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Dicen que Dios no existe... ¿es verdad?

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12 pruebas de la inexistencia de Dios... refutadas
Pato Acevedo, infocatolica.com

 

Mientras vagaba por la selva de videos de gatos y fotos de perfil, que los nativos llaman Facebooch, se me ha aparecido un artículo titulado “12 pruebas de la inexistencia de Dios”, acompañado de la imagen que pueden ver aquí. Luego de revisarlo, he pensado que no solo sería de interés de los ateos conocer la respuesta de los creyentes a dichas pruebas, sino que además algún provecho obtendrían mis hermanos católicos, al ponderar la grandeza e inefabilidad de nuestro Dios.

 

A modo de introducción, anotemos que el autor original de estos 12 argumentos es Sébastien Faure (1848-1942), de quien la Wikipedia nos cuenta que de joven fue seminarista, se hizo luego socialista y acabó en el anarquismo. Pueden encontrar el libro en este enlace, pero para efectos de nuestra exposición usaremos la versión resumida de Facebook.

Comencemos pues:

1. No existe un Ser Creador, porque la acción de “crear” es inconcebible. 

Crear es formar algo a partir de nada, y nada puede producirse sin materiales. Cero más cero, siempre va a ser igual a cero. Dios no pudo haber creado de la nada.

Los cristianos solemos decir que Dios crea “de la nada", ex nihilo en latín. En su sentido original, esta expresión refuta las cosmogonías paganas, que describían al universo surgiendo de alguna materia prima, habitualmente el agua, del caos primordial, o cualquier otra entidad eterna. Contra estas ideas, el cristianismo siempre ha sostenido que Dios es el único y eterno principio de todas las cosas, y que “crear” no implica que Dios diera forma a una materia prima que coexistía junto a él.

Crear es traer un ser a la existencia. Normalmente el hombre crea algo dando forma a ciertos materiales que ya existen, y por eso nos cuesta entender que Dios no haya hecho lo mismo al crear el universo. En verdad, nunca podremos abarcar plenamente la forma en que Dios “crea", pero jamás deberíamos pensar en quien construye una casa o fabrica un mueble. Una imagen más precisa la tendríamos si evocamos a un autor que crea a los personajes de una novela, y el mundo donde ellos se desenvuelven.Es cierto que cero más cero siempre será igual a cero. De la nada, nada deviene. Al crear, sin embargo, el punto de partida no es cero… es Dios.

2. Dios, lo inmaterial, no pudo haber creado lo material

Lo inmaterial, de existir, estaría separado de lo material en una diferencia de calidad, de naturaleza. O bien la materia estaba fuera de Dios (es decir que coexistía con él), o bien el Dios mismo estaba y está formado de materia. Y si ya disponía de la materia, entonces, en base a lo dicho en el punto 1, Dios no es creador.

Toda la modernidad está atravesada por el dualismo cartesiano: Lo material y lo inmaterial son opuestos, del todo incompatibles, separados y por siempre inaccesibles el uno al otro.Incluso algunos cristianos han asumido esa dualidad, rechazando la corporalidad y exaltando el valor de lo espiritual, Sin embargo, ese es un error.

El alma humana y el cuerpo están íntimamente relacionados, tanto que uno no puede existir sin el otro. Los sueños, la belleza, el amor, toda la experiencia humana nos muestran que el espíritu y la acción se afefctan mutuamente. El espíritu es movido por la materia, y a su vez mueve a la materia. Luego, si la premisa es errada, no hay imposibilidad alguna en admitir que Dios, invisible e inmaterial, pudo haber creado la materia.

3. Lo perfecto, no puede producir lo imperfecto.

Lo perfecto (en este caso Dios) y lo imperfecto(en este caso el hombre y el Universo) están en oposición y contradicción, que alguno de los dos determine al otro es inconcebible. Si Dios es perfecto, no pudo haber creado lo imperfecto.

Este es otro falso dualismo, mucho más burdo que el anterior. Lo perfecto no se opone a lo imperfecto, sino que ambos son grados de una misma escala.

Faure insiste en que “existe una relación directa, fatal y en cierto modo matemática, entre la obra y el autor de ella: tanto vale la obra, tanto vale el obrero; tanto vale obrero, tanto vale la obra". Sin embargo, a nadie extraña que el autor que escribe la novela perfecta, con mucho tiempo y esfuerzo, también puede escribir una que no lo sea tanto, incluso con mayor facilidad.

4.Si Dios creó el Universo, no puede ser ni eterno, ni activo, ni necesario.

Dios solo manifestó su actividad creándolo todo, lo que quiere decir que antes de ello era inactivo. Si el Universo necesitó y necesita de Dios, tanto para ser creado como para existir como es, quiere decir que antes de su creación, Dios no era necesario. Lo que quiere decir que Dios no es eternamente activo y necesario, si no que fue inactivo, innecesario e inútil.

En el Siglo XIX se pensaba que el tiempo era absoluto, infinito e inmutable. Una categoría fundamental de la realidad. Hoy entendemos que el universo y el tiempo comenzaron en un momento, y esta objeción ha perdido su fuerzano es sostenible.

Si Dios creó el universo, y el tiempo con él, es evidente que Dios mismo no está sujeto al tiempo. Luego no tiene sentido hablar de lo que Dios hacía antes de crear el universo. Ese tiempo no existe. Otros han dicho que Dios existe en un eterno presente, y que desde su punto de vista la creación siempre está ocurriendo. Es más, él mismo crea y sostiene cada momento que existe.

5. Si Dios existe, es inmutable, es decir que no cambia ni puede cambiar.

La transformación, el cambio, son cualidades de la materia. Si Dios creó el Universo, cambió dos veces: no es lo mismo un Ser pasando de la pasividad al deseo, y del deseo a la ejecución. Una de dos, o Dios no creó el Universo, y por tanto no es Dios; o Dios no es inmutable, y por lo tanto tampoco es Dios.

Muy parecida a la anterior, este argumento supone que Dios existe en el tiempo, una especie de poderoso ser mágico, que va dando forma a las cosas sucesivamente. No es así.

Dios creó el universo sin cambiar él mismo de ninguna forma, sin jamás pasar de la inactividad a la acción. ¿Cómo es esto posible? No lo podemos entender, porque nuestra experiencia se limita a las cosas que existen en el tiempo, pero sí podemos decir que no hay contradicción en ello.

6. Si Dios creó el Universo, tiene que haberlo hecho por alguna razón.

 Pero, ¿qué razón pudo tener, si no le falta nada dado que su perfección es infinita y eterna? No es posible establecer ninguna razón que pudo haber motivado a Dios, y dado que actuó sin razón, es un loco, es decir, es imperfecto. Y si es imperfecto, no es Dios.

Dios no crea por satisfacer alguna necesidad, pero ello no equivale a decir que crea sin razón. A modo de analogía, pensemos en un padre que repara un automóvil, cuando llega su hijo preguntando “¿Qué haces? ¿Puedo ayudar?". Visto objetivamente, ese ese padre no necesita que su hijo le ayude. El niño no satisface ninguna necesidad que el adulto tenga, ni hay algo que el adulto no esté haciendo ya por sí mismo y mejor. Sin embargo, si es un padre amoroso, no dudará en decir a su hijo que le pase las herramientas que él le vaya pidiendo. ¿Por qué hacer eso? Todos lo sabemos, por amor a su hijo.

De modo similar, Dios crea por amor a nosotros, no porque nosotros podamos hacer algo que él no.

7. Si Dios necesita gobernar el Universo, quiere decir que este no es perfecto.

Y si el Universo no es perfecto, Dios, que es perfecto, no pudo haberlo creado. La cualidad de Dios de “creador” niega la cualidad de “gobernador”, son incompatibles. O es gobernador, o es creador, y sin alguna de estas dos cualidades, no es Dios.

Dios no necesita gobernar el Universo, y no pensemos que si dejara de hacerlo todo andaría por su cuenta. Dios gobierna el universo ¡porque no hay otra posibilidad! En cuanto Dios dejara de prestar atención a cualquier ser, este dejaría de existir inmediatamente.  Y todo existe porque Dios lo quiere o, al menos, lo permite. Dios crea la realidad a cada momento y en ese mismo acto la determina y gobierna. Crear y gobernar son dos aspectos de una misma acción.

Incluso si consideramos la creación como un acto lejano en el tiempo y el gobierno como una acción actual, no hay contradicción entre ambos. Dios puede crear un universo imperfecto, en camino de su perfección, Por ejemplo, para dar a sus hijos la libertad de participar en la construcción de un mundo mejor.

8. La multiplicidad de Dioses demuestra que no existe ninguno.

El que Dios no tuviera el suficiente poder para expresarse como el mismo Dios ante todos los religiosos, demuestra su impotencia y su incapacidad para gobernar el Universo. Es decir, Dios es incapaz de gobernar, por lo tanto no es Dios.

Que Dios no se revele a todos, como tal vez uno lo haría, no demuestra que no pueda hacerlo, solo demuestra que nuestro juicio es limitado. Si Faure tuviera el poder de Dios, tal vez se daría a conocer, con una voz en el cielo y un espectáculo de luces, pero esa no es más que la idea de una criatura sobre lo que Dios debería hacer y no hace.

Hay que dejar a Dios ser Dios. Él escogió revelarse gradualmente, primero a Abraham, luego a un pueblo, y finalmente a toda la humanidad en NSJC ¿Quien juzgará a Dios como injusto o impotente ” por eso? Solo quien tenga un conocimiento y poder infinitos… o un loco.

9. Dios no es infinitamente bueno: la existencia del Infierno lo atestigua.

Dios podía, en su entera voluntad, no crearnos, pero nos creó. Dios podía, dado que era bueno, perfecto, justo y poderoso, crearnos buenos a todos, pero nos creó buenos y malos. Dios podía, dado que era bueno, admitirnos a todos en el Paraíso. Dios podía, dado que era infinitamente bueno, no admitir a los malos en el Paraíso, antes que condenarlos al tormento y el castigo eterno. Si el Infierno existe, Dios no es infinitamente ni eternamente bueno y misericordioso. Dios no es infinitamente bueno, la existencia del Infierno lo prueba.

El infierno es un artículo de la fe cristiana. Por lo tanto, negarlo apena mostraría que el cristianismo es falso, no la inexistencia de Dios.

Dicho eso, el problema del infierno tiene solución. La más común hoy en día apunta a que la naturaleza intrínseca del infierno es la de un estado de separación de Dios. Quien rechaza a Dios y se aparta de su presencia, conscientemente elige ir al infierno, un lugar de dolor tal vez, pero esencialmente alejado  de él. Otros han dicho que el amor de Dios es un fuego abrasador, que purifica a los buenos y consume a los malos. El infierno y el cielo, entonces, serían un mismo lugar que las almas experimentan de forma diferente.

10. El mal y el sufrimiento existe.

Dios, si gobernase el Universo, si fuere infinitamente poderoso y bueno, lo suprimiría, lo eliminaría. Pero no lo hace: o Dios no tiene el poder para eliminar el Mal, y por lo tanto no es infinitamente poderoso; o Dios no quiere eliminar el Mal, por lo que no es infinitamente bueno. O Dios no es infinitamente poderoso, o no es infinitamente bueno.

¡Ah, el viejo problema del mal! Ya Santo Tomás puso este argumento como el primero de los únicos dos que se oponen a las pruebas de la existencia de Dios. Escuchemos entonces su respuesta.

Escribe Agustín en el Enchiridio: Dios, por ser el bien sumo, de ninguna manera permitiría que hubiera algún tipo de mal en sus obras, a no ser que, por ser omnipotente y bueno, del mal sacara un bien. Esto pertenece a la infinita bondad de Dios, que puede permitir el mal para sacar de él un bien.

11. Dios nos ha creado defectuosos, imperfectos y malos, pudiendo habernos creado buenos, virtuosos y responsables.

Sin embargo, Dios se reserva el papel de Juez, pudiendo castigarnos y recompensarnos. Si él nos creó, entonces la responsabilidad de nuestros males recae sobre él, además de ser un Juez indigno, ya que el hombre, al no haber elegido ser malo, imperfecto y bueno, no es responsable de su maldad. No puede ser recompensado ni castigado. Dios es un Juez injusto, porque debería juzgarse a él mismo.

La soberbia de llamar Juez injusto a Dios es impresionante. Ver a la criatura cuestionar los motivos de su creador es una completa inversión de una relación lógica entre ambos.

En cualquier caso, acusar a Dios de injusticia por crearnos tendría sentido si fuéramos autómatas, programados para comportarnos de una u otra manera. Si así fuera, es cierto que el creador sería responsable por todo lo que hace su creación. Sin embargo, no es así y el ser humano es libre para decidir actuar de una u otra forma, y por lo mismo responsable por sus actos.

Gracias al influjo cristiano, incluso la justicia humana hoy comprende que el fundamento de todo juicio es la libertad del agente. Dios, que es perfecto en su justicia, nos juzgará según el grado de libertad con que hayamos actuado.

12. El hombre es imperfecto y limitado, si Dios ha de recompensarlo o castigarlo, lo hace injustamente.

El hombre, que es imperfecto, si hace méritos para merecer la recompensa, ese mérito es imperfecto y limitado como él mismo. Sin embargo, Dios lo recompensa con un Paraíso perfecto e ilimitado. Lo mismo con el castigo y el Infierno. Dios es injusto porque castiga mal limitado con castigo eterno e ilimitado, y premia el bien limitado e imperfecto con el cielo eterno y perfecto.

Sirva aquí lo ya dicho en el punto 9: cuestionar el cielo y el infierno nada dicen acerca de la inexistencia de Dios. Apenas muestra que la idea de Dios de algunos ateos es muy provinciana, y no ha cambiado desde que tenían 5 años.