Historia MSC MUNDO-Alemania-perú


Visión de conjunto

Nacimiento y expansión de la Congregación

“Si vuestra obra es de Dios, el perder a uno de sus miembros no obstaculizará su desarrollo. Y si es del hombre, no la salvará de la ruina la presencia de tal hombre.” Palabras del Arzobispo de Bourges a nuestro Padre Fundador cuando perdía a su cofundador. Palabras históricas en un momento de crisis. Aquella crisis fue superada. Los hechos dieron la razón al Arzobispo.

Si no hubiera sido obra de Dios, los múltiples momentos difíciles por los que pasó la hubieran derrocado. Existencia centenaria, vitalidad juvenil. Miren la esfera. La verán arraigada en Francia, Italia, Alemania, Austria, Holanda y Bélgica, en España, Irlanda, Brasil, Canadá, estados Unidos, Australia, Suiza e Inglaterra. Testigos del ardor sin tregua de sus misioneros, ahí están Nueva Guinea y Rabaul, Gilberto, Célebes, Java, Transvaal, Japón, China, Congo Belga, Filipinas … Los desiertos africanos y sus selvas vírgenes, la amarilla Asia, Malasia, Melanesia, Micronesia, las espumas del Pacífico, los Andes americanos, las tierras brasileñas, tierras y espumas y salvas que han acariciado la piragua o el pie apostólico de nuestros misioneros. Son heraldos de Cristo. Son Misioneros de su Corazón.

Proclama su vitalidad - y con voz muy potente - las doce Provincias, las casi treinta misiones, los treinta prelados salidos de sus filas, los centenares - más de mil - de misioneros, sus mártires, sus santos, sus héroes, sabios, toda es pléyade de soldados imbatidos; sus cien casas, sus parroquias, sus colegios, su espíritu sobre todo, que prueba la santidad de unas constituciones que el Corazón Divino inspiró a nuestro Fundador.

 

UNA SONRISA DE MARÍA

8 de diciembre de 1854. En la Ciudad Eterna. Esplendor de un día grande. El Pastor Supremo proclama a María Inmaculada en su Concepción. La Virgen María sonríe.

8 de diciembre de 1854. Un pueblo cualquiera de Francia, Issoudun. Un sacerdote hace la acción de gracias después de su Misa. Proyectos en su mente joven y en la de su joven compañero. Súplica ardorosa. Se entreabre la puerta de la sacristía; en el umbral, un caballero.

- Padre - dice, y entrega un sobre - una persona desea emplear este dinero en una obra de apostolado en esta región. A poder ser, una obra de misioneros. Su Usted quiere aceptar …

El Padre, emocionado, calla. Sus ojos irradian gratitud. Era la respuesta de María a su ardiente súplica. Aceptada la suma, corre a anunciar la buena nueva a su compañero. Aquel sacerdote se llamaba Julio Chevalier. Su compañero, Maugenest. Así, sencillamente, nacía en aquella mañana la congregación de los Misioneros del Sagrado Corazón de Jesús. La Virgen sonreía. Era el 8 de diciembre de 1854. En Roma Pío IX la proclama Inmaculada. Alguien lo dijo después: “Los M.S.C. nacieron en un sonrisa de María a la tierra”.

 

APROBACIONES PONTIFICIAS

Los años pasan lentos. Entorpecen su marcha las dificultades - una en cada recodo - La obra del Padre Chevalier llevaba la impronta divina.

- El cielo bendecirá vuestra obra - le había dicho el santo cura de Ars -, pero después de muchas pruebas. Valor y confianza.

Valor y confianza, virtudes que, practicadas por el Padre Chevalier en grado eminente, le dieron el triunfo.

Muchos llegaron hasta el año 69, deseosos de someterse a los estatutos de la nueva Congregación. Algunos perseveraron. Otros comprendieron en pocos meses que aquella vida de observancia, estrechez y privaciones, no era para ellos. No se desanimaban los de la hora prima. Seguían en sus puestos, confiados. Orando. Trabajando.

De la nada surgió en Issoudun la Basílica del Sagrado Corazón. La gratitud - ayudada de la meditación y el estudio - había de añadir a la corona de María una nueva y hermosa perla, el título de Nuestra Señora del Sagrado Corazón. Un institución simpática y original aseguraba el porvenir de la congregación: la Pequeña Obra. Cerca de la Santa Sede se negociaba activamente. Interesaba su beneplácito. Llegó al fin.

Año 1869. El 8 de marzo el Prefecto de la Sagrada Congregación de Obispos y Regulares, Cardenal Quaglia, firmaba en Roma el Decreto de Alabanza. Con esto la congregación pasaba a ser de Derecho Pontificio. Se había dado el primer paso hacia la plenitud canónica en el mundo de las Congregaciones Religiosas.

El 26 de setiembre es comienzo de nuevas ascensiones. Desde el 20 hay en Issoudun silencio profundo y oración ardiente. El Padre Ramiere S.J. predica un retiro a la comunidad. Hay preparativos para la elección del primer Superior General y del primer Consejo. La congregación entra en un nuevo capítulo de su historia.

Todos coinciden en un nombre. El Padre Chevalier será el primer Superior General. Tendrá como Asistentes a los Padres Piperón, Vandel, Guyot y Bacire.

Dos días mas tarde pronuncian los Misioneros sus votos religiosos ante el Padre Ramiere. Con ilusión y esperanza confiaban en un próspero porvenir. Poco a poco se fueron engrosando sus filas. El mundo comenzó a conocerles.

El 20 de junio de 1874 roma promulgaba un nuevo decreto aprobando la congregación. Y un nuevo documento pontificio del 5 de febrero de 1877 avalaba ad decennium sus constituciones. Con carácter definitivo, “in perpetuum”, reiteraba la aprobación un decreto del 24 de junio de 1891.

 

PRIMEROS INTENTOS DE EXPANSIÓN

Comprendía el Fundador la necesidad de una residencia y de un Procurador en roma, para gestionar los muchos asuntos que era preciso tratar con la Santa Sede. A fines del 75 se dirigió a roma el gran propagandista de la devoción a Nuestra Señora del Sagrado corazón, Padre Víctor Jouët, con el propósito de buscar los medios para instalar una casa de la congregación en la Ciudad Eterna. Encontró ayuda muy eficaz en un cisterciense. Además de sus buenos consejos, le cedió una parte del edificio en que ellos se alojaban. Esto era provisional. Había que buscar un local mas adecuado. Pero entretanto … allí se había de formar la primera comunidad romana, con la llegada de los primeros escolares.

Poco después adquirieron los Misioneros la antigua Iglesia de Santiago de los españoles que el gobierno español había puesto en venta. Los protestantes la quisieron para sí. Pero León XIII se interesó en que la adquirieran los Misioneros, y generosamente cooperó a los gastos de compra e instalación de la comunidad. Con esto quedaba la congregación sólidamente establecida en roma. Allí se abrió el Centro General de la Archicofradía de Nuestra Señora del Sagrado Corazón, cuya dirección se había confiado definitivamente a los Misioneros del Sagrado Corazón. Era Italia, después de Francia, la primera en cobijar a los Misioneros del Sagrado Corazón.

Hacia las mismas fechas - finales de 75 - otro misionero, el Padre Chapal, impulsado por los ardores apostólicos del Fundador, embarcaba hacia el Nuevo Continente. Primeros fervores, amargas incertidumbres: Nueva York fue testigo. La ignorancia absoluta de la lengua inglesa le empuja hacia el Canadá. El Arzobispo de Montreal le propone el cuidado religioso de los canadienses de habla francesa establecidos en la ciudad estadounidense de Watertown. Grandes sacrificios supuso el levantar allí una iglesia. Pero fue brecha abierta para la expansión. Nuevas casas fueron surgiendo, situadas unas en Estados Unidos y otras en el Canadá.

 

PERSECUCIÓN. LA DIASPORA

Se acercaba la hora de la expansión rápida. La provocaron sucesos que parecía la iban a hundir. Nos referimos a las leyes persecutorias promulgadas en 1880 por parte del gobierno francés. Cuatro de las cinco residencias francesas hubieron de ser desalojadas. El Padre Fundador preparó refugio para sus hijos en España, Holanda e Inglaterra, valiéndose de preciosas amistades. En España - donde había llegado el Padre Casas el 1 de octubre de este año - se acogieron primero en una casa de la calle Ancha en Barcelona; después en San Gervasio, para pasar finalmente a Rosellón.

Otro grupo se dirigió a Inglaterra. Establecieron su primera residencia en Glastombury, condado de Somerset, al suroeste de Inglaterra.

Otros - religiosos y novicios - guiados por el Padre Piperón, pasaron a Holanda. Se establecieron en una modesta casa de campo, amablemente cedida por el Obispo de Bois le Duc. El huracán había sido vencido. Era el soplo de Dios. La semilla se esparcía.

 

LAS MISIONES

Tal era el panorama por aquellas fechas. Derroteros nuevos, nueva aurora iba a amanecer.

Fines de marzo de 1881. El Fundador recibe carta de Roma. Y del Prefecto de propaganda Fide. En nombre de León XIII. Tenía fecha del 25 de marzo. Años atrás - no estará de más señalar la coincidencia - también en un 25 de marzo comenzaba a existir la Pequeña Obra.

Esta era la carta: “Muy Reverendo Padre: Hace ya muchos años que el Vicariato Apostólico de Nueva Guinea se halla abandonado por faltar una congregación religiosa que se quiera encargar de él. La Santa Sede, que mira con los más vivos deseos hacia ese importante territorio donde no ha sido todavía establecida ninguna misión católica, mientras varias sectas protestantes esparcen en él sus errores, conociendo perfectamente el celo por la propagación de nuestra Santa Religión de que vuestra paternidad y los miembros de vuestra congregación se hallan animados, vería con sumo placer el que los Misioneros del Sagrado Corazón asumieran el encargo de evangelizar este extenso campo. No ignoro que para realizar este deseo serán necesarios tiempo y paciencia. Mas por el momento no se trataría sino de enviar algunos Padres de vuestra congregación, los cuales, al tiempo que tomaran sobre si el cuidado espiritual de los católicos de la Colonia de Nueva Francia, ya establecida en aquellas latitudes, podrían buscar el modo de establecer una Misión y de atender a aquel Vicariato abandonado, como antes dije, desde hace ya muchos años. Abrigo la firme esperanza de que vuestra paternidad acogerá con placer la proposición que esta carta contiene … etc…”

Hacía tiempo que tenia ese sueño el Fundador: ser vanguardistas de Cristo. El Padre Piperón dice que acogió con verdadera alegría la proposición del Cardenal.

La situación por otra parte era angustiosa. ¿No sería temeridad? ¡Una empresa en que congregaciones más antiguas, mejor organizadas, habían mordido el fracaso! Estas consideraciones y otras de no menos peso hacían al Fundador sus Consejeros. Pero el Papa lo quería. Y con el sí de nuestro Padre se abrió la puerta a las mayores empresas. Empresas de victoria, coronadas por el triunfo, que cual ninguna otra habían de entretejer de laurel el historial de la humilde congregación.

Meses más tarde salían los primeros misioneros del puerto de Barcelona. Cinco en total. Uno de ellos, el primer sacerdote que la institución vandeliana, la Pequeña Obra, había dado a la Iglesia, el Padre Teófilo Crambille. Comenzaba la epopeya misionera.

 

DESARROLLO

Como en los organismos vivos, también aquí la siembra - dolorosa, sí - dio campos ubérrimos. La semilla, aventada en todas direcciones. El campo, creciendo en todas direcciones.

Amainó el temporal en Francia. Los religiosos volvieron a ocupar sus casas. Parecía que todo iba bien. Bella ilusión. Segundo golpe, segunda siega de esperanzas. De nuevo habían de cruzar las fronteras patrias; así lo imponían una segunda ley persecutoria de 1901. Las casas fueron confiscadas y puestas bajo la autoridad civil. La Basílica de Issoudun, subastada públicamente.

A pesar de tantas dificultades, la sección francesa prosiguió su vida, teniendo a sus religiosos desparramados por el extranjero. En 1905 fue considerada apta para formar una Provincia independiente.

Hubo un poco de mayor tolerancia y los religiosos pudieron volver a su patria. Pronto se reorganizaron. Acabada la primera guerra mundial pudieron desplegar sus actividades con mayor vigor. Al originarse el segundo conflicto mundial, contaba esta provincia con muchos religiosos y buenas casas de formación. Cierto que sufrieron considerablemente en la espantosa hecatombe. Pero se encuentran nuevamente en normal desarrollo. Ven, no obstante, un tanto enturbiado el porvenir a causa de la escasez de vocaciones, achaque general en la Francia de hoy.

Tiene a su cargo la Provincia Francesa los Vicariatos Apostólicos de Port Moresby e Islas Gilbert. Ha dado a la Iglesia 8 obispos. Ha dado a las almas gigantes misioneros. Ha dado a la Congregación multitud de hombre ilustres.

La sección italiana se extiende rápidamente. Era erigida en Provincia en 1900.  El mismo Padre Jouët, fundador como vimos de la primera residencia en Italia, echa los cimientos de una Iglesia en Transtévere, dedicada a las almas del purgatorio. El Papa Benedicto XV la constituye en parroquia, confiándola definitivamente a los Misioneros.

Fuera de la Ciudad Eterna se han multiplicado las casas. Nuestros religiosos desarrollan una actividad apostólica enorme. Sin contar los misioneros que han enviado a Nueva Guinea, La Provincia Italiana se ha hecho cargo hace algunos años de la Prelatura Nullius de Piñeiro (Brasil).

En España el desarrollo ha sido lento y retardado. Es que fueron sin número las dificultades. En 1909 se tuvo que comenzar de nuevo. La gran catástrofe de 1936 dio idénticos resultados. A ella se debe que estemos aún sin Misión propia, ya que impidió la salida de nuestros primeros misioneros que dirigían a China.

Hoy el porvenir nos sonríe. Son de ayer nuestras fundaciones de Chile y Argentina. Y de ayer también la salida de nuestros primeros misioneros hacia Nueva guinea. Y más recientes aún son las palabras del santo Arzobispo Monseñor de Boismenú, que al enterarse del auge de nuestra Pequeña Obra exclamó: “está visto, Nueva Guinea será para los españoles.” Esperamos que haya sonado ya la hora del triunfo. Y de la recolección gozosa. La siembra dolorosa hace tiempo que se verificó. Ahí están nuestros mártires.

La sección canadiense, dependiente durante varios años de la Provincia Francesa, fue poco a poco adquiriendo personalidad propia. La ferviente actividad de sus religiosos dio a las obras un considerable desarrollo. Ya en 1912 fue considerada con suficientes elementos para independizarse. Continuando su desenvolvimiento progresivo, fue erigida en Provincia Religiosa en Junio de 1939. Desde hace algunos años tiene a su cargo una floreciente misión en Santo Domingo. Además ha prestado valiosa ayuda a otras misiones. Actualmente se encuentra en pleno florecimiento. Y es de admirar el fervor con que se propagan allí las tres Archicofradías confiadas por la Santa Sede a nuestra Congregación.

La fundación en Glastombury, en Inglaterra, hubo de ser abandonada. Otra siguió en San Albano, en las proximidades de Londres. Y aún se intentaron mas fundaciones. Pero hoy solo queda la citada de San Albano.

Nuestros misioneros no encontraron clima propicio en la brumosa Inglaterra; la habían de hallar con el tiempo en la católica Irlanda. Bondadosamente los recibió el Señor Obispo de Gork. Allí establecieron la escuela apostólica y el centro de propaganda. Y allí siguen ambos hoy día, en pleno florecimiento. Son ya bastantes los misioneros que de aquí partieron para la lejana Oceanía. Y recientemente han tomado una misión propia en el Transvaal.

Al año siguiente de establecerse en Bois le Duc  (Holanda), pudieron nuestros Padres trasladarse a casa propia en Tilburg. Allí en poco tiempo se estableció la Pequeña Obra, el Noviciado y el Escolasticado, pasando pronto a ser activísimo foco de propaganda. Y no solo para Holanda: llegaba su influjo a las vecinas regiones de Bélgica y Alemania. Se hizo una intensa campaña misional. Merced a ella las vocaciones fueron aumentando de manera verdaderamente admirable. Esto hizo que la Provincia Holandesa se colocara en cabeza en nuestra Congregación. Y aún más, también entre los institutos misioneros de aquel país. Entre los muchos beneméritos personajes que ha tenido, destaquemos al reverendo Padre Adriano Brocken que gobernó la Congregación de 1920 a 1932, dando poderosísimo impulso a los misiones.

El espíritu misionero de nuestros hermanos holandeses nos lo dirán mejor las cifras: Cuatro Vicariatos Apostólicos en Oceanía y una Diócesis en Filipinas les han sido confiados. Han dirigido además una misión en el Brasil, que por su prosperidad ha sido erigida en Provincia Independiente con buenas esperanzas para el futuro fundado en su Pequeña Obra. Y ya constituida esta Provincia, los holandeses siguen enviando personal a otros Estados del Brasil.

La Provincia de Holanda ha dado a la Iglesia ocho obispos, de los que uno, Monseñor Aerts, murió víctima de la ferocidad japonesa en la última guerra mundial.

Los Padres establecidos en Holanda llegaron con su propaganda a la vecina Bélgica. Establecieron una casa en Amberes, que en la mente del Fundador había de sustituir a la de Issoudún, agrupando en ella todas las obras de formación. Pocos años ocuparon nuestros Padres aquel primitivo edificio, afectado por el ensanche de la ciudad. Se establecieron a corta distancia, en uno de los arrabales, donde levantaron una iglesia y la casa central de propaganda. Así se conserva hoy. Unidos a la Provincia Holandesa trabajaron con gran interés en el establecimiento de las casas de formación. Estas fueron dolorosamente afectadas por los desastres de la primera guerra mundial.

Respuestos de aquel quebranto, muy pronto tomó incremento la sección belga, que en 1919 pudo ser separada de la holandesa. Dos años después era canónicamente erigida en provincia independiente.

Habían colaborado a la obra misionera, especialmente al lado de los holandeses. Una vez constituidos en Provincia, les fue encomendado una misión en el Congo. Hoy tienen allí un floreciente Vicariato.

La devoción a Nuestra Señor ha adquirido gran incremento en la nación belga. Lo prueba la copiosa edición de los Anales en francés y flamenco.

Y para que su celo no tenga límite, han buscado nuevos campos de misión en el apostólicamente inagotable Brasil.

En Alemania, el gobierno de Berlín se resiste a nuestra entrada en Alemania. Táctica militar: comenzar la penetración por la nación austríaca. Con este fin se adquirió en las cercanías de la ciudad de Salzburgo un antiguo castillo. Allí se instaló el Noviciado y poco después la Pequeña Obra. Muy pronto se edificó un Oratorio dedicado a Nuestra Señora, quedando con ello constituido lo que ha venido a ser el centro de propaganda en aquellas regiones. Entretanto otras residencias se fueron abriendo. La principal la de Innsbruck, ciudad universitaria. Allí se encuentra hoy establecido el Escolasticado de la Provincia de Austria, frecuentando los jóvenes religiosos las aulas de la célebre Universidad. Esta Provincia era en un principio parte integrante de la llamada Provincia Septentrional. Al constituirse la Provincia Alemana, quedó unida a esta durante varios años. En 1925 fue autorizada la separación, creándose esta Provincia llama de Alemania Superior o Austro-Bávara. Aunque no ha tenido ni tiene aún misión propia, no ha dejado por eso de enviar frecuentes y nutridos contingentes de operarios evangélicos a las Misiones, principalmente a las de la Provincia Germánica. Además en su país desarrollan gran actividad en toda suerte de ministerios. Y a esta provincia le cabe la gloria inmensa de haber dado a la congregación el protomártir Padre Rascher, en cuya causa de beatificación se está trabajando activamente.

Muchas de sus obras fueron entorpecidas por la enmascarada persecución hitleriana y muchas sucumbieron con la guerra. Pero, al fin y al cabo, los Misioneros del Sagrado Corazón, han emprendido denodadamente la reorganización de sus obras de formación y apostolado.

Como apuntamos arriba, los Misioneros de la Provincia Holandesa comenzaron pronto la propaganda en la nación alemana, pero hasta mucho más tarde no fue posible establecer allí una residencia. El gobierno alemán prohibía el acceso de toda congregación religiosa católica. Y al mimo tiempo declaraba que sólo admitiría en sus Colonias a misioneros alemanes o al menos formados en Alemania. Esta situación ponía en grave peligro a algunas de nuestras misiones situadas en colonias alemanas, como la de Nueva Pomerania. Pero el fracaso de la política antireligiosa obligó el gobierno a buscar la reconciliación con roma. Cedió un tanto en su rígida norma para con los religiosos. Hábilmente aprovechó esta coyuntura el Padre Linckens. En diestras negociaciones y forcejeos con el Ministro de Culto, logró autorización para establecer una casa en Hiltrup, que vino a ser desde entonces nuestro centro de propaganda para toda Alemania.

Al punto fueron trasladados a este residencia todos los religioso alemanes, constituyéndose así la Provincia de este nombre.

Las vocaciones se multiplicaron extraordinariamente. Esto hizo posible nuevas fundaciones. Fueron numerosas las partidas de misioneros a Nueva Bretaña - hoy Rabaul - y a las Islas Marshall. Al terminar la guerra mundial en 1918, pasaron estas islas a mandato japonés. Los misioneros alemanes fueron expulsados. Lo mismo hubiera sucedido con los de Nueva Bretaña de no haber mediado en su favor el Delegado Apostólico que logró que no se les molestara.

En 1926 tomaban a su cargo una nueva misión en China. El primer Superior murió a manos de los bandidos. Pero aquella sangre fructificó la misión pasó pronto a ser una floreciente Prefectura Apostólica. Pero hoy, en manos de los comunistas, ¿qué será de ella?

Años más tarde comenzaron en el Perú. Allí dirigen alguna parroquia. Y es de 1951 la nueva de haber tomado a su cargo una misión entre los indígenas quechuas, en las alturas andinas.

Cruel fue el nazismo con nuestros religiosos. Hubieron de sufrir toda clase de vejaciones y penalidades. Después la guerra. Sus edificios sufrieron daños considerables. Y su personal lo mismo. Pero pasada la tormenta, con renovados bríos han comenzado la reconstrucción. Promete no tardar en volver a su antiguo esplendor.

A esta Provincia debe su origen la de Estados Unidos. En busca de nuevos campos para sus actividades, salieron de Alemania en 1910 dos Padres, rumbo a los Estados Unidos. Se establecieron en los estados de Michigan y Wisconsin. Allí comenzaron a misionar entre los emigrantes germanos y esclavos. Muy bien recibidos por el Señor Obispo de esta última población, pudieron fundar muy pronto la primera residencia en la ciudad de Sparta. Llegan nuevos refuerzos. La acción se extiende. En el estado de Pennsylvania se abren nuevas casas y residencias.

La fuerte sacudida sufrida por Alemania en la primera guerra mundial repercute dolorosamente en las obras americanas. Se nutrían de personal que llegaba de Europa. Hubieron de sufrir un muy sensible estancamiento. En 1924 comienza un vigoroso impulso de renovación. Se abre la Escuela Apostólica, casa de estudios y noviciado para las vocaciones que se van presentando.

Las relaciones con Alemania, resultan cada vez más difíciles. Las agravan extraordinariamente las diferencias políticas entre ambas naciones. Estas circunstancias, unidas al florecimiento que las obras ya establecidas en Estados Unidos iban tomando, movieron al Padre General a erigirla en Provincia independiente en Julio de 1939. La nueva Provincia entró pronto por las vías del éxito. Durante la pasado guerra fue la providencia de la Casa Generalicia y de la Misión de China. Y hace poco ha enviado a Rabaul sus primeros misioneros.

El origen de la Provincia Australiana se remonta a los inicios de la epopeya misionera de la congregación. Cuando en 1881 nuestros primeros misioneros se dirigían a Nueva Bretaña, se encontraron con inesperadas dificultades. La colonia francesa a la que iban destinados, se había dispersado. Entonces se pensó en la conveniencia de una residencia en Sydney (Australia) que sirviera de Casa Procura para nuestras misiones. El Cardenal Morán, Arzobispo de Sydney, entusiasta de nuestras obras, les ofreció una Parroquia, que se aceptó inmediatamente. Se establece la Procura de Misiones, se levanta un Santuario a Nuestra Señora y se inicia la propaganda misional que da un inesperado empuje a la congregación en aquellas latitudes. En 1889 se comienzan a publicar los Anales que en un año logran 10 000 suscriptores.

La cosa va bien. Se establece un Noviciado, al que sigue la primera Pequeña Obra australiana. En 1905 es erigida aquella sección en Provincia independiente. Actualmente es una de las Provincias más florecientes de la congregación. Sus religiosos son muy renombrados en Australia. Sus variadísimos ministerios les han granjeado universa aprecio.

Al norte del país cuidan de la diócesis-misión de Port Darwin, misión sumamente difícil. Su historia es un verdadero poema de fe. Misioneros que allí han agotado sus energías durante muchos años, comienzan ya la recolección. Han aceptado también otra Misión en Nueva Guinea Oriental, llamada Samaray, que tiene su primer Prefecto apostólico en Monseñor Doyle, MSC australiano. Y recentísima es su fundación en Japón.

 

Vida santa y luchadora la de nuestro Fundador. Abandonó esta tierra el 21 de octubre de 1907. Dejaba firmemente asentada su obra. Ocho años antes, visto su delicado estado de salud, se le había dado un Vicario General, el Padre Lanctin, para que le ayudase en el gobierno de la congregación. En 1901 le dejaba enteramente la carga. Y el Padre Lanctin gobernó la sociedad hasta 1905, año en que pidió la dimisión que le fue concedida. Le sucedió el Padre Meyer que tanto incrementó nuestra obra misionera. Tras este, el Padre Brocken, de 1920 a 1932. En 1932 asume la dirección el Padre Christian Janssen de la provincia alemana. Después de él, en 1947, el Padre Mc Cabe, de la provincia australiana.

 

ÚLTIMAS PINCELADAS

He aquí en pocas páginas el diseño histórico de la Congregación. Conocemos su origen. Asistimos a su desarrollo progresivo. Presenciamos sus triunfos. Contemplamos sus tareas apostólicas. Es una cuadrilla más de operarios en la Viña del Padre.

En resumen podemos decir: nuestra historia msc la forjaron las Misiones. A ellas debe la Congregación su vitalidad. A ellas debe sus triunfos. A lo largo de esta historia muchas veces tendrás ocasión de comprobar la verdad de unas palabras de la boca de un Pontífice: “Munus missionum suscipite et vocationes multiplicabuntur.” Las pruebas las encontramos a cada paso: Holanda, Bélgica, Alemania, Australia, son Provincias florecientes porque las misiones ocuparon en su vida el primer lugar.

 


 

 

PROVINCIAS

 

FUNDACIONES

MISIONES

Holanda

Brasil

Filipinas

 

 

 

Merauke (Nueva Guinea)

Amboina (Islas Molucas)

Manado (Célebes)

Purwokerto (Java)

 

Alemania

Perú (Lima)

 

Caravelí (Perú)

Rabaul (Oceanía)

Shitshien (China)

 

Italia

Fortaleza (Brasil)

 

Piñeiro (Brasil)

 

Francia

Suiza

 

Port Moresby (Nueva Guinea)

Islas Gilbert (Oceanía)

Senegal (Africa)

 

Australia

Nagoya (Japón)

India

Port Darwin

Samaray (Nueva Guinea)

Wilcania

 

Bélgica

Brasil

 

Coquilhatville (Congo)

Austria-Alemania del Sur

 

Ikela (Congo)

(Brasil)

 

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México

 

 

Estados Unidos

 

 

 

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Nicaragua

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Brasil

 

 

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República Dominicana

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