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presentación de la devoción del Sagrado Corazón como remedio de los males de la sociedad

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Curso de Espiritualidad
del Sagrado  Corazón de Jesús
en el mundo de hoy. 
P. Hans Kwakman MSC (20-22.04.10)
Descargar: Conferencia II     Esquema II

 

La siguiente presentación se alimenta de una serie de conferencias cuaresmales del Padre Chevalier en el año 1857, es decir, tres años después de la fundación de la congregación MSC. Los MSC dieron comienzo a su trabajo pastoral en Issoudun organizando misas especiales para los hombres de Issoudun. Esos hombres generalmente nunca pisaban una iglesia. Después de muchas visitas a las casas en Issoudun finalmente durante la Cuaresma de 1857 tres veces a la semana varios centenares de hombres se reunían para escuchar las "conferencias" ofrecidas por el Padre Chevalier. Estas conferencias nos dan una idea precisa de cómo el joven Padre Chevalier comprende la devoción del Sagrado Corazón como remedio para los males de la sociedad. Explican cómo la devoción del Sagrado Corazón puede ser relevante para las condiciones sociales de la sociedad.

La serie cuaresmal lleva el título "Combatiendo el Egoísmo y la Indiferencia por medio de la caridad y el amor del Sagrado Corazón de Jesús". Chevalier comienza preguntando: "¿Por qué la mayoría de la gente presta tan poca atención a su eterna salvación?" Enumerando las muchas cosas que mantienen ocupadas a las personas, Chevalier llega a la conclusión que todos son dominados por "el egoísmo y la indiferencia". Egoísmo e indiferencia, así explica, son las dos plagas de nuestros días. Define estas dos plagas como "el cáncer de la sociedad" y como la causa de una rampante pobreza e irreligiosidad. Sin embargo, declara Chevalier: "el Sagrado Corazón de Jesús los curará mediante su eminente caridad y ardiente amor". ¿Cómo ve Chevalier la devoción del Sagrado Corazón como remedio para el mal de los tiempos especialmente para remediar el "egoísmo y la indiferencia"?

En la primera parte de la serie  cuaresmal Chevalier enfoca la conexión entre egoísmo y pobreza; y en la segunda parte se fija en la relación que existe entre indiferencia y la incapacidad apreciar los grandes tesoros del Sagrado Corazón de Jesús.

Parte I: Egoísmo: la causa de la pobreza.

Chevalier dedica no menos de siete conferencias a la preocupación por los pobres. Señala el peligro de que el acumular riquezas se convierte en un ídolo en la vida. La búsqueda del "dinero es la base del egoísmo", dice. Por eso, si somos ricos deberíamos recordar que en el espíritu del Corazón de Jesús somos llamados a practicar caridad. Debido a un creciente egoísmo en la sociedad más y más personas sufren una gran pobreza, explica Chevalier. Y continúa diciendo que el odio contra Dios y los ricos junto con la desesperación a causa de su propia condición empujaría a los pobres a derramar sangre. Una guerra contra los ricos podría explotar como un volcán. Las ciencias y los guardianes del orden son incapaces de hacer algo para solucionar la situación desesperada de los pobres. Sólo la caridad será eficaz, dice Chevalier. Habla acerca de "el poder omnipotente" de la caridad. Este gran poder no solamente está presente en el Corazón de Jesús sino también en el corazón de los seres humanos ordinarios. Considera el Sagrado Corazón como modelo y desea lograr que sus oyentes sean conscientes de "ese poder está puesto en las manos de seres humanos". "Caridad - caridad", exclama, "... el único remedio eficaz que puede curar la plaga ocasionada por el egoísmo en la sociedad”.

La actitud de cara a los pobres

Chevalier insiste que el pobre no debería considerarse como un objeto de la caridad sino como un ser humano, como hermana o hermano "porque todos somos hijos del mismo Padre". Y deberíamos contemplar a los pobres como "imágenes de Dios". Aunque algunos de ellos pueden ser considerados perezosos o ingratos, con todo, merecen nuestra compasión. Jesús mismo se hizo pobre y estaba siempre rodeado de personas pobres. No sólo  el sacerdote sino también los pobre puede ser llamado "alter Christus”, otro Cristo porque en su pobreza y su sufrimiento los pobres hacen presente a Jesucristo entre nosotros. Citando Mateo 25,40: "Les digo que todo lo que han hecho en favor de uno de estos más pequeños hermanos míos lo han hecho por mi", Chevalier declara que la limosna dada a los pobres en realidad se da a Jesucristo.

Chevalier hace un llamado a sus oyentes para que utilicen el gran poder de su corazón para servir a  los pobres. No solamente disfrutan los pobres de nuestra generosidad, así explica, sino nosotros mismos nunca sufriremos privación cuando compartimos generosamente con los pobres. Al contrario, el ayudar a los pobres o a los enfermos producirá en nosotros una experiencia de profundo gozo. Además, la limosna perdona pecados y acumula tesoros en el cielo. Y Chevalier exclama: "¿Cómo sería esta sociedad corrupta sin los pobres?".

Chevalier dedica una especial enseñanza a la escandalosa pobreza de la gente en Issoudun. Evidentemente se basa  en sus visitas personales a las familias de Issoudun cuando insiste que hay muchas más familias pobres de lo que piensan sus oyentes. La mayoría de las familias es pobre, dice, y no por su propia culpa. Y aunque lo fuera por su propia culpa siguen siendo nuestros hermanos y nuestras hermanas. Anota Chevalier que muchos pobres no quieren quejarse, y menos aún pedir caridad. El sufrimiento más grande se encuentra entre los pobres que están enfermos y no tienen apoyo alguno.

Visitando a los pobres

Chevalier continúa mencionando diversos medios prácticos para ayudar a los pobres. Concluye diciendo:

"El corazón humano es el medio más potente para hacer el bien. No hay necesidad de ser ricos para poder practicar la caridad. Basta tener un corazón que sea capaz de amar, de sentir simpatía, de ser compasivo... Dios les ha dado a ustedes un corazón bueno, gentil y sensible".

En la presencia de los hombres de Issoudun canta la alabanza de las mujeres declarando que las mujeres son "el corazón de la sociedad". Igual como en el pasado las mujeres acompañaban y ayudaban a Jesús en su sufrimiento, de la misma manera en Issoudun las mujeres acompañan y apoyan a los pobres y a los enfermos.

Chevalier insiste en que nosotros mismos personalmente deberíamos ir y visitar a los pobres en sus casas. Sería una manera de conocer sus reales necesidades. Hasta utiliza la frase "estudiando sus necesidades". De esta manera ayudaremos a estas personas que realmente necesitan ser ayudadas. Además, llevando personalmente las limosnas los pobres, ellos nos bendecirán. Sin embargo, hay una razón más profunda para visitar a los pobres. Consiste en "manifestar que los consideramos como nuestros hermanos y nuestras hermanas". Para hacer eso es necesario "dejar de lado nuestra propia comodidad, presentarnos a la cabecera de los pobres, a respirar el aire que ellos respiran". Entonces estaremos haciendo lo que Jesús ha hecho en su encarnación: vino a visitarnos abandonando su morada y dejando de lado su comodidad, su felicidad".

Chevalier recuerda a sus oyentes que no solamente deberían estar preocupados por el bienestar físico de sus vecinos sino también de su condición espiritual y eterna salvación. El deseo más profundo de Dios es que todas las personas se salven para la vida eterna. No hay nada que le complace más al Sagrado Corazón que la salvación de un ser humano, afirma a Chevalier. Para fortalecer la motivación de sus oyentes les recuerda que debido a su bautismo cada uno es un sacerdote y es misión del sacerdote de salvar almas.

Educación en la familia

Otro ejemplo impactante de la comprensión práctica de Chevalier respecto a la devoción del Sagrado Corazón como remedio de la indiferencia y del egoísmo es su manera de ver la educación familiar. Asegura que una de las fuentes de la falta de la religión en la sociedad moderna es la falta de una buena educación. Está de acuerdo con el filósofo alemán Leibniz que dijo: "Siempre he pensado que uno reforma la sociedad reformando la educación". Y, Chevalier pregunta, "¿Qué tenemos que hacer para lograr una reforma de este tipo en la sociedad?” Su propia respuesta es la siguiente: "Enseñar a los hijos la verdad divina para alimentar su inteligencia y el amor de Dios para tocar su corazón y sobre todo la esperanza del cielo para fortalecer sus almas".

Y presenta un método sencillo para la formación de los corazones de los hijos. También en los tiempos se Chevalier los padres frecuentemente estaban desesperados respecto a sus hijos adolescentes. Se quejan de que sus hijos ya no escuchan. Estos padres, dice Chevalier, deberían acompañar a sus hijos con sabiduría y afecto. Finalmente, previniendo contra la mala influencia de cierta prensa y de ciertos libros, invita a sus fieles a armar juntos una biblioteca parroquial. Esta biblioteca podría convertirse en remedio contra la mala prensa al proveer buenas e interesantes lecturas.

Parte II: Los dones del Sagrado Corazón quitan la indiferencia

En la segunda parte de sus conferencias cuaresmales Chevalier se ocupa de manera más específica de los dones del Sagrado Corazón. La devoción del Sagrado Corazón libera a las personas de la indiferencia, subraya. La raíz de la indiferencia y de la negligencia de cara a la religión ha de encontrarse en el hecho de que la gente no conoce al verdadero Jesús. En consecuencia no aman a Jesucristo. "Jesucristo no es amado porque no es conocido", declara. Cualquiera que realmente llegue a conocer los tesoros del Sagrado Corazón de Jesús no puede quedarse indiferente. Chevalier resalta mucho la generosidad de Jesús. Utiliza el ejemplo de San Vicente de Paúl quien por su gran preocupación por los pobres causó tan profunda impresión en las personas. Con todo, Vicente de Paúl consideró que todo venía de Jesús que era su Maestro. Habría recibido nada más que una chispa del inmenso amor contenido en el Corazón de Jesús. Por eso, así continúa Chevalier, puede uno imaginarse la impresión que Jesús causó en las personas de su tiempo. Y concluye exclamando: "¿Acaso alguien puede seguir siendo indiferente en la presencia de tanto amor?"

La indiferencia se da en relación con el hecho de que las personas no conocen a Jesús y esto causa la irreligiosidad. Por eso Chevalier dedica una especial conferencia a la belleza de la religión cristiana,-uno de los grandes dones del Corazón de Jesús a la humanidad. Desde la cima del monte Calvario el Sagrado Corazón de Jesús hace descender a este mundo la religión que expulsa toda ignorancia religiosa y confusión moral. Chevalier describe ampliamente como habría sido la sociedad humana sin la religión cristiana. Cualquiera que es  consciente de la belleza y de los beneficios de la religión no puede seguir siendo indiferente.

Debido al hecho que estas conferencias se dan en preparación a la Pascua, Chevalier se concentra en dos otros dones del Corazón de Jesús: el sacramento de la confesión y la institución de la eucaristía. El sacramento de la confesión, enfatiza el Chevalier, no es solamente una bendición para el creyente como individuo. Este sacramento trae luz, sanación y consuelo al individuo mientras que la sociedad también se beneficia porque el sacramento de la confesión evita que las personas cometan crímenes y suicidios.

La eucaristía es el don por excelencia. Es que de esta manera el Señor sigue con nosotros en la tierra y al mismo tiempo se convierte en alimento para nuestro caminar en esta vida. A través de la eucaristía el Padre celestial comunica a todos las gracias obtenidas por el sacrificio de la Cruz de su Hijo para los fieles de todos los tiempos.

Finalmente el día Viernes Santo Chevalier habla "acerca de la pasión de Cristo, el último don que fluye del Sagrado Corazón de Jesús y que es capaz de borrar toda indiferencia". El domingo de Pascua concluye su serie de instrucciones con un sermón sobre la resurrección y la necesidad de una resurrección espiritual junto con Jesucristo.

Conclusión

Estas conferencias cuaresmales pueden servir como una especie de modelo de cómo vivir y practicar la Devoción del Sagrado Corazón o una Espiritualidad del Corazón en el contexto de las necesidades de la sociedad.

·         En su búsqueda del remedio para los males de la sociedad Chevalier ante todo se siente tocado por la persona de Jesucristo como revelada en los Evangelios: Jesús que todo lo ha hecho bien (Marcos 7, 27). Éste es el verdadero Jesús, insiste. Sin embargo, a este Jesús no se le conoce lo suficiente. Conocerlo significa amarlo.

·         La mejor manera de encontrarse con el verdadero Jesús es la devoción del Sagrado Corazón que muestra el Corazón de Jesús como fuente de tesoros y dones para el beneficio de los individuos y de la sociedad.

·         La devoción consiste sobre todo en la confianza en la generosidad del Corazón de Jesús mientras estamos dispuestos a actuar como actuaba él. Tal confianza y compromiso liberan de la indiferencia respecto a la religión y del egoísmo respecto a los pobres.

·         El corazón humano ordinario que se conforma al Corazón de Jesús es un medio regalado por Dios que capacita a personas ordinarias a hacer el bien y convertirse en personas amorosas.

Hans Kwakman msc, Issoudun Noviembre 2009