Tratado XIX

SACRAMENTOS

1. Sacramentos de la Ley antigua

2. La circuncisi�n

3. El sacerdocio

4. El sacerdocio. Obligaciones

5. El sacerdocio. Funciones

6. El sacerdocio. Clases

7. El sacerdocio. Sectores

8. El sacerdocio. Peculiaridades

9. Sacramentos de la Nueva Ley. Autor

10. Sacramentos. Ministros

11. Sacramentos. Efectos

12. Bautismo. Prefiguraciones

13. Bautismo. Profetizaciones

14. Bautismo de Juan

15. Bautismo. Significaciones

16. Bautismo. Esencia

17. Bautismo. Instituci�n

18. Bautismo. Materia forma, sujeto, ministro

19. Bautismo. Clases

20. Bautismo. Efectos

21. Bautismo. Propiedades

22. Bautismo. Consecuencias

23. Bautismo. Otras caracter�sticas

24. Confirmaci�n

25. Confirmaci�n. Efectos

26. Eucarist�a. Prefiguraciones

27. Eucarist�a. Profetizado por Cristo

28. Eucarist�a. Como alimento

29. Eucarist�a. Instituci�n

30. Eucarist�a. Necesidad

31. Eucarist�a. Como alimento. Efectos

32. Eucarist�a. Materia. Forma, Ministro

33. Eucarist�a. Presencia real

34. Eucarist�a. Disposiciones

35. Eucarist�a. Otras realidades

36. Eucarist�a. Como sacrificio

37. Eucarist�a. Sacrificio. Oferentes

38. Eucarist�a. Sacrificio. Efectos

39. Penitencia. Profetizaci�n

40. Penitencia. Prefiguraci�n

41. Penitencia. Necesidad

42. Penitencia. Instituci�n y ministros

43. Penitencia. Poder

44. Penitencia. Extensi�n del poder

45. Penitencia. Modo

46. Penitencia. Contricci�n y prop�sito

47. Penitencia. Declaraci�n de los pecados y satisfacci�n

48. Penitencia. Efectos

49. Penitencia. Atrici�n

50. Las indulgencias

51. Unci�n. Prefiguraci�n e instituci�n

52. Unci�n. Materia, forma, sujeto y ministro

53. Unci�n. Efectos

54. Orden. Elecci�n y dignidad

55. Orden. Sacramentos,instituci�n

56. Orden. Materia, sujeto, ministro

57. Orden. Fines

58. Orden. Funciones

59. Orden. Efectos

60. Orden sacerdotal

61. Ap�stoles sucesores de Cristo (Predicar)

62. Ap�stoles sucesores de Cristo (Santificar y regir)

63. Ap�stoles sucesores de Cristo (Poderes)

64. Ap�stoles sucesores de Cristo (Uso de los poderes)

65. Ap�stoles sucesores de Cristo (Otras instituciones)

66. Disc�pulos de Cristo

67. Matrimonio

68. Matrimonio. Propiedades

69. Matrimonio. Fines

70. Matrimonio. Poligamia. Actos. Licitud

71. Virginidad y matrimonio

72. Sacramentales

1. Sacramentos de la Ley antigua

-Diversas acepciones

-Varios significados

-Prefiguraciones

-Insuficientes para la renovaci�n interior

-Conced�an la justicia pero carec�an de valor salv�fico

-Son cuatro: la circuncisi�n, el Cordero pascual, las purificaciones y la consagraci�n del pont�fice

-La Palabra �Sacramento� se usa con las acepciones siguientes: cosa secreta, misterio y se�al de cosa sagrada y oculta.

a) -Cosa secreta.

Bueno es mantener oculto el secreto del Rey... (Tob. 12, 7).

b) -Misterio.

Y sin duda alguna, grande es el Misterio de la piedad: �l ha sido manifestado... (1 Tim. 3, 16).

c) -Se�al de cosa sagrada y oculta.

Voy a explicarte el misterio de la mujer y de la Bestia que la lleva,... (Apoc. 17, 7).

-La Palabra �Sacramento� tiene varios significados.

a) -Algo oculto y misterioso en el orden natural.

Bueno es menester oculto el secreto del rey,... (Tob. 12, 7).

...invit�ndoles a implorar la misericordia del Dios del cielo, acerca de este misterio,... (Dan. 2, 18).

Beltassar, el jefe de los magos, ya s� que t� posees el esp�ritu del Dios Santo y que ning�n misterio ofrece para ti dificultad:... (Dan. 4, 6).

b) -Algo oculto y misterioso en el orden religioso.

As� discurren, pero se equivocan; les ciega su maldad; no conocen los secretos de Dios,... (Sab. 2, 22).

c) -Algo oculto y misterioso en el orden divino.

...d�ndonos a conocer el Misterio de su voluntad seg�n el ben�volo designio... (Ef. 1, 9).

...para dar cumplimiento a la Palabra de Dios, al Misterio escondido desde siglos y generaciones, y manifestado ahora a sus santos,... (Col. 1, 25-26).

d) -S�mbolo.

Gran misterio es �ste, lo digo respecto a Cristo y la Iglesia (Ef. 5, 32).

La explicaci�n del misterio de las siete estrellas que has visto en mi mano derecha y de los siete candeleros de oro es �sta: las siete estrellas son los �ngeles de las siete Iglesias, y los siete candeleros son las siete Iglesias (Apoc. 1, 20).

Voy a explicarte el misterio de la mujer y de la Bestia que la lleva, la que tiene siete cabezas y diez cuernos (Apoc. 17, 7).

-Durante la Ley mosaica, exist�an sacramentos que eran una prefiguraci�n del Bautismo, de la Penitencia, de la Eucarist�a y del orden sagrado.

a) -Del Bautismo.

...en �l fuisteis circuncidados con circuncisi�n no quir�rgica, sino mediante el despojo de vuestro cuerpo mortal, por la circuncisi�n en Cristo (Col. 2, 11).

Aclaraci�n. La circuncisi�n espiritual instituida por Cristo, que es el bautismo, despoja de todo el cuerpo carnal.

b) -De la penitencia.

Hab�a all� seis tinajas de piedra, puestas para las purificaciones de los jud�os,... (Jn. 2, 6).

c) -De la Eucarist�a.

El primer d�a de los �zimos, los disc�pulos se acercaron a Jes�s y le dijeron: ��D�nde quieres que te hagamos los preparativos para comer el cordero de Pascua?� (Mt. 26, 17).

d) -Del orden sagrado.

As� consagr� -Mois�s- A Aar�n y sus vestiduras, as� somos a sus hijos y las vestiduras de sus hijos (Lev. 8, 30).

-Los Sacramentos de la Antiguo Ley eran meros ritos materiales insuficientes para una renovaci�n interior.

a) -Ritos materiales.

De igual manera, tambi�n nosotros, cuando �ramos menores de edad, viv�amos como esclavos bajo los elementos del mundo (G�l. 4, 3).

b) -Insuficientes.

Todo ello es una figura del tiempo presente, en cuanto que all� se ofrecen dones y sacrificios incapaces de perfeccionar en su conciencia al adorador, y s�lo son prescripciones carnales, que versan sobre comidas y bebidas y sobre abluciones de todo g�nero, impuestas hasta el tiempo de la renovaci�n (Hebr. 9, 9-10).

-Los Sacramentos de la Antigua Ley conced�an solamente la justicia legal y manifestaban la justicia interior, pero carec�an de valor y de fuerza salv�ficos.

Mas, ahora que hab�is conocido a Dios, o mejor que �l os ha conocido �c�mo retorn�is a esos elementos sin fuerza ni valor a los cuales quer�is volver a servir de nuevo? (G�l. 4, 9).

-Los Sacramentos instituidos en la Ley de Mois�s fueron cuatro.

a) -La circuncisi�n.

...en �l tambi�n fuisteis circuncidados con circuncisi�n no quir�rgica, sino mediante el despojo de vuestro cuerpo mortal, por la circuncisi�n en Cristo (Col. 2, 11).

b) -El convite del Cordero pascual.

El primer d�a de los �zimos, los disc�pulos se acercaron a Jes�s y le dijeron: ��D�nde quieres que hagamos los preparativos para comer el cordero de Pascua?� (Mt. 26, 17).

c) -Las purificaciones de la Ley Antigua.

Hab�a all� seis tinajas de piedra, puestas para las purificaciones de los jud�os,... (Jn. 2, 6).

d) -La consagraci�n del pont�fice o de los sacerdotes.

Despu�s Mois�s tom� �leo de la unci�n y sangre de la que hab�a encima del altar, rici� a Aar�n y sus vestiduras, as� como a sus hijos y a las vestiduras de sus hijos. As� consagr� a Aar�n y sus vestiduras, as� como a sus hijos y las vestiduras de sus hijos (Lev. 8, 30).

2. Sacramentos de la Ley antigua. La circuncisi�n

-Era un rito de la Ley Antigua

-Era un sacramento

-Ten�a por autor a Yahv�h

-Era un medio para purificarse del pecado original

-El coraz�n incircunciso era negarse a convertirse a Dios

-La circuncisi�n era un Sacramento de la Antigua Ley.

...recibi� la se�al de la circuncisi�n como sello de la justicia de la fe que pose�a siendo incircunciso (Rom. 4, 11).

Aclaraci�n. La misma palabra griega �sfragis� sirvi� muy pronto para designar por analog�a el bautismo cristiano, sacramento de la fe.

-La circuncisi�n verdadera ten�a por autor a Yahv�h, era se�al de alianza, supon�a la conversi�n del coraz�n y la fidelidad interior a Dios.

a) -Ten�a por autor a Yahv�h.

Yahv�h tu Dios circuncidar� tu coraz�n y el coraz�n de tu descendencia, de modo que ames a Yahv�h tu Dios con todo tu coraz�n y con toda tu alma, para que vivas (Deut. 30, 6).

b) -Era se�al de alianza.

Esta es mi alianza que hab�is de guardar entre yo y vosotros -tambi�n tu posterioridad-: Todos vosotros varones ser�n circuncidados. Os circuncidar�is la carne del prepucio, y eso ver� la se�al de la alianza entre yo y vosotros (G�n. 17, 10-11).

c) - Supon�a la conversi�n del coraz�n.

Pues la circuncisi�n, en verdad, es �til si cumples la Ley; pero si eres un transgresor de la Ley, tu circuncisi�n se vuelve incircuncisi�n (Rom. 2, 25).

La circuncisi�n es nada, y nada la incircuncisi�n; lo que importa es el cumplimiento de los mandamientos de Dios (1 Cor. 7, 19).

Porque en Cristo Jes�s ni la circuncisi�n tienen valor, sino solamente la fe que act�a por la caridad (G�l. 5, 6).

Atenci�n a los perros; atenci�n a los obreros malos; atenci�n a los falsos circuncisos. Pues los verdaderos circuncisos. Pues los verdaderos circuncisos somos nosotros, los que damos culto seg�n el esp�ritu de Dios y nos gloriamos en Cristo Jes�s... (Fil. 3, 2-3).

...revest�os del hombre nuevo, que se va renovando hasta alcanzar un conocimiento perfecto, seg�n la imagen de su Creador, donde no hay griego y jud�o; circuncisi�n e incircuncisi�n; b�rbaro, escita, esclavo, libre, sino que Cristo es todo y en todos (Col. 3, 10-11).

d) -La fidelidad interior a Dios.

Circuncidad, pues, el prepucio de vuestro coraz�n y no endurezc�is m�s vuestras cerviz, porque Yahv�h vuestro Dios es el Dios de los dioses y el se�or de los se�ores,... (Deut. 10, 16-17).

Circuncidaos para Yahv�h y extirpad los prepucios de vuestros corazones, hombre de Jud� y habitantes de Jerusal�n; no sea que brote como fuego mi sa�a, y arda y no haya quien la apague, en vista de vuestras perversas acciones (Jer. 4, 4).

-La circuncisi�n constitu�a para los israelitas varones el medio habitual de purificarse del pecado original, durante el estado de la Ley natural.

Dijo Dios a Abraham: �...Esta es mi alianza que hab�is de guardar entre yo y vosotros -tambi�n tu posteridad-: Todos vuestros varones ser�n circuncidados...� (G�n. 17, 9-10).

Aclaraci�n. El pecado original se perdonaba por el misterio de la circuncisi�n y as� se evitaba el peligro de la condenaci�n. Inocencio III.

-La circuncisi�n era un rito de iniciaci�n al matrimonio, se�al que recordar� a Dios su alianza, y el sello de la justicia de la fe.

a) -Rito de iniciador al matrimonio.

...dijeron: �No podemos hacer tal cosa: dar nuestra hermana a uno que es incircunciso, porque eso es una verg�enza para vosotros. Tan s�lo os la daremos a condici�n de que os hag�is como nosotros circuncid�ndose todos vuestros varones. Entonces os daremos nuestras hijas, y tomaremos para nosotros las vuestras,... (G�n. 34, 14-16).

...ella hab�a dicho: �esposo de mi sangre�, por la circuncisi�n (Ex. 4, 26).

b) -Se�al que recordar� a Dios su alianza.

Dijo Yahv�h a Mois�s y a Aar�n: �Estas son las normas sobre la Pascua: ...Todo siervo, comprado por dinero, a quien hayas circuncidado, podr� comerla...ning�n incircunciso podr� comerla� (Ex. 12, 43-44 y 48).

Cuando acab� de circuncidarse toda la gente, se quedaron descansando en el campamento hasta que se curaron; y dijo Yahv�h a Josu�: �Hoy he quitado de encima de vosotros el oprobio de Egipto� (Jos. 5, 8-9).

Aclaraci�n. Este �oprobio� consiste en el hecho de ser incircuncisos.

c) -El sello de la justicia en la fe.

...y recibi� la se�al de la circuncisi�n como sello de la justicia de la fe que pose�a siendo incircunciso (Rom. 4, 11).

-Tener el coraz�n incircunciso era negarse a convertirse a Dios.

Entonces se humillar� su coraz�n incircuciso y aceptar�n el castigo de su iniquidad (Lev. 26, 41).

��Duros de cerviz, incircuncisos de coraz�n y de o�dos! �Vosotros siempre resist�s al Esp�ritu Santo! (Hch. 7, 51).

3. Sacramentos de la Ley antigua. El Sacerdocio.

-Dios elige a quien quiere

-Ungido y sus manos consagrados

-Desde el siglo 4� eran ungidos en la cabeza para consagrarlos

-Uno s�lo mandaba en los asuntos de Yahv�h

Dios elige y llama a quienes �l quiere.

Dijo Mois�s a Cor�: �O�dme, hijos de Lev�. �Os parece poco que el Dios de Israel os haya apartado de la comunidad de Israel para poner junto a s�, prestar el servicio a la Morada de Yahv�h y estar al frente de la comunidad atendiendo al culto en su lugar? Te ha puesto junto a s�, a ti y a todos tus hermanos, los hijos de Lev�, y �todav�a se os ha antojado el sacerdocio! (N�m. 16, 8-10).

Sed, pues, santos par m�, porque yo, Yahv�h, soy santo, y os he separado de entre los pueblos, para que se�is m�os (Lv. 20, 26).

En fidelidad y mansedumbre le santific�,

le eligi� entre toda carne (Si. 45, 4).

-El Sacerdote del Antiguo Testamento era ungido y sus manos consagradas.

Har� la expiaci�n el sacerdote ungido y de manos consagradas para ejercer el sacerdocio como sucesor de su padre:... (Lev. 16, 32).

-Desde el siglo cuatro, los sacerdotes eran ungidos en la cabeza para consagrarlos.

Si el que peca es el sacerdote ungido, haciendo culpable al pueblo, entonces ofrecer� a Yahv�h por el pecado que ha cometido un novillo sin defecto, como sacrificio por el pecado (Lev. 4, 3).

Despu�s Mois�s...derramando �leo de la unci�n sobre la cabeza de Aar�n, le ungi� para consagrarlo (Lev. 8, 12).

Aclaraci�n. La falta del sumo sacerdote implicaba una culpabilidad colectiva de la naci�n.

Har� la expiaci�n el sacerdote ungido y de manos consagradas para ejercer el sacerdocio como sucesor de su padre:... (Lev. 16, 32).

-Un s�lo sacerdote y pont�fice mandaba en los asuntos de Yahv�h en la Ley Antigua.

Amar�as, como sacerdote, ser� vuestro jefe en todos los asuntos de Yahv�h;... (2 Cro. 19, 11).

4. Sacramentos de la Ley antigua. El Sacerdocio. Obligaciones

-Llamado a la Santidad

-Los legistas la definen

-Los Profetas las describen

-No tomar�n por esposa ni prostituta, ni profanada ni repudiada

-No pod�an seguir ciertas costumbres paganas

-El Sacerdote del Antiguo Testamento es llamado a la Santidad.

Mois�s dijo entonces a Aar�n: �Esto es lo que Yahv�h ha declarado diciendo: Entre los cercanos a m� mostrar� mi santidad,...� (Lev. 10, 3).

Santos han de ser para su Dios y no profanar�n el nombre de su Dios, pues son ellos los que presentan los manjares que se han se abrasar para Yahv�h, el alimento de su Dios; han de ser santos (Lev. 21, 6).

Le tendr�s por santo, porque �l es quien presenta el alimento de tu Dios; por tanto ser� santo para ti, pues santo soy yo, Yahv�h, el que os santifico (Lev. 21, 8).

Tus sacerdotes se vistan de justicia,

griten de j�bilo tus amigos (Sal. 132, 9).

-Los legistas definen la santidad de los sacerdotes.

...no llevar� desgre�ada su cabellera,

ni rasgar� sus vestidos,

ni se acercar� a ning�n cad�ver; ni siquiera por

su padre o por su madre puede hacerse impuro..

No saldr� del santuario para no profanar el santuario de su Dios; pues lleva sobre s� la consagraci�n del �leo de la unci�n de su Dios.

Yo, Yahv�h.

Tomar� una virgen por esposa,

No se casar� con viuda ni repudiada ni profanada

por prostituci�n, sino que

tomar� por esposa una virgen de entre su pueblo.

No profanar� su descendencia entre su pueblo,

pues soy yo, Yahv�h, el que le santifico (Lev. 21, 10-15).

-Los Profetas describen las obligaciones de los sacerdotes de su tiempo.

Sacerdotes vinculados al linaje de Sadoq.

Ellos entrar�n en mi santuario y se acercar�n a mi mesa para servirme;

ellos se encargar�n de mi ministerio.

Cuando entren por los p�rticos del atrio interior, llevar�n puestos h�bitos de lino;

no llevar�n vestidos de lana cuando oficien en los p�rticos del atrio interior, y en la Casa.

Llevar�n en la cabeza turbantes de lino, y fajas de lino a los ri�ones;

no se ce�ir�n nada que transpire el sudor.

Cuando salgan al atrio exterior, donde el pueblo, se quitar�n las vestiduras con que hayan oficiado, las dejar�n en las salas del Santo, y se pondr�n otros vestidos con el fin de no santificar al pueblo con sus vestiduras.

No se raspar�n la cabeza,

ni dejar�n crecer libremente su cabellera, sino que se contar�n libremente el pelo.

Ning�n sacerdote beber� vino el d�a que tenga que entrar en el atrio interior.

No tomar�n por esposa ni una viuda ni una mujer repudiada, sino una virgen de la raza de Israel;

una viuda s�lo en el caso de que sea viuda de un sacerdote.

Ense�ar�n a mi pueblo a distinguir lo sagrado de lo profano y

le har�n saber la diferencia entre lo puro y lo impuro.

En los pleitos ser�n ellos los jueces;

juzgar�n conforme a mi derecho;

observar�n en todas mis fiestas mis leyes y mis preceptos, y

santificar�n mis s�bados.

No se acercar�n a un muerto, para no incurrir en impureza, pero pondr�n contaminarse por un padre, una madre, un hijo, una hija, un hermano, o una hermana no casada.

Despu�s de haberse purificado, se contar� una semana, y luego el d�a en que entre el Santo, ofrecer� un sacrificio por el pecado, or�culo del Se�or Yahv�h.

No tendr�n heredad alguna: yo ser� su heredad.

No le dar�is propiedad en Israel: yo ser� su propiedad particular.

Ellos comer�n la oblaci�n, el sacrificio por el pecado y el sacrificio de expiaci�n

Todo lo que sea consagrado al anatema en Israel ser� para ellos.

Lo mejor de todas vuestras primicias y de toda clase de ofrendas reservada que ofrezc�is, ser� para los sacerdotes; y

lo mejor de vuestras moliendas, se lo dar�is a los sacerdotes, para que la bendici�n repose sobre vuestra casa.

Los sacerdotes no comer�n carne muerta o destrozada, de ave ni de ning�n animal (Ez. 44, 15 y 16-31).

-Los sacerdotes del Antiguo Testamento no pod�an tomar por esposa ni a prostituta, ni a profanada, ni a otra mujer repudiada por su marido.

No tomar�n por esposa a una mujer prostituta ni profanada, ni tampoco una mujer repudiada por su marido; pues el sacerdote est� consagrado a su Dios (Lv. 21, 7).

-Los Sacerdotes del Antiguo Testamento no pod�an seguir ciertas costumbres paganas (de los pueblos vecinos).

Los sacerdotes no se raspar�n la cabeza, ni se cortar�n los bordes de la barba, ni se har�n incisiones en su cuerpo. Santos han de ser (Lv. 21, 5).

5. Sacramentos de la Ley antigua. El Sacerdocio. Funciones

-Construir altares y ofrecer sacrificios

-El servicio del culto y de la palabra

-Las primeras funciones sacerdotales las muestran los patriarcas construyendo altares y ofreciendo sacrificios.

a) -Construyendo altares.

Yahv�h se le apareci� a Abram y le dijo:

�A tu descendencia he de dar esta tierra.�

Entonces �l edific� all� un altar a Yahv�h que se le hab�a aparecido (G�n. 12, 7).

Y Abram vino a establecerse con sus tiendas en el encinar de Mambr�, que est� en Hebr�n, y edific� all� un altar a Yahv�h (G�n. 13, 18).

All� construy� un altar e invoc� el nombre de Yahv�h (G�n. 26, 25).

b) -Ofreciendo sacrificios.

Jacob hizo un sacrificio en el monte e invit� a sus hermanos a tomar parte (G�n. 31, 54).

Parti� Israel con todas sus pertenencias y lleg� a Berseba, donde hizo sacrificios al Dios de su padre Isaac (G�n. 46, 1).

Con el cuerpo de reparaci�n, el sacerdote har� expiaci�n por �l ante Yahv�h por el pecado que cometi�, y se le perdonar� su pecado (Lev. 19, 22).

-Las funciones sacerdotales son: El servicio del culto y de la palabra.

a) -Servicio del culto.

-Adorar a Yahv�h y ofrecerle sacrificios.

Hubo un hombre de Ramat�yim, sufita de la monta�a de Efraim, que se llamaba Elcan�,... Este hombre sub�a de a�o en a�o desde su ciudad para adorar y ofrecer sacrificios y Yahv�h Sebaot en Silo (1 Sam. 1, y 3).

-Presentar a Dios las ofrendas los fieles.

Luego mand� (Mois�s) a algunos j�venes, de los hijos de Israel, que ofreciesen holocaustos e inmolaran novillos como sacrificios de comuni�n para Yahv�h (Ex. 24, 5).

...y luego, el d�a en que entre en el Santo, en el atrio interior para oficiar en el Santo, ofrecer� un sacrificio por el pecado, or�culo del Se�or Yahv�h (Ez. 44, 27).

-Encargarse de los ritos de consagraci�n y de purificaci�n.

-La unci�n de la regla.

El sacerdote Sadoq tom� de la Tienda el cuerno del aceite y ungi� a Salom�n,... (1 Reg. 1, 39).

Hizo salir entonces al hijo del rey, le puso la diadema y el Testimonio y le ungi� (2 Reg. 11, 12).

-La purificaci�n de los leprosos.

Yahv�h habl� a Mois�s diciendo: Esta es la ley que ha de aplicarse al leproso en el d�a de su purificaci�n. Se le conducir� al sacerdote, y el sacerdote saldr� fuera del campamento; si, tras de haberlo examinado, comprueba que el leproso est� ya curado de la llaga de lepra, el sacerdote mandar� traer para el que ha de ser purificado dos p�jaros vivos y puros, madera de cedro, p�rpura escarlata e hisopo. Despu�s mandar� inmolar uno de los p�jaros sobre una vasija de barro con agua viva. Tomar� luego el p�jaro vivo, la madera de cedro, la p�rpura escarlata y el hisopo, los mojar�, juntamente con el p�jaro vivo, en la sangre del p�jaro inmolado sobre el agua viva, y rociar� siete veces al que hab�a de ser purificado de la lepra. Y, tras de declararle puro, soltar� en el campo el p�jaro vivo. El que se purifica lavar� sus vestidos, se afeitar� todo su pelo, se ba�ar� en agua, y quedar� limpio... El sacerdote que hace la purificaci�n presentar� ante Yahv�h, junto con todas estas cosas, al hombre que ha de purificarse, a la entrada de la Tienda de Reuni�n (Lev. 14, 1, 11).

-La purificaci�n de la mujer que ha dado su luz.

Al cumplirse los d�as de su purificaci�n, sea por ni�o o ni�a, presentar� al sacerdote, a la entrada de la Tienda de Reuni�n, un cordero de un a�o como holocausto, y un pich�n o una t�rtola como sacrificio por el pecado. El sacerdote lo ofrecer� ante Yahv�h, haciendo expiaci�n por ella, y quedar� purificada del flujo de su sangre... Mas si a ella no le alcanza para presentar una res menor, tome dos t�rtolas o dos pichones, uno como holocausto y otro como sacrificio por el pecado; y el sacerdote har� la expiaci�n por ella y quedar� pura (Lev. 12, 6-8).

-La resoluci�n de litigios y violencias.

Se adelantar�n entonces los sacerdotes hijos de Lev�; porque a ellos ha elegido Yahv�h tu Dios para estar a su servicio y para dar la bendici�n en nombre de Yahv�h, y a su decisi�n pertenece resolver todo litigio y toda violencia (Deut. 21, 5).

b) -Servicio de la palabra.

Entonces Yahv�h...le dijo (a Mois�s);

�No tienes a tu hermano Aar�n el levita?

S� que �l habla bien; he aqu� que justamente ahora sale a tu encuentro, y al verte se alegrar� su coraz�n. T� le hablar�s y pondr�s estas palabras en su boca; yo estar� en tu boca y en la suya, y os ense�ar� lo que hab�is de hacer. �l hablar� por ti al pueblo, �l ser� tu boca y t� ser�s su dios� (Ex. 4, 14-16).

-Proclamadores de la Ley.

Despu�s Mois�s y los sacerdotes levitas hablaron as� a todo Israel: �Calla y escucha, Israel. Hoy te has convertido la voz de Yahv�h tu Dios. Escuchar�s la voz de Yahv�h tu Dios y pondr�s en pr�ctica los mandamientos y preceptos que yo te prescribo hoy� (Deut. 27, 9-10).

Tom� despu�s (Mois�s) el libro de la Alianza y lo ley� ante el pueblo, que respondi�: �Obedeceremos y haremos todo cuanto ha dicho Yahv�h� (Ex. 24, 7).

Trajo el sacerdote Esdras la Ley ante la asamblea...y los obispos del pueblo estaban atentos al libro de la Ley (Neh. 8, 2 y 3).

Esdras ley� en el libro de la Ley de Dios, aclarando e interpretando el sentido para que comprendieran la lectura (Neh. 8, 8).

Esdras, el sacerdote escriba (y los levitas que explicaban al pueblo) dijeron a todo el pueblo: �Este d�a est� consagrado a Yahv�h vuestro Dios; no est�is tristes ni llor�is�; pues todo el pueblo lloraba al o�r las palabras de la Ley (Neh. 8, 9).

Pues los labios del sacerdote guardan la ciencia, y la Ley se busca en su boca; porque �l es el mensajero de Yahv�h Sebaot (Mal. 2, 7).

-Interpretadores de la Ley.

Ellos ense�an tus normas a Jacob y tu Ley a Israel;... (Deut. 33, 10).

Entonces dijeron: �Venid y tramemos algo contra Jerem�as, porque no va a faltarle la ley al sacerdote, el consejo al sabio, ni al profeta la palabra...� (Jer. 18, 18).

Ense�ar�n a mi pueblo a distinguir lo sagrado de lo profano y le har�n saber la diferencia entre lo puro y lo impuro (Ez. 44, 23).

As� dice Yahv�h Sebaot: Pregunta a los sacerdotes sobre la Ley (Ag. 2, 11).

-Ejercitadores de una funci�n judicial.

Si tienes que juzgar un caso demasiado dif�cil para ti, un asunto de sangre, colisi�n de derechos, o herida, un litigio cualquiera en tus puertas,...ir�s a los sacerdotes levitas y al juez que entonces est� en funciones. Ellos har�n una investigaci�n y te indicar�n el fallo de la causa (Deut. 17, 8-9).

-Redactores de la Ley en los diversos c�digos.

Esta es la copia del documento que el rey Artajerjes entreg� a Esdras, el sacerdote escriba dedicado a escribir las palabras de los mandamientos de Yahv�h y sus decretos acerca de Israel.

�...ya que t� eres el enviado por el rey y sus siete consejeros para inspeccionar a Jud� y Jerusal�n en lo referente a la Ley de tu Dios...� (Esd. 7, 11 y 14).

�...Todo lo que os pida el sacerdote Esdras, Secretario de la Ley de Dios del cielo, se lo dar�is puntualmente,...� (Esd. 7, 21).

c) -Es el hombre del conocimiento.

Le dio (a Aar�n), por sus mandamientos,

potestad sobre las prescripciones legales,

para ense�ar a Jacob sus dict�menes

e ilustrar a Israel en su ley (Si. 45, 17).

Ya que t� has rechazado el saber, yo te rechazar� a ti de mi sacerdocio; puesto que olvid�is la Ley de tu Dios, tambi�n yo me olvidar� de tus hijos (Os. 4, 6).

Aclaraci�n. �Rechazar el saber� significa dejar de instruir al pueblo.

La Ley de verdad estaba en su boca, e injusticia no se hallaba en sus labios; en paz y en rectitud caminaba conmigo, y a muchos recobr� de la culpa (Mal. 2, 6).

Pues los labios del sacerdote guardan la ciencia, y la Ley se busca en su boca; porque �l es el mensajero de Yahv�h Sebaot (Mal. 2, 7).

6. Sacramentos de la Ley antigua. El Sacerdocio. Clases.

-Aar�n y sus hijos

-Distribuci�n en veinticinco clases

-Desempe�aron tres funciones

-Los levitas

-Constituidos en instituci�n organizada

-Distribuidos en tres clases

-La tribu de Lev�es aun profana

-Fueron constituidos sacerdotes otros que no eran hijos de Lev�

-Exist�a el sacerdocio familiar

-Aar�n y sus hijos fueron consagrados para ejercer el sacerdocio.

Habl� Yahv�h a Mois�s, diciendo: �...Ungir�s tambi�n a Aar�n y a sus hijos y los consagrar�s para que ejerzan mi sacerdocio (Ex. 30, 30).

-Los hijos de Aar�n fueron distribuidos en veinticuatro clases.

Toc� la primera suerte a Yehoyarib;

la segunda a Yedan�as;

la tercera a Jar�m;

la cuarta a Seor�m;

la quinta a Malkiyias;

la sexta a Miyyam�n;

la s�ptima a Haqc�s;

la octava a Ab�as;

la novena a Yesua;

la d�cima a Sekan�as;

la once a Elyasib;

la doce a Yaqu�n;

la trece a Jupp�;

la catorce a Yisbaal;

la quince a Bilg�;

la diecis�is a Immer;

la diecisiete a Jezir;

la dieciocho a Happiss�s;

la diecinueve a Petaj�as;

la veinte a Ezequiel;

la veintiuna a Yak�n;

la veintid�s a Gamul;

la veintitr�s a Dela�as;

la veinticuatro a Maaz�as.

Fueron inscritos en el registro seg�n sus servicios para entrar en la Casa de Yahv�h conforme al reglamento que Yahv�h, el Dios de Israel, hab�a prescrito por medio de Aar�n, padre de ellos (1 Cor. 24, 7-19).

-Aar�n y sus hijos desempe�aron tres funciones esenciales: la consagraci�n de los manjares, la ofrenda del incienso y la bendici�n.

a) -La consagraci�n de los manjares.

Habl� Yahv�h a Mois�s, diciendo: Habla a Aar�n y a sus hijos y diles: Este es el ritual del sacrificio por el pecado; En el lugar donde se inmola tambi�n la v�ctima por el pecado. Es cosa sacrat�sima. La comer� el sacerdote que ofrece la v�ctima por el pecado. Ser� comida en lugar santo, en el atrio de la Tienda de Reuni�n. Todo cuanto toque esta carne quedar� consagrado (Lev. 6, 17-20).

b) -La ofrenda del incienso.

Dijo luego (Mois�s) a Cor� y a toda su cuadrilla...Mirad, pues, lo que hab�is de hacer: Tomad los incensarios de Cor� y de toda cuadrilla, ponedles fuego y ma�ana les echar�is incienso ante Yahv�h (N�m. 16, 5-7).

c) -La bendici�n en nombre de Yahv�h.

Habl� Yahv�h a Mois�s y le dijo: Habla a Aar�n y a sus hijos y diles: As� hab�is de bendecir a los hijos de Israel. Les dir�is: �Yahv�h te bendiga y te guarde; ilumine Yahv�h su rostro sobre ti y te sea propicio; Yahv�h te muestre su rostro y te conceda la paz.� Que invoquen as� mi nombre sobre los hijos de Israel, y yo les bendecir� (N�m. 6, 22-27).

-Los levitas fueron sacerdotes por excelencia.

Hab�a un joven de Bel�n de Jud�...que era levita y...haciendo su camino lleg�...a la casa de Mik�. Mik� le pregunt�: �De d�nde vienes? Le respondi�: �...vengo de paso para residir donde pueda.� Mik� le dijo: �Qu�date en mi casa, y ser�s para m� un padre y un sacerdote;...el joven fue su sacerdote y se qued� en casa de Mik�. Y dijo Mik�: �Ahora s� que Yahv�h me favorecer�, porque tengo a este levita como sacerdote� (Juec. 17, 7-13).

...entre tanto el sacerdote estaba en el umbral de la puerta con los seiscientos hombres armados. Aqu�llos, pues, entrando en la casa de Mik�, cogieron la imagen, el efod, los terafim (y el �dolo de fundici�n). El sacerdote les dijo ��Qu� est�is haciendo?� �Calla -les contestaron-...ser�s para nosotros padre y sacerdote. �Prefieres ser sacerdote de la casa de un particular a ser sacerdote de una tribu y de un clan de Israel?. Se alegr� con ello el coraz�n del sacerdote,...y se fue en medio de la tropa (Juec. 18, 17-20).

-Los Levitas se constituyeron en instituci�n organizada.

Viejo ya David...reuni� a todos los jefes de Israel, a los sacerdotes y a los levitas, y se hizo el censo de los levitas de treinta a�os para arriba; su n�mero, contado por cabezas uno a uno, fue de 38.000 varones. De �stos, 24.000 estaban al frente el servicio de la Casa de Yahv�h; 6.000 eran escribas y jueces, 4.000 eran porteros y 4.000 alababan a Yahv�h con los instrumentos que David hab�a fabricado para rendir alabanzas (1 Cro. 23, 1-5).

-David distribuy� a los hijos de Lev� en tres clases: los hijos de Guerson, los de Quehat y los de Merari.

David los distribuy� por clases, seg�n los hijos de Lev�: Guerson, Quehat y Merar� (1 Cro. 23, 6).

-La tribu sacerdotal de Lev� es a�n profana, sin funciones sagradas.

Yahv�h habl� a Mois�s y le dijo: �Manda acerque la tribu de Lev� y ponlos delante del sacerdote Aar�n, que est�n a su servicio. Se encargar�n de las obligaciones que incumben a �l y a toda la comunidad ante la Tienda de Reuni�n, prestando el servicio en la Morada (N�m. 3, 5-7).

Cuidar�n de todos los utensilios de la Tienda de Reuni�n, de las obligaciones que incumben a los hijos de Israel, prestando servicios en la Morada (N�m. 3, 8).

-Fueron constituidos sacerdotes gentes del pueblo que no eran hijos de Lev�.

Jeroboam...hizo Casas en los altos y estableci� sacerdotes del com�n del pueblo que no eran de los hijos de Lev� (1 Reg. 12, 31).

-Adem�s del sacerdocio lev�tico exist�a tambi�n el sacerdocio familiar.

Gede�n le dijo: �Si he hallado gracia a tus ojos dame una se�al de que eres t� el que me hablas. No te marches de aqu�, por favor, hasta que vuelva donde ti. Te traer� mi ofrenda y la pondr� delante de ti.� �l respondi�: �Me quedar� hasta que vuelvas� (Juec. 6, 17).

Entonces Manoaj tom� el cabrito y la oblaci�n y lo ofreci� en holocausto, sobre la roca, a Yahv�h, que obra cosas misteriosas (Juec. 13, 19).

Este hombre, Mik�, ten�a una casa de Dios; hizo un edof y unos terafim e invisti� a uno de sus hijos como sacerdote suyo (Juec. 17, 5).

Vinieron las gentes de Quiryat-Yearim y subieron el arca de Yahv�h. La llevaron a la casa de Abinabad, en la loma, y consagraron a su hijo Eleazar para que custodiase el arca de Yahv�h (1 Sam. 7, 1).

7. Sacramentos de la Ley antigua. El sacerdocio. Sectores

-El sector de los cantores

-El de los porteros

-La casta sagrada

-Hubo sacerdotes que no estaban a la altura de sus exigencias

-Dios profiri� amenazas contra los sacerdotes pecadores

-El sector de los cantores tambi�n fue instrucci�n organizada.

David y los jefes del ej�rcito separaron para el servicio a los hijos de Asaf, Hem�n y Yedut�n, profetas, que cantaban con c�taras, salterios y c�mbalos...Todos ellos se hallaban bajo la direcci�n de su padre para el canto de la casa de Yahv�h, con c�mbalos, salterios y c�taras al servicio de la Casa de Dios, siguiendo las indicaciones del rey, de Asaf, Yedut�n y Hem�n (1 Cro. 25, 1 y 6).

-El sector de los porteros fue tambi�n instituci�n organizada.

Estas son las clases de porteros: De los coreitas,...Hijos de Obededo:...Meselem�as tuvo hijos y hermanos,...jos� de los Merar�,... Estas secciones de los porteros, los jefes, igual que sus hermanos, ten�an el cuidado del ministerio de la Casa de Yahv�h (1 Cro. 26, 1, 4, 9, 10 y 12).

-La casta sagrada se constituy� en instituci�n organizada.

David y Salom�n distribuyeron a los levitas por todo el pa�s.

-a los levitas hijos del sacerdote Aar�n les tocaron trece ciudades de las tribus de Jud�, Sime�n y Benjam�n.

-a los otros hijos de Quehat, por clanes, diez ciudades de las tribus de Efraim, de Dan y de la media tribu de Manas�s.

-a los hijos de Guerson, por clanes, les tocaron trece ciudades de las tribus de Isacar, Aser, Neftal� y de la media tribu de Manas�s, en Bas�n.

-a los hijos de Merari, por clanes, les tocaron doce ciudades de las tribus de Rub�n, Gad y Zabul�n.

Los israelitas dieron a los levitas por suertes esas ciudades y sus pastos, como Yahv�h hab�a ordenado por boca de Mois�s (Jos. 21, 4-7).

-Hubo sacerdotes que no se hallaron a la altura de las exigencias de su cometido.

a) -Por el olvido de la Ley de Dios.

Ya que t� has rechazado el saber,yo te rechazar� a ti de mi sacerdocio; puesto que olvidas la Ley de tu Dios, yo tambi�n me olvidar� de tus hijos (Os. 4, 6).

b) -Por la contaminaci�n del culto.

Todos, cuantos son, han pecado contra m�, han cambiado su Gloria por la Ignominia (Os. 4, 7).

c) -Por su vida pervertida.

Como emboscada de bandidos es la pandilla de sacerdotes: asesinan por el camino de Siqyem y cometen infamia (Os. 6, 9).

d) -Por aprovecharse de los pecados del pueblo.

...ven�a el criado del sacerdote, mientras se estaba cociendo la carne, con el tenedor de tres dientes en la mano, lo hincaba en el caldero o la olla, en la cacerola o el puchero, y todo lo que sacaba el tenedor, el sacerdote se lo quedaba; y as� hac�an con todos los israelitas que iban all�, a Silo (1 Sam. 2, 13-14).

e) -Por recibir una parte importante de los sacrificios por el pecado.

...ser� inmolada tambi�n la v�ctima por el pecado. Es cosa sacrat�sima. La comer� el sacerdote que ofrece la v�ctima por el pecado (Lev. 6, 18-19).

Del pecado de mi pueblo comen y hacia su culpa dirigen su avidez (Os. 4, 8).

f) -Por la prostituci�n.

Arrasar� su vi�edo y su higuera, de los que ella dec�a: �M�os son, el regalo que me han dado mis amantes�;... (Os. 2, 14).

...entre borrachos, se prostituyen m�s y m�s prefieren a su Gloria la Ignominia (Os. 4, 18).

No te regocijes, Israel, no jubiles como los pueblos, pues te has prostituido, lejos de tu Dios, y amas el salario impuro (Os. 9, 1).

Aclaraci�n. �Salario impuro� significa que las pr�cticas inmorales las acompa�aban a los festejos organizados al fin de las cosechas.

g) -Por el sincretismo pagano en Jerusal�n.

Cual se averg�enza el ladr�n cuando es sorprendido, as� se ha avergonzado la casa de Israel: ellos, sus reyes, sus jefes, sus sacerdotes y sus profetas, los que dicen al madero: �Mi padre eres t��, y a la piedra �T� me diste a luz� (Jer. 2, 26-27).

Tanto el profeta como el sacerdote se han vuelto imp�os; en mi misma Casa top� con su maldad -or�culo de Yahv�h-. Por ende su camino vendr� a ser su despe�adero: a la misma ser�n empujados y caer�n en ella (Jer. 23, 11-12).

h) -Por las violaciones de la Ley (La Tor�).

El sacerdote Pasjur, hijo de Immer, que era inspector de la Casa de Yahv�h, oy� a jerem�as y le hizo meter en el calabozo de la Puerta Alta de Benjam�n -la que est� en la Casa de Yahv�h- (Jer. 20, 1-2).

Sus profetas, fanfarrones, hombres traicioneros, sus sacerdotes profanan lo que es santo y violan la Ley (Sof. 3, 4).

i) -Por su inter�s personal.

Jo�s dijo a los sacerdotes: �Todo el dinero de las ofrendas sagradas que ha entrado en la Casa de Yahv�h,...lo tomar�n los sacerdotes,...y ellos proveer�n a las reparaciones de la Casa,...pero...los sacerdotes no hab�an hecho las reparaciones de la Casa. Llam� entonces el rey Jo�s al sacerdote Yehoyad� y a los sacerdotes y les dijo: ��Por qu� no hac�is las reparaciones de la Casa?...Los sacerdotes consintieron en no...hacer reparaciones en la Casa (2 Reg. 12, 5-9).

Sus jefes juzgan por soborno, sus sacerdotes ense�an por salario, sus profetas vaticinan por dinero, y se apoyan en Yahv�h diciendo: ��No est� Yahv�h en medio de nosotros? �No vendr� sobre nosotros ning�n mal!� Por eso, por culpa vuestra, Si�n ser� un campo que se ara, Jerusal�n se har� un mont�n de ruinas, y el monte de la Casa un otero salvaje (Miq. 3, 11-12).

j) -Por falta de celo por el culto del Se�or.

Y ahora, a vosotros esta orden, sacerdotes: Si no escuch�is ni tom�is a pecho dar gloria a mi Nombre, dice Yahv�h Sebaot, yo lanzar� sobre vosotros la maldici�n y maldecir� vuestra bendici�n; y hasta las he maldecido ya, porque ninguno de vosotros toma nada a pecho (Mal. 2, 1).

-Dios profiri� amenazas terribles contra los sacerdotes pecadores del Antiguo Testamento.

Dios dijo a Mois�s y a Aar�n: �Por no haber confiado en m�, honr�ndome ante los hijos de Israel, os aseguro que no guiar�is a esta asamblea hasta la tierra que les he dado� (N�m. 20, 12).

Aclaraci�n. Esta falta de Mois�s y Aar�n que da en el misterio.

...desde el profeta hasta el sacerdote, todos practican el fraude...por tanto caer�n con los que cayeren; tropezar�n cuando se les visite, -dice Yahv�h (Jer. 6, 13 y 15).

�...Tanto el profeta como el sacerdote se han vuelto imp�os; en mis misma Casa top� con su maldad -or�culo de Yahv�h-. Por ende su camino vendr� a ser su despe�adero: a la sima ser�n empujados y caer�n en ella. Porque voy a traer sobre ellos una calamidad, al tiempo de su visita� -or�culo de Yahv�h- (Jer. 23, 11-12).

8. Sacramentos de la Ley antigua. El Sacerdocio. Peculiaridades

-En la Monarqu�a el Reyes un Patrono de sacedorcio m�s que un miembro de la casta sacerdotal

-Usaban ornamentos propios para el culto divino

-Los castigos de sacerdote imp�o aludidos por los profetas

-Hab�an de ser venerado por los fieles

-En la Monarqu�a el Reyes un Patrono de sacerdocio m�s que un miembro de la casta sacerdotal y ejerce funciones sacerdotales diversas.

a) -Ofrece sacrificios.

Entonces Sa�l dijo: �Acercadme el holocausto y los sacrificios de comuni�n�, y ofreci� el holocausto (1 Sam. 13, 9).

Metieron el arca de Yahv�h y la colocaron en su sitio, en medio de la tienda que David hab�a hecho levantar, y David ofreci� holocaustos y sacrificios de comuni�n en presencia de Yahv�h (2 Sam. 6, 17).

Araun� dijo a David: �Que el rey mi se�or tome y ofrezca lo que bien le parezca. Mira los bueyes para el holocausto, los trillos y yugos para la le�a (2 Sam. 24, 22).

Cuando el rey (Ajaz) regres� de Damasco, vio el altar, se acerc� y subi� a �l. Mand� quemar sobre el altar su holocausto y su oblaci�n, hizo su libaci�n y derram� la sangre de sus sacrificios de comuni�n;... (2 Reg. 16, 12-13).

b) -Bendice al pueblo.

Cuando David acabado de ofrecer los holocaustos y sacrificios de comuni�n, bendijo al pueblo en nombre de Yahv�h Sabaot... (2 Sam. 6, 18).

Se volvi� el rey y bendijo a toda la asamblea de Israel mientras que toda la asamblea de Israel estaba en pie (1 Reg. 8, 14).

Aclaraci�n. 1 Reg. 8, 14-21 es un discurso del Rey Salom�n al pueblo.

-Los sacerdotes del Antiguo Testamento usaban ornamentos propios para el culto divino, tal y como Dios lo hab�a mandado a Mois�s.

a) -Ornamentos del Sumo Sacerdote.

Hicieron para el servicio del Santuario vestiduras de ceremonia de p�rpura violeta y escarlata, de carmes� y lino fino. Hicieron tambi�n las vestiduras sagradas de Aar�n, como Yahv�h se lo hab�a mandado a Mois�s (Ex. 39, 1).

-El efod.

H�zose, pues, el edof, de oro, de p�rpura violeta y escarlata, de carmes� y lino fino torzal...Pusieron al efod hombreras y lo fijaron por sus dos extremos...como Yahv�h lo hab�a mandado (Ex. 39, 2).

-El pectoral.

Bord� tambi�n el pectoral, el estilo de la labro del efod, de oro, p�rpura violeta y escarlata, carmes� y lino fino torzal. En pectoral era cuadrado y lo hicieron doble; ten�a un palmo de largo y otro de ancho; era doble, como Yahv�h hab�a mandado a Mois�s (Ex. 39, 8-9).

-El manto.

Teji� el manto de efod, todo de p�rpura violeta...Serv�a para oficiar, como Yahv�h hab�a ordenado a Mois�s (Ex. 39, 22 y 26).

b) -Vestiduras sacerdotales.

Tejieron tambi�n las t�nicas de lino fino para Aar�n y sus hijos; la tiara de lino fino, los adornos de las mitras de lino fino y tambi�n los calzones de lino fino torzal, lo mismo que las fajas recamadas de lino fino torzal, de p�rpura violeta y escarlata y de carmes�, tal y como Yahv�h hab�a ordenado a Mois�s (Ex. 39, 27-29).

-La diadema.

E hicieron de oro puro una l�mina, la diadema sagrada en la que grabaron, como se graban los sellos: �Consagrado a Yahv�h.�...como Yahv�h hab�a mandado a Mois�s (Ex. 39, 30-31).

-Los castigos del sacerdote imp�o del Antiguo Testamento es aludido por los profetas.

Aunque se haga gracia al malvado, no aprende justicia; en tierra recta se tuerce, y no teme la majestad de Yahv�h.

Yahv�h, alzada est� tu mano, pero no la veran; ver�n tu celo por el pueblo y se avergonzar�n, tu ira ardiente devorar� a tus adversarios (Is. 26, 10-11).

Fuiste perfecto en tu conducta desde el d�a de tu creaci�n, hasta el d�a en que se hall� el mal en ti. Por la amplitud de tu comercio se ha llenado tu interior de violencia, y has pecado. Por eso yo te he tratado como imp�o, ech�ndote del monte de Dios, y te he aventado, querub�n, protector, de en medio de la piedra de fuego (Ex. 28, 15-16).

Tu coraz�n se ha pagado de tu belleza. Has corrompido tu sabidur�a por causa de tu esplendor. Yo te he precipitado en tierra, te he expuesto como espect�culo a los reyes. Por la multitud de tus delitos, por la inmoralidad de tu comercio, has profanado tus santuarios. Y yo he sacado de ti mismo el fuego que te ha devorado. Te he reconducido a ceniza sobre la tierra, a los ojos de todos los que te miraban. Todos los pueblos que te conoc�an est�n consternados por ti. Eresun objeto de espanto, aniquilado para siempre (Ez. 28, 17-19).

-Los sacerdotes del Antiguo Testamento hab�an de ser venerados por los fieles.

Con toda tu alma reverencia al Se�or y venera a sus sacerdotes (Si. 7, 29).

Teme al Se�or y honra al sacerdote, dale su porci�n como te est� prescrito (Si. 7, 31).

9. Sacramentos de la Ley nueva. Autor

-Jesucristo instituy� todos los sacramentos

-Instituy� indirectamente la confirmaci�n, la unci�n y el Matrimonio

-Constan de materia y forma

-Determin� la materia del Bautismo, Eucarist�a, Penitencia y Unci�n

-Cristo, en cuanto hombre, instituy� todos los sacramentos de la nueva Ley.

a) -El Bautismo:

Id pues, y haced disc�pulos a todas las gentes bautiz�ndolas en el nombre del Padre y del Hijo de y del Esp�ritu Santo (Mt. 28, 19).

b) -La Eucarist�a:

Y tom� pan, dio gracias, lo parti� y se lo dio diciendo: �Este es mi cuerpo que va a ser entregado por vosotros; ... De igual modo, despu�s de cenar, el c�liz diciendo: Este c�liz es la Nueva Alianza en mi sangre que va a ser derramada por vosotros (Lc. 22, 19-20).

c) -El Orden:

Haced esto en recuerdo m�o (Lc. 22, 19).

d) -La Penitencia:

Dicho esto, sopl� sobre ellos y les dijo:

Recibid el Esp�ritu Santo. A quienes perdon�is los pecados les quedan perdonados; y a quienes se los reteng�is les quedan retenidos (Jn. 20, 22-23).

Aclaraci�n. De la Instituci�n de los otros tres sacramentos por Cristo, no hay ninguna muestra inmediata en la Sagrada Escritura, pero s� hay una muestra mediata:

Por lo tanto que nos tengan los hombres por servidores de Cristo y administradores de los ministerios de Dios (1 Cor. 4, 1).

Es decir, administradores de los misterios de Dios, y por lo tanto de sus sacramentos, que �l mismo instituy�.

-Jesucristo instituy� indirectamente los sacramentos de la confirmaci�n, de la unci�n de los enfermos y del matrimonio.

Por tanto, que nos tengan los hombres por servidores de Cristo y administradores de los misterios de Dios (1 Cor. 4, 1).

-Los Sacramentos constan de materia y forma.

...Cristo am� a la Iglesia y se entreg� a s� mismo por ella, para santificarla, purific�ndola mediante el ba�o de agua, en virtud de la palabra, y presentarla resplandeciente a s� mismo;... (Ef. 5, 25-27).

-Jesucristo determin� la materia de los sacramentos del Bautismo, de la Eucarist�a, de la Penitencia y de la Unci�n de los enfermos.

a) -El agua para el Bautismo.

En verdad, en verdad te digo: el que no nazca de agua y de Esp�ritu no puede entrar en el Reino de Dios.

b) -El pan y el vino para la Eucarist�a.

Mientras estaban comiendo, tom� Jes�s pan y, pronunciaba la bendici�n, lo parti� y, d�ndoselo a sus disc�pulos, dijo: �Tomad, comed, este es mi cuerpo.� Tom� luego un c�liz y, dadas las gracias, se lo dio diciendo. �Bebed de �l todos, porque esta es mi sangre de la Alianza, que va a ser derramada por muchos para remisi�n de los pecados (Mt. 26, 26-28).

c) -Los actos del penitente para la penitencia.

Dicho esto, sopl� sobre ellos y les dijo: �Recibid el Esp�ritu Santo, a quienes perdon�is los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los reteng�is, les quedan retenidos� (Jn. 20, 22-23).

d) -El aceite y la unci�n para la Unci�n de los enfermos.

...y ung�an con aceite a muchos enfermos y los curaban (Mc. 6, 13).

10. Sacramentos. Ministros

-Es un hombre y no un �ngel

-Es el vicario de Cristo

-El Ministro de los sacramentos es el hombre elegido por Dios, y no un �ngel.

a) -El hombre elegido.

Porque todo Sumo Sacerdote es tomado de entre los hombres en lo que se refiere a Dios para ofrecer dones y sacrificios por los pecados;... (Hebr. 5, 1).

No me hab�is elegido vosotros a m�, sino que yo os he elegido a vosotros, y os he destinado a que vay�is y deis fruto, y un fruto que permanezca;... (Jn. 15,16).

b) -El hombre elegido y no �ngel.

Cristo dijo a unos hombres y no a �ngeles:

...bautiz�ndolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Esp�ritu Santo,... (Mt. 28, 19).

A quienes perdon�is los pecados les quedan perdonados (Jn. 20, 22-23).

�...haced esto en recuerdo m�o� (Lc. 22, 19).

-El Misterio de los sacramentos es el vicario de Cristo.

Vicario es aquel que act�a haciendo las veces de otro, por delegaci�n de �ste.

Consta que Cristo deleg� en sus sacerdotes para conferir los sacramentos siguientes:

a) -Bautismo.

Id pues, y haced disc�pulos a todas las gentes bautiz�ndolas... (Mt. 28, 19).

b) -Penitencia.

A quienes perdon�is los pecados les quedan perdonados;... (Jn. 20,23).

c) -Eucarist�a.

Haced estos en recuerdo m�o (Lc. 22, 19).

d) -Unci�n.

Llame a los presb�teros de la Iglesia que oren sobre �l y le unjan con �leo en el nombre del Se�or (Sant. 5, 14).

e) -Orden.

Haced esto en recuerdo m�o (Lc. 22, 19).

Aclaraci�n. Cristo am� a la Iglesia y se entreg� a s� mismo por ella, para santificarla, purific�ndola mediante el ba�o de agua, en virtud de la palabra (Ef. 5, 25-26).

Esta santificaci�n y purificaci�n es evidente que Cristo intenta realizarla y de hecho la realiza a lo largo de todos los tiempos. Como �l tiene que ausentarse de la tierra para ascender y habitar en el cielo, se deduce que constituye y delega en otros ministros suyos para que hagan sus propias veces de santificar y purificar a su Iglesia.

11. Sacramento. Efectos

-Aventajan a los de la Ley Antigua

-Los efectos s� dependen de la intenci�n del Ministro

-Son causas instrumentales de gracia

-La conceden �ex opere operato�

-A los que no ponen obst�culo

-El Bautismo, la confirmaci�n y el orden imprimen car�cter

-Los efectos eran manifestados con milagros en los primeros tiempos de la Iglesia

-Los efectos no dependen de la santidad del ministro

-Los Sacramentos de la Nueva Ley aventajan a los de la Antigua.

Pues si la sangre de machos cabr�os y de toros y la ceniza de vaca santifica con su aspersi�n a los contaminados, en orden a la purificaci�n de la carne, �cu�nto m�s la sangre de Cristo, que por el Esp�ritu Eterno se ofreci� a s� mismo sin tacha a Dios, purificar� de las obras muertas nuestra conciencia para rendir culto a Dios vivo! (Hebr. 9, 13-14).

-El efecto de los sacramentos s� depende de la intenci�n del ministro.

Cristo dijo a sus Ap�stoles:

Id, pues, y haced disc�pulos a todas las gentes bautiz�ndolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Esp�ritu Santo,... (Mt. 28, 19).

A quienes perdon�is los pecados les quedan perdonados; a quienes se los renteng�is, les quedan retenidos� (Jn. 20, 22-23).

�...haced esto en recuerdo m�o� (Lc. 22, 19).

Aclaraci�n. De estas palabras institucionales de Cristo se deduce que la potestad de administrarlos est� encomendada al �rbitro de los Ap�stoles.

-Los Sacramentos de la Nueva Ley son causas instrumentales de gracia.

Causa es un principio que, con su influjo, determina la existencia de otra cosa. Causa instrumental es la que otra obra por virtud de la causas principal.

Entonces les impon�an las manos y recib�an el Esp�ritu Santo (Hch. 8, 17).

Cristo am� a la Iglesia y se entreg� a s� mismo por ella, para santificarla, purific�ndola mediante el ba�o de agua, en virtud de la palabra (Ef. 5, 25-26).

No descuides el carisma que hay en ti, que se te comunic� por intervenci�n prof�tica mediante la imposici�n de las manos del colegio de presb�teros (1 Tim. 4, 14).

Por eso te recomiendo que reavives el carisma de Dios que est� en ti por la imposici�n de mis manos (2 Tim. 1, 6).

Aclaraci�n. La instrumentalidad est� en las siguientes expresiones: �por medio del ba�o�, �les impon�an las manos y recib�an...� �...mediante la imposici�n de mis manos�, �purific�ndola mediante el ba�o de agua,...�

-Los Sacramentos de la Nueva Ley concede la gracia �ex opere operato�.

a) -Bautismo.

Respondi� Jes�s: �En verdad, en verdad te digo: el que no nazca de agua y de Esp�ritu no puede entrar en el Reino de Dios...� (Jn. 3, 5).

...Cristo am� a la Iglesia y se entreg� a s� mismo por ella, para santificarla, purific�ndola mediante el ba�o de agua, en virtud de la palabra,... (Ef. 5, 25-26).

...�l nos salv�, no por obras de justicia que hubi�semos hecho nosotros, sino que seg�n su misericordia, por medio del ba�o de regeneraci�n y de renovaci�n del Esp�ritu Santo,... (Tt. 3, 5).

b) -Confirmaci�n.

...hab�an sido bautizados en el nombre del Se�or Jes�s. Entonces les impon�an las manos y recib�an el Esp�ritu Santo (Hch. 8, 16-17).

Cuando oyeron esto fueron bautizados en el nombre del Se�or Jes�s. Y habi�ndoles Pablo impuesto las manos, vino sobre ellos el Esp�ritu Santo,... (Hch. 19, 5-6).

c) -Penitencia.

Dicho esto, sopl� sobre ellos y les dijo: �Recibid el Esp�ritu Santo,

A quienes perdon�is los pecados les quedan perdonados; a quienes se los reteng�is, les quedan retenidos� (Jn. 20, 22-23).

d) -Eucarist�a.

El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en m�, y yo en �l (Jn. 6, 56).

Yo soy el pan vivo bajado del cielo. Si uno come de este pan, vivir� para siempre, y el pan que yo le voy a dar es mi carne por la vida del mundo (Jn. 6, 51).

El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna, y yo le resucitar� el �ltimo d�a (Jn. 6, 54).

...el que coma este pan vivir� para siempre (Jn. 6, 58).

e) -Unci�n de los enfermos.

�Est� enfermo alguno de vosotros? Llame a los presb�teros de la Iglesia que oren sobre �l y le unjan con �leo en el nombre del Se�or. Y la oraci�n de la fe salvar� al enfermo, y el Se�or le har� que levante, y si hubiera cometido pecados le ser�n perdonados (Sant. 5, 14-15).

f) -Orden.

No descuides el carisma que hay en ti, que se te comunic� por intervenci�n prof�tica mediante la imposici�n de las manos del colegio de presb�teros (1 Tim. 4, 14).

Por eso te digo que reavives el carisma que est� en ti por la imposici�n de mis manos (2 Tim. 1, 6).

g) -Matrimonio.

Por eso dejar� el hombre a su Padre y a su madre y se unir� a su mujer, y los dos se har�n una sola carne (Ef. 5, 31).

Aclaraci�n. En todos estos textos consta claramente que la acci�n sacramental produce su efecto por s� misma.

-Los Sacramentos de la nueva Ley conceden la gracia �ex opere operato�, a los que no ponen obst�culo.

Es decir, que la concesi�n de la gracia no depende del sujeto, aunque hay textos que suponen la disposici�n del que los recibe.

Pedro les contest�: Convert�os y que cada uno de vosotros se haga bautizar en el nombre de Jesucristo para remisi�n de vuestros pecados; y recibir�is el don de Esp�ritu Santo (Hch. 2, 38).

Siguiendo el camino llegaron a un sitio donde hab�a agua. El eunuco dijo: Aqu� hay agua; �Qu� impide que yo sea bautizado? Y mand� detener el carro. Bajaron ambos al agua, Felipe y el eunuco; y lo bautiz� (Hch. 8, 36-38).

-El Bautismo, la confirmaci�n y el orden imprimen car�cter en el alma.

Car�cter es cierta se�al espiritual e indeleble. La existencia de car�cter en el alma de quien recibe uno de estos sacramentos, no est� clara, pero s� se insin�a en alguno textos de la Sagrada Escritura.

Y es Dios...el que nos marc� con su sello y nos dio en arras el Esp�ritu en nuestros corazones (2 Cor. 1, 21).

En �l tambi�n vosotros, tras haber o�do la palabra de la verdad, la Buena Nueva de vuestra salvaci�n, y cre�do tambi�n en �l, fuisteis sellados con el Esp�ritu Santo de la Promesa (Ef. 1, 13).

No entristezc�is al Esp�ritu Santo de Dios, con el que fuisteis sellados para el d�a de la redenci�n (Ef. 4, 30).

Aclaraci�n. La raz�n por la cual el car�cter se atribuye a estos tres sacramentos y no a otros, es porque estos son precisamente los sacramentos que dedican a los cristianos al culto de Dios, y parece que todos los que se dedican a una funci�n especial, sean distinguidos con alguna se�al.

-Los efectos de los sacramentos eran manifestados alguna vez con milagros, en los primeros tiempos de la Iglesia.

a) -Bautismo.

Bautizado Jes�s, sali� luego de agua; y en esto se abrieron los cielos y vio al Esp�ritu de Dios que bajaba en forma de paloma y ven�a sobre �l (Mt. 3, 16).

b) -Confirmaci�n.

Llegado el d�a de Pentecost�s, estaban todos reunidos en un mismo lugar. De repente vino del cielo un ruido como el de una r�faga de viento impetuoso, que llen� toda la casa en que se encontraban. Se les aparecieron unas lenguas como de fuego que dividi�ndose se posaron sobre cada uno de ellos; quedaron todos llenos del Esp�ritu Santo y se pusieron a hablar en otras lenguas, seg�n el Esp�ritu les conced�a expresarse (Hch. 2, 1-4).

-El efecto salv�fico de cada sacramento no depende de la santidad del ministro.

Yo plant�, Apolo reg�; m�s fue Dios quien dio el crecimiento. De modo que ni el que planta es algo, ni el que riega, sino Dios que hace crecer (1 Cor. 3, 6-7).

12. Bautismo. Prefiguraciones

-Dios fuente de aguas vivas

-La virtud purificadora de las aguas del Bautismo

-El perd�n de los pecados

-La salvaci�n de los hombres

-El Sacramento

-La apertura de las puertas del Cielo en el N. T.

-Otras comparaciones

-Prefigurado tambi�n en el N. T.

-Dios es la fuente de las aguas vivas que prefiguraban el Bautismo.

...en ti est� la fuente de la vida,

y en tu luz vemos la luz (Sal. 36, 10).

Sacar�is agua con gozo de los hontanares de salvaci�n (Is. 12, 3).

Jes�s le respondi�: �Si conocieras el don de Dios, y qui�n es el que te dice: "Dame de beber" t� le habr�as pedido a �l, y �l re habr�a dado agua viva� (Jn. 4, 10).

-La virtud purificadora de la aguas el Bautismo fue prefigurada en el Antiguo Testamento.

a) -Las aguas saneadas milagrosamente de Mar�.

Mois�s hizo partir a los hijos de Israel del mar de las Ca�as y se dirigieron...a Mar�, mas no pudieron beber agua porque estaba amarga... Entonces Mois�s invoc� a Yahv�h. Y Yahv�h le mostr� un madero que Mois�s ech� al agua, y el agua se volvi� dulce (Ex. 15, 22, 23 y 25).

b) -Las aguas de Jeric�.

Los hombres de la ciudad dijeron a Eliseo: �El emplazamiento de la ciudad es bueno, como mi se�or puede ver, pero las aguas son malas y la tierra es est�ril.� �l dijo: �Traedme una olla nueva y poned sal en ella.� Y se la trajeron. Fue al manantial de las aguas, arroj� en �l la sal y dijo: �As� dice Yahv�h: Yo he saneado estas aguas; ya no habr� en ellas muerte ni esterilidad.� Y las aguas quedaron saneadas hasta el d�a de hoy, seg�n la palabra que dijo Eliseo (2 Reg. 2, 19-22).

c) -...en los d�as en que No� constru�a el Arca, en la que unos pocos, es decir, ocho personas, fueron salvados a trav�s del agua; a �sta corresponde ahora el bautismo que os salva y que no consiste en quitar la suciedad del cuerpo, sino en pedir a Dios una buena conciencia,... (1 Pe. 3, 20-21).

-El perd�n original y de otros pecados, si los hubiere, por medio del sacramento del Bautismo est� prefigurado en el Antiguo Testamento.

Os rociar� con agua pura y quedar�is purificados; de todas vuestras manchas y de todos vuestros �dolos os purificar� (Ez. 36, 25).

-La salvaci�n de los hombres por el bautismo fue prefigurada en el Antiguo Testamento.

...cuando les esperaba la paciencia de Dios, en los d�as en que No� constru�a el arda, en la que unos pocos, es decir, ocho personas, fueron salvados a trav�s del agua; a �sta corresponde ahora el bautismo que os salva... (1 Pe. 3, 20-21).

-El Sacramento del bautismo fue prefigurado en el Antiguo Testamento.

a) -En el diluvio.

Yahv�h dijo a No�: �Entra en el arca t� y toda tu casa, porque eres el �nico justo que he visto en esta generaci�n� (G�n. 7, 1).

b) -En el paso del mar rojo.

Yahv�h iba al frente de ellos, de d�a en columna de nube para guiarlos por el camino, y de noche en columna de fuego para alumbrarlos, de modo que pudiesen marchar d�a y noche (Ex. 13, 21).

c) -Lavado de Naam�n.

Baj�, pues, y se sumergi� siete veces en el Jord�n, seg�n la palabra del hombre de Dios, y su carne se torn� como la carne de un ni�o peque�o,y qued� limpio (2 Reg. 5, 14).

-La apertura de las puertas del cielo por el Bautismo est� prefigurada en el Nuevo Testamento.

Bautizado Jes�s, sali� luego del agua; y en esto se abrieron los cielos y vio al Esp�ritu de Dios que bajaba en forma de paloma y ven�a sobre �l (Mt. 3, 16).

No bien hubo salido de agua vio que los cielos se rasgaban y que el Esp�ritu, en forma de paloma bajaba sobre �l (Mc. 1, 10).

Cuando todo el pueblo estaba bautiz�ndose, bautizado tambi�n Jes�s y puesto en oraci�n, se abri� el cielo,... (Lc. 3, 21).

-En el Nuevo Testamento tambi�n constan algunas comparaciones.

...nuestros padres estuvieron todos bajo la nube y todos atravesaron el mar; y todos fueron bautizados en Mois�s... (1 Cor. 10, 1-2).

...en los d�as en que No� construy� el Arca, en la que unos pocos, es decir ocho personas fueron salvados a trav�s del agua; a �sta corresponde ahora el bautismo que os salva... (1 Pe. 3, 20-21).

-El Sacramento del Bautismo fue prefigurada en el Nuevo Testamento.

Hay en Jerusal�n, junto a la Puerta de las Ovejas, una piscina que se llama en hebreo Bezat� con cinco p�rticos. En ellos yac�a una multitud de enfermos, ciegos, cojos, paral�ticos, esperando la agitaci�n del agua. Porque el �ngel del Se�or bajaba de tiempo en tiempo a la piscina y agitaba el agua; y el primero que se met�a despu�s de la agitaci�n del agua, quedaba curado de cualquier mal que tuviera (Jn. 5, 2-3).

Aclaraci�n. Bezat�, Betesd�, Betsaida o Beiset� significan �Casa de misericordia.�

13. Bautismo. Profetizaciones

-El Bautismo

-El perd�n de los pecados

-El Sacramento del Bautismo fue profetizado en el Antiguo Testamento.

a) -Con las aguas con que Isa�as invita a los sedientos.

Oh, todos los sedientos, id por agua... (Is. 55, 1).

b) - Aquel d�a habr� una fuente abierta para la casa de David y para los habitantes de Jerusal�n, para lavar el pecado y la impureza (Zac. 13, 1).

-El perd�n de los pecados por el Sacramento del Bautismo fue profetizado en el Antiguo Testamento.

Os rociar� con agua pura y quedar�is purificados; de todas vuestras manchas y de todos vuestros �dolos os purificar� (Ez. 36, 25).

Aclaraci�n. Estas palabras San Cipriano, San Jer�nimo y San Atanasio las entienden del Bautismo.

14. Bautismo de Juan

-No perdonaba los pecados �ex opere operato� sino por la contrici�n surgida de su predicaci�n

-Fue un Bautismo de conversi�n para el perd�n de los pecados

-Significa un cambio de vida, pero no produc�a la gracia

-Apolo y Pablo bautizaban con el Bautismo de Juan

-Los bautizados en �l, tuvieron que ser bautizados en el Bautismo de Jesucristo

-El Bautismo de Juan no perdonaba los pecados �ex opere operato� sino por la contrici�n surgida de su predicaci�n.

As� parece deducirse del texto siguiente:

Y se fue por toda la regi�n del Jord�n proclamado un bautismo de conversi�n para perd�n de los pecados,... (Lc. 3, 3).

-El Bautismo de Juan fue un Bautismo de conversi�n para el perd�n de los pecados.

...apareci� Juan el Bautista en el desierto, proclamando un bautismo de conversi�n para perd�n de los pecados (Mc. 1, 4).

Y se fue por toda la regi�n de Jord�n proclamando un bautismo de conversi�n para perd�n de los pecados,... (Lc. 3, 3).

Aclaraci�n. El Bautismo de Juan no era sacramento ni signo sensible permanente; apenas dur� 1 � 2 a�os. Era como un sacramental que dispon�a al Bautismo de Jesucristo. No purificaba de los pecados, ni imprim�a car�cter. Se confer�a s�lo a los adultos sin ninguna forma de palabras.

-El Bautismo de Juan significaba un cambio de vida, pero no produc�a la gracia del Esp�ritu Santo como el Bautismo cristiano.

Yo bautizo con agua para conversi�n; pero aquel que viene detr�s de m� es m�s fuerte que yo, y no merezco llevarle las sandalias. �l os bautizar� en el Esp�ritu Santo y el Fuego (Mt. 3, 11).

...Juan bautiz� con agua, pero vosotros ser�is bautizados en el Esp�ritu Santo dentro de pocos d�as (Hch. 1, 5).

-Apolo y Pablo bautizaban con el Bautismo de Juan.

a) -Pablo.

�l replic�: ��Pues qu� bautismo hab�is recibido?� -�El bautismo de Juan�, respondieron (Hch. 19, 3).

b) -Apolo.

Un jud�o, llamado Apolo, originario de Alejandr�a, hombre elocuente, que dominaba las Escrituras, lleg� a �feso...solamente conoc�a el bautismo de Juan (Hch. 18, 25).

-Los bautizados con el Bautismo de Juan tuvieron que ser bautizados otra vez con el Bautismo de Jesucristo.

Pablo replic�: ��Pues qu� bautismo hab�is recibido?� �El bautismo de Juan�, respondieron. Pablo a�adi�: �Juan bautiz� con un bautismo de conversi�n, diciendo al pueblo que creyesen en el que hab�a de venir despu�s de �l, o sea en Jes�s.� Cuando oyeron esto, fueron bautizados en el nombre del Se�or Jes�s (Hch. 19, 3-5).

15. Bautismo. Significaciones

-Varias significaciones

-La palabra Bautismo tiene varias significaciones.

a) -Lavado corporal.

Judit permaneci� tres d�as en el campamento. Por la noche se dirig�a hacia el barranco de Betulia y se lavaba en la fuente donde estaba el puesto de guardia (Jdt. 12, 7).

b) -Efusi�n de los dones del Esp�ritu Santo.

Jes�s les dijo: �No sab�is lo que ped�s: �Pod�is beber el c�liz que yo voy a beber, o ser bautizados con el bautismo con que yo voy a ser bautizados?� (Mc. 10, 38).

Que Juan bautiz� con agua, pero vosotros ser�is bautizados en el Esp�ritu Santo dentro de pocos d�as (Hch. 1, 5).

16. Bautismo. Esencia

-Es se�al de vida eterna

-Es la regeneraci�n por el agua en la palabra

-Es un rito sagrado

-El Sacramento del Bautismo es se�al de la vida eterna que podemos conseguir por medio de �l.

Fuimos, pues, con �l sepultados por el bautismo en la muerte, a fin de que, al igual que Cristo fue resucitado de entre los muertos por medio de la gloria del Padre, as� tambi�n nosotros vivamos un vida nueva (Rom. 6, 4).

-El Bautismo es el Sacramento de la regeneraci�n por el agua en la palabra.

Respondi� Jes�s: �En verdad, en verdad te digo: de agua y de Esp�ritu no puede entrar en el Reino de Dios (Jn. 3, 5).

...Cristo am� a la Iglesia y se entreg� a s� mismo por ella, para santificarla, purific�ndola mediante el ba�o del agua, en virtud de la palabra,... (Ef. 5, 25-26).

-El Bautismo es un rito sagrado por el cual los hombres convertidos pueden entrar en la Iglesia Universal.

Por Iglesia se entiende �conjunto o asamblea de cristianos.�

Consta en los hechos de los Ap�stoles que �stos bautizaban a los que se quer�an convertir a vida cristiana.

a) -Bautismo de 3.000 hombres.

�Qu� hemos de hacer, hermanos? Pedro les contest�: �Convert�os y que daba uno de vosotros se haga bautizar en el nombre de Jesucristo� (Hch. 37-38).

b) -Bautismo de Cornelio y de su familia.

Y mand� que fueran bautizados en el nombre de Jesucristo (Hch. 10, 48).

c) -Bautismo de unos samaritanos.

Pero cuando creyeron a Felipe que anunciaba la Buena Nueva del Reino de Dios y el nombre de Jesucristo, empezaron a bautizarse hombres y mujeres (Hch. 8, 12).

d) -Bautismo de Saulo.

Al instante cayeron de sus ojos unas como escamas y recobr� la vista; se levant� y fue bautizado (Hch. 9, 18).

e) -Bautismo de un eunuco.

Bajaron ambos al agua, Felipe y el Eunuco, y lo bautiz� (Hch. 8, 38).

17. Bautismo. Instituci�n

-Cristo la instituy� como sacramento de la Nueva Ley

-En el R�o Jord�n

-Cristo instituy� el Bautismo como sacramento de la Nueva Ley.

Id pues, y haced disc�pulos a todas las gentes bautiz�ndolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Esp�ritu Santo (Mt. 28, 19).

En verdad, en verdad te digo: el que no nazca del agua y del esp�ritu no puede entrar en el Reino de Dios (Jn. 3, 5).

-Jesucristo instituy� el Bautismo en el r�o Jord�n.

El lugar de la instituci�n no consta con certeza, pero fue;

a) -Antes de su pasi�n.

Despu�s de esto, se fue Jes�s con sus disc�pulos al pa�s de Judea; y all� se estaba con ellos y bautizaba. Juan tambi�n estaba bautizando en Ain�n,... (Jn. 3, 22).

b) -Probablemente en el Jord�n, porque parece que el Bautismo recibi� la virtud de producir su efecto cuando Cristo fue bautizado.

Cuando todo el pueblo estaba bautiz�ndose, bautizado tambi�n Jes�s y puesto en oraci�n se abri� el cielo,... (Lc. 3, 21).

Aclaraci�n. el Bautismo de Jes�s en Judea era un rito que no era a�n el Sacramento del Bautismo.

18. Bautismo. Materia, forma, sujeto, ministro

-La materia es la abluci�n del cuerpo

-La forma es �yo te bautizo en el nombre del Padre y del Hijo de y del E. Santo

-Es necesario invocar a las tres personas divinas

-El sujeto es todo ser humano viador

-El Ministro es el obispo, el sacerdote y el di�cono

-Los Ap�stoles bautizaban en nombre de Jesucristo

-La materia es la abluci�n del cuerpo con agua natural y la forma est� constituida con las palabras que expresan la Unidad y la Trinidad de Dios.

a) -Que la materia es el agua consta:

En verdad, en verdad te digo: el que no nazca de agua y de Esp�ritu no puede entrar en el Reino de Dios (Jn. 3, 5).

Cristo am� a la Iglesia y se entreg� a s� mismo por ella, para santificarla, purific�ndola mediante el ba�o de agua, en virtud de la palabra... (Ef. 5, 26).

�l nos salv�...por medio del ba�o de regeneraci�n y de renovaci�n del Esp�ritu Santo que �l derram� sobre nosotros por medio de Jesucristo... (Tit. 3, 5-6).

b) -Que la forma consiste en las palabras que expresan la unidad y la trinidad de Dios, contra:

Id, pues, y haced disc�pulos a todas las gentes bautiz�ndolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Esp�ritu Santo (Mt. 28, 19).

-La forma del Sacramento del Bautismo es �yo te bautizo en el nombre del Padre y del Hijo y del Esp�ritu Santo.�

As� lo ense�� Cristo.

Id, pues, y haced disc�pulos a todas las gentes bautiz�ndolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Esp�ritu Santo,... (Mt. 28, 19).

Aclaraci�n. Dice �en el nombre� y no �en los nombres� porque apela a las tres divinas personas, sino a una sola naturaleza, sustancia, postestad y virtud divinas.

-En la forma del Bautismo es necesario expresar la invocaci�n de las tres divinas personas.

Id, pues, y haced disc�pulos a todas las gentes bautiz�ndolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Esp�ritu Santo,... (Mt. 28, 19).

-El sujeto del Sacramento del Bautismo es toda criatura humana en estado de viador, incluso los ni�os.

Cuando ella y los de su casa recibieron el bautismo, suplic�: �Si juzg�is que soy fiel al Se�or, venid y quedaos en mi casa� (Hch. 16, 25).

Aclaraci�n es de suponer que esta familia hubiese algunos ni�os.

Adem�s,

-El Bautismo es necesario para entrar en el cielo.

Respondi� Jes�s: �En verdad, en verdad te digo: el que no nazca de agua y de Esp�ritu no puede entrar en el Reino de Dios (Jn. 3, 5).

-Los ni�os son dignos del Reino de los Cielos.

Mas Jes�s les dijo: �Dejad a los ni�os y no les impid�is que vengan a m�, porque de los que son como �stos es el Reino de los Cielos� (Mt. 19, 14).

Por consiguiente se les puede administrar el Bautismo a los ni�os.

-Los ministros del Bautismo son el obispo, el sacerdote y el di�cono.

a) -El Obispo.

Id, pues, y haced disc�pulos a todas las gentes bautiz�ndolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Esp�ritu Santo,... (Mt. 28, 19).

b) -El Sacerdote.

Por poder bautizar el di�cono, cuyo orden sagrado he recibido anteriormente.

c) -El Di�cono.

Pero cuando creyeron a Felipe que anunciaba la Buena Nueva el Reino de Dios y el nombre de Jesucristo, empezaron a bautizarse hombres y mujeres. Hasta el mismo Sim�n crey� y, una vez bautizado, no se apartaba de Felipe (Hch. 8, 12).

Siguiendo el camino llegaron a un sitio donde hab�a agua. El eunuco dijo: �Aqu� hay agua; �qu� impide que yo sea bautizado?� Y mand� detener el carro. Bajaron ambos al agua, Felipe y el eunuco; y lo bautiz�,... (Hch. 8, 36-38).

Aclaraci�n. En los primeros siglos de la Iglesia bautizaban s�lo los obispos y los sacerdotes s�lo con licencia especial. A partir del siglo 5� el p�rroco pod�a bautizar por su propio cargo.

-Los Ap�stoles bautizaron alguna vez en el nombre de Jesucristo.

Convert�os y que cada uno de vosotros se haga bautizar en el nombre de Jesucristo,... (Hch. 2, 38).

...�nicamente hab�an sido bautizados en el nombre del Se�or Jes�s (Hch. 8, 16).

Y mand� que fueran bautizados en el nombre de Jesucristo (Hch. 10, 48).

Cuando oyeron esto, fueron bautizados en el nombre del Se�or Jes�s (Hch. 19, 5).

Aclaraci�n. Bautizados en el nombre de Jesucristo no significa que fuesen bautizados con las palabras �en nombre de Cristo�, sino con el bautismo que instituy� Cristo diferenci�ndolo del bautismo de Juan.

19. Bautismo. Clases

-El Bautismo �flaminis�

-De agua puede ser sustituido por el de bautismo o por el martirio

-Puede ser sustituido por un acto de amor de Dios

-El Martirio

-Suple el bautismo de agua en cuanto al perd�n de la culpa y de la pena

-El Bautismo �Flaminis� puede suplir al Bautismo �Fluminis� en los adultos.

Bautismo �flaminis� en la conversi�n perfecta a Dios por la contrici�n o la caridad perfecta.

Bautismo �fluminis� es el bautismo de agua.

Mi sacrificio es un esp�ritu contrito;

un coraz�n contrito y humillado, oh Dios, no lo desprecias (Sal. 51, 19).

Pero si el malvado se convierte de todos los pecados que ha cometido, observa todos mis preceptos y practica el derecho y la justicia, vivir� sin duda, no morir�. Ninguno de los cr�menes que cometi� se le recordar� m�s; vivir� a causa de la justicia que ha practicado (Ez. 18, 21-22).

El que ha recibido mis mandamientos y los guarda, ese es el que me ama; y el que me ame, ser� amado de mi Padre; y no le amar� y me manifestar� a �l (Jn. 14, 21).

Aclaraci�n. La contrici�n o caridad perfecta destruye el pecado y confiere la gracia.

-El Bautismo de agua puede ser sustituido por el voto de Bautismo o tambi�n por el martirio.

a) -Voto es el deseo del Bautismo.

Yo os bautizo con agua para conversi�n, pero aquel que viene detr�s de m� es m�s fuerte que yo, y no merezco llevarla las sandalias. �l os bautizar� en el Esp�ritu Santo y en el Fuego (Mt. 3, 11).

Yo os he bautizado con agua, pero �l os bautizar� con el Esp�ritu Santo (Mc. 1, 8).

Yo os bautizo con agua, pero viene el que es m�s fuerte que yo, y no merezco desatarla la correa de sus sandalias. �l os bautizar� en el Esp�ritu Santo y en el Fuego (Lc. 3, 16).

Aquel sobre quien veas que baja el Esp�ritu y se queda sobre �l, ese es el que bautiza con el Esp�ritu Santo (Jn. 1, 33).

...pero vosotros ser�is bautizados en el Esp�ritu Santo dentro de pocos d�as (Hch. 1, 5).

En todos estos textos la acci�n bautismal se atribuye al Esp�ritu Santo.

b) -Martirio es el sufrimiento aceptado de un tormento mortal por virtud cristiana, e infligido por odio a la fe.

Cristo promete la entrada en el Reino de los Cielos a los que padecen persecuci�n por la justicia:

Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia porque de ellos es el Reino de los Cielos (Mt. 5, 10).

El que encuentre su vida la perder�; y el que pierda su vida por m�, la encontrar� (Mt. 10, 39).

Porque quien quiera salvar su vida la perder�, pero quien pierda su vida por m�, la encontrar� (Mt. 16, 25).

Porque quien quiera salvar su vida, la perder�, pero quien quiera perder su vida por m� y por el Evangelio, la salvar� (Mc. 8, 35).

-El Bautismo de agua puede ser sustituido por un acto de amor de Dios.

Yo amo a los que me aman... (Prov. 8, 17).

...y el que me ame, ser� amado de mi Padre; y yo le amar� y me manifestar� a �l (Jn. 14, 21).

Jes�s le respondi�: �Si alguno me ama, guardar� mi palabra y mi Padre le amar�, y vendremos a �l, y haremos morada en �l� (Jn. 14, 23).

Aclaraci�n. Quien ama a Dios desea cumplir todo lo que �l dispone para obtener la salvaci�n, y por tanto, desea tambi�n recibir el bautismo.

Por esto el acto de amor a Dios, se llama tambi�n bautismo de deseo.

-El martirio produce el perd�n de los pecados en sustituci�n del Bautismo, pero con acto de contrici�n perfecta, no de atrici�n.

Se deduce del siguiente texto:

Aunque repartiera todos mis bienes, y entregar� mi cuerpo a las llamas, si no tengo caridad, nada me aprovecha (1 Cor. 13, 3).

El martirio suple el Bautismo de agua en cuanto a perd�n de la culpa y de la pena.

Por todo aquel que se declare por m� ante los hombres, yo tambi�n me declarar� por �l ante mi Padre que est� en los cielos (Mt. 10, 32).

Aclaraci�n. cuando los m�rtires confiesan a Cristo delante de los hombres, Cristo los confiesa delante de su Padre celestial.

20. Bautismo. Efectos

-Participaci�n de la vida de Cristo

-La gracia, las virtudes y los dones sobrenaturales

-Una renovaci�n, santificaci�n, purificaci�n, regeneraci�n

-Una regeneraci�n espiritual, el perd�n de los pecados, la incorporaci�n al Cuerpo M�stico y el car�cter

-La regeneraci�n est� relacionada con la Resurrecci�n de Cristo

-El perd�n de las penas debidas por los pecados en esta vida y en la otra

-La incorporaci�n a Jesucristo, el revestimiento de Jesucristo el lavado de la regeneraci�n y ser santificados

-El Bautismo nos hace participar de la vida de Cristo, pero esta vida oculta no llegar� a manifestarse hasta la Parusia.

Pero Dios, rico en misericordias, por el grande amor con que nos am�, estando muertos a causa de nuestros delitos, nos vivific� juntamente con Cristo, y con �l nos resucit� y nos hizo sentar en los cielos... (Ef. 2, 6).

-El Bautismo concede la Gracia santificante, las virtudes y los dones sobrenaturales a los infantes y a los adultos que no ponen �bice.

...�l nos salv�...por medio del ba�o de regeneraci�n y de renovaci�n del Esp�ritu Santo,... (Tit. 3, 5).

-El Sacramento del bautismo produce una renovaci�n, santificaci�n, purificaci�n, regeneraci�n para poder entrar en el Reino de Dios.

a) -Renovaci�n.

...�l nos salv�, no por obras de justicia que hubi�semos hecho nosotros, sino seg�n su misericordia, por medio del ba�o de regeneraci�n y de renovaci�n del Esp�ritu Santo,... (Tt. 3, 5).

b) -Santificaci�n.

...Cristo am� a la Iglesia y se entreg� a s� mismo por ella, para santificarla, purific�ndola mediante el ba�o de agua, en virtud de la palabra,... (Ef. 5, 25-26).

c) -Purificaci�n.

...Cristo am� a la Iglesia y se entreg� a s� mismo por ella, para santificarla, purific�ndola mediante el ba�o de agua, en virtud de la palabra,... (Ef. 5, 25-26).

d) -Regeneraci�n, para entrar en el Reino de Dios.

Respondi� Jes�s: En verdad, en verdad te digo: el que no nazca de agua y de Esp�ritu no puede entrar en el Reino de Dios (Jn. 3, 5).

-El Bautismo produce: La regeneraci�n espiritual, el perd�n de los pecados, la incorporaci�n al Cuerpo M�stico de Cristo, y el car�cter.

a) -La regeneraci�n espiritual:

�l nos salv�... por medio del ba�o de regeneraci�n y de renovaci�n del Esp�ritu Santo, que �l derram� sobre nosotros con largueza... (Tit. 3, 5).

b) -El perd�n de los pecados:

Convert�os y que cada uno de vosotros se haga bautizar en el nombre de Jesucristo para remisi�n de vuestros pecados; y recibir�is el don del Esp�ritu Santo (Hch. 2, 38).

...ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los ultrajadores, ni los rapaces heredar�n el Reino de Dios. Y tales fuisteis algunos de vosotros. Pero hab�is sido lavados, hab�is sido santificados, hab�is sido justificados en el nombre del Se�or Jesucristo y en el Esp�ritu de nuestro Dios. (1 Cor. 6, 10-11).

c) -La incorporaci�n al Cuerpo M�sticos de Cristo:

Porque en un s�lo Esp�ritu hemos sido todos bautizados, para no formar m�s que un cuerpo, jud�os, griegos, esclavos y libres. Y todos hemos bebido en un s�lo Esp�ritu (1 Cor. 12, 13).

d) -El car�cter.

Qued� expuesto en �El bautismo, la confirmaci�n y el orden imprimen car�cter en el alma.�

-La regeneraci�n espiritual efectuada por el Sacramento del Bautismo est� en relaci�n �ntima con la resurrecci�n de Jesucristo.

Fuimos, pues con �l sepultados por el Bautismo en la muerte, a fin de que, al igual que Cristo fue resucitado de entre los muertos por medio de la gloria del Padre, as� tambi�n nosotros vivamos una vida nueva (Rm. 6, 4).

-Por el Sacramento del Bautismo, Dios perdona adem�s las penas debidas por los pecados en esta vida y en la otra.

a) -En esta vida.

Y si hemos muertos con Cristo, creemos que tambi�n viviremos con �l, sabiendo que Cristo, una vez resucitado de entre los muertos, ya no muere m�s, y que la muerte no tiene ya se�or�o sobre �l (Rom. 6, 8-10).

Aclaraci�n. Morir con Cristo por el bautismo expresa la extinci�n del pecado y de sus reminiscencias, es decir, de las penas debidas por �l.

b) -En la otra vida.

Porque si nos hemos hecho una misma cosa con �l por una muerte semejante a la suya, tambi�n lo seremos por una resurrecci�n semejante;... (Rom. 6, 5).

Aclaraci�n. Una resurrecci�n semejante a la de Cristo, es decir, sin penas ningunas debidas por pecados personales.

-Los efectos concomitantes del Sacramento del Bautismo son: Incorporaci�n a Jesucristo, revestimiento de Jesucristo, recepci�n del lavado de regeneraci�n y ser santificados.

a) -Incorporaci�n a Jesucristo.

Porque en un s�lo Esp�ritu hemos sido todos bautizados, para no formar m�s que un cuerpo, jud�os y griegos, esclavos y libres (1 Cor. 12, 13).

b) -Revestimiento de Jesucristo.

En efecto, todos los bautizados en Cristo os hab�is revestido de Cristo;... (Gal, 3, 27).

c) -Recepci�n del lavado de regeneraci�n.

...�l nos salv�, no por obras de justicia que hubi�semos hecho nosotros, sino seg�n su misericordia, por medio del ba�o de regeneraci�n y de renovaci�n del Esp�ritu Santo,... (Tit. 3, 5).

d) - Ser santificados.

Pero hab�is sido lavados, hab�is dado sido santificados, hab�is sido justificados en el nombre del Se�or Jesucristo y en el Esp�ritu de nuestro Dios (1 Cor. 6, 11).

21. Bautismo. Propiedades

-La unidad y la necesidad

-Necesario para salvarse

-Las propiedades del Bautismo son dos: La unidad y la necesidad.

a) -La unidad.

Un s�lo Se�or, una sola fe, un s�lo bautismo, un s�lo Dios y Padre de todos,... (Ef. 4, 5-6).

b) -La necesidad.

Respondi� Jes�s: �En verdad, en verdad te digo: el que no nazca de agua y de Esp�ritu no puede entrar en el Reino de Dios (Jn. 3, 5).

-El Sacramento del Bautismo es necesario a todos los hombres para que puedan salvarse.

A todos los hombres, es decir, p�rvulos y adultos despu�s de la promulgaci�n del Evangelio, ya que antes del mismo, los medios para salvarse en la Antigua Ley eran distintos seg�n la condici�n de cada uno. P.e., a los jud�os les estaba mandado la inscripci�n en el pueblo elegido; a los �tnicos se les mandaba el acto de fe con la caridad, etc.

Y les dijo: �Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la creaci�n. El que crea y sea bautizado, se salvar�; el que no crea, se condenar� (Mc. 16, 16).

En verdad, en verdad te digo: el que no nazca de agua y de esp�ritu no puede entrar en el Reino de Dios (Jn. 3, 5).

22. Bautismo. Consecuencias

-El Sacerdocio com�n de los fieles

-La obra evagelizadora exigencia de la condici�n de cristianos

-Existe el Sacerdocio com�n de los fieles.

...tambi�n vosotros, cual piedras vivas, entrad en la construcci�n de un edificio espiritual, para un sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales, adeptos a Dios por mediaci�n de Jesucristo (1 Pe. 2, 5).

Pero vosotros sois linaje elegido, sacerdocio real, naci�n santa, pueblo adquirido, para anunciar las alabanzas de aquel que os ha llamado de las tinieblas a su admirable luz (1 Pe. 2, 9).

Aclaraci�n. Este sacerdocio com�n de los fieles es diferente del sacerdocio ministerial o jer�rquico, no s�lo de grado, sino tambi�n de esencia. Aquel se ordena a �ste y cada uno de ellos tiene su propia funci�n y participa del �nico sacerdocio de Cristo.

-La obra evangelizadora es una exigencia nacida de la misma condici�n de cristianos y de Ap�stoles.

Predicar el Evangelio no es para m� ning�n motivo de gloria; m�s bien es un deber que me incumbe (1 Cor. 9, 16).

Proclama la Palabra, insiste a tiempo y a destiempo, reprende, amenaza, exhorta con toda paciencia y doctrina (2 Tim. 4, 2).

23. Bautismo. Otras caracter�sticas

-El hombre adulto necesita intenci�n, fe, atrici�n de los pecados para recibir los efectos

-Es un elemento de evangelizaci�n

-Reviste de una gran dignidad

-No puede reiterarse

-Los ministros son los padrinos

-El hombre adulto necesita intenci�n habitual, fe y atrici�n sobrenatural de los pecados personales para recibir los efectos del Bautismo.

a) -Fe.

Dijo Felipe (al eunuco): Si crees de todo coraz�n, es posible (que seas bautizado). Respondi� �l: �Creo que Jesucristo es el Hijo de Dios� (Hch. 8, 37).

b) -Atrici�n.

Pedro les contest�: �Convert�os y que cada uno de vosotros se haga bautizar en el nombre de Jesucristo, para remisi�n de vuestros pecados; y recibir�is el don del Esp�ritu Santo;... (Hch. 2, 38).

Aclaraci�n. La advertencia, la voluntad y la intenci�n son elementos integrantes del acto humano.

-El Sacramento del Bautismo es un elemento de evangelizaci�n.

Fue Anan�as, entr� en la casa, le impuso las manos y le dijo: �Sa�l, hermano, me ha enviado a ti el Se�or Jes�s, el que se te apareci� en el camino por donde ven�as, para que recobres la vista y seas lleno del Esp�ritu Santo. Al instante cayeron de sus ojos unas como escamas, y recobr� la vista; se levant� y fue bautizado (Hch. 9, 17-18).

Vosotros sab�is lo sucedido en toda Judea, comenzando por Galilea, despu�s que Juan predic� el Bautismo;... (Hch. 10, 37).

-La condici�n de cristiano adquirida por el Bautismo reviste una gran dignidad.

Pero vosotros sois linaje escogido, sacerdocio real, naci�n santa, pueblo adquirido, para anunciar las alabanzas de Aquel que os ha llamado de las tinieblas a su admirable luz, vosotros que en un tiempo no erais pueblo y que ahora sois el Pueblo de Dios,... (1 Pe. 2, 9).

-El Sacramento del Bautismo no puede reiterarse.

Fuimos, pues, con �l sepultados por el bautismo en la muerte, a fin de que, al igual que Cristo fue resucitado de entre los muertos por medio de la gloria del Padre, as� tambi�n nosotros vivamos una vida nueva (Rom. 6, 4).

Aclaraci�n. El bautismo es como una resurrecci�n con Cristo a la vida perdida por el pecado y recuperada por el Esp�ritu.

Aquel que resucit� a Cristo Jes�s de entre los muertos dar� tambi�n la vida a vuestros cuerpos mortales por su Esp�ritu que habita en vosotros (Rom. 8, 11).

-Los Ministros del Bautismo son los padrinos por costumbre antiqu�sima de la Iglesia.

Esta costumbre se fundamenta en el texto siguiente:

Como ni�os reci�n nacidos, desead la leche espiritual pura, a fin de que, por ella, crezc�is para la salvaci�n,... (1 Pe. 2, 2).

Aclaraci�n. Del mismo modo que los ni�os reci�n nacidos necesitan la fidelidad de otros para el cuidado de su salud y de su instrucci�n, los nacidos espiritualmente necesitan ser encomendados a la fidelidad de quienes puedan ense�arles las normas de la vida cristiana.

24. Confirmaci�n

-Es sacramento de la N. Ley

-Materia, forma, sujeto y ministro

-La Confirmaci�n es un sacramento de la Nueva Ley.

...�nicamente hab�an sido bautizados en el nombre de Jes�s. Entonces les impon�an las manos y recib�an el Esp�ritu Santo (Hch. 8, 16-17).

Cuando oyeron esto fueron bautizados en el nombre de Se�or Jes�s. Y habi�ndoles Pablo impuesto las manos, vino sobre ellos el Esp�ritu Santo y se pusieron a hablar en lenguas y a profetizar. Eran en total unos doce hombres (Hch. 19, 5-6).

Aclaraciones. Modo de proceder de los Ap�stoles: Primero ense�an la doctrina de Cristo, luego bautizan a los que creen, y despu�s alg�n ap�stol u obispo les impone las manos para que reciban el Esp�ritu Santo.

-La materia pr�xima del sacramento es la imposici�n de las manos.

Entonces les impon�an las manos y recib�an el Esp�ritu Santo (Hch. 8, 16-17).

...Habi�ndoles Pablo impuesto las manos, vino sobre ellos el Esp�ritu Santo... (Hch. 9, 6).

La imposici�n de las manos, era costumbre de Cristo para curar enfermos:

Le presentan un sordo que, adem�s hablaba con dificultad, y le ruega imponga la mano sobre �l... y al instante se solt� la atadura de su lengua y hablaba correctamente (Mt. 7, 32 y 25).

Le presentan un ciego y le suplican que le toque. Tomando al ciego de la mano le sac� fuera del pueblo, y habi�ndole puesto saliva en los ojos, le impuso las manos y le pregunt�: �Ves algo? �l, alzando la vista dijo: �Veo a los hombres, pues los veo como �rboles, pero que andan�. Despu�s le volvi� a poner las manos en los ojos y comenz� a ver perfectamente y qued� curado... (Mc. 8, 22-25).

-Todos los bautizados a�n no confirmados son sujetas del sacramento de la confirmaci�n.

...les enviaron a Pedro y a Juan. Estos bajaron y oraron por ellos para que recibieran el Esp�ritu Santo; pues todav�a no hab�a descendido sobre ninguno de ellos; �nicamente hab�an sido bautizados en el nombre del Se�or Jes�s. Entonces les impon�an las manos y recib�an el Esp�ritu Santo (Hch. 8, 14-17).

-El Ministro ordinario de la confirmaci�n es el Obispo.

El Presb�tero puede ser tambi�n por delegaci�n del Obispo.

El Di�cono nunca es ministro de este sacramento.

a) -En los hechos de los Ap�stoles, siempre son los ap�stoles y obispos los que confirman.

Al enterarse los ap�stoles que estaban en Jerusal�n de que Samaria hab�a aceptado la palabra de Dios, les enviaron a Pedro y a Juan. Estos bajaron y oraron por ellos para que recibieran el Esp�ritu Santo, pues todav�a no hab�a descendido sobre ninguno de ellos; �nicamente hab�an sido bautizados en el nombre del Se�or Jes�s. Entonces les impon�an las manos y recib�an al Esp�ritu Santo (Hch. 8, 14-17).

Y habi�ndoles Pablo impuesto las manos, vino sobre ellos el Esp�ritu Santo y se pusieron a hablar en lenguas y a profetizar. Eran en total unos doce hombres (Hch. 19, 6-7).

b) -Aunque no consta en la Sagrada Escritura, ya desde los primeros siglos de la Iglesia, a los presb�teros se les concede alguna vez potestad de confirmar. Por tanto pueden confirmar como ministros extraordinarios.

c) -El di�cono Felipe que estaba bautizando en Samar�a, no pudo confirmar, sino que para ello fueron enviados los Ap�stoles Pedro y Juan.

Cuando creyeron a Felipe que anunciaba la Buena Nueva del Reino de Dios, empezaron a bautizarse hombres y mujeres... Al enterarse los Ap�stoles que estaban en Jerusal�n que Samaria hab�a aceptado la Palabra de Dios, les enviaron a Pedro y Juan. Estos bajaron y oraron por ellos para que recibieran el Esp�ritu Santo (Hch. 8, 12-15).

-El Sacramento de la Confirmaci�n fue administrado por los Ap�stoles.

Al enterarse los Ap�stoles que estaban en Jerusal�n de que Samar�a hab�a aceptado la Palabra de Dios, les enviaron a Pedro y a Juan. Estos bajaron y oraron por ellos para que recibieran el Esp�ritu Santo; pues todav�a no hab�a descendido sobre ninguno de ellos; �nicamente hab�an sido bautizados en el nombre del Se�or Jes�s. Entonces les impon�an las manos y recib�an el Esp�ritu Santo (Hch. 8, 14-17).

25. Confirmaci�n. Efectos

-La gracia, los dones y el car�cter

-El fortalecimiento de la fe y el perfeccionamiento de la vida espiritual

-Los efectos son manifestados en las actitudes de los Ap�stoles

-Los efectos del sacramento de la confirmaci�n son: la gracia, los dones del Esp�ritu Santo y el car�cter.

a) -La gracia.

...sino que recibierais la fuerza del Esp�ritu Santo, que vendr� sobre vosotros (Hch. 1, 8).

b) -Los dones del Esp�ritu Santo.

...que cada uno de vosotros se haga bautizar en el nombre de Jesucristo para remisi�n de vuestros pecados; y recibir�is el don del Esp�ritu Santo (Hch. 2, 38).

c) -El car�cter.

Qued� expuesto en �El Bautismo, la confirmaci�n y el orden imprimen car�cter en el alma.

-Los efectos concomitantes del sacramento de la Confirmaci�n son el fortalecimiento de la fe y el perfeccionamiento de la vida espiritual.

a) -El fortalecimiento de la fe.

...recibir�is la fuerza del Esp�ritu Santo que vendr� sobre vosotros, y ser�is mis testigos en Jerusal�n, y en toda Judea y Samaria y hasta los confines de la tierra (Hch. 1, 8).

b) - El perfeccionamiento de la vida espiritual.

Ellos marcharon de la presencia del Sanedr�n contentos por haber sido considerados dignos de sufrir ultrajes por el Nombre (Hch. 5, 41).

Aclaraci�n. La fortaleza concedida por el sacramento de la Confirmaci�n se ordena a que los cristianos defiendan su fe ante los perseguidores de Cristo.

...recibir�is la fuerza del Esp�ritu Santo que vendr� sobre vosotros, y ser�is mis testigos en Jerusal�n, en toda Judea y Samaria y hasta los confines de la tierra (Hch. 1, 8).

-Los efectos del sacramento de la Confirmaci�n son manifestados claramente en las actitudes de los Ap�stoles.

a) -Antes de la Pasi�n de Cristo.

-Los Ap�stoles huyeron.

Entonces los disc�pulos le abandonaron todos y huyeron (Mt. 26, 56).

-Pedro neg� ser disc�pulo de Cristo.

Pedro, entretanto, estaba sentado fuera, en el patio; y una criada se acerc� a �l y le dijo: �Tambi�n t� estabas con Jes�s el Galileo.� Pero �l lo neg� delante de todos,... (Mt. 26, 69-70).

-Todos estuvieron encerrados en casa por miedo a los jud�os.

Al atardecer de aquel primer d�a de la semana, estando cerradas, por miedo a los jud�os. las puertas del lugar donde se encontraban los disc�pulos,... (Jn. 20, 19).

b) -Despu�s de la venida del Esp�ritu Santo.

-Sufren toda clase de persecuciones.

Entonces se levant� el Sumo Sacerdote, y todos los suyos, los de la secta de los saduceos, y llenos de envidia, echaron mano a los ap�stoles y les metieron en la c�rcel p�blica (Hch. 5, 17-18).

-Dan testimonio.

Pedro y los ap�stoles contestaron:

�Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres. El Dios de nuestros padres resucit� a Jes�s a quien vosotros disteis muerte colg�ndole de un madero. A �ste le ha exaltado Dios con su diestra como Jes�s y Salvador,... (Hch. 5, 29-31).

-Los azotaron.

Entonces llamaron a los ap�stoles; y, despu�s de haberles azotado, les intimaron que no hablasen en nombre de Jes�s. Y los dejaron libres. Ellos marcharon de la presencia del Sanedr�n contentos de haber sido considerados dignos de sufrir ultrajes por el Nombre (Hch. 5, 30).

-A pesar de tantas afrentas, contin�an predicando.

Y no cesaban de ense�ar y de anunciar la Buena Nueva de Cristo Jes�s cada d�a en el Templo y por las casas (Hch. 5, 42).

26. Eucarist�a. Prefiguraciones

-En el A. T.

-En el N. T.

-El sacramento de la Eucarist�a fue prefigurado en el Antiguo Testamento.

a) - Con el �rbol de la vida.

...y en medio del jard�n el �rbol de la vida y el �rbol de la ciencia del bien y del mal (G�n. 2, 9).

b) - Con la oblaci�n de Melquisedech.

Entonces Melquisedech, rey de Salem, present� pan y vino pues era sacerdote del Dios alt�simo (G�n. 14, 18).

c) - Con el sacrificio de Abraham.

Dios le dijo a Abraham, �Abraham, Abraham! �l le respondi�: Heme aqu�. D�jole: �toma a tu Hijo, a tu �nico, a quien amas, Isaac, vete al pa�s de Moria, ofr�cele all� en holocausto en uno de los montes, el que yo te diga� (G�n. 22, 1-2).

d) -Con el Cordero pascual.

En aquella misma noche comer�n carne. La comer�n asada al fuego con panes �cimos y con hierbas amargas (Ex. 12, 8).

e) -Con el man� concedido a los jud�os en su peregrinaci�n por el desierto.

Apareci� sobre el suelo del desierto una capa menuda, como granos, parecida a la escarcha de la tierra. Cuando los hijos de Israel la vieron se dec�an unos a otros: �Qu� es esto? Pues no sab�an lo que no era. Mois�s les dijo: �Este es el pan que Yahv�h os da por alimento� (Ex. 16, 14-15).

f) -El arca de la alianza, en la que se guardaba el man�.

Dijo pues Mois�s a Aar�n: �Toma una vasija, pon en ella un gomor lleno de man�, y col�calo ante Yahv�h, a fin de conservarlo para vuestros descendientes (Ex. 16, 33).

g) - Con diversos sacrificios de la Ley Antigua. Cuando alguien ofrezca a Yahv�h una oblaci�n, su ofrenda consistir� en flor de harina, sobre la que se derramar� aceite y pondr� incienso (Lev. 2, 1. y ss).

h) -Con los panes de la proposici�n.

Tomar�s flor de harina, y cocer�s con ella doce tortas, dos d�cimas para cada una. Las colocar�s en dos filas, seis en cada fila, sobre la mesa pura en la presencia de Yahv�h (Lev. 24, 5-6).

i) -Con el pan preparado para alimentar a su pueblo.

A tu pueblo, por el contrario, le alimentaste con manjar de �ngeles; les enviaste sin cesar desde el cielo un pan ya preparado que podr�a brindar todas las delicias y satisfacer todos los gustos (Sab. 16, 20).

Aclaraci�n. Estas figuras designan el signo, el alimento o el efecto del sacramento de la Eucarist�a.

-La Eucarist�a fue prefigurada tambi�n en el Nuevo Testamento.

a) -La multiplicaci�n de los panes:

...tomando los cinco panes y dos peces, alz� los ojos al cielo, pronunci� sobre ellos la bendici�n y los parti� y los iba dando a los disc�pulos para que los fueran sirviendo a la gente (Luc. 9, 16).

b) -...les dice Jes�s: �llenad las tinajas de agua� y las llenaron hasta arriba. �sacadlo ahora, les dice, y llevadlo al maestrasala. Ellos lo llevaron. Cuando el maestrasala prob� el agua convertida en vino... (Jn. 2, 7-8).

Aclaraci�n. San Cirilo de Jerusal�n usa de este milagro para hacer m�s persuasible el misterio de la transustanciaci�n.

27. Eucarist�a. Profetizado por Cristo

-El sacramento de la Eucarist�a fu� profetizado por el mismo Jesucristo.

Yo soy el pan vivo bajado del cielo. Si uno come de este pan, vivir� para siempre; y el pan que yo le voy a dar, es mi carne por la vida del mundo (Jn. 6, 51).

28. Eucarist�a. Como alimento

-Prefiguraci�n como alimento

-Prefiguraci�n de los auxilios especiales

-Prefiguraci�n como vi�tico

-Cristo quiso fuese alimento

-El sacramento de la Eucarist�a como alimento fue prefigurado en el Antiguo Testamento.

a) -Con el �Panis subcinericius.�

Volvi� segunda vez el �ngel de Yahv�h, le toc� y le dijo: �Lev�ntate y come, porque el camino es demasiado largo para ti.� Se levant�, comi� y bebi�, y con la fuerza de aquella comida camin� cuarenta d�as y cuarenta noches hasta el monte de Dios, el Horeb (1 Reg. 19, 7-8).

b) -Con el man�.

A tu pueblo, por el contrario, le alimentaste con manjar de �ngeles; les enviaste sin cesar desde el cielo un pan ya preparado que pod�a brindar todas las delicias y satisfacer todos los gustos. El sustento que les dabas revelaba tu dulzura con tus hijos... (Sab. 16, 20-21).

-Los Auxilios especiales que concede el sacramento de la Eucarist�a para vencer las tentaciones est�n prefigurados en el Antiguo Testamento.

T� preparas ante m� una mesa frente a mis adversarios;... (Sal. 23, 5).

-Los auxilios especiales que la Eucarist�a como vi�tico concede para fortalecer al moribundo y ayudarle a conseguir la gloria est�n prefigurados en el Antiguo Testamento.

...el �ngel de Yahv�h, le toc� y le dijo: �Lev�ntate y come, porque el camino es demasiado largo para ti.� Se levant�, comi� y bebi� y con la fuerza de aquella comida camin� cuarenta d�as y cuarenta noches hasta el monte de Dios, el Horeb (1 Reg. 19, 7-8).

Aclaraci�n. El monte de Dios Horeb prefigura la bienaventuranza eterna.

-Los auxilios especiales que la Eucarist�a como vi�tico concede para fortalecer al moribundo y ayudarle a conseguir la gloria est�n prefigurados en el Antiguo Testamento.

...el �ngel de Yahv�h, le toc� y le dijo: �Lev�ntate y come, porque el camino es demasiado largo para ti.� Se levant�, comi� y bebi� y con la fuerza de aquella comida camin� cuarenta d�as y cuarenta noches hasta el monte de Dios, el Horeb (1 Reg. 19, 7-8).

Aclaraci�n. El monte de Dios Horeb prefigura la bienaventuranza eterna.

-Cristo quiere que su cuerpo y su sangre presentes en la eucarist�a fuese el alimento santificador de nuestras almas.

Tomad, comed, este es mi cuerpo (Mt. 26, 26).

Bebed de �l todos, porque esta es mi sangre de la alianza, que va a ser derramada por muchos para remisi�n de los pecados (Mt. 26, 27-28).

Este es el pan que baja del cielo, para que lo coman y no mueran (Jn. 6, 50).

Yo soy el pan vivo bajado del cielo. Si uno come de este pan vivir� para siempre; y el pan que yo le voy a dar, es mi carne por la vida del mundo (Jn. 6, 51).

Jes�s les dijo: �En verdad, en verdad os digo si no com�is la carne del Hijo del hombre y no beb�is su sangre, no ten�is vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna, y yo le resucitar� el �ltimo d�a. Porque mi carne es verdadera comida y mi sangre verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en m� y yo en �l� (Jn. 6, 53-56).

Lo mismo que me ha enviado el Padre que vive, y yo vivo por el Padre, tambi�n el que me coma vivir� por m� (Jn. 6, 57).

29. Eucarist�a. Instituci�n

-Sacramento instituido por Jesucristo

-En la �ltima cena

-La Eucarist�a es verdadero sacramento de la Nueva Ley instituido por Jesucristo.

a) -Signo sensible:

Mientras estaban comiendo tom� Jes�s pan y, pronunciada la bendici�n, lo parti� y, d�ndoselo a sus disc�pulos, dijo: Timad, comed, este es mi cuerpo. Tom� luego un c�liz y, dadas las gracias se lo dio diciendo: Bebed de �l todos, porque esta es mi sangre de la Alianza, que va a ser derramada por muchos para remisi�n de los pecados (Mt. 26, 26-28).

b) -Signo de la gracia:

El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo le resucitar� el �ltimo d�a. Porque mi carne es verdadera comida y mi sangre verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en m� y yo en �l (Jn. 6, 54-56).

c) -Instituido por Cristo:

Haced esto en recuerdo m�o (Lc. 22, 19).

Aclaraci�n. El signo sensible, el signo de la gracia y la instituci�n por Cristo, son las tres notas requeridas para todo sacramento.

-Cristo instituy� la sant�sima Eucarist�a en la �ltima cena.

Y tom� pan, dio gracias, lo parti� y se lo dio diciendo: Este es mi cuerpo que va a ser entregado por vosotros; haced esto en recuerdo m�o. De igual modo despu�s de cenar, el c�liz, diciendo: Este c�liz es la Nueva Alianza en mi sangre que va a ser derramada por vosotros (Luc. 22, 19-20).

Porque yo recib� del Se�or lo que os he transmitido, que el Se�or Jes�s la noche en que fue entregado, tom� pan, y despu�s de dar gracias, lo parti� y dijo: Este es mi cuerpo que se da por vosotros; haced esto en recuerdo m�o. Asimismo tambi�n el c�liz despu�s de cenar diciendo: �Este c�liz es la nueva alianza en mi sangre. Cuantas veces...� (1 Cor. 11, 23-25).

30. Eucarist�a. Necesidad

-No es necesaria para la salvaci�n con necesidad de medio

-Si lo es con necesidad de precepto

-Los fieles est�n obligados a recibirla por precepto divino

-No est� mandada a los laicos por precepto divino bajo las dos especies

-No es necesaria bajo las dos especies a cada uno de los fieles por derecho divino

-La Comuni�n sacramental de la Sant�sima Eucarist�a no es absolutamente necesaria para la salvaci�n con necesidad de medio.

El que crea y sea bautizado, se salvar�; el que no crea se condenar� (Mc. 16, 17).

En este texto ninguna otra condici�n de salvaci�n se se�ala, por tanto la Comuni�n sacramental no es absolutamente necesaria con necesidad de medio para la salvaci�n.

Por consiguiente el texto,

Si no com�is la carne del Hijo del hombre, y no beb�is su sangre, no ten�is vida en vosotros (Jn. 6, 53).

No se interpreta como necesidad de medio para la salvaci�n, sino como necesaria para plenitud de la vida espiritual, y tambi�n moralmente necesaria para la perseverancia en la gracia.

-La Comuni�n del Sacramento de la Eucarist�a si es necesaria para la salvaci�n con necesidad de precepto.

Jes�s les dijo: �En verdad, en verdad os digo: si no com�is la carne del Hijo del hombre, y no beb�is su sangre, no ten�is vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna, y yo le resucitar� el �ltimo d�a (Jn. 6, 53-54).

Aclaraci�n. Estas palabras contienen el precepto de recibir el sacramento de la Eucarist�a.

-Los fieles est�n obligados a recibir la Sant�sima Eucarist�a por precepto divino positivo.

Jes�s les dijo: �En verdad, en verdad os digo: si no com�is la carne del Hijo del hombre, y no beb�is su sangre, no ten�is vida en vosotros (Jn. 6, 53).

-La Eucarist�a bajo las dos especies no est� mandada por derecho divino a los laicos.

Cristo dice:

En verdad, en verdad os digo: si no com�is la carne del Hijo del hombre, y no beb�is su sangre, no ten�is vida en vosotros (Jn. 6, 53).

El comer su carne y beber su sangre se logra comulgando bajo una sola especie, porque Cristo est� todo entero con su carne y con su sangre en cada una de las especies.

-La Comuni�n del sacramento de la Eucarist�a bajo una y otra especie no es necesaria a cada uno de los fieles, por derecho divino.

Jesucristo dijo:

�...si no com�is la carne del Hijo del hombre, y no beb�is su sangre, no ten�is vida en vosotros� (Jn. 6, 53).

y tambi�n:

El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna,... (Jn. 6, 54).

pero adem�s dijo:

�...Yo soy el pan vivo bajado del cielo. Si uno come de este pan, vivir� para siempre;...� (Jn. 6, 51).

y los primeros fieles de la Iglesia comulgaban solamente bajo la especie de pan.

Acud�an asiduamente a la ense�anza de los ap�stoles, a la comuni�n, a la fracci�n del pan y a las oraciones (Hch. 2, 42).

31. Eucarist�a. Efectos

-Confiere la gracia santificante

-Preserva del pecado mortal

-No perdona el pecado mortal por s�

-Preserva del pecado venial

-Mitiga la concupiscencia

-Produce la uni�n con Cristo

-Promueve la unidad de los fieles

-Perfecciona la vida sobrenatural

-Concede la vida eterna anticipada en la tierra

-Es prenda de vida cristiana temporal y eterna

-Proporciona la gloria eterna

-Produce un principio de resurrecci�n gloriosa de los cuerpos

-Produce la misma gloria del cuerpo en la eternidad

-Proporciona el don de la perseverancia final

-Garantiza las resurrecci�n del �ltimo d�a

-Garantiza la salvaci�n eterna

-Produce el germen de la inmortalidad

-El sacramento de la Eucarist�a confiere la gracia santificante.

As� consta en el serm�n de Cafarna�m.

Yo soy el pan de la vida. Vuestros padres comieron el man� en el desierto y murieron; este es el pan que baja del cielo para que lo coman y no mueran. Yo soy el pan vivo bajado del cielo. Si uno come de este pan vivir� para siempre, y el pan que yo le he dar es mi carne por la vida del mundo (Jn. 6, 48-51).

-El Sacramento de la Eucarist�a nos preserva de los pecados mortales.

...�ste es el pan bajado del cielo, para que lo coman y no mueran (Jn. 6, 50).

Aclaraci�n. No se trata de la preservaci�n de la muerte corporal, sino de la espiritual ocasionada por el pecado mortal.

-La Eucarist�a no borra el pecado mortal, por s� misma.

Por tanto, quien coma el pan o beba el c�liz del Se�or indignamente, ser� reo del Cuerpo y de la Sangre del Se�or. Exam�nese, pues, cada cual, y coma entonces del pan y beba del c�liz. Pues quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propio castigo (1 Cor. 11, 27-29).

-Los sacramentos de la Eucarist�a nos preserva de los pecados veniales.

...�ste es el pan bajado del cielo, para que lo coman y no mueran (Jn. 6, 50).

Aclaraci�n. Si preserva del pecado mortal, tambi�n preservar� del pecado venial que conduce al mortal.

-El sacramento de la Eucarist�a mitiga la concupiscencia.

Concupiscencia es cada una de las tendencias del hombre que le inclinan o conducen al pecado.

El trigo har� florecer a los mancebos y el mosto a las doncellas (Zach. 9, 17).

Aclaraci�n. Es un prefiguraci�n del sacramento de la Eucarist�a y de sus efectos.

...tambi�n el que me coma vivir� por m� (Jn. 6, 57).

Aclaraci�n. El que vive por otro supone tener una corriente de amor que mitiga las pasiones.

-El sacramento de la Eucarist�a produce la uni�n con Cristo, como su efecto propio.

Jes�s les dijo: �El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en m�, y yo en �l (Jn. 6, 56).

Aclaraci�n. Permanecer uno en otro es vivir cada uno la vida del otro rec�proca y mutuamente, es decir, establecer la uni�n �ntima de los que se aman, por el amor y concordia mutuos.

-La Eucarist�a promueve la uni�n de los fieles entre s�.

Porque aun siendo muchos, un s�lo pan y un s�lo cuerpo somos, pues todos participamos de un s�lo pan (1 Cor. 10, 17).

-El efecto propio de la Sant�sima Eucarist�a es la perfecci�n de la vida sobrenatural.

As� consta en el serm�n de Cafarna�m:

El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en m� y yo en �l (Jn. 6, 56).

Tambi�n el que me coma vivir� por m� (Jn. 6, 57).

Aclaraci�n. Morar uno en otro y vivir de su vida, muestra claramente la uni�n de los que se aman.

-El sacramento de la Eucarist�a concede la vida eterna anticipada, aqu� en la tierra.

Jes�s les dijo: �En verdad en verdad os digo: Si no com�is la carne del Hijo del hombre, y no beb�is su sangre, no ten�is vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna, y yo resucitar� el �ltimo d�a (Jn. 5, 53-54).

Aclaraci�n. No dice �tendr�, sino �tiene�, referido al presente, a la vida presente, o sea en este mundo.

-La Eucarist�a como alimento es prenda de vida cristiana temporal y eterna.

Yo soy el pan vivo bajado del cielo. Si uno come de este pan, vivir� para siempre; y el pan que yo le voy a dar, es mi carne por la vida del mundo (Jn. 6, 51).

El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo le resucitar� el �ltimo d�a. Porque mi carne es verdadera comida y mi sangre verdadera bebida (Jn. 6, 54-55).

...el que coma este pan vivir� para siempre (Jn. 6, 58).

-La Eucarist�a nos proporciona la gloria eterna.

El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo le resucitar� el �ltimo d�a (Jn. 6, 52).

-La Eucarist�a produce el principio de la resurrecci�n gloriosa de los cuerpos.

El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo le resucitar� el �ltimo d�a (Jn. 6, 54).

Esta resurrecci�n no solamente refiere al alma, sino tambi�n al cuerpo, seg�n los textos:

Aquel que resucit� a Cristo Jes�s de entre los muertos, dar� tambi�n la vida a vuestros cuerpos mortales por su Esp�ritu que habita en vosotros (Rom. 8, 11).

Pues del mismo modo que en Ad�n mueren todos, as� tambi�n todos revivir�n en Cristo (1 Cor. 15, 22).

-El sacramento de la Eucarist�a produce la gloria del cuerpo en la eternidad.

Jes�s les dijo: �El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo le resucitar� el �ltimo d�a (Jn. 6, 54).

Aclaraci�n. La gloria del cuerpo va vinculada a la misma resurrecci�n, algo as� como si fuera producida por �sta.

-La Eucarist�a proporciona el don de la perseverancia final.

En verdad, en verdad os digo: �...Yo soy el pan vivo bajado del cielo. Si uno come de este pan, vivir� para siempre;...� (Jn. 6, 51).

�...El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en m� y yo en �l (Jn. 6, 56).

Aclaraci�n. �Vivir para siempre� y �permanecer en Cristo� no es sino perseverar hasta el fin y alcanzar la gloria eterna.

-La Eucarist�a produce y proporciona la garant�a de la resurrecci�n el d�a del juicio final y de ser colocados a la derecha de Cristo en la mansi�n de su Reino.

Jes�s les dijo: �El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene la vida eterna, y yo le resucitar� el �ltimo d�a (Jn. 6, 54).

-La Eucarist�a garantiza nuestra salvaci�n eterna.

En verdad en verdad os digo; el que cree, tiene vida eterna. Yo soy el pan de vida. Vuestros padre comieron el man� el desierto y murieron; este es el pan que baja de cielo, para que lo coman y no mueran (Jn. 6, 47-50).

-La Eucarist�a produce el germen de la inmortalidad.

Jes�s les dijo: �...El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna y yo le resucitar� el �ltimo d�a� (Jn. 6, 54).

Aclaraci�n. Por la asimilaci�n de sus propiedades de su cuerpo eucar�stico y glorioso.

32. Eucarist�a. Materia, forma y ministro

-El Pan y el vino son la materia propia

-El pan debe ser de trigo y el vino de vid

-Las palabras �Este es mi cuerpo y esta es mi sangre� son la forma con la que Cristo consagr�

-El Ministro es solamente el Sacerdote

-El Pan y el vino son la materia propia del sacramento de la Eucarist�a.

Mientras estaban comiendo tom� Jes�s pan y, pronunciada la bendici�n, lo parti� y, d�ndoselo a los disc�pulos dijo: �Tomad, comed, �ste es mi cuerpo� (Mt. 26, 26).

Tom� luego un c�liz y se lo dio diciendo: �Bebed de �l todos, porque �sta es mi sangre de la Alianza que va a ser derramada por muchos para remisi�n de los pecados. Yo os digo que desde ahora no beber� de este producto de la vid hasta el d�a aquel en que lo beba con vosotros, nuevo, en el Reino de mi Padre (Mt. 26, 27-29).

Aclaraciones. Cristo us� el pan y el vino para instituir la Eucarist�a.

Asimismo Cristo mand� emplear siempre el pan y el pan vino como materia propia para realizar este sacramento.

Haced esto en recuerdo m�o (Lc. 22, 19).

-Para confeccionar el sacramento de la Eucarist�a el pan debe de ser de trigo y el vino debe de ser de vid.

a) -El pan de trigo.

Consta porque en la Sagrada Escritura, cuando se habla de pan de otra clase, se emplea alg�n denominativo especial para designarlo, p.e.

Aqu� hay un muchacho que tiene 5 panes de cebada (Jn. 6, 9).

Si no existe tal denominativo especial, se entiende pan de trigo.

As� se entiende el pan que us� Cristo.

Mientras estaban comiendo tom� Jes�s pan y... (Mt. 26, 26).

b) -El vino de vid.

Yo os digo que desde ahora no beber� de este producto de la vid hasta el d�a... (Mt. 26, 29).

-Cristo consagr� la Eucarist�a con las palabras �este es mi cuerpo� y �esta es mi sangre� o �este es el c�liz de mi sangre�

Tomad, comed, este es mi cuerpo (Mt. 26, 26).

Bebed de �l todos porque esta es mi sangre de la Alianza (Mt. 26, 27).

Tomad, �ste es mi cuerpo (Mc. 14, 22).

Esta es mi sangre de la Alianza (Mc. 14, 24).

Este es mi cuerpo (Lc. 22, 19).

Este es mi cuerpo que se da por vosotros (1 Cor. 11, 24).

-El Ministro de la confecci�n del sacramento es solamente el sacerdote.

Y tom� pan, dio gracias, lo parti� y se lo dio diciendo: �Este es mi cuerpo que va a ser entregado por vosotros; haced esto en recuerdo m�o� (Lc. 22, 19).

Aclaraci�n. Cristo dijo estas palabras solamente a sus primeros sacerdotes y, en la persona de ellos, a todos los de las generaciones sucesivas.

33. Eucarist�a. Presencia real

-Jesucristo est� presente

-La sustancia de pan y vino no permanecen

-Las palabras de la consagraci�n operan una transustanciaci�n del pan en el cuerpo y del vino en la sangre de Cristo

-Todo Cristo est� presente en cada una de las partes de las especies sacramentales

-Todo Cristo est� presente bajo una u otra especie

-Todo Cristo como Dios y como hombre est� presente en cada una de las especies eucar�sticas

-Jesucristo est� presente verdadera, real y sustancialmente en el Sant�simo sacramento de la Eucarist�a.

a) -Palabras de la promesa y b) -Palabras de la instituci�n

a) -Palabras de la promesa:

-(Discurso en la sinagoga de Cafarna�m)

Obrad no por el alimento perecedero sino por el alimento que permanece para la vida eterna (Jn. 6, 27).

Nuestros Padres comieron el man� en el desierto, seg�n est� escrito:

�Pan del cielo les dio a comer� (Jn. 6,31).

En verdad, en verdad os digo: Mois�s no os dio el pan del cielo; es mi Padre el que os da el pan del cielo; porque el pan de Dios es el que baja del cielo y da por la vida al mundo (Jn. 6, 32-33).

Entonces le dijeron: �Se�or danos siempre de ese pan� Les dijo Jes�s: Yo soy el pan de la vida. El que venga a m�, no tendr� hambre, y el que crea en m� no tendr� nunca sed (Jn. 6, 34-35).

Pero los jud�os murmuraban de �l porque hab�a dicho: �Yo soy el pan que ha bajado del cielo� (Jn. 6,41).

Yo soy el pan de la vida (Jn. 6, 48).

Vuestros padres comieron el man� en el desierto y murieron; �ste es el pan que baja del cielo, para que lo coman y no mueran. Yo soy el pan vivo bajado del cielo. Si uno come de este pan vivir� para siempre; y el pan que yo les voy a dar es mi carne por la vida del mundo (Jn. 6, 49-51).

Discut�an entre s� los jud�os y dec�an: �C�mo puede �ste darnos a comer su carne? Jes�s les dijo: En verdad, en verdad os digo: si no com�is la carne del Hijo del hombre, y no beb�is su sangre, no tendr�is vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna, y yo le resucitar� el �ltimo d�a. Porque mi carne es verdadera comida y mi sangre verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en m� y yo en �l. Lo mismo que me ha enviado el Padre que vive, y yo vivo por el Padre, tambi�n el que me coma vivir� por m�. Este es el pan bajado del cielo; no como el que comieron vuestro padres y murieron; el que coma este pan vivir� para siempre (Jn. 6, 52-58).

Este lenguaje de Cristo no puede ser metaf�rico, porque en las lenguas sem�ticas,

comer la carne de alguno significa:

-ofenderlo grav�simamente,

-injuriarle, calumniarle, perseguirle,

y beber la sangre significa,

-arder en odio,

-cometer un crimen nefando,

-vengarse muy cruelmente.

como se lee en:

�No son necios todos los agentes del mal que comen a mi pueblo como se come el pan y a Yahv�h no invocan? (Sal. 14, 4).

Cuando se acercan contra m� los malhechores a devorar mi carne, son ellos mis adversarios y enemigos los que tropiezan y sucumben (Sal. 26, 2).

Har� comer a tus opresores su propia carne, como son vino nuevo con su sangre se embriagar�n (Is. 49, 26).

Cuando la carne de mi pueblo hayan comido, hayan arrancado la piel de encima de ellos, y quebrado sus huesos, cuando los despedacen como carne en la caldera, como vianda dentro de una olla, entonces clamar�n a Yahv�h. Pero �l no les responder�: esconder� de ellos su rostro en aquel tiempo, por los cr�menes que cometieron (Mich. 3, 3).

Pero si os mord�is y os devor�is mutuamente �Mirad no vay�is mutuamente a destruiros! (G�l. 5, 15).

...ellos derramaron la sangre de los santos y de los profetas y t� les has dado a beber sangre; lo tienen merecido (Apoc. 16, 6).

Es imposible que Cristo hable en este sentido de odio, de crimen, de venganza, de ofensa y de injuria, cuando invita amorosamente a comer su carne y a beber su sangre y promete la vida eterna a los que as� lo hicieren.

Por otra parte, los jud�os entendieron las palabras de Cristo (Jn. 6, 53) en sentido literal, la prueba es que Cristo no corrige este modo de entender, sino que llega hasta a decir que comer su carne y beber su sangre es cosa necesaria para la salvaci�n.

b) -Palabras de la instituci�n:

Mientras estaban comiendo, tom� Jes�s pan y, pronunciada la bendici�n, lo parti� y, d�ndoselo a sus disc�pulos dijo: �Tomad, comed, este es mi cuerpo.� Tom� luego un c�liz y, dadas las gracias, se lo dio diciendo: �Bebed de �l todos, porque esta es mi sangre de la Alianza, que va a ser derramada por muchos para remisi�n de los pecados (Mt. 26, 26-28).

Mientras com�an, tom� pan, y pronunciada la bendici�n, lo parti�, se lo dio y dijo: �Tomad este es mi cuerpo� Tom� luego un c�liz y, dadas las gracias, se lo dio y bebieron todos de �l. Y les dijo: �Esta es mi sangre de la alianza, que va a ser derramada por muchos� (Mc. 14, 22-24).

Y tomando una copa, dio gracias y dijo: �Tomad esto y repartirlo entre vosotros; porque os digo que, a partir de este momento, no beber� del producto de la vid hasta que llegue el Reino de Dios�.

Y tom� pan, dio gracias, lo parti� y se lo dio diciendo: �Este es mi cuerpo que va a ser entregado por vosotros; haced esto en recuerdo m�o. De igual modo, despu�s de cenar, el c�liz diciendo: �Este c�liz es la nueva Alianza en mi sangre, que va a ser derramada por vosotros.

Estas palabras de la instituci�n de la Eucarist�a no hay que tomarlas en sentido figurado, sino en su sentido propio y literal.

a) -Por el sentido de las palabras de Cristo, que indican que lo que tiene en sus manos es su cuerpo y su sangre la palabra �es� manifiesta la identidad entre el sujeto y el predicado.

b) -Las palabras de la instituci�n,

-Mi cuerpo que es entregado por vosotros,

-mi sangre que va a ser derramada por muchos,

son palabras expresivas de que el cuerpo y la sangre dados en la Eucarist�a son el mismo, el mism�simo cuerpo y sangre inmolados en la cruz.

c) -Los Ap�stoles, como eran hombres sencillos y rudos sol�an entender en sentido propio las locuciones claramente metaf�ricas, p.e.

-�Le dijeron los disc�pulos: �Se�or, si duerme se curar� (Jn. 11, 12).

-�C�mo no entend�is que no me refer�a a los panes? (Mt. 16, 11).

de donde se deduce con toda evidencia que Cristo dijo las palabras de la instituci�n de la Eucarist�a en un sentido real y no figurado.

d) -El testamento solemne y nuevo que hab�a de sustituir al antiguo y durar para siempre, conven�a que se declarase con palabras extremadamente claras como los hombres acostumbran a expresar su �ltima voluntad.

e) -Cristo instituy� en la �ltima cena un sacramento para uso perpetuo en la Iglesia, y como los dem�s sacramentos fueron instituidos con expresiones reales y no metaf�ricas, se deduce que igualmente fue instituido este sacramento de la Eucarist�a.

f) -Cristo se entreg� a los fieles en la Eucarist�a como suprema prenda de amor, y no hubiera sido as� en el caso de que mientras afirmaba que les daba su cuerpo no les hubiese dado en realidad mas que un figura o se�al del mismo.

g) -Por las palabras de la instituci�n de la Eucarist�a en S. Pablo.

�Esto es mi cuerpo que se da por vosotros�; �Este c�liz es el nuevo Testamento en mi Sangre�... (1 Cor. 11, 24-25).

h) -El texto:

�El c�liz de bendici�n que bendecimos, �No es la comuni�n de la sangre de Cristo? �Y el pan que partimos, �No es la comuni�n del cuerpo de Cristo? (1 Cor. 10, 16).

No cabe m�s claridad en la expresi�n �Cuerpo� y �Sangre� de Cristo.

-La sustancia de pan y vino no permanece en el sacramento de la Eucarist�a despu�s de la consagraci�n.

De las palabras de la instituci�n:

a) -Tomad, comed, �ste es mi cuerpo (Mt. 26, 26).

-Bebed de �l todos porque �sta es mi sangre de la Alianza (Mt. 26, 27).

b) -Tomad, �ste es mi cuerpo (Mc. 14, 22).

-�sta es mi sangre de la alianza (Mc. 14, 24).

c) -�ste es mi cuerpo (Lc. 22, 19).

d) - �ste es mi cuerpo que se da por vosotros (1 Cor. 11, 24).

Los pronombres demostrativos ��ste� y ��sta�, no se suelen usar sino para denotar que no hay coexistencia de varias sustancias a que se refieran, sino integridad de la sustancia e identificaci�n de �sta con el predicado.

Por consiguiente la Iglesia interpreta que en la Eucarist�a est� el Cuerpo y la Sangre de Cristo, sin que permanezcan las sustancias de pan y vino, sino �ntegras e independientes de �stos.

M�s todav�a, el pan y el vino se han convertido en el Cuerpo y la Sangre de Cristo, como se ve en la demostraci�n siguiente.

-Por las palabras de la consagraci�n se opera en la Eucarist�a una verdadera transustanciaci�n o conversi�n de toda la sustancia del pan en el cuerpo y toda la sustancia del vino en la sangre de Cristo.

Tom� Jes�s pan, y pronunciada la bendici�n lo parti� y, d�ndoselo a sus disc�pulos, dijo: �Tomad, comed, �ste es mi cuerpo� (Mt. 26, 26).

Tom� luego un c�liz y, dadas las gracias, se lo dio diciendo: �Bebed de �l todos, porque esta es mi sangre de la Alianza, que va a ser derramada por muchos para remisi�n de los pecados. Y os digo que desde ahora no beber� de este producto de la vid hasta el d�a aquel en que lo beba con vosotros, nuevo, en el Reino de mi Padre (Mt. 26, 27-29).

Es decir,

-Tom� pan y dijo ��ste es mi cuerpo�

-Tom� el c�liz (con el producto de la vid) y dijo �sta es mi sangre.

La transustanciaci�n o conversi�n no puede esta m�s clara y evidente.

Tambi�n se deduce claramente de esta demostraci�n, que la acci�n de la transustanciaci�n, no es por abducci�n, ni producci�n ni por constituci�n, sino por conversi�n del pan en el cuerpo y del vino en la sangre de Cristo.

-Todo Cristo est� presente en cada una de las partes de las especies sacramentales.

Y tom� pan, dio gracias, lo parti� y se lo dio diciendo: �ste es mi cuerpo que va a ser entregado por vosotros (Lc. 22, 19).

Tomando un c�liz, dio gracias y dijo, Tomad esto y repartirlo entre vosotros (Lc. 22, 17).

Cada uno de lo Ap�stoles tom� una parte del pan y una parte del c�liz, y no se puede negar que cada uno de ellos recibi� a Cristo entero.

-Todo Jesucristo est� presente bajo una y otra especie.

Por tanto, quien coma el pan o beba el c�liz del Se�or indignamente, ser� reo del Cuerpo y de la Sangre del Se�or (1 Cor. 11, 27).

Aclaraci�n. Consta en estas palabras que el que come indignamente s�lo el pan eucar�stico o bebe s�lo el c�liz, es reo ya del Cuerpo ya de la Sangre del Se�or, y esto no puede suceder si no estuviese el Cuerpo y la Sangre de Cristo bajo una y otro especie.

-Es todo Cristo como Dios y como hombre el que est� presente en cada una de las especies eucar�sticas.

Lo mismo que me ha enviado el Padre que vive, y yo vivo por el Padre, tambi�n el que me coma vivir� por m� (Jn. 6, 57).

El pronombre �me� es evidente que significa �Cristo� y todo �l, puesto que no especifica partes.

Asimismo gramaticalmente el pronombre �me� sustituye al nombre �Cristo�, sin referirse a parte, y por tanto en toda su integridad personal y ontol�gica.

De manera que el pronombre �me� se refiere a todo Cristo y por consiguiente en cuanto a su divinidad y en cuanto a su humanidad.

34. Eucarist�a. Disposiciones

-En gracia de Dios

-El que lo recibe con conciencia de pecado grave, peca mortalmente

-Para recibir los efectos del sacramento de la Eucarist�a se requiere la posesi�n de la gracia santificante en el alma del que lo recibe.

Por tanto, quien coma el pan o beba el c�liz del Se�or indignamente, ser� reo del Cuerpo y de la Sangre del Se�or. Exam�nese, pues, cada cual, y coma entonces del pan y beba del c�liz. Pues quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propio castigo (1 Cor. 11, 27-29).

-El que recibe el sacramento de la Eucarist�a indignamente -es decir, con conciencia de pecado grave- peca mortalmente.

Por tanto, quien coma el pan o beba el c�liz del Se�or indignamente, ser� reo del Cuerpo y de la Sangre del Se�or (1 Cor. 11, 27).

35. Eucarist�a. Otras realidades

-En la Eucarist�a permanecen los accidentes f�sicos y verdaderos no aparentes

-No es una acci�n transe�nte sino que el Cuerpo y la Sangre permanecen

-Las dos especies constituyen un s�lo sacramento

-Cristo dio a sus sucesores la misma potestad

-Los fieles deben adorarle con culto de latria

-En el sacramento de la Eucarist�a permanecen los accidentes f�sicos y verdaderos, no aparentes.

Y tomando una copa, dio gracias, y dijo: �Tomad esto y repartido entre vosotros;...� (Lc. 22, 17).

Y le pan que partimos �no es la Comuni�n con el cuerpo de Cristo? (1 Cor. 10, 17).

Aclaraci�n solamente las realidades f�sicas y no las impresiones subjetivas pueden partirse, y distribuirse entre muchos, por tanto, las especies eucar�sticas son algo real y f�sico.

-La Eucarist�a no es ni supone solamente una acci�n transe�nte, sino que es la sustancia del Cuerpo y de la Sangre de Cristo que permanecer.

Las palabras:

-�ste es mi cuerpo (Mt. 26, 26).

y

-�sta es mi sangre (Mc. 14, 24).

Estas palabras no las pronunci� Cristo con limitaciones en el tiempo, pues no dijo ��ste es mi cuerpo� y ��sta es mi sangre� mientras lo com�is, mientras lo beb�is o durante la cena, sino que quiso referir claramente una continuidad de la existencia de su cuerpo y de su sangre.

-Las dos especies eucar�sticas constituyen un s�lo sacramento.

Se deduce de que siempre que se nombran el cuerpo y la sangre del Se�or, se nombran juntos.

El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna (Jn. 6, 54).

Porque mi carne es verdadera comida y mi sangre verdadera bebida (Jn. 6, 55).

El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en m� y yo en �l (Jn. 6, 56).

Aclaraci�n. Aunque alguna vez se nombre separado:

�el que coma de este pan vivir� para siempre� (Jn. 6, 58).

pero impl�citamente est� incluido, algo as� como en la comida material, se incluye siempre algo de bebida aunque no se le nombre espec�ficamente.

-Jesucristo en la �ltima cena dio a los Ap�stoles y a sus sucesores el mandato y la potestad de consagrar, de ofrecer y de administrar su Cuerpo y su Sangre, como �l lo hab�a dicho.

Y tom� pan, dio gracias, lo parti� y se lo dio diciendo: ��ste es mi cuerpo que va a ser entregado por vosotros; haced esto en recuerdo m�o� (Lc. 22, 19).

...el Se�or Jes�s, la noche en que fue entregado, tom� pan, y despu�s de dar gracias, lo parti� y dijo: ��ste es mi cuerpo que se da por vosotros; haced esto en recuerdo m�o.� Asimismo tambi�n el c�liz despu�s de cenar diciendo: ��ste c�liz es la Nueva Alianza en mi sangre. Cuantas veces lo bebiereis, hacedlo en recuerdo m�o� (1 Cor. 11, 23-25).

-Jesucristo debe de ser adorado en la Sant�sima Eucarist�a con culto de latria.

Se muestra por la adorabilidad de Jesucristo que consta en los textos siguientes:

En esto, Jes�s les sali� al encuentro y les dijo: ��Dios os guarde!� Y ellas, acerc�ndose, se asieron a sus pies y le adoraron (Mt. 28, 9).

...lo once disc�pulos marcharon a Galilea, al monte que Jes�s les hab�a indicado. Y al verle le adoraron;... (Mt. 28, 16-17).

Se pon�a ya en camino cuando uno corri� a su encuentro y arrodill�ndose ante �l, le pregunt�: �Maestro bueno, �qu� he de hacer para tener en herencia vida eterna?� (Mc. 10, 17).

Para que al nombre de Jes�s toda rodilla se doble en los cielos, en la tierra y en los abismos,... (Fil. 2, 10).

Y nuevamente al introducir a su Primog�nito en el mundo dice: Y ad�renle todos los �ngeles de Dios (Hebr. 1, 6).

36. Eucarist�a como sacrificio

-Varios significados

-Prefigurada en el A. T.

-Profetizada en el A. T.

-La Misa es un sacrificio

-Jesucristo ofreci� su cuerpo y su sangre bajo las especies de pan y vino al eterno Padre en la �ltima cena

-Jesucristo ofreci� un sacrificio al eterno Padre en la �ltima cena

-El sacrificio de la Misa es una representaci�n del de la Cruz

-Es el mismo del de la Cruz pero se diferencia en el modo de ofrecerle

-Es una conmemoraci�n del de la Cruz

-La palabra sacrificio tiene varios significados.

a) -En sentido lato.

-alabanza mostrada a Dios.

El que ofrece sacrificios de acci�n de gracias me da gloria,... (Sal. 50, 23).

-limosna.

No os olvid�is de hacer el bien y de ayudaros mutuamente; �sos son los sacrificios que agradan a Dios (Hebr. 13, 16).

-aceptaci�n del dolor.

Mi sacrificio es un esp�ritu contrito; un coraz�n contrito y humillado, oh Dios, no lo desprecias (Sal. 51, 19).

b) -En sentido propio.

Oblaci�n hecha a Dios de una v�ctima por destrucci�n de la misma, en se�al de dominio supremo y en reconocimiento de su soberan�a.

c) -Santo Sacrificio de la Misa. Sacrificio incruento del Cuerpo y de la Sangre de Cristo bajo las especies de pan y vino.

-La Eucarist�a como sacrificio fue prefigurada en el Antiguo Testamento.

Pues desde donde sale el sol hasta donde se pone, grande es mi Nombre entre las naciones, y en todo lugar se ofrece incienso a mi Nombre y una oblaci�n pura (Malaq. 1, 11).

Aclaraci�n. Con estas palabras Malaqu�as predice:

a) -Un culto nuevo,

b) -Un culto entre todas las naciones,

c) -Un culto universal en todo lugar,

d) -Un culto que ha de sustituir al lev�tico,

e) -Un culto puro,

f) -Un culto sacrificial,

Y la Eucarist�a como sacrificio contiene todos estos caracteres.

-La celebraci�n del Santo sacrificio de la misma en todos los lugares del mundo y hasta el final de los tiempos, fue profetizada en el Antiguo Testamento.

Pues desde donde sale el sol hasta donde se pone, grande es mi Nombre entre las Naciones, y en todo lugar se ofrece incienso a mi Nombre y una oblaci�n pura (Mal. 1, 11).

-La misa es verdadera y propiamente un sacrificio.

Sacrificio es la oblaci�n hecha a Dios de una cosa sensible por un ministro leg�timo, con destrucci�n real de la misma, en reconocimiento del supremo dominio de Dios sobre todas las cosas creadas.

La Misa es el sacrificio de la nueva Ley, en el cual Cristo es ofrecido al eterno Padre, bajo las especies consagradas de pan y vino.

As� consta en:

-La profec�a de Malaqu�as.

-Anuncia que una oblaci�n va a ser ofrecida a Dios en todo lugar.

...y en todo lugar se ofrece incienso y a mi Nombre y una oblaci�n pura (Mal. 1, 11).

-Solamente el sacrificio de la Misa responde al sacrificio puro y grato a Dios que se celebra en todo lugar desde la salida del sol hasta su ocaso.

Pues desde donde sale el sol hasta donde se pone, grade es mi Nombre entre las naciones y en todo lugar se ofrece incienso a mi Nombre y una oblaci�n pura (Mal. 1, 11).

-Las palabras de la instituci�n de la eucarist�a.

-Cristo a las palabras ��ste es mi cuerpo� a�adi� �que va a ser entregado por vosotros�; y a las palabras ��ste c�liz es la Nueva Alianza de mi sangre�, a�adi� �que va a ser derramada por vosotros�

Y tom� pan, dio gracias, lo parti� y se lo dio diciendo: ��ste es mi cuerpo que va a ser entregado por vosotros; haced esto en recuerdo m�o� (Lc. 22, 19).

Tom� luego un c�liz y, dadas las gracias, se lo dio diciendo: �Bebed de �l todos, porque esta es mi sangre de la Alianza, que va a ser derramada por muchos para remisi�n de los pecados� (Mt. 26, 27).

Aclaraci�n. Estas palabras afirman claramente que Cristo entreg� a sus disc�pulos su cuerpo y su sangre bajo las especies de pan y vino, como v�ctima en inmolaci�n m�stica para el perd�n de los pecados, por tanto la Misa es un sacrificio.

-Jesucristo ofreci� su cuerpo y su sangre bajo las especies de pan y vino al eterno Padre en la �ltima cena.

Mientras estaban comiendo, tom� Jes�s pan y, pronunciada la bendici�n, lo parti� y, d�ndoselo a sus disc�pulos, dijo: �Tomad, comed, este es mi cuerpo.� Tom� luego un c�liz y, dadas las gracias, se lo dio diciendo: �Bebed de �l todos, porque esta es mi sangre de la Alianza, que va a ser derramada por muchos para remisi�n de los pecados...� (Mt. 26, 26-28).

Mientras estaban comiendo, tom� pan y, pronunciada la bendici�n, lo parti�, se lo dio y dijo; �Tomad, este es mi cuerpo.� Tom� luego un c�liz y, dadas las gracias se lo dio, y bebieron todos de que va a ser derramada por muchos (Mc. 12, 22-24).

Y tom� pan, dio gracias, lo parti� y se lo dio diciendo: ��ste es mi cuerpo que va a ser entregado por vosotros; haced esto en recuerdo m�o�.

De igual modo, despu�s de cenar, el c�liz, diciendo: ��ste c�liz es la Nueva Alianza en mi sangre, que va a ser derramada por vosotros� (Lc. 22, 19-20).

...el Se�or Jes�s, la noche en que fue entregado, tom� pan, y despu�s de dar gracias, lo parti� y dijo: ��ste es mi cuerpo que se da por vosotros; haced esto en recuerdo m�o.� Asimismo tambi�n el c�liz despu�s de cenar diciendo: ��ste c�liz es la Nueva Alianza en mi sangre. Cuantas veces lo bebiereis, hacedlo en recuerdo m�o� (1 Cor. 11, 23-25).

-Jesucristo ofreci� un sacrificio verdadero al eterno Padre en la �ltima cena.

Se deduce del modo de hablar de Cristo y de la figura de su sacerdocio.

a) -Del modo de hablar de Cristo.

Cristo dijo: �...esta es mi sangre de la alianza que va a ser derramada por muchos para remisi�n de los pecados...� (Mt. 26, 28).

...que me am� y se entreg� a s� mismo por m� (G�l. 2, 20).

Por tanto, �entregar por vosotros para perd�n de los pecados, denota verdadero sacrificio.

...que me am� y se entreg� a s� mismo por m� (G�l. 2, 20).

...Jesucristo; el cual se entreg� por nosotros a fin de rescatarnos de toda iniquidad... (Tit. 2, 14).

b) -De la figura del sacerdocio de Cristo.

-Cristo es sacerdote seg�n el orden del Melquisedech.

Lo ha jurado Yahv�h y no ha de retractarse:

�T� eres por siempre sacerdote, seg�n el orden de Melquisedec� (Sal. 110, 4).

...proclamado por Dios Sumo Sacerdote a semejanza de Melquisedec� (Hebr. 5, 10).

Pero Melquisedec ofreci� pan y vino en sacrificio,

Entonces melquisedec, rey de Salem, present� pan y vio, pues era sacerdote del Dios Alt�simo,... (G�n. 14, 18).

Aclaraci�n. Por consiguiente, Cristo se ofreci� en pan y vino cuando se ofreci� bajo estas especies y se entreg� a sus disc�pulos.

-El sacrificio de la Misa es un conmemoraci�n y representaci�n del sacrificio de la Cruz.

Pues cada vez que com�is este pan y beb�is este c�liz, anunci�is la muerte el Se�or hasta que venga... (1 Cor. 11, 26).

Aclaraci�n. El anuncio o representaci�n de la muerte de Cristo, va unida a la celebraci�n de la Eucarist�a y no puede existir sin ella.

-El sacrificio de la Misa es el mismo que el sacrificio de la Cruz, pero se diferencia en el modo de ofrecerle.

...que va a ser derramado por muchos para remisi�n de los pecados (Mt. 26, 28).

...que va a ser derramado por muchos (Mc. 14, 24).

�ste es mi cuerpo que va a ser entregado por vosotros (Lc. 22, 19).

�ste es mi cuerpo se da por vosotros (1 Cor. 11, 24).

Estas palabras expresan una identidad entre el cuerpo y la sangre de Cristo reci�n consagrado ante los Ap�stoles, y el cuero y la sangre de Cristo entregado en la Cruz.

De estos mismos textos se deducen las diferencias accidentales:

a) -De parte de la v�ctima, en la Eucarist�a, Cristo se ofrece impasible y inmortal y en la Cruz se ofrece posible y mortal.

b) -De parte del oferente, en la Cruz se ofreci� por s� mismo al Padre de modo visible, y en la Misa se ofrece por ministerio de los sacerdotes de modo invisible.

c) - Por parte del efecto, el sacrificio de la cruz es satisfacci�n y m�rito suficiente para la obra de Redenci�n, mientras que la Misa es la aplicaci�n del m�rito y de la satisfacci�n que ya qued� consumada en la Cruz.

-El sacrificio incruento de la Misa es una conmemoraci�n, una continuaci�n, una multilocaci�n del sacrificio cruento de la cruz.

a) -Una conmemoraci�n.

Pues cuantas veces com�is este pan y beb�is este c�liz, anunci�is la muerte del Se�or, hasta que venga (1 Cor. 11, 26).

b) -Una continuaci�n.

En efecto, mediante una sola oblaci�n ha llevado a la perfecci�n para siempre a los santificados (Hebr. 10, 14).

c) -Una multilocaci�n.

Pues desde donde sale el sol hasta donde se pone, grande es mi Nombre entre las naciones, y en todo lugar se ofrece incienso a mi Nombre y oblaci�n pura (Mal. 1, 11).

37. Eucarist�a como sacrificio. Oferentes

-Cristo es el oferente principal

-Todos los sacerdotes ordenados son ministros del Sacrificio de la Misa

-La Iglesia universal, ofrece el sacrificio

-Los fieles asociados ofrecen el sacrificio

-Cristo es el oferente principal del sacrificio de la Misa.

Adem�s, aquellos sacerdotes fueron muchos, porque la suerte les imped�a perdurar. Pero �ste posee un sacerdocio perpetuo porque permanece para siempre... (Hebr. 7, 23-24).

As� es el Sumo Sacerdote que nos conven�a: santo, inocente, incontaminado, apartado de los pecadores, encumbrado por encima de los cielos, que tiene necesidad de ofrecer sacrificios cada d�a. Primero por sus pecados propios como aquellos Sumos Sacerdotes, luego por los del pueblo; y esto lo realiz� de una vez para siempre ofreci�ndose a s� mismo (Hebr. 6, 26-27).

T� eres sacerdote para siempre, a semejanza del Melquisedech (Hebr. 7, 17).

-Todos y cada uno de los sacerdotes debidamente ordenados son ministros del sacrificio de la Misa.

Haced esto en recuerdo m�o� (Lc. 22, 19).

Haced esto en recuerdo m�o (1 Cor. 11, 23).

Con estas palabras Cristo instituy� a sus sacerdotes y les mand� a ellos y a sus sucesores en el sacerdocio que ofrecieran la Eucarist�a.

-La Iglesia universal, es decir todos los fieles que pertenecen a ella, ofrece el sacrificio de la Misa.

Pero vosotros sois linaje escogido, sacerdocio real, naci�n santa, pueblo adquirido para anunciar las alabanzas de Aquel que os ha llamado de las tinieblas a su admirable luz (1 Pe. 2, 9).

Aclaraci�n. Toda la grey cristiana goza de una participaci�n de este sacerdocio y por tanto del oficio de satisfacer y sacrificar a Dios una oblaci�n limpia en todo lugar.

-Los fieles asociados al sacerdote ofrecen el sacrificio de la Misa, no porque participen en la consagraci�n, sino en la oblaci�n.

Os exhorto pues hermanos, por la misericordia de Dios, a que ofrezc�is vuestros cuerpos como un v�ctima viva, santa, agradable a Dios; tal ser� vuestro culto espiritual (Rom. 12, 1).

Aclaraci�n. Los fieles unen sus votos de alabanza, de impetraci�n, de expiaci�n y de acci�n de gracias, a los votos e intenciones del sacerdote y a los del mismo Sumo Sacerdote, para que sean presentado al eterno Padre en la misma oblaci�n de la v�ctima.

38. Eucarist�a como sacrificio. Efectos

-Es latre�tico, eucar�stico, propiciatorio e impetratorio

-Puede aplicarse por todos los vivientes

-Es eficaz en favor de las almas del purgatorio

-No lo es en favor de los condenados

-El sacrificio de la Misa es latre�tico, eucar�stico, propiciatorio e impetratorio.

a) -Latre�tico o de alabanza:

... y en todo lugar se ofrece incienso a mi nombre (Malaq. 1, 11).

Aclaraci�n. En alabanza y culto a Dios sustituyendo a los sacrificios de la Antigua Ley.

b) -Eucar�stico o de acci�n de gracias:

Tom� luego un c�liz y, dadas las gracias, se lo dio y bebieron todos de �l. Y les dijo: ��sta es mi sangre de la alianza, que va a ser derramada por muchos� (Mc. 14, 23-24).

Y tom� pan, dio gracias, lo parti� y se lo dio diciendo: �ste es mi cuerpo que va a ser entregado por vosotros (Lc. 22, 19).

Aclaraci�n. En la mente de Cristo la acci�n de gracias va estrechamente unida a la oblaci�n de este sacrificio.

c) -Propiciatorio en cuanto que aplaca la justa ofensa que Dios recibe de los hombre:

...porque esta es mi sangre de la Alianza, que va a ser derramada por muchos para remisi�n de los pecados (Mt. 26, 28).

Aclaraci�n. Se ve que uno de los fines del sacrificio eucar�stico es el perd�n de los pecados.

d) -Impetratorio o de oraci�n, ya que el sacrificio de la Misa sucede plenamente a todos los sacrificios de la Antigua Ley y �stos eran tambi�n impetratorios.

-El sacrificio de la Misa puede aplicarse y beneficiar a todos los vivientes.

...Cristo am� a la Iglesia y se entreg� a s� mismo por ella para santificarla... (Ef. 5, 25-26).

Ante todo recomiendo que se hagan plegarias, oraciones, s�plicas y acciones de gracias por todos los hombres, por los reyes y por todos los constituidos en autoridad, para que podamos vivir una vida tranquila y apacible con toda piedad y dignidad (1 Tim. 2, 1).

...Cristo Jes�s, hombre tambi�n, que se entreg� a s� mismo como rescate por todos (1 Tim. 2, 5-6).

-El sacrificio de la Misa es eficaz en favor de las almas del purgatorio.

Despu�s de haber reunido entre sus hombres cerca de 2.000 dracmas, las mand� a Jerusal�n para ofrecer un sacrificio por el pecado, obrando muy hermosa y noblemente con el pensamiento puesto en la resurrecci�n (Mach. 12, 43).

Aclaraci�n. Si en la Antigua Ley se ofrec�an sacrificios por los difuntos y les aprovechaban, con mucha m�s raz�n el sacrificio de la Nueva Ley, es decir el sacrificio de la Misa.

-El sacrificio de la Misa no puede ofrecerse el provecho de los condenados pues su penas no se extinguir�n y en su Estado no pueden recibir ning�n alivio.

Y en saliendo ver�n los cad�veres de aquellos que se revelaron contra m�, su gusano no morir� su fuego no se apagar�, y ser�n el asco de toda carne (Is. 66, 24).

Entonces dir� tambi�n a los de su izquierda: Apartaos de m�, malditos, al fuego eterno, preparado para el diablo y sus �ngeles (Mt. 25, 41).

Y gritando dijo: Padre Abraham, ten compasi�n de m� y env�a a L�zaro a que moje en agua la punta de su dedo y refresque mi lengua, porque estoy atormentado en estas llamas. Pero Abraham le dijo: Hijo, recuerda que tu recibiste bienes durante la vida y L�zaro al contrario, males; ahora, pues, �l es aqu� consolado y t� atormentado (Lc. 16, 24-26).

Aclaraci�n. Los r�probos est�n sujetos a penas que nunca se extinguir�n y que nunca pueden recibir alivio por una sentencia de Dios inmutable.

39. Penitencia. Profetizaci�n

-El perd�n de los pecados fue profetizado en el A. T.

-Tambi�n la extensi�n del poder de perdonar y

-El sacramento de la Penitencia

-El perd�n de los pecados est� profetizado en el Antiguo Testamento.

Yahv�h nuestro rey: �l nos salvar�. Entonces ser� repartido un bot�n numeroso: hasta los cojos tendr�n bot�n, y no dir� ning�n habitante: �Estoy enfermo�; al pueblo que all� mora le ser� perdonada su culpa (Is. 33, 23-24).

-La extensi�n del poder de perdonar todos los pecados est� profetizada en el Antiguo Testamento.

Venid, pues, y disputemos

-dice Yahv�h-:

As� fueron vuestros pecados como la grana,

cual la nieve blanquear�n.

Y as� fueron rojos como el carmes�,

cual la lana quedar�n (Is. 1, 18).

-El sacramento de la penitencia fue profetizado en el Antiguo Testamento.

�Venid, pues, y disputemos -dice Yahv�h-: As� fueren vuestros pecados como la grana, cual la nieve blanquear�n. Y as� fueron rojos como el carmes�, cual la lana quedar�n...que ha hablado la boca de Yahv�h� (Is. 1, 18).

40. Penitencia. Prefiguraci�n

-En el A. T.

-En el N. T.

-El sacramento de la Penitencia fue prefigurado en el Antiguo Testamento.

Aquel d�a habr� una fuente abierta para la casa de David y para los habitantes de Jerusal�n, para lavar el pecado y la impureza (Zac. 13, 1).

-El sacramento de la Penitencia fue prefigurado en el Nuevo Testamento.

Hay en Jerusal�n, junto a la Puerta de las Ovejas una piscina que se llama en Hebreo Bezat� con cinco p�rticos. En ellos yac�a una multitud de enfermos, ciegos, cojos, paral�ticos, esperando la agitaci�n del agua. Porque el �ngel del Se�or bajaba de tiempo en tiempo a la piscina y agitaba el agua; y el primero que se met�a despu�s de la agitaci�n del agua, quedaba curado de cualquier mal que tuviera (Jn. 5, 2-4).

Aclaraci�n. �Bezat�, �Betesd�, �Betsaida�, o �Beiset� significan �Casa de Misericordia.�

41. Penitencia. Necesidad

-El perd�n de los pecados es necesario en la Iglesia

-Todos los que han cometido pecados graves necesitan confesarlos

-Por instituci�n de Cristo, el sacramento de la Penitencia es necesario para obtener el perd�n

-El perd�n de los pecados es necesario en la Iglesia.

...y les dijo: �As� est� escrito que el Cristo padeciera y resucitara de entre los muertos al tercer d�a y se predicara en su nombre la conversi�n para perd�n de los pecados a todas las naciones, empezando desde Jerusal�n...� (Lc. 24, 47).

-Todos los que han cometido pecados graves despu�s del Bautismo, necesitan confesarlos todos para poderse salvar.

a) -Jesucristo concedi� el poder de perdonar.

Dicho esto sopl� sobre ellos y les dijo: �Recibid el Esp�ritu Santo. A quienes perdon�is los pecados, les quedan perdonados, a quienes se los reteng�is, les quedan retenidos� (Jn. 20, 22-23).

b) -Es evidente que el Ministro debe de conceder o no el perd�n, seg�n el penitente lo merezca o no.

c) -Para que el Ministro pueda juzgar si el penitente merece el perd�n o no, debe de juzgar los pecados del penitente y las disposiciones del mismo.

d) -Para que el Ministro pueda juzgar los pecados y las disposiciones del penitente, debe de conocer las declaraciones completas del mismo.

e) -Por consiguiente, el penitente est� obligado a manifestar sus pecados y sus disposiciones al confesor y �ste est� igualmente obligado a suplir, con preguntas discretas, alguna posible omisi�n del penitente.

Aclaraci�n. La declaraci�n completa de los pecados mortales, para poder salvar, es de derecho divino.

-Por instituci�n de Cristo, el sacramento de la Penitencia es un medio absolutamente necesario para obtener el perd�n de los pecados mortales cometidos despu�s del Bautismo.

A quienes perdon�is los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los reteng�is, les quedan retenidos (Jn. 20, 23).

De manera que de estas palabras de Cristo los ap�stoles y sus sucesores pueden retener los pecados de tal modo que tambi�n sean retenidos por Dios.

Esta potestad de retener demuestra la necesidad de someter a este sacramento los pecados cometidos despu�s del bautesmo, y por consiguiente este sacramento es necesario para el perd�n de estos pecados, y por instituci�n divina, ya que este argumento se apoya en las mismas palabras de Cristo.

42. Penitencia. Instituci�n y ministros

-Cristo lo instituy�

-Comunic� a sus sucesores el poder de perdonan

-Los ministros son los sacerdotes

-Cristo instituy� el sacramento de la penitencia a distinto del Bautismo.

Jes�s repiti�: �La paz con vosotros. Como el Padre me envi�, tambi�n yo os env�o.� Dicho esto, sopl� sobre ellos y les dijo:

�Recibid el Esp�ritu Santo.

A quienes perdon�is los pecados,

les quedan perdonados;

a quienes se los reteng�is,

les quedan retenidos� (Jn. 20, 21-23).

-Cristo comunic� a los Ap�stoles y a sus sucesores el poder de perdonar los pecados cometidos despu�s del Bautismo.

Yo os aseguro: todo lo que at�is en la tierra quedar� atado en el cielo, y todo lo que desat�is en la tierra quedar� desatado en el cielo (Mt. 18, 18).

Jes�s repiti�: �La paz con vosotros: Como el Padre me envi�, tambi�n yo os env�o�

Dicho esto, sopl� sobre ellos y les dijo:

�Recibid el Esp�ritu Santo. A quienes perdon�is los pecados les quedan perdonados; y a quienes se los reteng�is, les quedan retenidos� (Jn. 20, 21-23).

Y todo proviene de Dios, que nos reconcili� consigo por Cristo y nos confi� el ministerio de la reconciliaci�n (2 Cor. 5, 18).

Aclaraci�n. Esta potestad no se da a todos los fieles, sino solamente a los ap�stoles. Se concede adem�s esta potestad a los sucesores de los ap�stoles, ya que hab�a de ser necesaria en la Iglesia hasta el fin de los tiempos mientras hubiera pecadores. Los ap�stoles hab�an de morir, y por consiguiente podr�an concederla a otros sucesores; �stos a otros, y as� sucesivamente hasta el final del mundo.

-Los ministros del Sacramento de la penitencia son los sacerdotes.

Yo os aseguro: todo lo que at�is en la tierra quedar� atado en el cielo, y todo lo que desat�is en la tierra quedar� desatado en el cielo (Mt. 18, 18).

�Recibid el Esp�ritu Santo. A quienes perdon�is los pecados les quedan perdonados; y a quienes se los reteng�is, les quedan retenidos� (Jn. 20, 22-23).

Y todo proviene de Dios, que nos reconcili� consigo por Cristo y nos confi� el ministerio de la reconciliaci�n (2 Cor. 5, 18).

Aclaraci�n. En estos textos de la Sagrada Escritura, no consta si los leg�timos sucesores de los Ap�stoles acerca del perd�n o de la retenci�n de los pecados, son los obispos, los presb�teros o ambos, pero por la ense�anza de la tradici�n y del magisterio de la Iglesia, consta con toda certeza que los ministros de la reconciliaci�n son los obispos y los sacerdotes y nada m�s que ellos.

43. Penitencia. El poder

-Antes de Jesucristo a nadie le fue concedido

-S�lo Dios puede perdonar

-Jesucristo fue el primero que, en cuanto hombre, recibi� el poder de perdonar

-Antes de Jesucristo, a ning�n hombre le fue concedido el poder de perdonar los pecados a los hombres.

Viendo Jes�s la fe de ellos, dijo al Par�clito:

��Animo!, hijo, tus pecados te son perdonados.� Entonces algunos escribas dijeron para s�: ��ste est� blasfemando.� Mas Jes�s, conociendo sus pensamientos, dijo: �Por qu� pens�is mal en vuestros corazones? (Mt. 9, 2-4).

Aclaraci�n. Los escribas cre�an que Jesucristo era solamente hombre y, sorprendidos de que se atribuyese el poder de perdonar pecados, afirman impl�citamente que a ning�n hombre le hab�a sido concedido este poder.

-S�lo Dios puede perdonar los pecados por s� mismo.

Era yo, yo mismo el que ten�a que limpiar y no recordar tus pecados (Is. 43, 25).

-Jesucristo fue el primero que, siendo Dios, recibi� en cuanto hombre el poder de perdonar los pecados a los hombres.

Pues para que sep�is que el Hijo del hombre tiene en la tierra poder de perdonar pecados -dice entonces al par�clito-: �Lev�ntate, toma tu camilla y vete a tu casa.� Y al ver esto, la gente se sobrecogi� y glorific� a Dios, que hab�a dado tal poder a los hombres (Mt. 9, 6-8).

-Existe en la Iglesia el poder de perdonar los pecados.

a) -La Promesa.

Yo os aseguro: todo lo que at�is en la tierra quedar� atado en el cielo, y todo lo que desat�is en la tierra quedar� desatado en el cielo (Mt. 18, 18).

b) -La Concesi�n.

Jes�s repiti�: �La paz con vosotros. Como el Padre me envi�, tambi�n yo os env�o.�

Dicho esto, sopl� sobre ellos y les dijo:

�Recibid el Esp�ritu Santo.

A quienes perdon�is los pecados,

les quedan perdonados;

a quienes se los reteng�is,

les quedan retenidos� (Jn. 20, 21-23).

c) -La Confirmaci�n.

Jes�s repiti�: �La paz con vosotros. Como el Padre me envi�, tambi�n yo os env�o� (Jn. 20, 21).

Aclaraci�n. Jesucristo no s�lo fue enviado por el Padre a predicar, sino a perdonar los pecados a los hombres.

Viendo Jes�s la fe de ellos, dijo al paral�tico: ��Animo!, hijo, tus pecados te son perdonados� (Mt. 9, 2).

44. Penitencia. Extensi�n del poder

-A todos los pecados

-Por muchos y enormes que sean

-Dios no limita su perd�n ni al n�mero de pecados, ni al de veces que los perdona ni a su grado de gravedad.

-La Iglesia nunca niega el perd�n al pecador, por muchos y muy graves que sean sus pecados.

-La potestad de perdonar concedida por Cristo a sus Ap�stoles y a sus sucesores se extiende a todos los pecados.

Consta en:

a) -Las palabras de Cristo acerca de la instituci�n.

�Todo lo que at�is en la tierra...� (Mt. 18, 18).

�A quienes perdon�is los pecados...� (Jn. 20, 21).

b) -Las palabras de S. Pablo acerca de la reconciliaci�n

Y todo proviene de Dios, que nos reconcili� consigo por Cristo y nos confiri� el ministerio de la reconciliaci�n (2 Cor. 5, 18).

Objeciones:

a) -Aquellos que volvieron a caer,

�Porque es imposible que cuantos fueron una vez iluminados, gustaron el don celestial y fueron hechos part�cipes del Esp�ritu Santo, saborearon las buenas obras de Dios y los prodigios del mundo futuro, y a pesar de todo cayeron, se renueven otra vez mediante la penitencia,... (Hebr. 6, 4-6).

b) -Aquellos que han conocido la verdad,

�Porque si voluntariamente pecamos despu�s de haber recibido el pleno conocimiento de la verdad, ya no queda sacrificio por los pecados, sino la terrible espera del juicio, y la furia del fuego pronto a devorar a los rebeldes (Hebr. 10, 26-27).

c) -Aquellos que pecaron apostando de la fe, que es pecado de muerte,

Si alguno ve que su hermano comete pecado que no es de muerte, pida y le dar� vida pues hay un pecado que es de muerte por el cual digo que pida (1 Jn. 5, 16).

Aclaraci�n. Pueden convertirse y la Iglesia puede perdonarles sus pecados, pues solamente se sit�an en estado de condenaci�n aqu�llos que rechazan voluntaria y libremente a Cristo. De manera que, aquel que se separa de Cristo no tiene esperanza de salvaci�n, pero queda libre todav�a de convertirse, ser perdonado y salvado.

-La potestad de perdonar los pecados se extiende a todos ellos por muchos y enormes que sean.

Yo os aseguro: todo lo que at�is en la tierra quedar� atado en el cielo, y todo lo que desat�is en la tierra quedar� desatado en el cielo (Mt. 18, 18).

Aclaraci�n. Dice Cristo a los jud�os: �Todo pecado y blasfemia se perdonar� a los hombres, pero la blasfemia contra el Esp�ritu no ser� perdonada. Y al que diga una palabra contra el Hijo del hombre, se le perdonar�; pero al que la diga contra el Esp�ritu Santo, no se le perdonar� ni en este mundo ni en el otro� (Mt. 12, 31-32).

Soluci�n. No puede obtener el perd�n de sus pecados aquel que rechace advertida y voluntariamente las pruebas y los motivos suficientes que tenga para su propia conversi�n.

-Dios no limita su perd�n ni al n�mero de pecados ni al n�mero de veces que los perdona ni al grado de gravedad de los mismos.

Dicho esto sopl� sobre ellos y les dijo: �Recibid el Esp�ritu Santo. A quienes perdon�is los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los reteng�is, les quedan retenidos� (Jn. 20, 22-23).

...y perd�nanos nuestras deudas,... (Mt. 6,12).

Aclaraci�n. Sin l�mite de n�mero, ni de veces ni de gravedad.

Pedro se le acerc� entonces y le dijo: Se�or, �cu�ntas veces tengo que perdonar las ofensas que me haga mi hermano? �Hasta siete veces? D�cele Jes�s: �No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete� (Mt. 18, 21-22).

Aclaraci�n Extensi�n del poder de perdonar a todos los ministros de la Iglesia.

-La Iglesia nunca niega el perd�n al pecador por muy graves que sean sus pecados.

Arrepi�ntete, pues, de esa tu maldad y ruega al Se�or a ver si se te perdona a ese pensamiento de tu coraz�n; porque veo que t� est�s en hiel de amargura y en ataduras de iniquidad (Hch. 8, 22-23).

No se retrasa el Se�or en el cumplimiento de la promesa, como algunos lo suponen, sino que usa con paciencia con vosotros, no queriendo que algunos parezcan, sino que todos lleguen a la conversi�n (2 Pe. 3, 9).

45. Penitencia. Modo

-Por su acto judicial

-En virtud de los m�ritos de Cristo

-Esta potestad de perdonar concedida por Cristo se ha de ejercer por medio de un acto judicial.

Esta facultad de absolver o de retener los pecados no se puede ejercer de sola opini�n personal, sino que se ha de ejercer despu�s de o�r una declaraci�n y emitir un juicio seg�n el m�rito o dem�rito del reo.

A quienes les perdon�is los pecados les quedan perdonados; y a quienes se los reteng�is, les quedan retenidos (Jn. 20, 23).

Aclaraci�n. Los ap�stoles y sus sucesores perdonan o retienen los pecados, seg�n los m�ritos y disposiciones del reo, o�da su propia declaraci�n.

El perd�n de lo pecados es concedido por Dios a los hombres por virtud de los m�ritos de la Pasi�n y Muerte de Jesucristo.

...el mismo que, sobre el madero llev� nuestros pecados en su cuerpo, a fin de que, muertos a nuestros pecados, vivi�ramos para la justicia; con cuyas heridas hab�is sido curados (1 Pe. 2, 24).

46. Penitencia. Contrici�n perfecta y prop�sito

-Justifica siempre al hombre

-Es necesaria para el perd�n

-Con necesidad de medio

-Con necesidad de precepto

- Por s� sola perdona los pecados mortales

-Los perdona cuando la Penitencia no se puede recibir

-No es necesaria que sea duradero

-Es necesaria para obtener la salvaci�n eterna

-Los que carecen de sentimiento una coraz�n endurecido

-El prop�sito es necesario para la contrici�n

-La contrici�n perfecta justifica siempre al hombre.

Y si el malvado se aparta del mal que ha cometido para practicar el derecho y la justicia, conservar� su vida (Ez. 18, 27).

La justicia del justo no le salvar� el d�a de su perversi�n, ni la maldad del malvado le har� sucumbir el d�a en que se aparte de su maldad (Ez. 33, 12).

Aclaraci�n. En la Antigua Ley los hombres pod�an conseguir la gracia de la justificaci�n.

-La contrici�n es necesaria para el perd�n de los pecados.

Contrici�n es un dolor del alma y una detestaci�n del pecado cometido, con prop�sito de no pecar en lo sucesivo.

Mas ahora todav�a -or�culo de Yahv�h- volved a m� de todo coraz�n, con ayuno, con llantos, con lamentos. Desgarrad vuestro coraz�n y no vuestros vestidos (Ioel. 2, 12).

Desde entonces comenz� Jes�s a decir y a predicar: Convert�os porque el Reino de los Cielos est� cerca (Mt. 4, 17).

�Ay de ti, Coraz�n! �Ay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y en Sid�n se hubieran hecho los milagros que se han hecho en vosotras, tiempo ha que con saco y ceniza se hubieran convertido (Mt. 11, 21).

Al o�r esto, dijeron con el coraz�n compungido a Pedro y a los dem�s ap�stoles: �Qu� hemos de hacer, hermanos? Pedro les contest�: Convert�os... (Hch. 2, 38).

Arrepent�os, pues, y convert�os, para que vuestros pecados sean borrados, a fin de que del Se�or venga el tiempo de la consolaci�n (Hch. 3, 19-20).

-El acto de contrici�n perfecta es necesario con necesidad de medio.

Les respondi� Jes�s: �...si no os convert�s, todos perecer�is del modo� (Lc. 13, 5).

Arrepent�os, pues, y convert�os, para que vuestros pecados sean borrados,... (Hch. 3, 19).

-El acto de contrici�n perfecta es necesario con necesidad de precepto.

Convert�os y apartaos de todos vuestros cr�menes; no haya para vosotros m�s ocasi�n de mal. Descargaos de todos vuestros cr�menes que hab�is cometido contra m�, y haceos un coraz�n nuevo y un esp�ritu nuevo (Ez. 18, 30).

Desde entonces comenz� Jes�s a predicar y decir: �Convert�os, porque el Reino de los Cielos est� cerca� (Mt. 4, 17).

Pedro les contest�: �Convert�os y que cada uno de vosotros se haga bautizar en el nombre de Jesucristo, para remisi�n de vuestros pecados;...� (Hch. 2, 38).

Aclaraci�n. Jesucristo predic� la penitencia como precepto.

-La contrici�n perfecta por s� sola perdona los pecados mortales y santifica al pecador arrepentido, incluso antes de recibir el sacramento de la Penitencia.

La justicia del justo no le salvar� el d�a de su perversi�n, ni la maldad del malvado le har� sucumbir el d�a en que se aparte de su maldad (Ez. 33, 12).

Aclaraci�n. Apartarse de la maldad y volverse al amor de Dios no son actitudes que se puedan conciliar con el pecado mortal en un mismo sujeto.

-La contrici�n con acto de amor perfecto perdona tambi�n los pecados, cuando el sacramento de la Penitencia no se puede recibir.

El que ha recibido mis mandamientos y los guarda, ese es el que me ama, y el que me ame ser� amado de mi Padre; y yo le amar� y me manifestar� a �l (Jn. 14, 21).

Aclaraci�n. Dios perdona tambi�n por la pr�ctica de la fe y de la limosna cuando van unidas profundamente a la caridad.

a) -Por la pr�ctica de la fe,

Habiendo pues, recibido de la fe nuestra justificaci�n, estamos en paz con Dios, por nuestro Se�or Jesucristo, por quien hemos obtenido tambi�n, mediante la fe, el acceso a la gracia en la cual nos hallamos (Rom. 5, 1).

b) -Por la limosna,

La limosna libra de la muerte y purifica de todo pecado. Los limosneros tendr�n larga vida (Tob. 12, 9).

-El acto de contrici�n no es necesario que sea duradero por alg�n tiempo.

La justicia del justo no le salvar� el d�a de su perversi�n, ni la maldad del malvado le har� sucumbir el d�a en que aparte de su maldad (Ez. 33, 12).

-El arrepentimiento es necesario para obtener la salvaci�n eterna.

...no aguardes hasta la muerte para justificarte (Si. 18, 22).

...convert�os y creed en la Buena Nueva (Mc. 1, 15).

No, os lo aseguro; y si no os convert�s, todos perecer�is del mismo modo (Lc. 13, 5).

Por la dureza y la impenitencia de tu coraz�n vas atesorando contra ti c�lera para el d�a de la c�lera y de la revelaci�n del justo juicio de Dios (Rom. 2, 5).

-Los que carecen de sentimiento de haber ofendido a Dios muestran un coraz�n endurecido.

Pero ellos no quisieron hacer caso; hombro rebelde presentaron y endurecieron sus o�dos para no escuchar; su coraz�n hicieron de diamante para no o�r la Ley y las palabras que Yahv�h Sebaot hab�a dirigido por su esp�ritu,... (Zac. 7, 11-12).

-El prop�sito de no volver a pecar se requiere para la verdadera contrici�n.

Vuestras manos est�n de sangre llenas; lavaos, limpiaos, quitad vuestras fechor�as de delante de mi vista, desistid de hacer el mal,... (Is. 1, 15-16).

Descargaos de todos vuestros cr�menes de hab�is cometido contra m�, y haceos un coraz�n nuevo y un esp�ritu nuevo (Ez. 18, 31).

M�s tarde, Jes�s le encuentra en el Templo y le dice: �Mira, est�s curado; no peques m�s, para que no te suceda algo peor� (Jn. 5, 14).

Jes�s le dijo: �Tampoco yo te condeno. Vete, y en adelante no peques m�s� (Jn. 8, 11).

47. Penitencia. Declaraci�n de los pecados y satisfacci�n

-Es necesaria la declaraci�n �ntegra

-El hombre puede satisfacer a Dios por su pena temporal

-La satisfacci�n fue prefigurada en el A. T.

-La satisfacci�n es necesaria para evitar la pena eterna y disminuir la temporal

-Por instituci�n de Cristo, es necesaria la confesi�n �ntegra de los pecados mortales.

A quienes perdon�is los pecados, les ser�n perdonados; y a quienes se los reteng�is les ser�n retenidos (Jn. 20, 23).

Aclaraci�n. Es evidente que los ap�stoles recibieron de Cristo el poder de perdonar y de retener.

Ahora bien, esto no lo pueden determinar ni decidir por su propio parecer personal, sino hay que someterlo a juicio.

Para sentenciar un juicio, hay que conocer las acusaciones del reo, en este caso el penitente, y por tanto el penitente tiene necesidad de manifestar sus pecados con el fin de la absoluci�n.

Y todo esto es de instituci�n divina puesto que se apoya en las mismas palabras de Cristo, antes citadas.

-En esta vida el hombre justo puede satisfacer a Dios por su pena temporal.

La limosna libra de la muerte e impide caer en las tinieblas (Tob. 4, 10).

Con amor y lealtad se exp�a la falta (Tob. 16, 6).

Por eso, Oh rey, acepta mi consejo: rompe tus pecados con obras de justicia y tus iniquidades con misericordia para con los pobres, para que tu ventura sea larga (Dan. 4, 24).

Tus oraciones y tus limosnas han subido como memorial ante la presencia de Dios (Hch. 10, 4).

Aclaraci�n. Dios exhorta a los pecadores para que con limosnas y otras obras rediman sus pecados, y que Dios lo acepta con este mismo fin.

-La satisfacci�n con una pena temporal fue prefigurada en el Antiguo Testamento.

a) -Dios le levant� de su ca�da (a Ad�n) (Sab. 10, 1).

y sin embargo tuvo que continuar cultivando la tierra,

Con el amor de tu rostro comer�s el pan,... (Gn. 3, 19).

b) -Mois�s, en castigo de una culpa ya perdonada, no entr� en la tierra prometida.

Dijo Yahv�h a Mois�s y Aar�n: �Por no haber confiado en m�, honr�ndome ante los hijos de Israel, os aseguro que no guiar�is a esta asamblea hasta la tierra que les he dado� (N�m. 20. 12).

-La satisfacci�n sacramental opuesta a Dios por los pecados cometidos despu�s del Bautismo, es necesaria para evitar la pena eterna y para disminuir la temporal que no es perdonada siempre totalmente.

La satisfacci�n sacramental es una obra impuesta al penitente por el confesor para reparar la injuria inferida a Dios por el pecado y para redimir toda o parte de la pena temporal.

Convert�os, porque el Reino de los Cielos est� cera (Mt. 3, 2).

Dad pues, digno fruto de conversi�n, y no os content�is con decir en vuestro interior: �Tenemos por padre a Abraham;... (Mt. 3, 8).

Desde entonces comenz� Jes�s a predicar y decir: �Convert�os porque el Reino de los Cielos est� cerca� (Mt. 4, 17).

Date cuenta, pues, de donde has ca�do, arrepi�ntete y vuelve a tu conducta primera (Apoc. 2, 5).

Aclaraci�n. La conversi�n supone un cambio de actitud de enemistad a amistad con Dios un una reparaci�n por la ofensa inferida.

48. La Penitencia. Efectos

-Perdona toda la pena eterna, pero no siempre toda la temporal

-Los pecados confesados y perdonados no vuelven a aparecer jam�s

-La reviviscencia de los m�ritos

-Perdonado el pecado, queda a�n que pagar una pena temporal

-Los pecados perdonados no aparecer�n el d�a del Juicio final

-Por el sacramento de la Penitencia se perdona toda la pena eterna, pero no siempre toda la pena temporal.

Rebeli�n de Israel. Su pecado.

Entonces toda la comunidad alz� la voz y se puso a gritar; y se pas� la gente llorando toda la noche. Luego murmuraron todos los hijos de Israel contra Mois�s y Aar�n... (N�m. 14, 1-2).

Ira de Yahv�h.

Y dijo Yahv�h a Mois�s: �Hasta cuando me va a despreciar este pueblo? �Hasta cuando van a desconfiar de m�, con todas las se�ales que he hecho entre ellos? Les herir� de peste y los desheredar� (N�m. 14, 11-12).

Intercesi�n de Mois�s:

Mois�s respondi� a Yahv�h:

Muestra pues, ahora tu poder, mi Se�or, como prometiste diciendo: �Yahv�h es tardo a la c�lera y rico en bondad, tolera iniquidad y rebeld�a... Perdona pues la iniquidad de este pueblo conforme a la grandeza de tu bondad, como has soportado a este pueblo desde Egipto hasta aqu� (N�m. 14, 17-19).

Yahv�h perdona el pecado:

Dijo Yahv�h: Le perdono seg�n tus palabras (N�m. 14, 20).

Imposici�n de una pena temporal:

Ninguno de los que han visto mi gloria y las se�ales que he realizado en Egipto y en el desierto, que me han puesto a prueba ya diez veces y no han escuchado mi voz, ver� la tierra que promet�, con juramento a sus padres (N�m. 14, 22-23).

Era yo mismo el que ten�a que limpiar y no recordar tus pecados (Is. 43, 25).

Ya no tendr�n que adoctrinar m�s el uno a su pr�jimo y el otro a su hermano, diciendo: �Conoced a Yahv�h�, pues todos ellos me conocer�n del m�s chico al m�s grande -or�culo de Yahv�h- cuando perdone su culpa, y de su pecado no vuelva a acordarme (Jer. 31, 34).

Ninguno de los cr�menes que cometi�, se le recordar� m�s... (Ez. 18, 22).

La maldad del malvado no le har� sucumbir el d�a en que se aparte de su maldad... (Ez. 33, 12).

Aclaraci�n. Dios promete a sus penitentes el perd�n de sus pecados en cuanto a la pena eterna, pero en cuanto a la pena temporal no, como ya se ha demostrado en las anteriores aserciones.

Por tanto, quien coma el pan o beba el c�liz del Se�or indignamente, ser� reo del cuerpo y de la Sangre del Se�or. Exam�nese, pues, cada cual, y coma entonces del pan y beba del c�liz. Pues quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propio castigo. Por eso hay entre vosotros muchos enfermos y muchos d�biles, y mueren no pocos. Si nos juzg�ramos a nosotros mismos, no ser�amos castigados. Mas al ser castigados, somos corregidos por el Se�or, para que no seamos condenados por el mundo (1 Cor. 11, 27-32).

Aclaraci�n. El Se�or castiga a los Corintios con estas penas temporales, sin que conste que fueron condenados con la pena eterna, como se deduce del contexto.

-Los pecados, una vez perdonados por el sacramento de la Penitencia, no vuelven a aparecer jam�s.

a) -Son removidos y separados del hombre:

He aqu� el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo (Jn. 1, 29).

b) -Son lavados:

L�vame a fondo de mi culpa, y de mi pecado purif�came (Sal. 50, 4).

Pero hab�is sido lavados, hab�is sido santificados, hab�is sido justificados en el nombre del Se�or Jesucristo en el nombre del Se�or Jesucristo y en el Esp�ritu de nuestro Dios (1 Cor. 6, 11).

c) -Son limpiados y olvidados:

Era yo mismo el que ten�a que limpiar y no recordar tus pecados (Is. 43, 25).

Arrepent�os pues y convert�os, para que vuestros pecados sean borrados (Hch. 3,19).

d) -Son alejados, enterrados en el mar:

...Tan lejos como est� el oriente del ocaso, aleja �l de nosotros nuestras rebeld�as (Sal. 102, 12).

T� arrojar�s al fondo del mar todos nuestros pecados (Mich. 7, 19).

e) -Son como la herida, que es sanada:

...el d�a que vende Yahv�h la herida de su pueblo y cure la contusi�n de su golpe (Is. 30, 46).

No necesitan m�dico los sanos, sino los que est�n mal (Mat. 9, 12).

Jes�s respondi�: Bajaba un hombre de Jerusal�n a Jeric� a cay� en manos de salteadores, que despu�s de despojarle y golpearle, se fueron dej�ndole medio muerto. Casualmente bajaba por el mismo camino un sacerdote, y al verle dio un rodeo. De igual modo un levita que pasaba por aquel sitio le vio y dio un rodeo. Pero un samaritano que iba de camino lleg� junto a �l y al verle tuvo compasi�n; y acerc�ndose vend� sus heridas, echando en ellas aceite y vino; y mont�ndole sobre su propia cabalgadura, le llev� a una posada y cuid� de �l (Luc. 10, 30-34).

-El perd�n de los pecados, por la confesi�n sacramental, por la contrici�n perfecta o por otro modo revelado, supone la reviviscencia de los merecimientos adquiridos para la vida eterna.

Pero si el malvado se convierte de todos sus pecados que ha cometido, observa todos mis preceptos y practica el derecho y la justicia, vivir� sin duda, no morir�. Ninguno de los cr�menes que cometi� se le recordar� m�s; vivir� a causa de la justicia que ha practicado (Ez. 18, 21-22).

La justicia del justo no le salvar� el d�a de su perversi�n, ni la maldad del malvado le har� sucumbir el d�a en que aparte de su maldad (Ez. 33, 12).

...si devuelve la prenda, restituye lo que rob�, observa los preceptos que dan la vida y deja de cometer injusticias, vivir� ciertamente, no morir�. Ninguno de los pecados que cometi� se le recordar� m�s... (Ez. 33, 15-16).

Aclaraci�n. Si el hombre justificado dejase de recibir el premio merecido por sus buenas obras, parece que Dios se acordar�a de sus pecados para sancionarle no premi�ndole sus m�ritos adquiridos.

-Despu�s de perdonado el pecado, queda que pagar una pena temporal.

Ad�n consigui� el perd�n de su pecado,

Ella -la sabidur�a- protegi� al padre del mundo, al primer hombre formado por Dios, cuando fue creado s�lo;

ella le levant� de su ca�da... (Sab. 10, 1).

y, sin embargo, Dios le dijo:

�Por haber escuchado la voz de tu mujer y comido del �rbol del que Yo te hab�a prohibido comer, maldito sea el suelo por tu causa: con fatiga sacar�s de �l el alimento todos los d�as de tu vida. Espinas y abrojos te producir�, y comer�s la hierba del campo...� (G�n. 3, 17-18).

Mois�s y Aar�n obtuvieron el perd�n del pecado de incredulidad,

y, sin embargo, les dijo:

�...He o�do las quejas de los hijos de Israel, que est�n murmurando contra m�. Diles: Por mi vida -or�culo de Yahv�h- que he de hacer con vosotros lo que hab�is hablado a mis o�dos. Por haber murmurado contra m�, en este desierto caer�n vuestros cad�veres, los de todos los que fuisteis revistados y contados, de veinte a�os para arriba...� (N�m. 14, 27-29).

David obtuvo el perd�n del adulterio,

y, sin embargo, le dijo por boca de Natahaan:

�Tambi�n Yahv�h perdona tu pecado; no morir�s. Pero por haber ultrajado a Yahv�h con este hecho, el hijo que te ha nacido morir� sin remedio� (2 Sam. 12, 13-14).

-Los pecados confesados debidamente no aparecer�n el d�a del juicio final para ser castigados en el infierno.

�Qu� pens�is respecto de Yahv�h, el que hace el exterminio? No surge dos veces la angustia, porque ellos, espinos a�n enmara�ados, empapados de bebida, como pasa seca ser�n enteramente consumidos (Na. 1, 9).

Si nos juzg�semos a nosotros mismos, no ser�amos castigados (1 Cor. 11, 31).

Yo os aseguro: todo lo que at�is en la tierra quedar� atado en el cielo, y todo lo que desat�is en la tierra quedar� desatado en el cielo (Mt. 18, 18).

49. Penitencia. Atrici�n

-Tambi�n conduce al perd�n de los pecados

-Concedida por temor al infierno es buena y �til para salvarse

-La atrici�n conduce al perd�n de los pecados y es recomendada y hasta mandada por Cristo.

La atrici�n es una contrici�n imperfecta, es decir, una detestaci�n del pecado, no por motivos de amor, sino por temor a las penas del infierno.

Si, pues, tu ojo derecho te es ocasi�n de pecado, s�catelo y arr�jalo de ti; m�s te conviene que se pierda uno de tus miembros, que no que todo tu cuerpo sea arrojado en la gehenna. Y si tu mano derecha te es ocasi�n de pecado, c�rtatela y arr�jala de ti; Mas te conviene que se pierda uno de tus miembros que no que todo tu cuerpo vaya a la gehenna (Mt. 5, 29-30).

Y no tem�is a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma; temed m�s bien a Aquel que puede llevar alma y cuerpo a la gehenna (Mt. 10, 28).

-La atrici�n concebida por temor al infierno a sus penas, es buena y �til para conseguir la salvaci�n.

Principio del saber, el temor de Yahv�h;

muy cuerdos todos los que lo practican.

Su alabanza por siempre permanece (Sal. 111, 10).

El temor de Yahv�h es el principio de la ciencia;... (Prov. 1, 7).

Y no tem�is a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma; temed m�s bien a Aquel que puede llevar a la perdici�n alma y cuerpo a la gehenna (Mt. 10, 28).

50. Indulgencias

-Existe un tesoro espiritual constituido por las satisfacciones de Cristo y de los Santos que la Iglesia distribuye para el perd�n de la pena temporal debida por los pecados

-Existen los indulgencias

-Existe en la Iglesia potestad de concederlas

-El Papa y los Obispos pueden concederlas a los fieles

-Existe en la Iglesia un tesoro espiritual constituido por las satisfacciones de Cristo y de los Santos, que la autoridad de la Iglesia distribuye para el perd�n de la pena temporal debida por los pecados.

...Cristo Jes�s, hombre tambi�n, que se entreg� a s� mismo como rescate por todos (1 Tim. 2, 5-6).

Aclaraci�n. Cristo ofreci� a Dios satisfacciones de valor infinito por todos los hombres. Estas satisfacciones nunca se agotan sino por Dios las va distribuyendo entre todos seg�n el arbitrio de la autoridad de la Iglesia.

-Existen las indulgencias.

Indulgencias. Son el perd�n de la pena temporal, que se ha de pagar a Dios, despu�s de perdonada la pena eterna, por medio de aplicaci�n del tesoro de la Iglesia constituido por los m�ritos o satisfacciones de Cristo y de los santos. Esta aplicaci�n de los m�ritos se hace a los vivos por modo de absoluci�n y a los muertos por modo de sufragio.

...no me guardo ocultas sus riquezas porque es para los hombres un tesoro inagotable y los que le adquieren se granjean la amistad de Dios... (Sab. 7, 13-14).

De �l os viene que est�is en Cristo Jes�s, al cual hizo Dios para vosotros sabidur�a, justicia, santificaci�n y redenci�n (1 Cor. 1, 30).

Y penetr� en el santuario una vez para siempre, no con sangre de machos cabr�os ni de novillos, sino con su propia sangre, consiguiendo una redenci�n eterna (Hebr. 9, 12).

...sabiendo que hab�is sido rescatados de la conducta necia heredada de vuestros padres, no con algo caduco, oro o plata, sino con una sangre preciosa, como de cordero sin tacha y sin marcilla... (1 Pe. 1, 18-19).

Aclaraci�n. La efusi�n de tanta sangre de valor infinito, la convirti� el Padre en un tesoro de salvaci�n para la Iglesia Militante que se ha de dispensar a los fieles a trav�s de Pedro y de sus sucesores, en favor de la total o parcial indulgencia o perd�n de la pena debida por los pecados.

Cristo dijo a Pedro:

...lo que ates en la tierra quedar� atado en los cielos y lo que desates en la tierra quedar� desatado en los cielos (Mt. 16, 19).

-Existe en la Iglesia la potestad de conceder indulgencias.

Indulgencia es el perd�n de la pena temporal debida a Dios por los pecados cometidos, concedido por quien tiene autoridad y por dispensa del tesoro de m�ritos de Cristo y de los santos acumulado en la Iglesia.

Tomando entonces la palabra Jes�s le respondi�: �...A ti te dar� las llaves del Reino de los Cielos; y lo que ates en la tierra quedar� atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedar� desatado en los cielos� (Mt. 16, 19).

Aclaraci�n. Cristo concedi� a Pedro no s�lo el poder de perdonar pecados, sino de remover cualquier impedimento que el hombre pueda tener para entrar en la bienaventuranza eterna.

-El Papa en la Iglesia universal y los Obispos en los lugares de su jurisdicci�n pueden conceder indulgencias a los fieles.

Yo os aseguro: todo lo que at�is en la tierra quedar� atado en el cielo, y todo lo que desat�is en la tierra quedar� desatado en el cielo (Mt. 18, 18).

51. Unci�n

-Prefiguraci�n e Instituci�n

-La Unci�n de los enfermos es un verdadero sacramento de la Nueva Ley.

a) -Est� insinuado:

Y y�ndose de all� predicaron que se convirtieran; expulsaba a muchos demonios y ung�an con aceite a muchos enfermos y los curaban (Mc. 6, 13).

Aclaraci�n. Este texto se refiere a curaciones milagrosas, pero no por efecto del sacramento, pues los Ap�stoles no eran sacerdotes todav�a.

b) -Est� promulgado:

�Est� conmigo alguno de vosotros? Llame a los presb�teros de la Iglesia, que oren sobre �l y le unjan con �leo en el nombre del Se�or. Y la oraci�n de la fe salvar� al enfermo, y el Se�or le har� que se levante, y si hubiese cometido pecados le ser�n perdonados (St. 5, 14-15).

52. Unci�n. Materia, forma, sujeto, ministro

-La materia es la Unci�n con �leo y

-La forma es la oraci�n

-El sujeto es el hombre bautizado con peligro de Muerte

-El ministro es el sacerdote

-La materia del sacramento de la Unci�n de los enfermos es la Unci�n hecha con �leo, y la forma es la oraci�n que se hace por el enfermo.

a) -Materia -El �leo.

...Llame a los presb�teros de la Iglesia, que oren sobre �l y le unjan con �leo en el nombre del Se�or (Iac. 5, 14).

b) -Forma -La oraci�n.

...Llame a los presb�teros de la Iglesia que oren sobre �l... (Iac. 5, 14).

...Y la oraci�n de la fe salvar� al enfermo... (Iac. 5 15).

-El sujeto del sacramento de la Unci�n de los enfermos es el hombre bautizado, adulto y con cierto peligro de muerte aunque sea remoto.

�Est� enfermo alguno entre vosotros? Llame a los presb�teros de la Iglesia que oren sobre �l y le unjan con �leo en el nombre del Se�or (Jac. 5, 14).

Y la oraci�n de la fe salvar� al enfermo,... (Jac. 5, 15).

-El Ministro del sacramento de la Unci�n de los enfermos es el Sacerdote.

�Est� enfermo alguno entre vosotros? Llame a los presb�teros de la Iglesia, que oren sobre �l y le unjan con �leo en el nombre del Se�or. Y la oraci�n de la fe salvar� al enfermo, y el Se�or har� que se levante, y si hubiese cometido pecados, le ser�n perdonados (Jac. 5, 14-15).

53. Unci�n. Efectos

-La gracia, el perd�n de los pecados y la Salud del cuerpo condicionada

-Los enfermos del sacramento de la Unci�n de los enfermos son: La concesi�n de la gracia para aliviar al enfermo, el perd�n de los pecados mortales y veniales y la salud del cuerpo condicionada.

a) -La concesi�n de la gracia:

...y el Se�or har� que se levante... (Sant. 5 15).

Esto, como efecto de la gracia especial del sacramento.

b) -el perd�n de los pecados:

...y si hubiera cometido pecados le ser�n perdonados (Sant. 5, 15).

Y como consecuencia, todo lo que es obst�culo para que las ofensas a Dios, queden totalmente extinguidas, es decir, el reato de pena temporal, olvidos involuntarios de pecados en la confesi�n, etc.

c) - La salud del cuerpo:

...y la oraci�n de la fe salvar� al enfermo... (Sant. 5, 15).

No puede ser efecto seguro sino condicionado, ya que;

-El hombre es polvo y al polvo volver� (G�n. 3,19).

-Est� establecido que los hombres mueran una sola vez y luego el juicio... (Hebr. 9, 27).

es decir, el hombre ha de morir por propia condici�n de su naturaleza corruptible.

54. Orden. Elecci�n y dignidad

-Dios elige a los que �l quiere

-Constituye al hombre en una gran dignidad

-Dios elige y llama para que se consagren y dediquen al ministerio sacerdotal a los que �l quiere.

Jes�s le respondi� -a Judas no el Iscariote-: �...No me hab�is elegido vosotros a m�, sino que yo os he elegido a vosotros, y os he destinado a que vay�is y deis fruto, y un fruto que permanezca;...� (Jn. 15, 16).

Y nadie se arroga tal dignidad, sino el llamado por Dios, lo mismo que Aar�n (Hebr. 5, 4).

-El sacramento del Orden constituye al hombre en una gran dignidad.

Y les dijo:...�El que os escucha a vosotros a m� me escucha y el que os rechaza, a m� me rechaza; y el que me rechaza a m�, rechaza al que me ha enviado� (Lc. 10, 16).

Por tanto, que nos tengan los hombre por servidores de Cristo y administradores de los misterios de Dios (1 Cor. 1).

...el cual nos capacit� para ser ministros de una nueva Alianza,... (1 Cor. 3, 6).

Y nadie se arroga tal dignidad, sino el llamado por Dios, lo mismo que Aar�n (Hebr. 5, 4).

Pero vosotros sois linaje elegido, sacerdocio real naci�n santa, pueblo adquirido para anunciar las alabanzas de Aquel que os ha llamado de las tinieblas a su admirable luz,... (1 Pe. 2, 9).

55. Orden. Sacramento - Instituci�n

-Es un sacramento

-El rito por el cual un presb�tero es consagrado obispo es sacramento

-El diaconado es sacramento

-El Orden fue instituido por Cristo

-El presbiterado fue instituidos por Cristo en la �ltima cena

-El Episcopado fue instituido por Cristo despu�s de su resurrecci�n

-El Orden sacramental sacerdotal es un sacramento de la Nueva Ley.

El Orden, como sacramento, es cierto rito de la Iglesia, por el cual se entregan unas potestades espirituales al que lo recibe.

Por eso te recomiendo que reavives la gracia de Dios que est� en ti por la imposici�n de mis manos.

a) -Es un signo sensible por la imposici�n de las manos:

...los presentaron a los Ap�stoles, e hicieron oraci�n y les impusieron las manos (Hch. 6, 6).

Entonces, despu�s de haber ayunado y orado, les impusieron las manos y les enviaron (Hch. 13, 3).

No descuides el carisma que hay en ti, que se te comunic� por intervenci�n prof�tica mediante la imposici�n de la manos del colegio del presb�teros (1 Tim. 4, 14).

No te precipites a imponer a nadie las manos, y as� no te har�s part�cipe de los pecados ajenos (1 Tim. 5, 22).

b) -Este signo concede gracia:

No descuides el carisma que hay en ti, que se te comunic� por intervenci�n prof�tica mediante la imposici�n de la manos del colegio de presb�teros (1 Tim. 4, 14).

c) -Es instituido por Cristo, puesto que �l s�lo puede instituir un signo eficaz de gracia.

-El rito por el cual un presb�tero es consagrado obispo es verdadero sacramento.

Por esto te recomiendo que reavives el carisma de Dios que est� en ti por la imposici�n de mis manos (2 Tim. 1, 6).

Aclaraci�n. La imposici�n de las manos es un signo sensible que concede la gracia, y por tanto, es sacramento.

-El Diaconado es sacramento.

Cristo no instituy� el Diaconado directamente, sino por mediaci�n de los Ap�stoles, los cuales consta claramente que constituyeron di�conos.

Por aquellos d�as, al multiplicarse los disc�pulos, hubo quejas de los helenistas contra los hebreos, porque sus viudas eran desatendidas de la asistencia cotidiana. Los doce convocaron la asamblea de los disc�pulos y dijeron. �No parece bien que nosotros abandonemos la palabra de Dios por servir a las meses. Por tanto, hermanos, buscad de entre vosotros a siete hombre de buena fama, llenos del Esp�ritu y de Sabidur�a, y los nombraremos a la oraci�n y al ministerio de la Palabra.� Pareci� bien la propuesta a toda la asamblea y escogieron a Esteban, hombre lleno de fe y del Esp�ritu Santo, a Felipe, a Procoro, a Nicanor, a Tim�n, a Parmenas y a Nicol�s, pros�lito de Antioqu�a; los presentaron a los Ap�stoles, e hicieron oraci�n y les impusieron las manos (Hch. 6, 1-7).

Aclaraci�n. Cuando los ap�stoles ejerc�an esta potestad, es porque la recibieron de Cristo.

La concesi�n de la gracia est� clara en:

Esteban, lleno de gracia... (Hch. 6, 8).

Es signo sensible es la imposici�n de las manos

...y les impusieron las manos (Hch. 6, 7).

-Jesucristo instituy� este sacramento en la �ltima cena.

Y tom� pan, dio gracias, lo parti� y se lo dio diciendo: �Este es mi cuerpo que va a ser entregado por vosotros; haced esto en recuerdo m�o� (Lc. 22, 19).

Aclaraci�n. Les orden� sacerdotes d�ndoles el poder de consagrar y de ofrecer su cuerpo y su sangre.

-El presbiterado fue instituido por Jesucristo en la �ltima cena, en cuanto al poder de consagrar su cuerpo y su sangre.

Y tom� pan, dio gracias, lo parti� y se lo dio diciendo: �Este es mi cuerpo que va a ser entregado por vosotros; haced esto en recuerdo m�o� (Lc. 22, 19).

-El Episcopado fue instituido por Jesucristo en sus ap�stoles despu�s de su resurrecci�n.

Jes�s repiti�: �La paz sea con vosotros. Como el Padre me envi�, tambi�n yo os env�o� (Jn. 20, 21).

Aclaraci�n. Los Ap�stoles recibieron entonces la jurisdicci�n sobre el Cuerpo M�stico de Cristo.

56. Orden. Materia, sujeto, ministro

-La imposici�n de las manos es rito de transmisi�n de un carisma

-La materia es la imposici�n de las manos

-El sujeto, el var�n, no las mujeres

-El ministro es el Obispo

-La imposici�n de manos es rito de transmisi�n de una gracia o de un carisma.

Esta gracia o carisma puede ser:

a) -Una simple bendici�n.

Jes�s les dijo: �Dejad a los ni�os y no les impid�is que vengan a m�, porque de los que son como �stos es el Reino de los Cielos.� Despu�s les impuso las manos y se fue all� (Mt. 19, 14-15).

b) -El medio para realizar una curaci�n.

Y no pudo hacer all� ning�n milagro, a excepci�n de unos pocos enfermos a quienes cur� imponi�ndoles las manos (Mc. 6, 5).

�...impondr�n las manos sobre los enfermos y se pondr�n bien� (Mc. 16, 18).

A la ca�da del sol, todos cuantos ten�an enfermos de diversas dolencias se los llevaban; y, poniendo �l las manos sobre cada uno de ellos, los curaba (Lc. 4, 40).

Al verla Jes�s, la llam� y dijo: �Mujer, quedas libre de tu enfermedad.� Y le impuso las manos, Y al instante se enderez�, y glorificaba a Dios (Lc. 13, 12-13).

Fue Anan�as, entr� en la casa, le impuso las manos y le dijo: �Sa�l, hermano, me ha enviado a ti el Se�or Jes�s, el que se te apareci�...� (Hch. 9, 17).

En el camino por donde ven�as, para que recobres la vista y seas lleno del Esp�ritu Santo.� Al instante cayeron de sus ojos unas como escamas y recobr� la vista; se levant� y fue bautizado (Hch. 9, 17-18).

c) -Para comunicar a los bautizados la plenitud del Esp�ritu Santo.

...�nicamente hab�an sido bautizados en el nombre de Jes�s. Entonces les impon�an las manos y recib�an el Esp�ritu Santo (Hch. 8, 16-17).

d) -Para conferir el sacramento del Orden.

Por eso te recomiendo que reavives la gracia de Dios que est� en ti por la imposici�n de mis manos (2 Tim. 1, 6).

...dijo el Esp�ritu Santo: �Separadme ya a Bernab� y a Saulo para la obra a la que los he llamado.� Entonces, despu�s de haber ayunado y orado, les impusieron las manos y les enviaron (Hch. 13, 2-3).

-La materia del sacramento del Orden es la imposici�n de las manos.

a) -Diaconado.

...escogieron a Esteban, hombre lleno de fe y del Esp�ritu Santo, a Felipe, a Procoro, a Nicanor, a Tim�n, a Parmonas y a Nicol�s, proselitos de Antioqu�a; los presentaros a los Ap�stoles e hicieron oraci�n y les impusieron las manos (Hch. 6, 5-6).

b) -Presbiterado.

No te precipites en imponer a nadie las manos, y as� no te har�s part�cipe de los pecados ajenos (1 Tim. 5, 22).

c) -Episcopado.

Mientras estaban diciendo el culto del Se�or y ayunando, dijo el Esp�ritu Santo: �Separadme ya a Bernab� y a Saulo para la obra a la que los he llamado.� Entonces, despu�s de haber ayunado y orado, les impusieron las manos y les enviaron (Hch. 13, 2-3).

-El sacramento del Orden no puede administrarse a las mujeres.

Como en todas las Iglesias de los santos, las mujeres c�llense en las asambleas; que no les est� permitido tomar la palabra; antes bien, est�n sumisas como tambi�n la Ley lo dice.

Si quieren aprender algo, preg�ntenlo a sus propios maridos en casa; pues es indecoroso que la mujer hable en la asamblea (1 Cor. 14, 34-35).

La mujer oiga la instrucci�n en silencio, con toda sumisi�n (1 Tim. 2, 11).

Aclaraci�n. Es propio del que recibe la ordenaci�n sagrada intervenir en las asambleas para explicar la doctrina.

-El Ministro del sacramento del Orden es s�lo el Obispo.

a) -Los Ap�stoles ordenan las siete primeros di�conos.

...escogieron a Esteban, hombre lleno de fe y de Esp�ritu Santo, a Felipe, a Pr�coro, a Nicanor, a Tim�n, a P�rmenas y a Nicol�s, pros�lito de Antioqu�a; los presentaron a los ap�stoles, a hicieron oraci�n y les impusieron las manos (Hch. 6, 5-6).

b) -Pablo y Bernab� ordenan presb�teros.

Designaron presb�teros en cada Iglesia y despu�s de hacer oraci�n con ayunos les encomendaron al Se�or en quien hab�an cre�do (Hch. 14, 23).

c) -Pablo consagra obispo a Timoteo.

Por esto te recomiendo que reavives el carisma de Dios que est� en ti por la imposici�n de mis manos (2 Tim. 1, 6).

57. Orden. Fines

-Ofrecer a Dios el sacrificio, predicar el mensaje de salvaci�n y comunicar la vida divina a los hombres

-Los fines para los cuales Jesucristo instituy� el sacerdocio son: Ofrecer a Dios sacrificios por los pecados de los hombres, predicarles el mensaje de salvaci�n y comunicarles la vida divina.

a) -Ofrecer a Dios sacrificio.

Porque todo Sumo Sacerdote es tomado de entre los hombres y est� puesto en favor de los hombres en lo que se refiere a Dios para ofrecer dones y sacrificios por los pecados;... (Hebr. 5, 4).

b) -Predicar el mensaje de salvaci�n.

Y les dijo: �Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la oraci�n. El que crea y sea bautizado, se salvar�; el que no crea, se condenar� (Mc. 16, 15-16).

Id, pues y haced disc�pulo a todas las gentes bautiz�ndolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Esp�ritu Santo, y ense��ndoles y guardar todo lo que yo os he mandado (Mt. 28, 19-20).

c) -Comunicarles la vida divina.

Id, pues, y haced disc�pulos a todas las gentes bautiz�ndolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Esp�ritu Santo,... (Mt. 28, 19).

Aclaraci�n. El bautismo es la puerta de los dem�s sacramentos instituidos para comunicar la vida de Dios a los hombres.

58. Orden. Funciones

-Los obispos suceden a los Ap�stoles en los oficios de ense�ar y de regir

-Los presb�teros y obispos de las primeras comunidades estaban encargados de la administraci�n temporal y de la ense�anza

-Los presb�teros ejercen el oficio de regir con dependencia de los obispos

-Los di�conos son ministros que sirven a la Iglesia

-Los ministros de la Iglesia tienen derecho a vivir del culto

-Los obispos suceden a los Ap�stoles en los oficios de ense�ar y de regir, por derecho divino.

San Pablo a Timoteo:

Apres�rate a venir a m� cuanto antes, porque me ha abandonado Demas por amor a este mundo y se ha marchado a Tesal�nica (2 Tim. 4, 9).

Toma a Marcos y tr�ele contigo, pues me es muy �til para el ministerio (2 Tim. 4, 11).

San Pablo a Tito:

Cuando envi� donde ti a Artemas a Tiquico... (Tit. 3, 12).

Se deduce que S. Pablo env�an a Tito y a Timoteo por los menos, para que rijan las Iglesias que les asigna.

-Los presb�teros y los ep�scopos cristianos de las primeras comunidades estaban encargados de la administraci�n temporal y de la ense�anza.

Los presb�teros que ejercen bien a su cargo merecen doble honor, principalmente los que afanan en la predicaci�n y en la ense�anza (1 Tim. 5, 17).

El motivo de haberte dejado en Creta, fue para que acabaras de organizar lo que faltaba y establecieras presb�teros en cada ciudad, como yo te orden�. el candidato debe ser irreprochable...porque el ep�scopo, como administrador de Dios, debe ser irreprochable... Que est� adherido a la palabra fiel, conforme a la ense�anza, para que sea capaz de exhortar con la sana doctrina y refutar a los que contradicen (Tit. 1, 5-9).

Aclaraci�n. El paso de estos ep�scopos-presb�teros a la figura del obispo, jefe �nico del colegio de los sacerdotes, parece haberse realizado por la transmisi�n a un s�lo ep�scopo, en cada comunidad, de los poderes que los Ap�stoles y luego sus representantes ejerc�an anteriormente sobre varias comunidades.

-Los presb�teros ejercen tambi�n el oficio de regir pero con plena dependencia de los obispos.

As� lo hicieron y se los enviaron a los presb�teros por medio de Bernab� y de Saulo (Hch. 11, 30).

Llegados a Jerusal�n fueron recibidos por la Iglesia y por los Ap�stoles y presb�teros... (Hch. 15, 4).

Se reunieron entonces los ap�stoles y presb�teros para tratar este asunto (Hch. 15, 6).

Entonces decidieron los ap�stoles y presb�teros, de acuerdo con toda la Iglesia... (Hch. 15, 22).

Conforme iban pasando por las ciudades, les iban entregando para que las observasen, las decisiones tomadas por los ap�stoles y presb�teros en Jerusal�n (Hch. 16, 4).

Al d�a siguiente Pablo con todos nosotros, fue a casa de Santiago; se reunieron tambi�n todos los presb�teros (Hch. 21, 18).

-Los di�conos son ministros que sirven a la Iglesia.

No parece bien que nosotros abandonemos la palabra de Dios por servir a las mesas. Por tanto, hermanos, buscad de entre vosotros a siete hombres, de buena fama, llenos de Esp�ritu y de sabidur�a, y los nombraremos para este cargo, mientras nosotros nos dedicaremos a la oraci�n y al ministerio de la palabra. Pareci� bien la propuesta a toda la asamblea y escogieron a Esteban, hombre lleno de fe y del Esp�ritu Santo, a Felipe, a Pr�coro, a Nicanor, a Tim�n, a P�rmenas y a Nicol�s, proselito de Antioqu�a, los presentaron a los ap�stoles y les impusieron las manos (Hch. 6, 3-6).

Esteban, lleno de gracia y de poder, realizaba entre el pueblo grandes prodigios y se�ales (Hch. 6, 8).

Felipe baj� a una ciudad de Samaria y les predicaba a Cristo (Hch. 8, 5).

-Los ministros de la Iglesia tienen derecho a vivir del culto.

�No sab�is que los ministros del culto viven del culto? �Que los que sirven al altar, del altar participan? Del mismo modo, tambi�n el Se�or ha ordenado que los que predican el Evangelio vivan del Evangelio (1 Cor. 9, 13-14).

Predicar el Evangelio entreg�ndolo gratuitamente, renunciando al derecho que me confiere el Evangelio (1 Cor. 9, 18).

59. Orden. Efectos

-Potestades espirituales, aumento de la gracia. La jurisdicci�n, el car�cter, predicar el mensaje divino, transmitir estos poderes

-Los efectos del sacramento del Orden son: La concesi�n de ciertas potestades espirituales, el aumento de la gracia sacramental, la jurisdicci�n y el car�cter.

a) -Ciertas potestades espirituales:

-Bautizar.

Id, pues, y haced disc�pulos a todas las gentes, bautiz�ndolas en el nombre del Padre del Hijo y del Esp�ritu Santo (Mt. 28, 19).

-Fortalecer en la fe.

...hab�an sido bautizados en el nombre de Jes�s. Entonces les impon�an las manos y recib�an el Esp�ritu Santo (Hch. 8, 16-17).

-Perdonar los pecados.

Dicho esto sopl� sobre ellos y les dijo: Recibid el Esp�ritu Santo. A quienes perdon�is los pecados, les ser�n perdonados; a quienes se los reteng�is, les quedan retenidos (Jn. 20, 22-23).

-Consagrar el Cuerpo y la Sangre del Se�or.

Haced esto en recuerdo m�o (Lc. 22, 19).

-Celebrar y ofrecer el Santo Sacrificio de la Misa.

Haced esto en recuerdo m�o (Lc. 22,19).

-Confrontar a los enfermos y disponerlos a morir en gracia de Dios.

�Est� enfermo alguno de vosotros? Llame a los presb�teros de la Iglesia, que oren sobre �l y le unjan con �leo en el nombre del Se�or (Sant. 5, 14).

b) -El aumento de la gracia sacramental.

Por eso te recomiendo que reavives la gracia de Dios que est� en ti por la imposici�n de mis manos (2 Tim. 1, 6).

c) -La jurisdicci�n.

El motivo de haberte dejado en Creta, fue para que acabaras de organizar lo que faltaba y establecieras presb�teros en cada ciudad como yo te orden�. El candidato debe ser irreprochable...Porque el ep�scopo, como administrador de Dios debe ser irreprochable... (Tit. 1, 5-7).

Apacentad la grey de Dios que os est� encomendada, vigilando,... (1 Pe. 5, 1-2).

d) -El car�cter.

Y es Dios...el que nos marc� con su sello... (2 Cor. 1, 21).

...fuisteis sellados con el Esp�ritu Santo de la Promesa (Ef. 1, 13).

No entristezc�is al Esp�ritu Santo de Dios, con el que fuisteis sellados para el d�a de la redenci�n (Ef. 4, 30).

e) -Predicar el mensaje divino de salvaci�n.

Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la creaci�n (Mc. 16, 15).

f) -Trasmitir a sus sucesores todos estos poderes.

Entonces, despu�s de haber ayunado y orado, les impusieron las manos y les enviaron...Llegado a Salamina, anunciaban la palabra de Dios... (Hch. 13, 3 y 5).

60. Orden

-Los primeros ap�stoles no hac�an distinci�n entre obispos y presb�teros

-Los obispos y presb�teros identificados en las primeras comunidades cristianas

-El sacerdote llamado a la santidad

-La conversi�n de los sacerdotes que pecan es muy dif�cil

-Parece que los primeros ap�stoles no hac�an distinci�n entre obispos y presb�teros.

A los ancianos que est�n entre vosotros les exhorto yo, anciano como ellos, testigo de los sufrimiento de Cristo y part�cipe de la gloria que est� para manifestarse. Apacentad la grey de Dios que os est� encomendada, vigilando,... (1 Pe. 5, 1-2).

�ancianos� se refiere a los presb�teros;

�apacentad�, �vigilando� se refiere a los obispos.

Por tanto, en este texto, parece que Pedro identifica el concepto.

El motivo de haberte dejado en Creta, fue para que acabaras de organizar lo que falta y establecieras presb�teros en cada ciudad como yo te orden�. El candidato debe ser irreprochable...Porque el Ep�scopo, como administrador de Dios debe ser irreprochable... (Tit. 1, 5-7).

Tambi�n parece que, en este texto, se identifican obispos y presb�teros.

Aclaraci�n. Cristo instituy� el Sacerdocio y encomend� a la Iglesia que, pasando el tiempo, lo distribuyese en dos grados, obispos y presb�teros. Tambi�n pudo suceder que la Iglesia juzgara oportuno establecer estos dos grados, episcopado y presbiterado, para mejor distribuir las funciones sacerdotales.

Cristo instituy� el Sacerdocio.

Haced esto en recuerdo m�o (Lc. 22, 19).

-Los �Ep�scopos� parecen pr�cticamente id�nticos a los �presb�teros�, en las primeras comunidades cristianas.

Los disc�pulos determinaron enviar algunos recursos, seg�n las posibilidades de cada uno, para los hermanos que viv�an en Judea. As� lo hicieron y se los enviaron a los presb�teros por medio de Bernab� y de Saulo (Hch. 11, 29-30).

El motivo de haberte dejado en Creta, fue para que acabaras de organizar lo que faltaba y establecieras presb�teros en cada ciudad, como yo te orden� (Tit. 1, 5).

Desde Mileto envi� a llamar a los presb�teros de la Iglesia de Efeso (Hech. 20, 17).

-El sacerdote del Nuevo Testamento est� llamado a la Santidad.

...nos presentamos en todo como ministros de Dios: con mucha constancia en tribulaciones, necesidades, angustias; en azotes, c�rceles, sediciones; en fatigas, desvelos, ayunos, en pureza, ciencia, paciencia, bondad; en el Esp�ritu Santo, en caridad sincera,... (2 Cor. 6, 4-6).

Revest�os, pues, como elegidos de Dios, santos y amados, de entra�as de misericordia, de bondad, de humildad, mansedumbre y paciencia soportaos unos a otros y perdon�ndoos mutuamente, si alguno tiene queja contra otro (Col. 3, 12-13).

Es, pues, necesario que el ep�scopo sea irreprensible,... (1 Tim. 3, 2).

Tambi�n los di�conos deben ser dignos, sin doblez;...que guarden el Misterio de la fe con una conciencia pura. Primero se les someter� a prueba y despu�s, si fuesen irreprensibles, ser�n di�conos (1 Tim. 3, 8-10).

T�, en cambio, hombre de Dios, huye de estas cosas; corre al alcance de la justicia, de la piedad, de la fe, de la caridad, de la paciencia en el sufrimiento, de la dulzura. Combate el buen combate de la fe, conquista la vida eterna a la que has sido llamado y de la que hiciste aquella solemne profesi�n delante de muchos testigos. Te recomiendo...que conserves el mandato sin tacha ni culpa hasta la Manifestaci�n de nuestro Se�or Jesucristo (1 Tim. 6, 11-14).

Porque el ep�spoco, como administrador de Dios, debe ser irreprochable; no arrogante, no col�rico, no bebedor, no violento, no dado a negocios sucios; sino hospitalario, amigo del bien, sensato, justo, piadoso, due�o de s�. Que est� adherido a la palabra fiel,... (Tit. 1, 7-9).

-La conversi�n de los sacerdotes que pecan habitualmente, es muy dif�cil.

Porque es imposible que cuantos fueron una vez iluminados, gustaron el don celestial y fueron hechos part�cipes del Esp�ritu Santo, saborearon las buenas nuevas de Dios y los prodigios del mundo futuro, y a pesar de todo cayeron, se renueven otra vez mediante la penitencia, pues crucifican por su parte de nuevo al Hijo de Dios y le exponen a p�blica infamia (Hebr. 6, 4-6).

Porque ha llegado el tiempo de comenzar el juicio por la casa de Dios. Pues si comienza por nosotros, �Qu� fin tendr�n los que no creen en el Evangelio de Dios? Si el justo se salva a duras penas �en qu� parar�n el imp�o y el pecador? (1 Pe. 4, 17-18).

61. Ap�stoles, sucesores de Jesucristo en su funci�n de predicar

-Dios elige y env�a a los que quiere para predicar su mensaje de salvaci�n

-Dios manda predicar su mensaje a los mismos que �l designa

-Los varones designados son de gran santidad

-Jesucristo escoge, instituye y env�a a sus ap�stoles a anunciar su palabra

-Los env�a por todo el mundo a predicar la misma doctrina que �l

-�l determina que su mensaje se extienda por todo el mundo a trav�s de sus ap�stoles

-La palabra de Dios fue difundida muy eficazmente despu�s de la fundaci�n de la Iglesia

- El crecimiento de la Iglesia fue considerable despu�s de su fundaci�n

-Jesucristo conf�a a sus Ap�stoles la custodia de las verdades

-Los Ap�stoles las conservan por �ntegras

-Dios elige y env�a a los que �l quiere para predicar su mensaje de salvaci�n.

a) -Elige.

Se adelantar�n entonces los sacerdotes hijos de Lev�; porque a ellos ha elegido Yahv�h tu Dios para estar a su servicio y para dar la bendici�n en el nombre de Yahv�h, y a su decisi�n pertenece resolver todo litigio y toda violencia (Deut. 21, 5).

Entonces o� la voz del Se�or que dec�a: ��A qui�n enviar�? �Y qui�n ir� de parte nuestra?� Dije: �Heme aqu�: env�ame.� Dijo: �Ve y di a ese pueblo: "Escuchad bien,..."� (Is. 6, 8).

Entonces me fue dirigida la palabra de Yahv�h en estos t�rminos: Antes de haberte formado yo en el seno materno, te conoc�a, y antes que nacieses, te ten�a consagrado: yo profeta de las naciones te constitui (Jer. 1, 5).

Y recorr�a los pueblos del contorno ense�ando. Y llam� a los Doce y comenz� a enviarlos sobre los esp�ritus inmundos... Y... predicaron que se convirtieran;... (Mc. 6, 6-7 y 12).

Subi� al monte y llam� a los que �l quiso; y vinieron donde �l. Instituy� Doce, para que estuvieran con �l, y para enviarlos a predicar con poder de expulsar demonios (Mc. 3, 13-15).

Despu�s de esto, design� el Se�or a otros setenta y dos, y los envi� de dos en dos delante de s�, a todas las ciudades y sitios por donde �l hab�a de pasar (Lc. 10, 1).

No me hab�is elegido vosotros a m�, sino que yo os he elegido a vosotros, y os he destinado a que vay�is y deis fruto,... (Jn. 15, 16).

Pablo, llamado a ser ap�stol de Cristo Jes�s por la voluntad de Dios,... (1 Cor. 1, 1).

Mas, cuando Aquel que me separ� desde el seno de mi madre y me llam� por su gracia, tuvo a bien revelar en m� a su Hijo, para que le anunciase entre los gentiles,... (G�l. 1, 15-16).

Y nadie se arroga tal dignidad, sino el llamado por Dios, lo mismo que Aar�n (Hebr. 5, 4).

b) -Env�a.

Dijo Mois�s a Dios: ��Qui�n soy yo para ir a Fara�n y sacar de Egipto a los hijos de Israel?� Respondi�: �Yo estar� contigo y esta ser� la se�al de que yo te env�o: Cuando hayas sacado al pueblo de Egipto, dar�is culto a Dios en este monte� (Ex. 3, 11-12).

Y me dijo Yahv�h: No digas �Soy un muchacho�, pues adondequiera que yo te env�e ir�s, y todo lo que te mande dir�s (Jer. 1, 7).

Me dijo: �Hijo de hombre, yo te env�o a los israelitas, a un pueblo de rebeldes, que se han rebelado contra m�...; hacia ellos te env�o para decirles: As� dice el Se�or Yahv�h. Y ellos, escuchen o no escuchen, ya que son una casa de rebeld�a, sabr�n que hay un profeta en medio de ellos (Ez. 2, 3-5).

A estos doce envi� Jes�s, despu�s de haberles dado estas instrucciones: �...Id proclamando que el Reino de los Cielos est� cerca. Sanad enfermos...� (Mt. 10, 5, y 7).

Y llam� a los Doce y comenz� a enviarlos de dos en dos, d�ndoles poder sobre los esp�ritus inmundos (Mc. 6, 7).

Despu�s de esto, design� el Se�or a otros setenta y dos, y los envi� de dos en dos delante de s�, a todas las ciudades y sitios por donde �l hab�a de pasar (Lc. 10, 1).

Hubo un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan. Este vino como testigo, para dar testimonio de la luz, para que todos creyesen por �l (Jn. 1, 6).

No me hab�is elegido vosotros a m�, sino que yo os he elegido a vosotros, y os he destinado a que vay�is y deis fruto,... (Jn. 15, 16).

Porque no me envi� Cristo a bautizar, sino a predicar el Evangelio (1 Cor. 1, 17).

-Dios manda predicar su mensaje de salvaci�n a los que el mismo designa.

Y me dijo Yahv�h: No digas: �Soy un muchacho�, pues adondequiera que yo te env�e ir�s, y todo lo que te mande dir�s. No les tengas miedo, que contigo estoy yo para salvarte -or�culo de Yahv�h-. Entonces alarg� Yahv�h su mano y toc� mi boca. Y me dijo Yahv�h: Mira que ha puesto mis palabras en tu boca. Desde hoy mismo te doy autoridad sobre las gentes y sobre los reinos, para extirpar y destruir, para perder y derrocar, para reconstruir y plantar (Jer. 1, 7-10).

Id, pues, y haced disc�pulos a todas las gentes bautiz�ndolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Esp�ritu Santo, y ense��ndoles y guardar todo lo que yo os he mandado. Y sabed que yo estoy con vosotros todos los d�as hasta el fin del mundo (Mt. 28, 19-20).

No nos predicamos a nosotros mismos, sino a Cristo Jes�s como Se�or, y a nosotros como siervos vuestros por Jes�s. Pues el mismo Dios que dijo: �Del seno de las tinieblas brille la luz�, ha hecho brillar la luz en nuestros corazones, para irradiar el conocimiento de la gloria de Dios que est� en la faz de Cristo (2 Cor. 4, 5-6).

Porque en Cristo estaba Dios reconciliando al mundo consigo, no tomando en cuenta las transgresiones de los hombres, dinos poniendo en nuestros labios la palabra de reconciliaci�n. Somos, pues, embajadores de Cristo, como si Dios exhortara por medio de nosotros (2 Cor. 5, 19-20).

-Los varones designados por Dios para predicar son de gran santidad y austeridad.

El �ngel le digo: �No temas, Zacar�as, porque tu petici�n ha sido escuchada; Isabel, tu mujer, te dar� a luz un hijo, a quien pondr�s por nombre Juan; ser� par ti gozo y alegr�a, y muchos se gozar�n en su nacimiento, porque ser� grande ante el Se�or; no beber� vino ni licor; estar� lleno del Esp�ritu Santo ya desde el seno de su madre, y a muchos de los hijos de Israel, les convertir� al Se�or su Dios (Lc. 1, 13-17).

-Jesucristo escoge, instituye y env�a a sus ap�stoles a anunciar su palabra.

a) -Escoge.

Cuando se hizo de d�a, llam� a sus disc�pulos, y eligi� doce de entre ellos, a los que llam� tambi�n ap�stoles (Lc. 6, 13).

No me hab�is elegido vosotros a m�, sino que yo os he elegido a vosotros, y os he destinado a que vay�is y deis fruto, y un fruto que permanezca;... (Jn. 15, 16).

b) -Instituye.

Subi� al monte y llam� a los que �l quiso; y vinieron donde �l. Instituy� Doce, para que estuvieran con �l, y para enviarlos a predicar con poder de expulsar los demonios (Mc. 3, 13-15).

c) -Env�a.

Instituy� Doce, para que estuvieran con �l, y para enviarlos a predicar con poder de expulsar demonios (Mc. 3, 16).

Y llam� a los Doce y comenz� a enviarlos de dos en dos, d�ndoles poder sobre los esp�ritus inmundos (Mc. 6, 7).

Convocando a los Doce, les dio poder y autoridad sobre todos los demonios, y para curar enfermedades; y los envi� a proclamar el Reino de Dios y a curar (Lc. 9, 1-2).

-Jesucristo envi� a sus ap�stoles por todo el mundo, como testigos suyos, y con la misi�n de predicar la misma doctrina que �l.

a) -Los envi� por todo el mundo.

Y les dijo: �Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la creaci�n (Mc. 16, 15).

b) -Como testigos suyos.

�l les contest�: �...recibir�is la fuerza del Esp�ritu Santo, que vendr� sobre vosotros, y ser�is mis testigos en Jerusal�n, en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra� (Hch. 1, 7-8).

c) -Para predicar la misma doctrina.

Jes�s...les habl� as�: �...Id, pues, y haced disc�pulos a todas las gentes bautiz�ndolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Esp�ritu Santo, y ense��ndoles a guardar todo lo que yo os he mandado (Mt. 28, 19-20).

-Jesucristo determina que su mensaje de salvaci�n se extienda por todo el mundo a trav�s de sus ap�stoles.

Jes�s se acerc� a ellos y les habl� as�: �Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra. Id, pues, y haced disc�pulos m�os a todas las gentes bautiz�ndolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Esp�ritu Santo, y ense��ndoles a guardar todo lo que yo os he mandado (Mt. 28, 18-20).

Y les dijo: �Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la creaci�n. El que crea y sea bautizado, se salvar�; el que no crea se condenar� (Mc. 16, 15-16).

As� est� escrito que el Cristo padeciera y resucitara de entre los muertos al tercer d�a y se predicar� en su nombre la conversi�n para perd�n de los pecados a todas las naciones, empezando desde Jerusal�n (Lc. 24, 46-47).

-La palabra de Dios fue difundida muy eficazmente inmediatamente despu�s de la fundaci�n de la Iglesia.

La Palabra de Dios iba creciendo;... (Hch. 6, 7).

Entretanto la Palabra de Dios crec�a y se multiplicaba (Hch. 12, 24).

Al o�r esto los gentiles se alegraron y se pusieron a glorificar la Palabra del Se�or; y creyeron cuantos estaban destinados a una vida eterna. Y la Palabra del Se�or se difund�a por toda la regi�n (Hch. 13, 48-49).

De esta forma la Palabra del Se�or crec�a y se robustec�a poderosamente (Hch. 19, 20).

-El crecimiento num�rico de la Iglesia fue considerable inmediatamente despu�s de su fundaci�n.

Sin embargo, muchos de los que oyeron la Palabra creyeron; y el n�mero de hombres lleg� a unos cinco mil (Hch. 4, 4).

Los creyentes cada vez en mayor n�mero de adher�an al Se�or, una multitud de hombres y mujeres (Hch. 5, 14).

Por aquellos d�as, al multiplicarse los disc�pulos,... (Hch. 6, 1).

La Palabra de Dios iba creciendo; en Jerusal�n se multiplic� considerablemente el n�mero de los disc�pulos, y multitud de sacerdotes iban aceptando la fe (Hch. 6, 7).

Las Iglesias por entonces gozaban de paz en toda Judea, Galilea y Samar�a; se edificaban y progresaban en el temor del Se�or y estaban llenas de la consolaci�n del Esp�ritu Santo (Hch. 9, 31).

La mano del Se�or estaba con ellos, y un crecido n�mero recibi� la fe y se convirti� al Se�or (Hch. 11, 21).

Una considerable multitud se agreg� al Se�or (Hch. 11, 24).

Las Iglesias se afianzaban en la fe y crec�an en n�mero de d�a en d�a (Hch. 16, 5).

-Jesucristo conf�a a sus Ap�stoles las custodia del dep�sito de las verdades que les transmiti�.

Timoteo, guarda el dep�sito (1 Tim. 6, 20).

Conserva el buen dep�sito mediante el Esp�ritu Santo que habita en nosotros (2 Tim. 1, 14).

T�, pues bien, hijo m�o, mant�nte fuerte en la gracia de Cristo Jes�s; y cuanto me has o�do en presencia de muchos testigos conf�alo a hombres fieles, que sean capaces, a su vez, de instruir a otros (2 Tim. 2, 1-2).

Esto has de ense�ar; y conjura en presencia de Dios que se eviten las discusiones de palabras, que no sirven para nada, si no es para perdici�n de los oyentes (2 Tim. 2, 14).

Mas tu ense�a lo que es conforme a la sana doctrina;... (Tit. 2, 1).

Mu�strate dechado de buenas obras: pureza de doctrina, dignidad, palabra sana, intachable... (Tit. 2, 8).

-Los ap�stoles conservan �ntegro el dep�sito de la fe que Jesucristo les ha confiado.

...que conserves el mandato sin tacha ni culpa hasta la manifestaci�n de nuestro Se�or Jesucristo,... (1 Tim. 6, 14).

Timoteo, guarda el dep�sito (1 Tim. 6, 20).

Conserva el buen dep�sito mediante el Esp�ritu Santo que habita en vosotros (2 Tim. 1, 14).

...cuanto me has o�do en presencia de muchos testigos conf�alo a hombres fieles,... (2 Tim. 2, 2).

T�, en cambio, persevera en lo que aprendiste y en los que cre�ste, teniendo presente de quienes los aprendiste,... (2 Tim. 3, 14).

62. Ap�stoles, sucesores de Jesucristo en su funci�n de santificar y de regir

-Prefigurados en el A. T.

-Dios elige y llama

-Su elecci�n eterna y personal

-Jesucristo eligi� a los que quiso para su obra redentora

-Inicia en ellos una vida nueva

-Los env�a como el Padre lo env�o a �l

-Su misi�n es dar testimonio de su vida p�blica y de su resurrecci�n

-Los Ap�stoles de Jesucristo fueron prefigurados en el Antiguo Testamento.

A sus orillas vendr�n los pescadores; desde Engad� hasta Eneglayim se tender�n redes (Ez. 47, 10).

-Dios es el que elige y llama.

a) -A Israel.

No porque se�is el m�s numeroso de todos los pueblos se ha ligado Yahv�h a vosotros y os ha elegido, pues sois el menos numeroso de todos los pueblos; sino por el amor que os tiene... (Deut. 7, 7-8).

b) -A los Ap�stoles.

No me hab�is elegido vosotros a m�, sino que yo os he elegido a vosotros,... (Jn. 15, 16).

Padre, quiero que donde yo est� est�n tambi�n conmigo los que t� me has dado,... (Jn. 17, 24).

c) -A Pablo.

Mas, cuando Aquel que me separ� desde el seno de mi madre y me llam� por su gracia,... (G�l. 1, 15).

-La elecci�n de Dios para una vocaci�n determinada es eterna, personal, libre y por amor.

a) -Eterna.

-El profeta Jerem�as.

Entonces me fue dirigida la palabra de Yahv�h en estos t�rminos:

Antes de haberte formado yo en el seno materno, te conoc�a, y antes que nacieses, te ten�a consagrado: yo profeta de las naciones te constitui (Jer. 1, 4-5).

-Los elegidos a la vida bienaventurada.

...por cuanto nos ha elegido en �l antes de la creaci�n del mundo, para ser santos e inmaculados en su presencia, en el amor; eligi�ndonos de antemano para ser sus hijos adoptivos por medio de Jesucristo, seg�n el benepl�cito de su voluntad,... (Ef. 1, 4-5).

A �l, por quien entramos en herencia, elegidos de antemano seg�n el previo designio del que realiza todo conforme a la decisi�n de su voluntad,... (Ef. 1, 11).

b) -Personal.

-Pablo.

Mas, cuando Aquel que me separ� desde el seno de mi madre y me llam� por su gracia, tuvo a bien revelar en m� a su Hijo, para que le anunciase entre los que os llam� por la gracia de Cristo,... (G�l. 1, 15-16).

-Israel.

...�l te ha elegido a ti para que seas el pueblo de su propiedad personal entre todos los pueblos que hay sobre la haz de la tierra (Deut. 7, 6).

-Abraham.

En los confusi�n que sigui� a la com�n perversi�n de las naciones, ella se fij� en el justo, le conserv� irreprochable ante Dios y le mantuvo firme... (Sab. 10, 5).

Aclaraci�n. �Ella�, la sabidur�a de Dios.

-Pablo.

El Se�or le contest� (a Anan�as): �Vete, pues este mes es un instrumento de elecci�n que lleve mi nombre ante los gentiles, los reyes y los hijos de Israel (Hch. 9, 15).

c) -Libre.

-A cada cristiano.

Ahora bien, Dios puso cada uno de los miembros en el cuerpo seg�n su voluntad (1 Cor. 12, 18).

Aclaraci�n. �Cuerpo� se refiere al Cuerpo M�stico de Cristo.

d) -De amor.

-Israel.

No porque se�is el m�s numeroso de todos los pueblos se ha ligado Yahv�h a vosotros y os ha elegido, pues sois el menos numeroso de todos los pueblos; sino por el amor que os tiene... (Deut. 7, 7-8).

-Jesucristo eligi� a los que �l quiso para continuar su obra redentora.

Subi� al monte y llam� a los que �l quiso; y vinieron donde �l. Instituy� Doce, para que estuvieran con �l, y para enviaron a predicar con el poder de expulsar demonios. Instituy� a los Doce y puso a Sim�n el nombre de Pedro; a Santiago el de Zebedeo y a Juan, hermano de Santiago, a quienes puso por nombre Boanerges, es decir, hijos de trueno; a Andr�s, Felipe, Bartolom�, Mateo, Tom�s, Santiago el de Alfeo, Tadeo, Sim�n el Canaceo y Judas Iscariote, el mismo que le entreg� (Mc. 3, 13-19).

No me hab�is elegido vosotros a m�, sino que yo os he elegido a vosotros, y os he destinado a que vay�is y deis fruto, y un fruto que permanezca;... (Jn. 15, 16).

Pablo, siervo de Cristo Jes�s, ap�stol por vocaci�n, escogido para el Evangelio de Dios,... (Rom. 1, 1).

...Dios, que nos ha salvado y nos ha llamado con una vocaci�n santa, no por nuestras obras, sino por su propia determinaci�n y por su gracia que nos dio desde toda la eternidad en Cristo Jes�s,... (2 Tim. 1, 9).

-Jesucristo inicia nueva vida en sus Ap�stoles.

a) -Corrigi�ndoles sus yerros.

Pero �l, volvi�ndose, dijo a Pedro: ��Qu�tate de mi vista, Satan�s! �Tropiezo eres para m�, porque tus pensamientos no son los de Dios, sino los de los hombres!� (Mt. 16, 23).

Ellos respondieron: �Conc�denos que nos sentemos en tu gloria, el uno a tu derecha y el otro a tu izquierda.� Jes�s les dijo. �No sab�is lo que ped�s. �Pod�is beber el c�liz que yo voy a beber...� (Mc. 10, 37, 38).

Se suscit� una discusi�n entre ellos sobre qui�n de ellos ser�a el mayor. Conociendo Jes�s lo que pensaban, tom� a un ni�o, lo puso a su lado, y les dijo: �El que reciba a este ni�o en mi nombre, a m� me recibe; y el que me reciba a m�, recibe al que me envi�; pues el m�s peque�o de entre todos vosotros, ese es el mayor� (Lc. 9, 46-48).

...Jes�s envi� mensajeros delante de s�, que fueron y entraron en un pueblo de samaritanos para prepararle posada; pero no le recibieron, ...Al verlo sus disc�pulos Santiago y Juan, dijeron: �Se�or, �quieres que digamos que baje fuego del cielo y los consuma? Pero volvi�ndose, les reprendi�; y se fueron a otro pueblo (Lc. 9, 52-55).

Pedro le dijo: �Se�or, estoy dispuesto a ir contigo hasta la c�rcel y la muerte.� Pero �l dijo: �Te digo, Pedro: No cantar� hoy el gallo antes que me hayas negado tres veces que me conoces� (Lc. 22, 33-34).

b) -D�ndoles ejemplo.

�...el que quiera ser grande entre vosotros, ser� vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros, ser� esclavo vuestro; de la misma manera que el Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida como rescate por muchos� (Mt. 20, 26-28).

Pues si yo, el Se�or y el Maestro, os he lavado los pies, tambi�n vosotros deb�is lavaros los pies unos a otros. Os he dado ejemplo, para que tambi�n vosotros hag�is como yo he hecho con vosotros (Jn. 13, 14-15).

c) -Haci�ndose querer de ellos para que admitiesen y cumpliesen su palabra.

Si me am�is, guardar�is mis mandamientos; y yo pedir� al Padre y os dar� otro Par�clito, para que est� con vosotros para siempre,... (Jn. 14, 15).

El que ha recibido mis mandamientos y los guarda, ese es el que me ama;y el que me ame, ser� amado de mi Padre; y yo le amar� y me manifestar� a �l (Jn. 14, 21).

Pero el Par�clito, el Esp�ritu Santo, que el Padre enviar� en mi nombre, os lo ense�ar� todo y os recordar� todo lo que yo os he dicho (Jn. 14, 26).

Si guard�is mis mandamientos permanecer�is en mi amor, como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor (Jn. 15, 10).

Querido, no os escribo un mandamiento nuevo, sino el mandamiento antiguo, que ten�is desde el principio. Este mandamiento antiguo es la Palabra que hab�is escuchado (1 Jn. 2, 7).

Pues en esto cosiste el amor a Dios: en que guardemos sus mandamientos (1 Jn. 5, 3).

Y en esto consiste el amor: en que vivimos conforme a sus mandamientos (2 Jn. 6),

-Jesucristo env�a a sus Ap�stoles como el Padre lo envi� a �l.

Jes�s repiti�: �La paz sea con vosotros. Como el Padre me envi� tambi�n yo os envi� (Jn. 20, 21).

Como t� me has enviado al mundo, yo tambi�n los he enviado al mundo (Jn. 17, 18).

-La misi�n esencial de los Ap�stoles fue dar testimonio de la vida p�blica de Jes�s y de su Resurrecci�n.

a) -De la vida p�blica:

...las cosas que se han verificado entre nosotros...nos la han transmitido los que desde el principio fueron testigos oculares y servidores de la Palabra,... (Lc. 1, 2).

Tambi�n vosotros dar�is testimonio porque est�is conmigo desde el principio (Jn. 15, 27).

...y nosotros somos testigos de todo lo que hizo en la regi�n de los jud�os y en Jerusal�n; a quien llegaron a matar colg�ndole de un madero;... (Hch. 10, 39).

b) -De la resurrecci�n.

As� est� escrito que el Cristo padeciera y resucitara de entre los muertos al tercer d�a y se predicara en su nombre la conversi�n para perd�n de los pecados a todas las naciones, empezando desde Jerusal�n. Vosotros sois testigos de estas cosas (Lc. 24, 48).

A este Jes�s Dios le resucit�; de lo cual todos nosotros somos testigos (Hch. 2, 32).

Pero Dios le resucit� de entre los muertos, y nosotros somos testigos de ello (Hch. 3, 15).

Los Ap�stoles daban testimonio con gran poder de la resurrecci�n del Se�or Jes�s (Hch. 4, 33).

El Dios de nuestros padres resucit� a Jes�s a quien vosotros disteis muerte colg�ndole de un madero...Nosotros somos testigos de estas cosas,... (Hch. 5, 30 y 32).

�l se apareci� durante muchos d�as a los que hab�an subido con �l de Galilea a Jerusal�n y que ahora son testigos suyos ante el pueblo (Hch. 13, 31).

Un tal Anan�as,...me dijo: �Sa�l, hermano, recobra la vista.� Y en aquel momento le pude ver. �l me dijo: ...Dios...te ha destinado....para ser testigo ante todos los hombres de lo que has visto y o�do (Hch. 22, 15).

63. Ap�stoles, sucesores de Cristo. Poderes otorgados

-De ordenar sacerdotes

-De participar en su funci�n

-De ejercer una misi�n apost�lica universal

-De arrojar demonios

-De sustituirle en sus acciones santificadoras

-De ense�ar, santificar y regir

-Los Ap�stoles recibieron de Jesucristo el poder de ordenar sacerdotes por la imposici�n de las manos, y as� consagraron a muchos y establecieron la sucesi�n que la Iglesia Cat�lica conserva hasta ahora.

...los presentaron a los Ap�stoles e hicieron oraci�n y les impusieron las manos (Hch. 6, 6).

...dijo el Esp�ritu Santo: �Separadme ya a Bernab� y a Saulo para la obra para la que los he llamado.� Entonces, despu�s de haber ayunado y orado, les impusieron las manos y los enviaron (Hch. 13, 2-3).

No descuides el carisma que haya en ti, que se te comunic� por intervenci�n prof�tica mediante la imposici�n de las manos del colegio de presb�teros (1 Tim. 4, 14).

No te precipites a imponer a nadie las manos y as� no te har�s part�cipe de los pecados ajenos (1 Tim. 5, 22).

Por eso te recomiendo que reavives la gracia de Dios que est� en ti por la imposici�n de mis manos (2 Tim. 1, 6).

el motivo de haberte dejado en Creta, fue para que acabaras de organizar los que faltaba y establecieras presb�teros en cada ciudad, como yo te orden� (Tit. 1, 5).

-Jesucristo hace participantes a sus sacerdotes de sus poderes, de sus funciones, de sus penas, de sus triunfos y de sus gozos.

a) -Misi�n.

Como el Padre me envi�, tambi�n yo os env�o (Jn. 20, 21).

b) -Poder.

...haced esto en recuerdo m�o (Lc. 22, 19).

c) -Autoridad.

El que os escucha a vosotros a m� me escucha (Lc. 10, 16).

d) -Pasi�n.

El disc�pulo no est� por encima del maestro (Lc. 6, 40).

e) -Persecuciones.

Si a m� me han perseguido, tambi�n os perseguir�n a vosotros (Jn. 15, 20).

f) -�xitos.

Si han guardado mi Palabra tambi�n guardar�n la vuestra (Jn. 15, 20).

g) -Presencia.

Y sabed que yo estoy con vosotros todos los d�as hasta el fin del mundo (Mt. 28, 20).

h) -Ejemplo.

Os he dado ejemplo, para que tambi�n vosotros hag�is como yo he hecho con vosotros (Jn. 13, 15).

i) -Funci�n de Magisterio.

Id, pues, y haced disc�pulos a todas las gentes bautiz�ndoles en el nombre del Padre y del Hijo y del Esp�ritu Santo, y ense��ndoles a guardar todos lo que yo os he mandado (Mt. 28, 19-20).

j) -Funci�n de iluminar al mundo.

Vosotros sois la luz del mundo (Mt. 5, 14).

k) -Reino.

...porque voy a prepararos un lugar (Jn. 14, 2).

-Jesucristo confiere a sus Ap�stoles una misi�n apost�lica universal.

Jes�s se acerc� a ellos y les habl� as�: �Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra. Id, pues, y haced disc�pulos a todas las gentes bautiz�ndoles en el nombre del Padre y del Hijo y del Esp�ritu Santo, y ense��ndoles a guardar todos lo que yo os he mandado (Mt. 28, 18-20).

Y les dio: �Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la creaci�n. El que crea y sea bautizado se salvar�; el que no crea, se condenar� (Mc. 16, 15-16).

...y ser�is mis testigos en Jerusal�n, en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra (Hch. 1, 8).

-Jesucristo concedi� a los Ap�stoles la potestad de arrojar demonios.

Y llamando a sus doce disc�pulos, les dio poder sobre los esp�ritus inmundos para expulsarlos,... (Mt. 10, 1).

Instituy� a los Doce, para que estuvieran con �l, y para enviarlos a predicar con poder de expulsar los demonios (Mc. 3, 14-15).

Y llam� a los Doce y comenz� a enviarlos de dos en dos, d�ndoles poder sobre los esp�ritus inmundos (Mc. 6, 7).

Convocando a los Doce, les dio poder y autoridad sobre todos los demonios,... (Lc. 9, 1).

-Jesucristo determina que sus ap�stoles le sustituyan en sus acciones santificadoras y en toda su persona.

a) -En sus acciones santificadoras.

-Perdonar pecados.

Dicho esto, sopl� sobre ellos y les dijo: �Recibid el Esp�ritu Santo. A quienes perdon�is los pecados, les quedan perdonados;... (Jn. 20, 22-23).

-Consagrar su cuerpo.

Y tom� pan, dio gracias, lo parti� y se lo dio diciendo: ��ste es mi cuerpo que va a ser entregado por vosotros; haced esto en recuerdo m�o� (Lc. 22, 19).

b) -En toda su persona.

Como el Padre me envi�, tambi�n yo os env�o (Lc. 20, 21).

El que os escucha a vosotros a m� me escucha (Lc. 10, 16).

-Jesucristo confiri� a sus Ap�stoles su misma triple potestad de ense�ar, de santificar y de regir.

a) -Potestad de ense�ar,

�Id, pues, y haced disc�pulos a todas las gentes...� (Mt. 28, 19).

b) -Potestad de santificar.

Dicho esto, sopl� sobre ellos y les dijo: �Recibid el Esp�ritu Santo...� (Jn. 20, 22).

c) -Potestad de regir.

�Yo os aseguro: todo lo que at�is en la tierra quedar� atado en el cielo, todo lo que desat�is en la tierra quedar� desatado en el cielo� (Mt. 18, 18).

Tened cuidado de vosotros y toda la grey, en medio de la cual os ha puesto el Esp�ritu Santo como vigilantes para pastorear la Iglesia de Dios (Ac. 20, 28).

64. Ap�stoles sucesores de Jesucristo. Uso de los poderes

-Los ap�stoles hicieron uso de los poderes otorgados

-Preveen una cadena de sucesores hasta el final de los tiempos

-Transmiten a sus sucesores esos mismos poderes que Cristo les concedi�

-Los Ap�stoles hicieron uso de los poderes que Jesucristo les hab�a conferido.

a) -De predicar por doquJer.

Ellos salieron a predicar por todas partes, colaborando el Se�or con ellos,... (Mc. 16, 20).

b) -De promulgar leyes a los fieles.

...hemos decidido el Esp�ritu Santo y nosotros no imponeros m�s cargas que �stas indispensables: abstenerse de lo sacrificado a los �dolos, de la sangre, de los animales estrangulados y de la impureza. Har�is bien en guardaos de estas cosas (Hch. 15, 28-29).

Si alguno tiene hambre, que coma en su casa, a fin de que no os reun�is para castigo vuestro. Los dem�s lo dispondr� cuando vaya (1 Cor. 11, 34).

c) -De dictar sentencias.

Pues bien, yo por mi parte,...he juzgado ya,...al que as� se comport�: que en nombre del Se�or Jes�s,...sea entregado ese individuo a Satan�s para destrucci�n de la carne, a fin de que el esp�ritu se salve en el d�a de Se�or (1 Cor. 5, 3-5).

d) -De bautizar.

Los que acogieron su Palabra fueron bautizados.

Aquel d�a se les unieron unas tres mil almas (Hch. 2, 41).

e) -De celebrar la Santa Misa.

Acud�an asiduamente a la ense�anza de los ap�stoles, a la comuni�n, a la fracci�n del pan y a las oraciones (Hch. 2, 42).

Acud�an al Templo todos los d�as con perseverancia y con un mismo esp�ritu, part�an el pan por las casas y tomaban el alimento con alegr�a y sencillez de coraz�n (Hch. 2, 46).

El primer d�a de la semana, estando nosotros reunidos para la fracci�n del pan,... (Hch. 20, 7).

f) -De conferir el sacramento del Orden.

-El Diaconado.

...escogieron a Esteban, hombre lleno de fe y de Esp�ritu Santo, a Felipe, a Pr�coro, a Nicanor, a Tim�no, a P�rmenas y a Nicol�s, proselito de Antioqu�a; los presentaron a los ap�stoles, e hicieron oraci�n y les impusieron las manos (Hch. 6, 5-6).

-El Presbiterado.

Designaron presb�teros en cada Iglesia y despu�s de hacer oraci�n con ayunos, los encomendaron al Se�or en quien hab�an cre�do (Hch. 14, 23).

-No descuides el carisma que hay en ti, que se te comunic� por intervenci�n prof�tica mediante la imposici�n de las manos del colegio de presb�teros (1 Tim. 4, 14).

-El motivo de haberte dejado en Creta, fue para que acabaras de organizar lo que faltaba y establecieras presb�teros en cada ciudad, como yo te orden� (Tit. 1, 5).

-El Episcopado.

Por esto te recomiendo que reavives el carisma de Dios que est� en ti por la imposici�n de mis manos (2 Tim. 1, 6).

-Los Ap�stoles preveen y determinan que haya una cadena de sucesores autorizados despu�s de morir ellos.

...y cuanto me has o�do en presencia de muchos testigos conf�alo a hombres fieles, que sean capaces, a su vez, de instruir a otros (2 Tim. 2, 2).

-Los Ap�stoles transmitieron a sus sucesores los poderes jer�rquicos que Cristo les concedi�.

San Pablo confiri� a Timoteo y a Tito los poderes de ense�ar, de regir y de santificar.

a) -De ense�ar.

Te conjuro en presencia de Dios y de Cristo Jes�s...: Proclama la Palabra, insiste a tiempo y a destiempo, reprende, amenaza, exhorta con toda paciencia y doctrina (2 Tim. 4, 1-2).

Mas t�, ense�a lo que es conforme a la sana doctrina;... (Tit. 2, 1).

b) -De regir.

No admitas ninguna acusaci�n contra un presb�tero, si no viene con el testimonio de dos o tres. A los culpables, repr�ndeles delante de todos, para que los dem�s cobren temor. Yo te conjuro...que observes estas recomendaciones sin dejarte llevar de prejuicios ni favoritismos. No te precipites en imponer a nadie las manos, y as� no te har�s part�cipes de los pecados ajenos (1 Tim. 5, 19-22).

As� has de ense�ar, exhortar y reprender con toda autoridad (Tit. 2, 15).

c) -De santificar.

No te precipites en imponer a nadie las manos, y as� no te har�s part�cipe de los pecados ajenos (1 Tim. 5, 22).

Aclaraci�n. La imposici�n de la manos era el modo de conferir una funci�n en la Iglesia.

El motivo de haberte dejado en Creta, fue para que acabaras de organizar lo que faltaba y establecieras presb�teros en cada ciudad, como yo te orden� (Tit. 1, 5).

65. Ap�stoles, sucesores de Jesucristo. Otras instituciones

-Jesucristo instituy� la colegialidad del Cuerpo episcopal con su cabeza el Papa

-Los ap�stoles instituyeron el domingo, d�a del se�or

-Jesucristo instituy� la colegialidad verdadera del Cuerpo Episcopal unido con su cabeza que es el Sumo Pont�fice.

yo os aseguro: todo lo que at�is en la tierra quedar� atado en el cielo, y todo lo que desat�is en la tierra quedar� desatado en el cielo (Mt. 18, 18).

Id, pues, y haced disc�pulos a todas las gentes bautiz�ndolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Esp�ritu Santo, y ense��ndoles a guardar todo lo que yo os he mandado (Mt. 28, 19-20).

Y les dijo: �Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la creaci�n...� (Mc. 16, 15).

Jes�s repiti�: �La paz con vosotros. Como el Padre me envi�, tambi�n yo os env�o� (Jn. 20, 21).

Aclaraci�n. Estas palabras las dijo Jesucristo a todo el primer Colegio apost�lico, nombrando a Pedro cabeza de todos ellos.

Y yo a mi vez te digo que tu eres Pedro, y sobre esta piedra edificar� mi Iglesia,... (Mt. 16, 18).

-Despu�s de la Resurrecci�n de Jesucristo, los Ap�stoles consideraron el domingo como el d�a del Se�or y celebraban las asambleas lit�rgicas en este d�a.

El primer d�a de la semana, estando nosotros reunidos para la fracci�n del pan, Pablo, que pensaba marchar al d�a siguiente, conversaba con ellos y alarg� la charla hasta media noche (Hch. 20, 7).

Cada primer d�a de la semana, cada uno de vosotros reserve en su casa lo que haya podido ahorrar, de modo que se hagan las colectas cuando llegue yo ah� (1 Cor. 16, 2).

Aclaraci�n. El primer d�a de la semana jud�a, convertido en el d�a de la asamblea de los cristianos.

Pasado el s�bado, al alborear el primer d�a de la semana,... (Mt. 28, 1).

El primer d�a de la semana corresponde a nuestro �domingo�, d�a del Se�or.

66. Disc�pulos de Jesucristo

-Las consideraciones que Cristo tiene con sus disc�pulos est�n prefiguradas en el A.T.

-Jesucristo exige a sus disc�pulos la abnegaci�n de s� mismos

-Las condiciones son: la abnegaci�n de s� mismo y la aceptaci�n de la cruz

-Los honra con varios de sus mismos t�tulos

-Las persecuciones sufridas por Cristo, continuar�n en los disc�pulos hasta el fin de los tiempos

-Las consideraciones que Jesucristo tiene para con sus disc�pulos est�n prefiguradas en el Antiguo Testamento.

�Guardaos de tocar a mis ungidos,

ni mal alguno hag�is a mis profetas (Sal. 105, 15).

-Jesucristo exige a sus disc�pulos la abnegaci�n de s� mismos.

Entonces dijo Jes�s a sus disc�pulos: �Si alguno quiere venir en pos de m�, ni�guese a s� mismo, tome su cruz y s�game...� (Mt. 16, 24).

Llamando a la gente a la vez que a sus disc�pulos les dijo: �Si alguno quiere venir en pos de m�, ni�guese a s� mismo, tome su cruz y s�game...� (Mc. 8, 34).

Pues los que son de Cristo Jes�s, han crucificado la carne con sus pasiones y sus apetencias (G�l. 5, 24).

-Las condiciones primordiales para ser disc�pulo de Jesucristo son la abnegaci�n de s� mismo y la aceptaci�n de la cruz.

El que no tome su cruz y me siga, no es digno de m� (Mt. 10, 38).

Entonces Jes�s dijo a sus disc�pulos: �Si alguno quiere venir en pos de m�, ni�guese a s� mismo, tome su cruz y s�game...� (Mt. 16, 24).

Llamando a la gente a la vez que a sus disc�pulos, les dijo: �Si alguno quiere venir en pos de m�, ni�guese a s� mismo, tome su cruz y s�game...� (Mc. 8, 34).

Dec�a a todos. �Si alguno quiere venir en pos de m�, ni�guese a s� mismo, tome su cruz cada d�a y s�game...� (Lc. 9, 23).

El que no lleve su cruz y venga en pos de m�, no puede ser disc�pulo m�o (Lc. 14, 27).

-Jesucristo honra a sus disc�pulos con varios de sus mismos t�tulos.

a) -Luz.

Yo soy la luz del mundo (Jn. 8, 12).

Vosotros sois la luz del mundo (Mt. 5, 14).

b) -Pan.

Yo soy el pan de la vida (Jn. 6, 34).

Porque aun siendo muchos, un s�lo pan y un s�lo cuerpo somos, pues todos participamos de un s�lo pan (1 Cor. 10, 17).

c) -Vid.

Yo soy la vid verdadera (Jn. 15, 1).

Yo soy la vid; vosotros los sarmientos (Jn. 15, 5).

-Las persecuciones sufridas por Jesucristo continuar�n hasta el final de los tiempos en la persona de sus disc�pulos, en beneficio de la Iglesia.

Ahora me alegro por los padecimientos que soporto por vosotros, y completo en mi carne lo que falta a las atribuciones de Cristo, en favor de su Cuerpo, que es la Iglesia,... (Col. 1, 24).

Quiero que sep�is qu� dura lucha estoy sosteniendo por vosotros y por los de Laodicea, y por todos los que no me han visto personalmente, para que sus corazones reciban �nimo y, unidos �ntimamente en el amor, alcancen en toda su riqueza la plena inteligencia y perfecto conocimiento del Misterio de Dios (Col. 2, 1-2).

67. Matrimonio

-Como estado de vida fue instituido por Dios

-En el para�so terrenal

-Como sacramento existe entre los cristianos

-Es un sacramento de la nueva Ley

-Su esencia es la uni�n de las dos voluntades de los contrayentes

-Existe un paralelismo entre Cristo con su Iglesia y el matrimonio cristiano

-El matrimonio como estado de vida fue instituido por Dios.

Por eso deja el hombre a su padre y a su madre y se une a su mujer, y se hacen una sola carne (G�n. 2, 24).

-El matrimonio fue instituido por Dios en el para�so terrenal.

Y cre� Dios el hombre a imagen suya: a imagen suya le cre�; macho y hembra los cre�. Y los bendijo Dios y les dijo: �Sed fecundos y multiplicaos,...� (G�n. 1, 27-28).

Dijo luego Yahv�h Dios: �No es bueno que el hombre est� solo. Voy a darle una ayuda adecuada...� (G�n. 2, 18).

Entonces Yahv�h Dios hizo caer un profundo sue�o sobre el hombre, el cual se durmi�. Y le quit� una de las costillas, rellenando el vac�o con carne. De la costilla que Yahv�h Dios hab�a tomado del hombre form� una mujer y la llev� ante el hombre. Entonces �ste exclam�: �Esta vez si que es hueso de mis huesos y carne de mi carne. �sta ser� llamada varona, porque del var�n ha sido tomada.� Por eso deja el hombre a su padre y a su madre y se une a su mujer, y se hacen una sola carne (G�n. 2, 24).

-El matrimonio como sacramento existe entre los cristianos.

a) -Es signo sensible, que es la entrega mutua de los derechos sobre los cuerpos de ambos, en orden al amor y a la generaci�n.

As� deben amar los maridos a sus mujeres como a sus propios cuerpos. El que ama a su mujer se ama a s� mismo (Ef. 5, 28).

Por eso dejar� el hombre a su padre y a su madre y se unir� a su mujer, y los dos har�n una sola carne (Ef. 5, 31).

b) -Aunque no est� instituido por Cristo, s� lo est� por Dios en el para�so terrenal.

Por eso deja el hombre a su padre y a su madre y se une a otra mujer, y se hacen una sola carne (G�n. 2, 24).

c) -Concede la gracia.

Maridos, amad a vuestras mujeres como Cristo am� a su Iglesia y se entreg� a s� mismo por ella (Ef. 5, 25).

Aclaraci�n. Se establece la misma relaci�n entre Cristo y su Iglesia por virtud y v�nculo de la gracia, que entre esposos y esposas tambi�n por la misma virtud y v�nculo de la gracia.

-El matrimonio es verdaderamente un sacramento de la Nueva Ley.

Maridos, amad a vuestras mujeres como Cristo am� a la Iglesia y se entreg� a s� mismo por ella, para santificarla, purific�ndola mediante el ba�o del agua, en virtud de la palabra, y present�rsela resplandeciente a s� mismo; sin que tenga mancha ni arruga ni cosa parecida, sino que sea santa e inmaculada (Ef. 5, 25).

Con todo, se salvar� por su maternidad mientras persevere con modestia en la fe, en la caridad y en la santidad (1 Tim. 2 ,15).

Aclaraci�n. La santificaci�n, la purificaci�n, el amor y la caridad no se producen sin la gracia, sino que se fundan en el efecto de la misma.

-La esencia del sacramento del matrimonio es la uni�n de las voluntades de los contrayentes.

�l respondi�: ��No hab�is le�do que el Creador, desde el principio, los hizo var�n y hembra, y que dijo: Por eso dejar� el hombre a su padre y a su madre y se unir� a su mujer, y los dos se har�n una sola carne? De manera que ya no son dos, sino una sola carne (Mt. 19, 4-6).

-Existe un paralelismo entre la uni�n de Cristo con su Iglesia y el matrimonio cristiano.

Maridos, amad a vuestras mujeres como Cristo am� a su Iglesia y se entreg� a s� mismo por ella, para santificarle,... (Ef. 5, 25).

...nadie aborreci� jam�s su propia carne; antes bien, la alimenta y la cuida con cari�o, lo mismo que Cristo a la Iglesia, pues somos miembros de su Cuerpo (Ef. 5, 29).

Por eso dejar� el hombre a su padre y a su madre y se unir� a su mujer, y los dos se har�n una sola carne. Gran misterio es �ste, lo digo respecto a Cristo y a la Iglesia (Ef. 5, 31-32).

...el marido es cabeza de la mujer, como Cristo es Cabeza de la Iglesia,... (Ef. 5, 23).

As� como la Iglesia est� sumida a Cristo, as� tambi�n las mujeres debe estarlo a sus maridos en todo (Ef. 5, 24).

68. Matrimonio. Propiedades

-La unidad y la indisolubilidad

-Es indisoluble incluso en caso de adulterio

-Entre infieles puede disolverse cuando uno de los conyuges es bautizado y el otro le despide o no quiere cohabitar

-Dios concedi� a los jud�os el libelo de repudio por dureza de su coraz�n o deformidad personal

-Dios disolvi� matrimonios en el A. T. por concesi�n de libelo de repudio

-Muerto un c�nyuge, el otro queda libre para contraer nuevas nupcias

-Este nuevo matrimonio no va contra la ley natural

-Las propiedades del sacramento del Matrimonio son la unidad y la indisolubilidad.

a) -Unidad:

Por eso dejar� el hombre a su padre y a su madre y se unir� a su mujer, y los dos se har�n una sola carne (G�n. 2, 24).

Pues bien, lo que Dios uni�, no lo separe el hombre (Mc. 10, 9).

�l les dijo: �Quien repudie a su mujer y se case con otra, comete adulterio contra aquella; y si ella repudia a su marido y se casa con otro, comete adulterio� (Mc. 10, 11).

As� la mujer casada est� ligada por la Ley a su marido mientras �ste vive; mas una vez muerto el marido, se ve libre de la Ley del marido. Por eso mientras vive el marido, ser� llamada ad�ltera si se une a otro hombre; pero si muere el marido, queda libre de la Ley, de forma que no es ad�ltera si se casa con otro (Rom. 7, 2-3).

No obstante, por raz�n de la impureza, tenga cada hombre su mujer, y cada mujer su marido. Que el marido d� a su mujer lo que debe y la mujer de igual modo a su marido. No dispone la mujer de su cuerpo sino el marido. Igualmente el marido no dispone de su cuerpo, sino la mujer. No os negu�is el uno al otro sino de mutuo acuerdo (1 Cor. 7, 2-5).

En cuanto a los casados les ordeno, no yo sino el Se�or: que la mujer no se separe del marido, mas en el caso de separarse que no vuelva a casarse, o que se reconcilie con su marido, y que el marido no despida a su mujer (1 Cor. 7, 10-11).

Aclaraci�n. Siempre hace el Ap�stol menci�n de una sola mujer para un s�lo marido.

b) -Indisolubilidad.

�l respondi�: ��No hab�is le�do que el Creador, desde el principio, los hizo var�n y hembra, y que dijo: Por eso dejar� el hombre a su padre y a su madre y se unir� a su mujer, y los dos ser�n una sola carne? De manera que ya no son dos, sino una sola carne (Mt. 19, 4-6).

�l les dijo: �Quien repudie a su mujer y se case con otra, comete adulterio contra aquella; y si ella repudia a su marido y se casa con otro, comete adulterio� (Mc. 10, 11).

Todo el que repudia a su mujer y se casa con otra, comete adulterio; y el que se casa con una repudiada por su marido, comete adulterio (Lc. 16, 18).

As� la mujer casada est� ligada por la Ley a su marido mientras �ste vive; mas una vez muerto el marido, se ve libre de la Ley del marido. Por eso mientras vive el marido, ser� llamada ad�ltera si se une a otro hombre; pero si muere el marido, queda libre de la Ley, de forma que no es ad�ltera si se casa con otro (Rom. 7, 2-3).

En cuanto a los casados les ordeno, no yo sino el Se�or: que la mujer no se separe del marido, mas en caso de separarse que no vuelva a casarse, o que se reconcilie con su marido, y que el marido no despida a su mujer (1 Cor. 7, 10-11).

-Todo Matrimonio es indisoluble incluso en caso de adulterio.

�l les dijo: �Quien repudie a su mujer y se case con otra, comete adulterio contra aquella; y si ella repudia a su marido y se casa con otro, comete adulterio� (Mc. 10, 11-12).

-El Matrimonio de los infieles, incluso consumado, puede disolverse en cuanto al v�nculo por privilegio paulino, cuando uno de los c�nyuges es bautizado y el otro le despide o no quiere cohabitar.

En cuanto a los dem�s, digo yo, no en el Se�or: Si un hermano tiene mujer no creyente y ella consiente en vivir con �l, no la despida. Y si una mujer tiene un marido no creyente y �l consiente en vivir con ella, no la despida. Pues el marido no creyente queda santificado por su mujer, y la mujer no creyente queda santificada por el marido creyente. Si no fuera as�, vuestros hijos ser�an impuros, mas ahora son santos. Pero si la parte no creyente quiere separarse, que se separe; en este caso el hermano o la hermana no est�n ligados: para vivir en paz os llam� el Se�or (1 Cor. 7, 12-15).

Aclaraci�n. El matrimonio se disuelve en aquel mismo momento en el cual, la parte convertida y bautizada contrae nuevas nupcias, cuando ve que la parte infiel se separa y no quiere cohabitar. Desde este momento la parte infiel queda liberada del v�nculo conyugal, y puede contraer libremente nuevas nupcias.

-Dios concedi� a los Jud�os la facultad de dar libelo de repudio por la dureza de su coraz�n o por alguna notable deformidad personal.

a) -Por la dureza de su coraz�n.

Respondi�les: �Mois�s, teniendo en cuenta la dureza de vuestra cabeza, os permiti� repudiar a vuestras mujeres; pero al principio no fue as� (Mt. 19, 8).

b) -Por alguna notable deformidad personal.

Cuando un hombre toma una mujer y se casa con ella, si resulta que esta mujer no halla gracia a sus ojos, porque descubre en ella algo que le desagrada, le redactar� un libelo de repudio, se lo pondr� en su mano y la despedir� de su casa (Deut. 24, 1).

-Dios disolvi� los matrimonios leg�timos en el Antiguo Testamento por una concesi�n de libelo de repudio.

Cuando un hombre toma a una mujer y se casa con ella, si resulta que esta mujer no halla gracia a sus ojos, porque descubre en ella algo que le desagrada, le redactar� un libelo de repudio, se lo pondr� y la despedir� de su casa. Si despu�s de salir y marcharse de casa de �ste, se casa con otro hombre, y luego este otro hombre le cobra aversi�n, le redacta un libelo de repudio, lo pone en su mano y la despide de su casa (o bien, si llega a morir este otro hombre que se ha casado con ella), el primer marido que la repudi� no podr� volver a tomarla por esposa despu�s de haberse vuelto impura as� (Deut. 24, 1-5).

-En el matrimonio eclesi�stico, muerto uno de los c�nyuges, queda el otro libre para volver a contraer nuevas nupcias.

La mujer est� ligada a su marido mientras �l viva; mas una vez muerto el marido, queda libre para casarse con quien quiera, pero en el Se�or (1 Cor. 7, 39).

-El nuevo matrimonio despu�s de la muerte de uno de ellos no va contra la Ley natural.

Digo a los no casados y a las viudas: Bien est� quedarse como yo, pero si no pueden contenerse que se casen; mejor es casarse que abrasarse (1 Cor. 7, 8-9).

69. Matrimonio. Fines

-El amor, la entrega, los hijos y el remedio de la concupiscencia

-Los hijos son el fruto normal de la uni�n matrimonial

-Los fines para los cuales Dios ha instituido el Matrimonio son: El amor mutuo, la entrega mutua, la creaci�n de los hijos y el remedio de la concupiscencia.

a) -El amor mutuo.

Que el marido d� a su mujer lo que debe y la mujer de igual modo a su marido (1 Cor. 7, 3).

Maridos, amad a vuestras mujeres como Cristo am� a la Iglesia y se entreg� a s� mismo por ella,... (Ef. 5, 25).

b) -La entrega mutua.

Que el marido d� a su mujer lo que debe y la mujer de igual modo a su marido (1 Cor. 7, 3).

c) -La creaci�n de los hijos.

Y los bendijo Dios y les dijo: �Sed fecundos y multiplicaos,...� (G�n. 28).

d) -El remedio de la concupiscencia.

No obstante, por raz�n de la impureza, tenga cada hombre su mujer, y cada mujer su marido (1 Cor. 7, 2).

-Los hijos son el fruto normal de la uni�n matrimonial seg�n la voluntad de Dios Creador.

Y los bendijo Dios y les dijo: �Sed fecundos y multiplicaos, y llenad la tierra y sometedla;... (G�n. 1, 28).

Conoci� el hombre a Eva, su mujer, la cual concibi� y dio a luz a Ca�n,... (G�n. 4, 1).

Levant� luego los ojos -Esa�-, y al ver a las mujeres y a los ni�os, dijo: �Qu� son de ti �stos?� -�Son hijos que ha otorgado Dios a tu siervo� (G�n. 33, 5).

Tu esposa ser� como una vid fecunda

en el interior de tu casa.

Tus hijos, como brotes de olivo

en torno de tu mesa (Sal. 128, 3).

Corona de los ancianos son los hijos de los hijos; los padres son el honor de los hijos (Prov. 17, 6).

70. Matrimonio. Poligamia. Actos propios. Licitud o ilicitud

-La Poligamia sucesiva es l�cita

-Los actos que transmiten la vida est�n determinados por Dios, cuando son realizados por sus propios fines y por quienes est�n constituidos en matrimonio

-La poligamia es contraria a la Ley de Dios

-La poligamia simultanea prohibida por la Ley de Dios

-Los actos que transmiten la vida fuera de su fines y por los no constituidos en el matrimonio van contra la Ley natural

-La poligamia sucesiva es l�cita.

Por esto, mientras vive el marido, ser� llamada ad�ltera si se une a otro hombre; pero si muere el marido, queda libre de la Ley, de forma que no es ad�ltera si se casa con otro (Rom. 7, 3).

La mujer est� ligada a su marido mientras �l viva; mas una vez muerto el marido, queda libre para casarse con quien quiera, pero en el Se�or (1 Cor. 7, 39).

Aclaraci�n. Ambos textos se refieren a la poligamia y a la poliandria.

-Los actos propios de la transmisi�n de la vida est�n determinados por Dios y son honestos cuando se realizan por sus propios fines y por quienes est�n constituidos en matrimonio.

Y los bendijo Dios y les dijo: �Sed fecundos y multiplicaos, y llenad la tierra y sometedla;... (G�n. 1, 28).

Aclaraci�n. Dios dijo estas palabras a la primera pareja constituida en matrimonio.

-La poligamia es contraria a la ley de Dios.

Por eso deja el hombre a su padre y a su madre y se une a su mujer, y se hacen una sola carne (G�n. 2, 24).

-La poligamia simult�nea est� prohibida por la Ley de Dios.

Por eso deja el hombre a su padre y a su madre y se une a su mujer, y se hacen una sola carne (G�n. 2 24).

De manera que ya no son dos, sino una sola carne. Pues bien, lo que Dios uni� no lo separe el hombre (Mt. 19, 6).

�l les dijo: �Quien repudie a su mujer y se case con otra, comete adulterio contra aquella; y si ella repudia a su marido y se casa con otro, comete adulterio� (Mc. 10, 11-12).

-Los actos propios de la transmisi�n de la vida realizados fuera de sus propios fines o por personas no constituidas en matrimonio van contra la Ley natural.

Ahora bien, las obras de la carne son conocidas: fornicaci�n, impureza, libertinaje,...sobre las cuales os prevengo, como ya os previne, que quienes hacen tales cosas no heredar�n el Reino de lo Cielos (G�l. 5, 19-21).

La fornicaci�n y toda impureza o codicia, ni siquiera se menciona entre vosotros, como conviene a los santos (Ef. 5, 3).

71. Virginidad y matrimonio

-El celibato no es contrario a la Ley natural

-El celibato convenient�simo al estado clerical

-la virginidad es m�s excelente que el matrimonio (textos del N. T.)

-Textos de San Pablo y apocalipsis

-La virginidad hace m�s libre al coraz�n del hombre para dedicarse a Dios

-La virginidad por amor a Dios merece gran recompensa en el cielo

-Las Ley del celibato no es contrario a la Ley natural.

Porque hay eunucos que nacieron as� del seno materno, y hay eunucos hechos por los hombres, y hay eunucos que se hicieron tales a s� mismos por el Reino de los Cielos (Mt. 19, 12).

En cuanto a lo que me hab�is escrito, bien le est� al hombre abstenerse de mujer. No obstante, por raz�n de la impureza, tenga cada cual su mujer, y cada mujer su marido (1 Cor. 7, 1).

Mi deseo ser�a que todos los hombres fueran como yo; mas cada cual tiene de Dios su gracia particular... (1 Cor. 7, 7).

�Est�s ligado a una mujer? No busques la separaci�n. �No est�s ligado a mujer? No la busques. Mas, si te casas, no pecas. Y, si la joven se casa, no peca. Pero todos ellos tendr�n su tribulaci�n en la carne, que yo quisiera evitaros (1 Cor. 7, 27-28).

As� pues, el que casa a su doncella, obra bien. Y el que no la casa, obra mejor (1 Cor. 7, 38).

...ser� m�s feliz si permanece as� seg�n mi consejo; que tambi�n yo creo tener el Esp�ritu de Dios (1 Cor. 7, 40).

Estos son los que no se marcharon con mujeres, pues son v�rgenes. �stos siguen al Cordero a dondequiera que vaya, y han sido rescatados de entre los hombres, como primicias para Dios y para el Cordero (Apoc. 14, 4).

-La Ley del celibato es convenient�sima al estado clerical.

a) -Indicios en el Antiguo Testamento.

�Apartaos, apartaos, salid de all�!

�Cosa impura no toqu�is!

�salid de en medio de ella, manteneos limpios, portadores del ajuar de Yahv�h (Is. 52, 11).

No saldr� del santuario para no profanar el santuario de su Dios; pues lleva sobre s� la consagraci�n del �leo de la unci�n de su Dios, Yahv�h (Lev. 21, 12).

Aclaraci�n. Los sacerdotes del Antiguo Testamento ten�an que vivir separados de sus mujeres mientras estaban al servicio del Templo.

b) -Indicios en el Nuevo Testamento.

Por tanto, que nos tengan los hombres por servidores de Cristo y administradores de los misterios de Dios (1 Cor. 4, 1).

Yo os quisiera libres de preocupaciones. El no casado se preocupa de las cosas del Se�or, de como agradar al Se�or. El casado se preocupa de las cosas del mundo, de como agradar a su mujer; est� por tanto dividido. La mujer no casada, lo mismo que la doncella, se preocupa de las cosas del Se�or, de ser santa en el cuerpo y en el Esp�ritu. Mas la casada se preocupa de las cosas del mundo, de c�mo agradar a su marido. Os digo esto para vuestro provecho, no para tenderos un lazo, sino para moveros a lo m�s digno y al trato asiduo con el Se�or, sin divisi�n (1 Cor. 7, 32-35).

Nadie que se dedica a la milicia se enreda en los negocios de la vida, si quiere complacer al que le ha alistado (2 Tim. 2, 3-4).

-El estado de Virginidad es m�s excelente que el estado de Matrimonio.

El estado considerado en s� mismo, no para cada persona en particular.

D�cenle los disc�pulos: �Si tal es la condici�n del hombre respecto de su mujer, no trae cuenta casarse�. Mas �l les respondi�: �No todos entienden este lenguaje, sino solamente aquellos a quienes se les ha concedido. Porque hay eunucos que nacieron as� del seno materno, y hay eunucos hechos por los hombres y hay eunucos que se hicieron tales a s� mismos por el Reino de los Cielos (Mt. 19, 10-12).

Mi deseo ser�a que todos los hombres fueran como yo; mas cada cual tiene de Dios su gracia particular:... (1 Cor. 7, 7).

Yo os quisiera libres de preocupaciones. El no casado se preocupa de las cosas del Se�or, de c�mo agradar al Se�or. El casado se preocupa de las cosas del mundo, de c�mo agradar a su mujer; est� por tanto dividido. La mujer no casada, lo mismo que la doncella, se preocupa de las cosas del Se�or, de ser santa en el cuerpo y en el esp�ritu. Mas la casada se preocupa de las cosas del mundo, de como agradar a su marido. Os digo esto para vuestro provecho, no para tenderos un lazo, sino para moveros a lo m�s digno y al trato asiduo con el Se�or, sin divisi�n (1 Cor. 7, 32-35).

As� pues, el que casa a su doncella, obra bien. Y el que no la casa, obra mejor (1 Cor. 7, 38).

...ser� m�s feliz si permanece as� seg�n mi consejo; que tambi�n yo creo tener el Esp�ritu de Dios (1 Cor. 7, 40).

Estos son los que no se mancharon con mujeres, pues son v�rgenes. �stos siguen al Cordero adondequiera que vaya, y han sido rescatados de entre los hombres, como primicias para Dios y para el Cordero,... (Apoc. 14, 4).

En cuanto a lo que me hab�is escrito, bien le est� al hombre abstenerse de mujer. No obstante, por raz�n de la impureza, tenga cada cual su mujer, y cada mujer su marido (1 Cor. 7, 1).

No obstante, digo a los no casados y a las viudas. Bien les est� quedarse como yo, pero si no pueden contenerse, que se casen; mejor es casarse que abrasarse (1 Cor. 7, 8-9).

Entiendo que, a causa de la inminente necesidad, lo que conviene es quedarse como uno est�. �Est�s ligado a mujer? No busques la separaci�n. �No est�s ligado a mujer? No la busques. Mas, si te casa no pecas. Y si la joven se casa, no peca. Pero todos ellos tendr�n su tribulaci�n en la carne que yo quisiera evitaros (1 Cor. 7, 26-28).

Aclaraci�n. Cristo invita a la continencia perpetua a los que quieran consagrarse exclusivamente al Reino de los Cielos. Invita a la continencia y no al matrimonio, porque aquella es m�s excelente que �ste.

Los Santos Padres un�nimes, afirman que los eunucos que se hicieron tales a s� mismos por el Reino de los Cielos, son los que eligieron el estado de virginidad, en virtud de una gracia especial de Dios.

-El estado de virginidad por el Reino de los Cielos hace que el coraz�n del hombre este m�s libre para amar y dedicarse a Dios.

Yo os quisiera libres de preocupaciones. El no casado se preocupa de las cosas del Se�or, de c�mo agradar al Se�or. El casado se preocupa de las cosas del mundo, de como agradar a su mujer; est� por tanto dividido. La mujer no casada, lo mismo que la doncella, se preocupa de las cosas del Se�or, de ser santa en el cuerpo y en el Esp�ritu. Mas la casada se preocupa de las cosas del mundo, de c�mo agradar a su marido (1 Cor. 7, 32-34).

-La virginidad por amor a Dios merece gran recompensa en el Reino de los Cielos.

Dichoso tambi�n el eunuco que con sus manos no obra iniquidad ni fomenta pensamientos perversos contra el Se�or; por su fidelidad alcanzar� una escogida recompensa, y una herencia muy agradable en el Templo de Se�or (Sab. 3, 14).

Pues as� dice Yahv�h: Respecto a los eunucos que guardan los s�bados y eligen aquello que me agrada y se mantienen firmes en mi alianza, yo he de darles en mi casa y en mis muros monumento y nombre mejor que hijos e hijas; nombre eterno les dar� que no ser� borrado (Is. 56, 4-5).

Tienes no obstante en Sardes unos pocos que no han manchado sus vestidos. Ellos andar�n conmigo vestidos de blanco, porque lo merecen. El vencedor ser� as� revestido de blancas vestiduras y no borrar� su nombre del libro de la vida, sino que me declarar� por �l delante de mi Padre y de sus �ngeles (Apoc. 3, 4-5).

Aclaraci�n. �Blancas vestiduras�, s�mbolo de pureza, de victoria y de alegr�a.

72. Sacramentales

-Instituidos por la Iglesia

-Su eficacia procede de su intercesi�n

-Los sacramentales son instituidos por la Iglesia, en virtud de su misi�n de administrar los misterios de Dios.

Por tanto, que nos tengan los hombres por servidores de Cristo y administradores de los misterios de Dios (1 Cor. 4, 1).

-La eficacia santificadora de los sacramentales procede de la intercesi�n de la Iglesia.

...Cristo am� a la Iglesia y se entreg� a s� mismo por ella, para santificarla, purific�ndola mediante el ba�o de agua, en virtud de la palabra, y present�rsela resplandeciente a s� mismo; sin que tenga mancha ni arruga ni cosa parecida, sino que sea santa e inmaculada (Ef. 5, 25-27).


Portal ]  [ Adopte a un Seminarista ] [ Aborto ]  [ Biblia ]  [ Biblioteca ]  [ Blog siempre actual ]  [ Castidad ]  [ Catequesis ]  [ Consulta]  [ Domingos ]  [ Espiritualidad ]  [ Familia ] [ Flash]  [ Gracias ]  [ Gr�ficos-Fotos ]  [ Homosexuales ] [ Intercesi�n ]  [ Islam ] [ J�venes ] [ Liturgia ] [ Lecturas DomingosFiestas ]  [ Lecturas Semana TiempoOrdin ]  [ Lecturas Semana AdvCuarPasc ]  [ Mapa ]   [ Matrimonio ]  [ La Misa en 62 historietas ] [ Misi�n-Evangelizaci�n ]  [ MSC: Misioneros del Sagrado Coraz�n ]  [ Neocatecumenado ]  [ Novedades ]  [ Persecuciones ]  [ Pornograf�a ] [ Reparos]]  [ Sacerdotes ]  Sectas ]  [ Teolog�a ]   [ Testimonios ]  [ Textos ]  [ Tv Medios Comunicaci�n ]  [ �tiles ]  [  Vida Religiosa ]  [ Vocaci�n a la Santidad ]  [ �Help Hilfe Ayude! ]  [ Faith-English ]  [ Glaube-Deutsch ]  [ B�squeda ]  [  ] 

 

Portal ]  [ Adopte a un Seminarista ] [ Aborto ]  [ Biblia ]  [ Biblioteca ]  [ Blog siempre actual ]  [ Castidad ]  [ Catequesis ]  [ Consulta]  [ Domingos ]  [ Espiritualidad ]  [ Familia ] [ Flash]  [ Gracias ]  [ Gr�ficos-Fotos ]  [ Homosexuales ] [ Intercesi�n ]  [ Islam ] [ J�venes ] [ Liturgia ] [ Lecturas DomingosFiestas ]  [ Lecturas Semana TiempoOrdin ]  [ Lecturas Semana AdvCuarPasc ]  [ Mapa ]   [ Matrimonio ]  [ La Misa en 62 historietas ] [ Misi�n-Evangelizaci�n ]  [ MSC: Misioneros del Sagrado Coraz�n ]  [ Neocatecumenado ]  [ Novedades ]  [ Persecuciones ]  [ Pornograf�a ] [ Reparos]]  [ Sacerdotes ]  Sectas ]  [ Teolog�a ]   [ Testimonios ]  [ Textos ]  [ Tv Medios Comunicaci�n ]  [ �tiles ]  [  Vida Religiosa ]  [ Vocaci�n a la Santidad ]  [ �Help Hilfe Ayude! ]  [ Faith-English ]  [ Glaube-Deutsch ]  [ B�squeda ]  [  ] 

 

Portal ]  [ Adopte a un Seminarista ] [ Aborto ]  [ Biblia ]  [ Biblioteca ]  [ Blog siempre actual ]  [ Castidad ]  [ Catequesis ]  [ Consulta]  [ Domingos ]  [ Espiritualidad ]  [ Familia ] [ Flash]  [ Gracias ]  [ Gr�ficos-Fotos ]  [ Homosexuales ] [ Intercesi�n ]  [ Islam ] [ J�venes ] [ Liturgia ] [ Lecturas DomingosFiestas ]  [ Lecturas Semana TiempoOrdin ]  [ Lecturas Semana AdvCuarPasc ]  [ Mapa ]   [ Matrimonio ]  [ La Misa en 62 historietas ] [ Misi�n-Evangelizaci�n ]  [ MSC: Misioneros del Sagrado Coraz�n ]  [ Neocatecumenado ]  [ Novedades ]  [ Persecuciones ]  [ Pornograf�a ] [ Reparos]]  [ Sacerdotes ]  Sectas ]  [ Teolog�a ]   [ Testimonios ]  [ Textos ]  [ Tv Medios Comunicaci�n ]  [ �tiles ]  [  Vida Religiosa ]  [ Vocaci�n a la Santidad ]  [ �Help Hilfe Ayude! ]  [ Faith-English ]  [ Glaube-Deutsch ]  [ B�squeda ]  [  ] 

 

Portal ]  [ Adopte a un Seminarista ] [ Aborto ]  [ Biblia ]  [ Biblioteca ]  [ Blog siempre actual ]  [ Castidad ]  [ Catequesis ]  [ Consulta]  [ Domingos ]  [ Espiritualidad ]  [ Familia ] [ Flash]  [ Gracias ]  [ Gr�ficos-Fotos ]  [ Homosexuales ] [ Intercesi�n ]  [ Islam ] [ J�venes ] [ Liturgia ] [ Lecturas DomingosFiestas ]  [ Lecturas Semana TiempoOrdin ]  [ Lecturas Semana AdvCuarPasc ]  [ Mapa ]   [ Matrimonio ]  [ La Misa en 62 historietas ] [ Misi�n-Evangelizaci�n ]  [ MSC: Misioneros del Sagrado Coraz�n ]  [ Neocatecumenado ]  [ Novedades ]  [ Persecuciones ]  [ Pornograf�a ] [ Reparos]]  [ Sacerdotes ]  Sectas ]  [ Teolog�a ]   [ Testimonios ]  [ Textos ]  [ Tv Medios Comunicaci�n ]  [ �tiles ]  [  Vida Religiosa ]  [ Vocaci�n a la Santidad ]  [ �Help Hilfe Ayude! ]  [ Faith-English ]  [ Glaube-Deutsch ]  [ B�squeda ]  [  ] 

 

[ Portal ]  [ Adopte a un Seminarista ] [ Aborto ]  [ Biblia ]  [ Biblioteca ]  [ Blog siempre actual ]  [ Castidad ]  [ Catequesis ]  [ Consulta]  [ Domingos ]  [ Espiritualidad ]  [ Familia ] [ Flash]  [ Gracias ]  [ Gr�ficos-Fotos ]  [ Homosexuales ] [ Intercesi�n ]  [ Islam ] [ J�venes ] [ Liturgia ] [ Lecturas DomingosFiestas ]  [ Lecturas Semana TiempoOrdin ]  [ Lecturas Semana AdvCuarP [_Principal_] [_Aborto_] [_Adopte_a_un_Seminarista_] [_La Biblia_] [_Biblioteca_] [_Blog siempre actual_] [_Castidad_] [_Catequesis_] [_Consultas_] [_De Regreso_a_Casa_] [_Domingos_]  [_Espiritualidad_] [_Flash videos_] [_Filosof�a_] [_Gr�ficos_Fotos_]  [_Canto Gregoriano_] [_Homosexuales_] [_Humor_] [_Intercesi�n_] [_Islam_] [_J�venes_] [_Lecturas _Domingos_Fiestas_] [_Lecturas_Semanales_Tiempo_Ordinario_] [_Lecturas_Semanales_Adv_Cuar_Pascua_] [_Mapa_] [_Liturgia_] [_Mar�a nuestra Madre_] [_Matrimonio_y_Familia_] [_La_Santa_Misa_] [_La_Misa_en_62_historietas_] [_Misi�n_Evangelizaci�n_] [_MSC_Misioneros del Sagrado Coraz�n_] [_Neocatecumenado_] [_Novedades_en_nuestro_Sitio_] [_Persecuciones_] [_Pornograf�a_] [_Reparos_] [_Gritos de PowerPoint_] [_Sacerdocip_] [_Los Santos de Dios_] [_Las Sectas_] [_Teolog�a_] [_Testimonios_] [_TV_y_Medios_de_Comunicaci�n_] [_Textos_] [_Vida_Religiosa_] [_Vocaci�n_cristiana_] [_Videos_] [_Glaube_deutsch_] [_Ay�denos_a_los_MSC_] [_Faith_English_] [_Utilidades_]

 

[_Principal_]     [_Aborto_]     [_Adopte_a_un_Seminarista_]     [_La Biblia_]     [_Biblioteca_]    [_Blog siempre actual_]     [_Castidad_]     [_Catequesis_]     [_Consultas_]     [_De Regreso_a_Casa_]     [_Domingos_]      [_Espiritualidad_]     [_Flash videos_]    [_Filosof�a_]     [_Gr�ficos_Fotos_]      [_Canto Gregoriano_]     [_Homosexuales_]     [_Humor_]     [_Intercesi�n_]     [_Islam_]     [_J�venes_]     [_Lecturas _Domingos_Fiestas_]     [_Lecturas_Semanales_Tiempo_Ordinario_]     [_Lecturas_Semanales_Adv_Cuar_Pascua_]     [_Mapa_]     [_Liturgia_]     [_Mar�a nuestra Madre_]     [_Matrimonio_y_Familia_]     [_La_Santa_Misa_]     [_La_Misa_en_62_historietas_]     [_Misi�n_Evangelizaci�n_]     [_MSC_Misioneros del Sagrado Coraz�n_]     [_Neocatecumenado_]     [_Novedades_en_nuestro_Sitio_]     [_Persecuciones_]     [_Pornograf�a_]     [_Reparos_]    [_Gritos de PowerPoint_]     [_Sacerdocip_]     [_Los Santos de Dios_]     [_Las Sectas_]     [_Teolog�a_]     [_Testimonios_]     [_TV_y_Medios_de_Comunicaci�n_]     [_Textos_]     [_Vida_Religiosa_]     [_Vocaci�n_cristiana_]     [_Videos_]     [_Glaube_deutsch_]      [_Ay�denos_a_los_MSC_]      [_Faith_English_]     [_Utilidades_]

 

[_Principal_]     [_Aborto_]     [_Adopte_a_un_Seminarista_]     [_La Biblia_]     [_Biblioteca_]    [_Blog siempre actual_]     [_Castidad_]     [_Catequesis_]     [_Consultas_]     [_De Regreso_a_Casa_]     [_Domingos_]      [_Espiritualidad_]     [_Flash videos_]    [_Filosof�a_]     [_Gr�ficos_Fotos_]      [_Canto Gregoriano_]     [_Homosexuales_]     [_Humor_]     [_Intercesi�n_]     [_Islam_]     [_J�venes_]     [_Lecturas _Domingos_Fiestas_]     [_Lecturas_Semanales_Tiempo_Ordinario_]     [_Lecturas_Semanales_Adv_Cuar_Pascua_]     [_Mapa_]     [_Liturgia_]     [_Mar�a nuestra Madre_]     [_Matrimonio_y_Familia_]     [_La_Santa_Misa_]     [_La_Misa_en_62_historietas_]     [_Misi�n_Evangelizaci�n_]     [_MSC_Misioneros del Sagrado Coraz�n_]     [_Neocatecumenado_]     [_Novedades_en_nuestro_Sitio_]     [_Persecuciones_]     [_Pornograf�a_]     [_Reparos_]    [_Gritos de PowerPoint_]     [_Sacerdocip_]     [_Los Santos de Dios_]     [_Las Sectas_]     [_Teolog�a_]     [_Testimonios_]     [_TV_y_Medios_de_Comunicaci�n_]     [_Textos_]     [_Vida_Religiosa_]     [_Vocaci�n_cristiana_]     [_Videos_]     [_Glaube_deutsch_]      [_Ay�denos_a_los_MSC_]      [_Faith_English_]     [_Utilidades_]

 

[_Principal_]     [_Aborto_]     [_Adopte_a_un_Seminarista_]     [_La Biblia_]     [_Biblioteca_]    [_Blog siempre actual_]     [_Castidad_]     [_Catequesis_]     [_Consultas_]     [_De Regreso_a_Casa_]     [_Domingos_]      [_Espiritualidad_]     [_Flash videos_]    [_Filosof�a_]     [_Gr�ficos_Fotos_]      [_Canto Gregoriano_]     [_Homosexuales_]     [_Humor_]     [_Intercesi�n_]     [_Islam_]     [_J�venes_]     [_Lecturas _Domingos_Fiestas_]     [_Lecturas_Semanales_Tiempo_Ordinario_]     [_Lecturas_Semanales_Adv_Cuar_Pascua_]     [_Mapa_]     [_Liturgia_]     [_Mar�a nuestra Madre_]     [_Matrimonio_y_Familia_]     [_La_Santa_Misa_]     [_La_Misa_en_62_historietas_]     [_Misi�n_Evangelizaci�n_]     [_MSC_Misioneros del Sagrado Coraz�n_]     [_Neocatecumenado_]     [_Novedades_en_nuestro_Sitio_]     [_Persecuciones_]     [_Pornograf�a_]     [_Reparos_]    [_Gritos de PowerPoint_]     [_Sacerdocip_]     [_Los Santos de Dios_]     [_Las Sectas_]     [_Teolog�a_]     [_Testimonios_]     [_TV_y_Medios_de_Comunicaci�n_]     [_Textos_]     [_Vida_Religiosa_]     [_Vocaci�n_cristiana_]     [_Videos_]     [_Glaube_deutsch_]      [_Ay�denos_a_los_MSC_]      [_Faith_English_]     [_Utilidades_]