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Aspectos de la Espiritualidad de los Misioneros del Sagrado Corazón de Jesús

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Un carisma se expresa viviendo íntegramente la espiritualidad cristiana, pero dando un tono especial en la visión del misterio cristiano y destacando ciertos aspectos y prioridades de las virtudes. Lo que diremos a continuación serán los datos más importantes de la espiritualidad que emana del Carisma M.S.C.

La Misión: El P. Chevalier no escogió a la ligera el titulo de Misio­neros para su Congregación. La palabra Misionero, misión, no estaba en su mente en sentido restrictivo dirigida hacia los que aún no han recibido el Evangelio o para trabajar en las iglesias de otros países. El P. Chevalier usó el término «misionero» en su sentido más amplio de ser enviados a todos los que tienen necesidad, fuera o dentro del país, «para llevarles los tesoros de amor y misericordia del Corazón de Jesús». Para el P. Chevalier, el amor de Cristo era Re­dentor: «Nos esforzamos en reproducir en nuestros corazones los senti­mientos del Corazón de Jesús...». Así fue cómo su preocupación por la humanidad se convirtió en misión.

Pero él sabía que, si sus misione­os querían que Cristo trabajara por medio de sus man9s, ellos deberían vivir siempre ante El y tenerle en sus corazones. «Hemos llegado a conocer el amor que Dios nos tiene y hemos creído en El».

      El valor:

El P. Chevalier conside­raba al valor, la fortaleza y la cons­tancia como las tres virtudes más significativas del Corazón de Cristo, porque expresan las verdaderas cua­lidades del amor.

Y esas tres virtudes, que él tuvo siempre delante cada día de su vida, fueron las que le hicieron ser cons­tante en las muchas dificultades por que tuvo que pasar.

Obediencia y mutua caridad:

Para el P. Chevalier, ni la obediencia es sólo parte de los votos, ni la cari-dad pertenece tan sólo al espíritu de la Congregación. Para él, la obediencia estaba íntimamente relacionada con su carisma, y «obediencia en la mu­tua caridad» es el punto fuerte de su concepción religiosa.

      La renuncia:      

Decía el P. Chevalier: «El único elemento que constituye la verdadera esencia de toda espiritualidad es el ritmo vital compuesto de renuncia y positiva unión». Ninguna espiritualidad puede ser real fuera de ese ritmo: «Si alguno quiere ser mi discípulo, que renuncie a sí mismo y tome su cruz (el lado negativo) y que me siga (el lado positivo)».

Este «lado negativo» de la renuncia no debe olvidarse nunca en la espiritualidad del P. Chevalier. Los otros elementos del carisma pueden ser muy atractivos, pero no se entendería el carisma MSC sin este aspecto de la renuncia: es la constante entrega -diaria- al apostolado; es la disponibilidad de las 24 horas. Y esa disposición nunca podrá entenderse si no se mira la profundidad de la herida del costado de Cristo, en la que se puede valorar su amor. (Lea la exposición completa sobre el Carisma)