... (si). Lo que nos digan aquí, valdrá para el cielo. Es por eso que el Papa se confiesa cada semana. También los sacerdotes se confiesan regularmente para ser desatados. Cuando la Iglesia nos desata de los pecados somos libres para el cielo. Generalmente la justicia humana sólo sabe atar. Cuando uno comete una maldad lo acusan, lo juzgan y lo meten a la cárcel. Pero nosotros cuando estamos atados por la maldad sabemos adónde ir para que nos desaten. Dios ama mucho a los pecadores. Por eso ha dado poder de desatar al Papa, a los obispos y a los sacerdotes. ¿No es maravilloso que cuando he cometido algo muy malo saber que puedo ir donde la liberen? Es un gran regalo de Dios.

 

3. Vivencia

Sugerimos  a los niños que en un momento propicio se acerquen a sus padres para pedirles consejos:” Papa, mamá, ¿cómo puedo mejorar? Como me pueden ayudar a poner en práctica sus consejos?”

 

 

 

 

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