[_Sgdo Corazón de Jesús_] [_Ntra Sra del Sagrado Corazón_] [_Vocaciones_MSC_]
 [_Los MSC_] [_Testigos MSC_
]

MSC en el Perú

Los Misioneros del
Sagrado Corazón
anunciamos desde
hace el 8/12/1854
el Amor de Dios
hecho Corazón
y...
Un Día como Hoy

y haga clic tendrá
Pensamiento MSC
para hoy que no
se repite hasta el
próximo año

Los MSC
a su Servicio

Portal MSC Perú

Mapa del Sitio

WeblogMSC

Escribirnos


free counters

Dawkins, el ATP/APP (agnosticismo temporal por la práctica y agnosticismo permanente por principio) y Dios

Páginas relacionadas 

 

 

por Pío Moa
ConoZe.com
Lea también: ¿Qué teme el ateo de Oxford?

Dawkins distingue dos clases de agnosticismo: el ATP (agnosticismo temporal en la práctica) y el APP (agnosticismo permanente por principio). El primero sería una actitud apropiada ante problemas científicos no resueltos pero que lo serán cuando se disponga de datos suficientes; el segundo correspondería a problemas cuyo planteamiento mismo impide aportar datos concluyentes.

Dawkins ilustra el ATP con una respuesta «inmortal» de Carl Sagan a la pregunta de qué «sentía visceralmente» sobre la posible existencia de vida extraterrestre: «Bueno, intento no pensar con mis vísceras. En realidad, es correcto reservarse la opinión hasta que haya evidencias».

La existencia o no de Dios entraría, en apariencia, en el ámbito del APP: «Algunos científicos y otros intelectuales están convencidos —con demasiado entusiasmo, en mi opinión— de que la cuestión de la existencia de Dios pertenece a la por siempre inaccesible categoría APP. Como veremos, a partir de aquí a menudo hacen la ilógica deducción de que la hipótesis de la existencia de Dios y la hipótesis de su inexistencia tienen exactamente la misma probabilidad de ser correctas». Él opina de otro modo. La cuestión «pertenece firmemente a la categoría temporal o ATP». «Tanto si existe como si no. Es una cuestión científica; puede que un día conozcamos la respuesta, y mientras tanto podemos decir cosas bastante fuertes sobre la probabilidad».

Lo que en realidad importa no es si Dios es refutable (no lo es), sino si su existencia es probable. Esto es otro tema. Algunas cosas irrefutables se juzgan sensatamente mucho menos probables que otras cosas también irrefutables. No hay razón alguna para considerar que Dios es inmune a la consideración en el espectro de probabilidades.

En otras palabras, la ciencia todavía carece de pruebas suficientes sobre la existencia o no de Dios, pero muy probablemente las hallará, como ha ocurrido con otros muchos problemas en apariencia irresolubles por principio. Entre tanto, las probabilidades científicas apuntan a la inexistencia de la divinidad. Además, a cualquier efecto práctico es perfectamente posible vivir como si Dios no existiera. Así, expone: «Soy agnóstico en la misma medida en que lo soy respecto de las hadas en el fondo del jardín»; o, citando a otros, considera que «la existencia de Dios no es más probable que la del Ratoncito Pérez. No puedes rebatir ninguna de las dos hipótesis, y ambas son igualmente improbables». «No creo en Dios de la misma forma que no creo en Mamá Oca». Comprometerse con cualquier religión particular «no es ni más ni menos extraño que elegir creer que el mundo tiene forma de rombo y circula por el Cosmos sujeto entre las pinzas de dos bogavantes enormes llamados Esmeralda y Keith».

Una popular deidad en Internet actualmente —y tan irrefutable como Yahvé o cualquier otro— es el Monstruo Espagueti Volador, quien, como muchos afirman, les ha tocado con su filamentoso apéndice. Estoy encantado al ver que se ha publicado como libro El Evangelio según el Monstruo Espagueti Volador, con gran éxito. No lo he leído, pero ¿quién necesita un Evangelio cuando simplemente sabes que es cierto? A propósito, debería tener lugar —ya ha tenido lugar— un gran cisma que diera origen a la Iglesia del Monstruo Espagueti Volador Reformada.

Etcétera.

Encuentro divertida la estrategia de responder, cuando me preguntan si soy ateo, que quien me está preguntando es también un ateo con respecto a Zeus, Apolo, Amón-Ra, Mitra, Baal, Tor, Wotan, el Becerro de Oro y el Monstruo Espagueti Volador. Simplemente, yo voy un dios más allá.

Dawkins cita también otro enfoque del asunto, el de la «tetera celeste» de Bertrand Russell:

Muchas personas ortodoxas hablan como si pensaran que es tarea de los escépticos refutar los dogmas recibidos, en vez de que sean los dogmáticos quienes los prueben. Por supuesto, esto es un error. Si yo fuera a sugerir que entre la Tierra y Marte hay una tetera china girando alrededor del Sol en una órbita elíptica, nadie sería capaz de desmentir mi aserción, dado que yo he tenido cuidado de añadir que la tetera es demasiado pequeña para ser descubierta incluso por uno de nuestros más poderosos telescopios. Pero si luego yo digo que, como mi aserción no puede refutarse, es una presunción intolerable por parte de la razón humana dudar de ello, pensarán de mí, con toda la razón del mundo, que estoy diciendo sinsentidos. Sin embargo, si en los libros antiguos se afirmara la existencia de esa tetera, enseñada como la sacra verdad cada domingo, e instilada en las mentes de los niños en la escuela, la duda a la hora de creer en su existencia se convertiría en una seña de excentricidad y harían que un psiquiatra reconociera al dubitativo en una era ilustrada, o un inquisidor en una era anterior.

Espero haber resumido con aceptable claridad los enfoques de Dawkins sobre la cuestión de la divinidad. Conviene ahora hacer algunas observaciones:

Estas observaciones, y otras posibles, no demuestran que haya un Dios, pero creo que justifican un sano escepticismo hacia construcciones ideológicas ateas con pretensiones científicas, tan en boga en estos tiempos.