Tratado XVI

SOTERIOLOG�A

1. Cristo Salvador. Significados

2. Cristo Salvador. Autor de la salvaci�n

3. Cristo Salvador. La misi�n de salvar

4. Cristo Salvador. Los beneficiarios

5. Cristo Salvador. La salvaci�n

6. Cristo Redentor. Su significado

7. Cristo Redentor. La Redenci�n

8. Cristo Redentor. Bienes

9. Cristo Redentor. Universalidad

10. Pasi�n de Cristo. Prefiguraci�n y profec�as

11. Pasi�n de Cristo. Necesidad

12. Pasi�n de Cristo. Tormentas

13. Pasi�n de Cristo. Causas

14. Pasi�n de Cristo. Efectos

15. Pasi�n de Cristo. Aplicaci�n de los efectos

16. Pasi�n de Cristo. Fines

17. Pasi�n de Cristo. Otras caracter�sticas

18. Cristo v�ctima. Satisfacci�n universal

19. Cristo v�ctima. Sacrificio �nico

20. Cristo v�ctima. Satisfacci�n vicaria

21. Cristo v�ctima. M�ritos para los hombres

22. Cristo v�ctima. M�ritos para s� y para los �ngeles

23. Muerte de Cristo: Prefiguraci�n profec�as

24. Muerte de Cristo: Muestras

25. Muerte de Cristo: Sacrificio

26. Muerte de Cristo: Causas

27. Muerte de Cristo: Efectos

28. Resurrecci�n de Cristo: Premio

29. Resurrecci�n de Cristo: Profec�as

30. Resurrecci�n de Cristo: Autor

31. Resurrecci�n de Cristo: Necesidad

32. Resurrecci�n de Cristo: Testimonios

33. Resurrecci�n de Cristo: Cualidades de su cuerpo

34. Resurrecci�n de Cristo: Otras caracter�sticas

35. Ascensi�n de Cristo: Prefiguraci�n y profec�as

36. Ascensi�n de Cristo: Ascensi�n

37. Ascensi�n de Cristo: Conveniencia. Beneficios

38. Ascensi�n de Cristo: Fines

39. Entrada de Cristo en el cielo

40. Cristo sentado a la derecha del Padre

41. Cristo Mediador

42. Cristo Mediador: Fines

43. Cristo intercesor

44. Cristo Due�o y Se�or

45. Cristo Rey: Profec�as

46. Cristo Rey: Elegido por el Padre

47. Cristo Rey: Reino

48. Cristo Rey: Caracter�sticas

49. Cristo Rey: Potestad

50. Cristo en el cielo. Modos de presencia

51. Misterios de Cristo

52. El coraz�n de Cristo

53. Cristo-Adoraci�n

54. Nuestra incorporaci�n a Cristo

1. Jesucristo Salvador. Significados

-La palabra �Salvador� es exclusiva para expresar la obra de la Salvaci�n

-Incluye la vida divina de su cuerpo

-Tiene un significado divino

-Y mesi�nico

-Entra�a la potencia santificadora de la salvaci�n de Jesucristo

-Desmaterializa nuestra aspiraciones

-Tiene una fuerza escatol�gica

-La palabra �Salvador� es exclusiva para expresar la obra de la Salvaci�n.

Entonces Pedro, lleno del Esp�ritu Santo, les dijo: �Jefes del pueblo y ancianos, puesto que con motivo de la obra realizada en un enfermo somos hoy interrogados por qui�n ha sido �ste curado, sabed todos vosotros y todos el pueblo de Israel que ha sido por el nombre de Jesucristo Nazareno,...; por su nombre y no por ning�n otro se presenta �ste aqu� sano delante de vosotros...Porque no hay bajo el cielo otro nombre dado a los hombres por el que nosotros debamos salvarnos� (Hch. 4, 8-10 y 12).

Bajaron algunos de Judea que ense�aban a los hermanos: �Si no os circund�is conforme a la costumbre mosaica, no pod�is salvaros� (Hch. 15, 1).

-La Palabra �Salvador� incluye la vida divina de su cuerpo.

...porque el marido es cabeza de la mujer, como Cristo es cabeza de la Iglesia, el salvador del Cuerpo (Ef. 5, 23).

-La Palabra �Salvador� tiene un significado divino.

El �ngel les dijo: �...os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un salvador, que es el Cristo Se�or;...� (Lc. 2, 11).

...se ha manifestado la gracia salvadora de Dios a todos los hombres, que nos ense�a a que,...vivamos con sensatez, justicia y piedad,...aguardando la feliz esperanza y manifestaci�n de la gloria del gran Dios y Salvador nuestro Jesucristo;... (Tit. 2, 11-13).

Sime�n Pedro,...a los que por justicia de nuestro Dios y Salvador Jesucristo les ha cabido en suerte una fe tan preciosa como a nosotros (2 Pe. 1, 1).

-La Palabra �Salvador� tiene un significado mesi�nico.

El �ngel les dijo: �No tem�is, pues os anuncio una gran alegr�a, que lo ser� para todo el pueblo: os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un salvador, que es el Cristo Se�or� (Lc. 2, 10-11).

...Sime�n...le tom� en brazos y bendijo a Dios diciendo:

�Ahora, Se�or, puedes, seg�n tu palabra,

dejar que tu siervo se vaya en paz,

porque han visto tus ojos tu salvaci�n,

la que has preparado a la vista de todos los pueblos,

luz para iluminar a los gentiles

y gloria de tu pueblo Israel� (Lc. 2, 29-32).

Y todos ver�n la salvaci�n de Dios (Lc. 3, 6).

De la descendencia de �ste (David), Dios, seg�n su promesa, ha suscitado para Israel un Salvador, Jes�s (Hch. 13, 23).

-La Palabra �Salvador� entra�a la potencia santificadora de la salvaci�n de Jesucristo.

...el �ngel del Se�or se le apareci� en sue�os y le dijo: �Jos�, hijo de David, no temas tomar contigo a Mar�a tu esposa, porque lo concebido en ella viene del Esp�ritu Santo. Dar� a luz un hijo a qui�n pondr�s por nombre Jes�s, porque �l salvar� a su pueblo de sus esposos (Mt. 1, 20-21).

A �ste le ha exaltado Dios con su diestra como Jefe y Salvador, para conceder a Israel la conversi�n y el perd�n de los pecados (Hch. 5, 31).

...�l -Dios nuestro Salvador- nos salv�, no por obras de justicia que hubi�semos hecho nosotros, sino seg�n su misericordia,...por medio de Jesucristo nuestro Salvador,... (Tit. 3, 5-6).

-La Palabra �Salvador� tiene una fuerza que desmaterializa nuestras aspiraciones.

...del Se�or Jesucristo, que se entreg� a s� mismo por nuestros pecados, para librarnos de este perverso mundo, seg�n la voluntad de nuestro Dios y Padre,... (G�l. 1, 4).

-La Palabra �Salvador� tiene una fuerza escatol�gica y celeste.

Porque nuestra salvaci�n es objeto de esperanza; y una esperanza que se ve, no es esperanza, pues �c�mo es posible esperar una cosa que se ve? (Rom. 8, 24).

Pero nosotros somos ciudadanos del cielo, de donde esperamos como Salvador al Se�or Jesucristo, el cual transfigurar� este miserable cuerpo nuestro en un cuerpo glorioso como el suyo, en virtud del poder que tiene de someter a s� todas las cosas (Fil. 3, 20-21).

...ayudado por la fuerza de Dios, que nos ha salvado y nos ha llamado con una vocaci�n santa, no por nuestras obras, sino por su propia determinaci�n y por su gracia que nos dio desde toda la eternidad en Cristo Jes�s, y que se ha manifestado ahora con la Manifestaci�n de nuestro Salvador Cristo Jes�s, quien ha destruido la muerte y ha hecho irradiar luz de vida y de inmortalidad por medio del Evangelio... (2 Tim. 1, 9-10).

Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Se�or Jesucristo, quien, por su gran misericordia, mediante la Resurrecci�n de Jesucristo de entre los muertos, nos ha reengendrado a una esperanza viva, a una herencia incorruptible, inmaculada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros, a quienes el poder de Dios, por medio de la fe, protege para la salvaci�n,... (1 Pe. 1, 3-5).

2. Jesucristo Salvador. Autor de la Salvaci�n

-Dios es la fuerza salvadora de los hombres

-A Dios le llaman Salvador los profetas del A. T. La Virgen y S. Pablo

-S�lo Jesucristo puede ser, el autor de la salvaci�n

-Jesucristo es llamado �Salvador�

-El nombre de Jes�s (Dios salva) fue impuesto al Verbo encarnador por su misi�n de Salvar a su pueblo

-Dios es la salud y la fuerza salvadora de todos los hombres.

�Salud� en lenguaje b�blico es: paz, quietud, bendici�n, gozo, galard�n, victoria, gloria celeste, vida eterna, aleluya triunfal.

Yahv�h, mi roca y mi baluarte,

mi libertador, mi Dios;

la pe�a en que me amparo,

mi escudo y cuerno de mi salvaci�n,

mi altura inexpugnable y mi refugio (Sal. 18, 3).

Hazme justicia, oh Yahv�h,

pues yo camino en mi entereza,

me apoyo en Yahv�h y no vacilo (Sal. 26, 1).

Ataca, oh Yahv�h, a los que me atacan,

combate a quienes me combaten;

embraza el escudo y el pav�s,

y �lzate en mi socorro;

blande la lanza y la pica

contra mis perseguidores.

Di a mi alma: �Yo soy tu salvaci�n� (Sal. 35, 1-3).

�Date prisa a auxiliarme,

Se�or de mi salvaci�n! (Sal. 38, 23).

Venid, cantemos gozosos a Yahv�h,

aclamemos a la Roca de nuestra salvaci�n; (Sal. 95, 1).

Oh Yahv�h, Se�or m�o, fuerza de mi salvaci�n,... (Sal. 140, 8).

He aqu� a Dios mi salvador: estoy seguro y sin miedo, pues Yahv�h es mi fuerza y mi canci�n, �l es mi salvaci�n (Is. 12, 2).

...rechaza a Dios, su Hacedor, desprecia a la Roca, su salvaci�n (Deut. 32, 15).

Aclaraci�n. �Roca� es una alusi�n a la roca de la que brot� el agua en el desierto.

Respondi� Yahv�h a Mois�s: �Pres�ntate al pueblo,...lleva tambi�n en tu mano el cayado con que golpeaste el R�o y vete, que all� estar� yo ante ti, sobre la pe�a, en Horeb; golpear�s la pe�a, y saldr� de ella agua para que beba el pueblo� (Ex. 17, 5-6).

-A Dios le llaman Salvador los Profetas del Antiguo Testamento, la Virgen Mar�a y San Pablo.

a) -Los Profetas del Antiguo Testamento. Gu�ame en tu verdad, ens��ame,

que eres t� el Dios de mi salvaci�n,... (Sal. 25, 5).

t� nos responder�s con prodigios de justicia,

Dios de nuestra salvaci�n,... (Sal. 65, 6).

Porque yo soy Yahv�h tu Dios,

el Santo de Israel, tu salvador (Is. 43, 3).

Decid a la hija de Si�n:

�Mira que viene tu salvador;...� (Is. 62, 11).

�Mas yo en Yahv�h exultar�,

jubilar� en el Dios de mi salvaci�n! (Ha. 3, 18).

b) -La Virgen Mar�a.

Y dijo Mar�a:

�Engrandece mi alma al Se�or

y mi esp�ritu se alegra en Dios mi salvador...� (Lc. 1, 46-47).

c) -San Pablo.

Si nos fatigamos y luchamos es porque tenemos puesta la esperanza en Dios vivo, que es el salvador de todos los hombres, principalmente de los creyentes (1 Tim. 4, 10).

-S�lo Jesucristo puede ser el autor de la salvaci�n de los hombres.

Y suceder� que todo el que invoque el nombre de Yahv�h ser� salvo,... (Jl. 3, 5).

Y todo el que invoque el nombre del Se�or se salvar� (Hch. 2, 21).

Porque no hay bajo el cielo otro nombre dado a los hombres por el que nosotros debamos salvarnos (Hch. 4, 12).

Pues todo el que invoque el nombre del Se�or se salvar� (Rom. 10, 13).

Aclaraci�n. El nombre de Jes�s significa �Dios salva�.

Dar� a luz un hijo a quien pondr�s por nombre Jes�s, porque �l salvar� a su pueblo de sus pecados (Mt. 1, 21).

Jes�s� (hebreo Yehosua) quiere decir �Yahv� salva

-Jesucristo es llamado �Salvador�.

�Salvador� significa,

a) -Agente o instrumento de salud divina.

Ahora, Se�or, puedes seg�n tu palabra,

dejar que tu siervo se vaya en paz,

porque han visto mis ojos su salvaci�n,

la que has preparado a la vista de todos los pueblos,

luz para iluminar a los gentiles

y gloria de tu pueblo Israel� (Lc. 2, 29-32).

b) -Autor de la salud.

Conven�a, en verdad, que Aquel por quien es todo y para quien es todo, llevara muchos hijos a la gloria, perfeccionando mediante el sufrimiento al que iba a guiarlos a la salvaci�n (Hebr. 2, 10).

Aclaraci�n. La muerte de Cristo, hace perfecto a Cristo, en cuanto Salvador, en cumplimiento de la voluntad del Padre.

c) -Causa de salud eterna.

...y llegando a la perfecci�n, se convirti� en causas de salvaci�n eterna para todos los que le obedecen,... (Hebr. 5, 9).

d) -Salvador del mundo.

...porque la salvaci�n viene de los jud�os (Jn. 4, 22).

Y nosotros hemos visto y damos testimonio de que el Padre envi� a su Hijo para ser salvador del mundo (1 Jn. 4, 14).

e) -Fuerza que libera de los enemigos.

Bendito el Se�or Dios de Israel

porque ha visitado y redimido a su pueblo,

y nos ha suscitado una fuerza salvadora

en la casa David, su siervo,... (Lc. 1, 68-69).

-El nombre de Jes�s -Yehoshua (Dios salva)- fue impuesto al Verbo encarnado por su misi�n de salvar a su pueblo de sus pecados.

...el �ngel del Se�or...le dijo: �Jos�, hijo de David, no temas tomar contigo a Mar�a tu esposa, porque los concebido en ella vienen del Esp�ritu Santo. Dar� a luz un hijo a quien pondr�s por nombre Jes�s, porque �l salvar� a su pueblo de sus pecados� (Mt. 1, 21).

El �ngel le dijo: �No temas, Mar�a, porque has hallado gracia delante de Dios; vas a concebir en el seno y vas a dar a luz un hijo, a quien pondr�s por nombre Jes�s (Lc. 1, 31).

3. Jesucristo Salvador. La misi�n de salvar

-Profetizada en el A. T.

-Hizo presente en el mundo la salvaci�n de los hombres

-Libr� a los hombres del pecado de la muerte, de la esclavitud y de sus enemigos

-La salvaci�n completa est� expresada indicando la curaci�n como met�fora

-La misi�n de Jesucristo en el mundo de salvar a los pecadores est� profetizada en el Antiguo Testamento.

Buscar� la oveja perdida, tornar� a la descarriada, curar� a la herida y sanar� a la enferma; pero exterminar� a la que est� gorda y robusta.

Las pastorear� con justicia (Ez. 34, 16).

-Jesucristo hizo presente en el mundo la salvaci�n de los hombres.

a) -Profetizado por Isa�as.

As� dice Yahv�h: En tiempo favorable te escuchar�, y en d�a nefasto te asistir� (Is. 49, 8).

b) -Afirmado por San Pablo.

Y como cooperadores suyos que somos, os exhortamos a que no recib�is en vano la gracia de Dios. Pues dice �l: �En tiempo favorable te escuch� y en el d�a de la salvaci�n te ayud�. �Mirad!, ahora es el tiempo favorable; ahora el d�a de la salvaci�n (2 Cor. 6, 1-2).

-Jesucristo libr� a los hombres con su salvaci�n del pecado, de la muerte, de la esclavitud y de los enemigos que los odian.

a) -Del pecado.

Entonces se puso a maldecir a las ciudades en las que se hab�an realizado la mayor�a de sus milagros, porque no se hab�an convertido: �Ay de ti, Coraz�n! �Ay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y en Sid�n se hubieran hecho los milagros que se han hecho en vosotras, tiempo ha que con saco y ceniza se habr�an convertido (Mt. 11, 20-21).

b) -De la muerte.

Si cuando �ramos enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, �con cu�nta m�s raz�n, estando ya reconciliados, seremos salvos por su vida! (Rom. 5, 10).

c) -De la esclavitud.

Acerqu�monos, por tanto, confiadamente al trono de gracia, a fin de alcanzar misericordia y hallar gracia para ser socorridos -por Cristo- en el tiempo oportuno (Hebr. 4, 16).

d) -De los enemigos.

Zacar�as, su padre, qued� llen� del Esp�ritu Santo, y profetiz� diciendo:

Bendito el Se�or Dios de Israel

porque ha visitado y redimido a su pueblo,

y nos ha suscitado una fuerza salvadora

en la casa David, su siervo,

como hab�a prometido desde tiempos antiguos,

por boca de sus santos profetas,

que nos salvar�a de nuestros enemigos

y de las manos de todos los que nos odiaban

haciendo misericordia a nuestros padres

y recordando su santa alianza

y el juramento que jur�

a Abraham nuestro padre,

de concedernos que, libres de manos enemigas,

podamos servirle sin temor

en santidad y justicia

delante de �l todos nuestros d�as (Lc. 1, 67-75).

-La salvaci�n completa y perfecta est� expresada indicando la curaci�n como met�fora.

...la recompensa de Dios, �l vendr� y os salvar�. Entonces se despegar�n los ojos de los ciegos, y las orejas de los sordos se abrir�n. Entonces saltar� el cojo como ciervo, y la lengua del mudo lanzar� gritos de j�bilo (Is. 35, 4-6).

Sus caminos vi. Yo le curar� y le consolar�, y le dar� �nimos a �l y a los que con �l lloraban,... (Is. 57, 18).

...me ha ungido Yahv�h. A anunciar la buena nueva a los pobres me ha enviado, a vendar los corazones rotos;... (Is. 61, 1).

S�; har� que tengas alivio, de tus llagas te curar� -or�culo de Yahv�h- (Jer. 30, 17).

He aqu� que yo les aporto su alivio y su medicina. Los curar� y les descubrir� una corona de paz y seguridad (Jer. 33, 6).

4. Jesucristo Salvador. Los beneficiarios

-Todos los hombres

-Prolonga su autoridad salv�fica en la persona de sus ap�stoles y sus sucesores

-Dios llama a todos a la Santidad

-Cristo llama a todos a la santidad

-Todos los cristianos llamados a la Santidad

-Todo esto ordenado a su gloria y a la del Padre

-Los Beneficiarios de la salvaci�n de Jesucristo son todos los hombres.

...el endurecimiento parcial que sobrevino a Israel, durar� hasta que entre la totalidad de los gentiles, y as�, todo Israel ser� salvo,... (Rom. 11, 25).

Si nos fatigamos y luchamos es porque tenemos puesta la esperanza en Dios vivo, que es el Salvador de todos los hombres, principalmente de los creyentes (1 Tim. 4, 10).

-Jesucristo prolonga su autoridad salv�fica en la persona de sus ap�stoles y de sus sucesores.

Jes�s se acerc� a ellos y les habl� as�: �Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra. Id, pues, y haced disc�pulos a todas las gentes bautiz�ndolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Esp�ritu Santo, y ense��ndoles a guardar todo lo que yo os he mandado...� (Mt. 28, 18-20).

-Dios llama a todos los hombres a la Santidad.

Porque yo soy Yahv�h, vuestro Dios; santificaos y sed santos, pues yo soy santo (Lev. 11, 44).

Sed santos, porque yo, Yahv�h, vuestro Dios, soy santo (Lev. 19, 2).

Santificaos y sed santos; porque yo soy Yahv�h, vuestro Dios (Lev. 20, 7).

...pues santo soy yo, Yahv�h, el que os santific� (Lev. 21, 8).

Yo soy Yahv�h, el que os santifica,... (Lev. 22, 32).

Aclaraci�n. No es posible igualar a Dios en santidad, pero s� tomarlo como modelo y norma y esforzarnos en imitarle.

-Jesucristo llama a todos los hombres a la santidad.

Vosotros, pues, sed perfectos como es perfecto vuestro Padre celestial (Mt. 5, 48).

Sed misericordiosos, como vuestro Padre es misericordioso (Lc. 6, 35).

-Todos los fieles cristianos est�n llamados a la Santidad.

Sed imitadores m�os como yo lo soy de Cristo (1 Cor. 11, 1).

...Dios os ha escogido desde el principio para la salvaci�n mediante la acci�n santificadora del Esp�ritu y la fe en la verdad (2 Tes. 2, 13).

Para esto os ha llamado por medio de nuestro Evangelio, para que consig�is la gloria de nuestro Se�or Jesucristo (2 Tes. 2, 14).

Porque esta es la voluntad de Dios: vuestra santificaci�n;... (1 Tes. 4, 3).

...pero la paciencia ha de ir acompa�ada de obras perfectas para que se�is perfectos e �ntegros sin que dej�is nada que desear (Sant. 1, 4).

-La funci�n de Jesucristo como salvador de salvar a todos los hombres esta ordenada a su misma gloria y, a trav�s de �l, a la gloria del Padre.

Todas las cosas son vuestras, ya Pablo, ya Apolo, ya Cofas, ya el mundo, ya la vida, ya la muerte, ya lo presente, ya lo venidero, todo es vuestro; pero vosotros sois de Cristo y Cristo de Dios (1 Cor. 3, 22-23).

5. Jesucristo Salvador. La salvaci�n

-Dios dispuso �ab aeterno� realizar su plan de salvaci�n

-Y los tiempos de cada una de sus fases

-Profetizada en el A. T.

-Profetizada sus victoria sobre Satan�s

-Cumplidas las profec�as en el N. T.

-La �Plenitud de los tiempos� designa la llegada de los tiempos mesi�nicos

-Dios es la salvaci�n en s� y en la acci�n

-La salvaci�n se atribuye s�lo a Dios

-Dios se atribuye a s� mismo la obra de la salvaci�n de los hombres

-La salvaci�n de los hombres procede de los jud�os

-Dios ha dispuesto �Ab aeterno� realizar su plan de salvaci�n a lo largo de toda la historia.

...mas el plan de Yahv�h subsiste para siempre, los proyectos de su coraz�n por todas las edades (Sal. 33, 11).

Yo digo: mis planes se realizar�n y todos mis deseos llevar� a cabo (Is. 46, 10).

-Dios ha dispuesto �Ab aeterno� los tiempos de cada una de las fases de su Plan de salvaci�n.

a) -Mantenido en secreto desde toda la eternidad.

...un Misterio mantenido en secreto durante siglos eternos, pero manifestado al presente,... (Rom. 16, 25).

...una sabidur�a de Dios misteriosa, escondida, destinada por Dios desde antes de los siglos para gloria nuestra,... (1 Cor. 2, 7).

...por cuanto nos ha elegido en �l antes de la creaci�n del mundo, para ser santos e inmaculados en su presencia, en el amor;... (Ef. 1, 4).

...y esclarecer c�mo se ha dispensado el Misterio escondido desde siglos en Dios, Creador de todas las cosas, para que la multiforme sabidur�a de Dios sea ahora manifestada a los Principados y a las Potestades en los cielos, mediante la Iglesia, conforme al previo designio eterno que realiz� en Cristo Jes�s, Se�or Nuestro,... (Ef. 3, 9-11).

...Misterio escondido desde siglos y generaciones, y manifestado ahora a sus santos, (Col. 1, 26).

...que nos ha salvado y nos ha llamado con una vocaci�n santa, no por nuestras obras, sino por su propia determinaci�n y por su gracia que nos dio desde toda la eternidad en Cristo Jes�s, y que ha manifestado ahora con la Manifestaci�n de nuestro Salvador... (2 Tim. 1, 9-10).

b) -Fase de preparaci�n.

De una manera fragmentaria y de muchos modos habl� Dios en el pasado a nuestros Padres por medio de los Profetas,... (Hebr. 1, 1).

...procurando descubrir a qu� tiempo y a qu� circunstancia se refer�a el Esp�ritu de Cristo, que estaba en ellos, cuando les predec�a los sufrimientos destinados a Cristo y las glorias que les seguir�an (1 Pe. 1, 11).

c) -Fase de la espectaci�n.

Dios, pues, pasando por alto los tiempos de la ignorancia, anuncia ahora a los hombres que todos y en todas partes deben convertirse, porque ha fijado el d�a en el que va a juzgar al mundo seg�n justicia,... (Hch. 17, 30-31).

...el tiempo de la paciencia de Dios; en orden a mostrar su justicia en el tiempo presente, para ser �l justo y justificador del que cree en Jes�s (Rom. 3, 26).

d) -Fase de la plenitud de los tiempos.

Pero, al llegar la plenitud de los tiempos, envi� Dios a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la Ley, para rescatar a los que se hallan bajo la Ley, y para que recibi�ramos la filiaci�n adoptiva (G�l. 4, 4-5).

e) -Fase de la venida.

...el tiempo de la paciencia de Dios; en orden a mostrar su justicia en el tiempo presente, para ser �l justo y justificador del que cree en Jes�s (Rom. 3, 26).

f) -Fase hasta la Parus�a.

Pues dice �l: En el tiempo favorable te escuch� y en el d�a de salvaci�n te ayud�. �Mirad!, ahora es el tiempo favorable; ahora el d�a de salvaci�n (2 Cor. 6, 2).

g) -Fase de los �ltimos d�as.

El Esp�ritu dice claramente que en los �ltimos tiempos algunos apostatar�n de la fe entreg�ndose a esp�ritus enga�adores y a doctrinas diab�licas,... (1 Tim. 4, 1).

h) -Fase del d�a escatol�gico.

�l os fortalecer� hasta el fin para que se�is irreprensibles en el D�a de nuestro Se�or Jesucristo (1 Cor. 1, 8).

i) -Fase �ltima durante el Juicio Final.

...la revelaci�n del justo juicio de Dios, el cual dar� a cada cual seg�n sus obras: a los que, por la perseverancia en el bien busquen gloria, honor e inmortalidad: vida eterna; mas a los rebeldes, ind�ciles a la verdad y d�ciles y a la injusticia: c�lera e indignaci�n (Rom. 2, 6-8).

-La Salvaci�n mesi�nica fue protefizada en el Antiguo Testamento.

Anunciad su salvaci�n d�a tras d�a,

contad su gloria a las naciones,

a todos los pueblos sus maravillas (Sal. 96, 2-3).

Yahv�h ha dado a conocer su salvaci�n,

a los ojos de las naciones ha revelado su justicia; (Sal. 98, 2).

He aqu� a Dios mi salvador: estoy seguro y sin miedo, pues Yahv�h es mi fuerza y mi canci�n, �l es mi salvaci�n (Is. 12, 2).

Israel ser� salvado por Yahv�h, con salvaci�n perpetua (Is. 45, 17).

-Dios profetiz� la victoria final de su descendencia sobre Satan�s.

Enemistad pondr� entre ti y la mujer, y entre tu linaje y su linaje: �l te pisar� la cabeza mientras acechas t� su calca�ar (G�n. 3, 15).

-Las profec�as de la salvaci�n mesi�nica del Antiguo Testamento se cumplen y se describen plenamente en el Nuevo Testamento.

a) -Se cumplen.

...el �ngel del Se�or...le dijo: �Jos�, hijo de David, no temas tomar contigo a Mar�a tu esposa, porque lo concebido en ella vienen del Esp�ritu Santo. Dar� a luz un hijo a quien pondr�s por nombre Jes�s, porque �l salvar� a su pueblo de sus pecados� (Mt. 1, 20-21).

Se le apareci� el �ngel del Se�or, de pie, a la derecha del altar del incienso. Al verle Zacar�as, se turb� y el temor se apoder� de �l. El �ngel le dijo: �No temas, Zacar�as, porque tu petici�n ha sido escuchada; Isabel, tu mujer, te dar� a luz un hijo, a quien pondr�s por nombre Juan;...� (Lc. 1, 11-13).

...Sime�n...le tom� en sus brazos y bendijo a Dios diciendo: �Ahora, Se�or, puedes, seg�n tu palabra, dejar que tu siervo se vaya en paz, porque han visto mis ojos tu salvaci�n, la que has preparado a la vista de todos los pueblos, luz para iluminar a los gentiles y gloria de tu pueblo Israel� (Lc. 2, 28-32).

Pues dice �l: En el tiempo favorable te escuch� y en el d�a de salvaci�n te ayud�.

�Mirad!, ahora es el tiempo favorable; ahora el d�a de salvaci�n (2 Cor. 6, 2).

En �l tambi�n vosotros, tras haber o�do la palabra de la verdad, la Buena Nueva de vuestra salvaci�n, y cre�do tambi�n el �l, fuisteis sellados con el Esp�ritu Santo de la Promesa,... (Ef. 1, 13).

b) -Se describen.

Porque se ha manifestado la gracia salvadora de Dios a todos los hombres, que nos ense�a a que, renunciando a la impiedad y a las pasiones mundanas, vivamos con sensatez, justicia y piedad en el siglo presente, aguardando la feliz esperanza y la Manifestaci�n de la gloria del gran Dios y Salvador nuestro Jesucristo; el cual se entreg� por nosotros a fin de rescatarnos de toda iniquidad y purificad para s� un pueblo que fuese suyo, fervoroso en buenas obras (Tit. 2, 11-14).

Mas cuando se manifest� la bondad de Dios nuestro Salvador y su amor a los hombres, �l nos salv�, no por obras de justicia que hubi�semos hecho nosotros, sino seg�n su misericordia, por medio del ba�o de regeneraci�n y de renovaci�n del Esp�ritu Santo, que �l derram� sobre nosotros con largueza por medio de Jesucristo nuestro Salvador, para que, justificados por su gracia, fu�semos constituidos herederos, en esperanza, de vida eterna (Tit. 3, 4-7).

-�La plenitud de los tiempos� designa la llegada de los tiempos mesi�nicos o escatol�gicos que dan cumplimiento a una espera larga de siglos e inicio a la era de la salvaci�n.

El tiempo se ha cumplido y el Reino de Dios est� cerca;... (Mc. 1, 15).

�l les contest�: �A vosotros no os toca conocer el tiempo y el momento que ha fijado el Padre con su autoridad,...� (Hch. 1, 7).

Todo esto les acontec�a en figura, y fue escrito para aviso de los que hemos llegado a la plenitud de los tiempos (1 Cor. 10, 11).

...d�ndonos a conocer el Misterio de su voluntad seg�n el ben�volo designio que �l se propuso de antemano, para realizarlo en la plenitud de los tiempos: hacer que todo tenga a Cristo por cabeza,... (Ef. 1, 9-10).

...y que en el tiempo oportuno ha manifestado su Palabra por la predicaci�n a m� encomendada seg�n el mandato de Dios,... (Tit. 1, 3).

...en �ltimos tiempo nos ha hablado por medio del Hijo a quien instituy� heredero de todo,... (Hebr. 1, 2).

...se ha manifestado ahora una sola vez en la plenitud de los tiempos, para la destrucci�n de pecado mediante el sacrificio de s� mismo (Hebr. 9, 26).

...Cristo, predestinado antes de la creaci�n del mundo y manifestado en los �ltimos tiempos a causa de vosotros;... (1 Pe. 1, 20).

-Dios es la salvaci�n en s� misma y en la acci�n.

a) -En s� misma.

Yahv�h, mi luz y mi salvaci�n,

�a qui�n he de temer? (Sal. 27, 1).

...en ti est� la fuente de la vida,

y en tu luz vemos tu luz (Sal. 36, 10).

�Date prisa o auxiliarme,

Se�or de mi salvaci�n! (Sal. 38, 23).

Y dir�s aquel d�a:

�Yo te alabo Yahv�h,...

He aqu� a Dios mi salvador:

estoy seguro y sin miedo,

pues Yahv�h es mi fuerza y mi canci�n,

�l es mi salvaci�n� (Is. 12, 1-2).

b) -En la acci�n.

Yahv�h, fuerza de su pueblo,

fortaleza de salvaci�n para su ungido.

Salva a tu pueblo, bendice a tu heredad,

pastor�alos y ll�valos por siempre (Sal. 28, 8-9).

�l, el Dios de Israel,

da poder y fuerza al pueblo (Sal. 68, 36).

Oh Dios, mi rey desde el principio,

autor de la salvaci�n en medio de la tierra,... (Sal. 74, 12).

Se dir� aquel d�a: �Ah� ten�is a nuestro Dios: esperamos que nos salve; este es Yahv�h en quien esper�bamos; nos regocijamos y nos alegramos por su salvaci�n� (Is. 25, 9).

Yahv�h nuestro rey: �l nos salvar� (Is. 33, 22).

Decid a los de coraz�n intranquilo:

�Animo, no tem�is! MIirad que vuestro Dios viene vengador; es la recompensa de Dios, �l vendr� y os salvar� (Is. 35, 4).

...y sabr�s que yo soy Yahv�h tu Salvador, y el que rescata, el Fuerte de Jacob (Is. 60, 16).

-La Salvaci�n mesi�nica se atribuye exclusivamente a Dios.

De Yahv�h la salvaci�n (Sal. 3, 9).

�De Yahv�h la salvaci�n! (Jon. 2, 10).

En Dios s�lo el descanso de mi alma,

de �l viene mi salvaci�n;

s�lo �l mi roca, mi salvaci�n,

mi ciudadela, no he de vacilar (Sal. 62, 2-3).

�bendito sea el Se�or d�a tras d�a!

El carga con nosotros, Dios de nuestra salvaci�n (Sal. 68, 20).

-Dios se atribuye a s� mismo la obra de la salvaci�n de los hombres.

Yo, yo soy Yahv�h, y fuera de m� no hay salvador (Is. 43, 11).

No hay otro Dios, fuera de m�. Dios justo y salvador, no hay otro fuera de m�. Volveos a m� y ser�is salvados confines todos de la tierra, por que soy Dios, no existe ning�n otro (Is. 45, 21-22).

-La salvaci�n de los hombres procede de los jud�os.

...porque la salvaci�n viene de los jud�os (Jn. 4, 22).

...y los patriarcas; de los cuales tambi�n procede Cristo seg�n la carne,... (Rom. 9, 5).

6. Jesucristo Redentor. Su significado

-Su amor a los hombres prefigurado en el A. T.

-El nombre de Cristo le conviene al Redentor

-La palabra significa �Rescatador� del encarcelado

-Designa a Dios como liberador de su pueblo

-�l es el Redentor y fuera de �l no hay salvaci�n

-Deseo realizar toda la obra redentora que el Padre le confi�

-Realiz� toda la obra

-El Amor de Jesucristo a los hombres fue prefigurado en el Antiguo Testamento.

El �ngel de Yahv�h se le apareci� en forma de llama de fuego, en medio de una zarza. Vio que la zarza estaba ardiendo, pero que no se consum�a (Ex. 3, 2).

Aclaraci�n. �El �ngel de Yahv�h� es el mismo Dios en la forma visible en que se aparece a los hombres. As� consta en los texto m�s antiguos.

-El nombre de Cristo que significa ungido conviene al Redentor de los hombres.

Por eso Dios, tu Dios, te ha ungido con �leo de alegr�a m�s que a tus compa�eros; (Sal. 45, 7-8).

El Esp�ritu del Se�or Yahv�h est� sobre m�, por cuanto que me ha ungido Yahv�h. A anunciar la buena nueva a los pobres me ha enviado, a vendar los corazones rotos; a pregonar a los cautivos la liberaci�n y a los reclusos la libertad;... (Is. 61, 1).

-La palabra �Redentor� significa: Vengador de sangre, rescatador del encarcelador del encarcelado y protector de Israel.

a) -Vengador de sangre.

El homicida debe morir. El mismo vengador de sangre dar� muerte al homicida: en cuanto lo encuentre, lo matar� (N�m. 35, 19).

b) -Rescatador del encarcelado.

Noemi dijo a su Nuera: �Bendito sea Yahv�h que no deja de mostrar su bondad hacia los vivos y los muertos.� Le dijo Noem�: �Ese hombre es nuestro pariente, es de nuestros goeles (Rut 2, 20).

Aclaraci�n. �Goel� significa �rescatador�.

c) -Protector de Israel.

No temas, gusano de Jacob, oruga de Israel: yo te ayudo -or�culo de Yahv�h- y tu redentor es el Santo de Israel (Is. 41, 14).

Su Redentor esforzado. Yahv�h Sebaot se llama. El tornar� la defensa de su causa... (Jer. 50, 34).

-La palabra �Redentor� designa a Dios como libertador de su pueblo.

As� dice Yahv�h que os ha rescatado, el Santo de Israel (Is. 43, 14).

As� dice el rey de Israel y su redentor Yahv�h Sebaot (Is. 44, 6).

As� dice Yahv�h, tu redentor, el que te form� desde el seno (Is. 44, 24).

Nuestro redentor, cuyo nombre es Yahv�h Sebaot, el Santo de Israel,... (Is. 47, 4).

As� dice Yahv�h, tu redentor, el Santo de Israel (Is. 48, 17).

Vendr� para rescatar a Si�n y a aquellos de Jacob que se conviertan de su rebeld�a. -Or�culo de Yahv�h- (Is. 59, 20).

-Jesucristo es el Redentor de los hombres y fuera de �l no hay salvaci�n posible.

Yo soy la puerta; si uno entra por m�, estar� salvo; entrar� y saldr� y encontrar� pasto (Jn. 10, 9).

Nadie viene al Padre sino por m� (Jn. 14, 6).

Porque no hay bajo el cielo otro nombre dado a los hombres por el que nosotros debamos salvarnos (Hch. 4, 12).

-Jesucristo deseo realizar toda la obra redentora que el Padre le confi�.

Les dice Jes�s: �Mi alimento es hacer la voluntad del que me ha enviado y llevar a cabo su obra� (Jn. 4, 34).

...porque ha bajado de cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me ha enviado. Y esta es la voluntad del que me ha enviado: que no se pierda nada de lo que �l me ha dado, sino que lo resucite el �ltimo d�a. Porque esta es la voluntad de mi Padre: que todo el que vea al Hijo y crea en �l, tenga vida eterna y que yo le resucite el �ltimo d�a� (Jn. 6, 38-40).

-Jesucristo realiz� toda la obra redentora que el Padre le confi�.

Pero yo tengo un testimonio mejor que el Juan; porque las obras que el Padre me ha encomendado llevar a cabo, las mismas obras que realizo, dan testimonio de m�, de que el Padre me ha enviado (Jn. 5, 36).

Yo te he glorificado en la tierra, llevando a cabo la obra que me encomendaste realizar (Jn. 17, 4).

Cuando Jes�s tom� el vinagre, dijo: �Todo est� cumplido.� Inclin� la cabeza y entreg� el esp�ritu (Jn. 19, 30).

7. Jesucristo Redentor. La redenci�n

-Consiste en la liberaci�n de la esclavitud del pecado

-Nos libr� de la potestad del diablo

-Hizo posible nuestra salvaci�n con su pasi�n y con su muerte a modo de Redenci�n.

-La obra redentora muestra su excelencia en la obediencia al Padre, en la cancelaci�n de muestras deudas y en nuestra justificaci�n

-El modo de redenci�n fue el m�s conveniente para mover a los hombres a conservarse libres de pecado

-Se entreg� a s� mismo al eterno Padre para rescatar a todos los hombres del pecado.

-Cristo opone el influjo de la redenci�n a las consecuencias de la culpa

-La Redenci�n consiste en la liberaci�n de la esclavitud del pecado, de la carne, de la muerte y del diablo.

a) -El Esp�ritu Santo se nos comunica como autor de la vida sobrenatural y nos libra de la dominaci�n del pecado.

Porque la Ley del Esp�ritu que da la vida en Cristo Jes�s te liber� de la Ley del pecado y de la muerte (Rom. 8, 2).

b) -Cristo no nos libra de la tentaci�n, sino que nos da la gracia para que la resistimos.

Pues lo que era imposible a la ley reducida a la importancia por la carne, Dios, habiendo enviado a su propio Hijo...conden� el pecado de la carne, a fin de que la justicia de la ley se cumpliera en nosotros que seguimos una conducta, no seg�n la carne, sino seg�n el esp�ritu. Efectivamente, los que viven seg�n la carne, desean lo carnal; mas los que viven seg�n el esp�ritu lo espiritual. Pues las tendencias de la carne son muerte; mas las del esp�ritu son vida y paz (Rom. 8, 3-6).

c) -La dominaci�n de la muerte qued� vencida en cuanto que la muerte no puede separarnos de la caridad de Cristo.

Pues estoy seguro de que ni la muerte...ni otra criatura alguna podr� separarnos del amor de Dios manifestado en Cristo Jes�s Se�or nuestro (Rom. 8, 38-39).

d) -Cristo nos ha tra�do la libertad respecto del diablo, haci�ndonos posible liberarnos de su yugo con su gracia, pero resistiendo nosotros cuanto podamos.

...ahora el pr�ncipe de este mundo ser� echado abajo (Jn. 12, 31).

Sed sobrios y velad. Vuestro adversario el Diablo ronda como le�n rugiente, buscando a quien devorar. Resistirles firmes en la fe (Rom. 5, 8).

Someteos pues a Dios; resistid al diablo y �l huir� de vosotros. Acercaos a Dios y �l se acercar� a vosotros (Sant. 4, 7).

El Hijo de Dios se manifest� para deshacer las obras del diablo (1 Jn. 3, 8).

Sabemos que todo el que ha nacido de Dios no peca, sino que el Engendrado de Dios le guarda y Maligno no llega a tocarle (1 Jn. 5, 18).

Resumiendo:

Cristo nos ha redimido en el sentido de que nos ha proporcionado los medios suficientes y eficaces para nuestra salvaci�n.

-Cristo nos redimi� de la potestad del Diablo.

�l nos libr� del poder de las tinieblas y nos traslad� al Reino del Hijo de su amor, en quien tenemos la redenci�n: el perd�n de los pecados (Col. 1, 13).

-Cristo hizo posible nuestra salvaci�n con su pasi�n y con su muerte, a modo de Redenci�n.

Redenci�n es la restituci�n del estado de esclavitud al estado de libertad, pagando por ello un precio.

Redenci�n, en sentido teol�gico, es la restituci�n de los hombres a la libertad de los hijos de Dios, hecha por la obra satisfactoria y meritoria de Cristo en el sacrificio consumado de la Cruz.

...el Hijo del hombre no ha venido a ser servido sino a servir y a dar su vida como rescate por muchos (Mt. 20, 28).

�Hab�is sido bien comprados! (1 Cor. 6, 20).

Cristo nos rescat� de la maldici�n de la ley, haci�ndose �l mismo maldici�n por nosotros, pues dice la Escritura �Maldito todo aquel que est� colgado de un madera�,... (G�l. 3, 13).

...envi� Dios a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la ley, para rescatar a los que se hallaban bajo la ley... (G�l. 4, 4-5).

...sabiendo que hab�is sido rescatados de la conducta necia heredada de vuestros padres, no con algo caduco, oro o plata, sino con una sangre preciosa, como de cordero sin tacha y sin mancilla (1 Pet. 1, 18).

...porque fuiste degollado y con tu sangre compraste para Dios hombres de toda raza, lengua, pueblo y naci�n... (Apoc. 5, 9).

-La obra redentora de Jesucristo muestra su excelencia, grandeza y trascendencia en su obediencia al Padre, en la cancelaci�n de nuestras deudas y en nuestra justificaci�n por su sangre.

a) -En la obediencia al Padre.

...y se humill� a s� mismo, obedeciendo hasta la muerte y muerte de cruz (Fil, 2, 8).

b) -En la cancelaci�n de nuestras deudas.

�Hab�is sido bien comprados! (1 Cor. 6, 20).

Cancel� la nota de cargo que hab�a contra nosotros, la de las prescripciones con sus cl�usulas desfavorables, y la suprimi� clav�ndola en la Cruz (Col. 2, 14),

...el mismo que, sobre el madero, llev� nuestros pecados en su cuerpo, a fin de que, muertos a nuestro pecados, vivi�ramos para la justicia; con cuya heridas hab�is sido curados (1 Pe. 2, 24).

c) -En nuestra justificaci�n con su sangre.

�Con cu�nta m�s raz�n, pues, justificados ahora por su sangre, seremos por �l salvos de la c�lera! (Rom. 5, 9).

-El modo de redimir Jesucristo a los hombres fue el m�s conveniente para moverlos a conservarse libres de pecado.

�Hab�is sido bien comprados! Glorificad, por tanto, a Dios en vuestro cuerpo (1 Cor. 6, 20).

�Hab�is sido bien comprados! No os hag�is esclavos de los hombres. Hermanos, permanezca cada cual ante Dios en el estado en que fue llamado (1 Cor. 7, 23-24).

-Jesucristo se entreg� a s� mismo al eterno Padre para rescatar a todos los hombres del pecado.

...Jesucristo, que se entreg� a s� mismo por nuestros pecados, para librarnos de este perverso mundo, seg�n la voluntad de nuestros Dios y Padre,... (G�l. 1, 4).

...Cristo Jes�s, hombre tambi�n que se entreg� a s� mismo como rescate por todos (1 Tim. 2, 5-6).

...Jesucristo, el cual se entreg� por nosotros a fin de rescatarnos de toda iniquidad y purificar para s� un pueblo que fuese suyo, fervoroso en buenas obras (Tit. 2, 14).

-Jesucristo opone el influjo universal de la redenci�n a las consecuencias universales de la culpa de Ad�n.

Si por el delito de uno s�lo murieron todos, �Cu�nto m�s la gracia de Dios y don otorgado por la gracia de un s�lo hombre Jesucristo, se han desbordado sobre todos! (Rom. 5, 15).

En efecto, si por el delito de uno s�lo rein� la muerte por un s�lo hombre �con cu�nta m�s raz�n los que reciben en abundancia la gracia y el don de la justicia, reinar�n en la vida por uno s�lo, por Jesucristo! (Rom. 5, 17).

As� pues, como el delito de uno s�lo atrajo sobre todos los hombres la condenaci�n, as� tambi�n la obra de la justicia de uno s�lo procura toda la justificaci�n que da la vida (Rom. 5, 18).

En efecto, as� como por la desobediencia de un s�lo hombre, todos fueron constituidos pecadores, as� tambi�n por la obediencia de uno s�lo todos ser�n constituidos justos (Rom. 5, 19).

8. Jesucristo Redentor. Bienes

-La abundancia de los bienes concedidos fue mayor que la de los males sobrevenidos por el pecado de Ad�n

-Las ventajas son de gracia y de vida

-Los hombres son hechos hijos de Dios

-Todos los hombres tienen acceso a Dios por lo m�ritos de la Redenci�n

-Los hombres pueden recibir los frutos de la redenci�n en sus almas en su estado de �viadores� y en sus cuerpos en el de la �bienaventuranza�

-La Redenci�n queda consumada por la Resurrecci�n de Jesucristo

-La aplicaci�n de los m�ritos a los hombres exige la disposici�n de �stos

-El hombre ca�do nunca hubiera podido redimirse a s� mismo

-La abundancia de los bienes concedidos a los hombres por virtud de la redenci�n de Cristo, fue mayor que la de los males sobrevenidos al mundo por el delito de Ad�n.

La Ley, en verdad, intervino para que abundara el delito; pero donde abund� el pecado, sobreabund� la gracia;... (Rom. 5, 20).

-Las ventajas sobrenaturales que nos trajo Cristo sobre el pecado de Ad�n son de gracia y de vida.

a) -De gracia.

Si por el delito de uno s�lo murieron todos �cu�nto m�s la gracia de Dios y el don otorgado por al gracia de un s�lo hombre Jesucristo, se han desbordado sobre todos! (Rom. 5, 15).

b) -De vida.

En efecto, si por el delito de uno s�lo rein� la muerte por un s�lo hombre �con cu�nta m�s raz�n los que reciben en abundancia la gracia y el don de la justicia, reinar�n en la vida en uno s�lo, por Jesucristo! (Rom. 5, 17).

-Los hombres son hechos hijos de Dios en virtud de la obra de la redenci�n.

...pues hab�is sido reengendrados de un germen no corruptible, sino incorruptible, por medio de la palabra de Dios viva y permanente...Y esta es la Palabra: la Buena Nueva anunciada a vosotros (1 Pe. 1, 23).

-Todos los hombres creyentes tienen acceso a Dios en virtud de los m�ritos de la redenci�n de Jesucristo.

...Jesucristo, por quien hemos obtenido tambi�n mediante la fe, el acceso a esta gracia en la cual nos hallamos,... (Rom. 5, 2).

Aclaraci�n. �Esta gracia� es el favor de vivir en la amistad divina.

Pues por �l, unos y otros tenemos acceso al Padre en un mismo Esp�ritu (Ef. 2, 18).

...Cristo Jes�s, Se�or nuestro, quien mediante la fe en �l, nos da valor para llegarnos confiadamente a Dios (Ef. 3, 12).

Y, a vosotros, que en otro tiempo fuisteis extra�os y enemigos, por vuestros pensamientos y malas obras, os ha reconciliado ahora, por medio de la muerte en su cuerpo de carne, para presentarnos santos, inmaculados e irreprensibles delante de �l;... (Col. 1, 21-22).

Pues no tenemos un Sumo Sacerdote que no queda compadecerse de nuestras flaquezas, sino probado en todo igual a nosotros, excepto en el pecado. Acerqu�monos, por tanto, confiadamente al trono de gracia, a fin de alcanzar misericordia y hallar gracia para ser socorridos en el tiempo oportuno (Hebr. 4, 15-16).

...ya que la Ley no llev� nada a la perfecci�n, pues no era m�s que introducci�n a una esperanza mejor, por la cual nos acercamos a Dios (Hebr. 7, 19).

Aclaraci�n: �Ley� se refiere a la Ley antigua.

-Los hombres pueden recibir los frutos de la redenci�n de Cristo en sus almas durante su estado de �viadores�, pero en sus cuerpos los podr�n recibir en el estado glorioso de la bienaventuranza.

Pero nosotros somos ciudadanos del cielo, donde esperamos como Salvador al Se�or Jesucristo, el cual transfigurar� este miserable cuerpo nuestro en un cuerpo glorioso como el suyo, en virtud del poder que tiene de someter a s� todas las cosas (Fil. 3, 20).

-La redenci�n de los hombres queda consumada por la resurrecci�n de Jesucristo. Sus almas son regeneradas por la fe y la justicia y sus cuerpos ser�n resucitados a imitaci�n del suyo.

a) -Regeneraci�n de sus almas.

...mas si Cristo est� en vosotros, aunque el cuerpo haya muerto ya a causa del pecado, el esp�ritu es vida a causa de la justicia (Rom. 8, 10).

Porque, si confiesas con tu boca que Jes�s es Se�or y crees en tu coraz�n que Dios le resucit� de entre los muertos, ser�s salvo. Pues con el coraz�n se cree para conseguir la justicia, y con la boca se confiesa para conseguir la salvaci�n (Rom. 10, 9-10).

b) -Resurrecci�n de sus cuerpos.

Y si el Esp�ritu de Aquel que resucit� a Jes�s de entre los muertos habita en vosotros, Aquel que resucit� a Cristo Jes�s de entre los muertos dar� tambi�n la vida a vuestros cuerpos mortales por su Esp�ritu que habita en vosotros (Rom. 8, 11).

Ahora bien, si se predica que Cristo ha resucitado de entre los muertos �c�mo andan diciendo algunos entre vosotros que no hay resurrecci�n de muertos? Si no hay resurrecci�n de muertos, tampoco Cristo resucit� (1 Cor. 15, 12-13).

-La aplicaci�n de los m�ritos de la redenci�n de Jesucristo para salvar a los hombre, exige, de cada uno de estos, la disposici�n subjetiva de recibirlos.

Deje el malo su camino, el hombre inicuo sus pensamientos, y vu�lvase a Yahv�h, que tendr� compasi�n de �l, a nuestro Dios, que ser� grande en perdonar (Is. 55, 7).

Si el malvado se aparta del mal que ha cometido, para practicar el derecho y la justicia, conservar� su vida. Ha abierto los ojos y se ha apartado de todos los cr�menes que hab�a cometido; por eso vivir� sin duda, no morir�s (Ez. 18, 27-28).

Cuando el malvado se aparta de su maldad y observa el derecho y la justicia, vive por ello (Ez. 33, 19).

Les dir� pues: �As� Yahv�h Sebaot: Volveos a m� -or�culo de Yahv�h Sebaot- y yo me volver� a vosotros, dice Yahv�h Sebaot (Zac. 1, 3).

-El hombre ca�do nunca hubiera podido redimirse a s� mismo.

...todos pecaron y est�n privados de la gloria de Dios- y son justificados por el don de su gracia, en virtud de la redenci�n realizada en Cristo Jes�s, a quien Dios exhibi� como instrumento de propiciaci�n... (Rom. 3, 23-25).

9. Jesucristo Redentor. Universalidad

-El amor infinito es causa de efectuar una redenci�n universal

-La universalidad antropol�gica prefigurada en el A. T.

-La antropol�gica y geogr�fica profetizada en el A. T.

-Universal, antropol�gica y geogr�ficamente

-Cristo muri� para redimir a todos los hombres

-Tambi�n por los que vivieron antes de la encarnaci�n

-Y para reconciliar a todos los seres creados �ngeles y hombres, inocentes y pecadores.

-Podr�a ser eficaz a los habitantes de otros mundos

-El amor infinito y eterno que Dios tiene a los hombres es la causa de efectuar una redenci�n universal para todos ellos y de hacerlos hijos adoptivos suyos.

Porque tanto am� Dios al mundo que le dio a su Hijo �nico, para que todo el que crea en �l no perezca, sino que tenga vida eterna (Jn. 3, 16).

En esto se manifest� el amor que Dios nos tiene: en que Dios envi� al mundo a su Hijo �nico para que vivamos por medio de �l (1 Jn. 4, 9).

-La universalidad antropol�gica de la redenci�n fue prefigurada en el Antiguo Testamento.

El �ngel de Yahv�h llam� a Abraham por segunda vez desde los cielos y dijo: �Por m� mismo juro, or�culo de Yahv�h, que por haber hecho esto, por no haberme negado tu hijo, tu �nico, yo te colmar� de bendiciones y acrecentar� much�simo tu descendencia como las estrellas del cielo y como las arenas de la playa, y se ade�uar� tu descendencia de la puerta de sus enemigos (G�n. 22, 15-17).

-La universalidad antropol�gica y geogr�fica de la redenci�n de Jesucristo fue profetizada en el Antiguo Testamento.

a) -La universalidad antropol�gica.

Yo, Yahv�h, te he llamado en justicia, te as� de la mano, te form�, y te he destinado a ser alianza del pueblo y luz de las gentes, para abrir los ojos a los ciegos, para sacar del calabozo al preso, de la c�rcel a los que viven en tinieblas (Is. 42, 6-7).

b) -La universalidad geogr�fica.

...dice Yahv�h... �...Te voy a poner por luz de las gentes para que mi salvaci�n alcance hasta los confines de la tierra� (Is. 49, 6).

-La Redenci�n de Cristo fue universal, antropol�gica y geogr�ficamente.

a) -Antropol�gicamente.

Y muri� por todos, para que ya no vivan para s� los que viven, sino para aquel que muri� y resucit� por ellos (2 Cor. 5, 15).

...Jesucristo, que se entreg� a s� mismo por nuestro pecados, para librarnos de este perverso mundo,... (G�l. 1, 4).

...Cristo Jes�s, hombre tambi�n, que se entreg� a s� mismo como rescate por todos (1 Tim. 2, 6).

b) -Geogr�ficamente.

�l es v�ctima de propiciaci�n por nuestros pecados, no s�lo por los nuestros, sino tambi�n por los del mundo entero (1 Jn. 2, 2).

-De conformidad con su voluntad salv�fica universal Cristo derram� su sangre y muri� para redimir a todos los hombres sin excepci�n.

Porque Dios no ha enviado a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo se salve por �l (Jn. 3, 17).

Y muri� por todos, para que ya no vivan para s� los que viven, sino para aquel que muri� y resucit� por ellos (Jn. 5, 15).

Porque hay un s�lo Dios, y tambi�n un s�lo mediador entre Dios y los hombres, Cristo Jes�s, hombre tambi�n, que se entreg� a s� mismo como rescate por todos (1 Tim. 2, 5-6).

...tenemos puesta la esperanza en Dios vivo, que es el salvador de todos los hombres... (1 Tim. 4, 10).

�l es v�ctima de propiciaci�n por nuestros pecados, no s�lo por los nuestros, sino tambi�n por los del mundo entero (1 Jn. 2, 2).

-Cristo padeci� y muri� tambi�n por los hombres que vivieron antes de la encarnaci�n.

Fue entregado por nuestros pecados y fue resucitado para nuestra justificaci�n (Rom. 4, 25).

Si por el delito de uno s�lo murieron todos �cu�nto m�s con la gracia de Dios y el don otorgado por la gracia de un s�lo hombre Jesucristo, se han desbordado sobre todos! (Rom. 5, 15).

Aclaraci�n. No hay dificultad ninguna en admitir esta verdad de parte de la voluntad de Dios que ciertamente quiere la salvaci�n de todos los hombres.

Esto es bueno y agradable a Dios nuestro Salvador, que quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento pleno de la verdad (1 Tim. 2, 3).

-La Redenci�n de Jesucristo tiene eficacia superabundante para reconciliar a todos los seres creados, �ngeles y hombres, inocentes o pecadores.

...d�ndonos a conocer el Misterio de su voluntad...para realizarlo en la plenitud de los tiempos: hacer que todo tenga a Cristo por Cabeza, lo que est� en los cielos y lo que est� en la tierra (Ef. 1, 9-1.

...pues Dios tuvo a bien hacer residir en �l toda la Plenitud y reconciliar por �l y para �l todas las cosas, pacificando, mediante la sangre de su cruz, lo que hay en la tierra y en los cielos (Col. 1, 19-20).

Aclaraci�n. No consta que los �ngeles hayan sido redimidos por Cristo, ni que le deban su salvaci�n ni que sean participantes de su gracia por los m�ritos de su redenci�n. S� consta la redenci�n de los hombres.

Pues del mismo modo que en Ad�n mueren todos, as� tambi�n todos revivir�n en Cristo (1 Cor. 15, 22).

Esto no supone la salvaci�n colectiva de todos y cada uno de ellos, pues �sta depende de la aceptaci�n y cumplimiento de la Ley promulgada para cada uno de ellos.

-La Redenci�n de Jesucristo podr�a ser eficaz a los habitantes de otros mundos, caso de que estos estuviesen habitados por seres humanos necesitados de la misma.

Puede admitirse que otros mundos est�n habitados, pues son much�simos los astros en condiciones de vida y Dios no hace sus obras in�tiles. Esto no quiere afirmar que sus habitantes sean como nosotros ni que existan en el mismo tiempo que en nuestro planeta.

Suponiendo hombres en otros mundos, a �stos les puede aprovechar la Redenci�n de Cristo.

a) - por participaci�n de sus m�ritos, pues Dios pudo decretar que la redenci�n aprovechase a todos los racionales culpables, dondequiera que se hallasen, con tal admitieran la fe en este Misterio y se aprovechasen de sus beneficios infinitos. Para consumar la Redenci�n Dios pudo escoger el menor de los Planetas, lo mismo que escogi� la naci�n m�s despreciada y el lugar m�s humilde de Palestina.

Ha escogido Dios m�s bien lo necio del mundo, para confundir a los sabios. Y ha escogido Dios lo d�bil del mundo, para confundir lo fuerte (1 Cor. 1, 27).

b) -Por simple revelaci�n de la obra de Cristo que ha realizado ahora o el d�a de Juicio final, dar�a a Dios una gloria incomparable, aunque hubiese quienes no se aprovechasen, y redimir�a a los que s� la aceptasen. As� Cristo reconciliar�a entre s� a todos los seres creados, inocentes, o pecadores.

...seg�n el ben�volo designio que �l se propuso de antemano, para realizarlo en la plenitud de los tiempos: hacer que todo tenga a Cristo por cabeza, lo que est� en los cielos y lo que est� en la tierra (Ef. 1, 10).

...pues Dios tuvo a bien hacer residir en �l toda la Plenitud, y reconciliar por �l y para �l todas las cosas, pacificando, mediante la sangre de su cruz, lo que hay en la tierra y en los cielos (Col. 1. 19-20).

10. Jesucristo. Pasi�n. Prefiguraci�n y profec�as

-La Pasi�n prefigurada en el A. T.

-Fue profetizada

-Hechos de la Pasi�n profetizados en el A. T.

-Jesucristo profetiz� su pasi�n, muerte y resurrecci�n

-Jesucristo profetiz� hechos de su pasi�n

-Y de despu�s de su pasi�n

-La Pasi�n y muerte de Jesucristo fueron prefiguradas en el Antiguo Testamento.

a) -Con la muerte de Abel.

Ca�n dijo a su hermano Abel: �Vamos afuera.� Y cuando estaban en el campo, se lanz� Ca�n contra su Hermano Abel y lo mat� (G�n. 4, 8).

b) -Con el Sacrificio de Isaac.

Llegados al lugar que la hab�a dicho Dios, construy� all� Abraham el altar, y dispuso la le�a; luego at� a Isaac, su hijo, y le puso sobre el ara, encima de la le�a. Alarg� Abraham la mano y tom� el cuchillo para inmolar a su hijo (G�n. 22, 9-10).

-La Pasi�n de Jesucristo fue profetizada en el Antiguo Testamento.

As� como se asombraron de �l muchos -pues tan desfigurado ten�a el aspecto que no parec�a hombre, ni su apariencia era humana-... (Is. 52, 14).

...indefenso se entreg� a la muerte y con los rebeldes fue contado, cuando �l llev� el pecado de muchos, e intercedi� por lo rebeldes (Is. 53, 12).

-Muchos hechos de la Pasi�n de Jesucristo fueron profetizados en el Antiguo Testamento.

a) - Que ser� vendido por 30 monedas.

Despu�s les dije: �Si os parece bien, dadme mi jornal: si no dejadlo.� Ellos pesaron mi jornal: treinta siclos de plata. Mas Yahv�h me dijo: ���chalo al tesoro, esa lindeza de precio en el que he sido valorado por ellos!� (Zac. 11, 12-13).

b) -Que ser�a contado entre los malhechores.

...indefenso se entreg� a la muerte y con los rebeldes fue contado, cuando �l llev� el pecado de muchos, e intercedi� por los rebeldes (Is. 53, 12).

c) -Que iba a ser azotado, abofeteado, insultado y escupido.

Habla el Siervo de Yahv�h: ...Ofrec� mis espaldas a los que me golpeaban, mil mejillas a los que mesaban mi barba. Mi rostro no hurt� a insultos y salivazos (Is. 50, 6).

d) -Que iba a ser condenado a muerte.

...por nuestras rebeld�as fue entregado a la muerte... (Is. 53, 8).

e) -Que le despojar�n de sus vestiduras.

Me observan y me miran,

rep�rtense entre s� mis vestiduras

y se sortean mi t�nica (Sal. 22, 18-19).

f) -Que le taladrar�n las manos y los pies.

Perros innumerables me rodean,

una banda de malvados me acomete;

atan mis manos y mis pies,

cuentan todos mis huesos.

Aclaraci�n. Atan, en griego: han cavado; en siriaco: han herido; en la Vulgata: han taladrado (Sal. 22, 17).

g) -Que le atormentar�a la sed.

Mi paladar est� seco lo mismo que una teja y mi lengua pegada a mi garganta; (Sal. 22, 16).

h) -Que le dar�an a beber hiel y vinagre.

Veneno me han dado por comida,

en mi sed me han abrevado con vinagre (Sal. 69, 22).

i) -Que se mofar�an de �l.

...todos los que me ven de m� se mofan,

tuercen los labios, menean la cabeza... (Sal. 22, 8).

Aclaraci�n. Todas estas profetas se cumplieron exactamente en la persona de Jesucristo durante su Pasi�n.

-Jesucristo profetiz� su Pasi�n, su muerte y resurrecci�n.

Dijo: �El Hijo del hombre debe sufrir mucho, y ser reprobado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, ser condenado a muerte y resucitar al tercer d�a� (Lc. 9, 22).

Desde entonces comenz� Jes�s a manifestar a sus disc�pulos que �l deb�a ir a Jerusal�n y sufrir mucho de parte de los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, y ser condenado a muerte y resucitar al tercer d�a (Mt. 16, 21).

Yendo un d�a juntos por Galilea, les dijo Jes�s: �El Hijo del Hombre va a ser entregado en manos de los hombres; le matar�n, y al tercer d�a resucitar�.� Y se entristecieron mucho (Mt. 17, 22).

Respondi� �l: �...As� tambi�n el Hijo del hombre tendr� que padecer de parte de ellos� (Mt. 17, 12).

Cuando iba subiendo Jes�s a Jerusal�n, tom� aparte a los Doce y les dijo por el camino: �Mirad que subimos a Jerusal�n, y el Hijo del hombre ser� entregado a los sumos sacerdotes y escribas; le condenar�n a muerte y le entregar�n a los gentiles, para burlarse de �l, azotarle y crucificarle, y al tercer d�a resucitar� (Mt. 20, 17-19).

-Jesucristo profetiz� varios hechos que hab�an de suceder durante su Pasi�n.

a) -La traici�n de Judas.

Y mientras com�an, dijo: �Yo os aseguro que me entregar� uno de vosotros� (Mt. 26, 21).

b) -La entrega a los gentiles, para burlarse de �l, azotarle y crucificarlo.

...Jes�s...tom� aparte a los Doce, y les dijo...�Mirad que subimos a Jerusal�n y el Hijo del hombre ser� entregado a los sumos sacerdotes y escribas; le condenar�n a muerte y le entregar�n a los gentiles, para burlarse de �l, azotarle y crucificarle,...� (Mt. 20, 17-19).

c) -La negaci�n de Pedro.

D�cele Jes�s: �Yo te aseguro que esta misma noche, antes que el gallo cante, me habr�s negado tres veces� (Mt. 26, 34).

Aclaraci�n. El cumplimiento exacto de estas profec�as es un milagro moral que demuestra que Jesucristo es Dios.

-Jesucristo profetiz� varios hechos que hab�an de suceder despu�s de su pasi�n.

a) -Su muerte.

...Jes�s...tom� aparte a los Doce, y les dijo...�Mirad que subimos a Jerusal�n, y el Hijo del hombre ser� entregado a los sumos sacerdotes y escribas; le condenar�n a muerte y le entregar�n a los gentiles, para burlarse de �l, azotarle y crucificarle,... (Mt. 20, 17-19).

b) -Su resurrecci�n.

...y al tercer d�a resucitar� (Mt. 20, 19).

c) -La dispersi�n de los ap�stoles.

Entonces les dice Jes�s: �Todos vosotros os vais escandalizar de m� esta noche, porque est� escrito: Herir� al pastor y se dispersar�n las ovejas del reba�o (Mt. 26, 31).

d) -Las persecuciones de los ap�stoles.

A estos doce envi� Jes�s despu�s de haberles dado estas instrucciones: �...Guardaos de los hombres, porque os entregar�n a los tribunales y os azotar�n en sus sinagogas; y por m� os llevar�n ante tribunales y reyes... (Mt. 10, 5. y 17-18).

e) -La destrucci�n de Jerusal�n.

Al acercarse y ver la ciudad -Jerusal�n- llor� por ella, diciendo: �...Porque vendr�n d�as sobre ti, en que tus enemigos te rodear�n de empalizadas, te cercar�n y te apretar�n por todas partes, y te estrellar�n contra el suelo a ti y a tus hijos que est�n dentro de ti, y no dejar�n en ti piedra sobre piedra,... (Lc. 19, 41-44).

f) -La perennidad de la Iglesia.

...Jes�s le respondi�: �...Y yo a mi vez te digo que t� eres Pedro y sobre esta piedra Edificar� mi Iglesia, y las puertas del Hades no prevalecer�n contra ella...� (Mt. 16, 17-18).

Aclaraci�n. Las puertas, personificadas evocan las potencias del Mal.

11. Jesucristo. Pasi�n. Necesidad

-La Pasi�n no fue absolutamente necesaria para redimir a los hombres de sus pecados, pero s� lo fue relativamente

-No fue absolutamente necesaria pero padeci� para mostrar su amor infinito con la mayor prueba de amor

-La Pasi�n de Jesucristo no fue absolutamente necesaria para redimir a los hombres de sus pecados, pero s� lo fue relativamente.

Una cosa es absolutamente necesaria para conseguir un fin, cuando no se puede sustituir por otra, y relativamente necesaria cuando s� se puede sustituir por otra.

...el Hijo del hombre se marcha seg�n est� determinado. Pero �ay de aquel por quien es entregado! (Lc. 22, 22).

...y les dijo: �As� est� escrito que el Cristo padeciera y resucitara de entre los muertos al tercer d�a... (Lc. 24, 46).

Aclaraci�n. Supuesto el decreto de Dios, los hombres pod�an ser liberados de sus pecados solamente por la pasi�n y muerte de Cristo, pero de suyo este modo de redenci�n no fue el �nico posible.

-La Pasi�n de Jesucristo no fue absolutamente necesaria para redimir a los hombres de sus pecados. Pero padeci� y muri� para demostrarles su amor infinito con la mayor prueba de amor.

Nadie tiene mayor amor que el que da la vida por sus amigos (Jn. 15, 13).

...mas la prueba de que Dios nos ama es que Cristo, siendo nosotros todav�a pecadores, muri� por nosotros (Rom. 5, 8).

En esto hemos conocido lo que es el amor: en que �l dio su vida por nosotros (1 Jn. 3, 16).

En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que �l nos am� y nos envi� a su Hijo como propiciaci�n por nuestros pecados (1 Jn. 4, 10).

12. Jesucristo. Pasi�n. Tormentos

-Padeci� todo g�nero de tormentos doloros�simos

-Su alma sufri� los tormentos con la misma intensidad que sino hubiese estado unida a la divinidad

-Fueron los m�s dolorosos de la vida presente

-En la pasi�n act�a la potencia diab�lica

-Cristo padeci� todo g�nero de tormentos doloros�simos.

a) -En la cabeza.

Sali� entonces Jes�s fuera llevando la corona de espinas,... (Jn. 19, 5).

b) -En la espalda.

Pilato entonces tom� a Jes�s y mand� azotarle (Jn. 19, 1).

c) -En la cara.

Entonces se pusieron a escupirle en la cara y a abofetearle; y otros a golpearle,... (Mt. 26, 67).

d) -En las manos y en los pies.

Era la hora tercia cuando le crucificaron (Mc. 15, 25).

-Cristo sufri� toda clase de tormentos doloros�simos de orden espiritual y moral.

a) -En su alma.

Y tomando consigo a Pedro y a los dos hijos de Zebedeo, comenz� a sentir tristeza y angustia (Mt. 26, 37).

b) -En el honor.

Y cuando el procurador les dijo: ��A cual de los dos quer�is que os suelte?�, respondieron: ��A Barrab�s!� (Mt. 27, 21).

c) -En su fama.

Entonces se lo entreg� para que fuera crucificado (Jn. 19, 16).

-El alma de Jesucristo sufri� los tormentos de la Pasi�n con la misma intensidad que si no hubiese estado unida a la divinidad.

Y tomando consigo a Pedro y a los dos hijos de Zebedeo,, comenz� a sentir tristeza y angustia. Entonces les dice: �Mi alma est� triste hasta el punto de morir;...� (Mt. 26, 37-38).

-Los dolores sufridos por Jesucristo durante su Pasi�n fueron los m�s intensos de la vida presente.

Vosotros, todos los que pas�is por el camino,

mirad y ved

si hay dolor semejante

al dolor que se me inflige,

con el que Yahv�h me ha herido

el d�a de su ardiente c�lera (Lam. 1, 12).

-En el drama de la Pasi�n de Jesucristo, act�a la potencia diab�lica.

Entonces Satan�s entr� en Judas, llamado Iscariote, que era del n�mero de los Doce,... (Lc. 22, 3).

Jes�s les respondi�: ��No os he elegido yo a vosotros, los Doce? Y uno de vosotros es un diablo.� Hablaba de Judas, hijo de Sim�n Iscariote, porque �ste le iba a entregar, uno de los Doce (Jn. 6, 70-71).

Ahora es el juicio de este mundo; ahora el Pr�ncipe de este mundo ser� echado abajo (Jn. 12, 31).

Y, mojando el bocado, lo toma y se lo da a Judas, hijo de Sim�n Iscariote. Y entonces, tras el bocado, entr� en �l Satan�s (Jn. 13, 26-27).

13. Jesucristo. Pasi�n. Causas

-Padeci� por voluntad del Padre y de s� mismo

-El Padre entreg� a su Hijo a la Pasi�n y a la muerte

-Se hizo solidario de la maldici�n de Dios

-La causa eficiente y directa fueron los perseguidores

-La causa eficiente e indirecta fue el mismo Cristo

-Jesucristo padeci� y muri� por voluntad de Dios Padre y de s� mismo.

Todos nosotros como ovejas erramos, cada uno march� por su camino, y Yahv�h descarg� sobre �l la culpa de todos nosotros. Fue oprimido, y �l se humill� y no abri� la boca (Is. 53, 6-7).

-Dios Padre entreg� a su Hijo a la Pasi�n y a la muerte.

...Yahv�h descarg� sobre �l la culpa de todos nosotros (Is. 53, 6).

Y alrededor de la hora nona clam� Jes�s con su fuerte voz: ��El�, El�! �lem� sabactan�?� esto es: ��Dios m�o, Dios m�o! �por qu� me has abandonado?� (Mt. 27, 46).

-Jesucristo se hizo solidario de la maldici�n de Dios, que la violaci�n de la Ley hacia pesar sobre ellos.

...Dios, habiendo enviado a su propio Hijo en una carne semejante a la del pecado, y en orden al pecado, conden� el pecado de la carne, a fin de que la justicia de la Ley se cumpliera en nosotros que seguimos una conducta, no seg�n la carne, sino seg�n el esp�ritu (Rom. 8, 3-4).

A quien no conoci� pecado, le hizo pecado por nosotros, para que vini�semos a ser justicia de Dios en �l (2 Cor. 5, 21).

Cancel� la nota de cargo que hab�a contra nosotros, la de las prescripciones con sus cl�usulas desfavorables, y la suprimi� clav�ndola en la cruz (Col. 2. 14).

-La causa eficiente y directa de la Pasi�n y de la muerte de Jesucristo fueron sus perseguidores.

...el Hijo del hombres ser� entregado a los sumos sacerdotes y escribas; le condenar�n a muerte y le entregar�n a los gentiles, para burlarse de �l, azotarle y crucificarle,... (Mt. 20, 18-19).

...y despu�s de azotarle le matar�n, y al tercer d�a resucitar� (Lc. 18, 33).

...hicisteis morir al Jefe que lleva ala vida (Hch. 3, 15).

-La causa eficiente e indirecta de la Pasi�n y muerte de Jesucristo fue el mismo Jesucristo.

El Padre me ama porque doy mi vida para recobrarla de nuevo. Nadie me la quita; yo la doy voluntariamente (Jn. 10, 18).

...Cristo os am� y se entreg� por nosotros como oblaci�n y v�ctima de suave aroma (Ef. 5, 2).

14. Jesucristo. Pasi�n. Efectos

-Nos liber� a modo de m�rito

-Y de satisfacci�n

-Fue causa de nuestra salvaci�n

-La satisfacci�n fue m�s que suficiente para satisfacer todos los pecados del g�nero humano

-Otros efectos de la Pasi�n y muerte

-Su sangre derramada produce grandiosos efectos salv�ficos por su Iglesia

-Cristo exaltado sobre todas las categor�as c�smicas

-La Pasi�n de Jesucristo nos liber� a los hombres a modo de m�rito.

M�rito �en concreto� es una obra buena hecha en obsequio a Dios para moverlo a retribuci�n de un don sobrenatural.

M�rito �en abstracto� es el valor de la obra buena en orden al premio.

El m�rito mira al premio y la satisfacci�n al derecho que se ha resarcir.

...y llegado a la perfecci�n, se convirti� en causa de salvaci�n eterna para todos los que le obedecen (Hebr. 5, 9).

�l es v�ctima de propiciaci�n por nuestros pecados, no s�lo por los nuestros, sino tambi�n por los del mundo entero (1 Jn. 2, 2).

-La Pasi�n de Jesucristo libr� a los hombres de sus pecados por modo de satisfacci�n.

Satisfacci�n es la compensaci�n de la injuria inferida.

Satisfacci�n �en concreto� es la acci�n o pasi�n recibida voluntariamente para resarcir el honor herido.

Satisfacci�n �en abstracto� es el valor de la obra del que honra en orden a reparar el honor herido.

El hombre incurre en doble reato por el pecado: de pena y de culpa.

Reato de pena es la obligaci�n de sufrir el castigo merecido por los pecados.

Reato de culpa es la obligaci�n de reparar la injuria inferido a Dios por el pecado.

(Lo que yo no he robado tengo que devolver) (Sal. 69, 5).

Aclaraci�n. Alude a Jesucristo que repara al Padre el honor que �l no le ha quitado.

-La Pasi�n de Cristo fue causa de nuestra salvaci�n de cuatro motivos distintos: por v�a de m�rito, de satisfacci�n, de sacrificio y de redenci�n.

a) -Por v�a de m�rito.

M�rito es el valor de una obra digna de recompensa.

El m�rito de Cristo fue universal, sobreabundante e infinito.

1� -Universal.

...As� como por la desobediencia de un s�lo hombre, todos fueron constituidos pecadores, as� tambi�n por la obediencia de uno s�lo todos ser�n constituidos justos (Rom. 5, 19).

2� -Sobreabundante.

La Ley, en verdad, intervino para que abundara el delito; pero donde abund� el pecado, sobreabund� la gracia (Rom. 5, 20).

3� -Infinito.

La uni�n hipost�tica confer�a a todos los actos de Cristo un valor infinito.

b) -Por v�a de satisfacci�n.

Satisfacci�n es la compensaci�n de una injuria inferida, seg�n igualdad de justicia.

La Pasi�n de Cristo es causa de satisfacci�n de los pecados de todos los hombres, o sea que ofreci� al Padre una reparaci�n universal, sobreabundante, intr�nseca y de rigurosa justicia por los pecados de todos los hombres.

�l ha sido herido por nuestras rebeld�as, molido por nuestras culpas. �l soport� el castigo que nos trae la paz, y con sus cardenales hemos sido curados (Is. 53, 5).

...indefenso se entreg� a la muerte y con los rebeldes fue contado, cuando �l llev� el pecado de muchos, e intercedi� por los rebeldes (Is. 53, 12).

...la redenci�n realizada por Cristo Jes�s, a quien Dios exhibi� como instrumento de propiciaci�n por su propia sangre,... (Rom. 3, 25).

...Aquel que juzga con justicia; el mismo que, sobre el madero, llev� nuestros pecados en su cuerpo, a fin de que, muertos a nuestros, vivi�ramos para la justicia; con cuyas heridas hab�is sido curados (1 Pe. 2, 23-24).

...Jesucristo, el justo. �l es v�ctima de propiciaci�n por nuestro pecados, no s�lo por los nuestros, sino tambi�n por los del mundo entero (1 Jn. 2, 2).

c) -Por v�a de sacrificio.

La Pasi�n y muerte de Cristo en la Cruz tiene raz�n de verdadero sacrificio en sentido estricto.

Fue oprimido, y �l se humill� y no abri� la boca. Como un cordero al deg�ello era llevado, y como oveja que ante los que la trasquilan est� muda, tampoco �l abri� la boca (Is. 53, 7).

Porque nuestro cordero pascual, Cristo, ha sido inmolado (1 Cor. 5, 7).

...vivid en el amor como Cristo os am� y se entreg� por nosotros como oblaci�n y v�ctima de suave aroma (Ef. 5, 2).

...se ha manifestado ahora una sola vez, en la plenitud de los tiempos, para destrucci�n del pecado mediante el sacrificio de s� mismo (Hebr. 9, 26).

d) -Por v�a de redenci�n.

Redimir es volver a adquirir una cosa perdida.

Jesucristo caus� nuestra salud por v�a de redenci�n, con su pasi�n y con su muerte.

1� -De la redenci�n en general.

...el Hijo de hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida como rescate por muchos (Mt. 20, 28).

...Cristo Jes�s, hombre tambi�n, que se entreg� a s� mismo como rescate por todos (1 Tim. 2, 6).

...Jesucristo, el cual se entreg� por nosotros a fin de rescatarnos de toda iniquidad y purificar para s� un pueblo que fuese suyo, fervoroso en buenas obras (Tit. 2, 14).

...sabiendo que hab�is sido rescatados de la conducta necia heredada de vuestros padres, no con algo caduco, oro o plata, sino con una sangre preciosa, como de cordero sin tacha y sin mancilla (1 Pe. 1, 18-19).

2� -De la redenci�n en particular.

-del pecado,

En �l tenemos por medio de su sangre la redenci�n, el perd�n de los delitos, seg�n la riqueza de su gracia... (Ef. 1, 7).

-de la pena del pecado,

...Cristo Jes�s, a quien Dios exhibi� como instrumento de propiciaci�n por su propia sangre, mediante la fe, para mostrar su justicia, pasando por alto los pecados cometidos anteriormente,... (Rom. 3, 25).

-de la muerte.

...Cristo Jes�s, quien ha destruido la muerte y ha hecho irradiar luz de vida y de inmortalidad por medio del Evangelio,... (2 Tim. 1, 10).

-de la potestad del diablo,

Y una vez despojados por Principados y las Potestades,... (Col. 2, 15).

Por lo tanto, as� somos los hijos participan de la sangre y de la carne, as� tambi�n particip� �l de las mismas, para aniquilar mediante la muerte al Se�or de la muerte, es decir, al Diablo, y a libertar a cuantos, por temor de la muerte, estaban de por vida sometidos a esclavitud (Hebr. 2, 14-15).

-de la ley Mosaica.

Pero, al llegar la plenitud de los tiempos, envi� Dios a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la ley, para rescatar a los que se hallaban bajo la ley, y para que recibi�ramos la filiaci�n adoptiva (G�l. 4, 4-5).

-La satisfacci�n ofrecida por Cristo al Eterno Padre en su Sagrada Pasi�n y muerte fue m�s que suficiente para satisfacer todos los pecados del g�nero humano.

La ley, en verdad, intervino para que abundara el delito; pero donde abund� el pecado, sobreabund� la gracia;... (Rom. 5, 20-21).

Aclaraci�n. El Redentor, no s�lo bast� para su misi�n, sino que se excedi� sobreabundantemente.

-Otros efectos de la Pasi�n y muerte de Jesucristo son: El perd�n de los pecados, la liberaci�n de la esclavitud del diablo, la liberaci�n de la pena debida por los pecados, la infusi�n de la gracia, la reconciliaci�n con Dios; el aumento de la gracia, la reparaci�n despu�s de la ca�da de Ad�n, la apertura de las puertas del cielo y el merecimiento de la fundaci�n de la Iglesia.

a) -El perd�n de los pecados.

...nos ha lavado con su sangre de nuestros pecados... (Apoc. 1, 5).

b) -La liberaci�n de la esclavitud de Satan�s.

Ahora es el juicio de este mundo; ahora el Pr�ncipe de este mundo ser� echado abajo. Cuando yo sea levantado de la tierra atraer� a todos hacia m� (Jn. 12, 31-32).

�l nos libr� del poder de las tinieblas y nos traslad� al Reino del Hijo de su amor, en quien tenemos la redenci�n: el perd�n de los pecados (Col. 1, 13-14).

c) -La liberaci�n de la pena debida por los pecados.

�Y con todo eran nuestras dolencias las que �l llevaba y nuestros dolores los que soportaba! (Is. 53, 4).

...alegraos en la medida en que particip�is en los sufrimientos de Cristo, para que tambi�n os alegr�is alborozados en al revelaci�n de su gloria (1 Pe. 4, 13).

d) -La infusi�n de la gracia.

Porque la Ley fue dada por medio de Mois�s; la gracia y la verdad nos han llegado por Jesucristo (Jn. 1, 17).

...y son justificados por el don de su gracia, en virtud de la redenci�n realizada en Cristo Jes�s,... (Rom. 3, 24).

e) -La reconciliaci�n con Dios.

Pero si alguno peca, tenemos a uno que abogue ante el Padre: a Jesucristo el justo (1 Jn. 2, 12).

f) -El aumento de la gracia.

Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia (Jn. 10, 10).

g) -La reparaci�n despu�s de la ca�da.

�l es v�ctima de propiciaci�n por nuestros pecados, no s�lo por los nuestros, sino tambi�n por los del mundo entero (1 Jn. 2, 2).

h) -La apertura de las puertas del cielo.

Teniendo, pues, hermanos, plena seguridad para entrar en el santuario en virtud de la sangre de Jes�s,... (Hebr. 10, 19).

i) -el merecimiento de la fundaci�n de la Iglesia.

Tened cuidado de vosotros y de toda la grey, en medio de la cual os ha puesto el Esp�ritu Santo como vigilantes para pastorear la Iglesia de Dios, que �l se adquiri� con su propia sangre (Hch. 20, 28).

-La sangre derramada de Jesucristo produce grandiosos e innumerables efectos salv�ficos en beneficio de la Iglesia.

a) - Rescatarla.

...la Iglesia de Dios, que �l se adquiri� con su propia sangre (Hch. 20, 28).

b) -Hacerla instrumento de propiciaci�n.

...la redenci�n realizada en Cristo Jes�s, a quien Dios exhibi� como instrumento de propiciaci�n por su propia sangre,... (Rom. 3, 25).

c) -Hacerla instrumento de justificaci�n.

�Con cu�nta m�s raz�n, pues, justificados ahora por su sangre, seremos por �l salvos de la c�lera! (Rom. 5, 9).

d) -Unir a los cristianos.

El c�liz de bendici�n que bendecimos �no es acaso comuni�n con la sangre de Cristo? (1 Cor. 10, 16).

e) -Perdonar los pecados.

En �l tenemos por medio de su sangre la redenci�n, el perd�n de los delitos,...seg�n la riqueza de su gracia... (Ef. 1, 7).

f) -Acercarla a Cristo.

Mas ahora, en Cristo Jes�s, vosotros, los que en otro tiempo estabais lejos, hab�is llegado a estar cerca por la sangre de Cristo (Ef. 2, 13).

g) -Pacificar a los esp�ritus celestes con los hombres.

...pacificando, mediante la sangre de su cruz, lo que hay en la tierra y en los cielos (Col. 1, 20).

h) -Conseguirle una redenci�n eterna.

Y penetr� en el santuario una vez para siempre, no con sangre de machos cabr�os ni de novillos, sino con su propia sangre, consiguiendo una redenci�n eterna (Hebr. 9, 12).

i) -Concederle el acceso a Dios por medio de Jesucristo.

Teniendo, pues, hermanos, plena seguridad para entrar en el santuario en virtud de la sangre de Jes�s,... (Hebr. 10, 19).

j) -Santificarla.

Por eso, tambi�n Jes�s, para santificar al pueblo con su sangre, padeci� fuera de la puerta (Hebr. 13, 12).

k) -Purificar las conciencias de los hombres.

...�cu�nto m�s la sangre de Cristo, que por el Esp�ritu Eterno se ofreci� a s� mismo sin tacha a Dios, purificar� de las obras muertas nuestra conciencia para rendir culto a Dios vivo! (Hebr. 9, 14).

...la sangre de su Hijo Jes�s nos purifica de todo pecado (1 Jn. 1, 7).

Al que nos ama, nos ha lavado con su sangre de nuestros pecados,... (Apoc. 1, 5).

Me respondi�: �Esos son los que vienen de la gran tribulaci�n; han lavado sus vestiduras y las han blanqueado con la sangre del Cordero (Apoc. 7, 14).

l) -Adquirirla para Dios.

...porque fuiste degollado y con tu sangre compraste para Dios hombre de toda raza, lengua, pueblo y naci�n;... (Apoc. 5, 9).

m) -Conseguirle la vida eterna.

Jes�s les dijo: �...El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo le resucitar� el �ltimo d�a (Jn. 6,54).

n) -Permanecer Jes�s en ella.

El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en m� y yo en �l (Jn. 6, 56).

-Jesucristo como hombre ha sido exaltado por el Padre sobre todas las categor�as c�smicas como premio a su pasi�n, para que sea reconocido se�or por todos los hombres.

...y se humill� a s� mismo, obedeciendo hasta la muerte y muerte de cruz. Por lo cual Dios le exalt� y le otorg� el nombre que est� sobre todo nombre. Para que al nombre de Jes�s toda rodilla se doble en los cielos, en la tierra y en los abismos, y toda lengua confiese que Cristo Jes�s es Se�or para gloria del Dios Padre (Fil. 2, 8-11).

15. Jesucristo. Pasi�n. Aplicaci�n de los efectos

-Los efectos salv�ficos aplicados a los hombres por la fe, por la caridad, por lo sacramentos, y por la mediaci�n de la Virgen

-Los efectos salv�ficos de la Pasi�n de Jesucristo son aplicaci�n a los hombres por la fe, por la caridad, por los sacramentos y por la mediaci�n de la Virgen.

a) -Por la fe.

...para que todo el que crea tenga por �l vida eterna (Jn. 3, 15).

El que cree en el Hijo tiene vida eterna; el que se resiste al Hijo, no ver� la vida (Jn. 3, 36).

...Cristo Jes�s, a quien Dios exhibi� como instrumento de propiciaci�n por su propia sangre, mediante la fe, para mostrar su justicia,... (Rom. 3, 25).

b) -Por la caridad.

Porque Cristo Jes�s ni la circuncisi�n ni la incircuncisi�n tienen valor, sino solamente la fe que act�a por la caridad (G�l. 5, 6).

Nosotros sabemos que hemos pasado de la muerte a la vida, porque amamos a los hermanos. Quien no ama permanece en la muerte (1 Jn. 3, 14).

�Quieres saber t�, insensato, que la fe sin obras es est�ril? (Sant. 2, 20).

c) -Por los sacramentos.

El que crea y sea bautizado, se salvar�;

el que no crea, se condenar� (Mc. 16, 16).

A quienes perdon�is los pecados,

les quedan perdonados;

a quienes se los reteng�is,

les quedan retenidos (Jn. 20, 23).

Jes�s les respondi�: �En verdad, en verdad os digo: Mois�s no os dio el pan del cielo; es mi Padre el que os da el verdadero pan del cielo; porque el pan de Dios es el que baja del cielo y da la vida al mundo� (Jn. 6, 32-33).

d) -Por la mediaci�n de la Virgen.

Dice su madre a los sirvientes: �Haced los �l os diga� (Jn. 2, 5).

Aclaraci�n. Se deduce con claridad la funci�n mediadora determinada por Dios de cada uno de estos medios salv�ficos.

16. Jesucristo. Pasi�n. Fines

-Por la salvaci�n de todos los hombres

-Para que todos quedaran constituidos justos y herederos de la vida eterna

-Jesucristo se entreg� a la Pasi�n y a la muerte por la salvaci�n de todos los hombres.

Porque el amor de Cristo nos apremia al pensar que, si uno muri� por todos, todos por tanto, murieron. Y muri� por todos, para que ya no vivan para s� los que viven, sino para aquel que muri� y resucit� por ellos (2 Cor. 5, 14-15).

...Cristo Jes�s, hombre tambi�n, que se entreg� a s� mismo como rescate por todos (1 Tim. 2, 5-6).

...Jesucristo, que se entreg� a s� mismo por nuestros pecados, para librarnos de este perverso mundo,... (G�l. 1, 4).

-Jesucristo sufri� Pasi�n y muerte para que los hombres quedar�n constituidos justos y herederos de la vida eterna.

...son justificado, en virtud de la redenci�n realizada en Cristo Jes�s,... (Rom. 3, 24).

A quien no conoci� pecado, le hizo pecado por nosotros, para que vini�semos a ser justicia de Dios en �l (2 Cor. 5, 21).

Cristo nos rescat� de la maldici�n de la ley, haci�ndose �l mismo maldici�n por nosotros,... (G�l. 3, 13).

17. Jesucristo. Pasi�n. Otras caracter�sticas

-Ofreci� un sacrificio al eterno Padre en el ara de la cruz

-Sufri� libremente la pasi�n y la muerte, despu�s de aceptar el mandato del Padre.

-Dios identific� jur�dicamente a Jes�s con el pecado, e hizo que pesara sobre �l la maldici�n inherente al pecado

-Jesucristo ofreci� un sacrificio al eterno Padre en el ara de la cruz.

...porque esta es mi sangre de la Alianza, que va a ser derramada por muchos para remisi�n de los pecados (Mt. 26, 28).

...Cristo os am� y se entreg� por nosotros como oblaci�n y v�ctima de suave aroma (Ef. 5, 2).

-Jesucristo sufri� libremente la Pasi�n y la muerte, despu�s de aceptado el mandato del Padre.

El Padre me ama porque doy mi vida para recobrarla de nuevo. Nadie me la quita; yo la doy voluntariamente. Tengo poder para darla y poder para recobrarla de nuevo;... (Jn. 10, 17-18).

-Dios identific� jur�dicamente a Jes�s con el pecado, e hizo que pesara sobre �l la maldici�n inherente al pecado.

Cristo nos rescat� de la maldici�n de la Ley, haci�ndose �l mismo maldici�n por nosotros, pues dice la Escritura: Maldito el que est� colgado de un madero,... (Ga. 3, 13).

...Dios, habiendo enviado a su propio Hijo en una carne semejante a la del pecado, y en orden al pecado, conden� el pecado en la carne (Rom. 8, 3).

18. Jesucristo v�ctima. Satisfacci�n universal

-Jesucristo es v�ctima

-Empez� a merecer en el primer instante de su concepci�n

-Las ofensas innumerables de los hombres a Dios fueron reparadas por los sufrimientos de su Pasi�n

-La satisfacci�n de Cristo fue universal

-Se entreg� a s� mismo al Padre en rescate por los pecado de todos los hombres

-Jesucristo es v�ctima.

Sed, pues, imitadores de Dios, como hijos queridos, y vivid en el amor como Cristo os am� y se entreg� por nosotros como oblaci�n y v�ctima de suave aroma (Ef. 5, 2).

Y penetr� en el santuario una vez para siempre, no con sangre de machos cabr�os ni de novillos, sino con su propia sangre, consiguiendo una redenci�n eterna (Hebr. 9, 12).

Aclaraci�n. Cristo se ofrece a s� mismo una sola vez, abrogando as� cualquier sacrificio existente y realizando una redenci�n universal y definitiva.

-Jesucristo empez� a merecer en el primer instante de su concepci�n.

Por eso, al entrar en este mundo, dice: Sacrificio y oblaci�n no quisiste; pero me has formado un cuerpo (Hebr. 10, 5).

Aclaraci�n. Los Santos Padres afirman que Cristo acept� la muerte en el primer instante de su concepci�n y ofreci� el sacrificio de su cuerpo al eterno Padre por la redenci�n de los hombres.

Y en virtud de esta voluntad somos santificados merced a la oblaci�n de una vez para siempre del cuerpo de Jesucristo (Hebr. 10, 10).

-Las innumerables ofensas a Dios por los pecados de todos los hombres fueron reparadas por los sufrimientos de la pasi�n y muerte de Jesucristo.

...indefenso se entreg� a la muerte y con los rebeldes fue contado, cuando �l llev� el pecado de muchos, e intercedi� por los rebeldes (Is. 53, 12).

A quien no conoci� pecado, le hizo pecado por nosotros, para que vini�semos a ser justicia de Dios en �l (2 Cor. 5, 21).

Cristo nos rescat� de la maldici�n de la ley, haci�ndose �l mismo maldici�n por nosotros, pues dice la Escritura: Maldito todo el que est� colgado de un madero, a fin de que llegara a los gentiles, en Cristo Jes�s, la bendici�n de Abraham, y por la fe recibi�ramos el Esp�ritu de la Promesa (G�l. 3, 14).

-La satisfacci�n de Cristo por los pecados fue universal, por los pecados de todo el mundo.

�l es v�ctima de propiciaci�n por nuestros pecados, no s�lo por los nuestros, sino tambi�n por los del mundo entero (1 Jn. 2, 2).

-Jesucristo se entreg� a s� mismo al Padre en su Pasi�n y muerte en rescate por los pecados de todos los hombres.

Y muri� por todos, para que ya ni vivan para s� los que viven, sino para aquel que muri� y resucit� por ellos (2 Cor. 5, 15).

...del Se�or Jesucristo, que se entreg� a s� mismo por nuestros pecados, para librarnos de este perverso mundo,... (G�l. 1, 4).

...y vivid en el amor como Cristo os am� y se entreg� por nosotros como oblaci�n y v�ctima de suave aroma (Ef. 5, 2).

Maridos, amad a nuestras mujeres como Cristo am� a la Iglesia y se entreg� a s� mismo por ella, para santificarla,... (Ef. 5, 25).

Pues hay un s�lo Dios y tambi�n un s�lo mediador entre Dios y los hombres, Cristo Jes�s, hombre tambi�n, que se entreg� a s� mismo como rescate por todos (1 Tim. 2, 6).

�l es v�ctima de propiciaci�n por nuestros pecados, no s�lo por los nuestros, sino tambi�n por los del mundo entero (1 Jn. 2, 2).

19. Jesucristo v�ctima. Ofreci� un sacrificio

-Ofreci� a Dios un sacrificio en la cruz

-Fue consumado por su Pasi�n y Muerte

-Lo ofreci� al Padre para darle gracias, para perdonar los pecados y conseguirles la gracia y la gloria

-La demostraci�n m�s clara de su sacrificio es su pasi�n y muerte aceptadas y ofrecidas al Padre por amor

-Jesucristo ofreci� a Dios un verdadero sacrificio en la Cruz.

Sacrificio es la oblaci�n leg�tima hecha a Dios de una cosa sensible, con alguna transmutaci�n de su sustancia, en supremo reconocimiento de su majestad y de su dominio absoluto sobre las criaturas.

Se divide en: Latre�tico, para reconocer el supremo dominio de Dios, eucar�stico para dar gracias a Dios, propiciatorio para expiar los pecados de los hombres e impetratorio para pedirle beneficios.

...as� tambi�n Cristo, despu�s de haberse ofrecido una sola vez para quitar los pecados de la multitud... (Hebr. 9, 28).

Aclaraci�n. Cristo reconoci� en la Cruz el supremo dominio de Dios, le dio gracias por los beneficios, lo ofreci� para expiar los pecados de todos los hombres y le pidi� gracia y gloria para todos los redimidos.

-El sacrificio de Cristo fue consumado en la Cruz por su sola pasi�n y muerte.

As� es el Sumo Sacerdote..., que no tiene necesidad de ofrecer sacrificios cada d�a, primero por sus pecados propios como aquellos Sumos Sacerdotes, luego por los del pueblo; y esto lo realiz� de una vez para siempre, ofreci�ndose a s� mismo (Hebr. 7, 27).

-Jesucristo ofreci� el sacrificio de la Cruz al Eterno Padre para darle gracias, para perdonar los pecados a los hombres y para conseguirles la gracia y la gloria.

a) -Para darle gracias.

Y tom� el pan, dio gracias, lo parti� y se lo dio diciendo: �Este es mi cuerpo que va a ser entregado por vosotros;...� (Lc. 22, 19).

Tom� luego un c�liz y, dadas las gracias, se lo dio, y bebieron todos de �l. Y les dijo: �Esta es mi sangre de la Alianza, que va a ser derramada por muchos...� (Mc. 14, 23).

b) -Para perdonar los pecados de los hombres.

...porque esta es mi sangre de la Alianza, que va a ser derramada por muchos para remisi�n de los pecados (Mt. 26, 28).

c) -Para conseguirles la gracia y la gloria.

...y son justificados por el don de su gracia, en virtud de la redenci�n realizada en Cristo Jes�s,... (Rom. 3, 24).

...somos santificados, merced a la oblaci�n de una vez para siempre del cuerpo de Jesucristo (Hebr. 10, 10).

En efecto, mediante una sola oraci�n ha llevado a la perfecci�n para siempre a los santificados (Hebr. 10, 14).

-La demostraci�n m�s clara del sacrificio de Jesucristo por los hombres es su pasi�n y muerte aceptadas y ofrecidas al Padre por obediencia y por amor.

a) -Por obediencia.

...porque he bajado del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me ha enviado (Jn. 6, 38).

...pero el mundo ha de saber que amo al Padre y que obro seg�n el Padre me ha ordenado (Jn. 14, 31).

...y se humill� a s� mismo, obedeciendo hasta la muerte y muerte de cruz (Fil. 2, 8).

b) -Por amor.

Nadie tiene mayor amor que el que da su vida por sus amigos (Jn. 15, 13).

...m�s la prueba de que Dios nos ama es que Cristo, siendo nosotros todav�a pecadores, muri� por nosotros (Rom. 5, 8).

Porque el amor de Cristo nos apremia al pensar que, si uno muri� por todos, todos por tanto murieron. Y muri� por todos,... (2 Cor. 5, 14-15).

...el Hijo de Dios que me am� y se entreg� a s� mismo por m� (G�l. 2, 20).

...Cristo os am� y se entreg� por nosotros como oblaci�n y v�ctima de suave aroma (Ef. 5, 2).

...Cristo am� a su Iglesia y se entreg� a s� mismo por ella,... (Ef. 5, 25).

En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que �l nos am� y nos envi� a su Hijo como propiciaci�n por nuestros pecados (1 Jn. 4, 10).

20. Jesucristo v�ctima. Satisfacci�n vicaria

-Satisfizo por todos los hombres con su pasi�n y con su Muerte

-Por una satisfacci�n vicaria

-Que fue eficaz

-Y universal

-Universal tambi�n en cuanto a la redenci�n objetiva

-Corresponde a la gravedad de los pecados de los hombres

-Fue condigna, superabundante e infinita

-Su valor positivo es mayor que el negativo de los pecados de los hombres

-El Padre acepta la satisfacci�n vicaria del Hijo

-Cristo satisfizo por todos los hombres.

...Cristo, siendo nosotros todav�a pecadores, muri� por nosotros (Rom. 5, 8).

...Jesucristo que se entreg� a s� mismo por nuestros pecados,... (G�l. 1, 4).

...Cristo Jes�s, hombre tambi�n, que se entreg� a s� mismo como rescate por todos (1 Tim. 2, 5-6).

-Jesucristo satisfizo a Dios por los pecados de todos los hombres, con su pasi�n y muerte.

...y dec�an a la mujer: �Ya no creamos por tus palabras; que nosotros mismos hemos sido y sabemos que esta es verdaderamente el Salvador de mundo� (Jn. 4, 42).

Si cuando �ramos enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, �con cu�nta m�s raz�n, estando ya reconciliados, seremos salvados por su vida! (Rom. 5, 10).

Y todo proviene de Dios, que nos reconcili� consigo por Cristo... (2 Cor. 5, 18).

�l es v�ctima de propiciaci�n por nuestros pecados, no s�lo por los nuestros, sino tambi�n por los del mundo entero (1 Jn. 2, 2).

Aclaraci�n. Cristo satisfizo por nuestros pecados con todas y cada una de las obras de su vida, pero m�s especialmente con su Pasi�n y Muerte.

-Jesucristo caus� nuestra salvaci�n por una satisfacci�n vicaria.

Satisfacci�n es el pago de una deuda. Satisfacci�n vicaria es la deuda saldada por otro, en nombre del deudor. En sentido teol�gico es la compensaci�n o reparaci�n de las injurias que los hombres cometen contra Dios con sus propios pecados.

Si cuando �ramos enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo,... (Rom. 5, 10).

Porque habiendo venido por un hombre la muerte, tambi�n por un hombre viene la resurrecci�n de los muertos.

Pues del mismo modo que en Ad�n mueren todos, as� tambi�n todos revivir�n en Cristo (1 Cor. 15, 21-22).

Y todo proviene de Dios, que nos reconcili� consigo por Cristo... (2 Cor. 5, 18).

Por eso tuvo que asemejarse en todo a sus hermanos, para ser misericordioso y sumo sacerdote fiel en lo que toca a Dios, en orden a expiar los pecados del pueblo... (Hbr. 2, 17).

�l es v�ctima de propiciaci�n por nuestros pecados, no s�lo por los nuestros, sino tambi�n por los del mundo entero (1 Jn. 2, 2).

�l nos am� y no envi� a su Hijo como propiciaci�n por nuestros pecados (1 Jn. 4, 10).

-La satisfacci�n vicaria de Cristo fue eficaz.

Porque Dios no ha enviado a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo se salve por �l (Jn. 3, 17).

�l es v�ctima de propiciaci�n por nuestro pecados, no s�lo por los nuestros, sino tambi�n por los del mundo entero (1 Jn. 1, 2).

Eficaz. Que tiene virtud suficiente para compensar la culpa y la pena y que, una vez aplicada, el ofendido la acepta.

-La satisfacci�n vicaria ofrecida por Cristo y aceptada por Dios es universal, o sea, por el pecado original de todos los hombres y tambi�n por todos y cada uno de los pecados personales de todos ellos.

Si por el delito de un s�lo hombre murieron todos, �cu�nto m�s la gracia de Dios y el don otorgado por la gracia de un s�lo hombre Jesucristo, se ha desbordado sobre todos! (Rom. 5, 15).

Pues del mismo modo que en Ad�n mueren todos, as� tambi�n todos revivir�n en Cristo (1 Cor. 15, 22).

�l es v�ctima de propiciaci�n por nuestros pecados, no s�lo por los nuestros, sino tambi�n por los del mundo entero (1 Jn. 2, 2).

-La satisfacci�n vicaria de Cristo por los pecados de todos los hombres, es universal en cuanto a la redenci�n objetiva.

...profetiz� -Caif�s- que Jes�s iba a morir por la naci�n -y no s�lo por la naci�n, sino tambi�n para reunir en uno a los hijos de Dios que estaban dispersos- (Jn. 11, 51-52).

En efecto, as� como por la desobediencia de un s�lo hombre, todos fueron constituidos pecadores, as� tambi�n por la obediencia de uno s�lo todos ser�n constituidos justos (Rom. 5, 19).

Y muri� por todos,... (2 Cor. 5, 15).

...Cristo Jes�s, hombre tambi�n, que se entreg� a s� mismo como rescate por todos (1 Tim. 2, 6).

�l es v�ctima de propiciaci�n por nuestro pecados, no s�lo por los nuestros, sino tambi�n por los del mundo entero (1 Jn. 2, 2).

-La satisfacci�n vicaria de Jesucristo corresponde a la gravedad de los pecados de los hombres.

�Hab�is sido bien comprados! (1 Cor. 6, 20).

...Cristo Jes�s, hombre tambi�n, que se entreg� a s� mismo como rescate por todos (1 Tim. 2, 6).

...hab�is sido rescatados de la conducta necia heredada de vuestros padres, no con algo caduco, oro o plata, sino con una sangre preciosa, como de cordero sin tacha y sin mancilla, Cristo,... (1 Pe. 1, 18-19).

-La satisfacci�n vicaria de Cristo fue condigna, superabundante e infinita.

Satisfacci�n condigna es aquella cuyo valor es adecuado a la gravedad de la injuria que se ha de compensar.

Superabundante es aquella suyo valor excede en mucho a la gravedad de la injuria.

Infinita es aquella cuya fuerza satisfactoria nunca se puede agotar.

a) -Fue condigna,

�Hab�is sido bien comprados! (1 Cor. 6, 20).

...sabiendo que hab�is sido rescatados de la conducta necia heredada de vuestros padres, no con algo caduco oro o plata, sino con una sangre preciosa, como de cordero sin tacha y sin mancilla, Cristo... (1 P. 18-19).

b) -Fue sobreabundante,

...donde abund� el pecado sobreabund� la gracia... (Rom. 5, 20).

c) -Fue infinita,

Si por el delito de uno s�lo murieron todos �cu�nto m�s la gracia de Dios y el don otorgado por la gracia de un s�lo hombre Jesucristo, se ha desbordado sobre todos! (Rom. 5, 15).

Aclaraci�n . Este texto no afirma que es infinita, pero lo insin�a con bastante claridad.

-El valor positivo de la satisfacci�n vicaria de Jesucristo es mayor que el valor negativo de los pecados de los hombres.

Pero con el don no sucede como con el delito. Si por el delito de uno s�lo murieron todos �cu�nto m�s la gracia de Dios y el don otorgado por la gracia de un s�lo hombre Jesucristo, se han desbordado sobre todos! (Rom. 5, 15).

La ley, en verdad, intervino para que abundara el delito; pero donde abund� el pecado, sobreabund� la gracia;... (Rom. 5, 20).

-El Padre acepta la satisfacci�n vicaria del Hijo para conceder a los hombres los dones de Gracia que necesitan para su Salvaci�n, con dos condiciones: Que Jesucristo sustituyese a los hombres en orden a satisfacer y merecer, y que el Padre se obligase a aceptar la satisfacci�n del Hijo por un pacto.

a) -Jesucristo sustituy� a los hombres.

-por promesa del Padre profetizada en el Antiguo Testamento.

...Yahv�h descarg� sobre �l la culpa de todos nosotros (Is. 53, 6).

-por cumplimiento de esta promesa.

A quien no conoci� pecado, le hizo pecado por nosotros, para que vini�semos a ser justicia de Dios en �l (2 Cor. 5, 21).

-Por su oblaci�n voluntaria.

...Cristo os am� y se entreg� por nosotros como oblaci�n y v�ctima de suave aroma (Ef. 5, 2).

...�l nos am� y nos envi� a su Hijo como propiciaci�n por nuestros pecados (1 Jn. 4, 10).

b) -El Padre se obliga a aceptar las satisfacci�n del Hijo.

-Fue profetizado en el Antiguo Testamento.

Si se da a s� mismo en expiaci�n, ver� descendencia, alargar� sus d�as (Is. 53, 10).

Aclaraci�n. Los Santos Padres interpretan estas palabras como promesas hecha por Dios a Jesucristo.

21. Jesucristo v�ctima. M�ritos para los hombres

-Dios concede a los hombres que se apropian de los m�ritos de Jesucristo los dones de gracia y de perd�n

-La apropiaci�n subjetiva de los frutos de la satisfacci�n vicaria est� condicionada a la fe y al cumplimiento de los mandamiento

-La satisfacci�n de Cristo fue un acto de justicia conmutativa

-No se extiende a los �ngeles ca�dos

-Pudo merecer para s� mismo

-Todos los hombres pueden recuperar la vida divina perdida por el pecado

-Jesucristo mereci� par los hombres las gracias de la justificaci�n

-Desde el primer instante de su concepci�n hasta su muerte, los m�ritos de Cristo fueron causa de la predestinaci�n

-Los m�ritos de Cristo fueron causa de la predestinaci�n

-Cristo mereci� para los hombres los dones sobrenaturales perdidos por el pecado original

-Dios concede a los hombres que se apropian los m�ritos de la pasi�n y muerte de Jesucristo, los dones de gracia y de perd�n de los pecados, no s�lo por fidelidad sino por justicia.

De �l nos viene que est�is en Cristo Jes�s, al cual hizo Dios para nosotros sabidur�a, justicia, santificaci�n y redenci�n,... (1 Cor. 1, 30).

Aclaraci�n. Dios se obliga por justicia a perdonar a los hombres, al aceptar por ellos los dolores de la pasi�n y la muerte.

-La apropiaci�n subjetiva de los frutos de la satisfacci�n vicaria de Jesucristo est� vinculada y condicionada a la fe y al cumplimiento de los mandamientos.

a) -A la fe.

Y les dijo: �Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la creaci�n. El que crea y sea bautizado, se salvar�; el que no crea, se condenar� (Mc. 16, 16).

b) -Al cumplimiento de los mandamientos.

...y llegado a la perfecci�n, se convirti� en causa de salvaci�n eterna para todos los que le obedecen,... (Hebr. 5, 9).

Por tanto, hermanos, poned el mayor empe�o en afianzar vuestra vocaci�n y vuestra elecci�n. Obrando as�, nunca caer�is (2 Pe. 1, 10).

-La satisfacci�n de Cristo fue un acto de justicia conmutativa.

�Hab�is sido bien comprados! (1 Cor. 6, 20).

Aclaraci�n. La satisfacci�n que paga toda la deuda y repara el derecho lesionado es un acto de justicia conmutativa. Cristo pag� a Dios toda la deuda y repar� el derecho lesionado y la injuria inferida a Dios por los hombres

-La satisfacci�n vicaria de Jesucristo no se extiende a los �ngeles ca�dos porque ir�a en contra de la eternidad de las penas del infierno.

E ir�n estos a un castigo eterno, y los justos a la vida eterna (Mt. 25, 46).

Estos sufrir�n la pena de una ruina eterna, alejados de la presencia del Se�or y de la gloria de su poder,... (2 Tes. 1, 9).

Aclaraci�n. La sentencia seg�n la cual los �ngeles ca�dos ser�n liberados de las penas del infierno en la restauraci�n de todas las cosas, fue condenada en el s�nodo de Constantinopla.

-Jesucristo pudo merecer y mereci� para s� mismo.

...y se humill� a s� mismo, obedeciendo hasta la muerte y muerte en la cruz. Por lo cual Dios le exalt� y le otorg� el Nombre que est� sobre todo nombre. Para que al hombre de Jes�s toda rodilla se doble en los cielos, en la tierra y en los abismos, y toda lengua confiese que Cristo Jes�s es SE�OR para gloria del Padre (Fil. 2, 8-11).

Aclaraci�n. Dios Padre le concedi� a Jesucristo la exaltaci�n por las humillaciones de su vida, pasi�n y muerte.

-Todos los hombres pueden recuperar la vida divina perdida por el pecado de Ad�n, en virtud de los m�ritos infinitos de Jesucristo.

Si por el delito de uno s�lo murieron todos �cu�nto m�s la gracia de Dios y el don otorgado por la gracia de un s�lo hombre Jesucristo, se han desbordado sobre todos (Rom. 5, 15).

�Hab�is sido bien comprados. No os hag�is esclavos de los hombres. Hermanos, permanezca cada cual ante Dios en el estado en que fue llamado (1 Cor. 7, 23-24).

Pues del mismo modo que en Ad�n mueren todos, as� tambi�n todos revivir�n en Cristo (1 Cor. 15, 22).

Pero Dios, rico en misericordia, por el grande amor con que nos am�, estando muertos a causa de nuestros delitos, nos vivific� juntamente con Cristo -por gracia hab�is sido salvados- y con �l nos resucit�... (Ef. 2, 4-6).

...sabiendo que hab�is sido rescatados de la conducta necia heredada de vuestros padres, no con algo caduco, oro o plata, sino con una sangre preciosa como de cordero sin tacha ni mancilla, Cristo,... (1 Pe. 1, 18-19).

Aclaraci�n. Cristo ha ofrecido al eterno Padre los m�ritos sobreabundantes para la redenci�n de todos los hombres -redenci�n objetiva- pero cada hombre queda en libertad de aceptarlos y beneficiarse de ellos -redenci�n subjetiva- o rechazarlos.

-Jesucristo mereci� para los hombres la gracias que preparan la justificaci�n, las gracias de la justificaci�n y toda clase de gracias.

a) -Las gracias que preparan la justificaci�n.

...ayudado por la fuerza de Dios, que nos ha salvado y nos ha llamado con una vocaci�n santa, no por nuestras obras, sino por su propia determinaci�n y por su gracia que nos dio desde toda la eternidad en Cristo Jes�s... (2 Tim. 1, 9).

b) -Las gracias de la justificaci�n.

...todos pecaron y est� privados de la gloria de Dios y son justificados por el don de su gracia, en virtud de la redenci�n realizada en Cristo Jes�s,... (Rom. 3, 24).

c) -Toda otra clase de gracias.

Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Se�or Jesucristo, que nos ha bendecido con toda clase de bendiciones espirituales, en los cielos, en Cristo,... (Ef. 1, 3).

-Cristo mereci� �de condigno� desde el primer instante de su concepci�n hasta su muerte en la cruz.

...todos pecaron y est�n privados de la gloria de Dios y son justificados por el don de su gracia, en virtud de la redenci�n realizada en Cristo Jes�s, a quien Dios exhibi� como instrumento de propiciaci�n por su propia sangre,... (Rom. 3, 23-25).

...a Jes�s le vemos coronado de gloria y honor por haber padecido la muerte, pues por la gracia de Dios gust� la muerte par bien de todos (Hebr. 2, 9).

Aclaraci�n. La redenci�n objetiva realizada, no consisti� solamente en la aplicaci�n de los m�ritos obtenidos por su pasi�n y muerte, sino por todos los actos libres de su voluntad humana, puesto que todos los hizo por amor y obediencia al Padre.

-Los m�ritos de Cristo fueron la causa de la predestinaci�n de los hombres.

...no ha elegido en �l antes de la creaci�n del mundo, para ser santos e inmaculados en su presencia, en el amo; eligi�ndonos de antemano para ser sus hijos adoptivos por medio de Jesucristo,... (Ef. 1, 4-5).

-Cristo mereci� para nosotros todos los dones sobrenaturales perdidos por el pecado original.

La obra de reparaci�n.

Como m�rito para los hombres.

Pero, al llegar la plenitud de los tiempos, envi� Dios a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la ley, para rescatar a los que estaban bajo la ley y para que recibi�ramos la filiaci�n adoptiva (G�l. 4, 5).

...que nos ha salvado y nos ha llamado con una vocaci�n santa, no por nuestras obras, sino por su propia determinaci�n... (2 Tim. 1, 9).

Jesucristo Se�or nuestro, por quien recibimos la gracia y el apostolado... (Rom. 1, 5).

...Nuestro Se�or Jesucristo que nos ha bendecidos con toda clase de bendiciones espirituales, en los cielos, en Cristo, por cuanto nos ha elegido en �l antes de la creaci�n del mundo, para ser santos e inmaculados en su presencia, en el amor, eligi�ndonos de antemano para ser sus hijos adoptivos por medio de Jesucristo, seg�n el benepl�cito de su voluntad para alabanza de la gloria de su gracia con la que nos agraci� en el Amado. En �l tenemos por medio de su sangre la redenci�n, el perd�n de los delitos, seg�n la riqueza de su gracia que ha prodigado sobre nosotros... (Ef. 1, 3-8).

Pero Dios nos vivific� juntamente con Cristo...y con �l nos resucit� y nos hizo sentar en los cielos en Cristo Jes�s (Ef. 2, 5-6).

Pues por �l, unos y otros tenemos acceso al Padre en un mismo esp�ritu (Ef. 2, 18).

...Cristo Jes�s, Se�or nuestro, quien mediante la fe en �l nos da valor para llegarnos confiadamente a Dios (Ef. 3, 12).

A todos los que la recibieron (a la Palabra, al Verbo encarnado) les dio poder de hacerse hijos de Dios... (Jn. 1, 12).

...todos pecaron y est�n privados de la gloria de Dios y son justificados por el don de su gracia, en virtud de la redenci�n realizada en Cristo Jes�s... (Rom. 3, 23).

...y llegando a la perfecci�n se convirti� en causa de salvaci�n eterna para todos los que le obedecen... (Hbr. 5, 9).

22. Jesucristo v�ctima. M�ritos para s� y para los �ngeles

-Mereci� para s� mismo la impasibilidad de su alma, la gloria de su cuerpo y la exaltaci�n de su nombre

-La gracia y la gloria para los �ngeles

-Cristo mereci� para s� mismo la impasibilidad de su alma, la gloria de su cuerpo y la exaltaci�n de su nombre.

Yo te he glorificado en la tierra, llevando a cabo la obra que me encomendaste realizar. Ahora, Padre, glorif�came t�, junto a ti, con la gloria que ten�a a tu lado antes que el mundo fuese (Jn. 17, 4-5).

�No era necesario que el Cristo padeciera eso y entrar as� en su gloria? (Lc. 24, 26).

...y se humill� a s� mismo, obedeciendo hasta la muerte y muerte de Cruz. Por lo cual Dios le exalt� y le otorg� el Nombre que est� sobre todo nombre, para que al nombre de Jes�s toda rodilla se doble en los cielos, en la tierra, y en los abismos y toda lengua confiese que Cristo Jes�s es Se�or Para la gloria de Dios Padre (Fil. 2, 8-11).

...a Jes�s le vemos coronado de gloria y honor por haber padecido la muerte (Hbr. 2, 9).

-Jesucristo mereci� la gracia y la gloria para los �ngeles.

a) -Seg�n los escotistas.

...Dios tuvo a bien hacer residir en �l toda plenitud, y reconciliar por �l y para �l todas las cosas, pacificando, mediante la sangre de su Cruz, lo que hay en la tierra y en los cielos (Col. 1, 19-20).

Aclaraci�n. Esta reconciliaci�n universal engloba todos los esp�ritus celestes, lo mismo que todos los hombres.

b) - Seg�n los tomistas.

Porque un ni�o nos ha nacido, un hijo se nos ha dado, el se�or�o reposar� en su hombro y se llamar�

�Admirable-Consejero�,

�Dios-Poderoso�,

�Siempre-Padre�,

�Pr�ncipe de Paz� (Is. 9, 6).

Aclaraci�n. Jesucristo ha venido al mundo y ha muerto por solos los hombres.

23. Jesucristo. Muerte. Prefiguraci�n y profetizaci�n

-La entrega a la muerte prefigurada en el A. T.

-Cristo profetiz� su muerte

-La entrega de Jesucristo a la muerte est� prefigurada en el Antiguo Testamento.

Tom� Abraham la le�a del holocausto, la carg� sobre su hijo Isaac, tom� en su mano el fuego y el cuchillo, y se fueron los dos juntos...Llegados al lugar que le hab�a dicho Dios, construy� all� Abraham el altar, y dispuso la le�a; luego at� a Isaac, su hijo, y le puso sobre el ara, encima de la le�a. Alarg� Abraham la mano y tom� el cuchillo para inmolar a su hijo (G�n. 22, 6, y 9-10).

Aclaraci�n. La le�a seca es imagen del pecador.

...todo �rbol que no de buen fruto ser� cortado y arrojado al fuego (Mt. 3, 10).

Si alguno no permanece en m�, es arrojado fuera como el sarmiento, y se seca; luego los recogen, los echan al fuego y arden (Jn. 15, 6-7).

-Jesucristo profetiz� su muerte y su resurrecci�n.

...Comenz� Jes�s a manifestar a sus disc�pulos que �l dec�a ir a Jerusal�n...y ser condenado a muerte y resucitar al tercer d�a (Mt. 16, 21).

24. Jesucristo. Muerte. Muestras

-Cristo como hombre muri� en la Cruz

-Por la separaci�n su alma de su cuerpo

-Jesucristo como hombre muri� verdaderamente en la Cruz.

a) -Consta por el testimonio de los Evangelistas.

Jes�s, entonces, dando de nuevo un fuerte grito, exhal� el esp�ritu (Mt. 27, 50).

Pero Jes�s, lanzando un fuerte grito, expir� (Mc. 15, 37).

...y Jes�s, dando un fuerte grito, dijo: �Padre, en tus manos pongo mi esp�ritu� y, dicho esto, expir� (Lc. 23, 46).

Cuando Jes�s tom� el vinagre, dijo: �Todo est� cumplido.� Inclin� la cabeza y entreg� el esp�ritu (Jn. 19, 30).

b) -Por el testimonio de los presentes.

...vino Jos� de Arimatea,...y tuvo la valent�a de entrar donde Pilato y pedirle el cuerpo de Jes�s. Se extra�� Pilato de que ya estuviese muerto y, llamando al centuri�n, concedi� el cuerpo a Jos�, quien, comprando una s�bana, lo descolg� de la cruz,... (Mc. 15, 43, 46).

Pero al llegar a Jes�s, como le hallaron ya muerto, no le quebraron las piernas, sino que uno de los soldados le atraves� el costado con una lanza y al instante sali� sangres y agua. Lo atestigua el que lo vio y su testimonio es v�lido, y �l sabe que dice la verdad, para que tambi�n vosotros cre�is (Jn. 19, 33-35).

c) -Por la unci�n de los aromas.

Fue tambi�n Nicodemo con una mezcla de unas cien libras de mirra y �loe. Tomaron el cuerpo de Jes�s y lo envolvieron en vendas, con los aromas, conforme a la costumbre, jud�a de sepultar (Jn. 19, 39-40).

-Cristo muri� y verdaderamente, por la separaci�n de su alma y de su cuerpo.

Jes�s, entonces, dando de nuevo un fuerte grito, exhal� el esp�ritu (Mt. 27, 50).

Pero, Jes�s, lanzando un fuerte grito, expir� (Mc. 15, 37).

...y Jes�s, dando un fuerte grito, dijo: �Padre, en tus manos pongo mi esp�ritu� y, dicho esto, expir� (Lc. 23, 46).

Cuando Jes�s tom� el vinagre, dijo: �Todo est� cumplido.� Inclin� la cabeza y entreg� el esp�ritu (Jn. 19, 30).

25. Jesucristo. Muerte. Sacrificio

-Es un sacrificio verdadero

-Supera a todos los sacrificios del A. T.

-La muerte de Jesucristo en la Cruz tiene todas las razones de un sacrificio perfecto y verdadero.

Sacrificio es una oblaci�n hecha a Dios, con inmolaci�n de la v�ctima, en se�al de supremo dominio y por instituci�n leg�tima.

a) -Oblaci�n hecha a Dios.

...Cristo os am� y se entreg� por nosotros como oblaci�n y v�ctima de suave aroma (Ef. 5, 2).

b) -Inmolaci�n de la v�ctima.

Cuando Jes�s tom� el vinagre, dijo: �Todo est� cumplido.� Inclin� la cabeza y entreg� su esp�ritu (Jn. 19, 30).

c) -En se�al de supremo dominio.

As� habl� Jes�s, y alzando los ojos al cielo dijo: �...Yo te he glorificado en la tierra, llevando a cabo la obra que me encomendaste realizar (Jn. 17, 1 y 4).

d) -Por instituci�n leg�tima.

De igual modo, tampoco Cristo se apropi� la gloria del Sumo Sacerdocio, sino que la tuvo de quien le dijo: Hijo m�o eres t�; yo te he engendrado hoy (Hebr. 5, 5).

-El sacrificio de la muerte de Cristo en la Cruz supera en eficacia a todos los sacrificios el Antiguo Testamento.

a) - Por conseguirnos una redenci�n eterna.

Y penetr� en el santuario una vez para siempre, no con sangre de machos cabr�os ni de novillos, sino con su propia sangres, consiguiendo una redenci�n eterna (Hebr. 9, 12).

b) -Por purificar nuestras conciencias.

Pues si la sangre de machos cabr�os y de todos y la ceniza de vaca santifica con su aspersi�n a los contaminados, en orden a la purificaci�n de la carne, �cu�nto m�s la sangre de Cristo, que por el Esp�ritu Eterno se ofreci� a s� mismo sin tacha a Dios, purificar� de las obras muertas nuestras conciencias para rendir culto a Dios vivo! (Hebr. 9, 13-14).

c) -Por quitar los pecados de la multitud.

...as� tambi�n Cristo, despu�s de haberse ofrecido una sola vez para quitar los pecados de la multitud,... (Hebr. 9, 28).

d) -Por santificar a los hombres.

...somos santificados merced a la oblaci�n de una vez para siempre del cuerpo de Jesucristo (Hebr. 10, 10).

e) -Por marcar un nuevo camino de perfecci�n a los hombres.

En efecto, mediante una sola oblaci�n ha llevado a la perfecci�n para siempre a los santificados (Hebr. 10, 14).

26. Jesucristo. Muerte. Causas

-Su amor a los hombres

-No con el mismo amor a todos

-Mandato del Padre

-Sujeto al Mandato del Padre

-Por obediencia al Padre

-La Muerte por obediencia al Padre fue convenient�sima

-Muri� porque quiso

-La causa remota de la muerte del Hijo de Dios fue su amor a los hombres.

Porque tanto am� Dios al mundo que le dio a su Hijo �nico, para que todo el que crea en �l no perezca, sino que tenga vida eterna (Jn. 3, 16).

Pero Dios, rico en misericordia, por el grande amor con que nos am�, estando muertos a causa de nuestros delitos, nos vivific� juntamente con Cristo -por gracia hab�is sido salvados- y con �l nos resucit� y nos hizo sentar en los cielos en Cristo Jes�s,... (Ef. 2, 4-6).

-Jesucristo no muri� con el mismo amor a todos y a cada uno de los hombres, sino que tuvo especial amor para con los elegidos.

As� parece deducirse de los siguientes textos:

Por ellos ruego yo; no ruego por el mundo, sino por los que t� me has dado, porque son tuyos;... (Jn. 17, 9).

...que es el Salvador de todos los hombres, principalmente de los creyentes (1 Tim. 4, 10).

-Jesucristo recibi� del Padre un verdadero mandato de morir.

...y que obro seg�n el Padre me ha ordenado (Jn. 14, 31).

...se han aliado Herodes y Poncio Pilato,...para realizar lo que en tu poder y en tu sabidur�a hab�as predeterminado (Hch. 4, 27-28).

-Jesucristo estuvo sujeto al mandato de su Padre de morir por la salvaci�n de todos los hombres.

El Padre me ama porque doy mi vida, para recobrarla de nuevo. Nadie me la quita; la doy voluntariamente. Tengo poder para darla y poder para recobrarla de nuevo; esa es la orden que he recibido de mi Padre (Jn. 10, 17-18).

...pero el mundo ha de saber que amo al Padre y que obro seg�n el Padre me ha ordenado (Jn. 14, 31).

Aclaraci�n. Jesucristo, como era legislador, no estuvo sujeto a ninguna Ley divino-positiva de la Antigua Ley ni a ninguna otra positiva humana de la Nueva.

-Jesucristo muri� por obediencia al Padre.

En efecto, as� como por la desobediencia de un s�lo hombre, todos fueron constituidos pecadores, as� tambi�n por la obediencia de uno s�lo todos ser�n constituidos justos (Rom. 5, 19).

...y se humill� a s� mismo, obedeciendo hasta la muerte y muerte de Cruz (Fil. 2, 8).

-La muerte de Jesucristo por obediencia fue convenient�sima.

a) -Porque as� conven�a a la justificaci�n de los hombres.

En efecto, as� como por la desobediencia de un s�lo hombre, todos fueron constituidos pecadores, as� tambi�n por la obediencia de uno s�lo todos ser�n constituidos justos (Rom. 5, 19).

b) -Porque la obediencia es el mayor de los sacrificios y el de la muerte es muy aceptable a Dios.

...fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo (Rom. 5, 10).

-Jesucristo muri� porque quiso.

El Padre me ama porque doy mi vida para recobrarla de nuevo. Nadie me la quita; yo la doy voluntariamente (Jn. 10, 18).

Ya no hablar� muchas cosas con vosotros, porque llega el Pr�ncipe de este mundo. Nada puede �l contra m� (Jn. 14, 30).

Respondi� Jes�s: �No tendr�s contra m� ning�n poder, si no se te hubiera dado de arriba;... (Jn. 19, 11).

27. Jesucristo. Muerte. Efectos

-Convenient�sima para nuestra salvaci�n

-Dios compens� los pecados de los hombres con los sufrimientos de la vida, pasi�n y muerte de Cristo

-Su sacrificio fue de expiaci�n por los pecados de los hombres

-Muri� por la salvaci�n de todos los hombres

-Ha librado a los hombres de la servidumbre de la Ley de Mois�s, de la esclavitud del pecado, del diablo y de la muerte

-La reconciliaci�n de los pecadores con Dios

-La muerte de Jesucristo fue convenient�sima para nuestra Salvaci�n.

Su muerte fue un morir al pecado de una vez para siempre; mas su vida es un vivir para Dios (Rom. 6, 10).

Aclaraci�n. La muerte de su cuerpo es un ejemplo de morir los hombres en nuestro pecado.

-Dios compens� todos los pecados de los hombres los sufrimientos de la vida, pasi�n y muerte de Jesucristo.

Todos nosotros como ovejas erramos, cada uno march� por su camino, y Yahv�h descarg� sobre �l la culpa de todos nosotros (Is. 53, 6).

A quien no conoci� pecado, le hizo pecado por nosotros, para que vini�semos a ser justicia de Dios en �l (2 Cor. 5, 21).

-El sacrificio de Jesucristo en la Cruz fue un sacrificio de expiaci�n por los pecados de los hombres.

...Jes�s Se�or nuestro, quien fue entregado por nuestros pecados, y fue resucitado para nuestra justificaci�n (Rom. 4, 25).

...Cristo muri� por nuestros pecados, seg�n las Escrituras (1 Cor. 15, 3).

...del Se�or Jesucristo, que se entreg� a s� mismo por nuestros pecados, para librarnos de este perverso mundo,... (G�l. 1, 4).

-Jesucristo muri� por la salvaci�n de todos los hombres, sean predestinados y r�probos, adultos infantes, sean fieles o infieles.

El que no perdon� ni a su propio Hijo, antes bien le entreg� por todos nosotros, �c�mo no nos dar� con �l graciosamente todas las cosas? (Rom. 8, 32).

Y muri� por todos, para que yo no vivan para s� los que viven, sino para aquel que muri� y resucit� por ellos (2 Cor. 5, 15).

...Cristo Jes�s, hombre tambi�n, que se entreg� a s� mismo como rescate por todos (1 Tim. 2, 5-6).

...Dios vivo, que es el Salvador de todos los hombres, principalmente de los creyentes (1 Tim. 4, 10).

�l es v�ctima de propiciaci�n por nuestros pecados, no s�lo por los nuestros, sino tambi�n por los del mundo entero (1 Jn. 2, 2).

Aclaraci�n. Cristo muri� por la salvaci�n de todos los hombres en conformidad con su voluntad salv�fica universal.

-Jesucristo ha librado a los hombres con su pasi�n muerte, de la servidumbre de la Ley de Mois�s, de la esclavitud del pecado, del diablo y de la muerte.

a) -De la servidumbre de la Ley de Mois�s.

Cristo nos rescat� de la maldici�n de la Ley, haci�ndose �l mismo maldici�n por nosotros, pues dice la Escritura: �Maldici�n el que est� colgado de un madero,...� (G�l. 3, 13).

b) -De la esclavitud del pecado.

...nuestro Jesucristo; el cual se entreg� por nosotros a fin de rescatarnos de toda iniquidad,... (Tit. 2, 14).

c) -De la esclavitud del diablo.

�l no libr� del poder de las tinieblas y nos traslad� al Reino del Hijo de su amor,... (Col. 1, 13).

d) -De la esclavitud de la muerte.

...nuestro Salvador Cristo Jes�s, quien ha destruido la muerte y ha hecho irradiar luz de vida y de inmortalidad por medio del Evangelio,... (2 Tim. 1, 10).

-La muerte de Jesucristo en la Cruz dio lugar a la reconciliaci�n de los pecadores con Dios.

Si cuando �ramos enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, �con cu�nta m�s raz�n, estando ya reconciliados, seremos salvos por su vida! (Rom. 5, 10).

...pues Dios tuvo a bien...reconciliar por �l y para �l todas las cosas, pacificando, mediante la sangre de su cruz, lo que hay en la tierra y en los cielos (Col. 1, 19-20).

...y reconciliar con Dios a ambos en un s�lo Cuerpo, por medio de la cruz, dando en s� mismo muerte a la Enemistad (Ef. 2, 16).

Y todo proviene de Dios, que nos reconcili� consigo por Cristo... (2 Cor. 5, 18).

28. Jesucristo. Resurrecci�n. Premio por sus m�ritos

-Por su Pasi�n

-Por su humildad y obediencia

-La resurrecci�n de Jesucristo fue premio de su Pasi�n.

Se puede deducir de los textos siguientes:

Yahv�h, t� m escrutas y conoces;

sabes cu�ndo me siento y cuando me levanto,

mi pensamiento calas desde lejos; (Sal. 139, 1-2).

Aclaraci�n. Estas palabras se dicen de Cristo, �cuando me siento� es decir, cuando soy humillado y padezco, y �cuando me levanto� es decir, cuando soy glorificado en la resurrecci�n.

Derrib� a los potentados de sus tronos y exalt� a los humildes (Lc. 1, 52).

Aclaraci�n. A la justicia de Dios corresponde exaltar a aquellos que se humillan y, por tanto, a Cristo que se humill� hasta padecer muerte de cruz, correspond�a exaltarlo hasta la gloria de su resurrecci�n.

-Jesucristo mereci� para s� mismo su resurrecci�n, su glorificaci�n y su ascensi�n a los cielos, m�s especialmente por su humildad y por su obediencia.

�No era necesario que el Cristo padeciera eso y entrara as� en su gloria? (Lc. 24, 26).

Yo te he glorificado en la tierra, llevando a cabo la obra que me encomendaste realizar. Ahora, Padre, glorif�came t�, junto a ti, con la gloria que ten�a a tu lado antes que el mundo fuese (Jn. 17, 4-5).

...y se humill� a s� mismo, obedeciendo hasta la muerte y muerte de cruz. Por lo cual Dios le exalt� y le otorg� el nombre, que est� sobre todo nombre (Fil. 2, 8-9).

Y a aquel que fue hecho inferior a los �ngeles por un poco, a Jes�s, le vemos coronado de gloria y honor por haber padecido la muerte,... (Hebr. 2, 9).

...y dec�an -los �ngeles- con fuerte voz: �Digno es el Cordero degollado de recibir el poder, la riqueza, la sabidur�a, la fuerza, el honor, la gloria y la alabanza (Apoc. 5, 12).

29. Jesucristo. Resurrecci�n. Profec�as

-Profetizada en el A. T.

-Profetizada en el N. T.

-Profetizada por Jesucristo

-La resurrecci�n de Jesucristo fue profetizada en el Antiguo Testamento.

Me ense�ar�s el camino de la vida, hartura de goces, delante de tu rostro, a tu derecha, delicias para siempre (Sal. 16, 11).

Mas plugo a Yahv�h quebrantarle con dolencias. Se da a s� mismo en expiaci�n, ver� descendencia, alargar� sus d�as, y lo que plazca a Yahv�h se cumplir� por su mano. Por las fatigas de su alma, ver� luz, se saciar� (Is. 53, 10, 11).

-La resurrecci�n de Jesucristo fue profetizada en el Nuevo Testamento.

�l les dijo: ��Oh insensatos y tardos de coraz�n para creer todo lo que dijeron los profetas! �No era necesario que el Cristo padeciera eso y entrara as� en su gloria?� (Lc. 24, 25-26).

...pues hasta entonces no hab�an comprendido que seg�n la Escritura Jes�s deb�a resucitar de entre los muertos (Jn. 20, 9).

-Jesucristo profetiz� su resurrecci�n.

a) -Aludiendo al Santuario de su cuerpo.

Al fin se presentaron dos falsos testigos, que dijeron: �Este dijo: Yo puedo destruir el Santuario de Dios y en tres d�as levantarlo� (Mt. 26, 60-61).

Y los que pasaban por all� le insultaban, meneando la cabeza y diciendo: �T� que destruyes el Santuario y en tres d�as lo levantas, �s�lvame a ti mismo, si eres Hijo de Dios, y baja de la cruz!� (Mt. 27, 39-40).

Algunos, levant�ndose, dieron contra �l este falso testimonio: �Nosotros le o�mos decir: �Yo destruir� este Santuario hecho por hombres y en tres d�as levantar� otro no hecho por hombres� (Mc. 14, 57-58).

Y los que pasaban por all� le insultaban, meneando la cabeza y diciendo: ��Eh, t�!, que destruyes el Santuario y lo levantas en tres d�as, �s�lvate a ti mismo bajando de la cruz!� (Mc. 15, 29-30).

Jes�s les respondi�: �Destruid este santuario y en tres d�as lo levantar�.� Los jud�os le contestaron: �Cuarenta y seis a�os se han tardado en construir este Santuario, �y t� lo vas a levantar en tres d�as?� Pero �l hablaba del Santuario de su cuerpo (Jn. 2, 19-21).

b) -Aludiendo al profeta Jon�s.

Entonces le interpelaron algunos escribas y fariseos: �Maestros, queremos ver una se�al hecha por ti.� Mas �l les respondi�: ��Generaci�n malvada y ad�ltera! Una se�al reclama, y no se le dar� otra se�al que la se�al del profeta Jon�s. Porque de la misma manera que Jon�s estuvo en el vientre del cet�ceo tres d�as y tres noches, as� tambi�n el Hijo del hombre estar� en el seno de la tierra tres d�as y tres noches (Mt. 12, 38-40).

Habi�ndose reunido la gente, comenz� a decir: �Esta generaci�n es una generaci�n malvada; busca una se�al y no se le dar� otra se�al que la se�al de Jon�s (Lc. 11, 29).

c) -Sin alusiones.

Desde entonces comenz� Jes�s a manifestar a sus disc�pulos que �l deb�a ir a Jerusal�n y sufrir mucho de parte de los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, y ser condenado a muerte y resucitar al tercer d�a (Mt. 16, 21).

Y cuando bajaban del monte, Jes�s les orden�: �No cont�is a nadie la visi�n hasta que el Hijo del Hombre haya resucitado de entre los muertos� (Mt. 17, 9).

Yendo un d�a juntos por Galilea, les dijo Jes�s: �El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres; le matar�n, y al tercer d�a resucitar� (Mt. 17, 22-23).

Cuando iba subiendo Jes�s a Jerusal�n, tom� aparte a los Doce, y les dijo por el camino: �Mirad que subimos a Jerusal�n, y el Hijo del hombre ser� entregado a los sumos sacerdotes y escribas; le condenar�n a muerte y le entregar�n a los gentiles, para burlarse de �l, azotarle y crucificarle, y al tercer d�a resucitar� (Mt. 20, 17-19).

Entonces les dice Jes�s: �Todos vosotros os vais a escandalizar de m� esta noche, porque est� escrito: Herir� al pastor y se dispersar�n las ovejas del reba�o. Mas despu�s de mi resurrecci�n, ir� delante de vosotros a Galilea� (Mt. 26, 31-32).

Y comenz� a ense�arles que el Hijo del hombre deb�a sufrir mucho a ser reprobado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, ser condenado a muerte y resucitar a los tres d�as (Mc. 8, 31).

Cuando bajaban del monte les orden� que a nadie contasen los que hab�an visto hasta que el Hijo del hombre resucitar� de entre los muertos (Mc. 9, 9).

Les dec�a: �El Hijo del hombre ser� entregado en manos de los hombres; le matar�n y a los tres d�as de haber muerto resucitar� (Mc. 9, 31).

Tom� otra vez a los Doce y se puso a decirles lo que le iba a suceder: �Mirad que subimos a Jerusal�n, y el Hijo del hombre ser� entregado a los sumos sacerdotes y a los escribas; le condenar�n a muerte y le entregar�n a los gentiles, y se burlar�n de �l, le escupir�n, le azotar�n y le matar�n, y a los tres d�as resucitar� (Mc. 32, 34).

Jes�s les dice: �Todos os vais a escandalizar, ya que est� escrito: Herir� al pastor y se dispersar�n las ovejas. Pero despu�s de mi resurrecci�n, ir� delante de vosotros a Galilea (Mc. 14, 27-28).

Dijo: �El Hijo del hombre debe sufrir mucho, y ser reprobado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, ser condenado a muerte y resucitar al tercer d�a� (Lc. 9, 22).

Tomando consigo a los Doce, les dijo: �Mirad que subimos a Jerusal�n, y se cumplir� todo lo que los profetas escribieron del Hijo del hombre; pues ser� entregado a los gentiles, y ser� objeto de burlas, insultado y escupido; y despu�s de azotarle le matar�n, y al tercer d�a resucitar� (Lc. 18, 31-33).

30. Jesucristo. Resurrecci�n. Autor

-Dios fue el autor

-Jesucristo resucit� por su propia virtud

-Dios fue el autor de la resurrecci�n de Cristo.

...a �ste, pues, Dios le resucit� libr�ndole de los dolores del Hades,... (Hch. 2, 24).

Pero Dios le resucit� de entre los muertos, y nosotros somos testigos de ello (Hch. 3, 15).

...por el nombre de Jesucristo Nazareno quien vosotros crucificasteis y a quien Dios resucit� de entre los muertos (Hch. 4, 10).

El Dios de nuestros padres resucit� a Jes�s a quien vosotros disteis muerte colg�ndolo de un madero (Hch. 5, 30).

...a �ste, Dios le resucit� al tercer d�a y le concedi� la gracia de aparecerse,... (Hch. 10, 40).

Pero Dios le resucit� de entre los muertos (Hch. 13, 30).

Y que le resucit� de entre los muertos para nunca m�s volver a la corrupci�n, lo tiene declarado... (Hch. 13, 34).

...creemos en Aquel que resucit� de entre los muertos a Jes�s Se�or nuestro,... (Rom. 4, 24).

Aquel que resucit� a Cristo Jes�s de entre los muertos, dar� tambi�n la vida a vuestros cuerpos mortales por su Esp�ritu... (Rom. 8, 11).

Porque, si confiesas con tu boca que Jes�s es Se�or y crees en tu coraz�n que Dios le resucit� de entre los muertos, ser�s salvo (Rom. 10, 9).

...cre�is en Dios, que le ha resucitado de entre los muertos y le he dado la gloria,... (1 Pe. 1, 21).

Aclaraci�n. Cristo dice: Tengo poder para dar la vida y para recobrarla de nuevo (Jn. 10, 18).

Y seg�n esto el autor de la resurrecci�n de Cristo es �l mismo, pero no hay contradicci�n ninguna, porque una misma es la virtud, el ser y la operaci�n del Padre y del Hijo.

El Padre y yo somos una sola cosa (Jn. 10, 10).

-Jesucristo resucit� por su propia virtud.

Jes�s les respondi�: �Destruid este Santuario y en tres d�as lo levantar� (Jn. 2, 19).

Aclaraci�n. Alud�a al Santuario de su cuerpo.

Pero �l hablaba del Santuario de su cuerpo (Jn. 2, 21).

El Padre me ama porque doy mi vida, para recobrarla de nuevo (Jn. 10, 17).

Tengo poder para darla y poder para recobrarla de nuevo;... (Jn. 10, 18).

Aclaraci�n. Que Dios resucit� a Jesucristo y que Jesucristo se ha resucitado a s� mismo, no son dos afirmaciones contradictorias, porque en ambas, el principio radical de resurrecci�n son la divinidad del Padre y la del Hijo, que est�n identificadas en su esencia.

El Padre y yo somos una sola cosa (Jn. 10, 30).

31. Jesucristo. Resurrecci�n. Necesidad

-Para los hombres

-Para manifestaci�n de la justicia de Dios, confirmaci�n de nuestra fe, y ejemplo de nuestra resurrecci�n

-La resurrecci�n de Jesucristo fue necesaria y �til para los hombres.

a) -Necesaria.

-Para su ensalzamiento.

...y se humill� a s� mismo, obedeciendo hasta la muerte y muerte de cruz. Por lo cual Dios le exalt� y le otorg� el Nombre que est� sobre todo nombre (Fil. 2, 8-9).

-Para nuestra esperanza.

Bendito sea el Dios Padre...quien...mediante la Resurrecci�n de Jesucristo de entre los muertos, nos ha reengendrado a una esperanza viva, a una herencia incorruptible, inmaculada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros,... (1 Pe. 1, 3-5).

-Para reengendrarnos.

Bendito sea el Dios Padre...quien...mediante la Resurrecci�n de Jesucristo de entre los muertos, nos ha reengendrado a una esperanza viva,... (1 Pe. 1, 3).

-Para restituirnos los bienes perdidos.

...Jes�s Se�or nuestro, quien fue entregado por nuestros pecados, y fue resucitado para nuestra justificaci�n (Rom. 4, 25).

b) -�til.

-Fue causa de la resurrecci�n de nuestros cuerpos.

Porque, habiendo venido por un hombre la muerte, tambi�n por un hombre viene la resurrecci�n de los muertos (1 Cor. 15, 21).

-Har� que los cuerpos resucitados de los bienaventurados sean semejantes al suyo en el dote de la claridad.

...igual que Cristo fue resucitado de entre los muertos por medio de la gloria del Padre, as� tambi�n nosotros vivamos una vida nueva (Rom. 6, 4).

Pero nosotros somos ciudadanos del cielo, de donde esperamos como Salvador al Se�or Jesucristo, el cual transfigurar� este miserable cuerpo nuestro en un cuerpo glorioso como el suyo (Fil. 3, 21).

-La resurrecci�n de Cristo fue necesaria, para manifestaci�n de la justicia divina, para confirmar nuestra fe, para ejemplo de nuestra resurrecci�n espiritual.

a) -Para manifestaci�n de la justicia divina:

Yo te he glorificado en la tierra, llevando a cabo la obra que me encomendaste realizar. Ahora, Padre, glorif�came t�, junto a ti, con la gloria que ten�a a tu lado antes que el mundo fuese (Jn. 17, 4-5).

b) -Para confirmar nuestra fe en la divinidad de Cristo:

Y si no resucit� Cristo, vana es nuestra predicaci�n, vana tambi�n nuestra fe (1 Cor. 15, 14).

c) - Para ejemplo de nuestra resurrecci�n espiritual.

...al igual que Cristo fue resucitado de entre los muertos por medio de la gloria del Padre, as� tambi�n nosotros vivamos una vida nueva (Rom. 6, 4).

32. Jesucristo. Resurrecci�n. Testimonios

-De los evangelistas, de Cristo con sus apariciones, de los testigos oculares, de los Ap�stoles y de sus milagros realizados

-La verdad de la resurrecci�n de Cristo queda bien manifestada por el testimonio de los evangelistas, por las apariciones del mismo Cristo, por el testimonio de muchos testigos oculares, por la predicaci�n de los ap�stoles y por los milagros realizados por los mismos ap�stoles.

a) -Por el testimonio de los evangelistas.

El �ngel se dirigi� a las mujeres y les dijo: �Vosotras no tem�is, pues se que busc�is a Jes�s, el Crucificado; no est� aqu�, ha resucitado como lo hab�a dicho...� (Mt. 28, 5-6).

Entraron en el sepulcro y vieron a un joven sentado en el lado derecho, vestido con una t�nica blanca y se asustaron. Pero �l les dice: �No os asust�is. Busc�is a Jes�s de Nazaret, el Crucificado; ha resucitado, no est� aqu�...� (Mc. 16, 5).

...se presentaron ante ellas dos varones...y les dijeron: �Por qu� busc�is entre los muertos al que est� vivo? No est� aqu�, ha resucitado...� (Lc. 24, 4-6).

Entonces entr� tambi�n el otro disc�pulo, el que hab�a llegado antes al sepulcro, vio y crey�, pues hasta entonces no hab�an comprendido que seg�n la Escritura Jes�s deb�a resucitar de entre los muertos (Jn. 20, 8-9).

b) -Por las apariciones del mismo Cristo.

En esto, Jes�s les sali� al encuentro y les dijo: ��Dios os guarde!� Y ellas, acerc�ndose, se asieron a sus pies y le adoraron (Mt. 28, 9).

c) -Por el testimonio de muchos testigos oculares.

A este Jes�s Dios le resucit�; de los cual todos nosotros somos testigos (Hch. 2, 32).

...despu�s se apareci� a m�s de quinientos hermanos a la vez,... (1 Cor. 15, 6).

d) -Por la predicaci�n de los Ap�stoles.

Los ap�stoles daban testimonio con gran poder de la resurrecci�n del Se�or Jes�s (Hch. 4, 33).

e) -Por los milagros realizados por los mismos ap�stoles.

Viendo la valent�a con que hablaban Pedro y Juan, y sabiendo que eran hombres sin instrucci�n ni cultura, estaban maravillados. Reconoc�an, por una parte, que hab�an estado con Jes�s; y al mismo tiempo ve�an de pie, junto a ellos, al hombre que hab�a sido curado;... (Hch. 4, 13-14).

33. Jesucristo resucitado. Cualidades de su cuerpo

-Glorioso e �ntegro

-De la misma naturaleza que el mortal

-En un estado nuevo

-Asumi� una vida nueva e imperecedera

-El cuerpo de Cristo resucitado era verdadero, glorioso e �ntegro.

a) -Verdadero.

Mirad mis manos y mis pies; soy yo mismo. Palpadme y ved que un esp�ritu no tiene carne y huesos como veis que yo tengo (Lc. 24, 39).

Aclaraciones. El cuerpo resucitado de Cristo entr� en la habitaci�n donde estaban los ap�stoles, cerradas las puertas.

Estando las puertas cerradas se present� Jes�s en medio y dijo... (Jn. 20, 26).

El cuerpo resucitado de Cristo desapareci� del lado de los disc�pulos de Ema�s.

...pero �l desapareci� de su lado (Luc. 24, 31).

El cuerpo resucitado de Cristo se apareci� alguna vez en otra figura.

...se apareci�, bajo otra figura, a dos de ellos cuando iban de camino... (Mc. 16, 12).

�C�mo se explican estos tres fen�menos extraordinarios en un cuerpo verdadero?

Porque un cuerpo verdadero, est� sujeto a leyes distintas propias de los cuerpos resucitados.

...se siembra vileza, resucita gloria; se siembra debilidad, resucita fortaleza; se siembra un cuerpo natural, resucita un cuerpo espiritual (1 Cor. 15, 43-44).

b) -Glorioso.

As� tambi�n en la resurrecci�n de los muertos...se siembra vileza, resucita gloria... (1 Cor. 15, 43).

...Jesucristo el cual transfigurar� este miserable cuerpo nuestro en un cuerpo glorioso como el suyo... (Fil. 3, 21).

c) -Integro.

Pero no perecer� ni un caballo de vuestra cabeza (Lc. 21, 18).

En efecto, es necesario que este ser corruptible se revista de incorruptibilidad; y que este ser mortal se revista de inmortalidad (1 Cor. 15, 53).

Aclaraci�n. �Este ser� se entiende completo, �ntegro.

-El cuerpo de Jesucristo resucitado de la misma naturaleza que su cuerpo mortal.

Pero �l les dijo: �Por qu� os turb�is, y por qu� se suscitan dudas en vuestro coraz�n? Mirad mis manos y mis pies; soy yo mismo. Palpadme y ved que un esp�ritu no tiene carne y huesos como veis que yo tengo� (Lc. 24, 38-39).

Aclaraci�n. Para que haya una verdadera resurrecci�n se requiere que el mismo cuerpo que muri� se una la misma alma.

-El cuerpo del resucitado se mantiene en un estado nuevo que modifica su figura exterior y lo libra de las condiciones sensibles de este mundo.

Son deducciones de los siguientes textos:

a) -Modifica su figura exterior.

Despu�s de esto, se apareci� bajo otra figura, a dos de ellos cuando iban de camino a una aldea (Mc. 16, 12).

b) -Lo libra de las condiciones sensibles.

Al atardecer de aquel primer d�a de la semana, estando cerradas, por miedo a los jud�os, las puertas del lugar donde se encontraban los disc�pulos, se present� Jes�s en medio de ellos y les dijo: �La paz sea con vosotros� (Jn. 20, 19).

-Jesucristo resucitando asumi� una vida nueva e imperecedera.

...sabiendo que Cristo, una vez resucitado de entre los muertos, ya no muere m�s, y que su muerte no tiene ya se�or�o sobre �l (Rom. 6, 9).

34. Jesucristo. Resurrecci�n. Otras caracter�sticas

-Resucit� al tercer d�a

-Primicia de los resucitados

-Su cuerpo y su alma nunca ser�n separados del Verbo de Dios

-Su relaci�n con otros hechos

-Es como una investidura oficial de su se�or�o universal y c�smico

-Jesucristo resucit� al tercer d�a de morir en la cruz.

El �ngel se dirigi� a las mujeres y les dijo: Vosotras no tem�is, pues s� que busc�is a Jes�s el Crucificado; no est� aqu�, ha resucitado como lo hac�a dicho (Mt. 28, 5-6).

Pasado el s�bado, Mar�a Magdalena, Mar�a la de Santiago y Salom� compraron aromas para ir a embalsamarle. Y muy de madrugada, el primer d�a de la semana, a la salida del sol, llegan al sepulcro. Se dec�an unas a otras: ��Qui�n nos retirar� la piedra de la entrada del sepulcro?� Levantan la virada y ven que la piedra estaba retirada; y eso que era muy grande. Entraron en el sepulcro y vieron a un joven sentado en el lado derecho, vestido con una t�nica blanca, y se asustaron. Pero �l les dice: �No os asust�is. Busc�is a Jes�s de Nazaret, �l Crucificado; ha resucitado, no est� aqu� (Mc. 16, 1-6).

Recordad como os habl� cuando estaba todav�a en Galilea, diciendo: �Es necesario que el Hijo del hombre sea entregado en manos de los pecadores y sea crucificado y al tercer d�a resucito� (Luc. 24, 6-7).

-Jesucristo es la primicia y el primog�nito de los resucitados.

a) -La primicia.

Cristo resucit� de entre los muertos como primicias de los que durmieron (1 Cor. 15, 20).

Porque si creemos que Jes�s muri� y resucit�, de la misma manera Dios llevar� consigo a quienes murieron en Jes�s (1 Tes. 4, 14).

b) -El primog�nito.

�l es el principio, el Primog�nito de entre los muertos, para que sea �l el primero en todo, pues Dios tuvo a bien hacer residir en �l toda la Plenitud,... (Col. 1, 18-19).

-El cuerpo y el alma de Jesucristo no ser�n separados nunca del Verbo de Dios.

...vas a concebir en el seno y vas a dar a luz un hijo, a quien pondr�s por nombre Jes�s. �l ser� grande y ser� llamado Hijo del Alt�simo, y el Se�or Dios le dar� el trono de David, su Padre; reinar� sobre la casa de Jacob por lo siglos y su reino no tendr� fin (Lc. 1, 31-33).

Ayer como hoy, Jesucristo es el mismo, y lo ser� siempre (Her. 13, 8).

-La resurrecci�n de Jesucristo y sus apariciones tienen relaci�n perfecta con:

-La confirmaci�n del poder de perdonar pecados,

-La misi�n universal de los ap�stoles,

-La indefectibilidad de la Iglesia y con

-El abandono definitivo de las esperanzas temporales de Israel.

a) -Con el poder de perdonar.

Dicho esto, sopl� sobre ellos y les dijo:

�Recibid el Esp�ritu Santo.

A quienes perdon�is los pecados,

les quedan perdonados;

a quienes se los reteng�is,

les quedan retenidos� (Jn. 20, 22-23).

b) -Con la misi�n universal de los ap�stoles.

Jes�s...les habl� as�: �Me ha sido dado todo el poder en el cielo y en la tierra. Id, pues, y haced disc�pulos a todas las gentes bautiz�ndolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Esp�ritu Santo,... (Mt. 28, 18).

...Y les dijo: �...As� est� escrito que el Cristo padeciera y resucitara de entre los muertos al tercer d�a y se predicara en su nombre la conversi�n para perd�n de los pecados a todas las naciones,...� (Lc. 24, 46-47).

...recibir�is la fuerza del Esp�ritu Santo, que vendr� sobre vosotros, y ser�is mis testigos en Jerusal�n, en toda Judea y Samar�a, y hasta los confines de la tierra (Hch. 1, 8).

c) -Con la indefectibilidad de la Iglesia.

Jes�s se acerc� a ellos y les habl� as�: �...Y sabed que yo estoy con vosotros todos los d�as hasta el fin del mundo� (Mt. 28, 20).

d) -Con el abandono definitivo de las esperanzas de Israel.

Los que estaban reunidos le preguntaron: �Se�or, �es ahora cuando va a restablecer el Reino de Israel?� �l les contest�: �A vosotros no os toca conocer el tiempo y el momento que ha fijado el Padre con su autoridad,... (Hch. 1, 6-7).

-La resurrecci�n de Jesucristo es como una investidura oficial de su se�or�o universal y c�smico.

...resucit�ndole de entre los muertos y sent�ndole a su diestra en los cielos, por encima de todo Principado, Potestad, Virtud, Dominaci�n y de todo tiene nombre no s�lo en este mundo sino tambi�n en el venidero. Bajo sus pies someti� todas las cosas y le constituy� cabeza suprema de la Iglesia,... (Ef. 1, 20-22).

Por lo cual Dios le exalt� y le otorg� el Nombre que est� sobre todo nombre. Para que al nombre de Jes�s toda rodilla se doble en los cielos, en la tierra y en los abismos, y toda lengua confiese que Cristo Jes�s es SE�OR para gloria de Dios Padre (Fil. 2, 9-11).

�l es Imagen de Dios invisible, Primog�nito de toda la creaci�n, porque en �l fueron creadas todas las cosas, en los cielos y en la tierra, las visibles y las invisibles, los Tronos, las Dominaciones, los Principados, las Potestades: todo fue creado por �l y para �l,... (Col. 1, 15-16).

35. Jesucristo. Ascensi�n. Prefiguraci�n y profecias

-Prefigurada en el A. T.

-Prefigurada en el N. T.

-Profetizada en el A. T.

-Cristo profetiz� su ascensi�n

-La ascensi�n de Jesucristo a los cielos fue prefigurada en el Antiguo Testamento.

Nadie como el Dios de Yerus�n, que cabalga los cielos en tu auxilio, y las nubes en su majestad (Deut. 33, 26).

�l inclin� los cielo y baj�, un espeso nublado debajo de sus pies; cabalg� sobre un querube, emprendi� vuelo, sobre las alas de los vientos plane� (Sal. 18, 10-11).

Cantad a Yahv�h, salmodiad a su nombre, abrid paso al que cabalga las nubes,... (Sal. 68, 5).

T� has subido a la altura, conduciendo cautivos, has recibido hombres como tributo, oh Dios, y hasta a los rebeldes en tu mansi�n, Yahv�h (Sal. 68, 19).

�Cantad a Dios, reinos de la tierra,

salmodiad para el Se�or,

para el que cabalga los cielos, los antiguos cielos (Sal. 68, 3-34).

All� va Yahv�h cabalgando sobre nube ligera y entra en Egipto,... (Is. 19, 1).

Esto pas� cuando Yahv�h arrebat� a El�as en el torbellino al cielo (2 Reg. 2, 1).

Y Daniel se levant� se puso a comer, mientras el �ngel de Dios volv�a a llevar al instante a Hababuc a su lugar (Dan. 14, 39).

-La ascensi�n de Jesucristo a los cielos fue prefigurada en el Nuevo Testamento.

...el Esp�ritu del Se�or arrebat� a Felipe y ya no le vio m�s el eunuco... (Hch. 8, 39).

-La ascensi�n gloriosa de Jesucristo al cielo fue profetizada en el Antiguo Testamento.

Sube Dios entre aclamaciones,

Yahv�h al clangor de la trompeta:... (Sal. 47, 6).

T� has subido a la altura conduciendo cautivos, has recibido hombres como tributo, oh Dios, y hasta a los rebeldes en tu mansi�n, Yahv�h (Sal. 68, 19).

-La ascensi�n de Jesucristo al cielo fue profetizada por el mismo.

Y como Mois�s levant� la serpiente en el desierto, as� tiene que ser levantado el Hijo del Hombre, para que todo el que crea tenga por �l vida eterna (Jn. 3, 14-15).

Cuando yo sea levantado de la tierra, atraer� a todos hacia m� (Jn. 12, 32).

Les dijo, pues, Jes�s: �Cuando hay�is levantado al Hijo del Hombre, entonces sabr�is que Yo Soy,...� (Jn. 8, 28).

...Jes�s...declar�: ...�Hijos m�os, ya poco tiempo voy a estar con vosotros. Vosotros me buscar�is, y, lo mismo que les dije a los jud�os, os digo tambi�n ahora a vosotros. Adonde yo voy, vosotros no pod�is venir...� (Jn. 13, 33).

Le responde Jes�s: �...en la casa de mi Padre hay muchas mansiones; si no os lo habr�a dicho; porque voy a prepararos un lugar...� (Jn. 14, 2).

Pero yo os digo la verdad: �Os conviene que yo me vaya; porque sino me voy, no vendr� a vosotros al Par�clito; pero si me voy os lo enviar�;...� (Jn. 16, 7).

36. Jesucristo. Ascensi�n.

-Ascensi�n a los cielos

-Su reino no es de este mundo

-Jes�s ascendi� a los cielos.

Con esto, el Se�or Jes�s, despu�s de hablarles, fue elevado al cielo y se sent� a la diestra de Dios (Mc. 16, 19).

Y mientras los bendec�a, se separ� de ellos y fue llevado al cielo (Lc. 24, 51).

Y dicho esto, fue levantado en presencia de ellos y una nube le ocult� a su vista. Estando ellos mirando fijamente al cielo mientras se iba,... (Hch. 1, 9).

Y exaltado por la diestra de Dios, ha recibido del Padre el Esp�ritu Santo prometido... (Hch. 1, 33).

-Jesucristo ascendi� a los cielos porque su Reino no es de este mundo.

Respondi� Jes�s: �Mi Reino no es de este mundo...� (Jn. 18, 36).

37. Jesucristo. Ascensi�n. Conveniente y beneficiosa

-Fue conveniente

-Fue beneficiosa

-La Ascensi�n de Jesucristo al cielo fue conveniente.

Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me voy, no vendr� a vosotros el Par�clito; pero si me voy os lo enviar�;... (Jn. 16, 7).

-La Ascensi�n de Jesucristo al cielo fue beneficiosa para todos los hombres.

a) -De parte nuestra.

-Aumenta la fe acerca de las cosas no vistas.

D�cele Jes�s: �Has cre�do porque me has visto. Dichosos los que a�n no viendo creen� (Jn. 20, 29).

-Aumenta el deseo de los bienes celestiales y eternos.

...buscad las cosas de arriba, donde est� Cristo sentado a la diestra de Dios (Col. 3, 1-2).

b) -De parte de Cristo.

-Ascendi� a los cielos por nuestra salvaci�n.

...porque voy a prepararos un lugar. Y cuando haya ido y os haya preparado un lugar, volver� y os tomar� conmigo, para que donde est� yo est�is tambi�n vosotros (Jn. 14, 2-3).

-Para enviar el Esp�ritu Santo a los hombres.

Os conviene que yo me vaya; porque si no me voy, no vendr� a vosotros el Par�clito; pero si me voy, os lo enviar� (Jn. 16, 7).

-Para enviar los dones divinos a los hombres.

�ste que baj� es el mismo que subi� por encima de todos los cielos, para llenarlo todos (Ef. 4, 10).

Aclaraci�n. Ascendi� y tom� posesi�n de todo el universo como de la Plenitud de la que �l es la Cabeza.

...hace que todo tenga a Cristo por cabeza, lo que est� en los cielos y lo que est� en la tierra (Ef. 1, 10).

38. Jesucristo. Ascensi�n. Fines

-Para inaugurar nuestra ascensi�n, para interceder por nosotros ante el Padre, para llenarnos de su dones y para aumentar nuestra fe, esperanza y alegr�a en el amor

-La Ascensi�n de Cristo a los cielos fue necesaria para inaugurar nuestra ascensi�n, para interceder por nosotros ante el Padre y para llenarnos de su dones.

a) -Para inaugurar nuestra ascensi�n.

...porque voy a prepararos un lugar. Y cuando haya ido y os haya preparado un lugar, volver� y os tomar� conmigo, para que donde est� yo est�is tambi�n vosotros (Jn. 14, 3).

b) -Para interceder por nosotros en presencia del Padre.

Pues no penetr� Cristo en un santuario hecho por mano de hombre, sino en el mismo cielo para presentarse ahora ante el acatamiento de Dios en favor nuestro (Hbr. 9, 24).

c) -Para llenarnos a todos de sus dones.

Este que baj�, es el mismo que subi� por encima de todos los cielos, para llenarlo todo (Ef. 4, 10).

1� -El don del Esp�ritu Santo.

Os conviene que yo me vaya, porque si no me voy no vendr� a vosotros el Par�clito; pero si me voy, os lo enviar� (Jn. 16, 7).

2� -El don de la funci�n personal de cada uno para edificaci�n de su Cuerpo que es la Iglesia,

...subi� por encima de todos los cielos para llenarlo todo. �l mismo dio a unos el ser ap�stoles; a otros profetas; a otros evangelizadores; a otros pastores y maestros, para el recto ordenamiento de los santos en orden a las funciones del ministerio, para edificaci�n del cuerpo de Cristo... (Ef. 4, 11).

3� -Para aumentar nuestra fe.

Has cre�do porque me has visto. Dichosos los que a�n viendo creen (Jn. 20, 29).

Para levantar nuestra esperanza.

Aspirar a las cosas de arriba, no a las de la tierra (Col. 3, 2).

Para que vivamos con alegr�a colmada por el amor.

Pero ahora voy a ti y digo estas cosas en el mundo para que tengan en s� mismos mi alegr�a colmada (Jn. 17, 13).

39. Jesucristo. Entrada en el cielo

-Profetizada en el A. T.

-Los cautivos que le acompa�an profetizados en el N.T.

-Hizo su entrada triunfal acompa�ado de todas las almas liberadas del limbo

-La entrada gloriosa y triunfal de Jesucristo en el cielo profetizada en el Antiguo Testamento.

�Puertas, levantad vuestros dinteles,

alzaos, puertas eternas,

para que entre el rey de la gloria!

�Qui�n es ese rey de gloria?

Yahv�h, el fuerte, el valiente,

Yahv�h, valiente en la batalla.

�Puertas, levantad vuestros dinteles,

alzaos puertas eternas,

para que entre el rey de la gloria!

�Qui�n es ese rey de gloria?

Yahv�h de Sebaot,

�l es el rey de gloria (Sal. 24, 7-10).

-Los cautivos que acompa�aban a Jesucristo en su ascensi�n a los cielos fueron profetizados en el Antiguo Testamento.

Sube Dios entre aclamaciones,

Yahv�h al clangor de la trompeta:... (Sal. 47, 6).

T� has subido a la altura conduciendo cautivos, has recibido hombres como tributo, oh Dios, y hasta a los rebeldes en tu mansi�n, Yahv�h (Sal. 68, 19).

-Jesucristo hizo su entrada triunfal en el cielo acompa�ado de todas las almas que hab�a liberado del limbo.

S�lo hay una simple deducci�n en la Sagrada Escritura.

Sube Dios entre aclamaciones,

Yahv�h al clangor de la trompeta:... (Sal. 47, 6).

40. Jesucristo. Sentado a la derecha del Padre

-Despu�s de su ascensi�n se sent� a la derecha del Padre

-En el cielo est� sentado a la derecha del Padre

-�l pide su propia glorificaci�n

-Dios le exalt� sobre todas las categor�as c�smicas

-Jesucristo, despu�s de su ascensi�n a los cielos, se sent� a la derecha del Padre.

Con esto, el Se�or Jes�s, despu�s de hablarles, fue elevado al cielo y se sent� a la diestra de Dios (Mc. 16, 19).

Y exaltado por la diestra de Dios, ha recibido del Padre el Esp�ritu Santo prometido,... (Hch. 2, 33).

-Cristo en el cielo est� sentado a la derecha del Padre.

Significa que Cristo comparte con el Padre su majestad, su poder y su bienaventuranza.

Invitaci�n de Dios:

Or�culo de Yahv�h a mi Se�or: Si�ntate a mi diestra, hasta que yo haga de tus enemigos el estrado de sus pies (Sal. 109, 1).

Con esto el Se�or Jes�s, despu�s de hablarles, fue elevado al cielo y se sent� a la diestra de Dios (Mc. 16, 19).

...y mientras los bendec�a, se separ� de ellos y fue llevado al cielo (Lc. 24, 50).

...el que sostiene todo con su palabra poderosa, despu�s de llevar a cabo la purificaci�n de los pecados, se sent� a la derecha de la Majestad en las alturas (Hbr. 1, 3).

...Jesucristo que habiendo ido al cielo, est� a la diestra de Dios y le est�n sometidos los �ngeles, las Dominaciones y las Potestades (1 Pet. 3, 22).

Al vencedor le conceder� sentarse conmigo en mi trono, como yo tambi�n venc� y me sent� con mi Padre en su trono (Apoc. 3, 21).

-Jesucristo pide su propia glorificaci�n, no porque la busque sino porque su gloria y la del Padre son una misma cosa.

Cuando sali�, dice Jes�s: �Ahora ha sido glorificado el Hijo del hombre y Dios ha sido glorificado en �l, tambi�n Dios le glorificar� en s� mismo y le glorificar� pronto� (Jn. 13, 31-32).

-Dios exalt� a Jesucristo resucitado sobre todas las categor�as ang�licas y c�smicas.

a) -Sobre las categor�as ang�licas.

...resucit�ndole de entre los muertos y sent�ndole a su diestra en los cielos, por encima de todo Principado, Potestad, Virtud, Dominaci�n y de todo cuanto tiene nombre no s�lo en este mundo sino tambi�n en el venidero (Ef. 1, 20-21).

...el cual, siendo resplandor de su gloria e impronta de su esencia, y el que sostiene todo con su palabra poderosa, despu�s de llevar a cabo la purificaci�n de los pecados, se sent� a la diestra de la Majestad en las alturas, con una superioridad sobre los �ngeles tanto mayor cuanto m�s les supera en el nombre que ha heredado (Hebr. 1, 3-4).

...la Resurrecci�n de Jesucristo, que, habiendo ido al cielo, est� a la diestra de Dios, y le est�n sometidos los �ngeles, las Dominaciones y las Potestades (2 Per. 3, 22).

b) -Sobre las c�smicas.

Para que al nombre de Jes�s toda rodilla se doble en los cielos, en la tierra y en los abismos, y toda lengua confiese que Cristo Jes�s es Se�or para gloria de Dios Padre (Fil. 2, 10-11).

Aclaraci�n. Estas tres divisiones c�smicas abarcan todo el universo. Son cielos, tierra y abismos.

41. Jesucristo. Mediador

-Profetizada en el A. T.

-Constituido medianero

-Mediador de la Nueva alianza

-Ejerce el oficio entre Dios y los hombres

-La mediaci�n de Jesucristo entre Dios y los hombres est� profetizada en el Antiguo Testamento.

He aqu� que yo env�o a mi mensajero a allanar el camino delante de m�,... (Mal. 3, 1).

-Cristo como hombre es constituido perfecto mediador entre Dios y los hombres.

Mediador es una tercera persona que realiza la gesti�n de reconciliar a otras dos enemistadas entre s�.

Porque hay un s�lo Dios, y tambi�n un s�lo mediador entre Dios y los hombres, Cristo Jes�s, hombre tambi�n (1 Tim. 2 5).

M�s ahora ha obtenido �l un ministerio tanto mejor cuanto es Mediador de una mejor Alianza... (Hbr. 8, 6).

Por eso es mediador de una nueva Alianza, para que... (Hbr. 9, 15).

Vosotros os hab�is acercado...a Jes�s, mediador de una nueva Alianza... (Hbr. 12, 22-24).

-Jesucristo es mediador de la nueva Alianza.

Mas ahora ha obtenido �l un ministerio tanto mejor cuanto es Mediador de una mejor Alianza,... (Hbr. 8, 6).

Por eso es mediador de una nueva Alianza; para que, interviniendo su muerte para remisi�n de las transgresiones de la primera Alianza, los que han sido llamados reciban la herencia eterna prometida (Hbr. 9, 15).

-Jesucristo ejerce el oficio de mediador entre Dios y los hombres en el cielo.

Porque hay un s�lo Dios, y tambi�n un s�lo mediador entre Dios y los hombres, Cristo Jes�s, hombre tambi�n,... (1 Tim. 2, 5).

Mas ahora ha obtenido �l un ministerio tanto mejor cuanto es Mediador de una mejor Alianza, como funda en promesa mejores (Hebr. 8, 6).

42. Jesucristo Mediador. Fines

-Reparar los pecados de los hombres

-Establecer la reconciliaci�n

-Interceder por ellos y pagar su deuda al Padre

-Ofrecer oraciones en favor de los hombres

-La obra de Cristo como mediador consiste en reparar los pecados de los hombres.

a) -Preludios en el Antiguo Testamento.

Os rociar� con agua pura y quedar�is purificados; de todas vuestras manchas y de todos vuestros �dolos os purificar�. Os dar� un coraz�n nuevo infundir� en vosotros un esp�ritu nuevo, quitar� de vuestra carne al coraz�n de piedra y os dar� un coraz�n de carne. Infundir� mi esp�ritu en vosotros y har� que os conduzc�is seg�n mis preceptos (Ez. 36, 25-27).

Purificar� a los hijos de Lev� y los acrisolar� como el oro y la plata; y ser�n para Yahv�h los que presentan la oblaci�n en justicia (Mal. 3, 3).

b) -Manifestaci�n clara en el Nuevo Testamento.

El Hijo del hombre no ha venido a ser servido sino a servir y a dar su vida como rescate por muchos (Mt. 20, 28).

No he venido a llamar a conversi�n a justos sino a pecadores (Lc. 5, 32).

Pues el Hijo del hombre ha venido a buscar y salvar lo que estaba perdido (Lc. 19, 10).

El buen pastor da la vida por sus ovejas (Jn. 10, 11).

-Jesucristo como hombre es mediador entre Dios y los hombres para establecer la reconciliaci�n.

Porque hay un s�lo Dios, y tambi�n un s�lo mediador entre Dios y los hombres, Cristo-Jes�s, hombre tambi�n, que se entreg� a s� mismo como rescate por todos (1 Tim. 2, 5-6).

Mas ahora ha obtenido �l un ministerio tanto mejor, cuanto es Mediador de una mejor alianza,... (Hebr. 8, 6).

Por eso es mediador de una nueva alianza; para que interviniendo su muerte para remisi�n de las transgresiones de la primera Alianza, los que han sido llamados reciban la herencia eterna prometida (Hebr. 9, 15).

...y a Jes�s, mediador de una nueva alianza,... (Hebr. 12, 24).

-Jesucristo cumple su oficio de mediador manifestando su voluntad a los hombres, intercediendo por ellos y pagando su deuda al Padre.

a) -Manifestando su voluntad a los hombres:

Entonces �para qu� la ley? Fue a�adida en raz�n de las transgresiones hasta que llegase la descendencia, a quien iba destinada la promesa, ley que fue promulgada por los �ngeles y con la intervenci�n de un mediador (G�l. 3, 19).

b) -Intercediendo por ellos.

Jes�s dec�a: �Padre, perd�nales, porque no saben lo que hacen� (Lc. 23, 34).

c) -Pagando su deuda.

Cristo os recat� de la maldici�n de la ley, haci�ndose �l mismo maldici�n por nosotros, pues dice la Escritura: Maldito todo el que est� colgado de un madero,... (G�l. 3, 13).

Porque hay un s�lo Dios, y tambi�n un s�lo mediador entre Dios y los hombres, Cristo Jes�s, hombre tambi�n, que se entreg� a s� mismo, como rescate por todos (1 Tim. 2, 5-6).

...el mismo que, sobre el madero, llev� nuestros pecados en su cuerpo, a fin de que, muertos a nuestros pecados, vivi�ramos para la justicia; con cuyas heridas hab�is sido curados (1 Pe. 2, 24).

-Jesucristo como hombre est� continuamente ofreciendo a Dios en el cielo oraciones en favor de los hombres.

�Acaso Cristo Jes�s, el que muri�; m�s a�n el que resucit�, que est� a la diestra de Dios, y que intercede por nosotros? (Rom. 8, 24).

De ah� que pueda tambi�n salvar perfectamente a los que por �l se llegan a Dios, ya que est� siempre vivo para interceder en su favor (Hebr. 7, 25).

Pues no penetr� Cristo en un santuario hecho por mano de hombre, en una reproducci�n de verdadero, sino en el mismo cielo, para presentarse ahora ante el acatamiento de Dios en favor nuestro (Hebr. 9, 24).

43. Jesucristo Intercesor

-Sentado a la derecha de Dios para interceder por los hombres

-Intercede por nosotros

-Tiene el poder de salvar a todos los que se acerquen a Dios por medio de �l

-Ora al Padre por todos

-Sigue orando e intercediendo por todos hasta el fin de los tiempos

-Jesucristo est� sentado a la derecha de Dios para interceder por los hombres.

�Acaso Cristo Jes�s, el que muri�; m�s a�n el que resucit�, el que est� a la derecha de Dios, y que intercede por nosotros? (Rom. 8, 34).

...ya que est� siempre vivo para interceder en su favor (Hebr. 7, 25).

Pero si alguno peca, tenemos uno que abogue ante el Padre: a Jesucristo, el justo (1 Jn. 2, 1).

-Cristo intercede por nosotros sentado a la derecha de Dios en los cielos.

�Acaso Cristo Jes�s, el que muri�; m�s a�n el que resucit�, el que est� a la derecha de Dios, y que intercede por nosotros? (Rom. 8, 34).

De ah� que pueda tambi�n salvar perfectamente a los que por �l se llegan a Dios, ya que est� siempre vivo para interceder en su favor (Hbr. 7, 25).

Hijos m�os, os escribo esto para que no pequ�is. Pero si alguno peca, tenemos a uno que abogue ante el Padre: a Jesucristo el justo (1 Jn. 2, 1).

a) Presentando su humanidad a Dios en favor nuestro.

...penetr� Cristo en el mismo cielo para presentarse ahora ante el acatamiento de Dios en favor nuestro... (Hbr. 9, 24).

b) - Expresando su voluntad sant�sima en favor de los bienes que necesitamos para nuestra salvaci�n.

...y yo pedir� al Padre y os dar� otro Par�clito, para que est� con vosotros para siempre (Jn. 14, 16).

-Jesucristo tiene el poder de salvar hasta la consumaci�n de los siglos, a todos aquellos que se acerquen a Dios por medio de �l.

De ah� que pueda tambi�n salvar perfectamente a los que por �l se llegan a Dios, ya que est� siempre vivo para interceder en su favor (Hebr. 7, 25).

�l, poniendo su mano derecha sobre m�, dijo: �No temas, soy yo, el Primero y el Ultimo, el que vive; estuve muerto, pero ahora estoy vivo por los siglos de los siglos, y tengo las llaves de la Muerte y del Hades (Apoc. 1, 17-18).

-Jesucristo en cuanto hombre ora al Padre en los cielos por todos los hombres con oraci�n interpretativa y con oraci�n expresa.

a) -Con oraci�n interpretativa.

Pues no penetr� Cristo en un santuario hecho por mano de hombre, en una reproducci�n del verdadero, sino en el mismo cielo, para presentarse ahora el acatamiento de Dios en favor nuestro,... (Hebr. 9, 24).

Aclaraci�n. Mostrando al Padre su humanidad con sus cicatrices, m�ritos y satisfacciones, para moverlo a que nos conceda los bienes que necesitamos.

b) -Con oraci�n expresa.

...tenemos a uno que abogue ante el Padre: a Jesucristo, el justo (1 Jn. 2, 1).

Aclaraci�n. Intercede por nosotros presentando al Padre su humildad que asumi� y expres�ndole el deseo que tiene de nuestra salvaci�n. �l nada nuevo merece con su oraci�n, sino que pide al Padre nos aplique aquellos m�ritos que obtuvo durante su vida en la tierra.

-Jesucristo sigue orando e intercediendo por los hombres hasta el final de los tiempos.

�Qui�n acusar� a los elegidos de Dios? Dios es quien justifica. �Qui�n condenar�? �Acaso Cristo Jes�s, el que muri�; m�s a�n el que resucit�, el que est� a la diestra de Dios, y que intercede por nosotros? (Rom. 8, 34).

De ah� que pueda tambi�n salvar perfectamente a los que por �l se llegan a Dios, ya que est� siempre vivo para interceder en su favor (Hebr. 7, 25).

Hijos m�os, os escribo esto para que no pequ�is. Pero si alguno peca, tenemos a uno que abogue ante el Padre: a Jesucristo, el justo (1 Jn. 2, 1).

44. Jesucristo Due�o y Se�or

-La soberan�a divina de Jesucristo proclamada en el N.T.

-El Padre ha entregado todas las cosas creadas en poder del Hijo

-�l es el Se�or de todas las cosas

-�l, en cuanto hombre es el Se�or de todos los hombres

-De toda la historia

-Del S�bado

-Dios ha constituido a Jesucristo Se�or de toda la creaci�n

-El Se�or�o de Jesucristo sobre los hombres es para salvarlos

-La soberan�a divina de Jesucristo proclamada en el Nuevo Testamento.

Por eso os hago saber que nadie, hablando por influjo del Esp�ritu de Dios, puede decir: ��Anatema es Jes�s!�; y nadie puede decir: ��Jes�s es Se�or!� sino por influjo del Esp�ritu Santo (1 Cor. 12, 3).

Por lo cual Dios le exalt� y le otorg� al hombre. Para que al nombre de Jes�s toda rodilla se doble en los cielos, en la tierra y en los abismos, y toda lengua confiese que Cristo Jes�s es SE�OR para gloria de Dios Padre (Fil. 2, 9-11).

-El Padre ha entregado todas las cosas creadas en poder del Hijo.

Todo me ha sido entregado por mi Padre,... (Mt. 11, 27).

Todo me ha sido entregado por mi Padre,... (Lc. 10, 22).

-Jesucristo es el Se�or, el �nico, el �nico due�o y Se�or: de la gloria, de los se�ores, de vivos y muertos, de todas las cosas.

a) -El Se�or.

...nadie puede decir: ��Jes�s es Se�or!� sino por influjo del Esp�ritu Santo (1 Cor. 12, 13).

...y toda lengua confiese que Cristo Jes�s es Se�or para gloria del Padre (Fil. 2, 11).

Porque si confiesas con tu boca que Jes�s es Se�or y crees... (Rom. 10, 9).

b) -El �nico.

...un s�lo Se�or, Jesucristo, por quien son todas las cosas y por el cual somos nosotros (1 Cor. 8, 6).

c) -El �nico Due�o y Se�or.

Son imp�os...que niegan al �nico Due�o y Se�or nuestro Jesucristo (Jud. 4).

d) -El Se�or de la Gloria.

...pues de haberla conocido no hubieran crucificado al Se�or de la Gloria (1 Cor. 2, 8).

e) -El Se�or de los Se�ores.

Lleva escrito un nombre en su manto y en su muslo. Rey de Reyes y Se�or de Se�ores (Apoc. 19, 6).

f) -El Se�or de vivos y muertes.

Porque Cristo muri� y volvi� a la vida para eso, para ser Se�or de muertos y vivos (Rom. 14, 9).

g) -El Se�or de todas las cosas.

...por medio del Hijo a quien -Dios- instituy� heredero de todo,... (Hebr. 1, 2).

-Jesucristo en cuanto hombre es Se�or de todos los hombres.

Jes�s se acerc� a ellos y les habl� as�: �Me has sido dado todo poder en el cielo y en la tierra...� (Mt. 28, 18).

Porque Cristo muri� y volvi� a la vida para eso, para ser Se�or de muertos y vivos (Rom. 14, 9).

Para que al hombre de jes�s toda rodilla se doble en los cielos, en la tierra y en los abismos, y toda lengua confiese que Cristo Jes�s es SE�OR para gloria de Dios Padre (Fil. 2, 10-11).

-Jesucristo es due�o y se�or de toda la historia.

Sepa, pues, con toda certeza la casa de Israel que Dios ha constituido Se�or y Cristo a este Jes�s a quien vosotros hab�is crucificado (Hch. 2, 36).

Porque si confiesas con tu boca que Jes�s es Se�or y... (Rom. 10, 9).

...y nadie puede decir: �Jes�s es Se�or� sino por influjo del Esp�ritu Santo (1 Cor. 12, 3).

...y toda lengua confiese que Cristo Jes�s es SE�OR para gloria del Padre (Fil. 2, 11).

Pero uno de los Ancianos me dice: �No llores; ha triunfado el Le�n de la tribu de Jud�, el Reto�o de David; �l podr� abrir el libro y sus siete sellos� (Apoc. 5, 5).

-El Hijo del hombre -Jesucristo- es due�o del s�bado.

�...Porque se�or es del s�bado el Hijo del hombre� (Mt. 12, 8).

�...De suerte que el Hijo del hombre tambi�n es se�or del s�bado� (Mc. 2, 28).

Y les dijo: �Se�or es del s�bado el Hijo del hombre� (Lc. 6, 5).

-Dios ha constituido a Jesucristo Se�or de toda la creaci�n.

Sepa, pues, con certeza toda la casa de Israel que Dios ha constituidos Se�or y Cristo a este Jes�s a quien vosotros hab�is crucificado (Hch. 2, 36).

-El Se�or�o y el dominio que Jesucristo tiene sobre todos los hombres es con el fin de salvarlos.

Jes�s se acerc� a ellos y les habl� as�: �Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra. Id, pues, y haced disc�pulos a todas las gentes bautiz�ndolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Esp�ritu Santo, y ense��ndoles a guardar todo lo que yo os he mandado (Mt. 28, 18-20).

Yo les doy vida eterna y no perecer�n jam�s; nadie las arrebatar� de mi mano (Jn. 10, 28).

Cuando yo estaba con ellos, cuidaba en tu nombre a los que me hab�as dado. He velado por ellos y ninguno se ha perdido, salvo el hijo de la perdici�n,... (Jn. 17, 12).

45. Jesucristo Rey. Profec�as

-Profetizada en el A. T.

-Sus cualidades profetizadas en el A. T.

-Jesucristo como Rey, en cuanto hombre, fue profetizado en el Antiguo Testamento.

Ya tengo yo consagrado a mi rey

en Si�n mi monte santo (Sal. 2, 6).

�Exulta sin mesura, hija de Si�n,

lanza gritos de gozo, hija de Jerusal�n!

He aqu� que viene a ti tu rey:

justo �l y victorioso,

humilde y montado en un asno,

en un pollino, cr�a de asna (Zac. 9, 9).

-Las cualidades de Jesucristo como Rey fueron profetizadas en el Antiguo Testamento.

a) -Defensor de la verdad, piedad y justicia.

Ci�e tu espada a tu costado, oh bravo, en tu gloria y tu esplendor marcha, cabalga, por la causa de la verdad, de la piedad y de la justicia (Sal. 45, 4).

b) -Prudente, justo.

...reinar� un rey prudente, practicar� el derecho y la justicia en la tierra (Jer. 23, 5).

46. Jesucristo Rey. Elegido por el Padre

-Elegido por Dios Padre

-Constituido por Dios como Rey supremo

-Por la uni�n hipost�tica

-�l afirma que es Rey

-Por derecho nativo

-Por derecho de conquista, por ser cabeza de toda la Iglesia y por derecho de herencia

-De toda la Iglesia

-No fue Rey ni por herencia, elecci�n, ni por adquisici�n de los hombres.

-Jesucristo Rey fue elegido por Dios Padre en beneficio de los hombres.

Ya tengo yo consagrado a mi rey

en Si�n mi monte santo (Sal. 2, 6).

Eres hermoso, el m�s hermoso de los hijos de Ad�n, la gracia est� derramada en tus labios. Por esto Dios te bendijo para siempre (Sal. 45, 3).

Aquel d�a el germen de Yahv�h ser� magn�fico y glorioso, y el fruto de la tierra ser� la prez y ornato de los supervivientes de Israel (Is. 4, 2).

Mirad que d�as vienen -or�culo de Yahv�h- en que suscitare a David un Germen justo: reinar� un rey prudente, practicar� el derecho y la justicia en la tierra (Jer. 23, 5).

As� dice Yahv�h de Sebaot: He aqu� un hombre cuyo hombre es Germen: debajo de �l habr� germinaci�n (y �l edificar� el Templo de Yahv�h). �l edificar� el Templo de Yahv�h; �l llevar� las insignias reales, se sentar� y dominar� en su trono; ... (Zac. 6, 12-13).

-Dios constituy� a Cristo-Hombre como Rey Supremo de toda la humanidad.

Antiguo Testamento.

...de Jacob avanza una estrella, un cetro surge de Israel (N�m. 24, 17).

Voy a anunciar el decreto de Yahv�h. �l me ha dicho: �T� eres mi hijo; yo te he engendrado hoy. P�deme y te dar� en herencia las naciones, en propiedad los confines de la tierra (Sal. 2, 7-8).

tu trono, Oh Dios, para siempre jam�s; un cetro de equidad, el cetro de tu reino (Sal. 44, 7).

En sus d�as florecer� la justicia y dilatada paz hasta que no haya luna; dominar� de mar a mar, desde el R�o hasta los confines de la tierra (Sal. 71, 7-8).

Porque un ni�o nos ha nacido, un hijo se nos ha dado, el se�or�o reposar� sobre su hombro, y se llamar� �Admirable-Consejero�, �Siempre-Padre�, �Pr�ncipe de Paz�. Grande es su se�or�o y la paz no tendr� fin sobre el trono de David y sobre su Reino para restaurarlo y consolidarlo por la equidad y la justicia (Is. 9, 5-6).

Mirad que d�as vienen, -or�culo de Yahv�h- en que suscitar� a David un Germen justo, reinar� un rey prudente, practicar� el derecho y la justicia en la tierra (Jer. 23, 5).

En tiempo de estos reyes, el Dios del cielo har� surgir un reino que jam�s ser� destruido (Dan. 2, 44).

He aqu� que en las nubes del cielo ven�a como Hijo de hombre. Se dirigi� hacia el Anciano y fue llevado a su presencia. A �l se le dio imperio, honor y reino, y todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieron. Su imperio es un imperio eterno, que nunca pasar�, y su reino no ser� destruido jam�s (Dan. 7, 13-14).

�Exulta sin mesura, hija de Si�n, lanza gritos de gozo hija de Jerusal�n! He aqu� que viene a ti tu rey, justo �l y victorioso, humilde y montado en un asno, en un pollino cr�a de asna (Zac. 9, 9).

Nuevo Testamento.

Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria acompa�ado de todos sus �ngeles, se sentar� en el trono de su gloria (Mt. 25, 31).

Entonces dir� el Rey a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, recibid la herencia del Reino preparado para vosotros... (Mt. 25, 34).

�Cu�ndo te vimos enfermo o en la c�rcel y fuimos a verte? Y el Rey les dir�: En verdad os digo que cuanto hicisteis a uno de estos hermanos m�os m�s peque�os, a m� lo hicisteis (Mt. 25, 40).

Jes�s se acerc� a ellos y les habl� as�: Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra (Mt. 28, 18).

...vas a dar a luz un Hijo, a quien pondr�s por nombre Jes�s. �l ser� grande y ser� llamado Hijo del Alt�simo, y el Se�or Dios le dar� el trono de David, su padre, reinar� por la casa de Jacob por los siglos y su reino no tendr� fin (Lc. 1, 31-33).

Entonces Pilato le dijo: �Luego t� eres Rey? Respondi� Jes�s. Si, como dices, soy Rey (Jn. 18, 37).

Porque debe de reinar hasta que ponga a todos sus enemigos bajo sus pies (1 Cor. 15, 25).

...en estos �ltimos tiempos nos ha hablado por medio del Hijo a quien instituy� heredero de todo (Hbr. 1, 2).

...Jesucristo, el pr�ncipe de los reyes de la tierra (Apoc. 1, 5).

Lleva escrito un nombre en su manto y en su muslo: Rey de Reyes y Se�or de Se�ores (Apoc. 19, 16).

-Jesucristo fue constituido Rey de todo el universo, por la uni�n hipost�tica.

...�l existe con anterioridad a todo, y todo tiene en �l su consistencia. �l es tambi�n las Cabeza del Cuerpo, de la Iglesia. �l es el Principio, el Primog�nito de entre los muertos, para que sea �l el primero en todo, pues Dios tuvo a bien hacer residir en �l toda la Plenitud, y reconciliar por �l y para �l todas las cosas, pacificando, mediante la sangre de su cruz, lo que hay en la tierra y en los cielos (Col. 1, 17-20).

Aclaraci�n. Cristo como Dios existe antes que todas las cosas, es la Cabeza de la Iglesia, y como hombre pac�fica cuanto hay en los cielos y en la tierra con su sangre, gracias a la uni�n hipost�tica.

-Jesucristo afirma que es el Rey.

Jes�s compareci� ante el procurador, y el procurador le pregunt�: ��Eres t� el Rey de los jud�os?� Respondi� Jes�s: �S�, t� lo dices� (Mt. 27, 11).

Pilato le pregunt�: ��Eres t� el Rey de los jud�os?� �l le respondi�: �S�, t� lo dices� (Mt. 15, 2).

Pilato le pregunt�: ��Eres t� el Rey de los jud�os?� �l le respondi�: �S�, t� lo dices� (Lc. 23, 3).

Entonces Pilato le dijo: ��Luego t� eres Rey?� Respondi� Jes�s: �S�, como dices, soy Rey...� (Jn. 18, 37).

-Cristo como hombre es asimismo Rey por derecho nativo.

...todo fue creado por �l y para �l... (Col. 1, 16).

�l es el principio, el Primog�nito de entre los muertos, para que sea �l el primero en todo, pues Dios tuvo a bien hacer residir en �l toda la plenitud... (Col. 1, 18-19).

-Cristo como hombre es tambi�n Rey de todos los hombres por derecho de conquista, por ser cabeza de la Iglesia, y por derecho de herencia.

a) -Por derecho de conquista.

�Hab�is sido bien comprados! (1 Cor. 6, 20).

...hab�is sido rescatados de la conducta necia heredada de nuestros padres, no con algo caduco, oro o plata, sino con una sangre preciosa, como de cordero sin tacha ni mancilla, Cristo (1 Pet. 1, 18-19).

b) -Por ser cabeza de la Iglesia.

Apenas inferior a un Dios le hiciste, coron�ndole de gloria y de esplendor; le hiciste se�or de las obras de tus manos, todo fue puesto por ti bajo sus pies (Sal. 8, 6-7).

c) -Por derecho de herencia.

...nos ha hablado por medio de su Hijo a quien instituy� heredero de todo... (Hebr. 1, 2).

-Jesucristo en cuanto hombre es Rey de toda la Iglesia.

Profec�a del Arc�ngel Gabriel a la Virgen Mar�a.

�l ser� grande y ser� llamado Hijo del Alt�simo, y el Se�or Dios le dar� el trono de David, su Padre; reinar� sobre la casa de Jacob por los siglos y su reino no tendr� fin (Lc. 1, 32-33).

-Jesucristo no fue Rey ni por heredad, ni por elecci�n ni por adjudicaci�n de los hombres.

a) -No fue por heredad, pues aunque descendi� de familia real, no descendi� de la l�nea de Salom�n a la cual se adher�a la sucesi�n hereditaria al trono, sino de la l�nea de Nat�n.

Ten�a Jes�s, al comenzar, unos treinta a�os y era seg�n se cre�a hijo de Jos�, hijo de Hel�,...hijo de Nat�n, hijo de David (Lc. 3, 23-31).

b) -No fue por elecci�n, pues cuando las turbas pretendieron hacerle Rey, �l huy�.

D�ndose cuenta Jes�s de que intentaban venir a tomarle por la fuerza para hacerle rey, huy� de nuevo al monte �l s�lo (Jn. 6, 15).

c) -No fue por adquisici�n, sino en cuanto �sta se fundamentaba en la uni�n hipost�tica.

...la Iglesia de Dios, que �l adquiri� con su propia sangre (Hch. 20, 28).

Aclaraci�n, El valor de la redenci�n deriva de la uni�n hipost�tica.

47. Jesucristo Rey. Su Reino

-Anunci� la llegada de su Reino

-Afirm� la llegada

-Cumpli� la promesa de un Reino eterno

-La extensi�n de su Reino profetizada en el A. T.

-Es Rey de toda la tierra

-Tiene dominio directo sobre todos los reinos del mundo

-Destruye el imperio de Sat�n e inaugura el Reino mesi�nico

-No ejerce directamente su poder administrativo sobre las cosas temporales

-Ejerce su poder sobre las cosas espirituales

-Jesucristo anunci� que hab�a llegado su Reino anunciado por los Profetas.

Por aquellos d�as aparece Juan el Bautista, proclamando en el desierto de Judea: �Convert�os, porque el Reino de los cielos est� cerca� (Mt. 3, 2).

Por eso os digo: �...Buscad primero su Reino y su justicia, y todas esas cosas se os dar�n por a�adidura...� (Mt. 6, 33).

-Jesucristo afirma la llegada del Reino mesi�nico.

Id proclamado que el Reino de los Cielos est� cerca (Mt. 10, 7).

Por aquellos d�as aparece Juan el Bautista, proclamando en el desierto de Judea: �Convert�os, porque el Reino de los Cielos est� cerca� (Mt. 3, 2).

Convocando a los doce...los env�os a proclamar el Reino de Dios... (Lc. 9, 1-2).

Y les dijo (a los setenta y dos): �...En la ciudad en que entr�is y os reciban, comed lo que os pongan; curad los enfermos que haya en ella, y decidles: �El Reino de Dios est� cerca de vosotros...� (Lc. 10, 8-9).

-Jesucristo cumpli� la promesa de un Reino Eterno.

�l ser� grande y ser� llamado Hijo del Alt�simo, y el Se�or Dios le dar� el trono de David, su padre, reinar� sobre la casa de Jacob por los siglos y su reino no tendr� fin� (Lc. 1, 32-33).

-La extensi�n del Reino de Jesucristo por todas las naciones de la tierra esta profetizada en el Antiguo Testamento.

P�deme, y te dar� en herencia las naciones, propiedades los confines de la tierra (Sal. 2, 8).

Te voy a poner por luz de las gentes, para que mi salvaci�n alcance hasta los confines de la tierra (Is. 49, 6).

-Jesucristo como hombre fue verdaderamente Rey de toda la tierra, lo mismo de las cosas temporales que espirituales, y tiene dominio directo sobre todas las criaturas.

...le hiciste se�or de las obras de tus manos, todo fue puesto por ti bajo sus pies (Sal. 8, 7).

Jes�s se acerc� a ellos y les habl� as�: �Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra (Mt. 28, 18).

Y dec�an: ��Aleluya! Porque ha establecido su reinado el Se�or, nuestro Dios Todopoderoso (Apoc. 19, 6).

-Jesucristo Rey, en cuanto hombre, tuvo dominio directo todos los reinos del mundo y sobre todas las cosas creadas.

a) -Tuvo dominio �en acto primo� que es la misma potestad considerada en s� misma, pero no �en acto segundo� que es el ejercicio de la misma potestad.

-Sobre todos el reinos del mundo.

Jes�s se acerc� a ellos y les habl� as�: �me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra...� (Mt. 28, 18).

...Jesucristo que es el Se�or de todos (Hch. 10, 36).

...el Pr�ncipe de los reyes de la tierra (Apoc. 1, 5).

Rey de Reyes y Se�or de Se�ores (Apoc. 19, 16).

-Sobre todas las cosas creadas.

...le hiciste se�or de las obras de tus manos,

todo fue puesto por ti bajo sus pies:

ovejas y bueyes, todos juntos,

y a�n las bestias salvajes,

y las aves del cielo, y los peces del mar,

que surcan las sendas de las aguas (Sal. 8, 7-9).

Porque ha sometido todas las cosas bajo sus pies (1 Cor. 15, 27).

b) -No tuvo dominio �en acto segundo�, es decir, no ejercit� la misma potestad en ning�n reino del mundo.

Respondi� Jes�s: �Mi Reino no es de este mundo� (Jn. 18, 36).

Aclaraci�n. No se encuentra en la Sagrada Escritura que Cristo ejercitar� su jurisdicci�n o dominio sobre los reinos de este mundo, sino que asegur� todo lo contrario a Pilatos.

-Jesucristo destruye el imperio de Sat�n con su poder sobre los demonios, e inaugura el Reino mesi�nico.

Pero si por el Esp�ritu de Dios expuls� yo los demonios, es que ha llegado a vosotros el Reino de Dios (Mt. 12, 28).

Regresaron los setenta y dos alegres, diciendo: �Se�or, hasta los demonios se nos someten en tu nombre� (Lc. 10, 17).

�l les dijo: �Yo ve�a a Satan�s caer del cielo como un rayo. Os he dado el poder de pisar sobre serpientes y escorpiones y sobre toda potencia enemiga, y nada os podr� hacer da�o; pero no es alegr�is de que los esp�ritus se os sometan; alegraos de que vuestros nombres est�n escritos en los cielos� (Lc. 10, 18-20).

-Jesucristo no ejerce directamente su poder administrativo de Rey sobre las cosas temporales.

Uno de la gente le dijo: �Maestro, di a mi hermano que reparta la herencia conmigo.� �l le respondi�: ��Hombre! �qui�n me ha constituido juez o repartidor entre vosotros?� (Lc. 12, 13).

Respondi� Jes�s: �Mi reino no es de este mundo. Si mi Reino fuese de este mundo, mi gente habr�a combatido para que yo no fuese entregado a los jud�os, pero mi Reino no es de aqu� (Jn. 18, 36).

Aclaraci�n. Aunque Dios constituy� a Cristo como hombre Rey, sin embargo no quiso administrar las cosas temporales, mientras vivi� en la tierra.

-Jesucristo ejerce su poder de Rey sobre las cosas espirituales.

Mirad que d�as Yahv�h -or�culo de Yahv�h- en que suscitar� a David un Germen justo: reinar� un rey prudente, practicar� el derecho y la justicia en la tierra (Jer. 23, 5).

�l ser� grande y ser� llamado Hijo del Alt�simo, y el Se�or Dios le dar� el trono de David, su Padre; reinar� sobre la casa de Jacob por los siglos y su reino no tendr� fin (Lc. 1, 32-33).

Aclaraci�n. Cuando se habla de que cristo reinar� eternamente, se entiende de un reino espiritual.

48. Jesucristo Rey. Las caracter�sticas de su Reino

-No pretendi� que fuese material ni terreno

-Es espiritual, eterno, universal

-Nadie lo destruir�

-Jesucristo no pretendi� establecer un Reino que fuese material y terreno.

Es doctrina deducida de los siguientes vers�culos:

Jes�s les dijo: �...El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna, y yo le resucitar� el �ltimo d�a (Jn. 6, 54).

Respondi� Jes�s: �Mi Reino no es de este mundo� (Jn. 18, 36).

-El Reino de Cristo es: espiritual, eterno, universal, de verdad, de vida, de santidad, de gracia, de justicia, de amor y de paz.

a) -Espiritual.

Respondi� Jes�s a Pilato:

�Mi Reino no es de este mundo� (Jn. 18, 36).

b) -Eterno.

...reinar� sobre la casa de Jacob por los siglos y su reino no tendr� fin (Lc. 1, 33).

c) -Universal.

Jes�s se acerc� a ellos y les habl� as�: �Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra� (Mt. 28, 18).

d) -De Verdad.

Le dice Jes�s:

�Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida� (Jn. 14, 6).

Respondi� Jes�s:

�Para esto he nacido yo y para esto he venido al mundo, para dar testimonio de la verdad. Todo el que es de la verdad, escucha mi voz (Jn. 18, 37).

e) -De Vida.

Entonces Jes�s dijo:

�Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia� (Jn. 10, 10).

Le dice Jes�s:

�Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida� (Jn. 14, 6).

f) - De Santidad.

Porque en �l reside toda la Plenitud de la Divinidad corporalmente, y vosotros alcanz�is la plenitud en �l,... (Col. 2, 9-10).

g) -De Gracia.

...como Hijo �nico lleno de gracia y de verdad (Jn. 1, 14).

Pues de su Plenitud hemos recibido todos, y gracia por gracia (Jn. 1, 16).

h) -De Justicia.

...Dios, el cual dar� a cada cual seg�n sus obras (Rom. 2, 6).

i) -De Amor.

Como el Padre me am�, yo tambi�n os he amado a vosotros; permaneced en mi amor (Jn. 15, 9).

Nadie tiene mayor amor que el que da la vida por sus amigos (Jn. 15, 13).

j) -De Paz.

Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz a los hombres (Lc. 2, 14).

Pr�ncipe de paz (Is. 9, 6).

-El Reino de Jesucristo no tendr� fin.

Y yo a mi vez te digo que t� eres Pedro, y sobre esta piedra edificar� mi Iglesia, y las puertas del Hades no prevalecer�n contra ella (Mt. 16, 18).

49. Jesucristo Rey. Su potestad

-La potestad legislativa, judicial y ejecutiva como el hombre, fue profetizada en el A. T.

-Ejerce su triple potestad

-La judicial la ejerce tambi�n sobre los �ngeles

-Es origen de toda potestad civil

-La potestad legislativa, judicial y ejecutiva de Jesucristo, como hombre, fue profetizada en el Antiguo Testamento.

a) -La potestad legislativa.

Pues de Si�n saldr� la Ley.

y de Jerusal�n la palabra de Yahv�h (Id. 2, 3).

b) -La potestad judicial.

Juzgar� entre las gentes,

ser� �rbitro de pueblos numerosas (Is. 2, 4).

c) - La potestad ejecutiva.

Grande es su se�or�o y la paz no tendr� fin sobre el trono de David y sobre su reino, para restaurarlo y consolidarlo por la equidad y la justicia (Is. 9, 6).

-Cristo como hombre, constituido Rey, ejerce su triple potestad, legislativa, ejecutiva y judicial.

a) -Legislativa. Promulg� la Ley evang�lica.

...ense��ndoles a guardar todo lo que yo os he mandado (Mt. 28, 20).

En esto sabemos que le conocemos, en que guardamos sus mandamiento (Jn. 2, 3).

Os doy un mandamiento nuevo, que os am�is los unos a los otros (Jn. 13, 34).

Si me am�is, guardar�is mis mandamientos (Jn. 14, 15).

...no estando yo sin Ley de Dios sino bajo la Ley de Cristo (1 Cor. 9, 21).

b) -Ejecutiva. Rige los destinados de los hombres para que triunfen los planes del reinado de su amor sobre todos ellos.

...y tengo las llaves de la muerte y del Hades (Apoc. 1, 18).

c) -Judicial. Con potestad recibida del Padre.

Porque el Padre no juzga a nadie, sino que todo juicio lo ha entregado al Hijo (Jn. 5,22).

...y le ha dado poder para juzgar... (Jn. 5, 27).

Constituido juez de vivos y muertos.

Y nos mand� que predicasemos al pueblo, y de que di�semos testimonio de que �l est� constituido por Dios juez de vivos y muertos (Hch. 10, 42).

...porque ha fijado el d�a en el que va a juzgar al mundo seg�n justicia... (Hch. 17, 31).

...cuando Cristo Jes�s se revele desde el cielo con sus poderosos �ngeles, en medio de una llama de fuego, y tome venganza de los que no conocen a Dios y de los que no obedecen el Evangelio... (2 Thes. 1, 7-8).

...Cristo Jes�s que ha de venir a juzgar a vivos y muertos... (2 Tim. 4, 1).

-Cristo como hombre, constituido Rey, ejerce tambi�n su potestad judicial sobre los �ngeles, por raz�n de su ministerio sobre los hombre y por la sanci�n que por el mismo han de recibir.

a) -Potestad judicial sobre los �ngeles.

�No sab�is que hemos de juzgar a los �ngeles? (1 Cor. 6, 3).

Aclaraci�n. Si los santos juzgar�n a los �ngeles con la autoridad de Cristo, es evidente que Cristo tiene potestad judicial sobre aquellos. (los �ngeles).

b) -Por el ministerio que ejercen sobre los hombres.

Y he aqu� que se le acercaron unos �ngeles y le serv�an. (a Cristo-hombre) (Mt. 4, 11).

Suplic�banle, pues, los demonios (de estos dos endemoniados): �Si nos echas, env�anos a esa piara de puercos� (Mt. 8, 31).

c) -Por la sanci�n que han de recibir.

Hab�a entonces en su sinagoga un hombre pose�do por un esp�ritu inmundo que se puso a gritar: �Qu� tienes t� con nosotros, Jes�s de Nazaret? �Has venido a destruirnos? S� qui�n eres t�: el Santo de Dios. Jes�s entonces le conmin�: �C�llate y sal de �l�. El esp�ritu inmundo agit� violentamente al hombre y sali� de �l, dando un grito.

-La potestad de Jesucristo como Rey es fuente y origen de toda potestad civil.

Por m� los reyes reinan

y los magistrados administran la justicia.

Por m� los pr�ncipes gobiernan

y los magnates juzgan toda la tierra (Prov. 8, 15-16).

50. Jesucristo. Modos de presencia entre los hombres

-Presencia actual de Cristo entre los hombres

-La caridad con el pr�jimo es como hecha con el mismo Cristo

-Las obras malas en perjuicio del pr�jimo es como hecha en perjuicio del mismo Cristo

-Despu�s de la ascensi�n de Jesucristo a los cielos, �l sigue permaneciendo entre los hombres con otros modos nuevos de presencia m�s eficacias y duraderos.

a) -Presencia por el amor.

Jes�s le respondi�: �Si alguno me ama, guardar� mi Palabra, y mi Padre le amar�, y vendremos a �l, y haremos morada en �l (Jn. 14, 23).

Mira que estoy a la puerta, entrar� en su casa y cenar� con �l y �l conmigo (Apoc. 3, 20).

Aclaraci�n. Se refiere a la intimidad con Jes�s, que preludia el banquete mesi�nico.

b) -Presencia comunitaria.

Porque donde est�n dos o tres reunidos en mi nombre, all� estoy en medio de ellos (Mt. 18, 20).

c) -Presencia asistencial.

Y sabed que yo estoy con vosotros todos los d�as hasta el fin del mundo (Mt. 28, 20).

Aquel d�a comprender�is que yo estoy en mi Padre y vosotros en m� y yo en vosotros (Jn. 14, 20).

Hab�is o�do que os he dicho: �Me voy y volver� a vosotros� (Jn. 14, 28).

d) -Presencia en los pr�jimos.

Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; era forastero, y me acogisteis; estaba desnudo, y me vestisteis; en la c�rcel, y vinisteis a verme (Mt. 25, 35-36).

Y el Rey les dir�: �En verdad os digo que cuanto hicisteis a uno de �stos hermanos m�os m�s peque�os, a m� me lo hicisteis� (Mt. 25, 40).

Yo soy la vid; vosotros los sarmientos. El que permanece en m� como yo en �l, ese da mucho fruto;... (Jn. 15, 5).

Yo les he dado la gloria que t� me diste, para que sean uno como nosotros somos uno: yo en ellos y t� en m�, para que sean perfectamente uno,... (Jn. 17, 22-23).

Pues del mismo modo que el cuerpo es uno, aunque tiene muchos miembros, y todos los miembros del cuerpo, no obstante su pluralidad, no forman m�s que un s�lo cuerpo, as� tambi�n Cristo (1 Cor. 12, 12).

Ahora bien, vosotros sois el cuerpo de Cristo, y sus miembros cada uno por su parte (1 Cor. 12, 27).

Porque nadie aborreci� jam�s su propia carne; antes bien, la alimenta y la cuida con cari�o, lo mismo que Cristo a la Iglesia, pues somos miembros de su Cuerpo (Ef. 5, 29-30).

e) -Presencia en la Eucarist�a.

...el Se�or Jes�s, la noche en que fue entregado, tom� pan, y despu�s de dar gracias, lo parti� y dijo: �Este es mi cuerpo que se da por vosotros; haced esto recuerdo m�o.� Asimismo tambi�n el c�liz despu�s de cenar diciendo: �Este c�liz es la Nueva Alianza en mi sangre. Cuantas veces lo bebiereis, hacedlo en recuerdo m�o� (1 Cor. 11, 23-25).

f) -Presencia operativa.

Yo soy la vid, vosotros los sarmientos. El que permanece en m� como yo en �l, ese da mucho fruto; porque separados de m� no pod�is hacer nada (Jn. 15, 5).

g) -Presencia por la gracia.

Yo soy la vid; vosotros los sarmientos (Jn. 15, 5).

Aclaraci�n. Esta presencia se consuma en el mismo individuo para santificarlo, perfeccionarlo, comunicarle sus dones y enriquecerlo espiritualmente.

h) -Presencia por la inhabitaci�n.

Jes�s le respondi�: �Si alguno me ama, guardar� mi Palabra, y mi Padre le amar�, y vendremos a �l, y haremos morada en �l (Jn. 14, 23).

-Las obras de caridad hechas por nuestros hermanos en nombre de Cristo, son como hechas por el mismo Cristo.

Quien a vosotros recibe, a m� me recibe,... (Mt. 10, 40).

Y el que reciba a un ni�o como �ste en mi nombre, a m� me recibe (Mt. 18, 5).

Y el Rey les dir�: �en verdad os digo que cuanto hicisteis a uno de estos hermanos m�os m�s peque�os, a m� me lo hicisteis� (Mt. 25, 40).

...y (Jes�s) les dijo: �El que reciba a un ni�o como �ste en mi nombre, a m� me recibe; y el que me reciba, no recibe a m� sino al que me envi� (Mc. 9, 37).

...y (Jes�s) les dijo: �El que reciba a este ni�o en mi nombre, a m� me recibe;...� (Lc. 9, 48).

Y les dijo: �...El que os escucha a vosotros, a mi me escucha; y el que os rechaza, a m� me rechaza;...� (Lc. 10, 16).

-Las obras malas hechas en perjuicio del pr�jimo son como hechas en perjuicio del mismo Cristo.

Y entonces (Jes�s) les responder�: �En verdad os digo que cuanto dejasteis de hacer con uno de estos m�s peque�os, tambi�n conmigo dejasteis de hacerlo� (Mt. 25, 45).

Y les dijo: ...�El que os escucha a vosotros, a m� me escucha; y el que os rechaza, a m� me rechaza;...� (Lc. 10, 16).

...(Saulo) cay� en tierra y oy� una voz que le dec�a: �Sa�l, Sa�l, por qu� me persigues?� �l respondi�: ��Qui�n eres, Se�or?� Y �l: �Yo soy Jes�s, a quien t� persigues (Hch. 9, 5).

51. Jesucristo. Su Misterio

-Toda la divinidad reside en Jesucristo

-�l es la imagen de Dios Padre

-�l es la vida y el origen de la vida

-�l posee los tesoros de la vida eterna

-�l es la Luz del Mundo

-Determina �ab aeterno� que su misterio sea revelado a los hombres en el N. T.

-Toda la plenitud de la divinidad reside en Jesucristo.

...pues Dios tuvo a bien hacer residir en �l toda la plenitud,... (Col. 1, 19).

Porque en �l reside toda la Plenitud de la Divinidad... (Col. 2, 9).

-Jesucristo es Imagen de Dios Padre.

...la gloria de Cristo que es imagen de Dios (2 Cor. 4, 4).

�l es la Imagen de Dios invisible... (Col. 1, 15).

-Jesucristo es la vida y en el est� el origen de la vida.

a) -Es la vida.

En ella -en la Palabra, en el Verbo de Dios- estaba la vida... (Jn. 1, 4).

Porque, como el Padre tiene vida en s� mismo, as� tambi�n le ha dado al Hijo el tener vida en s� mismo,... (Jn. 5, 26).

Jes�s le respondi�: �Yo soy la resurrecci�n y la vida...� (Jn. 11, 25).

Quien tiene al Hijo, tiene la vida; quien no tiene al Hijo, no tiene la vida (1 Jn. 5, 12).

...Jesucristo. Este es el Dios verdadero y la vida eterna (1 Jn. 5, 20).

b) -�l es el origen de la vida.

Yo les doy vida eterna... (Jn. 10, 28).

...-pues la Vida se manifest�, y nosotros la hemos visto y os anunciamos la vida eterna, que estaba con el Padre y que se nos manifest�-... (1 Jn. 1, 2).

Dios nos ha dado vida eterna y esta vida est� en su Hijo (1 Jn. 5, 11).

-Solamente Jesucristo posee los tesoros de la vida eterna y, por tanto, nadie puede hablar con la sabidur�a y con la autoridad de �l.

Le respondi� Sim�n Pedro: �Se�or,...T� tienes palabras de vida eterna, y nosotros creemos y sabemos que t� eres el Santo de Dios� (Jn. 6, 68).

-Jesucristo es luz del mundo.

En ella -en Palabra, en el Verbo de Dios- estaba la vida (Jn. 1, 4).

...la vida era la luz de los hombres (Jn. 8, 12).

Pues todo lo que queda manifiesto es luz. Por eso dice: Despierta t� que duermes, y lev�ntate de entre los muertos, y te iluminar� Cristo (Ef. 5, 14).

...Cristo Jes�s, quien ha destruido la muerte y ha hecho irradiar luz de vida y de inmortalidad por medio del Evangelio,... (2 Tim. 1, 10).

...-pues la vida se manifest�, y nosotros la hemos visto y damos testimonio y os anunciamos la vida eterna,... (1 Jn. 1, 2).

Aclaraci�n. La manifestaci�n tan luminosa de la vida tiene su culminaci�n en la Encarnaci�n del Verbo.

Respondi� Jes�s: �...Mientras estoy en el mundo, soy luz del mundo� (Jn. 9, 5).

Yo, la luz, he venido al mundo para que todo el que crea en m� no siga en las tinieblas (Jn. 12, 46).

-Dios determina �ab aeterno� que el misterio de Cristo sea revelado a los hombres en el Nuevo Testamento.

A m�, el menor de todos los santos, me fue concedida esta gracia: la de anunciar a los gentiles la inescrutable riqueza de Cristo, y esclarecer como se ha dispensado el Misterio escondido desde siglos en Dios, Creador de todas las cosas,... (Ef. 3, 8-9).

52. Jesucristo. Su coraz�n

-Prefigurado en el A. T.

-Profetizado en el A. T.

-Su conocimiento entra�a trascendencia y responsa-bilidad para los hombres

-Manantial de donde brota la vida de Dios

-Su amor a los hombres prefigurado en el A. T.

-Revelado en el N. T.

-Ama a los suyos

-Muestra predilecciones por sus elegidos

-Se compadec�a de las Muchedumbres necesitadas

-Se muestra a remediarlos

-Su conocimiento su amor valen m�s que todos los bienes del mundo

-El coraz�n de Jesucristo, como manantial de vida, fue prefigurado en el Antiguo Testamento.

Respondi� Yahv�h a Mois�s: �Pres�ntate al pueblo, llevando contigo algunos de los ancianos de Israel; lleva tambi�n en tu mano el cayado con que golpeaste el R�o y vete, que all� estar� Yo ante ti, sobre la pe�a, en Horeb; golpear�s la pe�a, y saldr� de ella agua para que beba el pueblo� (Ex. 17, 5-6).

Y Mois�s alz� la mano y golpe� la pe�a con su vara dos veces. El agua brot� en abundancia, y bebi� la comunidad y su ganado (N�m. 20, 11).

Sacar�is agua con gozo de los hontanares de salvaci�n (Is. 12, 3).

�Oh, todos los sedientos, id por agua, y los que no ten�is plata, venid, comprad y comed, sin plata y sin pagad, vino y leche! (Is. 55, 1).

Os rociar� con agua pura y quedar�is purificados;... (Ez. 36, 25).

Me llev� a la entrada de la Casa, y he aqu� que debajo del umbral de la Casa sal�a agua, en direcci�n oriente,... (Ez. 47, 1).

-El coraz�n de Jesucristo fue profetizado con algunas alusiones en el Antiguo Testamento.

Viendo Yahv�h que la maldad del hombre cund�a en la tierra, y que todos los pensamientos que ideaba su coraz�n eran puro mal de continuo, le pes� a Yahv�h de haber hecho al hombre en la tierra y se indign� en su coraz�n (G�n. 6, 6).

Aclaraci�n. El arrepentimiento de Dios significa el apaciguamiento de su c�lera y la cancelaci�n de su amenaza.

...mas el plan de Yahv�h subsiste por siempre, los proyectos de su coraz�n por todas las edades (Sal. 33, 11).

Os pondr� pastores seg�n mi coraz�n que os den pasto de conocimiento y prudencia (Jer. 3, 15).

Puede que oigan y se torne cada cual de su mal camino, y yo me arrepentir�a del mal que estoy pensando hacerles por la maldad de sus obras (Jer.26, 3).

Mi coraz�n se me revuelve dentro a la vez que mis entra�as se estremecen (Os. 11, 8).

-El conocimiento del misterio del coraz�n de Cristo entra�a una trascendencia y una responsabilidad grandes para los hombres.

a) -Trascendencia.

...todos pecaron...y son justificados por el don de su gracia, en virtud de la redenci�n realizada en Cristo Jes�s,... (Rom. 3, 24).

...Jesucristo, por quien hemos obtenido tambi�n mediante la fe, el acceso a esta gracia en la cual nos hallamos,... (Rom. 5, 2).

Aclaraci�n. �Esta gracia� es el favor de vivir en la amistad divina.

Pues por �l, unos y otros tenemos acceso al Padre en un mismo Esp�ritu (Ef. 2, 18).

...Cristo Jes�s, Se�or nuestro, quien, mediante la fe en �l, nos da valor para llegarnos confiadamente a Dios (Ef. 3, 12).

Teniendo pues, hermanos, plena seguridad para entrar en el santuario en virtud de la sangre de Jes�s, por este camino nuevo y vivo, inaugurado por �l para nosotros, a trav�s del velo, es decir, de su propia carne,... (Hebr. 10, 19-20).

Aclaraci�n. �nicamente el Sumo Sacerdote ten�a acceso al Santo de los Santos una vez al a�o.

En adelante todos los creyentes tienen acceso a Dios por medio de Jesucristo.

b) -Responsabilidad.

Porque si voluntariamente pecamos despu�s de haber recibido el pleno conocimiento de la verdad, ya no queda sacrificio por los pecados, sino la terrible espera del juicio y la furia del fuego pronto a devorar a los rebeldes (Hebr. 10, 26-27).

Si alguno viola la Ley de Mois�s es condenado a muerte sin compasi�n, por la declaraci�n de dos o tres testigos. �Cu�nto m�s grave castigo pens�is que merecer� el que pisote� al hijo de Dios, y tuvo como profana la sangre de la Alianza que le santific�, y ultraj� al Esp�ritu de la Gracia? (Hebr. 10, 28-29).

-El coraz�n de Jesucristo es manantial del que brota el alimento y la vida de Dios.

Jes�s le respondi� (a la samaritana):

�Si conocieras el don de Dios, y quien es el que te dice: "Dame de beber" t� le habr�as pedido a �l, y �l te habr�a dado agua viva� (Jn. 4, 10).

Jes�s le respondi� (a la samaritana):

�...el que beba de agua que yo le d�, no tendr� sed jam�s, sino que el agua que yo le d� se convertir� en �l en fuente de agua que brota para la vida eterna� (Jn. 4, 14).

Les dijo Jes�s: �Yo soy el pan de la vida. El que venga a m� no tendr� hambre, y el que crea en m� no tendr� nunca sed� (Jn. 6, 35).

...puesto en pie, Jes�s grit�: �Si alguno tiene sed, venga a m�, y beba el que crea en m�,...� (Jn. 7, 37).

Luego me mostr� el r�o de agua de Vida, brillante como el cristal, que brotaba del trono de Dios y del Cordero (Apoc. 22, 1).

-El amor del coraz�n de Jesucristo a los hombres queda prefigurado en el Antiguo Testamento.

Sacar�is agua con gozo de los hontanares de salvaci�n (Is. 12, 3).

�Oh, todos los sedientos, id por agua, y los que no ten�is plata, venid, comprad y comed, sin plata y sin pagar, vino y leche! (Is. 55, 1).

-El amor del coraz�n de Jesucristo a los hombres queda revelado en el Nuevo Testamento.

El �ltimo d�a de la fiesta, el m�s solemne, puesto en pie, Jes�s grit�:

�Si alguno tiene sed, venga a m�, y beba el que crea en m�,...� (Jn. 7, 37).

...al que tenga sed, yo le dar� gratuitamente del manantial del agua de la vida (Apoc. 21, 6).

Y el que tenga sed, que se acerque, y el que quiera, reciba gratuitamente agua de vida (Apoc. 22, 17).

-Jesucristo ama a los suyos.

...sabiendo Jes�s que hab�a llegado su hora de pasar de este mundo al Padre, habiendo amado a los suyos, que estaban en este mundo, los am� hasta el extremo (Jn. 13, 1).

Como el Padre me am�, yo tambi�n os he amado a vosotros; permaneced en mi amor (Jn. 15, 9).

...y conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento,... (Ef. 3, 19).

...y vivid en el amor como Cristo os am� y se entreg� por nosotros como oblaci�n y v�ctima de suave aroma (Ef. 5, 2).

-El coraz�n de Jesucristo muestra predilecciones especiales por sus elegidos.

Jes�s le respondi�: �...Vosotros sois mis amigos, si hac�is lo que yo os mando. No os llamo ya siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su amo; a vosotros os he llamado amigos, porque todo lo que o�do a mi Padre os lo he dado a conocer. No me hab�is elegido vosotros a m�, sino que os he elegido a vosotros, y os he destinado a que vay�is y deis fruto, y un fruto que permanezca; de modo que todo lo que pid�is al Padre en mi nombre os lo conceda...� (Jn. 15, 14-16).

-Jesucristo se compadec�a de las muchedumbres necesitadas.

a) -Por el cuadro de miserias humanas desarrollado ante sus ojos.

Y al ver la muchedumbre, sinti� compasi�n de ella, porque estaban vejados y abatidos como ovejas que no tienen pastor (Mt. 9, 36).

Y al desembarcar, vio mucha gente, sinti� compasi�n de ellos y cur� a los enfermos (Mt. 14, 14).

Y al desembarcar vio mucha gente, sinti� compasi�n de ellos, pues eran como ovejas que no tiene pastor, y se puso a instruirles extensamente (Mc. 6, 34).

b) -Por su perspicacia en descubrir el lado bueno de los pecadores.

Jes�s le respondi� -a la samaritana-: �Si conocieras el don de Dios, y quien es el que te dice "Dame de beber" t� le habr�as pedido a �l, y �l te habr�a dado agua viva� (Jn. 4, 10).

c) -Por la presciencia de las dificultades con que tropezar�a.

Por eso os digo: �...Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con disfraces de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conocer�is...� (Mt. 7, 15-16).

-Jesucristo siente y expresa su compasi�n por las necesidades de los hombres, y se muestra dispuesto a remediarlas.

Venid a m� todos los que est�is fatigados y agobiados y yo os aliviar� (Mt. 11, 28).

Entonces Jes�s llam� a sus disc�pulos y les dijo: �Me da l�stima esta gente, porque hace ya tres d�as que permanecen conmigo y no tienen qu� comer. Y no quiero despedirlos en ayunas, no sea que desfallezcan en el camino (Mt. 15, 32).

Se le acerca un leproso suplic�ndole y, puesto de rodillas, le dice: �Si quieres, puedes limpiarme.� Compadecido de �l, Jes�s extendi� su mano, le toc� y le dijo: �Quiero; queda limpio.� Y al instante, le desapareci� la lepra y qued� limpio (Mc. 1, 41).

El �ltimo d�a de la fiesta, el m�s solemne,

puesto en pie, Jes�s grit�:

�Si alguno tiene sed, venga a m�.

y beba el que crea en m�,

como dice la Escritura (Jn. 7, 37-38).

-El conocimiento y el amor de Jesucristo valen m�s que todos los bienes de este mundo.

a) -El conocimiento.

As� dice Yahv�h: No se alabe el sabio por su sabidur�a, ni se alabe el valiente por su valent�a, ni se alabe el rico por su riqueza; mas en esto se alabe quien se alabar�: en tener seso y conocerme, porque yo soy Yahv�h, que hago merced, derecho y justicia sobre la tierra, porque en eso me complazco (Jer. 9, 22-23).

Y m�s a�n: juzgado que todo es p�rdida ante la sublimidad de conocimiento de Cristo Jes�s, mi Se�or, por quien perd� todas las cosas, y las tengo por basura para ganar a Cristo, y ser hallado en �l... (Fil. 3, 8-9).

b) -El amor.

Buscad primero su Reino y su justicia, y todas esas cosas se os dar�n por a�adidura (Mt. 6, 33).

Y por encima de todo esto, revest�os del amor, que es el v�nculo de la perfecci�n (Col. 3, 14).

53. Jesucristo. Adoraci�n. Culto

-La humanidad debe ser adorada como la divinidad

-El objeto material del Culto es el amor

-El objeto formal es el motivo para adorarle

-La humanidad de Jesucristo debe ser adorada con el mismo culto de latria con que es adorada su divinidad.

...y se humill� a s� mismo, obedecieron hasta la muerte y muerte de cruz. Por lo cual Dios le exalt� y le otorg� el Nombre que est� sobre todo nombre. Para que al nombre de Jes�s toda rodilla se doble en los cielos, en la tierra y en los abismos,... (Fil. 2, 8-10).

Y nuevamente al introducir a su Primog�nito en el mundo dice: Y ad�renle todos los �ngeles de Dios (Hebr. 1, 6).

...una multitud de �ngeles...dec�an con fuerte voz: �Digno es el Cordero degollado de recibir el poder, la riqueza, la sabidur�a, la fuerza, el honor, la gloria y la alabanza� (Apoc. 5, 11-12).

Y toda criatura del cielo, de la tierra, de debajo de la tierra y del mar...o� que respond�an: �Al que est� sentado en el trono y al Cordero, alabanza, honor, gloria, y potencia por los siglos de los siglos.� Y los cuatro seres dec�an: �Am�n�; y los Ancianos se postraron para adorar (Apoc. 5, 13-14).

-El objeto material del culto al coraz�n de Jesucristo es el amor.

...mi coraz�n y mi carne gritan de alegr�a

hacia el Dios vivo (Sal. 84, 3).

Dame, hijo m�o, tu coraz�n,

y que tus ojos hallen deleite en mis caminos (Prov. 23, 26).

...porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Esp�ritu Santo que nos ha sido dado (Rom. 5, 5).

Aclaraci�n. El amor se atribuye al coraz�n.

-El objeto formal del culto al coraz�n de Jesucristo es el motivo para adorarle.

El motivo para adorarle es triple: la excelencia del amor, las virtudes, la sede de los dolores.

a) -La Excelencia del amor.

Porque tanto am� Dios al mundo que le dio a su Hijo �nico, para que todo el que crea en �l no perezca, sino que tenga vida eterna (Jn. 3, 16).

b) -Las virtudes.

Tomad sobre vosotros mi yugo, y aprended de m�, que soy manso y humilde de coraz�n;... (Mt. 11, 29).

c) -La sede de los dolores.

Se me estremece dentro el coraz�n,

me asaltan los pavores de la muerte;... (Sal. 55, 5).

54. Jesucristo. Nuestra incorporaci�n

-Supone: contar con su ayuda

ser uno con �l

ser consumados en la unidad

completar lo que falta a su pasi�n

que los servicios que nos hagan sean a �l

-Que los desprecios que nos hagan sean de El

-Que podemos contar con su ayuda

-La configuraci�n consiste en vivir ciertos misterios que El vivi�

-La configuraci�n perfecta es el fin propio de la vida cristiana

-La santidad consiste en la participaci�n de la vida divina

-Toda la vida cristiana se ordena a la glorificaci�n del Padre

-Nuestra incorporaci�n a Cristo supone:

a) -De parte de �l,

-Que podemos contar con su ayuda en la lucha,

-Que somos uno con �l,

-Que somos consumados en la unidad.

b) -De parte nuestra,

-Que podemos completar lo que falta a su pasi�n,

-Que los servicios que nos hagan, sean a �l,

-Que los desprecios que nos hagan, sean de El.

-Que podemos contar con su ayuda.

Por eso precisamente me afano, luchando con la fuerza de Cristo que act�a poderosamente en m� (Col. 1, 29).

Todo lo puedo en Aquel que me conforta (Fil. 4, 13).

Pero �l me dijo: �Mi gracia te basta, que mi fuerza se muestra perfecta en la flaqueza� (2 Cor. 12, 9).

-Que somos uno con �l.

Que todos somos sean uno (Jn. 17, 21).

-Que somos consumados en la unidad.

Yo les he dado la gloria que t� me diste, para que sean uno como nosotros somos uno: yo en ellos y t� en m�, para que sean perfectamente uno,... (Jn. 17, 22-23).

-Que podemos completar los que falta a su pasi�n.

Ahora me alegro por los padecimientos que soporto por vosotros, y completo en mi carne lo que falta a las tribulaciones de Cristo, en favor de su Cuerpo, que es la Iglesia (Col. 1, 24).

Quiero que sep�is qu� dura lucha estoy sosteniendo por vosotros y por los de Laodicea, y por todos los que no me han visto personalmente... (Col. 2, 1).

-�En verdad os digo que cuanto hicisteis a uno de estos hermanos m�os m�s peque�os, a m� me lo hicisteis� (Mt. 25, 40).

-Que los servicios que nos hagan, sean a El.

�Todo aquel que os d� de beber un vaso de agua por el hecho de que sois de Cristo, yo os aseguro que no perder� su recompensa� (Mc. 9, 41).

-Que los desprecios que nos hagan, sean de El.

Y �l entonces les responder�: �En verdad os digo que cuanto dejasteis de hacer con uno de �stos peque�os, tambi�n conmigo dejasteis de hacerlo� (Mt. 25, 45).

...oy� una voz que le dec�a: �Sa�l, Sa�l, �por qu� me persigues?. �l respondi�: �Qui�n eres, Se�or? Y �l: �Yo soy Jes�s, a quien t� persigues� (Hch. 9, 4-5).

-Nuestra identificaci�n con Cristo es el grado m�s perfecto de nuestra incorporaci�n a �l.

...mas si Cristo est� en vosotros, aunque el Cuerpo haya muerto ya a causa del pecado, el esp�ritu es vida a causa de la justicia (Rom. 8, 10).

...y le constituy� Cabeza suprema de la Iglesia, que es Cuerpo, la Plenitud del que lo llena todo en todo (Ef. 1, 22-23).

...hasta que lleguemos todos a la unidad de la fe y del conocimiento pleno del Hijo de Dios, al estado de hombre perfecto, a la madurez de la plenitud de Cristo (Ef. 4, 13).

...y vivo, pero no yo, sino que es Cristo quien vive en m�,... (G�l. 2, 20).

...Cristo ser� glorificado en mi Cuerpo, por mi vida y por mi muerte, pues para m� la vida es Cristo, y la muerte una ganancia (Fil. 1, 20-21).

-La configuraci�n con Cristo consiste en la experiencia de vivir ciertos misterios que �l mismo vivi�.

a) -Morir justamente con �l.

Si hemos muerto con �l, tambi�n viviremos con �l,... (2 Tim. 2, 11).

b) -Ser sepultados juntamente con �l.

Fuimos, pues, con �l sepultados por el bautismo en la muerte,... (Rom. 6, 4).

c) -Resucitar juntamente con �l.

...y con �l nos resucit� y nos hizo sentar en los cielos en Cristo Jes�s,... (Ef. 2, 6).

d) - Ser vivificado juntamente con �l.

...estando muertos, a causa de nuestros delitos, nos vivific� juntamente con Cristo,... (Ef. 2 5).

e) -Identificarnos con �l.

Porque si nos hemos hecho una misma cosa con �l por una muerte semejante a la suya, tambi�n lo seremos por una resurrecci�n semejante,... (Rom. 6, 5).

f) -Vivir juntamente con �l.

...y con �l nos resucit� y nos hizo sentar en los cielos en Cristo Jes�s,... (Ef. 2, 6).

-La perfecta configuraci�n con Cristo es el fin propio de la vida cristiana.

En esto se manifest� el amor que Dios nos tiene: en que Dios envi� al mundo a su Hijo �nico para que vivamos por medio de �l (1 Jn. 4, 9).

-La santidad consiste en la participaci�n de la vida divina tra�da al mundo por Jesucristo.

...por cuanto nos ha elegido en �l antes de la creaci�n del mundo, para ser santos e inmaculados en su presencia, en el amor; eligi�ndonos de antemano para ser sus hijos adoptivos por medio de Jesucristo,... (Ef. 1, 4-5).

-Toda la actividad de la vida cristiana se ordena a la glorificaci�n de Padre.

�l les dijo: ��Y por qu� me buscabais? �No sab�ais que yo deb�a estar en las cosas de mi Padre?� (Lc. 2, 49).

...y Jes�s, dando un fuerte grito, dijo: �Padre, en tus manos pongo mi esp�ritu� y, dicho esto, expir� (Lc. 23, 46).

Lo mismo que me ha enviado el Padre que vive, y yo vivo por el Padre,... (Jn. 6, 57).

...porque yo hago siempre lo que le agrada a �l (Jn. 8, 29).

Jes�s dijo: �Padre, ha llegado la hora; glorifica a tu hijo, para que tu Hijo te glorifique a ti� (Jn. 17, 1).

Aclaraci�n. La vida del cristiano debe ser una continua imitaci�n de la de Jesucristo, por la jerarqu�a de valores de todo cuanto existe.

...el mundo, la vida, la muerte, el presente, el futuro, todo es vuestro; y vosotros de Cristo y Cristo de Dios (1 Cor. 3, 22-23).


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