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Páginas relacionadas

 

OCTUBRE

01: SANTA TERESITA DEL NIÑO JESÚS, virgen, 1873-1897

02: LOS SANTOS ÁNGELES CUSTODIOS

04: SAN FRANCISCO DE ASÍS, fundador de los frailes menores, 1181-1226

06: SAN BRUNO, fundador de la orden de los Cartujos 1030-1101

07: NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO

08: San Bruno, fundador de los Cartujos

9: SAN DIONISIO, obispo de París, y compañeros, mártires. ¿258?

9: SAN JUAN LEONARDI, sacerdote, 1541-1609

09: SAN LUIS BELTRÁN, sacerdote dominico, patrono de Colombia, 1526-1581

9: PAPA PIO XII, 1876-1958

12: FRAY ANTONIO DE MONTESINOS, fraile dominico 1470-1530

14: SAN CALIXTO I, papa y mártir, + 222 en Roma.

15: SANTA TERESA DE ÁVILA, virgen, fundadora de las "Carmelitas descalzas", doctora de la Iglesia, 1515-1582

16: SANTA EDUVIGES, duquesa de Silesia, 1174 - l243

16: SANTA MARGARITA MARÍA ALACOQUE, virgen 1647-1690

17: SAN IGNACIO DE ANTIOQUÍA, obispo y mártir, 107

18: SAN LUCAS, evangelista

19: SANTOS JUAN DE BREBEUF E ISAAC JOGUES, presbíteros y compañeros, mártires

19: SAN PABLO DE LA CRUZ, fundador de los clérigos descalzos de la Santa Cruz y la Pasión, 1694-1775

23: SAN JUAN DE CAPISTRANO, fraile franciscano, 1386 - 1456

24: SAN ANTONIO MARÍA CLARET

28: SANTOS SIMÓN y JUDAS, apóstoles
SAN JUDAS TADEO

29 San Narciso de Gerona

DOMINGO DE LAS MISIONES. Mártires de China, Siglos XIX y XX



01: SANTA TERESITA DEL NIÑO JESÚS, virgen, 1873-1897

Sobre la vida de Teresa de Lisieux poseemos muchos datos por una infinidad de publicaciones y por la biografía "Historia de un Alma", que ella misma compuso por orden de la superiora.
SANTA TERESITA DEL NIÑO JESÚS, virgen, 1873-1897Un rasgo esencial de su vida de santidad moderna, es la solidaridad mística con todos los miembros de la Iglesia, su verdadero deseo de comunión y participación sobrenaturales.
Nació el 2 de enero de 1873, en Alençon, en Normandía, fue la menor de nueve hermanos, de los cuales, cuatro murieron siendo niños. Cuando Teresita tenía cinco años perdió a su madre. En 1877, el padre, con sus 5 hijas, se fue a vivir a Lisieux.
A los 15 años de edad, Teresita pidió que la admitieran en el Carmelo de Lisieux, donde ya habían ingresado dos de sus hermanas. Al principio se rechazó su petición, pero finalmente fue aceptada en mayo de 1888. Ella misma manifestó el motivo principal de su entrega total a Jesús: salvar almas y particularmente, pedir por los sacerdotes. Su vida diaria consistía en seis horas y media de oración y meditación, cinco horas de trabajos manuales y el resto del tiempo repartido entre las comidas, el descanso, el recreo y las actividades personales. Era una vida austera que no tenía nada que ver con aquel falso romanticismo que a veces representan las imágenes de la santa.
Ella misma escribió: "Tuve que luchar; no tenía una naturaleza dócil; no pasó ningún día en el cual no fuera herida". La superiora trató de romper el aparente orgullo de la marcada personalidad de esta joven novicia, con humillaciones y regaños. Teresita conocía bien su pequeñez y, por su buena formación bíblica, quiso refugiarse en los brazos paternales de Dios, precisamente como un niño con todas sus deficiencias. De acuerdo con ella, la perfección no existía en lo extraordinario ni en ofrecer muchas obras a Dios, sino en la aceptación humilde de la vida ordinaria. Pero esta vida ordinaria no debía ser egocéntrica sino cristocéntrica y misionera: salvar almas por medio de una vida crucificada.
En 1889 pidió que se añadiera a su nombre religioso "del Niño Jesús" y el del "santísimo Rostro". En el formulario de su profesión, del 8 de septiembre de 1890, imploraba la gracia del martirio del corazón y del cuerpo. Empezó en su vida un período de tentaciones contra la fe y la esperanza, de obscuridad espiritual y aislamiento y de un creciente agotamiento físico, por causa de la tuberculosis.
Al iniciarse el año en que murió, el de 1897, dio un nuevo testimonio de la dimensión eclesial de su entrega total a Cristo. "En el corazón de la Iglesia, que es mi madre, quiero ser amor". Ofreció sus penas espirituales y físicas para que la misericordia divina pudiera derrochar corrientes de gracia en la obra misionera de la Iglesia. Poco antes de su muerte, declaraba: "El cáliz está lleno hasta los bordes. Yo no me hubiera creído ser capaz de sufrir tanto. Sólo por mi gran deseo de querer salvar almas, me explico que todavía pueda soportar".
Su resistencia, solidaria con Cristo y todo su cuerpo místico, también se revelaba en las palabras; "Dios quiere que agradezcamos la salvación, no solamente a él, sino también los unos a los otros, para que en el cielo no encontremos ninguna mirada indiferente".
Murió el 30 de septiembre de 1897 a los 24 años de edad. Sobre la cruz de su tumba se encuentran las palabras: "Mi ocupación en el cielo será seguir ayudando en la tierra".
El papa Pío X estimó a Teresita como la santa más grande de su tiempo. Pío XI la declaró santa en 1925 y además, junto con Francisco Javier, "patrona de todas las misiones". En 1944, los obispos franceses la eligieron, junto con santa Juana de Arco, patrona de Francia.
En el Documento de Puebla (n. 856) los obispos dejaron constancia: "La vida consagrada en todas sus modalidades, con mención explícita de la contemplativa, es en sí misma, por la radicalidad de su testimonio, un medio privilegiado de evangelización eficaz".

ORACIÓN COLECTA
Dios y Padre nuestro, que tienes abiertas las puertas de tu Reino para los humildes y sencillos de corazón, ayúdanos a llegar a ti, a ejemplo de santa Teresita del Niño Jesús, por el camino de la fidelidad en cosas pequeñas y el cumplimiento de los deberes diarios. Por nuestro Señor Jesucristo... Amén.

"…Y cuando veo ante mi a todos estos enfermos, pienso que también ellos, como Teresa de Lisieux, están asociados a la pasión de Cristo y que, gracias a su fe en el amor de Dios, gracias a su propio amor, su ofrenda espiritual obtiene misteriosamente para la Iglesia, para todos los demás miembros del cuerpo místico de Cristo, un aumento de fuerza.
Que no olviden nunca esta bella frase de santa Teresa: "En el corazón de la Iglesia, mi Madre, yo seré el amor".
Pido a Dios que conceda a cada uno de estos amigos enfermos, por los que siento un especial afecto, el consuelo y la esperanza …" Juan Pablo II, Homilía durante la Misa celebrada ante la basílica de Lisieux, 2 de junio, 1980.


02: LOS SANTOS ÁNGELES CUSTODIOS

Además de las festividades de los tres arcángeles, la Iglesia, por disposición del papa Clemente X,. celebra el 2 de octubre de cada año, la fiesta de los Ángeles de la Guarda.
La verdad sobre la existencia de los santos ángeles quedó definida por la doctrina que nos habla de tan consoladora realidad (Cf. Dz 428 y 783) y está contenida claramente en la Sagrada Escritura.
Etimológicamente, "ángel" significa "mensajero" de Dios. Esa es la que desempeñan esos seres, servidores del Señor, según lo confirma plenamente la lectura de la Biblia.
Los santos Padres de la Iglesia agradecieron a Dios el regalo de los ángeles, que ayudan al hombre, debilitado por el pecado original.
LOS SANTOS ÁNGELES CUSTODIOSInfluyen sobre los sentidos y la imaginación del hombre para que siga la voz de su con-ciencia y para que los cristianos podamos cumplir con nuestras promesas bautismales y demás compromisos particulares.
Desde luego, no limitan la libertad del hombre, ya que éste puede resistir al llamado mismo de la gracia.
La teología medieval y, sobre todo santo Tomás de Aquino, dedicaron tratados muy pro-fundos sobre la existencia de los diferentes grados jerárquicos de los ángeles, sus funciones y sus rasgos, tal como se mencionan también en los prefacios de la sagrada liturgia.
La misma liturgia dedica una misa votiva al culto de los santos ángeles, en la que se nos regala una rica exposición de textos bíblicos, sobre estos celestiales amigos nuestros.
Los ángeles cuidan y protegen a los niños y a los jóvenes, actualmente amenazados en su inocencia por la corrupción de las costumbres y de los medios de comunicación.
El demonio trata dé pervertir las dos facultades más importantes del ser humano, en las que radica también su dignidad de haber sido hecho a imagen de Dios: la inteligencia para conocer la verdad y la voluntad, para amar a Dios y al prójimo.
La inteligencia se pervierte por la influencia de doctrinas que niegan a Dios y la voluntad sufre el asedio de las malas costumbres y las manipulaciones que impulsan a odiar y matar.
LOS SANTOS ÁNGELES CUSTODIOSEl santo Ángel de la Guarda protege principalmente estas maravillosas facultades del hombre.
En la última lucha del moribundo, la Iglesia todavía invoca la protección de los ángeles para que el bautizado pueda vencer al demonio y llegar a Cristo, que es la luz que no se apaga.
Aún queda una gran tarea para el arte cristiano: la digna representación del ángel. Los últimos siglos deformaron demasiado la majestuosa imagen del fiel amigo que Dios nos ha da-do.
Santo Tomás de Aquino dice: "Los ángeles miran más lejos que todos los profetas y videntes. El mismo universo es la medida de su ser".

ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que con amorosa providencia has enviado a tus santos ángeles para que nos guarden, concédenos experimentar su protección aquí en la tierra y disfrutar, junto con ellos, la felicidad del cielo. Por nuestro Señor Jesucristo... Amén.

"Hay que saber que el nombre de 'ángel' designa la función, no el ser, del que lo lleva. En efecto, aquellos santos espíritus de la patria celestial son siempre espíritus, pero no siempre pueden ser llamados ángeles, ya que solamente lo son cuando ejercen su oficio de mensajeros. Los que trasmiten mensajes de menor importancia se llaman ángeles, los que anuncian cosas de gran trascendencia se llaman arcángeles". San Gregorio Magno: Homilía 34, 8-9: PL. 76, 1250-1251.
"El honor que les tributamos a los que fueron fieles, redunda en tu propia gloria y excelencia; pues, si es digna de elogio la creatura, inmensamente más digno de él es su creador. Por Cristo nuestro Señor". Prefacio de los Ángeles.


04: SAN FRANCISCO DE ASÍS, fundador de los frailes menores, 1181-1226

Francisco de Asís es universalmente conocido por su amor a la naturaleza, a las flores, a los animales, a las montañas y a las estrellas.
Pero pocos saben que esa ternura se la inspiraba a Francisco su ardiente amor por Cristo. Toda la "'vida del "Pobrecillo de Asís", como suele llamársele, estaba impregnada por un ardiente anhelo de vivir, pensar y actuar como el mismo Cristo. Pocos han comprendido, como nuestro santo, aquellas palabras del salvador: Yo soy el camino, la verdad y la vida (Juan 14, 6). Francisco comprendió que en esas palabras se hallaba el secreto para renovar el cristianismo y al mundo mismo.
SAN FRANCISCO DE ASÍS, fundador de los frailes menores, 1181-1226Nació nuestro héroe en la ciudad de Asís, Italia, el año de 1181 ó 1182. Su padre, Pedro Bernardone, era un rico comerciante; su madre, una piadosa dama de nombre Pica. Creció Francisco entre comodidades y lujos. Estudió las primeras letras en la escuela vecina a la iglesia de San Jorge, en su ciudad natal. Pronto llegó a ser uno de los jóvenes más apuestos del vecindario. Por su esplendidez se le proclamó el rey de la juventud de Asís.
Pero esos halagos no le satisfacían. En la guerra contra Perusa, cuando contaba unos veinte años, tomó las armas para defender a su patria chica; pero fue vencido y encarcelado. No se desalentó por ello. Al salir de la prisión, pensó en armarse caballero güelfo, defensor de los derechos de la Iglesia y de los pobres. Mas el Señor, a través de extraños sueños, le hizo comprender que no era ésa su vocación, sino servirlo generosamente, reparando su Iglesia, que amenazaba ruina. ¿Pero, cómo repararla? A través de una serie de dolorosas pruebas, final-mente el joven comprendió que se repara la Iglesia, no con las armas ni con dinero, sino guardando fielmente el Evangelio, es decir, viviendo la vida pobre de Cristo, obedeciendo a la Iglesia y manteniendo la pureza de costumbres.
Por tanto, renunció Francisco, a sus padres y a su familia. Su único tesoro fue el santo Evangelio, meditado y vivido humildemente a la letra.
Su ejemplo heroico movió a hombres y mujeres de buena voluntad a seguirlo e imitarlo. Con sus seguidores, fundó la Orden de los Frailes Menores, que llamó así para que vivieran en cristiana fraternidad y humildad. Con las mujeres estableció el monasterio de las Damas Pobres, cuya primera abadesa fue santa Clara de Asís, de donde el nombre de "clarisas" que hoy se da a las Damas Pobres, que han de vivir en y por la pobreza de Cristo y de su santísima Madre. Los laicos casados también quisieron seguir, dentro del mundo y sin apartarse de él, los ejemplos de Francisco. Este fundó para ellos la tercera Orden, llamada ahora también la Orden franciscana seglar.
En una palabra, la vida de plena entrega al Evangelio suscitó, entre hombres y mujeres, un fervoroso anhelo de vivir las secretas riquezas espirituales del Señor, tal como se atesoran en el Evangelio, para el bien de fieles e infieles.
El mismo Jesucristo premió la total entrega de Francisco a su amor sencillo y ardiente, imprimiéndole sus llagas en el monte Alvernia, el 17 de septiembre de 1224.
Dos años más tarde, el 3 de octubre de 1226, desnudo sobre el desnudo suelo, el "pobrecillo" entregó gozoso su espíritu al Señor Jesús, para quien sólo había vivido y por quien logró descubrir la belleza inefable del universo.

ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que otorgaste a san Francisco de Asís la gracia de seguir gozosamente a Cristo en una vida de pobreza y humildad, haz que, a ejemplo suyo, nuestra preocupación esencial en esta tierra sea la de amar y seguir a tu Hilo, Jesucristo. El cual vive y reina. . . Amén.

"Habiendo dejado todo por el Señor, él encuentra, gracias a la santa pobreza, algo de aquella bienaventuranza con que el mundo salió intacto de las manos del Creador. En medio de las mayores privaciones, medio ciego, él pudo cantar el inolvidable Cántico de las Criaturas, la alabanza a nuestro hermano sol, a la naturaleza entera, convertida para él en un transparente y puro espejo de la gloria divina, así como la alegría ante la venida de 'nuestra hermana la muerte corporal' 'Bienaventurados aquellos que se hayan conformado a tu santísima voluntad'". Papa Pablo VI "La Alegría Cristiana".

San Francisco de Asís




06: SAN BRUNO, fundador de la orden de los Cartujos 1030-1101

Uno de los santos más grandes del siglo XI, fue el fundador de la primer cartuja, cerca de Grénoble. San Bruno nació en Colonia en el 1030 y allí recibió su formación cultural. Después de estudios filosóficos y teológicos en diferentes ciudades de Europa, se ordenó sacerdote y fue llamado a los 30 años de edad a la ciudad de Reims, en donde dirigió la escuela teológica durante 20 anos. Hizo comentarios preciosos sobre los salmos y las cartas de san Pablo, pero también enseñó filosofía, lenguas antiguas, música y artes.
Una de las llagas más profundas de la Iglesia en aquel tiempo, era la simonía. El rey Felipe I de Francia estaba dispuesto a ceder las sedes episcopales a los clérigos que le ofrecieran la mayor cantidad de dinero. Bruno se puso valientemente al lado del papa Gregorio VII para la reforma de la Iglesia y para luchar contra el indigno arzobispo Manasses de Reims, que más tarde fue depuesto por el mismo Papa. Sin embargo, Bruno tuvo que huir y después de regalar todos sus bienes y hasta sus libros a los pobres, buscó la unión con Cristo en la soledad de la vida de ermitaño.
SAN BRUNO, fundador de la orden de los Cartujos 1030-1101Bruno compuso una regla especial, fundada en la de san Benito pero mucho más rígida, para él y los primeros 6 compañeros que quisieran seguirlo a la soledad de la primera cartuja, cerca de Grénoble. Jamás hubiera salido de esta isla de paz si el mismo papa Urbano II, que había sido discípulo suyo en Reims, no lo hubiese llamado a Roma para nombrarlo consejero papal. Para Bruno, esta actividad en Roma era como un destierro.
Pidió instantemente al Papa poder separarse también del mundo eclesiástico para volver a la absoluta soledad con Cristo. El Papa, por fin le permitió construir conventos cartujos en Italia. En la cuarta cartuja que construyó en San Stefano di Bosco, murió el santo el 6 de octubre de 1101.
El convento principal de los Cartujos, "la Grande Chartreuse" fue asaltado por los ateos de la Revolución Francesa, que consideraban los votos monásticos como una ofensa a la libertad humana.
En nombre de la libertad masónica obligaron a los frailes a abandonar su vida libremente consagrada a Dios. En el año de 1940 pudieron volver los frailes definitivamente a esta fundación original de San Bruno, para consagrar nuevamente su vida a la libertad de Cristo y pedir en su soledad por una Iglesia renovada, según los consejos evangélicos.

ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que quisiste que san Bruno se santificara en una vida de soledad y de ora-ción, concédenos, por sus méritos, santificarnos y servirte en medio de la agitación de este mundo. Por nuestro Señor Jesucristo... Amén.

Los consejos evangélicos, la castidad ofrecida a Dios, la pobreza y la obediencia, como consejos fundados a las palabras y ejemplos del Señor y recomendaciones de los apóstoles, de los padres, doctores y pastores de la Iglesia, son un don divino que la Iglesia recibió del Señor, y que con su gracia se conserva perpetuamente. Concilio Vaticano II, "Lumen Gentium" n. 42.


07: NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO

Esta festividad fue instituida por el papa san Pío V en el aniversario de la victoria obtenida por los cristianos en la batalla naval de Lepanto, el año 1571, contra el invasor turco. Esta victoria se atribuyó a la Madre de Dios, invocada con la oración del rosario.
 NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIOLa celebración de este día es una invitación a todos los cristianos para que mediten, mediante la práctica del rosario, los misterios de la vida, muerte, y resurrección de Jesucristo, en compañía de la Virgen María, que estuvo asociada de un modo especialísimo a él. La devoción consiste en rezar un padrenuestro, diez avemarías y un gloria al Padre durante quince veces, cuando se reza el rosario completo; y durante cinco veces, cuando se reza la tercera parte, que es lo acostumbrado. Se suele empezar con el acto de contrición y se termina con tres avemarías en honor de la Santísima Trinidad y con las letanías lauretanas.
De acuerdo con una tradición, la devoción del rosario fue revelada por la santísima Virgen a santo Domingo de Guzmán. No existe ninguna prueba de que esta devoción se rezara antes de santo Domingo.
Nuestra Señora demostró su complacencia por esta devoción, apareciéndose con el rosario e invitando a rezarlo, en Lourdes y en Fátima. Con el objeto de intensificar la piadosa práctica del rosario, surgieron varias cofradías en muchos países de Europa. Durante la época colonial esta devoción mariana fue traída a América Latina por los misioneros de España y se difundió extensamente.

ORACIÓN COLECTA
Señor, tú que nos has hecho conocer el misterio gozoso de la encarnación de tu Hijo, concédenos tu gracia, por intercesión de la santísima Virgen María, para acompañar a Cristo en los misterios dolorosos de su pasión y muerte y poder participar así de su gloriosa resurrección. Por nuestro Señor Jesucristo... Amén.

"El rosario es mi oración predilecta. Plegaria maravillosa! … Se puede decir que el rosario es en cierto modo un comentario-oración sobre el capítulo final de la Constitución 'Luz de las Gentes' del Vaticano II, capítulo que trata de la presencia admirable de la Madre de Dios en el misterio de Cristo y de la Iglesia.
En efecto, con el trasfondo de las avemarías, pasan ante los ojos del alma los episodios principales de la vida de Jesucristo … y nos ponen en comunión vital con Jesucristo a través del corazón de su Madre.
Al mismo tiempo, nuestro corazón puede incluir en estas decenas del rosario todos los hechos que forman la trama de la vida del individuo, la familia, la nación, la Iglesia y la humanidad. Experiencias personales o del prójimo> sobre todo de las personas más cercanas o que llevamos' más en el corazón ... ". Juan Pablo II exhorta a rezar el Rosario. Alocución dominical, 29 de octubre, 1978.


9: SAN DIONISIO, obispo de París, y compañeros, mártires. ¿258?

Según narra san Gregorio de Tours, Dionisio pasó de Roma a Francia, a mediados del siglo III. Fue el primer obispo de París y sufrió el martirio en las afueras de la ciudad, junto con dos de sus clérigos, llamados Rústico y Eleuterio. Los cuerpos de los mártires fueron lanzados al río Sena y después, rescatados por los cristianos. En años posteriores se construyó una capilla en su tumba, alrededor de la cual se formó la gran abadía de Saint-Denís.
SAN DIONISIO, obispo de París, y compañeros, mártires. ¿258?Probablemente en el siglo VII empezó la identificación de este san Dionisio con el Dionisio Areopagita, del que nos hablan los Hechos de los Apóstoles (17, 13-34). Después de que san Pablo pronunció su discurso en el Areópago de Atenas, nos dice san Lucas que el apóstol salió de entre ellos desairado. "Pero algunos hombres se adhirieron a él y creyeron; entre ellos, Dionisio Areopagita, una mujer llamada Dámaris y algunos otros con ellos".
Cuenta la leyenda que Dionisio fue a Roma y el papa san Clemente I, lo envió a evangelizar París. Allí trataron en balde de darle muerte mediante salvajes fieras, mediante el fuego y la crucifixión.
San DionisioEntonces, junto con Rústico y Eleuterio fue decapitado en Montmartre. El cadáver de san Dionisio se levantó y, conducido por un ángel, caminó varios kilómetros hasta donde está hoy la abadía de Saint-Denis, llevando en sus manos su cabeza. Allí fue sepultado.
El culto de san Dionisio se propagó en muchas partes durante la Edad Media y popular-mente se le considera patrono de París.

ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro; que enviaste al obispo San Dionisio y a sus compañeros a predicar el Evangelio con su palabra y a dar testimonio de él con su martirio, concédenos, por su inter-cesión, anteponer a todo miedo y egoísmo la fidelidad a tus mandamientos. Por nuestro Señor Jesucristo…. Amén.

"… En esta tierra que tengo hoy la suerte de visitar, aquí en esta ciudad, ha habido y hay muchos hombres y mujeres que han sabido y saben todavía que toda su vida tiene valor y sentido sólo y exclusivamente en la medida en que es una respuesta a esta misma pregunta: ¿Amas? ¿Me amas?. . - Solamente gracias a esta pregunta la vida "vale la pena de ser vivida..." Juan Pablo II Catedral de Notre-Dame, 30 de mayo, 1980.


9: SAN JUAN LEONARDI, sacerdote, 1541-1609

Juan nació en Toscana, cerca de Luca en 1541 y comenzó a estudiar la carrera de farmacéutico. Ya casi terminados estos estudios, sintió la vocación para el sacerdocio. A los 32 años recibió la ordenación. Era la época de la profunda reforma que inició el Concilio de Trento, que había terminado en el 1563, después de una duración de 18 años.
Juan Leonardi se interesó por los fieles poco atendidos en las cárceles y los hospitales. También logró, por su celo apostólico, atraer jóvenes que querían incorporarse al servicio de los marginados. Surgió la idea de una vida comunitaria. Algunos jóvenes aspiraban al sacerdocio, otros ya ordenados, decidieron fundar con Juan una nueva congregación de sacerdotes.
SAN JUAN LEONARDI, sacerdote, 1541-1609Por mala interpretación de este trabajo comunitario, círculos influyentes de la República de Luca expulsaron a Juan Leonardi. Sin embargo, no podían impedir que, más tarde, tanto el Papa como el obispo de Luca reconocieran oficialmente "la asociación de sacerdotes seculares con votos simples".
El mismo padre Leonardi pudo encontrar un nuevo campo de trabajo en Roma, en donde cultivó amistad sacerdotal con Felipe Neri y José de Calasanz. En 1579 fundó la "Confraternidad de la Doctrina Cristiana". Su admirable esfuerzo en favor de la vida comunitaria de los sacerdotes, fue reconocida por el papa Clemente VIII, que aprobó la congregación con el nombre de "Clérigos Regulares de la Madre de Dios".
En el 1603, el padre Leonardi cooperó en la fundación de un colegio para las misiones católicas, que después de la muerte del santo iba a ser el famoso "Colegio de Propaganda Fi-de", del cual han salido y siguen saliendo los mejores apóstoles para las tierras de África y Asia, entre ellos muchísimos obispos.
A pesar de su influencia en la renovación de la Iglesia postconciliar del siglo XVI, el santo fue poco conocido hasta el día de hoy. Su canonización se realizó 300 años después de su muerte. El mismo padre Leonardi no quiso que su Congregación se extendiera mucho y pidió que los sacerdotes no aceptaran más que 15 templos como un compromiso fijo.
Al atender a los contagiados de la peste, en el 1609, Juan Leonardi se enfermó y murió de peste en el mismo año. Sus restos mortales descansan en la pequeña pero muy bonita iglesia de Roma, Santa María in Campitelli.
Su formación farmacéutica todavía se refleja en una carta que él dirigió al papa Pablo V "Los que quieran dedicarse a la reforma de costumbres, mas que obligar deben incitar con suavidad a la reforma, no sea que se busque en el cuerpo, según dice el Concibo de Trento, lo que no se halla en la cabeza, pues así vacilaría la estabilidad y el Orden de toda la familia del Señor. Además procurarán con diligencia, a la manera de un médico precavido, conocer todas las enfermedades que afligen a la Iglesia y que exigen curación, para poder aplicar a cada una de ellas el remedio adecuado …"

ORACIÓN COLECTA

Señor Dios, que inspiraste a san Juan Leonardi el deseo ardiente de anunciar a los pueblos tu Evangelio, haz que, por su intercesión, se extienda por todo el mundo la fe verdadera. Por nuestro Señor Jesucristo …. Amén.

"Enviada y evangelizada, la Iglesia misma envía a los evangelizadores . . . a predicar, no a sí mismos o sus ideas personales, sino un Evangelio del que ni ellos ni ella son dueños y propietarios absolutos para disponer de él a su gusto, sino ministros para trasmitirlo con suma fidelidad". Pablo VI, 'Evangelii Nuntiandi", n. 15.


09: SAN LUIS BELTRÁN, sacerdote dominico, patrono de Colombia, 1526-1581

Nació en la ciudad de Valencia, España, el lo. de enero de 1526. Sus padres fueron Juan Luis Beltrán y Juana Angela Exarchi. De muy joven, su carácter generoso e ingenuo lo hizo querer imitar a san Alejo, pero fue obligado a regresar a su casa.
En 1545 hizo la profesión religiosa en la orden de predicadores y poco después recibía el presbiterado. Ejerció por algunos años el cargo de maestro de novicios, en el que se distinguió por el don de discernimiento espiritual.
En 1561 llegaron a Valencia, procedentes de Roma, Fr. Francisco de Carvajal y Fr. Pedro de Velasco. Traían el proyecto de incrementar la labor apostólica en las tierras del reino de la Nueva Granada (actual Colombia). Fr. Luis Beltrán pidió licencia para alistarse y le fue con-cedida. Así, con otros treinta compañeros de la provincia de Aragón, Se embarcó en Sevilla rumbo a Cartagena de Indias.
SAN LUIS BELTRÁN, sacerdote dominico, patrono de Colombia, 1526-1581Durante los tres primeros años fue misionero y, a pesar de que no era buena su salud, reco-rrió los puestos de Tubará, Zipacoa, Paluato, Usiacurí y otros, en las márgenes occidentales del río Magdalena. En su primera biografía se cuenta cómo muchas veces los indígenas lo en-tendían en su propia lengua, aunque él no se expresaba en ella. Pasó luego a dar misiones en la diócesis de Santa Marta, por ruegos del obispo Fr. Juan de los Barrios.
Guayras, Cozinas, Itotos fueron el escenario de su celo apostólico. Fue párroco de la villa de Tenerife. Se cuenta que se libró milagrosamente de ser envenenado por los brujos indígenas, que se oponían a la evangelización. De sentimientos delicados, sufría al ver la inhumanidad de los encomenderos y su impotencia para resolver en bien de los indígenas oprimidos la triste situación que había producido la conquista y su secuela de injusticias. Todo esto lo fue llenando de una angustiosa tristeza y al fin no pudo más y, después de siete fatigosos años de misionero, Fr. Luis Beltrán decidió, no sin pena, regresar a España.
Mucho contribuyó a esta decisión una carta que le escribió Fr. Bartolomé de las Casas, en la que lo invitaba a no conceder la absolución sacramental a los encomenderos, ya que contra-venían los preceptos reales y trataban tiránicamente a los indígenas contra la voluntad del emperador. No fue fácil conseguir la licencia de volver a España, tanto más, que sus compañeros lo habían designado prior del convento del Rosario en Santa Fe de Bogotá.
Se embarcó, por fin, en Cartagena y volvió a España el año de 1569. Desempeñó luego el cargo de prior en el convento de San Onofre, cerca de Valencia, y después en el de Valencia.
Su vida de oración y penitencia terminó con una muerte santa, el 9 de octubre de 1581.
El santo obispo de Valencia, san Juan de Ribera, introdujo el proceso de beatificación y encargó a Fr. Vicente Justiniano Anstit que escribiera la biografía de Fr. Luis Beltrán.
El 19 de julio de 1608, Pablo V lo declaró beato y el 12 de abril de 1671 fue canonizado por Clemente X.

ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que elevaste a la gloria de los santos al bienaventurado Luis, tu confesor, por la mortificación del cuerpo y la predicación de la fe; concédenos que lo que profesamos con la fe, lo cumplamos constantemente con obras de piedad. Por nuestro Señor Jesucristo... Amén.
"La revalorización de la religiosidad popular, a pesar de sus desviaciones y ambigüedades, expresa la identidad religiosa de un pueblo y, al purificarse de eventuales deformaciones, ofrece un lugar privilegiado a la evangelización. Las grandes devociones y celebraciones populares, que han sido un distintivo del catolicismo latinoamericano, mantienen valores evangélicos y son un signo de pertenencia a la Iglesia". Documento de Puebla, n. 109.


9: PAPA PIO XII, 1876-1958

Eugenio Pacelli descendía de una familia romana, que durante generaciones había servido a la Santa Sede con juristas muy expertos en los asuntos de la Iglesia. Después de excelentes estudios tanto civiles como teológicos, recibió la ordenación sacerdotal en la pascua de 1899.
Delante de la imagen de la Virgen milagrosa "Salus Populi Romani", en Santa María la Mayor, ofició su primera misa.
Los superiores le ordenaron continuar sus estudios de Derecho eclesiástico y, después de su doctorado, le confiaron importantes trabajos al servicio de la Santa Sede. El papa Pío X lo nombró secretario de la Congregación para Asuntos Extraordinarios de la Iglesia.
Durante la primera guerra mundial, el papa Benedicto XV organizó ayuda internacional del Vaticano para aliviar la suerte de los prisioneros y heridos para ayudar con dinero y víveres a la población civil en zonas de guerra y también para buscar a los desaparecidos. El jefe de todas estas actividades caritativas era Monseñor Pacelli. "Quien da pronto, da doble cantidad", era el lema de la ayuda a las miserias del tiempo de la post-guerra.
La Santa Sede estableció relaciones diplomáticas con los gobiernos de Baviera en Múnich y el gobierno prusiano en Berlín. La elaboración de estos tratados fueron también una obra maestra del arte diplomática del futuro papa. En 1929 fue llamado al puesto mas confidencial del papa por Pío XI y nombrado Secretario de Estado Pontificio. El 10 de febrero de 1939 murió el papa Pío XI presintiendo una tremenda guerra de extensiones mundiales. Los cardenales eligieron a Eugenio Pacelli, que declaró como fin principal de su pontificado, la salvación de la paz mundial y eligió como lema de su escudo las palabras: "La paz es obra de la justicia".
PAPA PIO XII, 1876-1958Incansablemente imploró por mensajes y cartas antes y durante la guerra, a los poderosos para que encontraran una solución pacífica y para que disminuyeran los horrores de las matan-zas entre hermanos. El 8 de diciembre de 1942 consagró todo el mundo al Corazón Inmaculado de María, ciertamente influido por el mensaje de la Virgen en Fátima (1917). Luchando contra los errores del neopaganismo de los nazis y del fascismo, fue calumniado y perseguido por sus jefes.
Sin embargo, los aliados tampoco le hicieron caso. El papa imploró inútilmente al presi-dente de los Estados Unidos, Franklin D. Roosevelt que no confiara en Stalin y el bolchevismo, que estaba preparando, con ayuda de los Estados Unidos, no sólo la victoria militar sobre Alemania, sino la ocupación definitiva de todos los países del oriente de Europa, por cuya liberación se había iniciado la segunda guerra mundial.
Las actividades caritativas del Vaticano, durante y después de la segunda guerra mundial, salvaron la vida a centenares de miles de personas, entre las cuales figuraban muchísimos judíos. Se hubieran podido salvar más judíos por la mediación del Vaticano, si se hubiera encontrado en los países libres y ricos más generosidad para aceptar a los pobres prófugos.
La Iglesia, como "Luz de los Pueblos", no sólo brilló durante el pontificado de Pío XII por su incansable caridad mundial, sino que el Papa se mostró también como "maestro de la ver-dad" para las cuestiones más importantes del siglo XX. Sus encíclicas, alocuciones y radio-mensajes iluminan la existencia humana y rechazan las tinieblas de la perversión de los valores fundamentales, tanto de la ley natural, como de la ley evangélica. Clero y seglares son anima-dos a dar ejemplo de vida cristiana por una santidad realizada en las circunstancias del mundo moderno. Para todos los grupos de profesionales, como médicos, educadores, científicos, obreros, campesinos, deportistas y reporteros el Papa encontró directrices luminosas según las circunstancias de cada grupo.
Muchos documentos del Concilio Vaticano II están inspirados por este gran pontífice, que promovió asiduamente el movimiento litúrgico y bíblico. Sin duda que su pontificado fue brillante también por su devoción noble y filial a la Virgen Santísima, en cuyo honor promovió la proclamación la Asunción de la Virgen Santísima en alma y cuerpo a la gloria celestial, como dogma de fe el 1º de noviembre de 1950. En la fe y en el arte del pueblo creyente, ya desde siglos se tenía la certeza de este hecho. Un año mariano especial se celebró en todo el mundo católico, en 1954.
Durante 19 años, Pío XII actuó como verdadero vicario de Cristo. años que se cuentan en-tre los más difíciles de la historia mundial, años durante los cuales las puertas del infierno se abrieron y lanzaron sobre el mundo ataques apocalípticos.
Aquel furor iba dirigido especialmente contra el Papa, como defensor noble de la justicia y de la paz internacional y social. Pero no prevaleció en contra del sucesor de Pedro. Cuando las campanas de Castel Gandolfo anunciaron su muerte, el 8 de octubre de 1958, la Iglesia perdía a un pontífice que merecía el título de "Grande".

En este 40 aniversario del comienzo de aquel significativo pontificado, no podemos olvidar cuanto contribuyó Pío XII a la preparación teológica del Concilio Vaticano II, sobre todo por lo que respecta a la doctrina sobre la Iglesia, las primeras reformas litúrgicas, el nuevo impulso dado a los estudios bíblicos, la gran atención a los problemas del mundo contemporáneo". Juan Pablo II recuerda a Pío XII en el cuadragésimo aniversario de su elección para la cátedra de Pedro, 18 de marzo, 1979.


12: FRAY ANTONIO DE MONTESINOS, fraile dominico 1470-1530

La figura de Fr. Antonio de Montesinos está íntimamente ligada, en la historia de América Latina, a la de Fr. Bartolomé de las Casas, ya que la conversión de éste, por entonces clérigo encomendero, tuvo sus orígenes en los famosos sermones de aquél.
Fr. Antonio llegó a tierras americanas en la primera expedición de frailes dominicos misioneros, que desembarcó en la isla de la Española en 1510, bajo la dirección de Fr. Pedro de Córdoba.
FRAY ANTONIO DE MONTESINOS, fraile dominico 1470-1530En los últimos domingos de Adviento del año 1511, Fr. Antonio de Montesinos, de acuerdo con sus compañeros, hizo una enérgica denuncia del mal estado en que vivían los poblado-res españoles.
Tomó como tema del sermón que llevaba escrito: "Yo soy la voz que dama en el desierto" y comenzó a encarecer, nos narra Las Casas, la esterilidad del desierto de la conciencia de los españoles y la ceguedad en que vivían, con cuanto peligro andaban de su condenación, sin advertir los pecados gravísimos en los que con tanta insensibilidad estaban sumergidos, a tal extremo que la muerte los sorprendía en ellos.
Cuáles eran esos gravísimos pecados, los señalaba el mismo predicador, cuando pronunciaba estas palabras: "¿Con que derecho y con qué justicia tenéis en tan cruel y horrible servidumbre a estos indígenas? ¿Con qué autoridad habéis hecho tan detestables guerras a esta gente, que estaba en sus tierras, mansa y pacífica, donde tan infinitas de ellas, con muertes y estragos nunca antes oídos, habéis consumido?"
Ciertamente aquellos encomenderos no cumplían siquiera las condiciones necesarias para tener la encomienda, ya en sí harto discutible. Atentos a sacar y obtener oro, no les importaba la vida del indígena, y menos aún, se preocupaban de su salvación y su adoctrinamiento. Te-nía, pues, Fr. Antonio razón al exclamar: "¿Estos no son hombres? ¿No tienen almas raciona-les? ¿No sois obligados a amarlos como a vosotros mismos? ¿Esto no entendéis, esto no sentís?". Esta predicación inquietó ciertamente la conciencia cristiana de los pobladores, pero a los encomenderos y gobernantes de la isla les pareció que tales enseñanzas atacaban una legítima concesión del Estado.
Todos veían, además, las consecuencias para su afán de lucro. Así que lucieron llegar sus quejas a la corona y presentaron a los frailes como elemento de discordia.
Empezaron, pues, las averiguaciones e informes y como resultado se consultó a una junta de teólogos y de juristas en Burgos y, poco después, se promulgaron unas ordenanzas (27 Dic. 1512). Por ellas se trataba de evitar el mal trato a los indígenas; pero lejos de suprimir los re-partos, en cierta manera los confirmaban.
Pero Fr. Antonio de Montesinos y los demás frailes no cejaron y obtuvieron del rey la con-vocación a una nueva junta en Valladolid (1513), en la que pudieron introducir algunos nuevos elementos que mejoraron la legislación anterior, particularmente por lo que se refería a las mujeres y a los niños.
Todavía en los años subsiguientes, vemos a Montesinos intervenir directamente para lograr su anhelo: que se les reconocieran a los indígenas -como verdaderos seres humanos que eran- sus legítimas posesiones, de las que no pueden por ningún título ser despojados.
De igual modo intervino en la junta de Madrid (1516), logrando que se mejoraran las anti-guas ordenanzas en lo concerniente a condiciones de trabajo, comidas y descansos; se prohibía que los indígenas fueran trasladados a otras islas y se favorecía su liberación económica.
Regresó luego Montesinos a tierras americanas y su figura se desvaneció un tanto en la historia, pero no en el corazón del alma cristiana que, con gratitud lo recuerda como uno de los más incansables defensores del indígena.

Es de suma importancia que este servicio al hermano vaya en la línea que nos marca el Concilio Vaticano II: "Cumplir antes que nada las exigencias de la justicia para no dar como ayuda de caridad lo que ya se debe por razón de justicia; suprimir las causas y no sólo los efectos de los males y organizar los auxilios de tal forma, que quienes los reciben se vayan liberando progresivamente de la dependencia externa y se vayan bastando por sí mismos". Documento de Puebla, n. 1146.



14: SAN CALIXTO I, papa y mártir, + 222 en Roma.

En su juventud, Calixto había sido esclavo y había sentido en carne propia cuán cruel y difícil llega a ser el yugo ajeno. Esa experiencia hizo que fuera bondadoso y conciliador frente a toda debilidad humana, mientras que consigo mismo fue muy severo.
Gracias al cristiano Carpóforo, obtuvo la libertad y debido a su virtud ejemplar, pronto se ganó tal estimación entre la comunidad cristiana, en Roma, que el papa Ceferino lo nombró su primer diácono.
La Iglesia no había logrado aún la victoria, sino que vivía en medio de un mundo hostil, y las tumbas de los mártires, en el gran camposanto junto a la Vía Apia, recordaban a los vivos los difíciles años de la persecución. Calixto visitaba con frecuencia el cementerio subterráneo, ya que tenía encargada su vigilancia. Quizá por esto, hasta hoy lleva su nombre.
SAN CALIXTO I, papa y mártir, + 222 en RomaDespués del fallecimiento de su protector, el esclavo de antaño fue elegido obispo de Roma, en el año 217 y, como consecuencia, jefe de la cristiandad entera.
El Papa antecesor de Calixto se había encontrado en una situación difícil ante el erudito Hipólito. En cambio ahora se trataba de una abierta rebeldía, cuando Calixto, en virtud del poder de atar y desatar que Dios le había concedido, recibía nuevamente en la comunidad eclesiástica, una vez cumplida su penitencia, a los pecadores de lujuria, quienes hasta entonces habían quedado fuera de la comunidad y, cuando moderó las leves penitenciales exageradamente severas del cristianismo primitivo. Hipólito no titubeó en imputar al Papa motivos codiciosos y en acusarlo de exagerada liberalidad, porque había reconocido como válidos los matrimonios entre mujeres nobles y esclavos.
Viendo que sus ataques no tenían éxito, se arrogó la calidad de anti-obispo. Por cierto, sus partidarios eran uno cuantos cristianos cultivados que comprendían sus disertaciones filosóficas en el idioma griego. Por medio de palabras y escritos trató él de minar el prestigio del Papa pero sin éxito.
La sabiduría de Hipólito y su sincera austeridad, no podían ser suficientemente poderosas para apartar al pueblo de Calixto, puesto que ellos adivinaban una actitud más evangélica en el sucesor de Pedro.
Calixto, según su manera de ser, soportó los ataques y las calumnias en silencio. Pero, cuando su adversario llevado por su apasionamiento presentó al pueblo falsas doctrinas acerca de la Santísima Trinidad, lo tuvo que condenar. Seguramente Calixto oró e hizo penitencia para lograr la conversión de Hipólito. Dios lo escuchó, pues Hipólito, después de ser desterrado a Cerdeña, murió martirizado por Cristo.
Calixto obtuvo más tarde la palma de los mártires. Según informaciones antiguas, fue asesinado en el año 222, durante una insurrección del pueblo. Una noticia del año 354 comprueba que Calixto era venerado, desde entonces, como mártir en la parte de la ciudad que actualmente es el Trastévere. Su emblema artístico es un pozo, porque la leyenda nos cuenta que murió al ser arrojado a un pozo.

ORACIÓN COLECTA
Señor, atiende benignamente las plegarias de tu pueblo y haz que los méritos del papa San Calixto, cuyo martirio hoy celebramos, nos alcancen tu ayuda para vivir santamente. Por nuestro Señor Jesucristo ... Amén.

"Una misma es la santidad que cultivan en cualquier clase de vida y de profesión los que son guiados por el Espíritu de Dios y, obedeciendo a la voz del Padre, adorando a Dios y al Padre en espíritu y verdad, siguen a Cristo pobre, humilde y cargado con la cruz, para merecer la participación de su gloria". Concilio Vaticano II, "Lumen Gentium", n .41.



15: SANTA TERESA DE ÁVILA, virgen, fundadora de las Carmelitas descalzas , doctora de la Iglesia, 1515-1582

Teresa de Jesús es célebre por sus encumbradas obras místicas, escritas en purísimo castellano clásico. Pero pocos saben, acaso, de cuantas luchas estuvo colmada su vida para cumplir fielmente con su vocación contemplativa. Llevó al cabo grandes obras. como fueron las fun-daciones de numerosos centros de vida contemplativa y logró. tras difíciles oposiciones, la re-forma de la orden del Carmelo, y sin embargo pudo gozar de la quietud que reclama la más alta contemplación.
Nació Teresa Ahumada el año 1515. Fueron sus padres Alfonso Sánchez de Cepeda y Beatriz Ahumada. Recibió muy cristiana educación, pero en la adolescencia se dejó ofuscar un tanto por los atractivos del mundo; mas pronto emprendió una vida más comprometida con Cristo e ingresó, contra la voluntad de su padre, en el monasterio carmelitano de Ávila.
SANTA TERESA DE ÁVILA, virgen, fundadora de las Carmelitas descalzas , doctora de la Iglesia, 1515-1582Al principio fue religiosa muy cumplida y decorosa, pero los enemigos del alma luchaban encarnizadamente contra ella y lograron que cayera en la mediocridad durante algunos años, hasta casi los cuarenta de edad.
Finalmente, resolvió, de una vez para siempre, entregarse a una vida más cumplida y de perfecta contemplación, sin entrar nunca más en componendas con la mundanidad.
Tan generosa resolución la hizo avanzar rápidamente por los caminos de la oración hasta alcanzar, entre los años de 1555 y 1557, éxtasis místicos.
Comprendió que era necesario, si ella y las religiosas de su espíritu querían perseverar en ese género de elevada oración, reformar su orden.
Entre tanto diversos teólogos, poco entendidos en el misticismo, la llenaban de confusión y vanos temores sobre la vida de oración. Afortunadamente la aconsejaron San Francisco de Borja y San Pedro de Alcántara, quienes aprobaron su género de oración y sus propósitos de reforma personal y comunitaria.
El año de 1562 logró fundar el primer convento reformado, y con el tiempo, no sin tener que superar grandes oposiciones aun de personas buenas pero mediocres, llegó a fundar hasta diecisiete conventos más, entre los años de 1567 a 1582. Lo que tuvo que batallar la santa en esta difícil empresa puede verlo el lector en su Vida y en el Libro de las Fundaciones, así como en no pocas de sus cartas.
Y a pesar de todo, Teresa perseveraba entregada a la contemplación, escalando siempre las más elevadas cumbres, hasta llegar a la cima por los años de 1570.
Con la generosa ayuda de san Juan de la Cruz, logró que su reforma se extendiera también a la primera orden del Carmelo, a fin de formar "padres contemplativos", que supieran guiar sabiamente a las religiosas de las fundaciones teresianas en su plena consagración a la contemplación. Cuando se trató de la reforma de los varones, las dificultades fueron aún mayores, hasta el punto de que el mismo general de la orden, se opuso a la reforma teresiana en el período comprendido entre 1570 y 1579 e impuso a la gran santa que se encerrara en su convento y se mantuviera callada.
Pero Teresa no perdió la paz ni la tranquilidad: su espíritu se mecía en las altas cimas de la más pura contemplación, que lejos de obstaculizar su apostolado de reforma, lo hacía más eficaz y persuasivo. Antes de morir tuvo la dicha de ver aprobadas sus constituciones de reforma (1581).
La gran contemplación había salido victoriosa de todas las pruebas y había vencido feliz-mente a todos sus adversarios, sin dejar por ello de mantenerse en la cumbre y componiendo a la vez obras de tan subida doctrina espiritual y mística, que le han valido ser declarada por Pablo VI, doctora de la Iglesia universal, el año de 1970.
Cumplida felizmente su misión, Teresa descansó en la paz del Señor, el 4 de octubre de 1582 en Alba de Tormes, España. Fue canonizada en 1622.

ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que por medio de tu Espíritu impulsaste a santa Teresa de Jesús a renovar en la Iglesia la vida religiosa, concédenos, por su intercesión, un ardiente deseo de renovar nuestra vida cristiana y de servirte con alegría. Por nuestro Señor Jesucristo…. Amén.

"Vuestra vida tiene mas importancia que nunca, vuestra consagración total es de plena actualidad. En un mundo que va perdiendo el sentido de lo divino, ante la supervaloración de lo material, vosotras, queridas religiosas, comprometidas desde vuestros claustros en ser testigos de unos valores por los que vivís, sed testigos del Señor para el mundo de hoy, infundid con vuestra oración un nuevo soplo de vida en la Iglesia y en el hombre actual". Juan Pablo II, a las religiosas de clausura en la catedral de Guadalajara, Mex., 30 de enero, 1979.


16: SANTA EDUVIGES, duquesa de Silesia, 1174 - l243

Apenas doce años tenía Eduviges, hija del conde Bertoldo IV de Andechs, cuando se fue a caballo con algunos nobles polacos a un país desconocido y con un futuro incierto. A esa temprana edad ya estaba comprometida para casarse con el joven príncipe Enrique de Silesia y de Polonia.
Con cada kilómetro que Eduviges cabalgaba hacia el este, más perdía la protección de la casa paterna. Una sola cosa se llevó de la vieja tierra natal y esa quedó sobre ella, inalterable como el sol y brillante como el cielo nocturno lleno de estrellas: la fe.
A los trece años se veía colocada en un país cuyo idioma tenía que aprender con esfuerzos para poderse entender con alguien, asustada por las olas de la pasión política desenfrenada.
SANTA EDUVIGES, duquesa de Silesia, 1174 - l243Atormentada y afligida por la pobreza y el atraso de los campesinos y de los siervos, cuya princesa ella sería el día de mañana, todo le era casi insoportable. Enrique, su esposo, la amaba y dejó que ella ejerciera su misericordia con los más necesitados.
Cuando su esposo subió al trono, ella llegó a ser soberana de Silesia y Polonia, y aprendió a amar cada vez más a su nueva patria.
Hizo más humano el trabajo de los siervos; consiguió ropa para lo presos, que vivían devorados por los insectos; recogió a los huérfanos; cuidó a los leprosos; donó alimentos a los peregrinos; logró libertad para los condenados. Por todo esto, a donde quiera que iba la rodeaba una multitud de menesterosos.
Lo que ella hizo por Silesia y Polonia, debe ser recordado para siempre. A través de su obra el pobre pueblo esclavizado llegó a comprender que, aparte del trabajo diario al servicio de una pequeña clase alta, existía también un mundo más claro, más bonito de cristianismo vivido, donde no había ningún abismo entre las clases sociales. En las plazas del mercado surgieron hospitales y conventos. Iglesias de piedra invitaron al pueblo al culto divino. Monjes y monjas alemanes, llamados por Eduviges, introdujeron en el país formas nuevas más eficaces de agricultura y de ganadería. Para la fundación del convento de Trebnitz sacrificó Eduviges su dote completa.
Patrocinó en todo lo posible las órdenes mendicantes, recién surgidas. Se vistió sencilla-mente, como una monja y después del nacimiento de su séptimo hijo, vivió íntimamente conectada con las religiosas cistercienses en Trebnitz y se alegró profundamente cuando su hija Gertrudis hizo sus votos allí.
Su fe ejemplar y humilde fue probada duramente. Dios la hizo pasar por una secuela de sufrimientos.
El hijo de Eduviges, Conrado, se sublevó en contra de sus padres y de su hermano y murió por accidente en una cacería. Su esposo Enrique fue excomulgado a causa de una violación del derecho de la iglesia de Gnesen y murió sin que Eduviges pudiera estar presente en su última hora. Enrique, joven sucesor de su padre fue herido mortalmente durante la batalla contra los tártaros invasores, cerca de Wahlstadt en 1241. Durante la noche caminó Eduviges, junto con su cuñada, a través del atroz campo de batalla cerca de Legnica y recogió llorando el cadáver mutilado.
Cuando ocurrieron estos acontecimientos, Eduviges era ya viuda y, en tal estado, consagró el resto de su vida exclusivamente a Dios, entrando en la abadía de Trzebnica, por ella funda-da. Allí terminó su santa vida en 1243. Su canonización tuvo lugar en 1267. Esa fecha es muy próxima a la canonización, en 1253, de san Estanislao, el santo a quien la Iglesia de Polonia venera como patrono principal desde hace siglos.

ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que en santa Eduviges concediste a los pobres y necesitados una poderosa abogada aquí en la tierra, concédenos, por su intercesión, estar dispuestos siempre a ayudar a quien lo necesite. Por nuestro Señor Jesucristo... Amén.

"Deseo, como primer Papa hijo de la nación polaca, hasta hace poco sucesor de san Estanislao en la sede de Cracovia y ahora elevado a la Cátedra de san Pedro precisamente el día de santa Eduviges, enviar a su santuario de Trzebnica este mi recuerdo que marca una ulterior etapa en la plurisecular historia en la que todos participamos". Palabras del papa Juan Pablo II, en su homilía a los peregrinos de Silesia, 5 de junio de 1979, en el Santuario de Jasna Gora.


16: SANTA MARGARITA MARÍA ALACOQUE, virgen 1647-1690

El mundo europeo del siglo XVII estaba obsesionado por la expansión colonialista y tenía poco interés en la vida religiosa interior.
El mismo Cristo quiso poner en el centro de la meditación uno de los misterios más importantes de la vida contemplativa: El misterio de su sacratísimo Corazón. Para ello no escogió a un ser humano inteligente o erudito, que sobresaliera por entre las masas. Una humilde, des-preciada y desconocida monja fue el instrumento de su divina sabiduría.
La guerra de los treinta años estaba acabando, cuando Margarita María Alacoque, hija de un juez y notario, nació en el pueblito borgoñés de Janots, en la parte oriental de la comarca de L'Hautecour. Su madre encargó a Margarita a las clarisas pobres de San Urbano de Charolles. Durante dos años vivió allí muy bien cuidada. Sin embargo, tuvo que ser recogida por su madre a causa de un grave ataque de fiebre reumática: durante cuatro largos años, la niña de quince años se encontró desamparada en el lecho de enferma y todo el arte de la medicina falló; pero ella no cesaba de orar a María; dirigiéndose así al auxilio de los enfermos.
SANTA MARGARITA MARÍA ALACOQUE, virgen 1647-1690La Madre de Dios la ayudó y, aliviada del reumatismo, la muchacha se recuperó y sentía la alegría de su joven vida en todas sus dimensiones. Al mismo tiempo se arrodillaba durante horas para dialogar en silencio con el Salvador, quien siempre le hizo sentir su presencia oculta, durante el juego y el trabajo.
Rechazó la posibilidad de un casamiento ventajoso, que de golpe la hubiera salvado a ella y a su familia de una difícil situación económica. Después de años de lucha consigo misma, Margarita María Alacoque atravesó el umbral del convento de la Visitación de Nuestra Señora, en Paray-le-Monial el 25 de mayo de 1671 y se entregó incondicionalmente a la voluntad del crucificado.
De él recibió la fuerza de beber hasta el fondo el cáliz del sufrimiento, en rigurosa obediencia, en humilde soledad y en dolorosas enfermedades. Sus devociones, visiones y mortificaciones despertaron desconfianza entre las superioras y demás religiosas. No le faltaron humillaciones de toda índole a la callada hermana durante sus 20 años de "vía crucis" diario.
En agradecimiento a su fidelidad, sin embargo, la colmó el Salvador con sus gracias y consolaciones. Elle reveló el amor ilimitado de su Corazón hacia los pecadores y el dolor de ver ese amor tan poco correspondido; en una visión Jesús llegó a mostrarle su corazón "más brillante que el sol y transparente como un cristal, con una herida claramente visible, rodeado por una corona de espinas y con una cruz encima de él". Una vez, al comulgar, el Señor le dijo: "Mira la herida de mi costado. En ella vives ahora y vivirás para siempre. Amar y sufrir a ojos cerrados será tu lema; ¡un corazón, un amor, un Dios!"
De allí en adelante, Margarita María Alacoque vivió en unión in. interrumpida con Dios, aun en los momentos en que tenía que espantar a una burra de la huerta, broma que sus correligiosas le hacían para divertirse.
Recibió diferentes revelaciones para fomentar la adoración del Corazón de Jesús: La comunión cada primer viernes del mes, la introducción de la fiesta del Sagrado Corazón de Jesús, la hora santa en la noche del jueves al viernes, en conmemoración de la agonía del monte de los Olivos.
El convento de la Visitación se resistió durante mucho tiempo a reconocer las revelaciones. Margarita no solamente presentó exigencias, sino también promesas por la consagración y la entrega completa al divino Corazón.
A los seglares les prometió en nombre del Corazón de Jesús, el apoyo en su profesión, paz en sus familias y la bendición para todas sus actividades. A los sacerdotes, la gracia de con-mover hasta a los corazones más duros. A los que sufren, el consuelo; a los pecadores arrepentidos, el perdón; a las almas apasionadas por la perfección, gracias muy especiales; a todos los adoradores del Corazón de Jesús, una bendita hora de la muerte.
Margarita María Alacoque misma tuvo antes de su muerte la alegría de poder celebrar la primera adoración comunitaria del Corazón de Jesús, con sus novicias y luego con todo el convento. Su misión se había cumplido. Durante la noche del 16 de octubre de 1690, se apagó aquella vela que se había ido consumiendo en el sacrificio. Después de los exámenes que exige la ley canónica, se ha reconocido la credibilidad de las revelaciones de la humilde religiosa. Margarita María Alacoque fue canonizada por el papa Benedicto XV el 13 de mayo de 1920.

ORACIÓN COLECTA
Señor, tú que quisiste elegir a santa Margarita María Alacoque para ser la mensajera del amor redentor de tu Hijo, concédenos, por su intercesión, creer y confiar plenamente en ese amor y corresponder a él, buscando el bien temporal y eterno de todos los hombres. Por nuestro Señor Jesucristo... Amén

"… En la Sagrada Eucaristía comulgamos con el mismo Cristo, único sacerdote y única hostia, que nos arrastra en el movimiento de su ofrenda y de su adoración, él, que es la fuente de toda gracia.
En la Sagrada Eucaristía -ése es también el sentido de la adoración perpetua- entramos en este movimiento del amor de donde fluye todo progrese interior y toda eficacia apostólica: "Cuando fuere levantado de la tierra, atraeré a todos a mí" (Jn 12, 32) …" . Alocución en la basílica del Sagrado Corazón de Montmartre, domingo 1º de junio de 1980.

Santa Margarita María Alacoque



17: SAN IGNACIO DE ANTIOQUÍA, obispo y mártir, 107

Ignacio ya era un hombre de setenta años y había sido obispo de la comunidad de Antioquía durante cuarenta años, cuando fue sentenciado a ser arrojado a las bestias en el anfiteatro flaviano de Roma.
En su juventud había sido discípulo del apóstol Juan. El amor del discípulo amado de Cristo había encontrado un digno sucesor.
Ignacio anhelaba la muerte de los mártires. Sufría mucho con la arbitrariedad de los guardias, ya que en sus cartas compara a los soldados con "diez leopardos que cuanto más se pro-cura apaciguarlos, más feroces se vuelven".
SAN IGNACIO DE ANTIOQUÍA, obispo y mártir, 107Después de un largo viaje por mar, alrededor de las costas de Asia Menor, llegó finalmente, más muerto que vivo, a Esmirna. La escolta requería un descanso e Ignacio tuvo permiso de hospedarse en la casa de su amigo Policarpo, obispo de Esmirna. De inmediato acudieron de-legaciones de las comunidades cristianas de Asia Menor, sacerdotes y seglares, para recibir la bendición de Ignacio y para encomendarse en su oración.
Los cristianos se encontraron con un anciano cuya fuerza física estaba quebrantada, pero cuya mente no se cansaba de suplicar que se evitaran, a toda costa, los defectos que corroen a las comunidades: las disputas, el espíritu de sectarismo o división y la rebeldía en contra de los superiores eclesiásticos. Insistía, finalmente, en que perseveraran en la fe legada por los apóstoles, a pesar de los ataques del paganismo y la herejía.
Ignacio sabía exactamente que sus últimas palabras nunca serían olvidadas y que aun los hijos y los nietos de aquellos hombres las recordarían. Se habría sentido un mal sembrador, si no hubiera agotado las últimas posibilidades en su trabajo apostólico.
San Ignacio no se dio por satisfecho con la palabra hablada, sino que la cimentó con cartas que dictó muy de prisa. Exhortaba a las comunidades a perseverar en la unión del culto divino y de la doctrina católica. Prendas de esta unión son la Eucaristía y el vinculo con el obispo de Roma. Por esta razón San Ignacio exigía obediencia a la Iglesia romana, ya que ésta es la nombrada a presidir "la unión del amor".
San Ignacio envió a la Iglesia de Roma el mensaje mas hermoso. Se le había hecho saber que tratarían de conseguir una atenuación de su sufrimiento o hasta una suspensión de la sentencia de muerte. Su respuesta fue una vehemente súplica de no impedirle el cercano regreso a Dios: "No me manifiesten favores inoportunos dejen que yo sea un alimento para las bestias porque quiero ser trigo divino y tengo que ser molido por los dientes de las fieras".
Ignacio había tenido la esperanza de poder desembarcar en Putéoli, como Pablo lo había hecho antaño pero su barco se dirigió a Porto, cerca de Ostia. Allí lo estaban esperando las de-legaciones de la comunidad romana. Le dieron el beso de la paz y, orando lo acompañaron en su camino rumbo a la muerte. El mismo día de su llegada a Roma, fue despedazado por los leones, este gran confesor.
El año del martirio del santo es difícil de determinar; fue sin embargo, entre los años 107 y 117. Entre aquellos, que bajo Trajano sacrificaron su vida por la fe, Ignacio era indudablemente la personalidad más importante.
Ignacio de Antioquía murió en el Coliseo de Roma que todavía hoy en día sobresale por encima del conjunto de las casas romanas con sus enormes bóvedas y arcadas. Un escritor de nuestra época lo ha nombrado "el gran matadero porque en esa arena fueron derramados ríos de sangre: sangre de animales salvajes perseguidos sin piedad hasta la muerte; sangre de gladiadores que tenían que luchar el uno contra el otro hasta la muerte, sangre de cristianos, tanto de hombres como de mujeres, que allí confirmaron su fe con la muerte.

ORACIÓN COLECTA
Dios eterno y todopoderoso, que has querido glorificar a tu Iglesia con el testimonio de los mártires, concédenos que el glorioso martirio que mereció a San Ignacio una corona inmortal, fortalezca cada vez más nuestra fe. Por nuestro Señor Jesucristo... Amén.

"Haciendo el Vía Crucis en el Coliseo de Roma, estamos también sobre las huellas de Cristo, cuya cruz encontró sitio en los corazones de sus mártires y confesores. Ellos anunciaban a Cristo crucificado como 'poder y sabiduría de Dios' (1 Cor 1,24). Tomaban cada día la cruz en unión con Cristo (Cfr. Lc 9, 23), y cuando era necesario morían como él en la cruz o morían sobre la arena de la Roma antigua, devorados por las fieras, quemados vivos o tortura-dos. El poder de Dios y la sabiduría de Dios, revelados en la Cruz, se manifestaban así más poderosamente en las debilidades humanas. Ellos no sólo aceptaban los sufrimientos y la muerte por Cristo, sino que se decidían como él por el amor a los perseguidores y a los enemigos. 'Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen' (Lc 23, 34)".. Juan Pablo II, alocución al terminar el Vía Crucis del Viernes Santo, 1979.


18: SAN LUCAS, evangelista

Griego por la cultura, Lucas escribió el Evangelio que lleva su nombre. Procedente de Antioquía de Siria, médico de profesión y compañero inseparable del apóstol san Pablo, es el reflejo del espíritu helénico en la revelación del suceso más conmovedor del mundo si se observa, confrontándolo con los otros Evangelios, escritos por judíos que ante todo describen la obra de salvación de Jesús a la luz de las vivencias propias.
No está aclarado si Lucas conoció personalmente al Señor y perteneció al grupo de sus discípulos, pero sí tuvo la ventaja inestimable de ser, durante 17 años, el colaborador más estrecho y de confianza de Pablo, el apóstol que quizá mejor se interiorizó en la doctrina de Cristo y la esencia de la salvación.
Es posible que Lucas haya recibido algunos datos de María, la madre de Jesús. Al médico de corazón bondadoso y lleno de compasión, le impresionó el SAN LUCAS, evangelistaHijo del hombre como salvador de enfermos y pecadores, como gran amigo del hombre, como taumaturgo y como bienhechor.
En vista de los acontecimientos, no le importaba mucho fijar exactamente la fecha y el lugar, sino que quiso ofrecer a la humanidad un cuadro lo más impresionante posible del Espíritu y del sacerdocio de Jesús. En ello empeñó todo su arte; la lengua culta de un griego fue la herramienta de su entusiasta convicción.
Si san Pablo lo consideró digno de participar en su agotadora labor misionera, tuvo necesariamente que sobresalir. De hecho, Lucas, como médico no sólo siguió a su maestro para cui-dar a los enfermos, sino que cooperó activamente cuando se trataba de conquistar para el único Señor, muerto y resucitado, a las comunidades reacias de judíos de la dispersión, lo mismo que a los paganos de las grandes ciudades, asiduos devotos de los dioses. Compartió con el apóstol de los gentiles las fatigas, los peligros y los malos tratos; sanó, como Pablo, a los enfermos invocando al Espíritu Santo, recibió honrosos regalos o fue expulsado con afrentas y oprobio.
También acompañó a san Pablo en la prisión; fue el único de todos los amigos y discípulos que se quedó con él hasta su muerte. Con agradecimiento melancólico, san Pablo recordó en sus cartas su lealtad y su espíritu de sacrificio.
Más grande aún debe ser nuestra gratitud para ese hombre que fue el único que nos legó la historia de la joven Iglesia después de la ascensión del Señor, en el libro de los Hechos de los Apóstoles. Humildemente calla todo lo suyo; no quiso dar la impresión de contarse entre los elegidos.
Según la tradición, después de la ejecución de San Pablo y de haber escrito sus dos obras, predicó en Acaya. Con seguridad vivía en el año 70 cuando se esperaba el fin del mundo y la venida de Cristo para el juicio final.
El año 357 las reliquias del evangelista fueron llevadas de Tebas, en Boecia, a Constantinopla. Ya antes los médicos lo habían elegido como su patrono especial.
En la oración litúrgica de la Iglesia, las personas consagradas a Dios rezan diariamente el "Benedictus" (cántico de Zacarías) y el "Magníficat" (cántico de la Virgen María), de los tex-tos sagrados que nos transmitió por inspiración del Espíritu Santo. Para todos los fieles uno de sus textos más preciosos es el Evangelio de Navidad, el anuncio de la "buena nueva", que comunicó el evangelista a todo el pueblo (Lc 2, 10).

ORACIÓN COLECTA
Señor, tú que elegiste a San Lucas para revelar al mundo, mediante su predicación y su Evangelio, el misterio de tu predilección por los pobres, haz que todos los que hemos recibido de ti la gracia de conocerte, unidos por un profundo espíritu de fraternidad, demos al mundo testimonio claro de tu amor. Por nuestro Señor Jesucristo... Amén.

"Querido san Lucas:
Me has sido siempre muy grato, por ser tan dulce y conciliador. En tu Evangelio subrayas que Cristo es infinitamente bueno; que los pecadores son objeto de un amor particular por par-te de Dios, y que Jesús, casi ostentosamente, se sentó a comer con aquellos que no gozaban en el mundo de consideración alguna.
Eres el único que nos ofrece el relato del nacimiento e infancia de Cristo, cuya lectura es-cucharnos siempre con renovada emoción en Navidad. Hay, sobre todo, una frase tuya que me llama la atención: 'Envuelto en pañales fue reclinado en un pesebre'. Esta frase ha dado origen a todos los belenes del mundo y a miles de cuadros preciosos. Y a ella añado yo esta estrofa del Breviario: Ha aceptado yacer sobre el heno, no ha tenido miedo del pesebre, se alimentó con poca leche, aquel que sacia el hambre del último pajarillo. Hecho esto, me pregunto: Si Cristo se ha colocado en ese puesto tan humilde, ¿qué lugar debemos escoger nosotros? Déjame dar la respuesta que le hallo a esta pregunta". Juan Pablo I. "Ilustrísimos Señores".



19: SANTOS JUAN DE BREBEUF E ISAAC JOGUES,  presbíteros y compañeros, mártires.

Entre los años 1642 y 1649, ocho miembros de la Compañía de Jesús, que predicaron el Evangelio en la parte septentrional de América, estado de Nueva York y en la provincia de Quebec, fueron muertos por los indígenas hurones e iroqueses, después de atroces tormentos.
SANTOS JUAN DE BREBEUF E ISAAC JOGUES,  presbíteros y compañeros, mártiresEl P. Juan Brebeuf, natural de Condé-sur-Vire, Normandía, donde nació el 25 de marzo de 1593, tenía 24 años cuando ingresó al noviciado. La enfermedad que durante su magisterio lo obligó a guardar absoluto reposo, no disminuyó su celo por las misiones. Recibió el sacerdocio en la Cuaresma de 1622. Pasó después a las misiones de Nueva Francia (Canadá) y es-tuvo en ellas desde 1625 hasta 1629. Cuando ya dominaba la lengua de la tribu de los hurones, tuvo que volver a Francia, debido a las relaciones políticas entre esta nación e Inglaterra. El 20 de enero de 1630 pronunció sus últimos votos en el colegio de Rouen. En 1633 retornó a la misión y por cuatro años fue el superior.
Sufrió heroicamente el martirio en la Villa de San Ignacio, Canadá, el 16 de marzo de 1649.
El P. Isaac Jogues, nació en Orleans, el 10 de enero de 1607. A los 17 años ingresó al noviciado de Rouen y, transcurridos sus estudios, fue ordenado de sacerdote a finales de 1636. Al año siguiente partió hacia las misiones de Nueva Francia. En 1642, camino a Quebec, cayó prisionero de los indígenas mohawk, junto con Renato Goupil. Los naturales les arrancaron las uñas de las manos y le cortaron los dos índices. A Renato lo asesinaron. Isaac Jogues sirvió durante un año como esclavo. Logró después huir y volver a Europa. Hacia junio de 1644 regresó a la misión de Quebec.
El 18 de octubre de 1646, cuando dirigía una embajada de amistad con los indígenas iro-queses, recibió la muerte en Auriesville, Nueva York, junto con Juan de la Lande.

El P. Antonio Daniel, de Dieppe, Normandía, entró al noviciado de Rouen en 1621, cuan-do tenía 20 años de edad. Recibió la ordenación sacerdotal en 1630. Llegó a la misión de Quebec el 24 de junio de 1633. Sufrió el martirio el 4 de julio de 1648 en el pueblo de San José, Canadá, en una de las incursiones de los iroqueses.
El P. Gabriel Lalemant, de París, ingresó al noviciado el año 1630, a los 20 años de edad. A sus primeros votos añadió el de ir a las misiones. Era de salud endeble. A los seis meses de estar entre los hurones alcanzó la palma del martirio, el 16 de marzo de 1649, junto con Juan de Brebeuf.
El P. Carlos Garnier, era también de París, donde había nacido el 25 de mayo de 1605. A los 19 años entró al noviciado y fue ordenado de sacerdote en 1635. Llegó a la misión de Nueva Francia con el P. Isaac Jogues en 1637. Estando en el pueblo de San Juan, Canadá, alcanzó la palma del martirio el 7 de diciembre de 1649.
El P. Noël Chabanel, a diferencias de los anteriores que pertenecían a la Provincia de París de la Compañía de Jesús, era de la de Tolosa. Tenía 17 años cuando ingresó al noviciado, en 1630. Fue profesor de retórica en Francia, pero no tenía aptitudes para las lenguas indígenas. Sin embargo, hizo voto de ir y permanecer en las misiones. Era compañero del P. Garnier en el pueblo de San Juan. Para defender a los cristianos de la invasión de los iroqueses, salió con ellos a campo traviesa. En uno de los bosques cercanos fue muerto por un indígena apóstata. Poco después, el indígena apóstata confesó haberle dado muerte por odio a la religión cristiana, porque, según decía, todos los males les habían sobrevenido, a él y a los suyos, después de haber abrazado la fe. Fue en diciembre de 1649.
Renato Goupil y Juan de la Lande, no tenían votos religiosos. Eran lo que se llamaba "donados", es decir, individuos consagrados por entero al servicio de los misioneros. El primero llegó a la misión de San José en 1640. Tenía práctica en la cirugía. Testigo de su martirio fue el P. Isaac Jogues, el 29 de septiembre de 1642. Juan de la Lande era de Dieppe. No se sabe más de él. Murió con el P. Jogues en 1646.

ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, tú que quisiste santificar los principios de tu Iglesia en América del Norte con la predicación y con la sangre de los santos Juan de Brébeuf, Isaac Jogues y compañeros, mártires, haz que, por su intercesión, la fe y la vida cristianas florezcan por todo el mundo. Por nuestro Señor Jesucristo... Amén.

El que anuncia el Evangelio entre los gentiles que dé a conocer con libertad el misterio de Cristo, cuyo legado es, de suerte que se atreva a hablar de él como conviene (Ef 6, 19 5; Hechos 4, 31), no avergonzándose del escándalo de la cruz. Siguiendo las huellas de su Maestro, manso y humilde de corazón, manifieste que su yugo es suave y su carga ligera (Mt 11, 19 s.). Dé testimonio de su Señor con una vida enteramente evangélica, con mucha paciencia, con longanimidad, con suavidad, con caridad sincera (2 Cor 6, 4-6) y, si es necesario, hasta con la propia sangre. Concilio Vaticano II, "Ad Gentes'; n. 24.
"Durante dos años he sentido un continuo e intenso deseo del martirio y de sufrir todos los tormentos por que han pasado los mártires.
Mi Señor y Salvador Jesús, ¿cómo podría pagarte todos tus beneficios? Recibiré de tu mano la copa de tus dolores, invocando tu nombre. Prometo ante tu eterno Padre y el Espíritu Santo, ante tu santísima Madre y su castísimo esposo, ante los ángeles, los apóstoles y los mártires y mi bienaventurado padre Ignacio y el bienaventurado Francisco Javier, y te prometo a ti, mi salvador Jesús, que nunca me sustraeré, en lo que de mi dependa, a la gracia del martirio, si alguna vez, por tu misericordia infinita, me la ofreces a mí, indignísimo siervo tuyo". Apuntes espirituales de san Juan de Brebeuf.


19: SAN PABLO DE LA CRUZ,  fundador de los clérigos descalzos de la Santa Cruz y la Pasión, 1694-1775

La vida de un santo no podrá nunca entenderse con criterios humanos. Según éstos, el santo podría aparecer como un loco o un desequilibrado. Según los datos históricos no se puede descubrir la verdadera imagen del santo. Debemos reconocer que cada santo es una nueva y original creación de la gracia de Dios por la cual Dios, desarrolla libremente las facultades especiales que le ha dado y nos deja un mensaje especial a nosotros. En el caso de Pablo Fran-cisco, tenemos que reflexionar con más frecuencia y profundidad, sobre el precio por el cual hemos sido rescatados: la pasión y la cruz de Cristo.
Pablo creció en un pueblo de Castelazo, cerca de Génova, y recibió de sus ejemplares padres, con sus 15 hermanos, una verdadera educación cristiana. El padre leía y explicaba en el hogar la Biblia y la vida de los santos. La madre enseñaba a sus hijos el valor del sufrimiento a los ojos de Cristo crucificado.
SAN PABLO DE LA CRUZ,  fundador de los clérigos descalzos de la Santa Cruz y la Pasión, 1694-1775Pablo, con su hermano Juan Bautista, buscaba formar con otros jóvenes una confraternidad juvenil de vida espiritual. En el muchacho se observaba una inclinación a la penitencia, caso totalmente insólito para un joven entre los 15 y los 20 años. El motivo era la compasión personal que él sentía por los dolores de Cristo, pero también por los de cualquier ser humano que sufría.
Su párroco y las mujeres beatas del lugar no lo tomaban en serio; pero su obispo, el ordinario de Alejandría, le permitió, al llegar a los 25 años, llevar un hábito especial de penitente en señal de su vida voluntaria de mortificación.
En una celda primitiva, al lado de la sacristía de la iglesia de San Carlos, en Castelazo, pasó Pablo 40 días de oración y penitencia, redactando ya las reglas para la congregación que debía fundar en honor de la Pasión y Cruz de Cristo, siguiendo una voz interior. Sin embargo, hasta la fundación del noviciado, en el año de 1727, al pie del monte Argentaro, pasaron 7 años llenos de pruebas y experiencias apostólicas.
Nuestro santo estudió teología con su hermano Juan y ambos fueron ordenados sacerdotes. Con claridad reconocieron el camino para el futuro. Salvar almas por dos caminos: el interior, de una vida de santificación en el convento; y el exterior, por la predicación de retiros y misiones en las iglesias de una Italia perjudicada por continuas guerras.
Por la ejemplar amistad que había existido entre los dos hermanos sacerdotes, Pablo y Juan Bautista, el Papa le confió más tarde a Pablo la basílica romana de los santos Juan y Pablo, en el monte Celio.
La fundación de los sacerdotes de la Santa Cruz y la Pasión, llamados también "pasionistas", progresó cuando el papa Benedicto XIV mitigó la original rigidez de las penitencias físicas. Además de estas penitencias, Pablo soportaba una cruz especial: tremendas luchas interiores, tentaciones y abandono espiritual. Todo lo supo vencer por el amor a Cristo crucificado.
Cuando en muchos países de Europa, por las ideas del "iluminismo" y de la masonería, fueron atacados los votos religiosos y disuelta la Compañía de Jesús, el Papa concedió la dignidad de orden a los "pasionistas".
Predicando con la cruz en la mano e inspirando al pueblo a la piedad en sus misiones, con procesiones, cánticos, vigilias y penitencias comunitarias, el santo logró de nuevo enseñar al mundo la gran verdad de que la cruz es nuestra única esperanza para la salvación personal y comunitaria.
Al fin de su vida, pudo fundar también las religiosas pasionistas. Murió el 18 de octubre de 1775, a los 80 años de edad.

ORACIÓN COLECTA
Señor y Dios nuestro, que la intercesión y el ejemplo de san Pablo de la Cruz, que tuvo un amor tan intenso por Cristo crucificado, nos alcancen la gracia de abrazar con valor nuestra cruz de cada día. Por nuestro Señor Jesucristo. .. Amén.

"Si 'trató como pecado' a aquel que estaba absolutamente sin pecado alguno, lo hizo para revelar el amor que es siempre más grande que todo lo creado, el amor que es él mismo, porque 'Dios es amor' ". Juan Pablo II, "Redemptor Hominis"; n .8.


23: SAN JUAN DE CAPISTRANO, fraile franciscano, 1386 - 1456

Juan de Capistrano figura en la historia de la Iglesia como el glorioso vencedor de los ejércitos anticristianos del sultán Mohamed II, quien, tras la conquista de Constantinopla, se proponía subyugar a la cristiandad entera.
Nació este admirable varón en la villa de Capistrano, cerca de Aquila, en Italia, por el año de 1386. Estudió derecho civil y eclesiástico, en los que resultó consumado maestro. Gobernó por diez años la ciudad de Perusa, con gran rectitud, lo que le provocó encarnizados enemigos que, finalmente, lograron apoderarse de él, cargarlo de cadenas y arrojarlo en una mazmorra.
SAN JUAN DE CAPISTRANO, fraile franciscano, 1386 - 1456Intentó fugarse, pero sólo logró fracturarse una pierna y ser otra vez encerrado en un cala-bozo más estrecho. Fue entonces cuando el Señor, a través de una extraña visión, lo llamó a la orden franciscana. Sin saber cómo, al poco tiempo fue puesto en libertad, renunció al matrimonio muy ventajoso que tenía proyectado e ingresó en la vida franciscana (1416), bajo la dirección de san Bernardino de Sena, a quien enseñó la ciencia del derecho, mientras él aprendía de tan santo maestro la teología y la sincera devoción al nombre de Jesús, devoción que para él, como para el mismo Bernardino de Sena, se convirtió en el arma espiritual para renovar al pueblo cristiano y la propia orden franciscana, cuyo vicario general llegó a ser.
Juan de Capistrano se empeñó en reformar el clero de su tiempo, cuyas costumbres en varios países dejaban mucho que desear. Se empeñó también en renovar, como ya insinuamos, su propia orden, volviéndola al genuino espíritu de san Francisco de Asís. Llamado sucesiva-mente por los papas Eugenio IV, Nicolás V y Calixto III para confiarle delicadas misiones en orden a resguardar la pureza de la fe, aprovechó tan excelentes oportunidades para aconsejar a los mismos pontífices que mantuvieran con firmeza las normas disciplinares conducentes a la sincera conversión estable del pueblo cristiano.
En particular, Nicolás V le encomendó la corrección de los "fratricelli", falsos franciscanos que, so pretexto de guardar la pobreza, se extraviaban miserablemente en la fe. Calixto III le encomendó de nueva cuenta, como ya lo habían hecho anteriores papas, la conversión de los husitas, que extendían sus errores por Europa central.
Juan desempeñó además delicados encargos diplomáticos en Bélgica, Francia, Austria, Baviera y Polonia, encaminados a restringir el influjo nefasto de la herejía.
Al caer Constantinopla en poder de los turcos (1453), una ola de espanto envolvió a toda Europa. Había razón para ello, pues Mohamed II se aprestaba a conquistar la cristiandad: su meta era la conquista de Roma, y la puerta principal para llegar a ella, la ciudad de Belgrado.
Calixto III encomendó a Juan de Capistrano la predicación de una cruzada para levantar un poderoso ejército que contuviera y rechazara al invasor. Fray Juan, lleno de brío, enarboló el estandarte del nombre de Jesús en los púlpitos, desde donde exhortaba y alentaba a los príncipes cristianos a unirse estrechamente para defender con denuedo a los países cristianos; pero esta vez parecía predicar en el desierto. Sólo un puñado de nobles caballeros, encabezados por el célebre capitán Juan de Hunyadi, respondieron a sus vehementes exhortaciones. Recurrió entonces a los terciarios franciscanos de Austria, Hungría, Croacia, etc. Esos humildes seglares respondieron generosamente a pesar de su pobreza y falta de preparación; por mandato de Juan de Capistrano se organizaron obedientemente bajo las órdenes de Hunyadi. Este, con sus huestes llegó a tiempo a Belgrado para defenderla y hacer frente al enemigo. Juan de Capis-trano, ondeando el pendón del nombre de Jesús, estuvo todo el tiempo en la línea de fuego, arengando sin cesar a las huestes cristianas, que finalmente pusieron en desastrosa fuga a los invasores (21 de julio de 1456).
Víctima de la peste que resultó de los innumerables cadáveres que quedaron tendidos en el campo de batalla, murió gloriosamente Juan de Capistrano el 23 de octubre de 1456. Benedicto XIII lo canonizó en 1724.


ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que elegiste a san Juan de Capistrano para confortar a tu pueblo en las adversidades, otórganos constantemente tu paternal protección y conserva siempre a la Iglesia en tu paz. Por nuestro Señor Jesucristo. . . Amén.

"Evangelizar significa para la iglesia llevar la buena nueva a todos los ambientes de la humanidad y con su influjo, transformar desde dentro, renovar a la misma humanidad: 'He aquí que hago nuevas todas las cosas'. Pero la verdad es que no hay humanidad nueva si no hay en primer lugar hombres nuevos, con la novedad del bautismo y de la vida según el Evangelio". Pablo VI, "Evangelii Nuntiandi", n. 18.



24: SAN ANTONIO MARÍA CLARET
arzobispo de Santiago de Cuba, fundador de la sociedad Misionera de los "Hijos
del Corazón Inmaculado de María", 1807-1870.

Un buen día, el joven vicario de Sallent, en Cataluña, España, ya no soportó predicar a las bancas vacías y escuchar las confesiones de los estudiantes, mientras allende los mares millones de paganos vivían sin los medios de salvación.
El anhelo por las misiones lo impulsó a un acto audaz; de improviso viajó a Roma y se puso a disposición de la Congregación de Propaganda Fide. Simultáneamente entró al noviciado de los jesuitas. Pero la voluntad de Dios destrozó sus planes. Regresó enfermo.
Los hombres como Antonio María Claret no se desaniman. Si Dios no quería que luchara por él entre los paganos, también en su patria había suficiente, qué hacer. Inició la grandiosa campaña de la renovación de la fe que lo llevó a través de toda Cataluña.
SAN ANTONIO MARÍA CLARETHablaba del amor de Dios, de 5 a 8 veces por día, ante un auditorio siempre cambiante. Hablaba con tanta convicción, que despertó el celo religioso de su pueblo que se convirtió en un movimiento de masas como no se había experimentado desde los días de san Vicente Ferrer. Su confesionario fue asediado día y noche. Muchos enemigos de la Iglesia, conocidos en toda la ciudad, abjuraron de sus desvaríos ante él. Después de un breve sueño en la madruga-da, llevando sus escasas pertenencias en un hato sobre el hombro. se dirigía a pie, al pueblo cercano. Las campanas tañían en alegre repiqueteo y todo el pueblo lo esperaba como a un profeta o un santo.
Acababa de fundar en Vich la "Sociedad Misionera de los Hijos del Corazón Inmaculado de María", cuando fue nombrado arzobispo de Santiago de Cuba.
España había sido un campo cálido y pedregoso, pero al fin un campo sembrado. Pero el país de su destino era un atolladero que hervía en odios políticos, explotación y una degeneración moral sin término de comparación. Ciento veinticinco sacerdotes en un territorio del tamaño de la mitad de toda España. Hacía decenios que el seminario estaba desierto. El que quisiera cosechar en el futuro tenía que meter el arado en forma profunda.
Nuevamente Antonio María Claret extendió su red de misiones populares sobre toda la isla, trabajando hasta el agotamiento, creando cajas de ahorro, escuelas para la población rural y una congregación de hermanas que educaran a los niños.
Se enfrentó nuestro santo con todo rigor al comercio de esclavos, protegió a los indígenas de las arbitrariedades de las autoridades, educó a un nuevo y valiente grupo de sacerdotes nativos y convirtió, a pesar de las tenaces persecuciones de la masonería, a esa Cuba perdida, en un floreciente reino de Dios.
Pronto la madre patria volvía a llamarlo. La reina Isabel II de España lo requería como su guía espiritual. ¿Tendría el valor de predicar el mensaje de Cristo, el hijo de un pobre artesano en forma tan franca como lo había hecho desde los púlpitos pueblerinos de Cataluña, en la corte más brillante de Europa?
Pronto se notó su influencia en todos los ámbitos de la vida pública y, antes que muchos, reconoció el valor de la palabra impresa. Por medio de volantes se dirigió al pueblo, buscando su bien. Su conciencia sacerdotal lo mantuvo alejado de la política. A pesar de ello, sus enemigos lograron su destierro, cuando tenía una edad avanzada, sin importarles los sacrificios de toda una vida por España.
En Cuba, durante un atentado le habían herido la mejilla; ahora su destino fue el exilio.
Ya en el destierro, el 24 de octubre de 1870 le sobrevino la muerte en un convento francés.
Fue canonizado en el año santo de 1950.

ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que otorgaste a san Antonio María Claret la fuerza del amor y la paciencia para predicar sin concesiones tu Evangelio, concédenos, por su intercesión. anteponer a todo tus intereses y esforzarnos en ganar para Cristo a nuestros hermanos. El cual vive y reina contigo... Amén.

"Por eso todos en la Iglesia, ya pertenezcan a la jerarquía, ya pertenezcan a la grey, son llamados a la santidad, según aquello del Apóstol: 'Porque ésta es la voluntad de Dios, vuestra santificación' (1 Tes 4, 3; Cfr. Ef 1, 4). Esta santidad de la iglesia se manifiesta incesantemente y se debe manifestar en los frutos de gracia que el Espíritu Santo produce en los fieles; se expresa de múltiples modos en todos aquellos que, con edificación de los demás, se acercan en su propia vida a la cumbre de la caridad; pero aparece de modo particular en la práctica de los que comúnmente llamamos consejos evangélicos". Concilio Vaticano II, "Lumen Gentium", n. 39.


28: SANTOS SIMÓN y JUDAS, apóstoles

En las dos listas de los apóstoles (Mt 10, 4) y (Mc 3,18) figura Simón en el penúltimo lugar, después de Judas Tadeo y antes del traidor Judas Iscariote. Llevaba el sobrenombre de "cananeo". Este sobrenombre no indica su lugar de origen, más bien es una característica que quiere manifestamos el partido al cual pertenecía cuando fue llamado por Cristo. Era el partido de los "fanáticos", de los judíos extremistas que querían por todos los medios luchar por la independencia del pueblo de cualquier dominación extranjera. Odiaban a los romanos y consideraban una traición el aceptar su dominación y pagarles los impuestos que exigían. Por sus actos de terrorismo llevaron finalmente al pueblo judío a la guerra, que terminó con la total destrucción de Jerusalén en el año 70 d. C.
SANTOS SIMÓN y JUDAS, apóstolesPor el Evangelio no sabemos nada en concreto del apóstol Simón. Su transformación en verdadero discípulo de Cristo habrá sido difícil como la de los hermanos Santiago y Juan, quienes pedían puestos de honor a la derecha e izquierda de Cristo en el Reino mesiánico. Simón tuvo que aprender también que Cristo no vino a dominar como los gobernantes de este mundo. Tuvo que prepararse para compartir el cáliz de la pasión con Cristo. La tradición ro-mana indica, sin que haya ninguna prueba histórica, que predicó junto con Judas Tadeo en Persia y ambos recibieron la palma del martirio. La razón por la que Cristo eligió a sus apóstoles entre esta clase de hombres decididos, estriba en que también el Reino de los cielos necesita fuerza y "los violentos lo arrebatan". (Mt 11, 12).
El papa Juan Pablo II dice en su encíclica "No en vano Jesucristo dijo que el Reino de los cielos está en tensión y los esforzados lo arrebatan y además, que los hijos de este siglo son más avisados que los hijos de la luz. Aceptamos gustosamente este reproche para ser como aquellos violentos de Dios" (Redemptor Hominis, n. 11).


28: SAN JUDAS TADEO

Un Judas traicionó al Señor, otro Judas lo siguió fielmente hasta la muerte; y no en vano sus paisanos le pusieron el apodo de Tadeo, o sea "el esforzado". Figuraba entre esa clase de gente que no se da mucha importancia, pero que a la hora de la verdad se entrega con sus bienes y su sangre a lo que reconoce como la verdad. Los evangelistas informan que tenía parentesco con Jesús. Pero el Señor no lo llamó por eso a que fuera apóstol, sino porque era uno de los pocos justos en el pueblo de Israel.
En alguna parte del amplio valle del Jordán, araba y pastoreaba sus rebaños. Sin oponerse, acudió al llamado del Hijo del hombre. Para
un campesino asentado, la despedida de su rancho y de su familia, de las milpas húmedas y del aliento cálido de sus animales debió ser muy dura.
Desde entonces figuraba entre los Doce a los que el Señor premiaba con su confianza especial. Caminó con él por toda la comarca, lo vio sanar a los enfermos y escuchó sus palabras y sus parábolas. Callado y serio, como Santiago el Menor, también en el círculo del rabí de Nazaret, procuró cumplir con la voluntad de Dios así como antes había tratado de cumplirla mediante su faena diaria.
SAN JUDAS TADEOPor ser judío también él sonaba orgulloso con el Reino del Mesías. La única vez que según el Evangelio se dirigió directamente al Maestro, fue para hacerle esta pregunta asombrada: "Señor, ¿como es que te quieres manifestar a nosotros y no al mundo?" Creyó firmemente en la misión y el poder de Jesús como Mesías. Por eso, precisamente no comprendió por qué éste no cumplía con el anhelo milenario de Israel, aniquilando a todos los enemigos de su pueblo.
Qué doloroso debió parecerle el grito de la chusma: "¡Crucifícalo!" Demasiado tarde reconoció lo que el Señor había dicho: "Mi Reino no es de este mundo!".
Pero no fue demasiado tarde para llevar el nombre de Jesús a los países más lejanos. Se dice que Judas Tadeo propagó el cristianismo en Siria, Arabia y la gran Armenia. Poco antes del año 70, con Simón, "el fanático", a quien también se conmemora en este día, se fue a Persia, donde, según la tradición lo mataron a cachiporrazos los partidarios de Mitra.
Sólo una pequeña carta, tan lisa y llana como la escriben los hombres que prefieren el arado a la pluma, se conservó de él y nos pinta su modo de ser.
Desde que santa Brígida de Suecia renovó su memoria, fue amigo y auxilio de mucha gen-te en los exámenes y en las causas especialmente difíciles.


ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que nos has dado a conocer a tu Hijo, por la predicación de los apóstoles, haz que, por intercesión de los santos Simón y Judas, nosotros amemos cada día más a Cristo y que cada vez mayor número de hombres lo conozcan. Por nuestro Señor Jesucristo... Amén.

Jesús y sus apóstoles"Las últimas palabras de Jesús, en el Evangelio de Marcos, confieren a la evangelización que el Señor confía a los apóstoles, una universalidad sin fronteras: 'Id por todo el mundo y predicad el Evangelio a toda creatura'.
Los Doce y la primera generación de cristianos han comprendido bien la lección de este texto y de otros parecidos; han hecho de ellos su programa de acción. La misma persecución, al dispersar a los apóstoles, contribuyó a diseminar la Palabra y a implantar la Iglesia hasta en las regiones más remotas". Pablo VI, "Evangelii Nuntiandi", n.49.


29 San Narciso de Gerona

Un santo muy curioso cuya tradición como vamos a ver, supera fronteras y reviste singularidades muy especiales. Las fuentes sobre su vida son muchas, y no sólo aparece en varios martirologios, sino en un sermón del Abad Oliba pronunciado entre los años 1018 y el 1046 en Gerona con motivo de la fiesta del santo, en el “Resumen historial de la vida, martirio y patrocinio del glorioso San Narciso y de las Grandezas de Gerona” de Fr. Ivan Gaspar Roig y Alpi, o en una obra del s. XVII titulada “Libro de memorias de las cosas de mi Señor San Narciso”, entre otras.

Según ellos, Narciso nace en la ciudad de Gerunda, hoy Gerona, en la provincia Tarraconense de Hispania, en el seno de una familia noble, hijo de Lucio y de Serena. Huyendo de una persecución de las comunes en la época, y acompañado del diácono Félix, se dirige a Alemania y se instala durante nueve años en Augsburgo, ciudad de la que es nombrado obispo y donde convierte a la prostituta Afra y a otras mujeres de su burdel.

De vuelta a Gerunda, donde según parece ejercería también el episcopado de la ciudad, no escapa esta vez del martirio, que viene a sufrir el 18 de marzo del año 307 junto a su fiel Félix, en el lugar en el que luego se levanta la iglesia de San Félix, en cuyo altar se conservan sus restos. Cuentan las crónicas que después de su martirio, sus seguidores recogieron su cuerpo, y que cuando la ciudad es liberada de la dominación islámica por las huestes de Carlomagno en el año 785, éste es encontrado de nuevo.

San Narciso de Gerona


A partir de ese momento, la devoción de San Narciso no para de crecer, y a él se dirigen los ojos y las oraciones de los gerundenses las muchas veces que nuestros no siempre tan amables vecinos franceses se ven tentados a asediar la ciudad, la cual ha defendido siempre con generosidad y con la ayuda inestimable del más original de los ejércitos, como vamos a ver.

En 1285, durante el asedio de Felipe III el Atrevido, del sepulcro del santo surge un verdadero ejército de moscas que atacan a los soldados franceses que intentaban profanar su tumba, haciéndolos huir y salvando así a la ciudad. No será la única vez que el alado ejército de San Narciso acuda en defensa de la capital frente al irascible gabacho. En 1653, asediada esta vez por las tropas de Pléssis Bellière en el marco de la Guerra de Cataluña en la que Luis XIV pretendía anexionarse la región española, los gerundenses llevan el sepulcro del santo a la muralla, y de él vuelven a salir los ejércitos de moscas que derrotan una vez más a los aguerridos soldados franceses. En 1684, con ocasión del sitio del Mariscal Bellefonds en el marco de las guerras que enfrentaban a España y Francia por Flandes, es vista en la mano del santo una mosca verdosa, alargada y delgada. Y de nuevo en 1710, en el marco ahora de la Guerra de Sucesión española. La protección del santo, como era de esperar, es invocada de nuevo en 1809, cuando en el marco de la Guerra de la Independencia, el Gral. Alvarez de Castro defiende la ciudad de los ejércitos napoleónicos en condiciones de auténtica heroicidad.

No es el único milagro que se atribuye al santo de las moscas: cuando el 9 de febrero de 1581 cae una centella sobre el campanario de la colegiata y los gerundenses acuden a solicitar su intercesión, se lo encuentran también a él con las manos elevadas implorando al cielo desde su sepulcro de mármol.

Se celebra su festividad el 29 de octubre, aunque en algunos momentos se ha celebrado el 18 de marzo en que tuvo lugar su martirio. San Narciso es patrono de Gerona desde 1387, en que reemplaza a San Félix, y también de la alemana Augsburgo, de la que fue obispo. Es invocado por lo gerundenses para toda clase de dolencias, y también contra las frecuentes inundaciones de la ciudad y por los pescadores locales, cuando la pesca era una de las grandes industrias de la ciudad. Y su tradición se extiende a otras ciudades muy distantes de las enumeradas, como Braga en Portugal, donde al parecer, también habría ejercido el obispado.

Oración: Dios todopoderoso, luz de los pueblos y pastor de los hombres, que, dentro de la Iglesia , has confiado al obispos san Narciso de Gerona la misión de apacentar a tu pueblo con la predicación y de iluminarlo con su vida y ejemplo, concédenos, por su intercesión, guardar íntegro el don de la fe que nos legó su palabra y seguir el camino que marcó su ejemplo. Por nuestro Señor Jesucristo... Amén.

 


DOMINGO DE LAS MISIONES. Mártires de China, Siglos XIX y XX

Existen datos históricos que prueban que el cristianismo puso pie en China en el siglo VII, pero desgraciadamente influido por la herejía nestoriana. Hasta 1294, Juan de Monte Corvino, franciscano, estableció una misión católica en Pekín.
La primera gestión estable en China fue la de los jesuitas en el siglo XVII. Después siguieron los dominicos, los franciscanos, los agustinos, y los sacerdotes de las Misiones Extranjeras de París. Algunas de estas misiones, han logrado sobrevivir ocultamente hasta nuestros días, a pesar de las increíbles dificultades por las que han pasado.
DOMINGO DE LAS MISIONES. Mártires de China, Siglos XIX y XXLa era moderna de las misiones de China, data de la mitad del siglo XIX, cuando mediante el tratado de Nanking, y de otros acuerdos internacionales, la "prohibida China" abrió por ~m sus puertas al mundo de fuera y garantizó la tolerancia para el cristianismo. Siguió un período de expansión misionera, pero de otras cosas también, pues al final del siglo, las cuatro quintas pastes del comercio exterior de China estaba en manos de los ingleses. Este prospecto que convertía a China en otra India, causó alarma entre los chinos y promovió una reacción en contra de los "diablos extranjeros", después del amparo que les proporcionó el primer ministro Li Hung-Chang.
Con el respaldo de la emperatriz Tzé She, se formó una sociedad secreta para expulsar a los europeos. La sociedad tomó el nombre de "Yi Ho Chuam", es decir, estabilizadores de la recta armonía. Como la traducción en inglés lleva la palabra "Boxers", se llamó boxers a los miembros de la sociedad.
DOMINGO DE LAS MISIONES. Mártires de China, Siglos XIX y XXEn el año 1900, los boxers tomaron las armas. Los cuerpos diplomáticos extranjeros fueron sitiados en sus legaciones, y gran número de mercaderes, misioneros y otros fueron masacrados. Entre las víctimas figuraron 5 obispos, 29 sacerdotes, 9 monjas, todos europeos, y entre veinte y treinta mil cristianos. Los primeros 29 fueron beatificados en 1946, encabezados por el vicario apostólico Gregorio Grassi, obispo titular de Orthosias.
Antes de llegar a la beatificación de estas 29 personas, se tuvo que probar que el motivo principal de su muerte habla sido la fe cristiana, y no el hecho de ser meramente extranjeros, o alguna otra razón política. La principal prueba fue la proclamación del gobernador Yu Hsien, que decía: "La religión de los europeos es mala y cruel, desprecia el espíritu y oprime al pueblo. Todos los chinos cristianos, que no repudien su religión, deberán ser ejecutados".
DOMINGO DE LAS MISIONES. Mártires de China, Siglos XIX y XXAdemás de los mártires de los boxers, hay otros beatos en la China. En el mes de enero se conmemora al mártir Francisco de Capillas, dominico de Valladolid, que murió en 1648. Francisco de Regis Clet, nacido en Grénoble, Francia, fue torturado el 17 de febrero de 1820. Luis Gabriel Taurin Dufresse, obispo de Tabreca, murió decapitado en 1815. Juan Lantrua, franciscano de Liguria, sufrió el martirio en Tchang-Cha, el 7 de febrero de 1816. En 1856 murió el beato Augusto Chapdelaine.
Se conmemora a otros varios beatos martirizados en China. Hubo también devotos protestantes que sufrieron el martirio. Cinco seminaristas chinos murieron con el obispo Grassi. De los nacidos en China se recuerda a los beatos Tomás Sen, Simón Chen, Pedro U Nganpan, Francisco Chang Yung y otros cinco. Un padre de familia, Pedro Lieu, murió estrangulado. Hay también jovencitas chinas y catequistas beatificados.
Porque guardaron la constancia de Cristo y su fe en él, merecieron triunfar en la hora de la prueba. Vencedores, son ahora las columnas del templo de su Dios, el cual escribió en su frente el nombre de la nueva Jerusalén. Ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los principados, ni el presente ni el futuro, pudieron apartarlos del amor de su Dios, manifestado en Cristo Jesús, Señor nuestro (Rom 8, 38-39).

ORACIÓN COLECTA
Señor, aumenta en nosotros esa fe que, al precio de su sangre, conservaron tus fieles, martirizados en China, y concédenos vivir de acuerdo con ella, para ser con ella justificados. Por nuestro Señor Jesucristo... Amén.

"La Iglesia respeta y estima estas religiones no cristianas… Llevan en sí mismas el eco de milenios en la búsqueda de Dios; búsqueda incompleta, pero hecha frecuentemente con sinceridad y rectitud de corazón. Poseen un impresionante patrimonio de textos profundamente religiosos… La Iglesia piensa que estas multitudes tienen derecho a conocer la riqueza del misterio de Cristo". Pablo VI, "Evangelii Nuntiandi" n.. 53




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