El satanismo en el mundo de hoy
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Observador de la Actualidad 905
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El auge mundial del satanismo
- Las «razones» de un satanista
- Hay satánicos que no creen en Satanás
- Música rock y satanismo
- Llamas a Belcebú, y Belcebú viene
- Formas veladas de satanismo
- De Satán a la vida consagrada
- Actitudes pastorales ante al satanismo
El auge mundial del satanismo
Los jóvenes son sus principales adeptos. Muchos son atrapados por confundir al demonio con un simple signo de rebeldía contra el orden establecido.
El satanismo es, sin duda, un fenómeno en ascenso. Sin embargo, advierte Vicente Jara, dominico terciario y director en Radio María España del programa Conoce las sectas, «en el satanismo no se cae de un día para otro; la entrada es lenta, muy lenta, y puede llevar años habiendo empezado en la niñez o en la juventud».
LOS QUE CAEN MÁS FÁCIL
Otro experto en el tema, el periodista italiano Carlo Climati, advierte que la curiosidad y el relativismo moral son actualmente puertas de acceso de los adolescentes al satanismo.
Explica que los más vulnerables son aquellos muchachos que se sienten «víctimas de una soledad terrible, de la incomunicación y de situaciones familiares difíciles», y creen encontrar en el esoterismo una «solución fácil e inmediata a sus problemas».
COMO SI FUERA JUEGO
A decir de Climati, a veces los que se adentran en el satanismo llegan a creer que es como una especie de juego.
Así, por ejemplo, en enero de 2000, la ciudad de Querétaro fue conmocionada cuando se supo que un grupo de cuatro jóvenes «darketos», para «celebrar» el cumpleaños número 14 de la joven Blanca Érika Zamora Puga, realizaron un ritual que incluyó estrangularla con una cadena cuando estaba en trance, y golpearla hasta matarla; finalmente, la «fiesta de cumpleaños» terminó con el mutilamiento del cuerpo en varios pedazos que fueron distribuidos por distintos lugares del centro histórico de la ciudad.
Tanto los asesinos como la víctima eran iniciados de un grupo satánico que decía actuar según lo consignado en un libro llamado La Mascarada.
LAVADO DE CEREBRO
«En los últimos años los jóvenes han sufrido una especie de lavado de cerebro que los empuja a no tener miedo del mundo del ocultismo», denuncia Carlo Climati; por eso «cada día aumenta el número de jóvenes que se declaran seducidos por el diablo y la magia negra» con la ilusión de vivir una vida sin reglas; confunden al diablo con un «ángel rebelde» y se dejan capturar «por la ilusión de una vida aparentemente libre, sin reglas», por una libertad engañosa que les lleva «a un estado de dependencia y de esclavitud»
El satanismo «destruye aquellos valores universales que están escritos en el corazón de cada ser humano» y crea «una especie de sociedad al revés, donde el bien se vuelve mal y el mal se vuelve bien».
¿Y LOS PAPÁS?
Por desgracia, con su indolencia, los padres de familia se están convirtiendo en verdaderos cómplices del problema.
En el caso de Blanca Érika Zamora, es de hacer notar que hasta varios días después de su muerte, cuando la policía ya había difundido la fotografía de la víctima para dar con su identidad, los familiares se enteraron del asunto. No se entiende cómo unos padres de familia pueden dejar pasar varios días sin preocuparse por saber qué es de su hija de 14 años.
En 1998 una secta satánica en Italia, conocida como «Bestias de Satanás», realizó el sacrifico humano de dos de sus miembros: una joven a quien consideraban la «encarnación de la Virgen María» y un muchacho de 16 años llamado Fabio. Michele Tollis, papá de éste, comentó: «Mi hijo tocaba por los bares. Al principio sólo hacía música ‘metal', pero el problema llegó cuando empezó a componer letras de tipo satánico, vestía de negro y llevaba símbolos extraños; pero a mí eso no me preocupaba. Pensé que era el típico síntoma de adolescente rebelde. Además, era buen estudiante, nada problemático. Fui demasiado ingenuo. Tendría que haber estado más atento al ambiente que frecuentaba mi hijo».
PAÍSES MÁS AFECTADOS
El satanismo es un problema universal, pero hay naciones en las que su difusión ha alcanzado niveles alarmantes.
Dice el padre Manuel Guerra, el mayor experto de la Iglesia en España sobre el tema de las sectas, que en aquel país hay más de seis mil personas que adoran a Lucifer a través de alguna secta satánica; hasta el momento en España han podido ser identificados 54 grupos diabólicos, los cuales siempre tienen mayor actividad en las grandes urbes.
Este año hasta se organizó un congreso satánico con el fin de unificar las fuerzas de todo el satanismo español. «Ya hemos iniciado los trámites para legalizar la Iglesia de Satán en España como asociación cultural», ha explicado José M. C., actual presidente de la Iglesia de Satán en España.
Pero el problema es bastante más grave entre los italianos. «Hay numerosas sectas satánicas en Italia; por ejemplo, en Turín, donde el arzobispo ha tenido que nombrar a cuatro nuevos exorcistas porque hay unas cuarenta mil personas involucradas en sectas satánicas», explica el profesor Tonino Cantelmi, psiquiatra y presidente de la Asociación de Psicólogos y Psiquiatras Católicos.
Según una encuesta, uno de cada diez adolescentes italianos corre el riesgo de caer en manos de una secta satánica. Muchos de los jóvenes entrevistados han declarado que si Satán les diera poder y dinero no tendrían problema ninguno en aliarse con él.
Estados Unidos no sólo cuenta con la mayor cantidad de satanistas en el mundo, sino también con la mayor oferta de religiones satánicas -al menos hay 231 tipos diferentes de sectas satánicas-, siendo cuna de muchas de ellas, por ejemplo, de la famosa Iglesia de Satán, la cual tiene reconocimiento legal en el país.
En los últimos años en Bolivia también se han venido registrando crímenes satánicos. La policía ha tenido que hacer frente a diversos casos que van desde raptos y laceraciones perpetrados por jóvenes satanistas contra sus víctimas, hasta sacrificios de animales y personas, incluso de mujeres embarazadas.
En la ciudad boliviana de Oruro, por ejemplo, tres jóvenes de 19 años asesinaron con un cuchillo de cocina a un joven de 26 años en un ritual cuya finalidad era un pacto diabólico para obtener dinero y comprar instrumentos musicales para su banda de rock.
Al respecto, Miguel Manzanera, representante del Departamento de Bioética del arzobispado de Cochabamba, ha advertido que «los sacrificios se convierten en una práctica común de estos grupos; ofrecen al diablo no sólo animales, joyas u objetos personales sino la vida de personas. Provocar el sufrimiento es uno de los fines de los que intervienen en los ritos».
EN EL NARCOTRÁFICO
En Colombia también ha crecido mucho el satanismo, muchas veces ligado a los grupos de narcotraficantes. En sus ritos diabólicos usualmente se sacrifica una víctima; se ha extendido la creencia de que el diablo, a cambio de las víctimas inmoladas en su honor, garantiza que la droga no sea incautada por las autoridades.
En sus comienzos, el narcotraficante Pablo Escobar Gaviria acostumbraba profanar las tumbas para obtener «ayuda del más allá» y asegurar el éxito de sus negocios; y se convirtió en el más temible y poderoso narcotraficante en Colombia. Por su parte, José Rodrigo González Gacha, alias «El Mexicano», cuando iba a enviar droga al exterior, ordenaba al encargado de la operación el sacrificio de una persona cuya edad debía coincidir con el monto total de toneladas de cocaína embarcada; así, si enviaba dos toneladas de droga, la persona sacrificada debía tener dos años de edad.
D. R. G. B.
Las «razones» de un satanista
Pablo es un joven de Panamá. A sus 19 años ya se ha convertido en un verdadero satanista. Contó su historia a la periodista Danna Barrios, del informativo Día a Día:
«Lo que llevo en mi mente es algo que nadie se maginaría hasta que forme parte de lo que yo
lamo la oscuridad y las tinieblas de lo místico». Cuando entró a la universidad un día fue a una fiesta que marcó su vida: fue invitado para que observara y decidiera si quería pertenecer al grupo. «Me sorprendió ver a las personas tomando sangre de un animal y con huesos humanos en las manos; tuve que hacerlo si me quería integrar al grupo, no podía decir que no». Había una estrella de cinco picos, y una cruz invertida como burla a Jesús. «Pero ese día no sólo sacrificaron a un animal, sino que una jovencita que había abortado levó su feto de tres meses y lo ofreció en sacrificio.
En ese momento me dije: «Esto es de verdad». Me volteé, no pude salir, ya era difícil».
Además, «tuve sexo con muchas personas; al principio me parecía algo raro, pero con el tiempo me pareció bueno, hasta el momento en que me pidieron que matara un animal y lo trajera como sacrificio. Lo hice».
A partir de entonces, Pablo cambió mucho: llegó a golpear a su padre, y su madre encontró en uno de sus cuadernos la frase: «Si alguien entra a tu recinto y te falta al respeto, destrúyelo». Finalmente la familia no pudo más con Pablo: «Me largaron de la casa, pero eso no me importa, pues a mi lado camino con alguien más importante que mi familia: el diablo», concluye Pablo muy sereno.
Hay satánicos que no creen en Satanás
Todo satanista, lo sepa o no lo sepa, verdaderamente rinde culto a los demonios, porque éstos no son una idea sino espíritus reales, rebeldes a Dios.
Donde Satanás se mueve reina la confusión y la división, por eso las sectas satánicas no son la excepción: se pelean, se dividen, surgen nuevas, otras desaparecen, etc. Ni siquiera son capaces de ponerse de acuerdo en la creencia «básica».
Se puede hablar de un satanismo tradicional, conformado por los que adoran a Satanás reconociéndolo como un ser real, un ángel caído al que se le pone en el lugar que sólo a Dios corresponde; y por ser Satanás el príncipe de las tinieblas, se considera que es posible dirigirse a él mediante rituales mágicos para obtener diversos favores.
La contraparte es el satanismo simbólico -por ejemplo, el de la Iglesia de Satán, fundada por Anton La Vey-, que piensa que Satán no es más que una idea, una expresión de la transgresión y del «racionalismo»; afirman sus adeptos: «Para el satanista la felicidad se debe encontrar aquí y ahora. No existe el Cielo para ir después de la muerte, y tampoco el Infierno de fuego como castigo para el pecador».
El CELAM hace otra clasificación del satanismo en tres tipos:
- Satanismo de adolescentes, en el que los muchachos, aun sin conocer realmente el satanismo, pero llevados por la curiosidad y la búsqueda de identidad, se unen a grupos satánicos que los inician poco a poco en reuniones de viernes por la noche tomando licor y escuchando música rock, mientras que algún iniciado los instruye en la filosofía del grupo y los incita a realizar actos inmorales.
- Satanismo ácido, el cual reúne a personas que ejecutan actos más graves como consumo de drogas, orgías y actos delictivos. Generalmente son jóvenes que deciden actuar así para demostrar «poder» ante los otros. Con frecuencia no conocen mucho de satanismo pero utilizan el nombre para crear temor entre las demás personas.
- Satanismo racionalista, que se da en personas que generalmente han leído obras de Nietzsche y Crowley. Su satanismo es fruto de una opción personal y filosófica que se opone a las leyes, cultura y religiones existentes. Algunos de sus adeptos realizan rituales, pero no todos.
En cuanto a los ritos, hay un satanismo que practica sacrificios humanos y animales; pero hay otro que considera esto como aberración y signo de estupidez.
Un modo más de clasificar a estas sectas es en luciferinas y satánicas. Las sectas luciferinas creen que Lucifer es el símbolo del conocimiento y la sabiduría y, por lo tanto, de la verdadera luz. Sus adeptos, con frecuencia de un nivel económico alto, buscan poder, influencias y más dinero. Por su parte, las sectas satánicas propiamente dichas están conformadas principalmente por personas con un profundo rechazo ante todas las instituciones, y realizan acciones en contra de lo establecido (es común el uso de drogas y la práctica de orgías); su visión es más anárquica que creyente.
Según el satanismo de Anton La Vey, el mal es una fuerza vital e impersonal al que se le rinde culto a través de rituales precisos, todo ello con la intención de dominar las facultades destructivas propias de tal fuerza. Pero en la Biblia de Satán, escrita por el propio La Vey, es evidente que en algunos ritos se dirige al demonio como a un ser personal. Así, pues, el satanismo está lleno de ambigüedades y contradicciones.
Pero si hubiera que dar una definición única de todo satanismo, esta frase lo resume: «El satanismo es la verdadera liberación de las religiones; es la autonomía y personalidad definida de un ser humano; es aprender a vivir su propia vida sin depender de yugos ni limitantes». Es decir, es convertirse en dios de sí mismo.
«EL SATANISMO BUSCA...
... derrocar y destruir los valores universales que están inscritos en el corazón de todo ser humano, y construir una especie de ‘sociedad al contrario' en la que el bien se convierte el mal y el mal se convierte en bien. Esta idea se representa a través de la cruz invertida, que significa la inversión de los valores del cristianismo».
Carlo Climati
«El satanismo no es ausencia de valores -si fuera así, sería mucho más fácil combatirlo- sino un contravalor, la afirmación y el triunfo del ‘valor' del mal».
Tonino Cantelmi
Música rock y satanismo
Sería totalmente injusto acusar de satánica toda la música de rock. Mas tampoco se puede dejar de lado que hay toda una galería de artistas que sirvieron y sirven a Satanás a través de la música. Aquí algunos:
Los Rolling Stones popularizaron, a finales de la década de los sesenta, álbumes como Their Satanic Majestic Request («Al servicio de sus satánicas majestades») y su clásico Sympathy for the devil («Simpatía por el diablo».
Ozzy Osbourne, cantante del grupo Black Sabbath, dedicó su canción Mr. Crowley al mago «negro» Aleister Crowley, orgulloso homosexual, drogadicto y masón grado 33 que fundó su propia religión tras decidir que Satanás era su dios.
Stairway to Heaven («Escalera al Cielo»), el gran éxito del grupo Led Zeppelín, se considera la canción con el mayor número de mensajes satánicos ocultos.
El grupo AC-DC, en el punto más alto de su popularidad, difundió las canciones Highway to Hell («Autopista al Infierno»), Hell aint a bad place to be («El Infierno no es un mal sitio para vivir») y Sin City («Ciudad del pecado»).
En Inglaterra el grupo Iron Maiden lanzó el álbum titulado The Number of the Beast («El número de la bestia» ), obviamente refiriéndose al 666.
La banda británica Venom, precursora del estilo black metal, tiene entre sus composiciones conocidas In league with Satan («Aliados de Satán»), y Welcome to hell («Bienvenido al Infierno».
Llamas a Belcebú, y Belcebú viene
José María Zavala le ha echado audacia al completar una atrevida y pionera aproximación testimonial al fenómeno de la posesión diabólica y al combate agotador que libran contra ella los exorcistas. Lo hace a través de su libro Así se vence al demonio (LibrosLibres).
La mayor parte de los casos que recoge este volumen tienen que ver con el juego insensato de los cultos satánicos, el espiritismo (la ouija sobre todo) o la magia negra. Llaman a Belcebú, y Belcebú viene. Y, cuando viene, es complicado echarlo.
Gaetan Kabasha, joven sacerdote centroafricano, relata que en su país es frecuente que algunos recurran al diablo para encontrar diamantes o para subir en la escala social, o que practiquen la brujería con animales para hacer daño a una persona.
Una señora a la que exorcizó había empezado a notar los asaltos diabólicos cuando su marido, un militar con quien había ido a Sudán a consagrarse a Satanás para ascender en el Ejército, dejó de cumplir los maléficos términos del pacto.
Y el padre Brendan, un neoyorquino de origen irlandés que lleva un cuarto de siglo expulsando demonios y es un experto en sectas satánicas, advierte de otro riesgo similar: las invocaciones a Lucifer, explícitas o implícitas, de algunas bandas de rock.
Satán tiene predilección por las almas más inocentes, en su intento de corromperlas.
Ricardo tenía solo 20 meses de edad cuando empezó a dormir mal, a padecer de los nervios y, en consecuencia, a adelgazar. Pero los médicos no encontraban nada raro. Sus padres decidieron entonces instalar una cámara en la habitación para monitorizar a su pequeño hijo.
Papá y mamá supieron lo que es el horror cuando vieron claramente un brazo junto a la cuna del niño, cuando lo grabaron suspendido en el aire como si alguien lo introdujese en la cama, o cuando entraban en el cuarto y lo encontraban como jugando con alguien. «Tá ahí», decía el pequeño cuando le preguntaban por su compañero de juegos. Y señalaba con el dedo un oscuro e inquietante rincón.
El padre Salvador Hernández, exorcista de la diócesis de Cartagena, acudió en socorro de esta familia.
El niño fue liberado por el poder de Dios, y más tarde se descubrió que el problema se debía a un maleficio que habían practicado contra ellos unos malos vecinos.
Resumido de Moral y Luces
Formas veladas de satanismo
No sólo las organizaciones que se declaran abiertamente al servicio del demonio -tales como la Iglesia de Satán, el Templo de Seth, la Iglesia de Guerra, o la Iglesia Mundial de la Liberación Satánica- son satánicas. Satanismo hay mucho, aunque velado, porque si algo no desea Satanás es demasiada promoción, pues siempre le es más fácil actuar donde su presencia no es tan evidente porque así logra atraer a muchos que de otra manera no se le acercarían.
El satanismo está de algún modo presente en prácticas y organizaciones como las siguientes:
- Celebraciones del Halloween.- En ellas se aprueban y se exaltan las maldades y el horror.
- Tribus urbanas tipo darketos, emos, góticos, etc. - Promueven lo oscuro, lo tenebroso, lo depresivo y, con frecuencia, lo autodestructivo (mutilaciones, suicidio).
- Magia blanca o negra.- Toda magia es satánica. Detrás de todo conjuro efectivo siempre está actuando el poder del demonio. No existe ni existirá jamás una magia «buena», aunque el mago, brujo o chamán engañe diciendo algunas oraciones y rodeándose de imágenes de santos.
- Espiritismo, tarot, cábala, runas y todas las formas para supuestamente contactar con los muertos (es con Satán con quien contactan) o para conocer el futuro.
- Culto a la «Santa Muerte».- La muerte es enemiga de Dios (cfr. Sab 1, 13;. 16; Rm 6, 13; I Co 15, 26. 54-55), y fue introducida al mundo por el diablo.
- Masonería.- Sólo a los masones de altos grados se les revela la conexión de la secta con Lucifer. Escribió Albert Pike en su libro Dogma y moral. Manual de la masonería: «La masonería (...) encubre sus secretos a todos, excepto a los adeptos y sabios (...); el iniciado es intencionalmente engañado (...). La Religión Masónica debe ser mantenida por todos nosotros, los iniciados de los más altos grados, en la pureza de las doctrinas luciferinas. Si Lucifer no fuera Dios, ¿podría Adonai*, cuyos hechos prueban su crueldad, perfidia y odio al hombre, barbarismo y odio por la ciencia, podrían Adonai y sus predicadores calumniarlo? Sí, Lucifer es Dios, y desafortunadamente Adonai también es Dios. (...) La verdad y la pura religión filosófica es la creencia en Lucifer, el igual de Adonai; pero Lucifer, Dios de la Luz y Dios de Dioses, está luchando por la humanidad contra Adonai...».
* NOTA: Adonai es una palabra hebrea y plural que significa «Señor» y que se aplica exclusivamente a Dios, develando ya de algún modo el misterio de la Santísima Trinidad. En el Nuevo Testamento el equivalente de Adonai es Kyrios, que se convierte en un título para referirse a Jesucristo, verdadero Dios y verdadero Hombre.
De Satán a la vida consagrada
Michela tiene ahora 41 años y hace trece que ingresó en la comunidad Nuovi Orizzonti, después de tener una auténtica vida de película. Cuando era una recién nacida fue abandonada por sus padres en el hospital, y hasta los seis años tuvo que vivir en un orfanato. «Había conocido todo menos el amor, y cuando un niño no conoce el amor es difícil que de adulto sepa dar amor», comenta Michela. Llevaba una vida desordenada, hasta que se enamoró de un chico católico. Poco después de empezar con los preparativos de la boda, a Michela se le vendría el mundo encima: su novio había contraído SIDA en una transfusión. «Ahí pude ver que con dinero había comprado todo, pero que no podía comprar la vida de Luca», comenta. El joven moriría al poco tiempo.
Renegando de Dios por la vida que le había dado, Michela se marchó, la noche del funeral de Luca, a la playa para hacer un juramento: «Dios, si Tú no existes, pasaré toda mi vida diciéndoselo a todo el mundo. Pero si existes de verdad, empeñaré mi vida en destruirte».
Decidió entonces hacer psicoterapia, pero nunca pensó que la doctora que la trataría iba a ser en realidad una sacerdotisa de una secta satánica. Le propuso que entrara en la secta y allí permaneció Michela dos años. En la Navidad de 1996 le ofrecieron ser sacerdotisa si antes afrontaba una prueba de filiación.
Comenta: «Me dijeron: ‘En Roma hay una joven llamada Chiara que ha fundado una nueva comunidad [católica]. Para nosotros es un obstáculo. Deberás matarla'». Cuando llamó a la puerta salió Chiara, la abrazó y le dio la bienvenida. «Ése abrazo cambió mi vida, fue algo indeleble que me llegó al corazón. Entramos en casa y le entregué el arma con que iba a matarla», relata. Unos días más tarde recibió la Comunión e hizo los votos de la comunidad fundada por Chiara Amirante en 1984. Fuente: Infocatólica
Actitudes pastorales ante al satanismo
Por monseñor Mario Moronta, obispo de Los Teques (Venezuela).
La Iglesia no puede sentirse indiferente ante este fenómeno presente en nuestra sociedad. Los pastores y los agentes de pastoral no pueden pensar que quizá es un fenómeno alejado de sus comunidades o pensar que son otros los que tienen que dar respuestas. Se requiere que todos profundicemos en algunas actividades o acciones que tienen que ver directa o indirectamente con el fenómeno y sus manifestaciones. Algunas pueden ser más preventivas, otras más curativas; pero la indiferencia no puede ser la actitud de la Iglesia. Para este cometido, poseemos también aquella seguridad de la que habla Pablo a Timoteo: «No nos ha dado Dios espíritu de timidez, sino de decisión y valentía» (II Tm 1, 7)
a) Reconocimiento de la existencia del fenómeno
Esta es una de las primeras acciones que debe realizar la Iglesia. No olvidemos que hay hoy una cierta tendencia entre pensadores y teólogos a considerar que no existe ni el demonio ni el Infierno. El desconocer su existencia supone que el problema del satanismo no nos toca.
Debemos dar un paso adelante y reconocer la existencia del fenómeno de los grupos y cultos satánicos. No se puede seguir pensando que tal fenómeno no existe.
b) Estudio serio
No basta con saber que tal fenómeno existe. Debe haber alguien que lo estudie y pueda dar informaciones convenientes y serias a los agentes pastorales, así como a los miembros de la comunidad. Ese conocimiento no puede quedarse simplemente a nivel de información, sino que debe concluir en una toma de posición desde la fe. Si se le estudia no es por simple curiosidad, sino para brindar sugerencias a quienes tienen la tarea de la evangelización directa. Se requiere que la formación que se ofrezca al común de la gente vaya acompañada de la postura de la Iglesia y de enseñanzas doctrinales muy claras y seguras.
c) Atención a los grupos más vulnerables
Como en todos los problemas que afectan al ser humano, hay sectores más vulnerables, a los que hay que dar una atención prioritaria. Los adolescentes y jóvenes de todas las condiciones sociales, así como las personas de más baja formación religiosa, son los que pueden ser más vulnerables a las invitaciones de los grupos o cultos satánicos. A ellos debemos añadir las personas que han tenido dificultades serias en su vida social (delincuentes o personas influenciadas por la droga). La Iglesia tiene que ir al encuentro de los más débiles, para ofrecerles la fortaleza de la gracia de Dios y la claridad de la luz de Cristo. No hacerlo es exponerlos a caer en la seducción de los grupos satánicos o afines.
d) Catequesis continua, profunda y capilar
Cuando se habla con personas que han caído en los lazos de esos cultos y sectas satánicas, muchas de ellas refieren una escasa formación catequética. Por ello la Iglesia deberá fortalecer la catequesis de niños, adolescentes y jóvenes. Catequesis continua y profunda, dentro y fuera del recinto donde se enseñe. Esto exige una serie de iniciativas en diversos campos, como el de la comunicación social, el de la recreación, etcétera. Realizar esta acción, además de prevenir, es la mejor batalla contra las pretensiones de esos grupos satánicos.
Vea una exposición más detallada:
Actitudes pastorales frente al fenómeno del Satanismo:
