Todos los textos que figuran en esta página fueron publicados por el Rabino Iosef Bitton, Rabinato de la Kehila  de URUGUAY

 

Jametz: Una lección de humildad

Tomemos harina de trigo. Mezclémosla con agua. Hagamos una masa y dejémosla reposar unos cuantos minutos a temperatura ambiente. Al poco tiempo comprobaremos que la masa comienza a inflarse y agrandarse. A este fenómeno se lo llama en hebreo Jimutz, o sea, fermentación. La masa fermentada es Jametz.

El hombre,  el individuo libre, vive expuesto a una sobredimensión de sí mismo. La sociedad moderna -en su afán de hacernos buenos consumidores- nos entrena al egocentrismo y al hedonismo. El sujeto que todo lo tiene dispone de un poder que fácilmente degenera en arrogancia.

 Desde siempre nuestros sabios compararon al Jametz con la soberbia. A la masa que por si misma comienza a agrandarse con el nombre que engrandece su ego.

 En Pésaj, con el mismo esmero que eliminamos todos los restos de Jametz de nuestras casas, debemos borrar todo vestigio de soberbia de nuestros corazones.

 ¿Qué es la humildad?

La humildad no es rebajarnos o humillarnos. Es asumir nuestra verdadera dimensión y concientizarnos de nuestro espacio en este mundo.

Humildad es saber nuestros límites. Respetar los derechos del prójimo. Reconocer a Quién nos ha dado todo lo que tenemos.

La humildad es la esencia de la autoestima, de la paz con uno mismo. El soberbio es un ser vacilante que busca desesperadamente compensar su inseguridad personal con la aprobación de los terceros. Es dependiente del aplauso ajeno.

Sólo el humilde es verdaderamente libre.  El soberbio se adapta a sus propias carencias, se niega la libertad de corregirse. La arrogancia es un Faraón que tiraniza nuestras vidas, pues condena a nuestra personalidad al estancamiento.

Humildad es recordar que en el prójimo hay un ser humano igual a nosotros, que merece dignidad y respeto, que tiene derecho a ser escuchado y comprendido.

El soberbio es egocéntrico, esclavo de sus propios intereses, sólo le importa el otro en función de sÍ mismo.

La humildad nos coloca en nuestro lugar exacto también frente al Creador: El mundo es un granito de arena en el infinito universo, y el ser humano, un granito de arena en esta gigantesca tierra. “ A Dios respeta y Sus mandamientos guarda porque ese es todo el hombre” (Kohelet)

La arrogancia es la principal barrera entre el hombre y Dios: El soberbio no puede tolerar la presencia de Alguien que le enseñe “lo que debe hacer con su vida”.

El orgullo es una película de plata detrás de un cristal:  no nos permite ver más allá de nuestra propia imagen.

Pésaj es una lección intensiva de humildad: debemos aprender a vivir en libertad sin caer en la arrogancia.

 

LAS MITZVOT DE PÉSAJ

 

Definición del Jametz

 Se denomina Jametz a toda sustancia fermentada (comúnmente harina) proveniente de alguno de estos cinco cereales: trigo, cebada, centeno, avena y espelta.

 La fermentación se produce al estar alguno de estos cereales en contacto con agua y al cabo de dieciocho minutos.

 Algunos ejemplos de Jametz son: Pan, pastas, productos de pastelería, galletas, fideos, algunos alimentos de bebé, whisky y cerveza.

 

Parecidos pero diferentes

 

Para que un alimento sea Jametz deben existir estos tres elementos simultáneamente: o sea, harina o algún otro elemento derivado de una de las cinco especies mencionadas, agua y tiempo.

 

 CEREALES

Si bien el arroz, el maíz y las legumbres no pertenecen a los cinco cereales especificados,  y no se consideran entonces Jametz, la costumbre Ashkenazí es prohibir el consumo de estos granos (KITNIOT) y todos sus derivados en Pésaj.

 

AGUA

Si mezclamos, por ejemplo, harina común de trigo con otro líquido que no sea ni contenga agua, como ser: jugo de fruta, aceite, vino o huevos batidos, no se considera Jametz. Este preparado se llama Matzá Ashirá. Y el consumo de estos productos supervisados está permitido en Pésaj en ciertas comunidades.

 

TIEMPO

La Matzá tiene dos elementos del Jametz: harina y agua; pero ha sido horneada sin  que pasen dieciocho minutos, tiempo necesario para su fermentación.

  

Taarobet Jametz

 También está prohibido en Pésaj el consumo de alimentos que contengan, aún en una mínima proporción, algún ingrediente Jametz.

 Ejemplos de productos que pueden contener Jametz: Sopas, frutas secas, algunos cafés (torrados con cebada), dulces, polvos para preparar bebidas, flan, postres y helados.

 

¿Qué no es Jametz, por definición?

 

Pescados, aves, carne vacuna (aunque algunos embutidos pueden poseer Jametz)

Todas las frutas frescas

Todos los vegetales (Como se mencionó anteriormente : el maíz, el arroz, las leguminosas y otros granos no se consumen en Pésaj según la tradición Ashkenazí)

Los productos lácteos

En realidad, no siempre se conoce con exactitud la composición de cada producto alimenticio o si en el proceso de elaboración de los mismos pudieron tener contacto con algo Jametz. Por eso todo los alimentos elaborados que se consumen durante esta festividad llevan un sello "Kasher LePésaj" que garantiza la ausencia del Jametz.

(Ante cualquier duda consulte a una autoridad rabínica)

 

Seor

La última categoría incluida en la prohibición de Pésaj es el Seor, o sea, todo agente fermentante.

Ejemplos: levadura, harina y polvos leudantes.

 

Jametz no co  mestible

Hay autoridades rabínicas (Jazon Ish) que permiten tomar en Pésaj medicinas en forma de pastilla no masticables que se tragan con agua aunque éstas contengan algún tipo de almidón. Pero en el caso de los jarabes, pastillas masticables y otros medicamentos de gusto agradable, debe verificarse que no contengan Jametz  (almidón, por ejemplo).

Por supuesto que en caso de gravedad se debe tomar la medicina que sea necesaria.

Asimismo, hay autoridades rabínicas que permiten la utilización de todo producto que contenga Jametz pero que no es apto para el consumo humano o animal.

Por ejemplo: Cosméticos, pegamentos, tinturas, perfumes, jabones, limpiadores.

 

 Hagalat Kelim:

 

Por lo general se acostumbra a utilizar una vajilla especial para Pésaj, y es lo más recomendable. Pero en el caso de no contar con una vajilla de Pésaj, se podrán utilizar los utensilios de todo el año si realizamos la Hagalá, que es una especie de esterilización para eliminar los restos de Jametz.

En principio, la Hagalá de cada utensilio en particular depende de su uso habitual y el material del que está hecho:

 

Algunos ejemplos

Vidrio - Los utensilios de vidrio que se usan durante el año se los limpia bien y luego deben sumergirse en agua tibia durante tres días cambiando el agua al final de cada día.

Metal - Los cubiertos y otros utensilios de metal en los que se cocina sobre el fuego, se los limpia bien y se los sumerge totalmente en agua hirviendo; luego, al sacarlos se lavan con agua fría y ya  son aptos para Pésaj.

Porcelana - La vajilla de cerámica o porcelana que usamos durante el año no es “esterilizable”, es decir, no sirve la Hagalá que se les realice.

(Nota: Para otros casos de Hagalá y ante cualquier duda rogamos consultar con una autoridad rabínica).

 

 

 Los dos gustos de la Matzá

 

“Ha lajmá aniá...”  “Este es el pan de la pobreza que comieron nuestros padres en la tierra de Egipto” .

Así comienza la Hagadá. Afirmando que nuestros ancestros, esclavizados por el Faraón egipcio, sufrieron las penurias de un cautiverio indescriptible por su crueldad. En la Hagadá se relata que en Egipto nos obligaban a realizar los trabajos más pesados e indignos... separaban a los esposos de sus mujeres... condenaban a nuestros hijos a la muerte... la aflicción no podía ser mayor.  Doscientos diez años vivimos en nuestro primer exilio, amenazados por esa primera versión antisemita del exterminio de nuestro pueblo.  Durante todo ese período, la Matzá, un alimento barato, de sencilla preparación y lenta digestión, fue la comida ideal concebida por los egipcios para sus esclavos judíos.

La Matzá nos recuerda la condición humillante de nuestro cautiverio. Los egipcios no nos brindaban los breves minutos (dieciocho, como ya se explicó) de descanso de nuestra tarea, que hubieran sido suficiente para que la masa fermentara y comiéramos pan...

Nuestra memoria colectiva es muy fiel. No nos embriagamos con la victoria del éxodo. Y a través de la Matzá recordamos la amargura de cautiverio y el sufrimiento de nuestro pueblo en Egipto.

 

Pero la Matzá también simboliza nuestra libertad...

Dios recordó a Su pueblo Israel y envío a Moshé y Aharón ante el Faraón. El cruel tirano les negó la libertad y Egipto, entonces, fue azotado por las diez plagas. La última, finalmente venció la arrogancia del Faraón y así, la noche del 15 de Nisán, hace tres mil quinientos años, los judíos abandonamos apresuradamente Egipto. “Y hornearon la masa que habían sacado de Egipto, tortas de Matzá, pues no alcanzó a fermentar... y no pudieron esperar...”(Shemot 12,39)

Nuestra primera comida al abandonar Egipto, ya como hombres libres, también fue la Matzá, el pan de pobres. Esta vez el tiempo no alcanzó porque el desenlace de la redención final fue precipitado. Esa misma noche debíamos abandonar Egipto...  También entonces comimos Matzá, pero que ahora tenía otro gusto: El de la libertad.

 

 

 La Víspera de Pésaj

La prohibición del Jametz es sin duda una de las más estrictas de la Torá y significativamente una de las más respetadas por los judíos tradicionalistas en todo el mundo.

Lo  excepcional del Jametz es que su prescripción incluye la prohibición de su posesión. Es decir que durante Pésaj no podemos poseer Jametz, no puede haber Jametz que nos pertenezca. Sin importar dónde se encuentre.

Por eso, hay varios pasos a seguir para cumplir estrictamente con esta disposición bíblica: en primer lugar retiramos materialmente todo el Jametz que pudiera haber en nuestras propiedades. Luego, si tenemos  alimentos Jametz que por su alto valor no podemos deshacernos de él, realizamos una venta del Jametz, como se explicará más adelante. Y por último  realizamos el Bitul, es decir nuestra declaración verbal que si existe algo Jametz que nos pertenece renunciamos absolutamente a su posesión.

 

 

Bedicat Jametz:

En la víspera de Pésaj, una noche antes del Séder, se hace la Bedicat Jametz, es decir, la última revisión del Jametz que pudo haber quedado inadvertidamente en nuestra propiedad.

Este año, como la víspera de Pésaj cae el día Shabat (Sábado) adelantamos la revisación del Jametz una noche, es decir que este año revisaremos el Jametz el jueves 5 de Abril por la noche. Esa noche, a la luz de una vela, se revisarán todos los recintos de la casa donde pudo introducirse alimentos. Debemos inspeccionar sobre todo la cocina, las despensas y alacenas, el refrigerador, y todos aquellos lugares en los que se guarda y almacena comida.

 

Se acostumbra a esconder diez  pedacitos de pan envueltos, antes de la Bedicá, para que el que busca el Jametz lo haga con esmero.

Antes de comenzar la Bedicá, recitamos la bendición “Baruj Ata Ado-nay Elo-heinu Melej haOlam  Asher kideshanu beMitzvotav veTsivanu  Al Biur Jametz”.

Una sola bendición alcanza para inspeccionar todas nuestras propiedades.

Una vez finalizada la Bedicá juntamos todo el Jametz que encontramos y lo guardamos hasta mañana para su eliminación final.

También debemos cuidar en un lugar seguro el Jametz que comeremos a la mañana siguiente. Este año también deberemos guardar en un lugar bien cuidado el Jametz que consumiremos durante todo el viernes y el Shabat hasta las 10.00 de la mañana. 

  Bitul Jametz: Al terminar la Bedicá decimos la primera fórmula del Bitul Jametz:

KAL JAMIRA VAJAMIA DEIKA BIRSHUTI DELA JAZITE VEDELA BIARTE LIBTIL VELEHEVEI HEFKER KEAFRA DEARA 

“Todo Jametz o levadura que me pertenezca, que no haya visto ni eliminado sea considerado sin dueño como el polvo de la tierra”.

 La razón del Bitul Jametz es la siguiente: Como ya dijimos, en Pésaj está prohibida la posesión del Jametz ya sea que lo tenga en mi casa o en otro lugar. Durante Pésaj no puede haber Jametz que me pertenezca.

 Por lo tanto, a través de esta fórmula del Kal Jamirá “renunciamos a la posesión de cualquier Jametz que nos pertenezca” y quizás no hayamos detectado. El Jametz quedará, entonces, sin dueño como el polvo de la tierra.

 Para que esta declaración tenga valor se debe comprender lo que estamos pronunciando,  por eso se debe decir en el idioma que uno entienda.

 A fin de concientizar mejor esta declaración nuestros Sabios aconsejaron repetirla tres veces.

 

 Biur Jametz: Durante el todo el viernes consumiremos Jametz normalmente. Prestando atención de no desparramar migajas de pan u otros alimentos Jametz en los sectores ya limpios.  Al mediodía del viernes juntamos todo el Jametz que sobró y procedemos a su eliminación quemándolo o tirándolo a la basura.

Durante el Shabat se puede comer Jametz sólo hasta las 10.00 horas. A esa hora, reunimos el Jametz que nos sobró de la última comida y procedemos a su eliminación. La costumbre tradicional es quemarlo, pero en Shabat no lo podemos hacer. La manera de eliminarlo sería entonces, tirándolo al excusado o a la basura, en pedacitos pequeños, sin salir de nuestra propiedad. A continuación pronunciamos la fórmula del Bitul Jametz de manera más detallada:

“Todo Jametz o levadura que me pertenezca, que haya visto o no haya visto, que haya eliminado o que no haya eliminado, que sea considerado sin dueño como el polvo de la tierra”.

A partir de este momento, que debe ser el Shabat antes de las 11:00 de la mañana, queda prohibida toda actividad o contacto con algo de Jametz.

 

Mejirat Jametz: En nuestra comunidad se acostumbra a vender, a través del Rabinato local, el Jametz que no se quiere eliminar. Es decir: aquellos productos Jametz de alto valor económico (como ser whisky o alimentos almacenados) que no se quiere tirar o renunciar a su posesión, se venden condicionalmente a un no judío. En esta venta, el producto Jametz pertenece al comprador, que ya pagó con un anticipo, desde el miércoles a la mañana, y tiene como plazo hasta el último día de Pésaj para completar el pago. Al no abonar lo que resta, finalizando Pésaj, el Jametz vuelve a pertenecer al vendedor.  De esta forma el Jametz, aunque haya estado en nuestras casas casa (guardado en un lugar cerrado) durante Pésaj, no nos perteneció. Esta forma de venta aunque sea poco probable que se consume ya que deliberadamente se sobredimensiona el valor de la venta, NO es simbólica teniendo todo el peso legal y debe ser considerada con la mayor seriedad.

 No obstante, lo más aconsejable ,en la medida de lo posible, es despojarse totalmente del Jametz antes de Pésaj, tirándolo si no tiene valor, u obsequiándolo a un no judío si se trata de algo considerable.

La venta del Jametz también debe realizarse, en principio hasta el viernes 6 Abril hasta el mediodía.

 

 Ajilat Matzá: En la víspera de Pésaj no se debe comer Matzá. Nos reservamos su gusto para el momento ideal: La noche del Séder.

 

El Séder de Pésaj

 

A través de sus símbolos y tradiciones, el Séder de Pésaj nos hacer revivir las experiencias de la esclavitud, el éxodo y la libertad. Nos invita a imaginarnos a nosotros mismos como si estuviéramos saliendo de Egipto.

Por un lado, el Maror (las verduras amargas), el Jaroset (una pasta de aspecto barroso), y la Matzá, el pan de la pobreza nos recuerdan la servidumbre.

Por otro lado, el preludio del éxodo: las diez plagas,  la representación de la salida de Egipto, el sacrificio de Pésaj, todos símbolos de nuestra recién lograda libertad.

Nos sentamos reclinados, como lo hacían en la antigüedad los amos y señores, los hombres libres. Brindamos con cuatro copas de vino: cada una conmemorando un paso más hacia la libertad definitiva.

 Esta noche reconstruimos el escenario de los eventos, ejercitando al máximo nuestra memoria familiar.

 Esta noche legamos a los hijos la más preciada herencia: nuestra historia.

 

 El Séder de Pésaj paso a paso

(Sábado 7 y domingo 8 de Abril por la noche)

 KADESH: Comenzamos el Séder con el Kidush que es la consagración de la festividad, su inauguración oficial. Al concluir  el Kidush cada comensal deberá tomar, la primera copa de vino reclinándose sobre su izquierda. En el transcurso  del Séder bebemos cuatro copas llenas de vino que representan una especie de brindis por cada expresión que utilizó la Torá al describir la progresión de nuestra libertad.

 En caso de no poder beber vino se lo podrá reemplazar por jugo de uvas Kasher le Pésaj. Como la primera noche cae un sábado por la noche, se agregan al Kidush las partes correspondientes a la Habdalá. Es decir, la ceremonia de separación entre el Shabat y los demás días de la semana. Los textos que se agregan en esta ocasión figuran en cualquier Hagadá común.

 URJATZ: Nos lavamos las manos sin decir la Berajá. Esto es para comer el Karpas  mojado con agua y sal. En los tiempos antiguos era habitual tomar un aperitivo (apio u otra verdura) antes de la comida para abrir el apetito. Además se acostumbraba a remojarlo una vez en agua y sal u otro líquido. Nuestros sabios instituyeron que esta noche debería remojarse el aperitivo dos veces para despertar la curiosidad de los más pequeños.

 KARPAS: Tomamos un pequeño pedacito de Karpas, lo mojamos en agua y sal (que nos  recuerda las lágrimas del cautiverio) y antes de comerlo decimos la Berajá “Boré Peri haAdama”.

Toda esta diferenciación de los hábitos comunes de la comida es deliberada y persigue una misma intención: alentar las preguntas de los niños y asegurar su participación durante todo el Séder.

 IAJATZ: De las tres Matzot preparadas sobre la mesa, tomamos la del medio y la cortamos en dos partes desiguales. La mitad más pequeña la regresamos a su lugar, entre las dos Matzot enteras, y el pedazo más grande se guarda para el Afikomán.

 MAGGID: Ahora comenzamos a contar la Hagadá, es decir, el relato de lo sufrido por nuestros padres en Egipto y su milagrosa redención. Es necesario traducir la Hagadá al castellano si no se entiende el hebreo. Varias personas pueden colaborar en la lectura de la Hagadá. Y lo más importante es alentar la participación de los niños. Ellos son los verdaderos protagonistas de la noche: las preguntas del Ma Nishtaná, el simbolismo de los cuatro hijos, las canciones de Jad Gadia y Ejad mi Iodea... todos los elementos y costumbres del Séder de Pésaj están dirigidos hacia los más pequeños. El Séder no es el monólogo de algún adulto; es todo un diálogo generacional. El propósito no es recitar un texto frío, sino educar. Los padres debemos sentir como que en esta noche le estamos entregando a nuestro hijos las claves de la continuidad judía.

 Al finalizar la Hagadá bebemos reclinados la segunda copa de vino.

 RAJTZÁ: Nos lavamos las manos de manera tradicional vertiendo agua tres veces sobre la manos derecha y tres sobre  la izquierda. Antes de secarnos pronunciamos la Berajá: “Al Netilat Yadaim”. Este lavado de manos no es sólo por higiene, “Netilat Yadaim” significa: elevación de las manos. A través de esta Mitzvá las manos y la comida adquieren una dimensión espiritual que las enaltece.

 MOTZI - MATZA: Tomamos las tres Matzot y decimos la Brajá: “Hamotzí Lejem min haAretz”. Luego soltamos la Matzá inferior y decimos la bendición de la Matzá: “Al Ajilat Matzá”. Utilizamos para esta bendición una de las dos Matzot partidas, porque el pan del pobre no suele estar entero. Cada comensal debe comer por lo menos una Matzá normal entera, reclinándose sobre su izquierda. Hay que intentar conseguir para estas dos noches Matzá Shemurá.

 MAROR: Se toma un pedazo grande (30 g) de Maror (Jrein, lechuga limpia, u otra hierba amarga, según la costumbre) lo untamos en el Jaroset y antes de comerlo decimos la Berajá “Al ajilat Maror”. El Maror nos recuerda el gusto amargo del cautiverio y el Jaroset el aspecto del barro y la arcilla, los dos elementos básicos de los trabajos forzados. Toda esta recordación de nuestro sufrimiento en Egipto no pretende infundir en nosotros un sentimiento de odio y rencor. Por el contrario, la Torá nos encomienda ser muy sensibles hacia el sentimiento del que sufre, ya que nosotros conocimos en carne propia ese tipo de penurias: “Y amareis al extranjero (paradigma del carenciado y desprotegido) pues extranjeros fuisteis en la tierra de Egipto”. (Shemot 22,20). Nadie comprende el pesar mejor que aquel que lo vivió.

 COREJ: Tomamos una Matzá entera (la tercera) y hacemos con ella un sandwich de Maror y Jaroset. Lo comemos reclinados. Esto es en recuerdo al sacrificio de Pésaj que se comía en el Gran Templo de Ierushalaim acompañado de Matzá y Maror. Por ello al comer este bocadillo decimos: “Zejer lamikdash keHilel, etc.”

 SHULJAN OREJ: Ahora comienza la cena festiva de Pésaj. Debemos mantener un ambiente de armonía, alegría y agradecimiento a Dios por nuestra liberación de Mitzraim.

Debemos ser conscientes de que las imágenes del Séder de Pésaj con todos nuestros seres queridos alrededor de la meas, no se borran con facilidad de la mente.

Estamos plantando en los corazoncitos de nuestros hijos una semilla de fe y orgullo de pertenecer a nuestro pueblo. Ellos recordarán para siempre la solemnidad de esta noche: el abuelo diciendo el Kidush, papá dirigiendo el Séder, la copa de Elihau Hanabi... Debemos ennoblecer estos momentos que dejarán sus huellas por generaciones.

 TZAFUN: Al concluir la cena comemos reclinados el Afikomán (postre), o sea, una última Matzá que es la que guardamos al comenzar el Séder (ver Iajatz). Este Afikomán es en conmemoración al sacrificio de Pésaj que se comía al final de la cena, estando ya satisfechos. Se estila que los niños busquen el Afikomán, escondido al iniciar el Séder, prometiéndoles algún premio a que lo encuentre. De esta forma querrán quedarse despiertos hasta el final del Séder.

 BAREJ: Terminando el Afikomán recitamos el Bircat haMazón, que es la oración de agradecimiento a Dios después de la comida. En esta Berajá bendecimos al Eterno que sustenta a todo ser viviente, le damos las gracias por la tierra de Israel que nos heredó y le pedimos que apresure la reconstrucción de Jerusalem y su santo Templo. Al concluir el Bircat haMazón bebemos reclinados la tercera copa de vino pronunciando la Berajá correspondiente.

 HALEL: Por último y para concluir el Séder leemos una serie de Salmos y cánticos de alabanza a Dios llamados Halel. Le agradecemos al Eterno por habernos protegido a lo largo de nuestra historia de todos aquellos tiranos que anhelaron nuestra destrucción. Es importante, como en todas las Tefilot, contar con una traducción para comprender y concentrarnos mejor en lo que estamos diciendo. Al final del Halel bebemos la cuarta y última copa de vino.

 NIRTZA: “El próximo año en Ierushalaim”

  Benisan Nigalu ubeNisan Atidim Leigael