Sola Fide, sólo por la Fe - Sola gratia, sólo por la Gracia - Sola Scriptura, sólo por la Escritura
“Sola fide” o "por la fe sola", también conocida históricamente como la
doctrina de la justificación por la fe, es un cristianismo o doctrina
teológica que distingue a la mayoría de los protestantes de las
denominaciones catolicismo , el cristianismo oriental y algunos del
Movimiento de la Restauración .
La doctrina de la sola fide o "por la fe sola", afirma el perdón de Dios por
los pecadores culpables y se concede a los recibidos a través de la fe o
creencia por sí sola, con EXCLUSION de todos los esfuerzos humanos o de
obras.
Toda la humanidad, se afirma, es caída y pecadora , bajo la maldición de
Dios, e incapaz de salvarse de la ira de Dios y la maldición.
Pero Dios, sobre la base de la vida, muerte y resurrección de su Hijo,
Jesucristo da la justificación , que se recibe únicamente por la fe.
La fe es vista como pasiva, se limita a recibir a Cristo y todos sus
beneficios, entre los cuales los beneficios son la justicia activa y pasiva
de Jesucristo.
La justicia de Cristo es imputada (o atribuida) por Dios para el pecador
creyente (en comparación con infusión o impartida), por lo que el veredicto
divino y el perdón del pecador creyente no se basa en nada en el pecador, ni
siquiera la propia fe, sino de Jesucristo y su justicia solos, que son
recibidos a través de la fe. Justificación por la fe sola y se distingue de
las otras gracias de la salvación.
El histórico protestantismo (tanto luteranos y reformados ) ha declarado a
la justificación de la sola fe en oposición al catolicismo en particular,
sino también en oposición a los aspectos importantes de la ortodoxia
oriental.
Los protestantes excluyen todas las obras humanas (con excepción de las
obras de Jesucristo, que constituyen la base de la justificación) de la
sentencia legal / perdón de la justificación.
Así, "la fe sola" es fundamental para el protestantismo, y la distingue de
otras comuniones cristianas.
De acuerdo con Martin Luther , la justificación por la fe sola es el
artículo en el que la iglesia se mantiene o cae.
Para resumir, la "Sola Fide" es esa idea de los protestantes que dicen que
sólo por la fe se alcanza la salvación y NO por las obras. En otras
palabras, MÁS EQUIVOCADOS NO PUEDEN ESTAR. Se ve que no han leído el
Evangelio de Mt. 25, 31-46, o la Carta de Santiago.
Sola Fide - Sola Gratia - Sola Scriptura
Martín Lutero inició su Reforma Protestante basado en los conceptos de esas
tres frases latinas. Sola gratia significa “sólo por la gracia divina”, lo
que quiere decir que las personas no pueden “ganar” su entrada al cielo
mediante las buenas obras, sino que para ello dependen enteramente de la
generosidad y gracia de Dios. Esto eliminó el valor de los “méritos humanos”
y estableció que sólo Dios puede lograr tal resultado. Sola fides significa
“sólo por la fé”, lo que se refiere al lado humano del concepto anterior.
Puesto que la gente no puede “ganar” activamente su entrada al cielo, fue
necesaria esta afirmación para describir exactamente el requerimiento que se
hace de nosotros. Esencialmente dice que cada uno de nosotros debe aceptar
totalmente que el Señor es Dios, el único Dios, y que reconocemos Su
Expiación como liberadora de la humanidad para que pudiera aceptarlo a El.
Cuando alguien cree esto profundamente, cumple la responsabilidad humana, lo
que induce al Señor a proporcionar su Gracia.
Habitualmente, con esas dos frases se asocia una tercera expresión latina,
Sola Scriptura, que quiere decir “sólo por la Biblia”. Más que confiar en
que ningún ser humano dé información sobre importantes asuntos religiosos,
esa afirmación significa confiar SOLO en lo que dice la Sagrada Escritura.
Martín Lutero había descubierto todo esto EN la Bilbia, y por eso es que
añadió esta última frase. Antes de eso se había desarrollado el proceso de
“indulgencias”, por el que los ricos podían dar grandes sumas de dinero a la
Iglesia (supuestamente, una “buena obra”) a cambio de que se les garantizara
su entrada al cielo. Lutero indicó que tal procedimiento no tenía valor a
los ojos de Dios y, más generalmente, que en realidad no tenemos ingerencia
alguna en lo que Dios elija hacer con cada uno de nosotros.