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CONVIVENCIA DE KIKO ARGÜELLO CON LOS  RESPONSABLES Y OSTIARIOS  DEL CAMINO NEOCATECUMENAL

Páginas relacionadas 

 

Monición a los laudes de la mañana

Queridos hermanos, estamos hoy aquí reunidos en esta convivencia para hablar del humilde servicio del Ostiarios. ¿Quién es el Ostiario? ¡Es aquel que sirve! Jesús, dice la Escritura, ha venido no para ser servido, sino para servir (Mc. 10,45). Se comporta como un servidor ;Yo estoy en medio de vosotros como el que sirve; (Lc. 22,27). ¿Entendéis? ¡Cómo el que sirve! Los discípulos deben seguir su ejemplo. ¡Tu, hermano, que has sido llamado para servir, debes ser siervo! Debes seguir el ejemplo de Él, de Cristo. Pero de esto ya habrá un modo de hablar y de profundizar más adelante... Ahora, hoy, en el día del Señor, bendigamos a Dios que nos permite estar juntos y pidámosle que nos ilumine este carisma... Cantemos,

Canto: Aclamad al Señor (Sal. 99)

LAUDES DEL DIA

Monición al Evangelio

Hermanos, Cristo antes de morir ha querido estar con los suyos. Escucharéis en el Evangelio de San Marcos que a la pregunta de sus discípulos: ¿Dónde quieres que vayamos a preparar la sala para que tu puedas comer la Pascua? Jesús les manda a un hombre de Jerusalén con el que estaba medio acordado para tener un lugar en el que poder comer la Pascua con sus discípulos. ¡Estad muy atentos al Evangelio y escuchemos!

Evangelio Marcos 14, 12-16

 

Breve catequesis de Kiko Argüello sobre el carisma del Ostiario.

Bien hermanos, espero que hayáis estado muy atentos. Habéis oído que Jesús habla de una gran sala con las alfombras ya puestas... Dice después a los discípulos Preparadla para nosotros; ¿Pero que significa preparar para los Hebreos? Jesús era hebreo y la Pascua que iban a preparar tenía que tener todas las características de la Pascua hebrea, como ha sido transmitida de Padres a Hijos según las costumbres de Israel. ¿Qué significa preparar entonces? Preparar para los hebreos significa resaltar cuidadosamente todos los signos de la Pascua. Para los Hebreos esto es importantísimo, también en los tiempos actuales. Por ejemplo, en las fiestas, vigilan mucho la iluminación, la estancia debe estar muy iluminada, fuera y dentro, escuchad:

Las luces parecen, de hecho, advertir al hebreo que ellos no deben únicamente iluminar su casa (como hacen con las candelas del Sábado), la Sinagoga y la Yeshivá (que sustituye el Santuario), sino que es su deber difundir la luz pura al exterior, es decir, en el ambiente humano en el que viven y trabajan.

-La luz fue la primera cosa que se creó justo después del cielo y la tierra.

-Basta una pequeña fuente de luz para vislumbrar en una gran oscuridad. La luz no se confunde nunca con la tiniebla, cuando aparece la luz la tiniebla desaparece automáticamente.

-La tiniebla no tiene una existencia propia, es solo falta de luz.

Esta falta de luz es la causa de los aspectos negativos de la vida:

Como por ejemplo la tristeza, la depresión, el aburrimiento etc. La Luz, símbolo de la alegría, impide en nuestra alma que haya alguna zona de penumbra, y por lo tanto combate nuestra oscuridad interior. (ensayo basado en alguna carta del Rebbe Lubavitch; publicado en el pensamiento de la Semana a cargo del rabino Shmuel Rodal) ¡Esto es algo de los muchos ejemplos existentes! Preparar cuidadosamente los signos.

La Iglesia, instituida por Cristo, es una señal para los pueblos, es decir, el Sacramento, el signo... ¡El primer signo!, ¡Iglesia es igual a Signo! Signo visible del Amor de Dios hacia el hombre y hacia la humanidad. Ecclesia significa comunidad de fieles que se reúnen en el nombre del Resucitado. He aquí el porqué en las celebraciones de la Palabra y de la Eucaristía la Liturgia tiene que estar muy cuidada. Porque los hermanos que están caminando hacia el redescubrimiento de su Bautismo tienen que ver en los signos el amor de Dios. El Trípode, recordad, de Palabra, Liturgia, Comunidad. Tenéis que saber todos el significado del Presbiterio, del Ambón, de la Cruz, de la mesa, de las alfombras, de los iconos, del cirio Pascual, del Baptisterio... la forma oval o circular de la Asamblea... no han sido puestos así al azar, sino que todo tiene una explicación teológico-litúrgica.

El hermano sabe, por ejemplo, viendo la mesa (el altar) que el Señor prepara para él una mesa en frente a sus enemigos; Lo cantamos también: El Señor es mi Pastor, nada me falta. Preparas una mesa ante mi, frente a mis enemigos. O bien, viendo la sala recubierta de alfombras sabe que pertenece a Dios y no al mundo. Las alfombras reflejan la realeza y al mismo tiempo pertenencia. Todos los reyes tienen alfombras en sus palacios, están adornados de alfombras, y cuando los reyes salían, para hacer alguna visita, al poner el pie fuera del palacio se les extendía una larga alfombra que impidiese que sus pies quedaran contaminados cómo a los de la gente mundana. El hombre, que ha sido creado de la Belleza y ha sido hecho para la Belleza... el hombre ha necesitado de la estética para reencontrarse con Dios.

Imaginaos como debían ser los tiempos en los que se construían Santa Sofía de Estambul, la Basílica de la plaza de San Pedro, o Nuestra Señora en París, y los fieles contemplando estas magníficas construcciones llenas de arte pensaban que habían sido realizadas para encontrar en ellas a Dios, el creador, y Dios a la criatura. Para hacer esto hacia falta tener amor, Charitas. Jesús ardientemente deseaba comer la Pascua con los suyos (Lc. 22, 35) y los amó hasta el final. Ha querido demostrar que ha venido para servir, como lo demostró lavando los pies a los suyos como agradecimiento (Eucaristía).

Por eso en San Juan no existe el relato de la última cena, sin embargo explica el lavatorio de los pies (Cf. Jn 13, 1-11). Porque para San Juan aquello que ha hecho Cristo, el servir, ha sido la Eucaristía. Ahora cantemos el himno a la Caridad de San Pablo, y después hablaremos de las cosas que corresponden a los Ostiarios. ¡Ánimo!, comenzad a entrar en la perspectiva de haber sido llamados para servir.

Canto: Himno a la Caridad

En la Comunidad Neocatecumenal, después de un cierto tiempo de Camino hemos dado los carismas. El carisma es un don que viene de Dios. Existe el carisma del Responsable, que es ayudado por los corresponsables, de los catequistas, del cantor, del didáscalo, de los Ostiarios y de los otros carismas que descubriréis a medida que hacéis el Camino.

Hablemos de los Ostiarios. Los Ostiarios son los hermanos que deberían tener un amor particular por la Liturgia y por el servicio a los hermanos. Digo deberían, porque hay aquí muchos que aspiran a este carisma para realizarse o para sentirse realizados. Imaginaos que uno en la vida ha estado siempre sometido y no se siente realizado, que ocasión mejor que la de Ostiario, que es una figura digamos fundamental para la comunidad y para mandar a los demás. Hay muchos hermanos que han destruido la comunidad y a si mismos por sobresalir.

Dice Jesús que quien quiera ser el primero que sea el último. El primero no existe en este servicio, existe el último, y tú hermano, que te prestas para hacer este servicio, ten presente que eres el siervo de todos, que eres el último. El Ostiario debe hacerse humilde tomando ejemplo de Cristo, su Señor, debe servir a los hermanos, siervo detrás de los siervos. El primer Ostiario de la comunidad, como para todos los otros carismas, es el Responsable, es él el que coordina a los demás. Un Ostiario hace el servicio en la oración y no en la murmuración. La murmuración viene de Satanás. Sabemos que cuando Israel murmuró en el desierto contra Dios aparecieron las serpientes venenosas en el campamento. Un Ostiario no debe buscar su propio interés, no debe sufrir especialmente cuando algún hermano le toca una flor, o le dice que esto no está bien puesto así, ¡sino que va mejor así! Cuantos de vosotros, decir la verdad, cuantos de vosotros se han encontrado en esta situación. ¡Y cuantos hermanos así de pesados hay en la comunidad! Decidme cuantas veces lo habéis pensado. ¡No hermanos!, no. ¡Recordad que el otro es Cristo!, que si tu murmuras contra tu hermano, si tu le juzgas, ¡murmuras y juzgas a Cristo!, porque en la comunidad ¡el otro es Cristo!, no lo olvidéis, ¡El otro es Cristo!

Tu salvación por Cristo pasa a través de tu hermano que lleva también tu pecado. ¡Quién quiera ser el primero entre vosotros sea el último! dice Jesús. ¿Cómo puedes preparar una sala si murmuras? Y vosotros Responsables, cuando veáis que un matrimonio (de Ostiarios) o un Ostiario está en la murmuración decidle a este hermano con caridad que descanse durante un tiempo, y elegid durante una convivencia en la presencia de la comunidad a otra pareja. Si esta pareja que estaba en la murmuración, después de haber rezado, quiere nuevamente realizar el servicio, convocadlos siempre en presencia de la comunidad.

Sin caridad no existe la comunión, no existe la Koinonía, no existe el servicio. Cuántos Ostiarios esperan que les digan: ¡Pero que bien lo haces!, ¡necio, te estás vendiendo a Satanás!, te estás poniendo sobre un pedestal, ¡no te quieres convertir! ¿Cuantos sois atacados en los objetos litúrgicos de tal manera que si un hermano te mueve ligeramente la cruz tú te lanzas como una fiera? ¡Estúpido! ¿No sabes que el pecado de ira es contra el hermano y contra Cristo? Porque te lo repito nuevamente: ¡El otro es Cristo! No os convirtáis en esclavos de los objetos de la Liturgia, sino utilizarlos para el Señor. Dice Doroteo de Gaza en los ejercicios espirituales que un monje estaba condenando su alma porque estaba molestando siempre a alguien. Cuando prepares la sala ten presente que es el Señor que la quiere, lo hemos escuchado, Allí preparadla para nosotros; El Señor te invita a preparar la Pascua. La Eucaristía semanal es una Pascua. Todo debe ser hecho en oración, con humildad, con silencio. Cuando vosotros Ostiarios preparéis para la realización de las celebraciones hacedlo en silencio y rezad.

Tened la mente libre de las cosas del mundo; purificad vuestra mente. ¡Fijadla en Dios! No esperéis ser recompensados por los hombres, y repetid siempre: Somos siervos inútiles, ¡porque quién se humille será ensalzado! Haced aquello que se os haya dicho con humildad, lo repito, ¡con humildad y sin murmurar! Muchos Ostiarios no viven las celebraciones, ¡porque están siempre con ansia! No hermano, no estés en ansia porque tengas miedo de que tu hermano te juzgue. Te agitas, te preocupas, tienes sudor frío... Durante la celebración tienes que tener el oído abierto para escuchar la Palabra, estate atento porque el adversario rápidamente te lleva a verdes pastos para que no escuches nada, ¡y te engaña! Otra cosa importantísima: la celebración de la Palabra no tiene que ser considerada de menor importancia que la Eucaristía. Muchos ponen rápidamente una alfombra, la cruz etc... tanto da la liturgia de la Palabra, no es la Eucaristía... ¡Debes preparar de la misma manera, con cuidado y con amor, porque, te repito, ya lo he dicho, nosotros somos hombres que a través de los signos llegamos al  conocimiento de Dios!

Más adelante haremos una rueda de experiencias y escucharemos como preparáis una sala, como preparáis los panes, como conserváis los distintos ornamentos y objetos litúrgicos, y os diremos si alguna cosa no se hace bien. Si existe un equipo de Ostiarios en el que compiten por ser los últimos, no tengáis envidia del hermano. Si alguno es mejor haciendo alguna cosa, dejadle hacerlo a él y estad felices por esto. Considerad siempre a los hermanos como superiores a vosotros. En el canto de la Kenosis de Cristo San Pablo dice: nada por rivalidad, ni por vanagloria, más todo con humildad...

Mirando los deseos de los otros, considerando a los otros como superiores a ti, teniendo los sentimientos de Jesús, ahora lo cantaremos. ¡Animo! Entonces ahora id a escrutar el Evangelio que hemos leído y pensad en las cosas que habéis escuchado en la catequesis, y haced un examen de conciencia, y pedidle después al Señor que os de un espíritu para servir. Haced después diez minutos de oración silenciosa.

Canto: Himno a la Kenosis

Media hora de reflexión

Retorno y finalización de los laudes

Rueda de Experiencias

Canto final: Bendita eres tu, María

Traducción de Jacob Bellido